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ISBN<br />
IMPRENTA<br />
WEBSITE
PRÓLOGO
Humberto E. Robles. Fotografía: Mercedes Robles ©<br />
Jorge Loor Giler. Irreverente &<br />
provocador es el nombre del<br />
libro que el lector tiene en sus<br />
manos. El subtítulo propone que<br />
se trata de “Textos, testimonio e<br />
imágenes”. Difícil es clasificar un<br />
libro sin género. Tampoco es esa<br />
la intención aquí. Se trata de un<br />
respetuoso homenaje de su hija<br />
mayor a la presencia personal y<br />
profesional de su padre. Inevitable<br />
que corra por el libro una cariñosa<br />
nota de nostalgia y de melancolía,<br />
particular que sale a flote en<br />
los textos y en las imágenes<br />
reproducidas.<br />
Así, en primer término,<br />
tenemos aquí una suerte de<br />
biografía que arma la silueta<br />
familiar y profesional de la<br />
trayectoria de Jorge Loor, desde<br />
sus años mozos hasta este 2016.<br />
El perfil que surge de las imágenes<br />
y comentarios del agasajado<br />
remiten a una persona fuera de<br />
lugar en su medio, constantemente<br />
cuestionando los valores que van<br />
desde la presunta belleza de su<br />
ciudad, Portoviejo, hasta la ética<br />
social y política establecida por<br />
una rancia tradición que la esfera<br />
pública se encarga de certificar.<br />
Frente a cotidianos empotrados en<br />
usos y costumbres, las aspiraciones<br />
del individuo acaban en<br />
ineludibles desencuentros.<br />
El lector puede seguir<br />
las páginas de “Irreverente &<br />
provocador” por medio de las<br />
declaraciones que el sujeto hace<br />
acerca de su derrotero a lo largo<br />
de los años.<br />
Habla allí de su intereses:<br />
el periodismo, la cámara, el<br />
verbo. Esos comentarios no son<br />
baladíes. El buen lector podrá<br />
recuperar de esos diálogos con un<br />
interlocutor anónimo la intrahistoria<br />
de un individuo, sí, pero también<br />
del medio en que a éste le tocó<br />
nacer y vivir. Información hay allí<br />
sobre revistas, diarios, el inglés, la<br />
modernidad, y sobre la manera en<br />
que las crónicas que constituyen<br />
“En las calles” adquirieron forma<br />
y responsabilidad. Publicadas día<br />
a día en Diario Manabita a lo<br />
largo de unos 20 años, hoy uno<br />
lee esos artículos pensando en<br />
que la suerte del ser humano, en<br />
cualquier ámbito, es un constante<br />
recomenzar. En el fondo sentimos<br />
el desacuerdo del autor con el<br />
sentido de valores económicos,<br />
sociales y políticos que causaban<br />
en él un sentido de asfixia y<br />
desacuerdo frente a un mundo<br />
provinciano, anclado en intereses<br />
y reglas, incapaz de sortear<br />
barreras que lo colocaran en un<br />
verdadero camino al progreso.<br />
Rezuma de esos escritos la lucha<br />
a favor de la modernidad. Las<br />
experiencias de Jorge Loor por<br />
latitudes otras –-Corea, Japón,<br />
Estados Unidos-– lo ubican en<br />
ese umbral que invita a dar el<br />
paso más allá de proverbiales<br />
maneras de ser y pensar. Que<br />
unos lectores se identifiquen con<br />
esa perspectiva y otros no tanto,<br />
no debería de sorprender. Mucho<br />
se ha hecho, para bien o para<br />
mal, por defender eso que se<br />
lla ma progreso. En el Ecuador<br />
y en Manabí se viene librando esa<br />
lucha desde al menos la época de<br />
Eloy Alfaro. Unos la ven como un<br />
simple cotejo entre el cultivo y lo<br />
yermo; otros se oponen, pensando<br />
que para que haya verdadero<br />
cambio es necesario revolucionar<br />
la manera de ser y comportarse de<br />
un pueblo.<br />
En algún momento, Jorge<br />
Loor se refiere a su provincia<br />
natal como “no civilizada”. Esos<br />
juicios, seguro, han de causar<br />
reacciones muy duras de partes<br />
de los defensores de patriotismos<br />
provincianos. Pocos le han de<br />
perdonar que califique a Portoviejo<br />
como una ciudad “fea”. Desde<br />
ya me pregunto la reacción de los<br />
que piensan en esa urbe como un<br />
“París chiquito”, conforme años<br />
ha algunos solían denominarla<br />
entre veras y burlas. Los textos<br />
provocarán al lector. Quizás<br />
acusen al autor de “perverso”,<br />
cual su pareja, madre de sus hijos,<br />
lo prorrumpe en algún momento.<br />
La mayoría de las imágenes, sin<br />
embargo, le darán al lector otro<br />
punto de mira, constituyen un<br />
testimonio que coincide con la
opinión de lo feo y lo no civilizado<br />
que uno que otro texto alude.<br />
Hacer un registro de<br />
imágenes, me refiero a las que<br />
no tienen que ver con el lado<br />
íntimo y familiar de Jorge Loor,<br />
es ver un montaje de contrastes<br />
en que figuran el retraso, la<br />
incomodidad, lo proverbial, la<br />
ceremonia, la presencia de lo<br />
cotidiano. Ver esas imágenes es<br />
reconocer las capacidades del<br />
fotógrafo, de su mirada en busca<br />
de lo no familiar, pero que a la<br />
vez es familiar. Valga el oxímoron.<br />
Hay varias fotografías hacia<br />
las cuales remito al lector. Una<br />
que capta un sepelio en que en<br />
andas va un número de ataúdes<br />
compartiendo el espacio con una<br />
especie de delta imaginario, de<br />
zaguán que trasunta expectativas<br />
y penas, donde cuchichean dos<br />
niñas púberes llevando un ramo<br />
de flores. Las sonrisas inmaculadas<br />
y eróticas de las colegialas,<br />
yuxtapuestas al fondo fúnebre,<br />
burbuja el encuentro de la muerte<br />
y de la vida, de la tradición y<br />
el tácito empuje hacia nuevos<br />
horizontes. Hay otras fotos que<br />
aún hoy también resuenan. He<br />
allí los niños viviendo su alegría<br />
elemental, especialmente aquel<br />
saboreando algún gusto, con una<br />
duna y un perro al fondo. También<br />
está la de los jóvenes cubiertos de<br />
limo, quienes, entre bromeando<br />
y reclamando, proyectan una<br />
imagen de audaz solidaridad y<br />
soberbia frente al lente intruso<br />
del fotógrafo. Y qué pensar del<br />
montaje de imágenes de un líder<br />
político, repitiéndose y repitiendo,<br />
vaya analogía, virtuales arengas<br />
en las que en el fondo hasta<br />
un poco de desprecio hacia su<br />
pueblo quizás esconden, pero<br />
que, no obstante, charreteras y<br />
acólitos insisten en colocarle al<br />
caudillo y al corego el sombrero<br />
blanco de los castos.<br />
Caso aparte, la testa<br />
de una vaca sorprende por su<br />
humanidad y tristeza. ¿Y qué<br />
decir de las labores, vestir y<br />
sonrisas de los campesinos?<br />
¿Acaso no contrasta la<br />
indumentaria de éstos con la del<br />
amigo fotógrafo, subrayando así,<br />
a pesar de cualquier empatía,<br />
las distancias entre el uno y “el<br />
otro”? Tradición, repetición y<br />
cambio están por doquier en<br />
esas imágenes. Ninguna resulta<br />
tan eficaz como la de ese Suzuki<br />
atascado en el fango, importada<br />
“hormiga roja”, patinando en una<br />
ruta que no se sabe ni de dónde<br />
viene ni para dónde va. Por lo<br />
demás hay balandras, hay fotos<br />
de pesca, de playa y de olas,<br />
de sirenas y aguardiente, de<br />
pelícanos en flor y de gallinazos<br />
cebados, en espera, mirándolas<br />
bañarse desde su parapeto<br />
maléfico y voraz.<br />
“Juventud divino tesoro”<br />
decía el poeta. ¿Dónde estarán<br />
esas sirenas ahora? ¿Dónde<br />
estarán los que babosos las<br />
miraban retocadas en la página<br />
central de Gregorio, la revista que<br />
fundó y llevó por largo tiempo,<br />
con comité editorial internacional,<br />
Jorge Loor. Éste de vez en cuanto<br />
se chantaba su sombrero de<br />
embustero. ¡Bien hecho! Su<br />
incisiva picardía estaba en eso.<br />
Su cariño a su gente figura en las<br />
fotos también. Pocos sabrán quién
es quién. No son los campesinos.<br />
¡No! Hay fotos en que hay ternura,<br />
familia íntima, hay fotos en que<br />
brotan las generaciones de retoños<br />
verdes, hay otras en que los que<br />
alguna vez presentes se han ido,<br />
memoria son; y, hay otras en las<br />
que los que brillo fueron los ha ido<br />
carcomiendo el tiempo.<br />
“Textos, testimonios<br />
e imágenes” es el subtítulo<br />
anunciado de los “irreverentes”<br />
relatos y cuadros de Jorge Loor.<br />
Algo hemos sugerido sobre esos<br />
dos avisos. Queda por comentar<br />
la referencia a los “testimonios”.<br />
Todo el libro es un testimonio a<br />
una época, a una comunidad, a<br />
una familia y al recorrido del autor<br />
de las páginas de Irreverente &<br />
provocador, libro en que colindan<br />
imagen y letra. El lector por uno<br />
u otro sendero podrá entrar a las<br />
relaciones que trae de por sí la<br />
memoria, los trucos de la memoria.<br />
Cada lector irá arreglando y<br />
desarreglando lo que encuentra<br />
en esas páginas. Así, téngase en<br />
cuenta que Jorge Loor nace en<br />
1935. Ese año, he allí un enlace,<br />
se publica una novela importante<br />
de Jorge Icaza titulada En las<br />
calles. No viene al caso decir<br />
más, salvo que el alegato implícito<br />
en la novela de Icaza y en las<br />
páginas de este libro indica que<br />
ha habido una inquietud profunda,<br />
al borde de la ira, respecto a la<br />
realidad inmediata ecuatoriana,<br />
solventada acaso por el sentido<br />
de solidaridad familiar que<br />
pareciera protegerla de imprevistos<br />
estallidos. Sentido de familia<br />
particularmente fuerte en Manabí,<br />
evidente en las imágenes que<br />
recogemos del libro de Jorge Loor.<br />
Por último, pensando en<br />
trabazones, cuando me acerqué<br />
a este libro, no pude menos<br />
de recordar fragmentos de la<br />
primera oración de una célebre<br />
novela, Cien años de soledad<br />
(1967), donde se pronuncia que<br />
un personaje: “Muchos años<br />
después […] había de recordar<br />
aquella tarde remota en que […].<br />
El mundo era tan reciente que<br />
muchas cosas carecían de nombre<br />
…” Al repasar las páginas de<br />
Irreverente & provocador, con<br />
sus viñetas y sus letras, el lector<br />
sabrá apreciar las alusiones al<br />
tiempo en la frase arriba citada,<br />
reconocerlas a su manera. Por un<br />
lado un historial de enlaces; por<br />
el otro, no menos, la manera en<br />
que funciona la memoria cuando<br />
nos encontramos ante experiencias<br />
que de alguna manera conjugan<br />
pasado, presente y porvenir:<br />
añoranza y melancolía, lo estático<br />
y lo temporal.<br />
La historia de una pequeña<br />
ciudad, de una provincia pujante,<br />
y de toda una familia recorre los<br />
folios de este libro-álbum-crónica.<br />
Humor y sentido de lo ridículo hay<br />
allí. Amor por el mundo expuesto<br />
también. Años vendrán y todo esto<br />
se convertirá en “recuerdos del<br />
porvenir”.<br />
Humberto E. Robles<br />
Brickell, septiembre, 2016
TRIBUTO<br />
Este libro es un tributo a<br />
mi padre, las raíces de esta obra<br />
son el resultado de memorias de<br />
la infancia al ver a mi padre crear.<br />
Memorias que constituyen la fuente de<br />
inspiración que alimenta mi evolución<br />
como artista hasta el presente.<br />
La primera vez que consideré<br />
publicar un libro sobre la obra<br />
periodística y artística de mi padre<br />
sucedió hace más de treinta años.<br />
Hoy, finalmente tengo el honor de<br />
presentarla como contribución al<br />
desarrollo cultural Manabita y a su<br />
historia. Los años formativos son<br />
parte de mis memorias más felices<br />
pues nuestra casa estaba poblada<br />
por objetos que él mismo diseñaba y<br />
fabricaba a mano; desde esculturas,<br />
pinturas, fotografías hasta objetos de<br />
uso cotidiano. Objetos que eran el<br />
resultado de su incesante capacidad<br />
creativa. En alguna ocasión, por<br />
ejemplo, mi padre pintó el vestido<br />
que modelé para un evento. Yo quizás<br />
tendría alrededor de siete años.<br />
Fue este período de mi vida el<br />
sustento de mi desarrollo como artista<br />
así como mi fuente de inspiración y<br />
energía creativa.<br />
La puesta en escena de<br />
esta obra documental tiene como<br />
actor principal el hecho de haber<br />
conocido a mi marido, Tarek. Nuestro<br />
matrimonio ha sido la tierra fértil para<br />
ambos tanto como artistas cuanto<br />
como personas y pareja. Nuestra<br />
vida en Los Ángeles es una inmensa<br />
y gratificante experiencia que nos ha<br />
dado la vida para dedicar nuestras<br />
energías a crecer como gestores<br />
culturales, artistas, exploradores de<br />
la creatividad, y sobre todo como<br />
personas quienes aprecian las artes<br />
como sustento de vida, como lo hizo<br />
mi padre durante la suya.<br />
Esta obra es nuestro reconocimiento<br />
para él, quien entre sus muchos artes,<br />
oficios, y emprendimientos fundó<br />
“Editorial Gregorio” en Portoviejo,<br />
Manabí. Una experiencia que<br />
marcaría la vida de mi padre y<br />
nos proveería de una incalculable<br />
fuente de contenidos para crear esta<br />
obra. Qué maravillosa oportunidad<br />
poder presentar una selección de sus<br />
creaciones, de sus punzantes, claros,<br />
y frontales editoriales. De sus sensibles<br />
imágenes, y de sus fragmentos<br />
de vida expresados en pequeñas<br />
anécdotas que contextualizan al<br />
lector para proveer de una mejor<br />
comprensión del contexto donde<br />
fueron capturadas y su temática.<br />
De la misma manera el matrimonio<br />
de mis padres y la abnegada y<br />
cuidadosa dedicación de mi madre<br />
a su marido por la dulce calidad de<br />
mi propio matrimonio. El matrimonio<br />
de mis padres y su devoción por su<br />
relación han sido mis lecciones de<br />
vida más valiosas. Lecciones que me<br />
ha servido para mantener a mi familia<br />
unida con responsabilidad, profundo<br />
respeto, y amor que me honran al<br />
ser la mayor de la progenie de mis<br />
padres.<br />
Finalmente, trabajar con<br />
Guido y observar su respeto al<br />
trabajo del legado de mi padre<br />
han generado en mí un profundo<br />
agradecimiento hacia él y su trabajo.<br />
Esta obra es el resultado de la<br />
confluencia de todos estos factores<br />
mencionados en la primera, y<br />
ciertamente no la última, obra que<br />
honra el legado de mi padre a la<br />
cultura de mi amado, y su amado,<br />
Manabí.<br />
Sonya Loor Algosaibi
Ejemplo de una de las imagenes originales sin restauración digital.<br />
El proceso de restauración y reconstrucción digital tomó aproximadamente seis<br />
cientas horas de laborioso trabajo.<br />
En una nota más técnica el lector podrá observar que la fuente escogida para los<br />
textos de esta obra es de gran tamaño (12 puntos). Una decisión de diseño<br />
pensada en facilitar la lectura a los lectores de mente sabia y ojos experimentados.
DISEÑA LENTO<br />
En la cultura China no se<br />
acostumbra decir “salud” cuando<br />
alguien estornuda, de la misma<br />
manera que nadie dice “perdón” para<br />
ponerse al frente o “buen provecho”<br />
cuando entra o sale de un restaurante.<br />
Sin embargo, la gente educada dice<br />
“Màn man chī“( 慢 慢 吃 ) que significa<br />
“coma lento” en un afán de simbolizar<br />
la importancia de tomarse su tiempo<br />
y hacer las cosas con calma. Dejar la<br />
vida fluir a su propio ritmo. Esta idea<br />
viene muy en contraste con la forma<br />
como el mundo occidental se mueve<br />
al otro lado del planeta donde tanto<br />
la velocidad cuanto la urgencia son<br />
considerados valores dentro de una<br />
sociedad que vive apurada.<br />
Cuando me aproximé al diseño<br />
de este libro creí, equivocadamente,<br />
que sería un proyecto de corte rápido.<br />
Es un libro de fotos con textos me dije.<br />
En un par de meses a lo mucho estaría<br />
impreso pensé. Este pensamiento data<br />
de hace ya un par de años, o más. La<br />
versión que el lector tiene en sus manos<br />
es la quinta iteración de un proyecto<br />
que se convirtió en parte integral de<br />
mi vida. Siempre presente, siempre<br />
en el pendiente. Casi casi que otra<br />
disertación de Ph.D. pero sin diploma<br />
al final del camino pero con mayores<br />
gratificaciones.<br />
Un proyecto que ha ido mucho<br />
más allá de las fronteras del diseño<br />
para encontrar tierra fértil en los<br />
campos de las lecciones de vida.<br />
Ha sido gracias a este libro<br />
que he logrado conocer un poquito de<br />
la vida de un personaje de realismo<br />
mágico, un Davinci Ecuatoriano de<br />
verdad. Conocí a un patriarca de una<br />
familia con historia quien, gracias a su<br />
impetú y a su mente clara, ha logrado<br />
sembrar innumerables historias, mitos,<br />
y leyendas en su prole que crecerá<br />
con la bendición de contar con<br />
documentación de fuente primaria<br />
sobre la historia de su familia.<br />
La recolección del material<br />
para esta obra incluyó varios viajes<br />
por los aires cambiando hemisferios de<br />
norte a sur y de sur a norte. Inclusive<br />
con cambios de husos horarios,<br />
lenguajes y culturas, y hasta veinte y<br />
cuatro horas en tren desde Richmond a<br />
Fort Lauderdale para así completar una<br />
entrevista en un centro de recuperación<br />
para gente de la tercera edad donde<br />
Don Jorge estaba internado durante<br />
unas semanas.<br />
Allí tuve el privilegio de<br />
escuchar sus historias, la vida detrás<br />
de cada imagen y así observar de<br />
primera mano como la mirada de Don<br />
Jorge volvía a llenarse de vida mientras<br />
sus ojos pícaros revivian las emociones<br />
que debió haber experimentado justo<br />
el momento de capturar cada foto.<br />
Sin pensarlo el libro se fue<br />
convirtiendo en parte esencial de mi<br />
vida y Don Jorge en la figura granpaternal<br />
que nunca tuve.<br />
De pixel en pixel y luego de<br />
meses de reconstrucción digital de<br />
material deteriorado por el tiempo<br />
empezaron a emerger las images<br />
seleccionadas de entre miles,<br />
literalmente miles, de parte de las fotos<br />
y negativos que Don Jorge produjo<br />
durante su vida como periodista,<br />
artista, y contador de historias.<br />
Por otra parte, el trabajo con<br />
Sonya, la mentalizadora de este<br />
proyecto, fue esencial. No sólo desde<br />
la perspectiva de producción ejecutiva<br />
sino por el contagioso empuje --léase<br />
exigencia de excelencia-- para lograr<br />
que esta obra se convierta en una<br />
realidad tangible. Sonya es evidencia<br />
tácita de que gran parte de la<br />
personalidad de los padres, así como<br />
su inteligencia, creativad, e ímpetu son<br />
hereditarios. En ella, en sus ojos, se<br />
puede volver a vivir la mirada de Don<br />
Jorge así como su energía. Trabajar<br />
con Sonya ha sido otro privilegio que<br />
he podido vivir durante el proceso de<br />
diseño de esta obra y un ejemplo de<br />
vida sobre como honrar el trabajo del<br />
padre.<br />
Finalmente, desde la<br />
perspectiva de educador de diseño,<br />
comunicación, y artes plásticas puedo<br />
asegurar que este libro con el paso del<br />
tiempo constituirá un referente seminal<br />
en la construcción de la historia de<br />
Portoviejo, convirtiéndose así en una<br />
herramienta de investigación esencial<br />
para comprender la realidad de la<br />
provincia de esa época para las<br />
generaciones que vendrán.<br />
Por ello creo que la expresión<br />
“diseña lento” resume de manera<br />
óptima el proceso que permitió la<br />
puesta en escena de Irreverente &<br />
provocador. Largo proceso que se<br />
tomó su tiempo para culminar en una<br />
obra llena de significado además<br />
de constituir una entrañable historia<br />
personal que utilizaré una y otra vez<br />
con mis estudiantes cuando tenga<br />
que hablar sobre la importancia de<br />
conectarse emocionalmente con el<br />
proyecto que uno diseña para así<br />
generar un producto cultural de valor y<br />
trascendencia.<br />
Dr. Guido Alvarez, PhD, MFA<br />
Wenzhou, China. Abril 2017
Foto tomada con la cámara chiquita, yo seguramente tenía 21 años. Nací el 25 de abril de 1935. Tenía un amigo, hijo<br />
de un comerciante de apellido García, quien tenia un almacén. El hijo se sacaba las películas del almacén de su padre.<br />
Los químicos los hacíamos nosotros mismos, iguales a los que usan los fotógrafos del parque. Casi tenía que ser muy<br />
estático, muy lento porque las películas eran de baja velocidad.
