El Mensaje de Atenea Nº 1

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Entrevista
“LA SOCIEDAD DE CONSUMO SIGUE TOMANDO A LAS
MUJERES COMO ESCAPARATES AMBULANTES”
“El gran viaje de la vida es
que te guste ser quien eres”
Carmen Guaita (Cádiz, 1960) es una
mujer todoterreno. Licenciada en Filosofía
pura y maestra especialista en
Ciencias Sociales y en Pedagogía Terapéutica,
ha trabajado durante veintitrés
años como profesora de la enseñanza
pública, de la que es fiel defensora.
Colaboradora habitual en temas de
educación para distintos medios de
comunicación, presentó en Palma su
primera novela, ‘Jilgueros en la cabeza’
(Ediciones Khaf). Una historia sobre una
mujer con profundo deseo de autenticidad,
una mujer que se encuentra a sí
misma y que sabe tender hacia el futuro
un puente de perdón y de esperanza.
- ¿Por qué decidió afrontar la aventura
de escribir una novela? ¿No le asustan
los grandes retos? ¿El qué dirán?
- He sentido siempre el impulso de escribir. Cuando
era niña, escribía lo que me sucedía para
verlo desde fuera. En mi vida profesional, he tenido
ocasión de escribir mucho sobre educación
y sobre ética: nueve libros y cientos de artículos.
El punto de inflexión para mí fue la invitación que
me hizo el gran bailarín y coreógrafo Víctor Ullate
para escribir su biografía. Después de publicar
La vida y la danza (Ed. La Esfera de los Libros,
2013), bien puedo decir que no me asustan los
retos. La biografía de Víctor me hizo comprender
que una novela cuenta la vida de una persona
de ficción y me atreví a empezar. El qué dirán
no estuvo entre mis opciones mientras escribía
Jilgueros en la cabeza. Luego sí, claro, porque
quería publicarla. Y ahora me importa mucho que
guste a los lectores y sea significativa para ellos.
- Su novela la protagoniza una mujer,
Eulalia. ¿Por qué optó por un personaje
femenino?
- Estoy terminando mi segunda novela y el protagonista
es un hombre. Por qué elegí a Eulalia
es difícil de explicar: no es algo racional y seguramente
tampoco es razonable. Eulalia me pidió
que fuera su biógrafa y acepté. Ella contiene, por
supuesto, muchas claves y metáforas en las que
estoy yo, como lo están todos los escritores en
sus libros, pero tiene vida propia. Me emociona
cuando los lectores hablan de ella como si fuera
una persona real porque solo es un puñadito de
palabras, y yo recuerdo cómo elegí unas y no
otras. La “personificación” es el gran milagro de
la literatura y me encanta formar parte de él.