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Cualquier noche puede salir el sol

Reportaje sobre la canción "My Girl" de The Temptations.

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fotos con historia

La formación clásica

de The Tempations en

1965: David Ruffin,

Melvin Franklin, Paul

Williams, Otis Williams

y Eddie Kendricks.

Cualquier noche

puede brillar el sol

Hace ya medio siglo que la maquinaría de la motown dio

a luz uno de sus mejores temas: my girl. Por david Moreu

A finales de verano de 1964

Nueva York ardía bajo un sol

abrasador que derretía el asfalto,

pero la gente seguía viviendo

con su ritmo frenético

y los jukeboxes ponían la banda

sonora de esa época tan bien retratada

en Mad Men. Sin embargo,

aquella tarde se presentaba

distinta en Harlem puesto

que la marquesina del Apollo

Theater anunciaba el concierto

que ofrecerían las estrellas del

sello Motown y que convertiría

a ese club en el epicentro de la

música soul, aunque solamente

fuera durante unas horas.

Como si de un sueño se tratara,

el publico tuvo el privilegio

de ver actuar en un mismo

escenario a Marvin Gaye, The

Supremes, Stevie Wonder, The

Miracles y The Temptations,

grupo vocal que acababa de

lanzar el exitoso single The way

you do the things you do y que

entonces acaparaba las portadas

de todas las revistas.

Cuando las luces se apagaron,

los artistas se dirigieron

a los camerinos para descansar

hasta la segunda función,

pero William Smokey Robinson

tenía otros planes. Siendo

uno de los productores más

famosos de la discográfica de

Detroit, debía aprovechar cada

minuto libre para componer, así

que reunió a The Temptations

alrededor del piano y les cantó

un tema que estaba preparando

para ellos titulado My girl. “Entonces

pensamos que era una

gran composición, como todas

las que habíamos grabado con

él”, nos comenta Otis Williams,

cantante y único miembro superviviente

de la banda original.

En aquel momento, Motown

era la empresa afroamericana

más poderosa, y sus canciones

hacían bailar a la juventud sin

distinciones de razas. Era un

privilegio ganado a pulso por

su presidente, Berry Gordy,

que tuvo la astucia de aplicar

el método de fabricación en

cadena de los automóviles a

su estudio de grabación en un

sótano. “En aquella época,

Motown era un lugar excitante

donde encontrabas gente

con mucho talento y que desprendía

unas vibraciones muy

especiales”, asegura Williams

con añoranza. “Éramos una

gran familia y Berry, pese a ser

un empresario y compositor

muy exigente, se mostraba

como una persona divertida y

cercana”. Sin embargo, el negocio

era lo más importante

para aquel magnate del soul y

sólo confiaba en aquellos que

habían demostrado su capacidad

de facturar éxitos, como era

el caso de Smokey Robinson.

Magia en el estudio

A nadie le extrañó que el joven

productor llegara corriendo al

estudio el 25 de septiembre por

la mañana y se reuniera con The

Funk Brothers, el grupo de

26 esquire • diciembre 2014


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¡Stop villancicos!

Novedades para sobrellevar estas fechas: Legao, Erlend Øye; Seeds, TV on the Radio; Think nothing, We Cut Corners;

Rhapsody in blue, Daniel Ligorio; La Villana canta, La Villana... Lo que sea menos otro álbum de versiones navideñas, por favor.

músicos del sello que trabajaban

en horario de oficina. “En

aquella época no se incluían los

músicos de sesión en los créditos”,

nos aclara Williams. “Años

más tarde empezaron a hacerlo

porque eran tan famosos que

ya no podían pasar por alto su

aportación”. Y es que aquellos

el mítico ‘riff’

inicial fue

sugerido a

última hora

por un músico

de sesión

virtuosos anónimos participaron

en más números uno que

los Beatles, los Rolling Stones,

Elvis y los Beach Boys juntos,

pero nunca salieron en las fotos

ni cobraron derechos de autor.

De vuelta al estudio, Smokey

Robinson en seguida interpretó

el tema al piano para que los

músicos se hicieran una idea.

Tenían una hora para grabarla

en estricto directo antes de

que el siguiente productor reclamara

toda su atención, pero

los veteranos instrumentistas

tan sólo necesitaron dos tomas.

Como es obvio, en aquel momento

nadie sabía cómo sonaría

la versión definitiva, pero ya

se incluía el emblemático riff

inicial sugerido a última hora

por el guitarrista Robert White.