Fui periodista desde los 17 o 18<br />
años y siempre me gustó. Tenía<br />
un periódico mural que lo hacía<br />
totalmente. Para que se vea más<br />
profesional, tenía que ponerme<br />
diferentes seudónimos y así la<br />
gente piense que había varios<br />
periodistas.<br />
Yo siempre andaba con mi<br />
cámara y publicaba en Vistazo,<br />
en el diario Universo y en<br />
el diario Manabita también.<br />
Después tuve mi propio período.<br />
Para ello compramos la primera<br />
imprenta offset que llegó a<br />
Manabí y ahí publicábamos<br />
diferentes folletos y la revista<br />
Gregorio. Teníamos la enorme<br />
ventaja de que la tipografía<br />
se hacía en una máquina IBM,<br />
se fotografiaba y se hacía en<br />
la plancha. Al contrario, de<br />
los tipógrafos tradicionales,<br />
nosotros lo hacíamos todo muy<br />
rápidamente, ellos tenían que<br />
armar de letra en letra la página.<br />
Al inicio hicimos un préstamo al<br />
banco, pero luego se lo vendí<br />
todo a mi hermano pues yo era<br />
más soñador; no me importaba<br />
gastar cien para ganar<br />
cincuenta, lo que me interesaba<br />
era el resultado, tubos de<br />
agua. Y si los dividen en cuatro<br />
se obtienen cucharones para<br />
cocinar el arroz.<br />
Yo no escribía en máquina<br />
sino a mano y generalmente<br />
tenía dos secretarias quienes<br />
se encargaban de transcribir<br />
los textos, así generaba el<br />
material para el periódico o<br />
el suplemento. A partir de este<br />
material, el director escogía los<br />
contenidos de cada edición.<br />
Yo tenía una columna que se<br />
llamaba EN LAS CALLES, ésta<br />
se publicó por 22 o 23 años,<br />
todos los días, ¡sin falta! Al<br />
dueño del periódico le gustaba<br />
que trabajemos así, él tenía un<br />
“file” o archivo de donde sacaba<br />
el material listo, le encantaba<br />
mi estilo de escribir que era<br />
medio “campechano”. Yo mismo<br />
era una máquina de escribir y<br />
fotografiar. Era muy amigo de la<br />
gente alta del mundo mediático;<br />
pero nunca me pudieron<br />
conquistar para dejar mi mundo.<br />
Todos los artículos comenzaban<br />
de la misma manera con<br />
las palabras: EN LAS<br />
CALLES NUESTRAS... e iban<br />
acompañados de mis fotografías<br />
o ilustraciones. A la gente le<br />
gustaba porque era un texto más<br />
íntimo, más personal, sarcástico<br />
e irreverente. Era un estilo<br />
pegajoso que daba ganas de<br />
leer. A mi mujer nunca le intereso<br />
ese asunto, porque el tono de mis<br />
escritos me metía en líos sociales<br />
toda la vida.<br />
En la oficina personal, que a su<br />
vez, era mi estudio y la imprenta,<br />
no había muchos que hablen<br />
inglés. Yo lo hablaba muy bien,<br />
por todos los años que viví en<br />
los Estados Unidos; es por ello,<br />
que cuando iban delegados del<br />
cuerpo de paz, por ejemplo, los<br />
llevaban directamente conmigo<br />
para discutir temas de toda<br />
índole: de política, de negocios,<br />
de cultura. De esa forma, yo<br />
lograba mantenerme al frente<br />
del quehacer informativo de la<br />
ciudad.
Yo tenía un Jeep Suzuki rojo,<br />
al que le bautizamos como LA<br />
HORMIGA COLORADA, tenía<br />
la costumbre de invitar a subir<br />
al carro a quien sea que me<br />
encontraba en el camino. Así<br />
podía conversar de cosas que<br />
jamás habría conversado, así<br />
como también experiencias<br />
desagradables, como un señor<br />
que apestaba como el mismísimo<br />
infierno. En otra ocasión recogí<br />
a una viejita; vieja, vieja, vieja<br />
la señora. De repente veo que la<br />
viejita me miraba y me miraba,<br />
cuando finalmente le pregunté,<br />
qué tanto me veía, resultó que<br />
fue la cocinera de mi papá.<br />
Lindo era mi carrito, yo tenía<br />
mucha prolijidad en su cuidado.<br />
Tenía un amigo mecánico con<br />
quien llegamos a un convenio,<br />
en donde yo le pagaba una<br />
mensualidad para que me revise<br />
y mantenga el carro diariamente,<br />
para que estuviera en óptimas<br />
condiciones todo el tiempo.<br />
Efectivamente me lo cuidaba<br />
tanto que yo podía llegar a sitios<br />
donde otros carros no entraban.<br />
Alguna vez, recogí una señora<br />
que dio a luz en el carro. En<br />
otra ocasión, me vi en aprietos<br />
porque en la zona por la que<br />
estaba cruzando había habido<br />
varios robos de ganado y de<br />
repente llegó un momento que<br />
me rodeó mucha gente con<br />
machetes. Felizmente, yo solía<br />
llevar en mi carro montones<br />
de periódicos; al ver que me<br />
rodeaban, bajé del carro, abrí la<br />
puerta de atrás del Jeep, saqué<br />
los periódicos y se los regalé. Así<br />
me los gané y me contaron su<br />
problema.<br />
En esos tiempos, Manabí todavía<br />
era agreste, no civilizado. Una<br />
vez me toco hacer un reportaje<br />
en la montaña y me decían: “no<br />
vaya porque hay gente mala”.<br />
Sin embargo, así aprendí el<br />
secreto de la montaña. –Mire<br />
-me dijeron- vaya con un niño<br />
y donde sea que llegue, deje<br />
que el niño vaya primero.<br />
Efectivamente, los criminales<br />
respetan al niño, nunca tuve<br />
problemas.<br />
Yo escribía todos los días y<br />
producía muchos artículos en<br />
varios temas. Un día, el gerente<br />
se aproxima y me dice: Jorge,<br />
yo le ofrezco un puesto donde<br />
usted sea su propio jefe, hace lo<br />
que quiera, dice lo que quiera y<br />
no le voy a poner barreras salvo<br />
las evidentes. Así iniciamos una<br />
relación comercial donde hicimos<br />
cosas magníficas, incluidos<br />
programas de desarrollo social.<br />
Yo había conocido en el Japón<br />
a agricultores que n en parcelas<br />
pequeñas del mismo tamaño de<br />
las que habían en Portoviejo,<br />
pero mucho mejor cultivadas,<br />
porque tienen la tecnología<br />
apropiada para ello. Comencé<br />
así a formar cooperativas donde<br />
aplicar mis observaciones sobre<br />
agricultura y así hicimos cosas<br />
muy buenas para la provincia.<br />
Incluso creamos todo un pueblo,<br />
que ha tenido mucho éxito con la<br />
artesanía de Tagua, es el pueblo<br />
de Sosote.
La revista GREGORIO tenía un tiraje de 3000 números. Era interesante, monotemática y agotábamos el tema. Su<br />
desarrollo era completo con investigación de primera fuente. Si era sobre el café, por ejemplo, la revista cubría el<br />
tema desde el café en su estado salvaje hasta su máximo desarrollo posible.
GENIOGRAMA<br />
EN LAS CALLES : Junio, 1980.<br />
En las calles nuestras, sin andar<br />
largo rato, usted se topa con<br />
alguien que guste jugar con las<br />
palabras y resolver crucigramas<br />
o geniogramas.<br />
Pero no todos participamos en<br />
hacer estos acertijos, por más<br />
ejercicio mental que representen.<br />
Hay algunos que preferimos<br />
no jugar con las palabras y<br />
más bien aceptarlas como<br />
principalmente son, una manera<br />
de comunicarnos.<br />
De allí, que resulta un<br />
Geniograma, esto que motiva el<br />
simple hecho de bombear agua<br />
desde las vertientes de nuestra<br />
zona nororiental para alimentar<br />
la Presa de La Esperanza y luego<br />
la de Poza Honda.<br />
Si la memoria no me traiciona,<br />
la Ley establece que las aguas<br />
superficiales y profundas,<br />
dentro de todo nuestro País,<br />
pertenecen al Estado y se las<br />
encomienda manejar al INERI,<br />
Instituto Nacional de Recursos<br />
Hidráulicos.<br />
Luego otra ley o decreto, parece<br />
que traspasa esa obligación al<br />
CRM, dentro de la jurisdicción<br />
provincial. Siendo así, el CRM es<br />
la entidad que tiene que ver con<br />
los recursos hídricos de Manabí<br />
para administrarlos.<br />
Y sí el CRM, así investido como<br />
amo y señor de las aguas de<br />
Manabí, determina que es<br />
conveniente hacer un trasvase de<br />
nuestra cuenca del Daule para<br />
entregarla en la Presa de La<br />
Esperanza, en buena hora que se<br />
haga y no se ha infringido en la<br />
Ley.<br />
Pero como ya dijimos antes,<br />
esto del trasvase ya cayó en las<br />
manos de la politiquería y el<br />
paliducho y afiebrado, Prefecto<br />
Provincial nuestro, lo ha tomado<br />
como bandera de hecho para<br />
fines escondidos.<br />
En primer lugar, construido el<br />
embalse de La Esperanza, por su<br />
gran capacidad y por el aumento<br />
de camarones en Simbocal,<br />
tendremos agua de sobra aún<br />
en los años secos. La Presa<br />
de La Esperanza almacenaría<br />
más agua de la que se puede<br />
eficientemente aprovechar en sus<br />
zonas de riego.<br />
Lo crítico es alimentar a la Presa<br />
de Poza Honda para llenar su<br />
vaso o entregar a través de las<br />
lomas del Junco y regar el valle<br />
de Rocafuerte.<br />
En todo caso, este es un<br />
problema bajo la jurisdicción<br />
del CRM y no es fundamental<br />
si se analiza como lo venimos<br />
haciendo, el problema nuestro no<br />
es precisamente la falta de agua,<br />
sino la desaprensiva manera<br />
como la venimos administrando.<br />
Entonces, queda claro que este<br />
Geniograma en el que estamos<br />
envueltos no es otra cosa que<br />
un instrumento político para<br />
que nuestro paliducho Prefecto<br />
saque partida a sus inconfesados<br />
proyectos políticos.<br />
El trasvase es un sencillo<br />
problema técnico que por ley le<br />
compete al CRM.<br />
El Concejo Provincial y su<br />
amarillentado Prefecto no pueden<br />
tomarlo como pretexto para
oscuras maniobras políticas,<br />
sino más bien, dedicarse a sus<br />
acostumbradas acciones.<br />
Mire a la foto, callejero lector<br />
y le recordará que la carretera<br />
Manta a Portoviejo tiene<br />
un tráfico tan nutrido como<br />
cualquiera de nuestras calles<br />
principales.<br />
lograr nuestro desarrollo integral,<br />
le consulto a usted, callejero<br />
lector, sobre la conveniencia<br />
de que cada uno ocupemos<br />
nuestro puesto y eficientemente lo<br />
realicemos.<br />
El Consejo Provincial es el<br />
papá y mamá del millonario<br />
equipo que permanece inactivo<br />
parqueado en las afueras de<br />
Portoviejo.<br />
Usted me dará la razón, callejero<br />
lector, que antes de formar una<br />
alharaca en esto del trasvase y<br />
dejar que el CRM cumpla con la<br />
ley, mejor sería que el paliducho<br />
y afiebrado medicucho, Jefe<br />
Provincial, se dedique a<br />
administrar eficientemente los<br />
valiosos recursos que tiene,<br />
antes que pretender quitarle las<br />
obligaciones del CRM y hacerse<br />
una plataforma política con el<br />
trasvase.<br />
Antes que al Geniograma,<br />
confundiendo las opciones que<br />
tenemos los manabitas para
BELLO PORTOVIEJO<br />
EN LAS CALLES : Junio, 1980.<br />
En las calles nuestras, la gente<br />
conoce el dicho de que la<br />
belleza está en los ojos de<br />
quien la mira. Pero cuando se<br />
trata de la belleza urbanística<br />
de Portoviejo por más buena<br />
voluntad y esfuerzos que se<br />
tengan, poco es lo que se puede<br />
lograr.<br />
Perdóneme, callejero amigazo<br />
chupamango, pero hay muchos<br />
que pensamos que Portoviejo<br />
como ciudad, está carente de<br />
belleza.<br />
Portoviejo es una ciudad fea.<br />
No me deja mentir, callejero<br />
lector, y dígame solo tres lugares<br />
con belleza en nuestra ciudad. Si<br />
no encuentra tres, dígame por los<br />
menos de un sitio de Portoviejo<br />
que pudiera considerarse como<br />
bello, como hermoso.<br />
Déjeme darle una mano:<br />
La glorieta del Parque Central<br />
El parque Forestal de los Rotarios<br />
El Centro Comercial<br />
No perdamos el tiempo, callejero<br />
lector, pero ninguno de estos<br />
lugares se acerca a lo que<br />
pudieran ser sitios hermosos de<br />
nuestra ciudad.<br />
La glorieta del Parque Central<br />
está casi destruida y en sus<br />
alrededores hay una verdadera<br />
masacre de plantas y árboles que<br />
la desmejoran.<br />
El Parque Forestal es un buen<br />
sitio de reunión, cuando su<br />
laguna tiene agua, pero en aras<br />
a la belleza natural allí, poco o<br />
nada se ha hecho. Es un lugar<br />
artificial y artificioso en el que no<br />
se destacan los toques del arte o<br />
el buen gusto.<br />
El Centro Comercial, no es más<br />
que una gigantesca mole de<br />
cemento sin ninguna concesión<br />
estética.<br />
Y como yo, no más recojo el<br />
sentir de las gentes, sí estoy<br />
equivocado, hágase presente,<br />
callejero lector.<br />
A lo que voy es, sencillamente,<br />
que nuestra ciudad está<br />
descuidada en su aspecto<br />
estético y realmente, aunque me<br />
duele, tengo que admitir que<br />
como está, es una ciudad fea.<br />
No digo que es desagradable,<br />
porque a la falta de belleza<br />
estética tiene la amistad de sus<br />
gentes, que lo compensa.<br />
Pero, definitivamente, no es una<br />
ciudad que agrada a la vista<br />
o que le saca partida a sus<br />
elementos naturales. No tenemos<br />
un solo monumento que merezca<br />
ese nombre.<br />
Y los mocarros de la avenida<br />
Manabí, el Pacheco, las<br />
caricaturas de la Avenida<br />
Universitaria y la alegoría, al<br />
empuñe, al entrar al Puente<br />
Velasco, son tomaduras de pelo<br />
a la sensibilidad nuestra que<br />
de diversas maneras ya los han<br />
rechazado.
La única obra de arte público<br />
con que contamos es el mural<br />
de Jorge Sweet, en el Banco<br />
Comercial de Manabí. Todo esto<br />
porque nuestro quehacer cultural<br />
ha sido débil y no se ha tomado<br />
en cuenta la opinión de nuestros<br />
artistas gráficos.<br />
Somos una ciudad en manos<br />
de los políticos, en su parte<br />
administrativa y de los poetas, en<br />
su parte espiritual.<br />
De allí el canto a Portoviejo,<br />
que es una gran contradicción a<br />
nuestra realidad y los premios al<br />
ornato, que desde hace rato se<br />
han venido revelando.<br />
Esta lamentable situación no<br />
debemos dejar que continúe,<br />
para que nuestra ciudad se<br />
convierta en una montonera de<br />
cosas irreverentes al buen gusto.<br />
Que le parece, callejero lector,<br />
que si usted está de acuerdo en<br />
lo que aquí decimos, se da un<br />
tiempo para conversar con sus<br />
amigos en el Consejo Municipal<br />
para que se forme un comité,<br />
Patronato o que se yo; para<br />
que entre la rabiosa gente con<br />
que contamos y se forme un<br />
organismo que tome a su cargo<br />
la belleza de la ciudad.<br />
Sin que a nadie le cueste plata,<br />
con un poquito de persuasión y<br />
algo de maña se podría formar<br />
un equipo de gente competente,<br />
a la que se le encargaría la tarea<br />
de embellecer a esta ciudad de<br />
forma permanente.<br />
A lo mejor de esta manera,<br />
cambiaríamos a este Portoviejo<br />
insípido y común, en una<br />
hermosa ciudad con rinconcitos<br />
especiales, que harían posible<br />
que las gentes del país vengan<br />
aquí para gozar.<br />
La cosa es difícil, porque en<br />
cuestiones de arte y buen<br />
gusto no hay leyes escritas,<br />
pero es fácil lograr si se usa<br />
todo y grandes cantidades de<br />
tolerancia, para encomendar<br />
a los artistas nuestros de esta<br />
valiosa acción.<br />
No hay razón para que<br />
Portoviejo no sea una ciudad<br />
hermosa y bella.<br />
Y en sus manos está, callejero<br />
lector, para que esto no se<br />
quede en el papel y se ponga en<br />
práctica.<br />
Nuestra ciudad jamás se puso a<br />
la altura en que la ubicó Vicente<br />
Amador Flor y los premios de<br />
ornato que se han entregado,<br />
generalmente, carecen de<br />
fundamento salvo que se<br />
entregue a lo mejor y eso es<br />
poquito.
