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Estimados participantes:
La manera como afrontamos la vida es una oportunidad maravillosa
para hacer de ella un testimonio, en la búsqueda de la fe y el aporte
a una sociedad más justa, equitativa y en paz. La vocación que nos
anima, recogida en la frase: “Que nadie se quede sin servir”, que
nos enseñó con su ejemplo el padre Rafael García Herreros, nuestro
guía y fundador, es hoy más vigente que nunca cuando nos ponemos al
servicio de ustedes.
En el actual momento por el que atraviesa nuestra historia, es necesario reunir los esfuerzos
individuales y colectivos que nos permitan pensar de manera creativa acerca
de cuál es la mejor alternativa para ambientar un clima de fraternidad y comprensión,
orientando este esfuerzo desde la educación.
El modelo “Semillas” es un camino que construimos juntos, con el anhelo de sembrar
esperanzas, que se conviertan en la mejor manera de ayudar a reconstruir el tejido
social de la nación colombiana. Esta sociedad debe surgir con fuerza de la terrible
experiencia del conflicto y la violencia, lo que nos conduce necesariamente a buscar
nuevos horizontes.
Para ello contamos con toda nuestra disposición, inspirada en el servicio y el deseo de
ser constructores de paz. El padre García Herreros lo expresó de la siguiente manera:
“Ser pacificador, construir la paz, requiere salir de la propia calma y cumplir la misión
en el mundo”.
El nombre del modelo “Semillas” alude a la siembra y a la cosecha que, fundamentadas
en la misericordia de Dios y en la espiritualidad eudista, nos conduzcan a obtener
los mejores frutos y a que todos crezcamos y maduremos juntos, a la sombra de las
enseñanzas y los aprendizajes compartidos.
Los hombres y mujeres de la Corporación Educativa Minuto de Dios les damos la
bienvenida a este espacio, esperando que cada día que pasemos juntos sea rico en
experiencia educativa, crecimiento espiritual y metas cumplidas. Lo mejor de nuestra
capacidad profesional y personal está dispuesto para iniciar el camino.
Me despido con otro pensamiento de nuestro fundador: “El pacificador, no el pacífico,
empeña toda la vida, se compromete. Constructor de paz no es el que se mece
plácidamente en una hamaca, con un libro y un buen cigarrillo. Sino el que conoce
y acepta su misión en el mundo por algo mejor”.
Atentamente,
Diego Jaramillo, cjm
Presidente
Organización El Minuto de Dios