Tokio en tres platillos

Relojes
EL LUJO
DE JÉRÔME DE WITT
The Luxe and Class Magazine
está encantada con esta entrevista,
pues no solo se habla de los relojes
De Witt –lo cual hubiese sido
más que suficiente–, sino que
también se discute la idea de
lujo. Todo gracias a una
agradable plática con
el Sr. Jérôme de Witt,
fundador y presidente
de la suntuosa marca
relojera.
A diferencia de lo que mucha
gente sospecha, el lujo no se determina
según el precio del objeto, de hecho
“eso no se acerca nada a la verdad”
comenta Jérôme; y cabe recalcar que,
en éste –y muchos otros temas más –,
Jérôme de Witt es un hombre al que hay
que escuchar; pues como descendiente
directo de Napoleón Bonaparte, algo
sabe sobre las grandes riquezas de la
vida.
El presidente dice: “En todos
los niveles se puede obtener lujo, pero
siempre se debe entender como algo
más, algo distintivo y especial”, y justo
eso es lo que su fi rma ofrece: una
diferenciación, algo extra que ninguna
otra casa relojera logra. De Witt se
conoce como una marca que refl eja
una visión propia de lo que es alta
relojería, y esto lo logra realizando las
complicaciones más elaboradas, siempre
con base en las tradiciones relojeras
más respetadas.
“Cuando tienes el linaje del
que yo provengo como tu trasfondo,
el entendimiento sobre qué es un lujo
aparece como algo natural”.
Las piezas de De Witt resultan
magnífi cas y, gracias al linaje noble
de su creador, resulta gratifi cante el
escuchar: “Cuando hago un nuevo reloj
o desarrollo un nuevo movimiento,
siempre intento mantener mi visión
personal. Cuando tienes un trasfondo
como el mío, hay ciertos códigos, y son
reglas muy importantes; como respeto
y seguridad, por ejemplo”. Después de
esta sentencia, nosotros le preguntamos
al Sr. De Witt que a qué se refería
con “respeto y seguridad”, a lo que
él contento contesta: “Tenemos una
producción baja, mil o mil quinientos
relojes al año, pero muchas personas
trabajan para que esto sea posible.
Antes que nada porque cada reloj
está hecho a mano –es un relojero
por cronógrafo –, acontece entonces
que el relojero fi rma su esfuerzo, esto
refl eja orgullo por haber trabajado
correctamente, y yo voy a saber quién
está trabajando bien y quién no”. Y
luego sigue: “Después, digamos que
un comprador viene y dice que quiere
éste reloj”, formula mientras señala una
de las piezas que tiene como muestra.
“Primero ésta persona [el comprador]
se merece respeto porque está tomando
en cuenta una marca nueva. Es un
objeto que le gusta, pero que cuesta
sufi ciente dinero. Mi primera obligación
como creador es darle respeto al precio
que va a pagar por el reloj, dándole
un producto de calidad –que también
es un lujo –. A parte de esto, debo
ofrecer también un servicio excelente.
Si algo deja de funcionar y no se puede
reparar, el objeto no llega a ser un
lujo; sino todo lo contrario”, explica
apasionadamente.
Jérôme de Witt piensa
que “los lujos deben ser
capaces de transformarte,
y este cambio sucede
porque te da alegría tener
algo exclusivo. Esto es lo
que yo busco al crear mis
relojes, desde la creatividad
y diseño, y es mi obligación
darle calidad a cada
detalle”.
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