LA LEVADURA<br />
EN LAS CALLES : Abril, 1978.<br />
En las calles nuestras, por tanto<br />
tiempo apabulladas, aplastadas,<br />
achicharradas contra la parte<br />
de afuera de la pelotita en que<br />
vivimos, ahora causa una grata<br />
sorpresa la inusitada manera<br />
en que la ciudad está creciendo<br />
hacia arriba.<br />
Mejor y tan rápido que con<br />
levadura FLEISHMAN las<br />
construcciones de Portoviejo<br />
están comenzando a rascar el<br />
cielo de esta cuadricentenaria<br />
ciudad.<br />
Y nadie se hace ilusiones de<br />
que aquí tendremos un Empire<br />
State, las torres gemelas de<br />
Chicago o la de Eiffel, nada de<br />
eso callejero lector, pero si le<br />
digo que el pajarito Menéndez,<br />
nuestro bombero estrella,<br />
que cuando había fotógrafos<br />
presentes, acostumbraba saltar<br />
desde el techo de la casa que<br />
se estaba quemando, en heroico<br />
y deslumbrante gesto, ahora<br />
va a pensar dos veces antes<br />
de lanzarse techo debajo de<br />
los edificios que aquí se están<br />
construyendo.<br />
En primer lugar, porque son tan<br />
altos, que sí se tira del techo<br />
del Centro Comercial, por<br />
más que apunte a caer en la<br />
esquina de la Agencia Victoria,<br />
el viento y la ilusión óptica,<br />
seguramente que lo convierten<br />
en una hamburguesa cruda en el<br />
portal de Comercial Lozada o de<br />
Vifesa.<br />
Y aunque ambos locales<br />
comerciales le darían un<br />
descuento a quien lo intente, es<br />
difícil encontrar a alguien que,<br />
con el riesgo de convertirse en<br />
pastilla, acepte una comisión del<br />
diez por ciento en una mecha<br />
de Kerosene o en un arete de<br />
plástico.<br />
Además, las construcciones que<br />
como espuma en Portoviejo están<br />
creciendo para arriba, no van<br />
a quemarse tan fácilmente para<br />
permitir estas acrobacias, puesto<br />
que son de concreto y ladrillos<br />
que no se encienden.<br />
Pero hay otros problemas, que<br />
en este crecimiento vertical de la<br />
ciudad, deberían ser tomados en<br />
cuenta.<br />
De vez en cuando y sin aviso<br />
previo, como al tumbar naranjas,<br />
alguien o algo nos remece<br />
fuertemente, los edificios se<br />
desparraman y las calles se<br />
agrietan en los terremotos y<br />
temblores que aquí tenemos.<br />
Pregunto yo, y por supuesto usted<br />
callejero lector, ¿el Departamento<br />
técnico de la Municipalidad<br />
está exigiendo que estas<br />
construcciones sean antisísmicas?<br />
Con lo tanto que cuesta hacer<br />
una construcción chata o<br />
espigada, cada constructor<br />
o propietario intenta ganarle<br />
espacio al espacio y hay<br />
construcciones nuestras que<br />
son solo para personas que se<br />
alimentan con fideos cabello<br />
de ángel, uno delgadito y largo<br />
cada día. Porque si se come dos<br />
y en la escalera se encuentran<br />
con un vecino que hizo lo mismo,<br />
al subir y bajar de dos de ellos,<br />
habrá tal refriegue de grietas<br />
como al envasar mondongo en<br />
tubos de pasta de dientes.
Y las gentes nuestras que las<br />
ocupen, poco más o menos,<br />
tendrán que dormir de pie<br />
pensando que la pensión Cristal<br />
era una cancha de Fútbol.<br />
Pese a todo esto, que son<br />
cosas de las calles nuestras<br />
que deben ser chequeadas por<br />
el departamento Técnico de la<br />
municipalidad de Portoviejo, aquí<br />
nos llena de gusto y orgullo que<br />
la ciudad crezca por cualquier<br />
lado.<br />
Y si este espectacular<br />
crecimiento, es como levadura<br />
que dentro del molde, se infla<br />
para arriba; en buena hora.<br />
Porque con tantos gorditos<br />
pausados, o como quiera que<br />
usted desee nominar a los<br />
portadores de amplios cinturones,<br />
subir escaleras es un espléndido<br />
ejercicio y trepando es una<br />
buena manera de progresar.<br />
No más hay que dejarse marear<br />
por el hecho de que está<br />
subiendo
EL BALANCE<br />
EN LAS CALLES : Julio, 1980.<br />
En las calles nuestras, por<br />
balance, se entiende cómo<br />
andan las cosas. Si bien, mal o<br />
mas o menos.<br />
Pero para los Bancos, el balance<br />
es algo que parece ser más<br />
complicado y serio.<br />
Tanto, que le ponen a las cosas,<br />
maniobras que no cuajan en<br />
nuestra imaginación. Por lo<br />
menos en la mía, callejero lector<br />
y pensando que alguien debe<br />
ser, entre ustedes, a quien yo me<br />
le parezca, espero tener el gusto<br />
de que sea usted y siendo así lo<br />
invito para ver si desciframos el<br />
Balance de nuestro Banco.<br />
El Balance del Banco Comercial<br />
de Manabí. Mírelo en la página<br />
13B del Diario Manabita en la<br />
Edición del domingo 6 de julio.<br />
Este es un Balance Consolidado<br />
y Condensado, lo que debe<br />
entenderse que, en efecto, tienen<br />
plata reunida y por razón de<br />
espacio la tienen en billetes de<br />
mil y no en reales, ni pesetas,<br />
condensado.<br />
Luego lo dividen en Activo y<br />
Pasivo, que de nada les sirve<br />
porque a la final ambos total y<br />
son igualitos.<br />
Pero en el intermedio hay dos<br />
cosas importantes de destacar.<br />
En el Activo, se dice que<br />
prestamos firmas y esa es una<br />
de las cosas buenas de nuestro<br />
Banco, porque deja ver que<br />
también los dan sin firma o con<br />
huella digital. Una gran medida<br />
que identifica al Banco nuestro<br />
con esta Provincia, donde tantos<br />
somos analfabetos y tenemos que<br />
dictar lo que pensamos.<br />
En el pasivo, resalta otra cosa<br />
que debe llamar la atención<br />
de usted y del más empinado<br />
Banquero. Muestra en Utilidades,<br />
exactamente ciento diez y<br />
ocho mil seiscientos setenta y<br />
tres sucres son setenta y cuatro<br />
centavos.<br />
¿Qué fue lo que pasó para que<br />
no se puedan ganar los veinte<br />
seis centavos que faltan para<br />
redondear la cifra? Seguramente<br />
causará un gran problema entre<br />
los empleados del Banco y por<br />
lo menos se buscará, por todas<br />
partes, a una peseta que rebaje<br />
la cuenta a seis centavos, que ya<br />
casi no es nada.<br />
Pero mirándolo bien, el hecho<br />
que un negocio cualquiera o<br />
precisamente un Banco Nuevo<br />
produzca ganancias tan grandes<br />
en apenas dos meses de<br />
operación, es algo que llena de<br />
inmensa satisfacción y orgullo.<br />
Teníamos entendido que hay que<br />
comenzar perdiendo.<br />
Pero fuera de esto, el resto del<br />
Balance, poco o nada dice, para<br />
nosotros, callejero lector. Cosas<br />
raras y números con la frialdad<br />
de hielo seco que no nos llegan,<br />
pero que por estar firmadas<br />
por tres amigos nuestros deben<br />
ser verdad y bastante han de<br />
significar para ellos.<br />
Con lo que vale pena, que usted<br />
y yo le saquemos el Balance a<br />
nuestro Banco Manabita para<br />
que lo entendamos bastantes.<br />
Y allí entramos con viada,<br />
recordándole que todo lo que<br />
aquí habíamos dicho sobre la<br />
creación de nuestro Nuevo Banco<br />
no solo que fue realidad, sino<br />
que se pasó de nuestras mejores<br />
predicciones.<br />
Decíamos que este era un<br />
Banco Manabita creado por<br />
los esfuerzos de gente nacida o<br />
residente aquí y que por lo tanto<br />
debería merecer el respaldo de<br />
nosotros, esperando que algunos<br />
apoyaríamos a la naciente<br />
Entidad.<br />
La realidad nos ha demostrado<br />
que esto llegó a la fibra misma<br />
de los manabitas y en vez de<br />
algunos, muchísimos han sido
los manabitas que escucharon<br />
el llamado y han abierto sus<br />
cuentas en nuestro Banco.<br />
Tanto, que se duplico con creces<br />
la más optimista predicción del<br />
número de cuentas corrientes<br />
y el monto de los depósitos.<br />
Le habíamos dicho que este<br />
Banco nuestro tenía una nueva<br />
mentalidad, en que el cliente<br />
era lo que más le importaba al<br />
Banco, puesto que no le hacían<br />
un favor al atenderlo, sino al<br />
contrario, que el cliente le hacía<br />
el favor al Banco por permitirle<br />
hacer negocio.<br />
Esto ha sido comprobado con la<br />
actuación del Banco Nuestro en<br />
las operaciones que dentro de<br />
estos dos meses ha realizado,<br />
no solo que se han atendido las<br />
solicitudes para solucionar los<br />
problemas planteados, sino que<br />
se los ha examinado y resuelto<br />
para que resulten en un justo<br />
beneficio de los clientes primero.<br />
Y digamos una cosa, de mucho<br />
riesgo, al referirnos al personal<br />
mencionando, que habían sido<br />
especialmente escogidos y<br />
preparados en cursos intensivos<br />
para reafirmar que en este Banco<br />
el mejor recurso son los clientes.<br />
Pero luego de dos meses y<br />
más de ponerse a prueba, los<br />
miembros del Banco, desde el<br />
abridor de puertas para arriba,<br />
toditos han demostrado que el<br />
Banco Comercial de Manabí es<br />
un Banco diferente. Acicaladitos<br />
y sonrientes a diario han estado<br />
cumpliendo efectivamente su<br />
función.<br />
Que han metido la pata una, dos<br />
o tres veces, solo demuestra que<br />
son humanos, pero enseguidita<br />
han agotado esfuerzos para<br />
corregirse.<br />
Y todo esto, se ha hecho dentro<br />
del más estricto marco de<br />
respeto a la persona y con gran<br />
desbordamiento de cortesía.<br />
De tal manera, que el verdadero<br />
Balance del Banco Comercial<br />
de Manabí que nos gusta, que<br />
nos sirve y al que solo le falta<br />
que usted, callejero amigazo, le<br />
favorezca siendo también parte<br />
de nuestro Banco.<br />
Si esto lo hacemos bastantes,<br />
sería el mejor premio a este<br />
primer Balance, que muestra<br />
lo que somos capaces los<br />
manabitas.<br />
Esto pudo ser una estratagema<br />
para ganar confianza.
TRATO CON MUERTOS<br />
EN LAS CALLES : Junio, 1980.<br />
En las calles nuestras, la gente<br />
sabe que la muerte ocurre de dos<br />
maneras.<br />
Cuando se pela el bollo y cesa<br />
toda la función del organismo y<br />
en verdad se muere.<br />
O cuando, aparentemente, se<br />
muere porque no se vale nada,<br />
no se hace nada, ni se va, ni se<br />
viene.<br />
La primera clase de muerte se<br />
dice que ocurre a los animales y<br />
vegetales.<br />
La segunda a las cosas naturales,<br />
o creadas por el hombre, que<br />
alguna vez tuvieron actividad y<br />
luego no la tienen.<br />
Este es el caso del Consorcio de<br />
Centros Agrícolas de Manabí.<br />
No hay que hacer historia,<br />
callejero lector, porque aquí<br />
no tenemos espacio, pero<br />
haga usted una simple prueba<br />
y pregunte a dos o tres de sus<br />
amigos sobre qué cosa mismo<br />
es este organismo y le aseguro<br />
que no le darán una detallada<br />
explicación.<br />
Pero si tiene paciencia y<br />
se encuentra a uno de los<br />
politiqueros antiguos, cada uno<br />
le dará su versión particular,<br />
dependiendo al tiempo en que el<br />
Consorcio fue de su bando o del<br />
Contrario.<br />
La verdad más o menos es ésta.<br />
Cuando en Manabí los técnicos<br />
agropecuarios eran contados<br />
con los dedos de las manos, fue<br />
creada esta organización para<br />
ayudar al sector agropecuario.<br />
Y gracias a aportaciones del<br />
Gobierno, esta esperanzada<br />
acción comenzó a florecer,<br />
principalmente, ayudando a<br />
los ganaderos con servicios<br />
veterinarios.<br />
Pero algo paso, de repente,<br />
alguien se dio cuenta que<br />
esta organización podía ser<br />
utilizada como arma política.<br />
Y en efecto, a poco rato de<br />
nacida la prometedora acción<br />
para adelantar la gestión<br />
agropecuaria, se convirtió en<br />
el plato favorito de los partidos<br />
políticos.<br />
Quien ganaba control del<br />
Consorcio tenía asegurado<br />
los votos del amplio sector<br />
Agropecuario. Claro está,<br />
esto no fue del agrado de los<br />
agricultores ni empresarios<br />
agrícolas puros.<br />
De allí, que poco a poco, el<br />
Consorcio comenzó a ser cada<br />
vez menos, hasta que hace rato<br />
se quedó muerto. Queda solo el<br />
nombre, deudas, fotos y papeles<br />
viejos y una mini burocracia, sin<br />
nada que hacer.
De allí, que nos causa enorme<br />
sorpresa que ahora, con este<br />
muerto, se pretenda realizar un<br />
convenio para Reforestación<br />
entre el M.A.G y este esqueleto.<br />
A usted le consta, callejero lector,<br />
que tratándose de Reforestación,<br />
de repoblar nuestra tierra con<br />
especies vegetales, como las<br />
teníamos antes, nosotros hemos<br />
sido los primeros en aplaudir<br />
cualquier gestión en este sentido,<br />
por pequeñita que sea.<br />
Pero esto de hacer trato con<br />
muertos, nos sabe cómo a una<br />
nueva espina que tendremos que<br />
aguantar.<br />
El Consorcio de Centros<br />
Agrícolas, no solo que murió en<br />
manos de nuestros Politiqueros,<br />
sino que fue enterrado por el<br />
pueblo que no llego a sentir sus<br />
beneficios. Entonces, ni manera<br />
que vale la pena remover<br />
cenizas.<br />
Mas bien, habría que aprovechar<br />
la oportunidad y definitivamente<br />
arreglar los papeles del difunto,<br />
para que legalmente descanse en<br />
paz.<br />
Y en lo que realmente nos<br />
importa, la Reforestación de<br />
Manabí, la Delegación del MAG<br />
tiene en sus manos todo lo que<br />
requiere para llevarla adelante,<br />
dinero, especialistas, personal<br />
complementario, equipos y<br />
servicios con los que desde hace<br />
rato cuenta.<br />
Que pese a todo esto, no hayan<br />
podido levantar un solo bosque<br />
o reforestar una pilche cuadra,<br />
es otro problema, del cual ya nos<br />
hemos ocupado y seguiremos<br />
machacándolo.<br />
Pero definitivamente, no se<br />
resuelve nada haciendo tratos<br />
con piezas arqueológicas de<br />
nuestro museo Institucional.
LA GUERRA<br />
EN LAS CALLES : Septiembre, 1980.<br />
En las calles nuestras, el que<br />
menos está pendiente de lo que<br />
pasa entre Irak e Irán.<br />
No tanto por lo que interese, por<br />
lo espeluznante de la pelea y sus<br />
repercusiones sino que lo vemos<br />
a cada rato en los diarios y la<br />
televisión.<br />
Y claro está, callejero lector, que<br />
a cada uno de nosotros se le<br />
pone la piel de gallina al darse<br />
cuenta de la horripilante manera<br />
como esa gente se mata. De<br />
golpe y porrazo perforado por<br />
una bala o una esquirla de metal.<br />
Fulminado por concusión de una<br />
explosión o achicharronado por<br />
su calor. Simplemente por un<br />
aplastón bajo los escombros.<br />
Lentamente desangrándose o<br />
muerto por miedo o por susto. O<br />
por recoger un vistoso juguete,<br />
las últimas novelerías bíblicas.<br />
Bombas antipersonales muy<br />
pequeñas, con detonación<br />
retardada que disfrazadas como<br />
juguetes o cosas comunes son<br />
lanzadas en grandes cantidades<br />
sobre las ciudades, no estallan<br />
al impacto, sino después cuando<br />
alguien la recoge.<br />
Muerte de mil maneras, pero<br />
muertes que a todos nos<br />
horrorizan.<br />
El holocausto de la guerra que<br />
TODOS detestamos.<br />
Horripilante hecho que desdice<br />
de nuestra condición humana.<br />
Y ya que cogió viada, siga usted<br />
solito de largo, lagrimero lector,<br />
pues yo aquí me descuelgo<br />
ya que todo eso es mentira.<br />
Mentira grandota de siete letras<br />
mentirosas.<br />
Pues la guerra, la pelea o ese<br />
litigio por la vida o la muerte<br />
comienzan desde el primer<br />
momento en que nacemos,<br />
cuando dejamos la seguridad y<br />
comodidad del vientre maternal<br />
para, berreando, lanzarnos a la<br />
inclemencia del mundo nuestro.<br />
Sigue cuando de niños jugamos<br />
a la guerra y con un simple palo<br />
por metralleta lo apuntamos y<br />
TATATATA.<br />
¡Ya estás muerto!, gritamos.<br />
Se adora la cosa, cuando a<br />
mano tenemos mil y un juguetes<br />
de plástico que detalladamente<br />
reproducen las armas reales.<br />
Y de jóvenes, por ley, tenemos<br />
que aprender a guerrear.<br />
Por alguna razón, nunca<br />
suficientemente explicada,<br />
entramos a los cuarteles<br />
y raspándonos el coco,<br />
comenzamos a ser soldados.<br />
Ya de grandes la cosa es<br />
completada. Casi que no hay<br />
nada en nuestra actividad diaria<br />
que no haya sido perfeccionado<br />
o que tenga alguna relación con<br />
la guerra.<br />
La hoja de afeitar con ese<br />
filo que dura tanto, la olla de<br />
aluminio que no se quema, la<br />
tela del blue jeans que resiste<br />
tanto, los plásticos y casi, casi<br />
todo lo que tenemos como<br />
materiales de uso diario han sido<br />
perfeccionado en las guerras.
Y las guerras son motivos<br />
de atención para nuestros<br />
intelectuales, poetas, pintores,<br />
artistas e historiadores que<br />
con motivo de la guerra nos<br />
han dado fabulosas obras<br />
de arte: Guernica de Picaso,<br />
Los hermanos Karamazov y<br />
Apocalipsis ahora son obras de<br />
artes originadas por la guerra.<br />
Industrias y comercios se han<br />
nutrido de la guerra. El carro<br />
Volkswagen, el escarabajo, el<br />
supositorio de camiones, uno<br />
de los más duraderos, versátiles<br />
y apreciados vehículos para<br />
movilizarnos, lo diseño Ferdinad<br />
Porsche, un ingeniero al servicio<br />
de Hitler, en su afiebrada<br />
intentona de conquistar al<br />
mundo.<br />
Y a usted, ama de casa, que<br />
salva una emergencia cuando<br />
llegan inesperados comensales<br />
y en vez de echarle agua al<br />
caldo, simplemente le pone agua<br />
hirviente, un cubito de sopas y<br />
presto sale un gustoso caldo, sin<br />
darse cuenta se ha beneficiado<br />
de un logro conseguido<br />
en la guerra: los alimentos<br />
comprimidos.<br />
Y como esto, podemos hablar<br />
de un montón de cosas que<br />
nos ocuparían aquí por largo<br />
rato. Pero que se resumen en la<br />
desgraciada realidad de nuestra<br />
humanidad.<br />
Yo no puedo asegurar que<br />
andamos para adelante o para<br />
atrás. Es más, teniendo el dato<br />
de que muertos han ocurrido<br />
en accidente de tránsito que los<br />
ocurridos en guerras, realmente<br />
que me quedo lelo.<br />
Pero haciendo falta llegar a una<br />
conclusión, por lo que queda<br />
dicho, callejero y aguerrido<br />
lector, cado uno de nosotros<br />
podríamos examinar a fondo<br />
este aguerrido problema de la<br />
humanidad de sacarle provecho<br />
a la pelea.<br />
Y aquí lo dejo, callejero lector,<br />
porque ya mismo comienza la<br />
pelea del box por el campeonato<br />
de Peso Pluma entre Sánchez y<br />
Foral.