Mientras tanto, The Temptations

seguían con su extensa

gira por los EE UU y disfrutaban

de su estatus de estrellas. A

pesar de la enorme popularidad

de los artistas afroamericanos,

en muchos lugares seguía imperando

la segregación racial

y esas canciones hacían salir a

los jóvenes a las calles en busca

de un futuro más esperanzador.

“Nunca olvidaré un concierto

que ofrecimos en Carolina del

Sur en el que la pista de baile

estaba dividida por la mitad con

una cuerda… Los blancos a un

lado y los negros al otro”, recuerda

Williams con voz seria.

“Al año siguiente, cuando regresamos,

la cuerda había desaparecido.

Blancos y negros

bailaban juntos”.

Una vez finalizado el tour,

The Temptations regresaron

a Detroit y el 10 de noviembre se

encerraron en el estudio junto a

Smokey Robinson para grabar

las voces. “Entonces sucedió la

magia”, explica Williams. El

productor decidió arriesgarse

y ofrecer la parte solista a un

recién llegado que respondía

al nombre de David Ruffin.

Hasta entonces había permanecido

en segundo plano, pero

aquella oportunidad cambió

su vida para siempre. Cuando

la bobina empezó a rodar, la

banda demostró su bagaje en

el doo-wop haciendo unos coros

celestiales y Ruffin deslumbró

con su voz de barítono, que encajaba

perfectamente con esa

melodía romántica. Puede que

el paso del tiempo magnifique

las cosas, pero Robinson ha comentado

más de una vez que si

no hubiera sido por ese cantante

y aquel grupo, nunca habría

compuesto su letra más famosa.

Los acontecimientos siguieron

su curso habitual y el 17 de

noviembre el productor se encontró

con el arreglista Paul

Riser para grabar la sección de

cuerda que aportaría dramatismo.

Cuando Robinson se

sentó en la cabina de control y

los violines empezaron a sonar,

se emocionó al escuchar todas

las piezas del puzzle juntas.

Eso sí, todavía le faltaba pasar

la prueba más dura de Motown.

¿Perrito o single?

Cada viernes se organizaban los

denominados quality control

meetings, donde se evaluaban

las canciones grabadas durante

la semana. Era un encuentro

reservado a productores,

compositores y creativos que

servía para decidir qué temas se

editarían. “Todo lo que sucedía

en Motown se planificaba en

aquellas reuniones y nosotros

nunca estábamos invitados”,

confiesa Otis Williams con una

sonrisa. “Si un título funcionaba,

los artistas y los productores

volvíamos a trabajar juntos

para intentar repetir el éxito”.

Las malas lenguas afirman que

Berry Gordy ponía a prueba a

sus empleados preguntándoles

qué harían si sólo tuvieran un

dólar en el bolsillo: ¿comprar

el single que defendían o un

perrito caliente? Muchas veces

optaban por lo segundo, pero

dependiendo del tiempo que

tardaran en decidirse, él podía

adivinar la calidad de la canción

y su posible éxito.

Precisamente eso fue lo

que sucedió con My girl, que

pasó todos los controles y se

editó el 21 de diciembre de

1964. Siguiendo la tradición,

Gordy llamó inmediatamente

a Smokey Robinson y le dio un

cheque de 1.000 dólares por

haber alcanzado el Nº 1 en las

listas de ventas. En realidad

aún no había sucedido, pero el

presidente del sello tenía el presentimiento

de que no tardaría

y pocas veces se equivocaba.

A principios de marzo, el

single se convirtió en el primer

número uno de The Temptations.

Pocos temas de la época

tuvieron tanta repercusión

como My girl, y el mejor barómetro

para medir su influencia

es enumerar las versiones

de otros artistas: Otis Redding

(1965), Stevie Wonder (1967),

The Rolling Stones (1967), The

Mama’s & the Papa’s (1967), Al

Green (1969) e incluso Smokey

Robinson y Aloe Blacc en una

reciente aparición televisiva

que batió récords de audiencia.

“La gente sigue respondiendo

como si fuera un éxito actual”,

afirma con orgullo Williams.

“Cada vez que la interpretamos,

el público se levanta como si se

tratara del himno nacional… y

bueno, puede que sea el himno

oficial de The Temptations”.

28 esquire • diciembre 2014

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