Frank: Mi whisky… Siéntate…toma tu
silla…Abre las piernas…
Dorothy: Mamá está aquí.
Frank: El nene quiere follar (hablando
consigo mismo) ¡PREPÁRATE PARA
FOLLAR!... El nene quiere terciopelo
azul.
Dorothy: Toma.
Frank: ¡No me mires!... ¡No me mires!...
Papá ha vuelto a casa… ¡No me
mires!...-
Del hastío de Frank, su extravagante
máscarilla, el gusto por el “jueguito” del
amor sadomasoquista, el intercambio
de roles: nene-mamá, papá-mamá que
hace con Dorothy, el voyeurismo de
Jeffrey, pero sobre todo esa publicidad
gratuita que dieron los críticos de
Venecia: “¿pornográfica?” Hizo que el
mundo entero pusiera los ojos en la
nueva obra de Lynch. Pero también las
feministas de la época se manifestaron
y algunas muy fuertes contra la película
(en esos tiempos era muy frecuente los
filmes favoritos de las feministas, como
los de Cronenberg y Carpenter, que
junto con la Sociedad de Damas de las
Buenas Costumbres se especializaban
en sabotear los cines): “En la tradición
fílmica de Hollywood, la función de las
mujeres es constituir el objeto erótico
de la audiencia masculina, que puede
gozar del placer del voyeurismo, de
la presencia, y contemporáneamente,
constituir el objeto erótico de los
protagonistas masculinos con
los que puede identificarse la
concretarlo”.- David Lynch en una
entrevista en 1997. (cita bibliográfica)
A partir de un primer esbozo sobre
un joven que espía la intimidad de una
cantante de centro nocturno, escondido
en el armario de su habitación, el guión
de Terciopelo Azul se fue confirmando
con elementos que su autor fue
tomando de sus propias experiencias.
Lynch ha dicho que básicamente está
inspirado en su propia infancia vivida
en Spokane, Washington así como en
otros sucesos que ocurrieron años más
tarde. Por ejemplo, la escena donde
Dorothy, desnuda y golpeada, aparece
en la puerta de la casa de Jeffrey, está
inspirada en una escena real que
Lynch y su hermano presenciaron
una ocasión, cuando caminaban
por los bosques de Boise (Idaho).
El personaje de Frank Booth para
algunos, el mejor logrado de todo el
filme, y para muchos (me incluyo)
el villano Lynchiano por excelencia
interpretado por Dennis Hopper,
es quizás el menos complejo. Es el
mal encarnado. (Desde el principio
está de manifiesto su gusto por
cortar orejas con tijeras), posee un
carácter surrealista, (sólo) alcanza el
orgasmo ayudado por una máscara
de oxígeno, gusta de pintarse los
labios, y desea joder con su madre).
- Dorothy: Hola, nene.
Frank: Cállate. Soy papá. Mierda puta.
Dorothy: Hola, papá.