UN NUEVO AMANECER<br />
EN LAS CALLES : Abril, 1978.<br />
En las calles nuestras, la<br />
gente montubia de la cual<br />
venimos, se levantaba temprano<br />
porque tanteando el despunte<br />
del amanecer sabían cómo<br />
aprovechar el día.<br />
Yo vengo de aquellos legendarios<br />
montubios nuestros, que pese<br />
a tener que sacarse las niguas<br />
con un machete, cultivaron en<br />
sus hijos ideas de superación<br />
manejando diestramente un<br />
bisturí o la palabra dicha o<br />
escrita, para comunicar ideas<br />
propias y ajenas, pero luchando<br />
siempre por la vida nuestra como<br />
pueblo.<br />
Por esto, en este matutino<br />
abrevadero que me he impuesto<br />
compartir con usted, callejero<br />
lector, le anuncio que según<br />
el viento sopla, empujando<br />
fragancia de flores recién<br />
paridas y de hojas caídas que<br />
comienzan a descomponerse<br />
para reciclarse en nueva vida.<br />
Según las sinfonías de sonidos<br />
que, armónicamente, se arreglan<br />
entre el imperceptible rodar del<br />
terroncito de tierra, empujado<br />
por el brote de una planta nueva;<br />
el trinar de los pájaros mayores<br />
cantando, luego de satisfacer<br />
con alimentos el runrunear de<br />
sus pajaritos; el despertarse,<br />
sacudirse, menearse y corretear<br />
libre y graciosamente de<br />
terneros, turrengas y ardillas;<br />
el vendedor de los sauces,<br />
el amoratarse de las ceibas<br />
promocionando sus bototos y las<br />
sonrisas mañaneras y confiables<br />
que yo encuentro en todas las<br />
gentes nuestras que madrugan,<br />
me anuncian y les cuento sobre<br />
un NUEVO AMANECER.<br />
Es que me acabo de enterar,<br />
callejero lector, que ayer, en una<br />
forma que nunca se esperaba,<br />
se adjudicó la construcción de<br />
la Presa Carrizal Chone a la<br />
firma Coreana Daewoo. No se<br />
esperaba porque la Daewoo<br />
tenía los precios más bajos y<br />
porque las otras compañías<br />
intervinientes en la licitación<br />
andaban que movían el cielo y la<br />
tierra para conseguir el trabajo a<br />
precios más altos.<br />
Hubo una que pedía más del<br />
doble de lo que los técnicos del<br />
CRM habían calculado como<br />
costo, pero los miembros del<br />
Comité de adjudicación, en una<br />
acción ejemplar y deslumbrante,<br />
se decidieron por la oferta que<br />
más convenía a los intereses de<br />
Manabí y no particularmente a<br />
los de ellos. Le adjudicaron la<br />
hora del Carrizal Chone a la<br />
Daewoo, compañía coreana que<br />
presentó la oferta más baja con<br />
todos los informes técnicos a su<br />
favor.<br />
Los coreanos se comprometen<br />
a hacer la Presa con todas<br />
las garantías del caso, a un<br />
poquito menos de lo que los<br />
técnicos del CRM habían<br />
calculado, 793´100.000. Por<br />
lo que conozco, el Directorio<br />
no está equivocado en escoger<br />
esta oferta. La Daewoo, no<br />
ofrece la construcción más<br />
barata al cobrar menos de lo<br />
que calculaba el CRM por la<br />
construcción y la mitad de lo que<br />
pedían las compañías más caras,<br />
nada de eso.<br />
La Daewoo ofrece y se<br />
compromete a trabajar con los<br />
precios más equitativos y justos.<br />
Hacen la obra exactamente de<br />
acuerdo a las especificaciones<br />
y cobran lo que se considera el<br />
valor real de la construcción y<br />
sus gastos de administración y<br />
de garantía. Y lo pueden hacer<br />
a menor precio y con la misma<br />
o mejor calidad de las otras,<br />
porque es un grupo de gente<br />
consciente y obediente a una<br />
clara metodología humanística.<br />
Ellos proclaman que en la<br />
historia de la humanidad nunca<br />
ha habido milagros, ni se<br />
han aceptado las maravillas.<br />
Daewoo prefiere el sacrificio<br />
de cada uno, el interés de cada<br />
miembro de la organización,<br />
trabajos duros antes que fáciles<br />
y progreso antes que retroceso;
para participar activamente en<br />
la formación de un ambiente<br />
creativo para la humanidad.<br />
Daewoo ha comprendido<br />
que está haciendo todo lo<br />
posible para ganar una justa y<br />
equitativa cantidad de dinero<br />
para sus miembros, mientras<br />
se enfrentan con los grandes<br />
problemas de la humanidad, de<br />
forma responsable. Y lo están<br />
consiguiendo admirablemente.<br />
En menos de diez años, la<br />
Daewoo logró con esta filosofía<br />
de trabajo, convertirse de un<br />
grupo de cinco personas a otro<br />
de 35.000. Ahora pasan de los<br />
40.000. Son la compañía más<br />
grande de Corea y se igualan<br />
al café o banano del Ecuador<br />
porque constituyen la mayor<br />
fuente de ingreso del gobierno<br />
coreano por impuestos. En esos<br />
primeros diez años, Daewoo<br />
logró un incremento de su capital<br />
en 2.400 veces, de 5 millones a<br />
12 millones.<br />
Y no solamente que hacen<br />
represas u obras de Ingeniería<br />
Civil, son una maravilla del<br />
ingenio humano, que gracias<br />
a un fundamento de no perder<br />
la viada que el hombre tiene<br />
en su mundo, aceptar las<br />
responsabilidades y desafíos<br />
que a cada rato aparecen,<br />
tienen la manía de examinar<br />
minuciosamente el menor detalle<br />
de cualquier operación bajo la<br />
vista de un grupo de expertos,<br />
que luego de muchas discusiones<br />
pasa la voz al más indicado<br />
para ejecutarla.<br />
Un sistema de administración que<br />
ha sorprendido al mundo de los<br />
negocios, pues se da el caso de<br />
que la Daewoo compra fábricas<br />
y negocios que están quebrados<br />
y presto, en pocos meses los<br />
convierten en operaciones<br />
rentables.<br />
Todo esto me entusiasma,<br />
porque puedo atestiguar al<br />
reconocimiento de un pueblo<br />
que realmente resucitó de sus<br />
cenizas, pero me hace brincar<br />
de contento porque aquí se sabe<br />
que los miembros del Comité<br />
de Licitación del CRM y sus<br />
técnicos han sido sometidos a<br />
enormes presiones por parte de<br />
otras compañías, sin embargo,<br />
escucharon el llamado de sus<br />
tierras y escogieron lo que más<br />
conviene a Manabí.<br />
Este es el más claro indicio de<br />
que hay un nuevo amanecer, que<br />
debemos aprovecharlo y es mejor<br />
que nombremos a los autores<br />
de este hecho para que quede<br />
sentado su nombre en la lista de<br />
buenos manabitas.<br />
General retirado Agustín Mora<br />
Bowen<br />
Dr. Medardo Cevallos Balda<br />
Dr. Jacinto Khon Loor<br />
Sr. Cesar Rupperty<br />
Ing. Manuel Sarmiento<br />
Sr. Gustavo Uscocovich.<br />
Y este Pegaso montubio y<br />
callejero amigo suyo, transcriptor<br />
de todo lo que en las calles se<br />
dice y comenta, que de agache<br />
estuvo presente.<br />
Le ruego poner debajo su firma<br />
o rúbrica para significar que<br />
pasó a limpio este callejero<br />
comentario, pero por favor no<br />
mueva rápidamente su cabeza,<br />
porque me atarraya con su<br />
espléndida penumbra.
DESESPERANZAS<br />
EN LAS CALLES : Septiembre, 1980.<br />
En las calles nuestras, luego de<br />
que la Charca del Dr. Loor como<br />
así la calificó un periodista de<br />
antaño, tomó firma y se convirtió<br />
en el esplendente ejemplo de<br />
conquista de la tecnología,<br />
aparentándose con la naturaleza,<br />
la gente cayó en cuenta de la<br />
conveniencia de guardar el<br />
agua.<br />
Y así, sentadas las bases y<br />
casi logradas las realizaciones<br />
ofrecidas en Poza Honda,<br />
cuando aparecieron las<br />
posibilidades de nuestra segunda<br />
gran represa, con cinco veces<br />
más capacidad de embalse, el<br />
que menos se congratuló en lo<br />
apropiado de su nombre: Presa<br />
de Esperanza.<br />
De dónde vienen esos nombres<br />
tan decidores, le confieso que<br />
no lo sé. Supongo que de un<br />
recoveco del río Portoviejo o<br />
ciertamente de la confluencia<br />
de los esteros Punta de Peje,<br />
La charca, Mineral y Plata de<br />
Pájaro, se lo llamó Poza Honda<br />
y de allí el nombre porque pozas<br />
más o pozas menos, en ese sitio<br />
el Legislador Loor concretó su<br />
afiebrado decreto para dar agua<br />
potable a la zona central de<br />
Manabí.<br />
Sobre esto hay datos concretos<br />
que están claritos. Pero sobre<br />
todo de La Esperanza no los hay<br />
o yo no los conozco. En todo<br />
caso el nombre cae como anillo<br />
al dedo.<br />
Algunas cuadras arriba de la<br />
Parroquia Quiroga hay una<br />
doble encañonada que pareció<br />
se la ampara para almacenar<br />
las aguas de los ríos y esteros,<br />
Chinco, Julian, Seferino, Tierna<br />
y otros innombrables porque<br />
no los recuerdo a todos.Pero<br />
de alguna manera se llamó al<br />
futuro sitio como a la Presa de La<br />
Esperanza.<br />
Y siempre, partiendo de la<br />
experiencia inicial del embalse<br />
de Poza Honda, el futuro<br />
embalse de La esperanza creció.<br />
A diferencia de Poza Honda, no<br />
hay un claro gestor de la idea<br />
como lo fue el Doctor Loor. Y<br />
desde su inicio, el proyecto ha<br />
estado con la más grande mala<br />
pata contravía a su nombre.<br />
La Presa, por cierto, si algún<br />
día logra terminarse en vez<br />
de Esperanza debe llamarse<br />
Desesperanza, un nombre<br />
adecuado a lo que pudo haber<br />
sido y no fue. La desesperanza<br />
de una obra que ha adolecido<br />
de los males mayores de toda<br />
obra pública: El título de la<br />
burocracia.
ESTUDIANTES<br />
EN LAS CALLES : Agosto, 1980.<br />
Los estudiantes universitarios<br />
de la Provincia, conscientes de<br />
nuestro papel en el desarrollo<br />
de Cultura, comunicamos a<br />
la ciudadanía, que se intenta<br />
asaltar a la casa de la Cultura<br />
por parte de Dumar Iglesias<br />
Mata.<br />
Este sujeto, desde su niñez, se ha<br />
dedicado a explotar una forma<br />
de vida repudiable, so pretexto,<br />
de la cultura.<br />
Su natural andar, su<br />
perseverancia y olfato para<br />
encontrar encantos lo llevó a<br />
cometer fechorías por todos los<br />
pueblos de Manabí; vendiendo<br />
Diplomas al mejor Padre, mejor<br />
Ciudadano; solicitando dinero<br />
para programas culturales<br />
que nunca se realizaban o<br />
los realizaba él con otros<br />
enmascarados sinvergüenzas;<br />
promoviendo giras culturales con<br />
dinero solicitado a personas e<br />
instituciones pero usados para<br />
subsistir.<br />
No se sabe cómo pasó la<br />
escuela, pero en el Colegio<br />
Olmedo, fue un pésimo<br />
estudiante y logró escalar los<br />
cursos gracias al descubrimiento<br />
del gran poder de tolerancia de<br />
las personas.<br />
Se inventó agrupaciones de<br />
nombres rimbombantes como<br />
la Asociación de Artistas<br />
Manabitas, de la cual fue su<br />
Presidente y en la que además de<br />
permitirle terminar su secundaria,<br />
realizó verdaderas hazañas de<br />
audacia como la de robarse un<br />
piano de la Casa de la Cultura.<br />
Llegado a la Universidad, lo<br />
hace en Guayaquil, costea sus<br />
estudios, gracias a otra falsa<br />
organización que fue una ofensa<br />
para los estudiantes manabitas,<br />
la Asociación de Estudiantes<br />
Manabitas de la cual siempre fue<br />
su Presidente y único miembro<br />
activo.<br />
Con esta fachada, descubre<br />
la mina de los homenajes y<br />
explota con mucha habilidad la<br />
afectividad humana derrochando<br />
homenajes a quienes lo<br />
merecían, gratis o con modestas<br />
ayudas económicas y a quienes<br />
no lo merecían pero lo deseaban<br />
cobrándoles directamente o<br />
engañándolas con el cuento de<br />
que había que hacer gastos.<br />
Es imperdonable que por tantos<br />
años se tomara nuestro nombre<br />
para explotarlo en provecho<br />
propio.<br />
Y a cada paso su audacia se<br />
equipará únicamente con sus<br />
deseos de figuración llegando<br />
al colmo de auto homenajearse<br />
mediante engaños.
Luego, por cansancio,<br />
obtiene su título de Abogado<br />
y muchos pensamos que ya<br />
teniendo una herramienta<br />
de trabajo se iba a dedicar<br />
a desarrollar honradamente<br />
una carrera profesional. Pero<br />
lamentablemente no es así y<br />
regresa a Portoviejo a reeditar<br />
sus negociados en escala cada<br />
vez mayor.<br />
Encapuchado como periodista de<br />
una Agencia de Prensa, consigue<br />
contratos de varias Instituciones<br />
para difundir sus actividades,<br />
pero su avaricia e inmoralidad<br />
le hacen morder la mano de su<br />
amo.<br />
También recurre a su probada<br />
modalidad de ganarse la vida<br />
parapetado en una organización<br />
y forma la Sociedad Jurídico<br />
Literaria de Manabí, de la que<br />
como siempre es su Presidente y<br />
único miembro activo. Ella es su<br />
disfraz para llegar a intentar su<br />
más audaz atraco: la presidencia<br />
de la Casa de la Cultura de<br />
Manabí.<br />
Para intentarlo, pacientemente<br />
ha procedido a dividir a<br />
los miembros de la Casa<br />
con intrigas, homenajes y<br />
condecoraciones.<br />
Y recientemente, falsificando las<br />
firmas de once personas que,<br />
supuestamente, pedían a la<br />
matriz que sean admitidos como<br />
miembros.<br />
Por todo esto y la larga cadena<br />
de ofensas a nuestra Cultura que<br />
este audaz sujeto ha realizado,<br />
lo denunciamos ante la opinión<br />
publica como un explotador de<br />
nuestra tolerancia. Y apelamos a<br />
los miembros de la Subdirección<br />
de la Casa de la Cultura en<br />
Manabí para que no permitan<br />
que tan nefasta audacia se<br />
consuma.<br />
Si el Dr. Ángel Amen Palma, un<br />
honrado caballero sin la menor<br />
tacha y con inmensas cualidades<br />
y méritos profesionales, culturales<br />
y científicos, ha aceptado el<br />
pedido de la mayoría de los<br />
miembros de la Casa; nosotros,<br />
los estudiantes universitarios,<br />
creemos que eligiendo al Dr.<br />
Amen se estará haciendo justicia<br />
a la Cultura Manabita y se<br />
evidenciará claramente a un<br />
falso, repugnante, explotador y<br />
negociador de nuestra actividad<br />
cultural.
EL TUNEL DEL AMOR<br />
EN LAS CALLES : Agosto, 1980.<br />
En las calles nuestras, no hay<br />
mejor manera de llamar la<br />
atención que metiendo la pata.<br />
Cosa que se explica porque, por<br />
naturaleza, los hermanos estamos<br />
predispuestos a criticar antes que<br />
a aplaudir. A señalar, antes que<br />
meternos dentro del campo del<br />
Spot light para que nos señalen.<br />
Hace rato, callejero lector, que<br />
yo he estado pendiente de una<br />
reacción de los callejeros amigos<br />
nuestros para darle la bienvenida<br />
a ese pujante y esperanzador<br />
esfuerzo que significa nuestro<br />
colega vespertino La tarde.<br />
Pero, o están nublados mis lentes,<br />
o nada realmente aparece.<br />
Yo pienso que es un gran<br />
esfuerzo y bien logrado para<br />
darnos mas asideros a esta gran<br />
necesidad de comunicarnos.<br />
Y pienso que La tarde es<br />
un remanso fresco para<br />
lograrlo, cuando con excelente<br />
presentación y contenido nos<br />
trae, antes de que se acabe el<br />
día, informaciones y noticias<br />
importantes y además un buen<br />
caudal de cosas escritas o<br />
descritas con las que, en la<br />
tarde, nos completaríamos.<br />
Tenía en mente la nueva manera<br />
de presentación de un periódico,<br />
con la magnífica forma de sacar<br />
provecho al espacio, escogiendo<br />
titulares y sacándole el jugo a las<br />
fotos. Pero nadie me dijo nada,<br />
hasta que encontraron motivos<br />
para señalar donde metieron la<br />
pata. En el Túnel del Amor.<br />
En la sección Instantáneas se<br />
quiere decir y en efecto se dice<br />
que, está mal que la gente<br />
nuestra que se enamora, se<br />
citen en los rincones del Parque<br />
Central, o lo que queda de<br />
él, para abrazarse y darse un<br />
callejero beso. Y se va más lejos,<br />
invitando a los padres de familia<br />
para que por allí se den una<br />
vuelta, puesto que a lo mejor allí<br />
encuentren a una de sus hijas y<br />
siendo así, derechito se la lleven<br />
al Registro Civil para formalizar<br />
un casamiento, se entiende.<br />
Me acojo, callejero lector, a<br />
quienes indican que ésta es una<br />
tremenda metedura de pata,<br />
con la que se empina nuestro<br />
colega La Tarde llamando nuestra<br />
atención.
El amor es un hecho ineludible,<br />
que nada ni nadie lo puede<br />
detener, felizmente, porque es<br />
espontáneo. Y un varón y una<br />
mujer, tarde o temprano, se<br />
encuentran en cualquier parte.<br />
Entonces, qué mejor que esto<br />
ocurra a la vista de todos, en<br />
nuestro Parque Central.<br />
Allí, precisamente en el túnel del<br />
Amor, cobijados por las sombras<br />
acogedoras de centenarias<br />
veraneras. Qué mejor sitio para<br />
que ocurra el primer cauteloso<br />
beso o las palabras mayores de<br />
un formal compromiso.<br />
Le cuento, callejero lector, que<br />
por razones de trabajo, yo<br />
tengo que cruzar el Parque<br />
Central antes de la entrada<br />
de los Colegios Nocturnos y<br />
específicamente la del Olga<br />
Vallejo, que funciona en<br />
la Escuela Tiburcio Macías<br />
colindante del Parque.<br />
En efecto hay muchas parejitas<br />
conformadas por estudiantes de<br />
este Colegio que se contorsionan<br />
en el acto del amor explorándose<br />
y amándose.
