IAGO ASPAS

OBITUARIO
JUAN TRIBUNA, LA VOZ DEL
PERIODISMO SEVILLANO
No puede entenderse buena parte del pasado más reciente y del que no lo
es del periodismo deportivo sevillano sin asociarlo a la voz Francisco García
Montes, más conocido por Juan Tribuna, sinónimo nacido de lo obvio: su
pasión por estar, primero, en las gradas y, más tarde, por contar desde ellas
lo que sucedía en el campo o en los alrededores de la tribuna, desde la
que ejerció un magisterio irrepetible. Juan falleció el pasado 6 de febrero a
los 91 años, tras combatir durante años con una enfermedad con la que no
pudo.
“Trianero de nacimiento y de tanta intensidad vocacional que jamás
dejó el arrabal y guarda”, decía de él desde su córner Luis Carlos Peris,
Juan Tribuna fue en realidad un adelantado a los tiempos que vendrían. Clásico en lo personal,
conservador, dicharachero de nacimiento y por oficio, simpático y cálido, Juan descubrió una forma
de hacer periodismo radiofónico que aun encajando en los modelos de la época en la que comenzó,
allá por los años 50, pronto incorporó usos que con el paso del tiempo convertirían el modelo de
hacer radio en algo más de todos, en algo mucho más coral. No es extraño, pues, que estuviera entre
los que iniciaron el Carrusel Deportivo en la SER, en la que fue uno de sus baluartes durante años.
Juan Tribuna adelantó, como esos compañeros de arrancada del Carrusel, que venían otros tiempos y
a ellos se adaptó con la gracia de su personalísima voz, lo que le convirtió en un hombre sumamente
popular. Popular y querido en Sevilla, donde era referente. Inspirador, posteriormente, del Carrusel
de Tercera División y director del Carrusel Taurino, la inconfundible voz de Juan Tribuna acompañó
el deporte sevillano, en especial, y el español, en general, durante bastante más de medio siglo.
Colaboró en numerosos medios de comunicación, autor de unos dialoguillos que se hicieron célebres
en la capital hispalense, “Tío Pepe y su sobrino”, Juan se ganó el reconocimiento por ser quien era y
por ser cómo era. Recibió numerosas distinciones, entre ellas las medallas de oro de la RFEF y de la
Federación Andaluza. Fue presidente de la Asociación de la Prensa Deportiva de Sevilla durante más
de un cuarto de siglo y ahora lo era a título honorífico. Su voz se apagó, pero siempre estará entre
nosotros, el día 6 del mes pasado.
ELOY ÁVILA,
JUGADOR CADETE
DE LA SELECCIÓN
DE HUELVA
Un profundo dolor causó en el fútbol onubense
el fallecimiento del jugador cadete de la
selección onubense de fútbol, Eloy Ávila.
El joven falleció en un accidente fatal, tras precipitarse
desde una altura de diez metros por una claraboya
del Hospital Juan Ramón Jiménez de Huelva.
Esta Federación (RFEF) se suma a las muestras de
dolor a su familia.
JOSÉ LUÍS ROMERO, EL MEJOR DEBUT
EN LA HISTORIA DE LA PRIMERA DIVISIÓN
JUGÓ EN EL VALENCIA, UD LAS PALMAS, MÁLAGA, JEREZ, MALLORCA Y CONSTANCIA DE INCA.
EL 22 DE ENERO DE 1950, CON DIECINUEVE AÑOS, DEBUTÓ CON EL VALENCIA
EN SAN MAMÉS Y MARCÓ TRES GOLES.
n MIGUEL VIDAL
Falleció en Palma de Mallorca un grande del fútbol
español de los años cincuenta, José Luís Romero Espinosa,
sin duda el futbolista que a lo largo de la historia
de la Liga ha protagonizado el debut más fantástico en
la Primera División española desde que ésta existe. Aunque
nacido en Las Palmas de Gran Canaria el 16 de febrero de
1930, José Luís Romero tenía establecida su residencia en
Timonel
muchos
años de
un gran
Constancia.
Nombrado leyenda del fútbol balear en 2011.
Mallorca desde 1957. Formado futbolísticamente en las categorías
inferiores del Valencia, Romero protagonizaría el 22
de enero de 1950 la página más bonita de su vida. Este día
la lesión de Gago en el primer equipo del Valencia hizo que
Jacinto Quincoces contara como titular con el joven Romero,
que estaba en el Mestalla, y había recibido con enorme
alegría la citación del técnico. A pesar de su juventud , pues
aún no había cumplido los veinte años; del escenario, San
Mamés, y del rival, Atlético de Bilbao, Romero no se dejó
impresionar. Estaba escrito que iba a triunfar, estableciendo
un récord aún no igualado en la Primera División española:
lograr un “hat treek” en su debut.
Con un San Mamés lleno hasta la bandera y con arbitraje
del Sr. Azón, los equipos formaron así este memorable día
para el joven Romero:
ATLETICO DE BILBAO: Molinero, Nando, Aramberri,
Areta I, Panizo, Venancio (1 gol), Berasaluce, Manolín, Zarra
(2 goles) y Gainza.
VALENCIA:Antonio, Pérez, Díaz, Monzó, Igoa (1 gol),
Puchades, Santacatalina, ROMERO (tres goles: minuto 25,
minuto 29 en colaboración con el defensa Areta I y minuto
44), Amadeo, Fuertes (2 goles), Seguí y Asensi.
El servicio militar segó su continuidad
en el Valencia. Destinado
a Tenerife, sería sin embargo
la Unión Deportiva Las Palmas
quien le reclamaría. Finalizado
el servicio militar Romero se dio
cuenta de que volver a ser titular
en un Valencia cuajado de internacionales
iba a ser una empresa
difícil y pidió ser cedido al Málaga,
que estaba en Segunda División,
y con el que ascendió a Primera
División. Del Málaga pasó
al Jerez, en Segunda División, y
una depresión estuvo a punto de
hacerle colgar las botas con veintiséis
años de edad.
Pero el destino le traería a Mallorca
y al Mallorca. El trato lo
cerraron Romero y el presidente
mallorquinista Jaime Roselló en
Barcelona, donde ambos asistían
el 24 de septiembre de 1957 a la inauguración oficial del
Camp Nou, el estadio del F.C. Barcelona.
En el Mallorca, que estaba en Tercera División aquella temporada
1957-58, no tuvo suerte Romero, ya que volvería a repetirse
la historia: campeón de Tercera y eliminado por el Elche
en la promoción de ascenso a Segunda. Disgustado, Jaime
Roselló adoptó una solución drástica: echar a toda la plantilla, a
excepción de dos jóvenes valores mallorquines, Magín, de Manacor,
y Forteza, del Puerto de Pollensa. Todos los demás, a la
calle, empezando por Romero, pasando por Gas, Campaneta,
Valls, Lalo, Vilar, Insausti, Juan Morro, Jofre y terminando por
Lorenzo Homar. A partir de ahí, en dos años el Mallorca llegó a
Primera División la temporada 1959-60, circunstancia que vivió
con envidia José Luís Romero siendo jugador del Constancia,
en cuyas filas colgó las botas en junio de 1962.
Con los colores del Málaga.
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