En octubre una nueva casa recibe a los arquitectos por Carlos Sánchez Saravia
e-AN 36 nota 8 El próximo 9 de octubre la XVI Bienal Internacional de Arquitectura de Buenos Aires recibe a arquitectos de todo el mundo, esta vez en una nueva casa, la Usina del Arte la antigua Usina de la CIAE de La Boca
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El próximo 9 de octubre
la XVI Bienal Internacional de
Arquitectura de Buenos Aires
recibe a arquitectos de todo el
mundo, esta vez en una nueva
casa, la Usina del Arte la
antigua Usina de la CIAE
de La Boca
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La revista digital de SARAVIA Contenidos
N° 36
por el arq. Carlos Sánchez Saravia
Casa / Estudio
Ricardo Bofill
Barcelona
El próximo 9 de octubre
la XVI Bienal Internacional de
Arquitectura de Buenos Aires
recibe a arquitectos de todo el
mundo, esta vez en una nueva
casa, la Usina del Arte la
antigua Usina de la CIAE
de La Boca.
Año año 6 IV / | abril junio 2017 2015
www.arquinoticias.com/biblioteca
por el arq. Carlos Sánchez Saravia
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óximo 9 de octubre la XVI Bienal Internacional de Arquitectura
Buenos Aires recibe a arquitectos de todo el mundo, esta vez en una
va casa, la Usina del Arte la antigua Usina de la CIAE de La Boca.
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incipio del siglo XX, un “palacio de la luz”
ado por el arquitecto italiano Giovanni
ogna y construido por Martignone e Hijos
re 1912 y 1916, de acuerdo a la estética
strial de la época, albergó el edificio de
alo Argentina de Electricidad, CIAE.
construcción se concretó por etapas.
primera fue la del cuerpo edilicio de Pedro
Mendoza y Pérez Galdós, inaugurado en
6, un edificio rectangular que encerraba
grandes naves paralelas -una para
eras (el actual auditorio sinfónico) y
tra para turbinas (hoy, Nave Mayor).
dos etapas posteriores, la Usina alcanzó
orma final: la construcción de un segundo
edificio, más angosto y pequeño, con una
torre con techo de tejas a cuatro aguas,
separado del original por medio de una
calle interior, y la prolongación de la nave
de generación hasta la calle Caffarena.
Así, en la esquina con Pedro de Mendoza,
quedó conformado un gran atrio de acceso,
un “patio de honor”, con una magnífica
torre-reloj y una escalera artística, que datan
de 1926. Fue un diseño con reminiscencias
a un palacio florentino que marcó un hito
en el paisaje urbano: en el pasado, por su
escala y monumentalidad, y en el presente,
por su calidad, singularidad y color.
Los interiores son
grandes salas para
los generadores
eléctricos, con
techos de cerchas
de hierro y
cubierta de chapa
de zinc.
Hasta fin del siglo XX, funcionó
proveyendo de electricidad de la ciudad,
pasando a manos de SEGBA cuando el
servicio fue estatizado. Con la
privatización de los servicios públicos
durante el menemismo (década de 1990),
la usina quedó definitivamente
abandonada y comenzó su ruina.
Luego de una década de abandono,
entre agosto y septiembre del año 2000,
el Gobierno de la Ciudad de Anibal Ibarra,
decidió emprender la tarea de
recuperación del edificio para ubicar allí
al Auditorio de la Ciudad de Buenos Aires,
sede definitiva de las orquestas Sinfónica
Nacional y Filarmónica de Buenos Aires.
El Gobierno de la Nación aportaría el
bien y el de la Ciudad confeccionaría el
proyecto y financiaría el emprendimiento.
El bien estaba en manos de la ONABE,
quien exigió demostrar que el edificio era
apto para el fin estipulado con antelación
a la cesión del mismo. Se conformó
entonces un equipo profesional dirigido
por el Arq. Álvaro Arrese (fallecio el 22-
10-2016) e integrado por los arqs.
Rodolfo Gassó, Juan Meoz y Sergio
Richonnier, con el asesoramiento
acústico del ing. Rafael Sánchez
Quintana y estructural del Ing. José
Norberto Galay, que realizó el
anteproyecto presentado a la ONABE,
resultando aprobado el uso de Auditorio
para el bien pocos días antes de la crisis
de 2001.
El Gobierno de la Ciudad dio comienzo
a los trabajos, cuya iniciación tenía un
plazo perentorio de dos años,
comenzando la restauración del edificio
anexo, ocupado hoy por el Museo del
Cine, y encarando la mensura del edificio
principal y sus sótanos inundados y el
desarrollo del proyecto definitivo para el
llamado a licitación. Se contó a este fin
con financiación del BID para contratar
los asesores necesarios para el
desarrollo del proyecto definitivo,
sumando al grupo básico encargado de
las tareas a los ingenieros Julio Blazco
Diez en acondicionamiento, Alfredo
Otheguy en instalaciones eléctricas y
Gustavo Basso en acústica, además de
otros especialistas.
Jorge Telerman da comienzo a los
trabajos en julio de 2007, junto con la
ministra de Cultura, Silvia Fajre.
El proyecto incluía una gran nave en la
que funcionarán dos salas o auditorios
(uno para 1700 espectadores y otro para
500). Los mismos se desarrollaron con
fuerte impulso, aprobándose la
documentación ejecutiva elaborada por
la empresa Caputo.
A los cinco meses de asumir la jefatura
de gobierno Mauricio Macri, cambió el
nombre del proyecto a “Usina de las
Ideas” e inauguró una primera etapa
en julio de 2011, para que sea sede
de las IV Jornadas de Humanización
del Espacio Público.
A fines de mayo de 2012, fue anunciado
un nuevo cambio de nombre para el
centro cultural, pasando a llamarse
“Usina del Arte”, y se hizo pública la
inauguración de la sala principal del
complejo el día 23 de ese mes.
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año 6 - número 36 - abril de 2017