QUIEN CON MUCHACHOS SE ACUESTA<br />
EN LAS CALLES : Agosto, 1980.<br />
En las calles nuestras, todos<br />
conocemos el poder de los<br />
refranes. Son pildoritas de vida<br />
que, en dos o tres elocuentes<br />
frases recogidas por la<br />
experiencia, dicen igual o más<br />
que un enjundioso libro.<br />
Y esto se nos hace presente<br />
cuando, a pocos días, el<br />
Diario recogió una inquietud<br />
compartida por algunas<br />
personas, sobre la inactividad<br />
del Comité pro Trasvase del<br />
Daule Peripa, gestado por<br />
estudiantes de nuestra UTM.<br />
Riesgosa manera de abordar<br />
un delicado tema, pero que<br />
esperamos se la comprenda<br />
como un medio para aclarar las<br />
cosa. En otras palabras, paciente<br />
lector, nuestros estudiantes<br />
Universitarios ya tienen sus<br />
alforjas llenas con el enorme<br />
problema de educarse dentro<br />
de una Universidad carente de<br />
un decisivo apoyo del Estado.<br />
Un Alma Mater abandonada a<br />
su propia suerte, sin recursos<br />
suficientes para cumplir con las<br />
exigencias de nuestra realidad<br />
socioeconómica.<br />
Centenares de estudiantes que,<br />
a más de lidiar los problemas<br />
que su formación académica<br />
representan, tienen que ayudar<br />
de alguna manera a llenar el<br />
canasto familiar y que su natural<br />
espíritu y vitalidad no les permite<br />
quedarse quietos ante los graves<br />
problemas de la comunidad.<br />
Su participación en la búsqueda<br />
de soluciones a nuestros<br />
problemas de desarrollo, tiene,<br />
por aquello, que ser recibida<br />
como una generosa intención,<br />
pero en ningún momento<br />
debe ser una obligación ni un<br />
compromiso. Bastante hacen<br />
modelándose para ser nuestros<br />
futuros conductores y tanto<br />
necesitaremos de ellos mañana<br />
que es prematuro exprimirlos<br />
hoy.<br />
Tenemos que destacar y<br />
agradecer su presencia y<br />
predisposición para ayudarnos<br />
en la búsqueda de nuestras<br />
soluciones, podemos exigirles o<br />
responsabilizarlos de aquello.<br />
Pero, además hay otra cosa,<br />
callejero lector, que me arriesgo<br />
a enunciarla y espero que la<br />
tome simplemente como una<br />
opinión.<br />
Es una linda causa pelear por los<br />
intereses de Manabí, cuando la<br />
razón nos asiste, pues gran parte<br />
de las aguas del Daule Peripa se<br />
originan en las tierras manabitas.<br />
Aguas arriba de San Victoria y<br />
San Ramón, todo el Río Daule es<br />
nuestro y como río limítrofe, la<br />
mitad del Peripa nos pertenece.<br />
Esto nadie lo puede negar. Y con<br />
justicia podemos reclamar esas<br />
aguas como nuestras.<br />
Pero hay un asunto de fondo,<br />
callejero y cívico amigazo.<br />
Fuera de la cosa natural y<br />
espontánea de pelear por lo que<br />
nos pertenece, no existe, que<br />
yo conozca, ninguna clara y<br />
cimentada evidencia que sustente<br />
técnicamente la necesidad del<br />
trasvase de esas aguas.<br />
Averigüe usted cuántas hectáreas<br />
de tierra pueden ser cultivadas<br />
con riego en los valles del<br />
Portoviejo y Carrizal Chone y<br />
luego divida la cantidad de agua<br />
que contienen los embalses de<br />
Poza Honda y la Esperanza.<br />
El resultado de esta operación,<br />
quitándole lo que se usa en agua<br />
potable que es mínimo y lo que<br />
se pierde por evaporación e<br />
infiltración, le dará una clara<br />
idea de la verdadera situación<br />
del problema de agua en<br />
Manabí.<br />
Tenemos cien millones de metros<br />
cúbicos en Poza Honda y<br />
cuatrocientos en la Esperanza.<br />
Quinientos millones, de los cuales<br />
podemos descontar cien millones<br />
que se pierden por evaporación<br />
e infiltración. De los cuatrocientos<br />
que nos quedan saquemos diez<br />
para agua potable, que es<br />
bastante y tenemos trescientos<br />
noventa millones de metros<br />
cúbicos de agua para regar<br />
nuestros cultivos.
En el valle de Poza Honda,<br />
se estima que hay doce mil<br />
hectáreas a regarse por<br />
gravedad y en el Carrizal Chone<br />
dieciocho mil hectáreas.<br />
Un gran total de treinta mil<br />
hectáreas aptas para el riego por<br />
gravedad.<br />
Divida usted, callejero lector,<br />
los trescientos noventa millones<br />
de metros cúbicos de agua,<br />
que tenemos para las treinta mil<br />
hectáreas que puedan cultivarse<br />
y le quedan? metros cúbicos por<br />
hectárea.<br />
Un verdadero diluvio que<br />
perdería cualquier cultivo.<br />
Entonces, queda claro que<br />
realmente no necesitamos el<br />
trasvase del Daule Peripa puesto<br />
que con nuestros dos embalses<br />
nos sobra el agua que se<br />
demuestra con cifras. De allí, que<br />
afirmemos callejero lector, que<br />
el trasvase no es necesario o por<br />
lo menos hasta este momento no<br />
ha sido justificado por ningún<br />
estudio apropiado.<br />
Con lo que resulta, que la<br />
valiosa iniciativa de los jóvenes<br />
estudiantes es esplendorosa y es<br />
buen indicador de su interés y<br />
patriotismo, pero se sale de la<br />
realidad nuestra.<br />
Mas, como en realidad se<br />
pueden hacer dos cultivos al año,<br />
digamos que hay que dividir<br />
para sesenta mil hectáreas. Lo<br />
que da seis mil quinientos metros<br />
de agua por riego por hectárea.<br />
Una verdadera inundación, que<br />
no permitiría ni siquiera cultivar<br />
arroz.<br />
Pero usted, que es avispado,<br />
ya se habrá dado cuenta que<br />
ésta, es solo una manera de<br />
hacer las cuentas y lo que ocurre<br />
con la experiencia de varios<br />
años de riego de Poza Honda<br />
es que se desperdicia el agua<br />
en los canales. Por cada diez<br />
litros aflojados en la Salazar<br />
Barragán, solo uno alcanza a<br />
pasar por Portoviejo.<br />
Y el sistema de riego por surcos,<br />
que es el que más usamos,<br />
consume diez veces más que un<br />
riego por goteo, que es el que<br />
menos agua desperdicia.<br />
Esa mala administración de las<br />
aguas es la que justificaría el<br />
trasvase. Pero aquí viene la gran<br />
decisión. Si no cambiamos esta<br />
manera de derrochar el agua<br />
nuestra de aquí a diez años, en<br />
que puede entrar a funcionar<br />
el trasvase, o sería demasiado<br />
tarde para rehabilitar nuestros<br />
desiertos o ya no nos alcanzaría<br />
ninguna cantidad de agua.<br />
Entonces por qué me pregunto<br />
yo, no cogemos al toro por los<br />
cuernos y encaramos de frente<br />
nuestro verdadero problema y<br />
comenzamos a administrar bien<br />
nuestras aguas.<br />
Consulte usted con un técnico o<br />
con un agricultor experimentado<br />
y pregúntele cuántos metros<br />
cúbicos de agua se requiere para<br />
sacar un cultivo por aspersión,<br />
multiplique esto por las treinta mil<br />
hectáreas regadas dos veces al<br />
año y se dará cuenta lo que le<br />
quiero probar.<br />
Por mi parte, yo he consultado<br />
con expertos Israelitas,<br />
que son quizás los mejores<br />
administradores de aguas para<br />
riego en el mundo. Ellos me<br />
han dicho que los quinientos<br />
millones de metros cúbicos que<br />
tendríamos en los dos embalses,<br />
bien administrados y con un<br />
trasvase de La Esperanza a<br />
Poza Honda o directamente<br />
por Danzarín o El Guarango,<br />
aumentarían las áreas regadas<br />
y con tal de que, por una sola<br />
vez se llenen los embalses, nos<br />
alcanzaría para regar dos y tres<br />
veces al año por lo menos seis<br />
años consecutivos.
Es la vaca de un señor Alemán, eran vacas excelentes, animales finos. Me acuerdo que alguna vez cuando era el<br />
cumpleaños del viejito Karl, del dueño. Y yo escribí en cartelitos pequeños “HAPPY BIRTHDAY KARL” y se las amarré al<br />
rabo de la vaca. El no veía muy bien por lo que se acercó a la vaca, se quedó viendo la letra, giró a verme y sonrió.
DESGRANANDO VIDAS<br />
EN LAS CALLES : Abril, 1978.<br />
En las calles nuestras, el desgranar<br />
es cosa conocida porque, tarde<br />
o temprano, a los nativos de aquí<br />
nos tocó desollarnos las manos<br />
desgranando maíz.<br />
No hay nadie que sea manabita<br />
de cepa que no haya desgranado<br />
una mazorca o un fruto. De allí<br />
que cuando decimos, desgranando<br />
vidas, en las calles se entiende<br />
que nos referimos a lo facilito con<br />
que se descuajan las vidas de la<br />
gente nuestra, desgranándose de<br />
la mazorca que viene a ser nuestra<br />
sociedad.<br />
Y como el dedo pulgar que es el<br />
más importante aprendiz de la<br />
mano en el desgranar de granos,<br />
los carros son los principales<br />
medios por donde se desgranan<br />
las vidas de la gente nuestra.<br />
Hoy existen estadísticas a nivel<br />
mundial que comprueban que los<br />
carros, y en general, los vehículos<br />
motorizados, han sido el medio<br />
o instrumento más mortal de la<br />
tierra. Más gente ha muerto dentro<br />
o fuera de un carro, por su uso o<br />
abuso, que atravesado por balas<br />
de la más rápida y mortífera<br />
amortajadora gama inventada.<br />
Como andan las cosas aquí y en<br />
cualquier parte, embarcarse en<br />
un carro es tan peligroso como<br />
encender un cigarrillo.<br />
Es difícil asegurarse, que en vez<br />
de una chispa, le salga un tiro y<br />
rapidito lo desgranen de la pelotita<br />
de tierra en que vivimos.<br />
Por eso, callejero lector, me tomo<br />
el tiempo para proponer juntarnos<br />
en este sentido y resolver el caso<br />
del desgranarse de vidas que<br />
estamos soportando. Tenemos que<br />
movernos más organizadamente y<br />
ahorita es el momento para pensar<br />
en la Comisión de Tránsito de<br />
Manabí.<br />
Tenemos una nueva autoridad<br />
del tránsito en Manabí, pero<br />
solitico, no puede lograr nada.<br />
Qué le parece entonar, si nos<br />
juntamos con este caballero para<br />
conversar y ver si sacamos algo de<br />
provecho.<br />
Es imperiosamente urgente que<br />
entre las autoridades de policías<br />
que están obligadas a controlar<br />
el tránsito y entre nosotros<br />
los desgraciladores, mortales<br />
pagadores del parto con esas<br />
pistolas que parecen encendedores<br />
de cigarrillos.<br />
Lamentablemente, no existen<br />
localmente estadísticas confiables,<br />
para mostrar el número de victimas<br />
causadas por o en vehículos<br />
motorizados, pero parece que<br />
no hay día en que a un callejero<br />
lector nuestro no le toque el turno<br />
de irse frio y tieso, columpiándose,<br />
en un ataúd sobre los hombros de<br />
sus amigos hasta el cementerio.<br />
Y como en los carros, casi<br />
siempre, va más de una persona,<br />
de cuando en cuando los carros se<br />
nos llevan gente de bastante.<br />
Y sin embargo, qué estamos<br />
haciendo para evitar o disminuir<br />
este mortecino desgranarse de<br />
importantes y queridas vidas<br />
nuestras.<br />
NADA que se note<br />
NADA que de resultado.<br />
Y no existe, siquiera, la remota<br />
posibilidad de pedirle al Sr. Jefe<br />
de Tránsito que actúe, porque no<br />
lo puede hacer efectivamente aún<br />
si así lo quisiera.<br />
Este es un problema tan complejo,<br />
que nos abarca a todos. TODOS<br />
los ciudadanos tenemos la culpa<br />
en este desgranadero de vidas.<br />
De allí, que los remedios y las<br />
recetas definitivas tienen que
comenzar tanto de nosotros como<br />
personas, como de nosotros como<br />
Instituciones.<br />
Pero, ¿cómo convencernos de que<br />
ha llegado la hora de actuar para<br />
frenar la muerte sobre ruedas?<br />
Cómo puedo pedirle a usted,<br />
callejero lector, que no se<br />
embarque en un carro si no es<br />
estrictamente necesario.<br />
Cómo pedirle que, en distancias<br />
cortas, es más saludable y<br />
económico que camine.<br />
Cómo pedirle que antes de<br />
embarcarse a conducir un<br />
carro, hay que tener el hábito<br />
de conducirlo bien. Porque<br />
manejar un carro de manera<br />
segura, es un proceso largo de<br />
acondicionamiento psicomotor que<br />
se convierte en una actuación casi<br />
automática el conductor.<br />
Cómo hacerle ver, que antes<br />
de embarcarse a un carro<br />
hay que darse cuenta de que<br />
ofrece seguridad; de que sus<br />
mecanismos están en buen orden<br />
de funcionamiento<br />
Sabe usted que en Suecia, uno<br />
de los países que tiene menores<br />
accidentes de tránsito, un<br />
conductor puede perder su licencia<br />
de manejo, sin el cinturón de<br />
seguridad, si fuma mientras maneja<br />
o si sus luces están empolvadas.<br />
Aquí se meten debajo del asiento<br />
los cinturones de seguridad, no<br />
solo que se fuma mientras se<br />
maneja, sino que se toma y quién<br />
diablos se preocupa de limpiar las<br />
luces de nuestros carros.<br />
Cómo decirle, callejero lector,<br />
que en las escuelas se deben<br />
enseñar a los niños la manera de<br />
comportarse en las calles.<br />
Cómo se puede apelar, ante el<br />
Sindicato de Choferes, para que<br />
en la MINI-LAICA de aprender<br />
a manejar profesionalmente se<br />
tengan profesores que sepan<br />
manejar bien.<br />
Cómo podemos interesar a<br />
nuestros Concejales Cantonales<br />
para que exijan, que en las calles<br />
nuestras se observe la ley de<br />
tránsito, tanto por los conductores<br />
como los transeúntes.<br />
Cómo se puede intentar, siquiera,<br />
pedirles a los mecánicos de<br />
nuestros carros, para que tengan<br />
la valentía y entereza de reparar<br />
nuestros carros seguramente,<br />
antes que remendarlos para que<br />
funcionen momentáneamente.<br />
En este rosario de CÓMOS, que<br />
aquí le planteo, callejero lector,<br />
solo queda el único al que yo<br />
puedo responder.<br />
CÓMO evitar que este callejero<br />
amigo suyo, escribiente y relator<br />
de lo que se dice y comenta<br />
en las calles nuestras, se<br />
achicharre dentro de un carro o<br />
fuera por culpa de él. Simple y<br />
sencillamente, como a los toros,<br />
yo los veo desde lejos, pero me<br />
preocupa y me duele vivir con una<br />
amenaza sobre ruedas.<br />
Así que, a más de mantener una<br />
prudencial distancia de los estados<br />
mecánicos, estoy listo alerta y<br />
dispuesto a hacer lo que pueda<br />
para evitar este desgranarse de<br />
valiosas vidas nuestras, si usted me<br />
hace, callejero lector.
Alguna vez escribí una poesía con la que gané el primer premio, en un concurso que se llamaba POEMA MURAL<br />
ILUSTRADO. El título propiamente de la poesía era HERMANO MONTUBIO y hacía alusión a la añoranza del retorno de<br />
los que se fueron. Decía algo así como: te estoy llamando desde el fondo de mi desesperanza, pero se me escapa ahora.<br />
Había una señora, una profesional de bastante calibre, quien trabajaba para la ONU, ella se la sabía de memoria.<br />
Nancy recítame le decían y ella la recitaba muy bonito
INVADIENDO TERRENOS<br />
EN LAS CALLES : Junio, 1979.<br />
En las calles nuestras, la gente<br />
sabe que las cercas que limitan<br />
nuestros terrenos se cambian por<br />
muchas razones.<br />
La más espinosa y difícil de<br />
resolver, es que las piñuelas<br />
crecen del otro lado en que las<br />
cortan. Callejera expresión,<br />
que denota el hecho que un<br />
terreno bien cuidado fácilmente<br />
se agranda cuando los vecinos<br />
descuidan sus tierras. En muchos<br />
otros casos, no hay cercas y<br />
quien las pone primero tarde o<br />
temprano tiene más tierra.<br />
Callejera manera, para tocar el<br />
caso de la desesperante manera<br />
como aquí venimos luchando<br />
para que se mejore nuestra<br />
agricultura y que motivó la<br />
reacción de un amigo ingeniero<br />
agrónomo nuestro, cuando a<br />
raíz de nuestros escritos sobre<br />
mejores maneras de riego,<br />
visiblemente preocupado, se<br />
aventó a decirnos que nosotros<br />
al hablar sobre técnicas de riego<br />
estamos invadiendo terrenos que<br />
no nos competen.<br />
De frente y botando al suelo las<br />
trancas del sentido común, un<br />
rubicundo y abultado burócrata<br />
nuestro sacó la cara por sus<br />
colegas y nos puso una raya,<br />
anotando que estábamos<br />
invadiendo sus campos de<br />
acción. Invadiendo terrenos que<br />
no nos competen, con justicia y<br />
aparente razón,<br />
el abultado ingeniero agrónomo<br />
de marras, callejero lector<br />
nuestro, anotaba una gran<br />
verdad que en las calles se<br />
resume en el dicho de zapatero a<br />
tus zapatos.<br />
Gran cosa que, si fuera puesta<br />
en práctica entre nosotros,<br />
sería fabulosa si cada uno<br />
cumpliéramos cabalmente con lo<br />
que a cada uno nos toca hacer<br />
responsablemente.<br />
Pero, por diez mil razones, hube<br />
de responderle a mi amigazo<br />
interlocutor que no es el caso<br />
de que aquí se pretenda invadir<br />
terrenos que no nos competen,<br />
cuando hablamos sobre técnicas<br />
de riego.<br />
La gran verdad y realidad<br />
nuestra es que estamos tratando<br />
de incentivar o despertar<br />
inquietudes sobre nuevas<br />
prácticas de riego, como en<br />
campos vírgenes o abandonados<br />
por la falta de interés de los<br />
técnicos nuestros.<br />
Cualquier persona que pueda<br />
leer y escribir y mejor, si lo<br />
hace en más de un idioma, que<br />
tenga paciencia y dos sucres<br />
para suscribirse a Agricultura<br />
de Las Américas, Servicio<br />
de Información Técnica de<br />
Cendes, Times, Bussines Week,<br />
Farmers Journal, International<br />
Trade, Intermedia Technologies,<br />
Selecciones o Vistazo al<br />
primer mes de recibir estas<br />
publicaciones ya se da cuenta<br />
que agrícolamente andamos muy<br />
atrasados.
