Revista Sala de Espera Venezuela Nro. 155 Junio 2017

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Erika de
aVega l
Una mujer de desafíos
Su pasión por hacer reír al público la acompaña a todas partes. En
esta edición, te invitamos a conocer las emociones, experiencias
y confesiones de su faceta personal nunca antes dichas
Por Elizabeth M. Gutiérrez G. Fotógrafo: Pablo Costanzo - Maquillaje: Nanda Quero - Vestuario: Dani Parets
Quienes seguimos la carrera artística
de Erika de la Vega -locutora, animadora,
comediante y actriz- podemos
asegurar que siempre nos hace
reír, especialmente por sus monólogos
ocurrentes y cotidianos. Tiene la
destreza para llamar la atención, pues con su simpatía y carisma,
se ha convertido en una estrella del humor irreverente.
Si de algo estamos seguros, es que ese don de divertir no
viene precisamente desde su infancia. “De pequeña no me
reía con nada -me cuenta mi mamá-, casi ni hablaba. Podía
estar en frente a un payaso o un mago y siempre tenía la
misma cara seria, con ojos de indio triste. Quizá el sentido del
humor lo uso en retroactivo por todos esos años que no me
reí”, confiesa.
El nuevo comienzo
Erika ha conquistado espacios más allá de nuestras fronteras.
Hace algunos años se vistió de valor y viajó con una maleta
colmada de sueños a Estados Unidos. Sus pasos firmes, autenticidad
y perseverancia, le permitieron llegar a Telemundo y
debutar frente a las cámaras con Erika: casi late night, Yo soy el
artista, Suelta la sopa y Ya era hora.
Para salir adelante, se enfrentó a cambios radicales. “Lo más
difícil de emigrar fue comenzar de nuevo, darme a conocer y
construir un público que no me ha visto nunca. Lidiar con la
nostalgia y dominar el ego”, expresa.
-¿Cómo asumió los cambios a nivel personal
y profesional? ¿Le costó adaptarse?
-Siempre cuesta adaptarse a un sistema completamente
nuevo, a una ciudad y a una rutina diferente. Es un proceso
inevitable donde entras en un estado de extrema desubicación.
Poco a poco comienzas a adaptarte y entender el entorno. A
partir de ahí comienzas a forjar un nuevo futuro, que quizás no
estabas buscando pero fue lo que te tocó.
-A partir de su experiencia en Venezuela, ¿cuál es la
diferencia entre la televisión de acá y la extranjera?
-Al hacer televisión en mi país uno sabe lo que está hablando,
las referencias son las mismas que tiene el televidente. Estamos
conectados por una realidad y una cotidianidad.
El público hispano de los Estados Unidos está formado por
diferentes nacionalidades y cada una tiene sus propios códigos y
tradiciones, el reto es lograr identificarte con ellos y ellos contigo.
Solo el tiempo te hará local.
-¿Cuál es el aprendizaje más valioso
que ha obtenido en Telemundo?
-Buscar, con tres meses de antelación, un buen vestido para
los premios, y no una semana antes como siempre me pasa.
-¿Con qué animador le gustaría trabajar y por qué?
-Con alguien que me lleve bien, que nos podamos comunicar,
que no quiera figurar más de la cuenta, que trabaje en equi-
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