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El Conflicto de los Siglos por Elena White

Se recrudece una guerra espiritual. Embatallados en El Conflicto de los Siglos, desde la eternidad pasada hasta los tiempos actuales, se están luchando dos fuerzas una contra el otra por la soberanía universal. Este libro se explica cómo inició la guerra, cómo llegará el punto culminante y cómo se terminará. Con desarrollos muy chocantes que pican la mente y despiertan las ascuas del alma, también la obra ilumina la visión y da revelación acerca de la manipulación espiritual, la política mundial, los regímenes represivos, los movimientos religiosos, los derechos y las libertades amenazados y la decodificación del misterio de la profecía.

Se recrudece una guerra espiritual. Embatallados en El Conflicto de los Siglos, desde la eternidad pasada hasta los tiempos actuales, se están luchando dos fuerzas una contra el otra por la soberanía universal. Este libro se explica cómo inició la guerra, cómo llegará el punto culminante y cómo se terminará. Con desarrollos muy chocantes que pican la mente y despiertan las ascuas del alma, también la obra ilumina la visión y da revelación acerca de la manipulación espiritual, la política mundial, los regímenes represivos, los movimientos religiosos, los derechos y las libertades amenazados y la decodificación del misterio de la profecía.

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<strong>El</strong> <strong>Conflicto</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> Sig<strong>los</strong><br />

Capítulo 2 : La Fe <strong>de</strong> <strong>los</strong> Mártires<br />

CUANDO Jesús reveló a sus discípu<strong>los</strong> la suerte <strong>de</strong> Jerusalén y <strong>los</strong> acontecimientos <strong>de</strong> la segunda<br />

venida, predijo también lo que habría <strong>de</strong> experimentar su pueblo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el momento en que él sería<br />

quitado <strong>de</strong> en medio <strong>de</strong> el<strong>los</strong>, hasta el <strong>de</strong> su segunda venida en po<strong>de</strong>r y gloria para libertar<strong>los</strong>. Des<strong>de</strong> el<br />

monte <strong>de</strong> <strong>los</strong> Olivos vio el Salvador las tempesta<strong>de</strong>s que iban a azotar a la iglesia apostólica y, penetrando<br />

aún mas en lo <strong>por</strong>venir, su ojo vislumbro las fieras y <strong>de</strong>soladoras tormentas que se <strong>de</strong>satarían sobre sus<br />

discípu<strong>los</strong> en <strong>los</strong> tiempos <strong>de</strong> obscuridad y <strong>de</strong> persecución que habían <strong>de</strong> venir. En unas cuantas<br />

<strong>de</strong>claraciones breves, <strong>de</strong> terrible significado, predijo la medida <strong>de</strong> aflicción que <strong>los</strong> gobernantes <strong>de</strong>l<br />

mundo impondrían a la iglesia <strong>de</strong> Dios. (S. Mateo 24: 9, 21, 22.) Los discípu<strong>los</strong> <strong>de</strong> Cristo habrían <strong>de</strong><br />

recorrer la misma senda <strong>de</strong> humillación, escarnio y sufrimientos que a él le tocaba pisar. La enemistad<br />

que contra el Re<strong>de</strong>ntor se <strong>de</strong>spertara, iba a manifestarse contra todos <strong>los</strong> que creyesen en su nombre.<br />

La historia <strong>de</strong> la iglesia primitiva atestigua que se cumplieron las palabras <strong>de</strong>l Salvador. Los<br />

po<strong>de</strong>res <strong>de</strong> la tierra y <strong>de</strong>l infierno se coligaron para atacar a Cristo en la persona <strong>de</strong> sus discípu<strong>los</strong>. <strong>El</strong><br />

paganismo previó que <strong>de</strong> triunfar el Evangelio, sus temp<strong>los</strong> y sus altares serían <strong>de</strong>rribados, y reunió sus<br />

fuerzas para <strong>de</strong>struir el cristianismo. Encendióse el fuego <strong>de</strong> la persecución. Los cristianos fueron<br />

<strong>de</strong>spojados <strong>de</strong> sus posesiones y expulsados <strong>de</strong> sus hogares. Todos el<strong>los</strong> sufrieron "gran combate <strong>de</strong><br />

aflicciones." "Experimentaron vituperios y azotes; y a más <strong>de</strong> esto prisiones y cárceles." (Hebreos 10:<br />

32; 11: 36.)<br />

Muchos sellaron su testimonio con su sangre. Nobles y esclavos, ricos y pobres, sabios e<br />

ignorantes, todos eran muertos sin misericordia. Estas persecuciones que empezaron bajo el imperio <strong>de</strong><br />

Nerón, cerca <strong>de</strong>l tiempo <strong>de</strong>l martirio <strong>de</strong> S. Pablo, continuaron con mayor o menor furia <strong>por</strong> varios sig<strong>los</strong>.<br />

Los cristianos eran inculpados calumniosamente <strong>de</strong> <strong>los</strong> más espantosos crímenes y eran señalados como<br />

la causa <strong>de</strong> las mayores calamida<strong>de</strong>s: hambres, pestes y terremotos. Como eran objeto <strong>de</strong> <strong>los</strong> odios y<br />

sospechas <strong>de</strong>l pueblo, no faltaban <strong>los</strong> <strong>de</strong>latores que <strong>por</strong> vil interés estaban listos para ven<strong>de</strong>r a <strong>los</strong><br />

inocentes. Se <strong>los</strong> con<strong>de</strong>naba como rebel<strong>de</strong>s contra el imperio, enemigos <strong>de</strong> la religión y azotes <strong>de</strong> la<br />

sociedad. Muchos eran arrojados a las fieras o quemados vivos en <strong>los</strong> anfiteatros. Algunos eran<br />

crucificados; a otros <strong>los</strong> cubrían con pieles <strong>de</strong> animales salvajes y <strong>los</strong> echaban a la arena para ser<br />

<strong>de</strong>spedazados <strong>por</strong> <strong>los</strong> perros. Estos suplicios constituían a menudo la principal diversión en las fiestas<br />

populares. Gran<strong>de</strong>s muchedumbres solían reunirse para gozar <strong>de</strong> semejantes espectácu<strong>los</strong> y saludaban<br />

la agonía <strong>de</strong> <strong>los</strong> moribundos con risotadas y aplausos.<br />

Doquiera fuesen <strong>los</strong> discípu<strong>los</strong> <strong>de</strong> Cristo en busca <strong>de</strong> refugio, se les perseguía como a animales<br />

<strong>de</strong> rapiña. Se vieron pues obligados a buscar escondite en lugares <strong>de</strong>solados y solitarios. Anduvieron<br />

"<strong>de</strong>stituidos, afligidos, maltratados (<strong>de</strong> <strong>los</strong> cuales el mundo no era digno), andando <strong>de</strong>scaminados <strong>por</strong><br />

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