Pero si a más de eso, luego<br />
de digerir tanta información,<br />
todos los días en el campo o<br />
en la ciudad, por motivos de<br />
su ocupación, reverentemente<br />
escucha el vía crucis de nuestros<br />
agricultores que, con pesada<br />
cruz, se quejan de cargar la falta<br />
de asistencia técnica y no atinan<br />
donde dar el próximo paso.<br />
Esa persona, que puede ser<br />
usted o yo, callejero lector, tiene<br />
sobrado derecho para tratar de<br />
hacer algo donde otros que, a<br />
costa de nuestro bolsillo, fueron<br />
entrenados para hacer algo y no<br />
hacen nada o muy poco.<br />
El país gasta enormes cantidades<br />
de dinero suyo y nuestro para<br />
darles instrucciones muy costosas<br />
a nuestros técnicos agropecuarios<br />
y entregarles el saber que les<br />
permita producir más y mejor<br />
en la agricultura o enseñarnos a<br />
hacerlo.<br />
Correspondía pensar, que cada<br />
uno de los técnicos nuestros,<br />
armados de tanta costosa<br />
instrucción, se iría a los campos<br />
nuestros y a medias, o a como<br />
dé lugar, pondría en práctica<br />
sus conocimientos para ganar<br />
plata y elevar nuestra producción<br />
agrícola. Pero ese no es el caso<br />
y en Manabí nuestros costosos<br />
Ingenieros agrónomos no salen<br />
de la universidad a poner en<br />
práctica sus conocimientos para<br />
mejorar nuestra producción.<br />
No calzan en una mano, los<br />
ingenieros agrónomos nuestros<br />
que se hayan dedicado a<br />
explotar su profesión, poniendo<br />
en práctica sus conocimientos y<br />
hayan tenido éxito. Casi todos<br />
están de profesor o calentando<br />
puestos burocráticos.<br />
Entonces, quién puede<br />
increparnos que estamos<br />
invadiendo campos que no nos<br />
competen, si ellos por ningún<br />
lado aparecen.<br />
Y si acaso, llegan a la tronga de<br />
la propiedad de un agricultor, tal<br />
cual lo ha dicho el más eficiente<br />
y autodidacta agricultor nuestro<br />
Sr. Héctor Álava, hasta allí no<br />
más llegan.<br />
No se si me explico bien,<br />
callejero lector, que entre<br />
nosotros son tan baratos los<br />
cartones que otorgan títulos, que<br />
cualquier persona les da largo a<br />
los titulados.<br />
Por eso yo le respondo a mi<br />
callejero y gordote titulado<br />
amigo agrónomo, que no se<br />
trata de invadir terrenos que<br />
nos competen, se trata de<br />
aprovechar terrenos que ustedes<br />
no los han tomado en cuenta,<br />
de angustiosamente y a como<br />
dé lugar sacarle provecho a<br />
nuestros terrenos, que aún no han<br />
sido tomados en cuenta por los<br />
técnicos nuestros.<br />
No ve, callejero lector, que ellos<br />
ni rajan, ni prestan el hacha.
ATROPELLO CULTURAL<br />
EN LAS CALLES : Septiembre, 1980.<br />
En las calles nuestras, la cultura<br />
es realmente lo único de valor<br />
que tenemos.<br />
Cosa fácil de decir pero difícil<br />
de explicar porque la CULTURA,<br />
es un rimerón de cosas sin<br />
forma, color, ni sabor, que las<br />
sentimos en menor o mayor<br />
grado según nuestra capacidad<br />
de percepción y entendimiento.<br />
Una cosa grandiosa que ha sido<br />
atropellada mañosamente.<br />
No se me adelante, callejero<br />
amigazo, pensando que voy<br />
a referirme a lo que sabemos<br />
ocurrió aquí en Portoviejo hace<br />
pocos días. No, pese a que no<br />
nos faltan ganas, no podemos<br />
referirnos a un hecho que es<br />
parte de un proceso natural.<br />
Debo referirme al caso concreto<br />
de un anuncio televisado<br />
mediante el cual CEPE<br />
promociona la gasolina de<br />
92 octanos de la manera más<br />
ofensiva.<br />
Para convencernos a los<br />
ecuatorianos que esta nueva<br />
gasolina es mejor y debemos<br />
consumirla, nuestra empinada<br />
Corporación Petrolera escoge<br />
a un personaje extranjero.<br />
Un sujeto totalmente ajeno a<br />
nosotros, por su apariencia,<br />
acento y manera de comportarse,<br />
nos habla de carbón en los<br />
pistones y cabezote y no destruye<br />
el escape.<br />
Piense usted, callejero lector, por<br />
qué no se usa, para hacernos<br />
comprender algo, a usted o<br />
a mí, que nos curtimos aquí y<br />
somos nuestros. A cualquiera<br />
de nosotros, que mal o bien,<br />
pero sudando la gota gorda<br />
por centurias hemos forjado<br />
una cultura nuestra, que tiene<br />
valor equis para cualquiera pero<br />
infinita para nosotros.<br />
En vez de ello se recurre a la<br />
dependencia extranjera, que<br />
pensábamos hace ratos había<br />
desaparecido, por lo menos en el<br />
aspecto Cultural.<br />
Se me arruga como pasa el<br />
alma, callejero amigazo, que<br />
de tan soslayada manera se nos<br />
ofenda usando a un personaje<br />
extranjero para que nos diga<br />
algo tan sencillo y fácil de<br />
comprender.
Es más; como esta gasolina por<br />
su precio y calidad no es para<br />
uso de la gran mayoría sino de<br />
un sector, que se supone, en<br />
parte a sus recursos económicos,<br />
a sus conocimientos, destreza o<br />
lo que quiera que sea necesario<br />
puede comprar y mantener un<br />
vehículo de calidad.<br />
Es decir, que el anuncio no va<br />
dirigido a los que tenemos que<br />
caminar a pie, o hincar con una<br />
hoja de piñuela a un burro para<br />
que se anime, encaramarnos en<br />
una bicicleta o pagar la inflada<br />
tarifa de un transporte urbano<br />
o interprovincial. Va dirigido a<br />
gentes, que se supone, son más<br />
leídos y educados que nosotros.<br />
Y contra ellos, de frente, se les<br />
lanza semejante atropello cultural<br />
y de parte de una Entidad al más<br />
alto nivel.<br />
Esto no puede ser pasado por<br />
alto, callejero lector, ya que es<br />
realmente una cuestión de fondo<br />
que atenta a nuestro patrimonio<br />
Cultural y demuestra que no hay<br />
solidez ni consistencia de parte<br />
del Gobierno del Descambio.<br />
Si doña Martha sale en TV y<br />
nos dice, en su confianzuda y<br />
contagiosa manera, que vale<br />
la pena que ayudemos a Jaime<br />
usando la nueva gasolina,<br />
se lo juro, callejero lector,<br />
que enseguidita por lo menos<br />
yo me compro uno de esos<br />
encendedores Zipo, que con una<br />
buena gasolina en su mecha<br />
se encienden en el más fuerte<br />
ventarrón o, si el miércoles<br />
me saco la lotería, de hecho<br />
me compro un mechita para<br />
alimentarlo solo con la nueva<br />
gasolina, invitando a usted para<br />
dar vueltas por la ciudad.<br />
Pero si CEPE nos ofende y<br />
apabulla con este mentado<br />
comercial, ofensivo a nuestro<br />
patrimonio cultural, suponiendo<br />
que más caso le hacemos a un<br />
extranjero, entonces de verdad le<br />
digo que me da coraje.<br />
Me hincho, trastabilleo, me<br />
incómodo y no estoy a gusto.<br />
Entonces, callejero lector, si<br />
a usted le ocurre lo mismo<br />
o similar, porque no coge el<br />
teléfono y llama a uno, o a todos<br />
nuestros Representantes en la<br />
Cámara para que ese atentatorio<br />
y ofensivo aviso televisado<br />
se lo corte y no se repita este<br />
vergonzoso atentado a nuestra<br />
ecuatorianidad.<br />
Hágalo. Por favor hágalo,<br />
callejero amigazo
LOS PROBLEMAS DE POZA HONDA<br />
EN LAS CALLES : Junio, 1979.<br />
En las calles nuestras, afloró<br />
nuevamente el rumor de que<br />
la Represa de Poza Honda se<br />
puede venir guarda abajo,<br />
con lo que el que menos de<br />
los callejeros lectores nuestros,<br />
desde Ayacucho hasta Crucita,<br />
quedaría empapado y muy<br />
asustado y solo Dios sabe a<br />
dónde irían a dar.<br />
Más, no se asuste ni se suba<br />
al techo de su casa, amigo<br />
nuestro, peor comprarse un bote<br />
o comenzar a encaramarse en<br />
las lomas, porque las bolas que<br />
están rodando se originan en<br />
problemas de mantenimiento que<br />
tiene solución.<br />
Con todo y por si acaso, para<br />
estar súper seguro, ya se ha<br />
notificado a la Strabag Ban que<br />
venga y le dé el manteamiento<br />
que requiere normalmente.<br />
Así que aguántese donde<br />
está, callejero lector, que falta<br />
bastante para ir dando tumbos<br />
agua abajo.<br />
Pero esto, no quiere decir<br />
que Poza Honda, o lo que<br />
fue Poza Honda, nuestro<br />
querido Organismo propulsor<br />
de esta gran obra y de su<br />
aprovechamiento por la gente<br />
del valle, el gran hijo mayor del<br />
CRM y la eficiente y orgullosa<br />
Comisión de Poza Honda, ahora<br />
desmejorada y desheredada<br />
en un simple departamento,<br />
no tenga problemas. Los tiene<br />
bastantes y son grandotes.<br />
Todos vienen a raíz del CAMBIO;<br />
de la reorganización del CRM<br />
que encabezada por un cantarín<br />
y bailador Gobernador nuestro,<br />
ha venido a desmembrarla,<br />
minimizarla, enredarla y<br />
confundirla.<br />
Asuntos netamente personales<br />
y mezquinos pesaron más que<br />
los elevados fines que, en todos<br />
los miembros de La Comisión de<br />
Poza Honda eran carne: Elevar<br />
el nivel de vida del hombre de<br />
la Región. Ese es el comienzo de<br />
todos los graves problemas, que<br />
el Sistema Poza Honda ahora<br />
está sufriendo.<br />
Le pisa los pies la falta de<br />
habilidad de los Directivos del<br />
CRM para conseguir suficiente<br />
fondos o la incapacidad del<br />
Gobierno para lograrlos<br />
oportunamente. Estas dos cosas,<br />
han resultado en un montón<br />
de graves problemas cuyas<br />
consecuencias ahorita tenemos<br />
que soportar.<br />
El embalse no está lleno y en este<br />
año de sequedad, nos faltará<br />
agua para regar los cultivos,<br />
porque se botó agua al mar,<br />
pensada o impensadamente en<br />
diferentes ocasiones.
La acción de Asociaciones<br />
Agrarias que comenzó con<br />
dos personas, apodados Los<br />
Mormones, por la corajuda<br />
y persistente manera para<br />
promover el lema de la difunta<br />
Comisión, ahora está abultada<br />
de burócratas empeñosos y<br />
capacitados, pero carentes de los<br />
chispazos de ingenio y fortaleza<br />
que la mística de una función<br />
confiere al ser humano.<br />
La fabulosa ayuda del Gobierno<br />
Alemán que pudo haber sido<br />
la ATA, Asistencia Técnica<br />
Alemana, realmente que nos<br />
está dejando pocos beneficios,<br />
porque no se fijaron bien desde<br />
el ,principio los objetivos y metas<br />
para trabajar.<br />
Y por razones del CAMBIO<br />
y reorganización del CRM,<br />
después de tantos meses de<br />
trabajo, ahorita sigue siendo un<br />
costoso chocolear de pareceres<br />
sobre lo que pudo haber sido<br />
y no fue o de lo que podemos<br />
hacer mañana.<br />
No tengo el menor indicio de<br />
la falta de capacidad de los<br />
técnicos Alemanes y de sus<br />
contra partes, técnicos nuestros,<br />
que realmente se han formado<br />
trabajando en la extinta<br />
Comisión, pero a diario les veo<br />
que no dan pie con bola, por<br />
falta de criterios gerenciales.<br />
Todo esto resulta, en mi callejero<br />
parecer, de que en eso de la<br />
tan mentada Reorganización de<br />
la Comisión de Poza Honda,<br />
la gente del valle nos hemos<br />
quedado huérfanos de toda<br />
ayuda organizada, eficiente y<br />
productiva. Porque el golpe de<br />
timón que se dio al CRM para<br />
reorganizarlo, fue mal dado y<br />
sin buena fe y ello ocasiona los<br />
actuales graves problemas, cuyas<br />
consecuencias recién comienzan<br />
a aparecer.<br />
Es preciso, urgente y estimulante<br />
que definitivamente se aclaren<br />
y resuelvan los problemas<br />
humanos, producidos por<br />
reordenamiento de jerarquías<br />
en el CRM y que sus directivos,<br />
desde el amoratado Presidente,<br />
el ojialmendrado Director<br />
Ejecutivo, su boconudo<br />
guardaespaldas, el Bob Hope<br />
nuestro, con nariz de resbaladera<br />
o tobogán que haciendo<br />
homenaje a su nombre de FABIO,<br />
calmosamente paga la plata y<br />
todos los cerremizados amigos<br />
nuestros, se den cuenta que los<br />
manabitas estamos pendientes<br />
de ello como cucarachas en la<br />
cocina.<br />
Porque resolver nuestros<br />
problemas, es el gran problema<br />
del CRM en Manabí.
ARROZANDO<br />
EN LAS CALLES : Julio, 1979.<br />
En las calles nuestras, ya<br />
estamos errados de espanto y<br />
las cosas que en las calles se<br />
ven, por insólitas que sean, a<br />
nadie le arriscan las cejas. Pero<br />
es función periodística llevar a<br />
conocimiento del público estas<br />
cosas, para hacer el intento de<br />
cambiarlas.<br />
Está mañanera ocasión de<br />
conversar con usted, la vamos<br />
a aprovechar desmenuzando el<br />
problema que la foto claramente<br />
demuestra.<br />
La camioneta de placas<br />
MO1352 está parqueada con<br />
su tren delantero sobre la vereda<br />
y el rabo en la calle, de tal<br />
manera que impide el tráfico de<br />
los peatones sobre la vereda y<br />
dificulta el tráfico de los vehículos<br />
en las calles.<br />
Todo esto pese a que, como<br />
se puede ver claramente en la<br />
foto, hay suficiente espacio en<br />
la calle como para parquearla<br />
correctamente y no molestar a<br />
nadie, pero merece la atención<br />
de este recadero del cambio.<br />
Pero es el caso, que como<br />
todas las cosas en las calles<br />
nuestras, ésta también tiene una<br />
explicación que a continuación<br />
se la cuento.<br />
Pocos, muy pocos entre nosotros<br />
nos damos cuenta, que el<br />
vehículo motorizado, sea este<br />
automóvil, camioneta o camión,<br />
ha sido el medio para que muera<br />
más gente que todas las que<br />
han sido muertas por armas<br />
o artefactos construidos para<br />
matar gente. La gente muerta por<br />
accidentes automovilísticos en<br />
todo el mundo, de largo se pasa<br />
a la gente muerta por balas o en<br />
conflictos bélicos.<br />
El carro es una arma mata<br />
gente, más mortífera que una<br />
ametralladora y allí están las<br />
estadísticas para comprobarlo.<br />
De hecho, un vehículo<br />
motorizado es un instrumento<br />
más peligroso que un arma de<br />
fuego. Pero en nuestro medio,<br />
tener una camioneta o carro es<br />
un símbolo de jerarquía y tan<br />
fácil de adquirirlo, que hasta<br />
por sorteos se lo entrega y<br />
obtener matrícula y licencia para<br />
conducirlo es cosa de plata o ser<br />
amigo del Sindicato de Choferes<br />
o sus dirigentes.<br />
Es clarito y evidente que se ha<br />
cometido una falta a la ley que<br />
reglamentó el estacionamiento<br />
de vehículos y sobre todo, que<br />
se molesta y pone en peligro a<br />
muchas personas.<br />
Pero eso no es todo, a la foto<br />
le faltan dos cosas que agravan<br />
este callejero caso:<br />
La persona que estacionó tan<br />
abusivamente está camioneta ¡es<br />
una mujer!
El sitio donde ocurrió este<br />
estacionamenticidio está muy<br />
cerca del cuartel de Policía y a<br />
poco rato de ocurrido el caso,<br />
dos policías que regresaban al<br />
Cuartel, la vieron, le dieron la<br />
vuelta con grandes muestras de<br />
curiosidad, menearon la cabeza,<br />
fruncieron el ceño, se sacaron el<br />
casco para rascarse el cráneo e<br />
inmediatamente se fueron.<br />
Quince minutos más tarde, la<br />
conductora del vehículo tranquila<br />
y diestramente sacó del mal rato<br />
a la avergonzada camioneta.<br />
Y allí terminó el asunto.<br />
Salvo la preocupación que se ha<br />
quedado conmigo y aquí se la<br />
paso a usted, callejero lector.<br />
Estadísticamente, o sacando<br />
las cuentas con los datos que<br />
se tienen, más gente ha muerto<br />
por consecuencia directas o<br />
indirectas del uso o abuso de<br />
“carros” que cualquier arma de<br />
explosión.<br />
En los Estados Unidos, donde<br />
se tiene la preocupación por<br />
anotar, este País, muertos en<br />
acciones de guerra, luego de<br />
la Independencia y hasta los<br />
muertos en Vietnam, comparada<br />
esta cifra con los ciudadanos<br />
muertos en accidentes de tránsito<br />
dentro del país, la gente muerta<br />
en la guerra son menos que<br />
las matadas por los carros o a<br />
consecuencia de ellos. De lo<br />
que resulta que un carro es más<br />
peligroso que un fúsil.<br />
Cosa que, a más de las<br />
estadísticas o datos que antes<br />
le indico, empíricamente puede<br />
ser comprobada llevando la<br />
cuenta de lo que aparece en la<br />
última página del Diario. Allí casi<br />
todos los días, desgarradoras<br />
fotos y textos dan vivida cuenta<br />
del montón de gente que,<br />
impensadamente, se amontonan<br />
sangrientamente para abandonar<br />
este planeta como consecuencia<br />
del uso o abuso del carro.<br />
Por todo esto, yo entiendo que<br />
este caso que puede ser tomado<br />
como insignificante, a lo mejor<br />
puede ser la gota que llenó el<br />
vaso del caótico sistema de<br />
tránsito nuestro y a lo mejor<br />
contribuya para que alguien que<br />
tenga acción directa en estas<br />
cosas, intervenga.<br />
No estamos pensando, de<br />
ninguna manera, en acciones<br />
correctivas porque es demasiado<br />
tarde y no hay lugar a encontrar<br />
los remedios. Pero sí EXIGIMOS<br />
y estamos dispuestos a colaborar<br />
en cualquier acción tendiente<br />
a prevenir perjuicios a la vida<br />
humana o a la propiedad por el<br />
mal uso o abuso de los carros.<br />
Es más, ya lo hemos hecho y con<br />
éxito.<br />
De esto, el Jefe Máximo de la<br />
Policía, Gral. Zaldumbide tiene<br />
conocimiento porque con él lo<br />
hicimos.
