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Edicion Especial Verano-17

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Amanece en Aôaldalsvegur, parece que hoy el<br />

Sol está de nuestro lado, y nos quiere acompañar,<br />

lo cual es de agradecer en unos parajes tan fríos<br />

como los que estamos atravesando.<br />

El periplo de hoy es normal, del cual anhelamos<br />

por vivir dos nuevas experiencias; el resto,<br />

es simplemente ruta; pero nos hallamos en<br />

Islandia, y aquí pueden producirse sorpresas<br />

impensables.<br />

Nuestra primera parada fue en Goðafoss,<br />

así llamada la Cascada de los Dioses. Este<br />

espectacular salto se halla al norte de la<br />

isla. Las frías aguas del río Skálfandafljót se<br />

precipitan desde una altura de doce metros,<br />

con una anchura de treinta metras. Las crónicas<br />

de tiempos vikingos narran que en el año 1000<br />

se declaró la Cristiandad en Islandia, y, para<br />

confirmar la victoria de la nueva religión sobre<br />

los cultos paganos anteriores, se lanzaron al<br />

lecho de la cascada todos los iconos e ídolos<br />

de las anteriores divinidades, y las gentes<br />

abrazaron el nuevo credo católico. Este es<br />

uno de los escenarios para contemplar in situ<br />

las grabaciones de “Juego de Tronos”, que<br />

podremos disfrutar en su cuarta temporada.<br />

resultaba casi imposible seguir la marcha, sin<br />

distraernos ante la grandiosidad espacial que<br />

nos rodeaba; eran imágenes extraídas de las<br />

visiones de los viajeros románticos del siglo<br />

XIX, grabadas en tarjeta postal, pero, en este<br />

caso, en nuestro archivo más imborrable: la<br />

memoria; todo formaba parte del caleidoscopio<br />

espacial que nos envolvía (riachuelos, rocas,<br />

volcanes, lagos, acantilados, profundos valles,<br />

algunos rebaños de ovejas…, y una carretera<br />

que había olvidado su condición de vía asfáltica,<br />

que nos llevaba a través de una de las islas más<br />

fascinantes de la tierra.<br />

Un elemento casi constante en este viaje fue<br />

el viento, que hacía mover la proa de la Perla,<br />

mientras que los lados había que mantenerlos<br />

firmes, para no caer al suelo; en suma, teníamos<br />

que ir con la mayor precaución.<br />

Volvimos a dejar la N-1, adentrándonos en una de<br />

esas pistas que tanto nos encanta a los moteros,<br />

por sus baches, arenilla y roderas…; pero para<br />

eso también hemos venido a aquí, a los confines<br />

del mundo conocido, y, sin dejar de acatar las<br />

órdenes del GPS, fuimos guiados durante unos<br />

30 minutos por un camino de cabras.<br />

de tres en tres; más adelante os explicaremos<br />

por qué…); seguidamente llegamos a un parking<br />

de tierra, donde no habían más de una docena<br />

de coches (la mayoría 4X4).<br />

Allí aparcamos la Perla, bien calzada, para que<br />

el aire no hiciera de las suyas, y con el peso que<br />

llevaba la pobre, hubiese sido un problema que<br />

ésta se hubiese caído al suelo. Hvitserkur nos<br />

aguarda a unos 50 metros del parking.<br />

Aquella espectacular roca, que cuenta con<br />

dos arcos naturales en su base, acosada<br />

constantemente por las fuertes mareas, el<br />

viento, la lluvia y los excrementos de las aves,<br />

mostraba un peculiar aspecto de un elefante,<br />

o mamut prehistórico, de piedra varado en la<br />

costa. Diferentes especies de aves anidan en<br />

sus verticales y negruzcas paredes de roca<br />

volcánica; por ello, este acantilado es conocido<br />

en islandés “camisa blanca”.<br />

En aquel espectacular escenario nos hubiésemos<br />

quedado toda aquella jornada; parecía imposible<br />

que la Naturaleza hubiese esculpido aquella<br />

maravilla geológica, rodeada por el mar y a un<br />

tiro de piedra de la costa. Un viento salvaje quería<br />

arrancarnos la cabeza, por lo que decimos ir de<br />

camino al hotel.<br />

Después nos esperado un largo trecho; el<br />

paisaje nos iba sorprendiendo a cada kilómetro;<br />

Pero debíamos conducir con precaución, porque,<br />

de vez en cuando, se nos cruzaba alguna oveja<br />

despistada (aviso al navegante: las ovejas van

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