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ANÁLISIS

Revista19

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<strong>ANÁLISIS</strong> Y LETRAS<br />

ción de lo social, a partir de la inversión vía presupuesto.<br />

En el diseño del nuevo concepto de fuerza pública, se<br />

debe disponer de una capacidad de desdoblamiento<br />

de la fuerza, de su rol de presencia fronteriza, al regreso<br />

a la confrontación asimétrica, considerando las particularidades<br />

de un eventual y nuevo conflicto.<br />

De la misma manera una política de fronteras debe tener<br />

en cuenta la circulación de bienes, servicios, personas,<br />

acuerdos comunitarios binacionales, intercambios<br />

locales binacionales y otros, bajo el esquema de la unidad<br />

territorial y la soberanía nacional, para lo cual es<br />

fundamental la capacitación adecuada de los funcionarios<br />

públicos comprometidos en esas áreas.<br />

Similarmente debe considerarse que estas negociaciones<br />

también encarnan un proceso de victimización de<br />

sectores que venían detentando legítimamente algún<br />

grado de propiedad de predios, cuyo descontento puede<br />

llevar a otra fase de violencia, por lo cual también<br />

debe de incluirse una política de reparación.<br />

En lo referente a las zonas de narco-cultivos, el carácter<br />

contrainsurgente de las negociaciones debe ser también,<br />

y marcadamente, una política de lucha contra el<br />

narcotráfico, no sólo del delito derivado de las estructuras<br />

guerrilleras, sino también de otros actores.<br />

Este escenario de las Zonas de Reserva Campesina, desde<br />

luego no es, o no corresponde a un fin del conflicto.<br />

Es, por el contrario, un nuevo escenario de guerra,<br />

donde la “economía foco de resistencia” fariana, debe<br />

ser derrotada por una economía productiva estatal. Si<br />

se consolida la fortaleza del Estado en estas zonas, y<br />

se estabiliza y relegitima su poder, entonces se habrá<br />

dado paso a una nueva y definitiva fase de seguridad<br />

del campo, para la cotidianidad de la gente dedicada a<br />

las labores agrícolas y también para las inversiones de<br />

largo plazo, lo cual puede catapultar definitivamente el<br />

desarrollo de las zonas. Si las guerrillas son sometidas<br />

al esquema de ZRC, en un modelo altamente productivo<br />

y de rentabilidad del campo, entonces podrán quedar<br />

plenamente reinsertadas en lo local.<br />

Ahora, para paliar los efectos de un, nada inesperado<br />

“conejazo fariano”, el Estado no puede desdeñar el plan<br />

B, mediante un adecuado planeamiento de la Inteligencia,<br />

partiendo de la base de que en esta nueva lógica,<br />

el diseño de la respuesta estatal tiene que modificarse<br />

ante una eventual reapertura de fuegos. Desde luego<br />

sus contenidos merecen un artículo aparte.<br />

El papel de la Comunidad<br />

Internacional en las ZRC<br />

Para el caso deben tenerse en cuenta los intereses, primordialmente<br />

de los Estados Unidos, Canadá, Holanda<br />

y los países nórdicos. Para EE.UU. los narcocultivos y la<br />

estrategia de lucha contra el narcotráfico están en el orden<br />

del día. También lo es la participación en la explotación<br />

minera y de recursos naturales que su vez motiva a<br />

los países antes mencionados. Para ellos es igualmente<br />

preocupante el saqueo indiscriminado de los recursos<br />

naturales y el desconocimiento de las normas de derecho<br />

interno que tiende a su regulación. Desde luego,<br />

detrás de la reivindicación del orden jurídico interno<br />

se encuentra la defensa de la suprema garantía de sus<br />

inversiones (inversión extranjera); y, en el caso norteamericano,<br />

el control de cultivos ilícitos y de la economía<br />

ilegal, está ligado a sus objetivos estratégicos nacionales<br />

en lo referente a la defensa de su balanza comercial<br />

y al control de la pérdida de divisas.<br />

Por supuesto a la comunidad internacional poco o nada<br />

le interesa la salida democrática o violenta. Sólo cuenta<br />

para ellos que se asegure su inversión, en unos márgenes<br />

de relativa estabilidad social y política. La economía<br />

extractiva en medio de un mar de sangre, es altamente<br />

conflictiva para su opinión pública.<br />

Por lo mismo un campo donde predominen las Zonas<br />

de Reserva Campesina, es un escenario ideal donde<br />

se facilitan las negociaciones para la adecuada explotación<br />

de las riquezas naturales. Por supuesto, resulta<br />

indispensable la “cabeza de playa” de la postmodernidad,<br />

es decir los derechos humanos de tercera generación<br />

que estos países defienden a muerte, tal como en<br />

su época se defendía la “civilización y evangelización”<br />

de los primeros americanos 1 .<br />

1. La Bula Papal de Alejandro VI, dictada a Fray Bernardo Boile en el siglo xv, conocida<br />

como bula Pis Fidelium, facilitaba la evangelización del nuevo mundo castellano, en un<br />

contexto de favorecimiento Papal de la dominación territorial de la corona española. Ya<br />

a finales del siglo 19 y principios del siglo 20, aventureros como el célebre Cecil Rodhes,<br />

seducían comunidades y líderes locales africanos para facilitar la explotación de recursos<br />

a Inglaterra. La Iglesia y los aventureros del pasado fueron suplantados por las ONG<br />

de derechos humanos de hoy.<br />

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Junio - Julio 2016

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