DOS MUJERES<br />
EN LAS CALLES : Septiembre, 1980.<br />
En las calles nuestras, cuando<br />
ya se empina la noche de los<br />
domingos, el que menos de<br />
nosotros se pega a la cajita boba<br />
de la TV y conecta un programa<br />
de interés nacional. Una hora<br />
por Teleamazonas.<br />
Y especialmente, en el domingo<br />
pasado, cuando dos apreciadas<br />
y distinguidas damas nuestras<br />
aparecieron en tan distinguido<br />
programa nacional.<br />
El tema fue la jubilación de la<br />
mujer a los veinticinco años.<br />
Y allí, estuvieron presentes,<br />
la Sra. Flor Chancay como<br />
Presidente de UNE y la Srta.<br />
Elva Gonzales como miembro<br />
de nuestra Cámara de<br />
Representantes, dos distinguidas<br />
y apreciadas damas de nuestra<br />
sociedad frente al Dr. Pinto del<br />
IESS. Dos contra uno, pensaría<br />
usted, callejero lector, pero la<br />
realidad no fue así.<br />
El interesante programa no llego<br />
a tomar ninguna conclusión<br />
clara, sino más bien que se<br />
echó más leña al fuego. Pero<br />
antes de participar en esta<br />
quemazón, cabe destacar y<br />
aplaudir la actuación de dos<br />
apreciadas damas nuestras en<br />
este problema y concretamente<br />
en este programa. Se portaron a<br />
la altura esperada.<br />
Pero, con respecto, a lo que en<br />
las calles se dice, la situación era<br />
muy clara.<br />
Ante el Estado todos los<br />
ecuatorianos somos iguales y<br />
no hay distinción entre hombre<br />
y mujer. Pese a que es evidente<br />
que, físicamente la diferencia es<br />
clara, la constitución dice que<br />
somos iguales y punto.<br />
Pero todos los hombres<br />
estamos de acuerdo en que<br />
las mujeres nuestras tengan un<br />
trato preferencial, por simple<br />
caballerosidad, tradición y gesto<br />
no discutido ni examinado, sino<br />
como cosa de hecho.<br />
Y de forma caballera, todo lo<br />
que a nuestras mujeres favorece<br />
de largo campante si pasa. Pero<br />
cuando, como gestión política<br />
se lo entregue para sacarle<br />
provecho a una situación turbia,<br />
allí, callejero lector, tenemos que<br />
salir al frente.<br />
La movida no es una intención<br />
clara y bien intencionada para<br />
favorecer a la mujer ecuatoriana<br />
de manera efectiva. Fue y sigue<br />
siendo una maniobra política<br />
para conseguir simpatías, lograr<br />
palanca de la ciudadanía<br />
femenina, que representa un<br />
jugoso paquete electoral.<br />
Y es que de otra manera, no se<br />
explica cómo en forma tan ligera<br />
se apruebe una ley sin estudios<br />
previos, que ahora resulta<br />
imposible de aplicar.<br />
A más del espontáneo deseo,<br />
que todos nosotros tenemos para<br />
favorecer a nuestras madres,<br />
nuestras mujeres y nuestras hijas,<br />
nada más de ello ocurrió.<br />
Y así salió el decreto, que se<br />
convirtió en Ley que ahora<br />
no puede aplicarse, no solo<br />
porque no hay dinero suficiente<br />
para ellos, sino porque hay<br />
serias dudas de que a la<br />
larga favorezca a la mujer<br />
ecuatoriana.<br />
En la libre empresa,<br />
generalmente, ocurre que lo más<br />
importante es el capital humano<br />
y cuanto más en él se invierta,<br />
mucho mejor porque a la final<br />
más se gana.<br />
Siendo así, la mejor inversión<br />
se haría con alguien a quienes<br />
la ley les permita estar el<br />
mayor tiempo trabajando en la<br />
Empresa.
El darles una menor cantidad de<br />
años de trabajo a las mujeres,<br />
de hecho, les reduce el mercado<br />
ocupacional y la calidad de sus<br />
puestos. Habría que pensar dos<br />
veces para dar un buen empleo a<br />
una mujer.<br />
Si se piensa que esta ley es<br />
una manera de favorecer a<br />
nuestras mujeres, jubilándose<br />
a los veinticinco años de<br />
trabajo, este es un anzuelo<br />
para trastornar la sociedad,<br />
pues se desperdiciaron los años<br />
más preciosos y productivos de<br />
nuestra mujer, incitándola a que<br />
comience a trabajar a temprana<br />
edad para que se jubile lo más<br />
pronto. Y por unos millones de<br />
cosas o servicios sociales para<br />
contrarrestar la falta, imposible<br />
de remediar, de una madre a sus<br />
hijos, tendríamos a generaciones<br />
de hijos con madres cansadas<br />
para atenderlos cuando más las<br />
necesitaban y con tiempo libre y<br />
dinero cuando están crecidos y<br />
ya no las necesitan.<br />
Predeciblemente, una situación<br />
de crisis hogareña, alcoholismo,<br />
juegos de azar y prostitución o<br />
amor libre.<br />
Qué ocurrirá con una mujer que<br />
comienza a trabajar cuando<br />
tiene de diecisiete a veinte años,<br />
por allí se casa y tiene hijos<br />
que no puede atender bien y al<br />
llegar a los cuarenta y cinco ya<br />
no tiene que hacer nada, pues<br />
sus hijos, bien o mal, ya están<br />
crecidos; su esposo tiene que<br />
seguir trabajando y ella tiene<br />
una entrada facilita de dinero.<br />
Muchas, sin dudar, abrirán una<br />
tienda o construirán negocios.<br />
Pero la duda me queda de<br />
que muchas, unas luego de<br />
despachar al marido a su<br />
trabajo y sin nada que hacer,<br />
se dedicaran a cosas poco<br />
constructivas y porque no<br />
decirlo, callejero lector, a cosas<br />
impensadas.<br />
Finalmente, callejero lector, lejos<br />
estamos de aquellos tiempos<br />
en que la mujer se ocupaba<br />
solo de las cosas del hogar y<br />
ningún marido que valga la pena<br />
cambiaba un pañal.<br />
No sé cuál sea su experiencia,<br />
callejero lector, pero fuera de<br />
parir y darles el seno a nuestros<br />
hijos, con mi mujer hemos<br />
compartido y hasta disputando<br />
toda acción para criarlos de<br />
la mejor manera que somos<br />
capaces. Entonces, en la vivencia<br />
diaria llegamos a lo que dice la<br />
ley.<br />
Si en verdad, biológicamente<br />
somos diferentes, en la<br />
práctica somos igualitos y<br />
ambos compartimos la carga y<br />
responsabilidad de agarrarnos<br />
corajudamente a la pelotita de<br />
tierra donde habitamos.<br />
Entonces no hay lugar a esta ley<br />
que nos maltrata, nos divide y de<br />
la que sus únicos y verdaderos<br />
ganadores son nuestras políticas.<br />
Gracias, tenemos que decirle a<br />
nuestras dos empeñosas damas,<br />
aparecidas en una hora por sus<br />
valientes, pero instanciadas,<br />
defensas a la ley que quita<br />
derechos a nuestras mujeres<br />
y más bien los invitamos para<br />
que, conjuntamente, hagamos<br />
exhaustivo examen de nuestra<br />
realidad, tendiente a acotejar<br />
las cargas sin ninguna presión<br />
sentimental o política.
A los 17 años, cuando estaba en el colegio, ya trabajaba. Mi papá era legislador y creo, que por deferencia a él,<br />
me contrataron como director técnico de las festividades en Portoviejo. De esa manera, me comisionaron diseñar los<br />
escenarios, los carros, los carros alegóricos y la planificación del espectáculo en sí mismo. Tenía asignado un buen<br />
equipo de trabajo.<br />
Sucedió una vez que tuve que diseñar la presentación de las candidatas a Reina. Ellas entraban y hacían su recorrido y<br />
se sentaban. Yo quería que la presentación sea más interesante y se me ocurrió tener unas cien bombas de varios colores<br />
para que, de repente, salgan al mismo tiempo y llenen el espacio de una forma controlada. Intentamos de todo, pero<br />
la tarea resultaba casi imposible. Hasta llegué a consultar con un profesor de física de la universidad, con el afán de<br />
calcular la salida de las bombas. Sin embargo, nunca pudimos lograrlo. Un día, uno de los empleados pudo solucionar<br />
la compleja tarea, con algo tan sencillo como una caja con una salida al frente donde se colocaban todas las bombas<br />
y con el uso de una plancha de playwood soltada desde atrás, lograba generar una corriente de viento constante. ¡Las<br />
bombas salían preciosas!<br />
En otra ocasión, diseñé una rampa de madera de donde salían las reinas como si se elevaran del piso. La gente no<br />
sabía cómo hacía eso, era mágico. Un señor rico de la zona, me contrató para que decore un hotel en Manta, luego de<br />
decirme: ¿Si sabe para que lo contraté? No, le dije, así me reveló que era para que le cuente como hacía “aparecer” a<br />
las reinas en el teatro.
MISS UNIVERSO<br />
EN LAS CALLES : Julio, 1978.<br />
En las calles nuestras la gente,<br />
nominalmente enriquecida por<br />
el hecho de ser país, petrolero,<br />
nos dimos el lujo de pasarnos de<br />
agache otro día sin trabajar.<br />
Nadie sabe a ciencia cierta,<br />
cuanto mismo nos cuesta o<br />
representa un día sin trabajar.<br />
Pero de seguro que si se arruman<br />
los billetes que todos nosotros<br />
hubiéramos logrado, trabajando<br />
el pasado día lunes, una nueva<br />
y productiva montaña habría<br />
aparecido en el Ecuador para<br />
el contento de geógrafos y<br />
economistas que tratarían de<br />
ubicarla y analizarla.<br />
Pero en vez de trabajar y<br />
aprovechar esa montaña,<br />
dejamos el campo aplanado<br />
donde nos movemos tal como<br />
está y mas bien nos ocupamos<br />
en mirar en la TV, la abominable<br />
cajita boba que nos domina;<br />
para con rostros azulados<br />
enterarnos de la elección de<br />
Mis Universo, supuestamente<br />
la selección de la mujer mas<br />
hermosa, atractiva, inteligente y<br />
deseable en el mundo entero.<br />
En mas de dos hora de precioso<br />
tiempo y jugoso negocio para<br />
los organizadores poco a poco<br />
se desgranaron las ilusiones<br />
de muchísima gente que por<br />
diversas razones apuntaba a tal<br />
o cual candidata.<br />
Finalmente quedaron como<br />
escogidas doce finalistas y luego<br />
cinco para que de entre ellas<br />
una cargue con los honores y<br />
problemas de ser llamada la<br />
mujer mas linda del mundo Miss<br />
Universo 1978.<br />
Dentro del marco espectacular<br />
de los escenarios maravillosos<br />
de México y viendo tanto<br />
derroche de mujeres hermosas,<br />
de seguro que si usted o yo<br />
hubiéramos sido los jueces, a<br />
toditas les dábamos el título para<br />
compartirlo.<br />
Y en todas las regiones del<br />
mundo, aparecía la mujer ideal.<br />
Pero, con computadoras, tras<br />
largo examen y después de<br />
mucho tiempo de entre casi
un centenar de muchachas<br />
se escogieron doce, de entre<br />
estas cinco; y una muchacha<br />
de Sudáfrica recibió el cetro y<br />
la corona como la mujer mas<br />
hermosa del mundo.<br />
La muñeca de nuestro Universo.<br />
Inolvidable hecho de nuestra<br />
tecnología de comunicaciones y<br />
nuestra insaciable tendencia a<br />
comercializarlo todo.<br />
Pero que nada tiene que ver<br />
cuando al pisar los dos pies<br />
sobre la tierra y darnos cuenta<br />
de la realidad en que vivimos,<br />
Miss Universo, la mas hermosa,<br />
graciosa, inteligente, bondadosa<br />
y mas apetecida mujer del mundo<br />
resulta ser, sorpréndase usted<br />
callejero lector, su amiga, su<br />
novia, su mujer o su mamá.<br />
Visto con comerciales de por<br />
medio todo lo que se vió en la<br />
TV, dígame con quien mismo<br />
usted se queda callejero lector.<br />
Miss Sudafrica, esplendente y<br />
magnífica en el tuvo bobo, o su<br />
amiga, pariente, mamá o mujer,<br />
que a mas de ser hermosas<br />
inteligentes y divinas lo aguantan<br />
a como de lugar.<br />
Espero que comparta mi criterio<br />
callejero lector, porque hay<br />
mil mujeres hermosas en todo<br />
el mundo, pero la mas bella,<br />
inteligente y generosa, es<br />
la que yo tengo a mi lado y<br />
usted tenemos a nuestro lado<br />
confortándonos para que<br />
mañana pese a todo será un día<br />
mejor.<br />
Espero que comparta mi criterio<br />
callejero lector, pero la Miss<br />
Universo suya o mía, hace rato<br />
que por votación unánime y con<br />
mas y mejor fantasía que en<br />
México, ya la tenemos a nuestro<br />
lado ameritando su título.<br />
Bonitas, esplendorosas son todas<br />
las muchachas venidas desde<br />
lugares tan distintos y una de<br />
ellas ha sido escogida como la<br />
mejor.<br />
Pero en nada se comparan<br />
al dinámico y esplendoroso<br />
montonerito de vida que usted y<br />
yo tenemos aquí.<br />
Las mujeres nuestras punto por<br />
punto hace ratos que ganaron el<br />
concurso.
Este es un grupo de candidatas a reina de Manabí que iba a<br />
fotografiar y generalmente del resultado de esa sesión aparecía<br />
quien sería fotografiada para el afiche que iba en el centro de la<br />
revista, tipo “centerfold” de Playboy pero vestidas.. Las muchachas<br />
son de Manabí, estaban esperando que yo las fotografiara. Las<br />
señoras amigas de la familia me decían: “Jorge usted sí que<br />
hace un daño a esta sociedad”, obviamente semejante acusación<br />
demandaba una respuesta inmediata. ¿Por qué Marina?, le dije, si<br />
no hago daño a nadie. ¿Cómo es posible que habiendo tanta niña<br />
de “sociedad” usted no las fotografía? Y además, como si esto no<br />
fuera poco, en su lugar fotografía a cualquier hija de cocinera para<br />
que se vean como reinas.
ESCRIBIENDO LA HISTORIA DE MANABÍ<br />
EN LAS CALLES : Junio, 1979.<br />
En las calles nuestras, el que<br />
menos se acuerda con nitidez de<br />
sus antepasados cerquita. Como<br />
en fotografía podemos contar<br />
la vida de nuestros padres y<br />
abuelos y exagerando el cuento,<br />
algo podemos decir de nuestros<br />
viejos.<br />
Pero cuando de nuestra historia<br />
se trata, cuando hay que referir<br />
el cuento de la vida de los<br />
manabitas, allí nos quedamos<br />
alelados sin nada que decir.<br />
Porque sobre la Historia de<br />
Manabí, es muy poco lo que<br />
conocemos y en muchos casos lo<br />
que sabemos está distorsionado<br />
por la falta de fuentes<br />
autorizadas de información.<br />
En la historia antigua, yo no<br />
sabía por ejemplo, que el<br />
Cacique Guale llevó nuestro<br />
problema de propiedad de<br />
las tierras hasta las Cortes<br />
de España y que les ganó la<br />
partida a los españoles que<br />
querían apropiárselas. En la<br />
moderna, nunca se me ocurrió,<br />
el hecho de que Bahía, después<br />
de la Segunda Guerra mundial,<br />
comenzó a desmejorarse y ahora<br />
hay más gente de Bahía de<br />
Caráquez afuera que dentro de<br />
ese otrora muy activo puerto.<br />
En la cosa de actualidad, no<br />
había manera de darme cuenta,<br />
que de cada cien estudiantes que<br />
ingresan a nuestra Universidad<br />
para estudiar ingeniería, solo<br />
cuatro salen graduados. Una<br />
grave falta de información, que<br />
a más de mi pequeña capacidad<br />
para conocer los hechos de<br />
nuestra historia, denota una<br />
falla en nuestros sistemas de<br />
comunicación y enseñanzas.<br />
Pero algo de esto se está<br />
cambiando, por lo que he podido<br />
deducir, cuando me tocó estar<br />
presente en un casual encuentro<br />
entre el más grande, notorio y<br />
persistente historiador de Manabí<br />
y el jefe del Departamento<br />
de Planificación Regional del<br />
CRM. Dos personas oriundas de<br />
Calceta, se dieron un caluroso<br />
apretón de manos para hablar de<br />
nuestra historia y su importancia<br />
y necesidad de conocerla.<br />
Con ochenta y siete años<br />
encima pero vivito, vivaracho<br />
e inquisidor, el Doctor Wilfrido<br />
Loor Moreira, nuestro más<br />
grande historiador, conversó<br />
con el Juvenil y velludo<br />
Arquitecto Sigifredo Velázquez,<br />
emprendedor funcionario del<br />
CRM, para que nuestra historia<br />
quede clara.<br />
Sigifredo, como a secas lo<br />
llamamos al<br />
calcetinado amigo nuestro, no<br />
escondió su enorme satisfacción<br />
de conocer y hablar con su<br />
coterráneo, el Dr. Loor, de quien<br />
tenía casi todos sus escritos sobre<br />
la historia nuestra y que en gran<br />
parte han servido para que su<br />
departamento de investigación<br />
tome sus notas previas.<br />
El jachudo y arrugado historiador<br />
nuestro, que para sorpresa de<br />
muchos no habla ni gota de<br />
alemán, pero tradujo al español<br />
las cartas de Shumaker, desde el<br />
alemán y de tan buena manera<br />
ha escrito nuestra historia se<br />
descuajó en elogios ante la<br />
evidencia de los documentos que<br />
Sigifredo le entrego y dijo: Toda<br />
mi vida la he dedicado a escribir<br />
la historia de Manabí, pero con<br />
lo que ustedes están haciendo me<br />
ganan lejos.<br />
Emocionada y generosa<br />
expresión de un hombre, que<br />
es un auténtico valor nuestro,<br />
para dar un sincero y justo<br />
espaldarazo a la labor de<br />
un ejecutivo del CRM, de sus<br />
seguidores como José Rodríguez,<br />
que es la Pantera Rosa que le<br />
pone condimento y sapiencia<br />
a estas publicaciones y de los
Directivos de la Entidad que las<br />
producen.<br />
Estamos hablando, callejero<br />
lector, de cuatro documentos<br />
sobre Manabí, que originados en<br />
el Departamento de Planificación<br />
Regional del CRM e impresos<br />
por la Editorial Gregorio de<br />
Portoviejo, son una radiografía<br />
de nuestro pueblo.<br />
Cuatro enjundiosos y nutridos<br />
documentos que valen la pena<br />
conocer, a como dé lugar,<br />
porque son fotografías de usted<br />
y yo como pueblo y que valen<br />
tanto para conocernos mejor,<br />
que en una generosa y Calceteña<br />
expresión de nuestro más grande<br />
historiador manabita, el Dr. W.<br />
Loor a su coterráneo le dijo:<br />
“Toda mi vida la he dedicado<br />
a escribir la historia de<br />
Manabí, pero eso es poco en<br />
comparación de lo que ustedes<br />
están haciendo en tan pocos<br />
años”.<br />
Palabras textuales de un<br />
grandioso Manabita, por su<br />
calidad de gente y su enjundioso<br />
pensar, casi que me hace<br />
escurrirme de la silla en que<br />
estaba sentado, ya que yo pienso<br />
y exijo que los técnicos del<br />
CRM, recién están escarbando lo<br />
mucho que pudieron hacer por<br />
Manabí. Pero que, en el caso del<br />
Departamento de Planificación<br />
Regional, con la publicación de<br />
estos cuatro documentos, ya está<br />
cumplida y se pasa de largo.<br />
Queda únicamente el hecho de<br />
hacer llegar estas publicaciones<br />
a la gente que mayor provecho<br />
pueden sacarles.<br />
Mientras tanto, nos acogemos a<br />
la sesuda y meditada opinión del<br />
acalcetinado historiador nuestro<br />
de Mayor Nombre, Dr. Wilfrido<br />
Loor, para decir que lo que se<br />
está haciendo para ayudar a<br />
escribir nuestra historia, por<br />
parte del CRM, realmente que<br />
vale la pena. Entonces, realmente<br />
nos sacamos el sombrero<br />
reverenciando a estos señores<br />
y a toditos, desde el amoratado<br />
Presidente, el ojialmendrado<br />
Director Ejecutivo, el dientudo<br />
genetista que le sigue, Fabio, el<br />
Bob Hope nuestro con su nariz<br />
de tobogán, Sigifredo, chileno<br />
de imbalanceado caminar<br />
y a todos los demás amigos<br />
nuestros del CRM y de Gregorio<br />
que han hecho posible esta<br />
Manabitización.<br />
Qué lindo es conocer la realidad<br />
de hoy y de ayer de Manabí,<br />
sabiendo que allí hay detalles de<br />
la vida nuestra que a cada uno le<br />
pertenece.<br />
Página siguiente: José Mendoza,<br />
sacerdote. Y las otras,<br />
estudiantes. Él las entrenaba para<br />
hacer campamentos ejemplares,<br />
pero nunca entrenaba a nadie<br />
para que cumpliera las funciones<br />
que estaban asignadas a él. Era<br />
una “vaca sagrada” a quien<br />
nadie podía tocar. Cómo yo<br />
siempre he dicho lo que siento<br />
y he sido frontal, escribí una<br />
serie de artículos críticos de la<br />
organización y ocurrió lo que<br />
tenía que ocurrir, vinieron a mi<br />
casa a protestar. Venían que<br />
porque sabían que en mi podían<br />
confiar y que siempre les decía la<br />
verdad.
