REVISTA xxx

los que habían en ese barrio, le agradecimos y nos
fuimos; al salir de la tienda nos reímos por la actitud que
había tenido – y no me refiero a lo molesta cuando le
tuvo que bajar a la música- nos reímos porque apenas
le preguntamos por los lugares que conocía cambio
el modo de hablarnos y tomo una actitud amable
y convencida de lo que nos estaba respondiendo.
Ya eran eso de las 4 p.m. entramos a una panadería
y nos sentamos a descansar y comer algo mientras
esperábamos a que fueran las 6 p.m. (ya que a esa hora
abren todos los sitios de trabajadoras sexuales que hay
en La Paz). Al llegar la hora nos dirigimos al prostíbulo
“El Deseo” y nos dimos cuenta que sí lo habían cerrado
pero para suerte de nosotros hacía poco lo habían
vuelto a abrir sólo que con otro nombre, “Las Dahlias”.
Era un sitio grande, estábamos nerviosos y por las
experiencias de antes resolvimos que entraran solo
2 personas y los demás nos quedáramos esperando
afuera por si algo pasaba, como a los 15 minutos
salió mi compañero pidiéndonos una cámara y
diciéndonos que podíamos entrar, fue un momento
emocionante porque por fin habíamos conseguido a
una chica que nos regalara la entrevista. Al ingresar
al lugar fue un cambio de ambiente totalmente
distinto al de los prostíbulos anteriores, entramos
por un pasillo y el aroma era bastante fresco pues
olía a limpia pisos, llegamos a un pequeño salón
donde las trabajadoras sexuales tenían sus propios
casilleros (unos 40 o 50 aproximadamente), al fondo
estaba el bar lleno de sofás cafés y en el centro había
un tubo, -en el que las chicas hacen sus shows- a
mano derecha estaban los cuartos, realmente fue
sorprendente porque era bastante grande y por
donde quiera que se mirara estaba muy aseado.
Pamela fue la prostituta que mis dos compañeros
habían convencido para que nos diera la entrevista
y fue ella quien decidió que se realizara en una de las
habitaciones, era un cuarto verde biche, tenía una
cama tendida con una sábana, había una mesita de
noche y un baño; al entrar en éste sentimos un poco
de tranquilidad ya que por fin habíamos conseguido
la chica, estábamos tan emocionados que empezamos
a grabar con los celulares y la grabadora de voz, al
concluir nos dirigimos a ella para agradecerle por su
colaboración y muy respetuosamente le pedimos el
número telefónico, ella sin ningún problema accedió.
Salimos de la habitación y muchas de las chicas que
trabajaban en el lugar nos miraban un poco extraño, -
era entendible porque no es común ver a 4 mujeres y
1 hombre preguntando por sus vidas y profesiones ya
que siempre las personas que frecuentan el prostíbulo
van como clientes o simplemente a pasar un buen
rato- sin embargo las saludamos cordialmente y
seguimos para la oficina de la administradora, también
agradecimos a ella por habernos dejado acceder
al lugar y permitirnos hablar con sus trabajadoras,
nos despedimos, salimos y nos alejamos del sector.
Ya en este punto nos sentimos más seguros porque estar
en un prostíbulo no es nada sencillo pues no se sabe
con qué tipo de gente se va a relacionar, para suerte
de nosotros habíamos dado con personas tratables y
respetuosas. Nos despedimos los unos con los otros y
cada quién tomó el camino a su casa con total seguridad
de seguirle poniendo el mayor empeño y dedicación
posible para mostrar la vida de la prostitución, mostrar
que no es una vida fácil como muchos la catalogan
a fin de cuentas mostrar su, corazón al desnudo.
14 REVISTA: CORAZÓN AL DESNUDO