Editorial

D. Ramón del Hoyo López
Saluda del
Obispo
Agradecemos la presente publicación que contiene los horarios e itinerarios
de la Semana Santa en Jaén. Una iniciativa muy acertada y un servicio de su
Agrupación de Cofradías.
Aquí, la Semana Santa se vive con fervor cristiano y vistosidad. Se lleva en la
sangre y es algo intocable. Me darán la razón si nos acompañas.
Es una Semana Santa preparada de verdad durante cuarenta días y cuarenta noches.
La Cuaresma inicia su recorrido el miércoles de Ceniza en la Catedral, para seguir con
el Vía Crucis que da paso al pórtico de la Semana Mayor, con el Domingo de Ramos.
Todo ya se hace profecía, historia, oración, canto y música con sentimiento.
Ha llegado el Triduo sacro, que terminará en la grandiosidad de la Pascua. Un
auto-sacramental del gran teatro de nuestra vida. Cada uno haciendo su papel,
viviendo y meditando las grandes enseñanzas de Cristo en aquella Última
Cena en el Cenáculo de Jerusalén, el arresto del Hijo de Dios en el Huerto
de los Olivos, sus procesos judiciales, ejecución en una cruz y sepultura en el
huerto de José de Arimatea, para vivir su Resurrección al amanecer del tercer
día, como una explosión de gozo y alegría.
Un mensaje muy claro y especial deja el Papa Francisco en las manos del creyente
y espectador para este año: celebrar y experimentar la misericordia
de Dios, celebrar la alegría de su perdón. ¿Cuándo? ¿Cómo? La respuesta
es tuya, como ese encuentro con Dios también es personal. Piénsalo. Son días
para dejarnos tocar en el corazón por el dedo de Dios y cambiar de rumbo
en algo que tú sabes. ¿Quién no lo necesita? Esta será tu Semana Santa de
verdad, si llegas hasta ahí.
Definámonos como caminantes comprometidos con los grandes misterios que
celebramos en estos días, si queremos seguir la lógica de Dios.
Adán optó por subir, por divinizarse a sí mismo y se encontró con el fracaso y la
muerte. Cristo, en cambio, eligió el camino de la humillación, despojándose de
toda su grandeza y alcanzó su triunfo final, pasando por la cruz. En nuestras manos
está convertir nuestra vida en desierto o en oasis. Si estamos dispuestos a seguir
a Cristo hasta el Gólgota, nos encontraremos con unos brazos misericordiosos
que cargan con nuestras cruces y miserias, transformándonos, salvándonos.