SIGUE EL VELASQUISMO<br />
EN LAS CALLES : Julio, 1979.<br />
En las calles nuestras, todavía<br />
hay callejeros lectores nuestros<br />
que afirman que sigue campante<br />
el Velasquismo.<br />
Uno de ellos, claro está, es el<br />
callejero amigo nuestro Ricardo<br />
Bowen, el único candidato del<br />
Velasquismo, que repañando<br />
votos, logró ser electo en el país<br />
y que ahora le toca el dubitativo<br />
título de TACHITO BOWEN.<br />
No tanto por lo de TACHO<br />
Zamoza, sino porque es el<br />
último de la Dinastía Velasquista<br />
que nos quedó. Pero como el<br />
mismo ha dicho, y en efecto<br />
aquí lo confirmamos, por lo<br />
menos en Manabí parece que<br />
el Velasquismo sigue campante,<br />
arropándonos con sus sofocantes<br />
sábanas.<br />
Políticamente, sólo queda<br />
Ricardo, como el último<br />
portaestandarte de la calavera.<br />
Pero por similitud de nombre,<br />
tácticas y resultados el<br />
Velasquismo sigue campante<br />
entre nosotros. Ahora tenemos el<br />
Velasquismo del SERM o INECEL.<br />
Por un lado, igualito que el<br />
difunto comendador del Dedo,<br />
allí donde no había un puente,<br />
locuazmente lo ofrecía, aunque<br />
para que el puente sea preciso,<br />
había que construir un río.<br />
El Velasquismo, que se ha<br />
apoderado de nuestro sistema<br />
eléctrico, ha tendido redes<br />
eléctricas por toda la provincia<br />
para llevar la energía a los más<br />
apartados rincones de Manabí. Y<br />
como esperanzadores de nuestro<br />
progreso, millares de postes se<br />
empinan sosteniendo los cables<br />
de la energía eléctrica que nos<br />
sacarán del subdesarrollo.<br />
Porque en verdad, la mayor parte<br />
de la gente nuestra viene de los<br />
campos o áreas rurales. Como<br />
ellos son nuestra fuerza mayor de<br />
producción, está bien que hasta<br />
a ellos les llevemos la energía<br />
eléctrica que es más barata. Y<br />
así tenemos redes de conducido<br />
hasta Canoa, Crucita y un<br />
montón de sitios en la provincia.<br />
Una gran conquista del SERM<br />
para llegar a todos los pueblos<br />
de Manabí.<br />
Otro dedo, que a manera del<br />
Velasquismo y con un titular del<br />
mismo nombre, se nos mete y lo<br />
aguantamos, porque si bien el<br />
SERM ha extendido sus líneas<br />
de conclusión enormemente, su<br />
capacidad de generación en vez<br />
de aumentar has sido disminuida.<br />
Y de la forma más absurda,<br />
para darle luz a una cantina en<br />
Canoa, se le quita o apaga el<br />
servicio a un sector comercial de<br />
Portoviejo.
Velasco Ibarra era loco, decía<br />
por ejemplo: “Quiero que el<br />
pueblo sepa que les voy dar<br />
un puente para que puedan<br />
comunicarse”.<br />
Y alguien por ahí decía pero<br />
señor presidente, ¡Aquí no hay<br />
río!, y el respondía: ¡No importa,<br />
yo les doy uno!<br />
Velasco Ibarra era de sangre<br />
noble, creído, arrogante.<br />
No le gustaba conversar.<br />
Estuvo cinco períodos. Era un<br />
demagogo fogoso que daba unos<br />
discursos furibundos.<br />
Muy amigo de mi tío, pero no<br />
me gustaba que lo sea. A mi me<br />
daban paso para tomar las fotos,<br />
me estimaban mucho y me daban<br />
preferencia<br />
para que yo pueda entrar y<br />
tomar fotos al presidente desde<br />
más cerca.
EL RETO DEL CAMBIO<br />
EN LAS CALLES : Julio, 1978.<br />
En las calles nuestras, pupitas de<br />
gente, que comportándose como<br />
tales es bien difícil saber por qué<br />
lado disputan, después de doblar<br />
y depositar las sábanas con que<br />
cumplimos nuestra obligación<br />
electoral, el que menos recibió<br />
con sorpresa los resultados, y el<br />
que más y yo adelante, votamos<br />
por los triunfadores.<br />
Pero de todos, lo que de esta cita<br />
ciudadana se puede decir, nos<br />
parece que vale la pena destacar<br />
tres cosas.<br />
Primera: Los militares que nos<br />
desgobiernan desde hace rato,<br />
cumplieron con su promesa de<br />
escuchar al pueblo ecuatoriano y<br />
si no se alocan en los próximos<br />
treinta días, bastante de la<br />
confianza perdida, será devuelta<br />
a ellos.<br />
Segunda: El ciudadano<br />
ecuatoriano tiene conciencia<br />
de su derecho y obligación,<br />
aprovechando ordenada y<br />
calinadamente la oportunidad de<br />
opinar sobre su destino.<br />
Tercera: Rompiendo todos los<br />
moldes de comportamiento<br />
tradicionales, la mayor cantidad<br />
de gente nuestra, expresó su<br />
deseo de CAMBIO en la manera<br />
de conducir al País.<br />
Tres maneras evidentes, de que<br />
el beneficio o desperdicio de la<br />
riqueza petrolera han producido<br />
un valioso efecto en la conciencia<br />
de usted y yo callejero lector.<br />
Los militares tienen que haberse<br />
dado cuenta, que no lucen bien<br />
encima de un camello en Arabia<br />
Saudita o tratando de manejar<br />
las cosas civiles, en que el<br />
cuadrarse o golpear de tacos de<br />
nada vale.<br />
Los civiles, por fin, nos<br />
enfrentamos al hecho de que<br />
cada cual tiene voz propia y<br />
lo que cada uno quiere, para<br />
bien o para mal, hay que<br />
decirlo clarito sin temor a las<br />
consecuencias.<br />
Y finalmente, la gran mayoría<br />
no hizo caso a la propaganda<br />
millonaria de los partidos<br />
tradicionales y prefirió buscar<br />
una nueva solución en las<br />
promesas del cambio a otras<br />
estructuras del poder que<br />
bollantes por su juventud, y<br />
sinceridad y persistencia se<br />
hicieron presentes.
En todos los rincones de la<br />
Patria, fuertemente, ha sido<br />
remecido el árbol tradicional de<br />
nuestra política y ahora estamos<br />
con el cargo de conciencia de lo<br />
que hemos hecho.<br />
Evidentemente, que queremos<br />
cambiar muchas cosas y lo<br />
primero es la obediencia a<br />
nuestras fuentes tradicionales del<br />
Poder y lo hemos logrado.<br />
Pero ahora tenemos por delante,<br />
el reto del cambio. Hemos<br />
remecido el edificio de nuestra<br />
estructura política, desechando el<br />
andamiaje tradicional, aceptado<br />
por la inmediata conveniencia<br />
de bastantes, para escoger la<br />
agorera posibilidad de una<br />
corajuda promesa de cambios sin<br />
violencia.<br />
Un reto singular que, más o<br />
menos, significa que en el<br />
camino igualamos las alforjas<br />
para compartir las cargas.<br />
Pero que, realmente, es un<br />
desafío físico y mental para<br />
seguir viviendo en la pelotita<br />
de tierra nuestra a la que<br />
tan fácilmente nos hemos<br />
acostumbrado.<br />
Su voto, recién es el mandato<br />
para que mañana sea el primer<br />
día del resto de sin vida y la<br />
maneje como tal.
EL HOMBRE DESNUDO<br />
EN LAS CALLES : Noviembre, 1980.<br />
En las calles nuestras, que se<br />
inician en nuestro parque central<br />
y se estiran hacia fuera en<br />
carreteras, caminos y trillos no<br />
es nada difícil encontrar a un<br />
hombre desnudo.<br />
Porque en el campo, de donde<br />
siete de cada diez de nosotros<br />
vivíamos tempranito o al<br />
atardecer, cada cual nos damos<br />
mañas o maneras, para tal cual<br />
venimos al mundo, bañarnos.<br />
Si según tengamos tal cantidad<br />
de agua, desnuditos nos metemos<br />
en el remanso de una poza<br />
para fregarnos con jabón prieto<br />
o con un tarro nos lavamos<br />
principalmente los huecos y<br />
bisagras del cuerpo.<br />
Pero en la ciudad, las cosas<br />
cambian y parece que hay un<br />
ojo seco tras cualquier hendija o<br />
el modernismo nos ha inculcado<br />
hábitos.<br />
Lo primero refuerza lo segundo y<br />
en el hombre de ciudad nuestra,<br />
la pijama es la prenda de vestir<br />
acostumbrada que cubre o<br />
descubre al hombre desnudo.<br />
No sé dónde se origina esta<br />
vestimenta, pero está claro que<br />
es la que se usa entre baños<br />
y para dormir, puesto que los<br />
baños ocurren antes o después<br />
de trabajar y antes o después de<br />
descansar, que coinciden con los<br />
momentos de desnudismo.<br />
En otras palabras, en el campo<br />
el hombre desnudo no tiene<br />
problemas, en la ciudad su<br />
problema es la pijama, bata o<br />
ropa de dormir.<br />
Quién no ha dormido desnudo<br />
y disfrutado de ello, pero así<br />
mismo estando dormido desnudo<br />
corrió el frío y le abrieron la<br />
puerta del cuarto.<br />
La costumbre o la experiencia de<br />
cubrirnos con el ropaje nocturno<br />
antes o después del baño. La<br />
bata de dormir fue una gran<br />
solución puesto que durmiendo lo<br />
arropaba y suplía a la colcha y<br />
en caso de necesidad fácilmente<br />
se arremangaba.<br />
Pero el comercialismo estableció<br />
que las batas eran para mujeres<br />
y los pantalones para los<br />
hombres, sin lograr una clara<br />
definición, puesto que hay gran<br />
número de mujeres que usan<br />
pantalones. Una gran conquista<br />
del bello sexo, diría yo, pero<br />
no ocurrió lo mismo para los<br />
varones y nadie las usa.<br />
Apareció la pijama, pantalones,<br />
camisas de tela ligera, que la<br />
mayoría de nosotros usamos pero<br />
que tiene exquisiteces o extremos<br />
que hay que mencionarlos. Esta<br />
prenda de vestir o atuendo entre<br />
baño y baño, para cubrir al
hombre desnudo, se produce<br />
comercialmente en la forma de<br />
un elemental taparrabo hasta<br />
una complicada vestimenta para<br />
lucirla en un teatro.<br />
Toda una gran gama de vestidura<br />
que arropa al hombre desnudo<br />
en telas, botones, cierres y<br />
corchetes fuera el alcance de<br />
cualquier afiebrada imaginación.<br />
Y resulta en tremendas sorpresas.<br />
El elástico que permite que la<br />
ropa se le ajuste a la cintura,<br />
tarde o temprano, se agota y<br />
por cansancio de este material<br />
los pantalones se le bajan.<br />
Los botones se resquebrajan,<br />
descosen o debilitan y en el<br />
momento menos pensado, no<br />
están para sujetar un suspiro,<br />
peor una pujanza.<br />
Los zipers se enredan y se<br />
traban con ropas y pelos y<br />
no falta alguien que confiese<br />
remordimiento por la rápida<br />
bajada o subida de un ziper<br />
peñizcador.<br />
Y quien le tiene confianza a un<br />
corchete, si habemos muchos<br />
empijamados que nos quedamos<br />
calatos cuando el bendito<br />
cuasiremadre, por oxidación, nos<br />
deja desnudo.<br />
Y hasta aquí, en este cansino<br />
relato usted nos acompaña,<br />
callejero lector, ojalá que le<br />
den ganas para preguntarnos<br />
a dónde queremos llegar y<br />
enseguida se lo digo.<br />
Quiero compartir el dolor de una<br />
nariz hinchada, la pérdida de<br />
un poco de sangre que además<br />
ensucio el piso y un tremendo<br />
chibolo que me abulta la frente.<br />
Todo esto, porque soñando<br />
que Róldos había aprobado<br />
el trasvase y teníamos que<br />
correr a felicitarlo por haber<br />
hecho justicia a Manabí, salí<br />
sobresaltado de mi cama y<br />
echando a correr el pantalón de<br />
mi pijama se me bajo a los pies.<br />
Le anticipo mis agradecimientos<br />
por su simpatía, pero no me<br />
sugiera usar suspensorio, que<br />
ya nadie lo vende en Portoviejo<br />
y ni tampoco el dormir desnudo<br />
me salva con lo cara que esta la<br />
vida.
UN MAL AGÜERO<br />
EN LAS CALLES : Julio, 1978.<br />
En las calles nuestras,<br />
apretujadas de gente que al<br />
remecer su árbol genealógico,<br />
tarde o temprano le cae un<br />
fruto con semilla auténticamente<br />
montubia, todos sabemos<br />
reconocer lo que llamamos un<br />
MAL AGÜERO.<br />
De una o mil maneras, que por<br />
corazonada, nos hacen presentir<br />
que algo malo nos espera.<br />
El cantar de las Valdivias, la<br />
súbita aparición de un gato<br />
negro, el pasar debajo de una<br />
escalera, un martes trece o una<br />
cucaracha blanca-albina son<br />
signos de mal agüero, que por<br />
el peso de nuestras costumbres,<br />
nos asustan porque anuncian que<br />
estamos sentenciados a recibir un<br />
mal y sus consecuencias.<br />
Cotejando nuestro ancestro de<br />
gente de hacha y machete con<br />
las cosas que están ocurriendo<br />
en todo el resto del mundo,<br />
el estallido de una bomba<br />
en el domicilio de uno de los<br />
candidatos a la Alcaldía de<br />
Portoviejo, es un claro signo del<br />
mal agüero que tenemos puesto<br />
encima la gente de esta ciudad.<br />
La manera chabacana,<br />
aguardientosa y grosera como<br />
los seguidores de un candidato<br />
están empañando su elección,<br />
hasta la inevitable consecuencia<br />
de este procedimiento que<br />
produjo la pérdida de una<br />
inocente vida, son lamentables,<br />
pero no nos llaman mucho la<br />
atención, porque son cosas<br />
de esperarse cuándo, en<br />
circunstancias similares, ya las<br />
hemos sufrido aquí.<br />
Pero el hecho de que se ponga<br />
una bomba de alto poder<br />
explosivo en la casa de uno de<br />
los candidatos a la Alcaldía, por<br />
sus propios seguidores o por los<br />
contrarios, es una señal de mal<br />
agüero que aterra, avergüenza y<br />
por qué no decirlo da miedo.<br />
Una bomba de este tipo no se<br />
la compra en Vifesa, La Norma<br />
o en la Mueblería de Jorge<br />
Loor y tampoco las venden en<br />
Guayaquil o Quito. Hay que<br />
armarlas con conocimiento,<br />
paciencia, destreza y sigilos<br />
tan especiales que en nuestro<br />
medio no son comunes, porque<br />
no las necesitamos y si de querer<br />
quitarle la vida a una persona,<br />
mucho mas fácil y seguro es<br />
utilizar el instrumento que, bien<br />
manejado, permite sacarnos una<br />
nigua o derribar un árbol.<br />
De un certero machetazo y una<br />
corta carrera se consumaba el<br />
hecho.
Pero, por cualquier motivo y<br />
quien quiera que armó y colocó<br />
la bomba, se ha dado el primer<br />
paso para destruirnos entre<br />
nosotros de la manera moderna.<br />
Y esto da pena, avergüenza y da<br />
miedo.<br />
Peor que la aparición de un gato<br />
negro, este signo de mal agüero<br />
que se nos ha echado encima,<br />
debe llamarnos la atención<br />
a todas los portovejenses<br />
para prevenirnos contra sus<br />
consecuencias.<br />
Comenzamos con las<br />
intolerables, pero acostumbradas,<br />
acciones nuestras de insultarnos<br />
golpearnos y lanzar disparos al<br />
aire. Casi siempre, un inocente<br />
espectador muerde la tierra y<br />
tarde o temprano la cosa se<br />
olvida.<br />
Pero una bomba de alto<br />
poder explosivo, colocada<br />
sigilosamente en un hogar central<br />
y al medio día, ya son palabras<br />
mayores, que no podemos ni<br />
debemos tolerar los habitantes de<br />
esta ciudad.<br />
A esto se suma toda una serie de<br />
actos reprochables por su mala<br />
conducta y su vulgaridad que a<br />
diario hostigan a la familia de<br />
uno de los candidatos.<br />
Es verdad, que desde un<br />
principio el Sr. Vicente Mendoza,<br />
con justas razones, manifestó<br />
sus deseos de ser Alcalde<br />
de Portoviejo y que el Dr.<br />
Eduardo Izaguirre, obligado<br />
por sus amigos y en aras de sus<br />
principios ideológicos aceptó<br />
contender, pero nada de esto<br />
significa que tenemos que<br />
pasar por alto las ideas para<br />
aniquilarnos con bombas.<br />
Yo creo, callejero lector, que si<br />
Don Vicente Mendoza está tan<br />
decidido y ambicioso de ganar,<br />
a como dé lugar, debería llamar<br />
por teléfono a su contrincante,<br />
Dr. Eduardo Izaguirre,<br />
haciéndole conocer que a bala o<br />
bombas quiere la Alcaldía; sería<br />
suficiente para que todos votemos<br />
por él, con el compromiso de que<br />
si en los primeros treinta días no<br />
aprende a hablar y escribir bien,<br />
renuncia al puesto y Portoviejo<br />
tendrá como Alcalde al Dr.<br />
Eduardo Izaguirre Vélez.
EL CAMPOSANTO<br />
EN LAS CALLES : Julio, 1980.<br />
En las calles nuestras, se<br />
reconoce lo bien puesto que está<br />
ese nombre para designar al sitio<br />
donde enterramos los muertos.<br />
Porque por más malos que<br />
seamos en esta vida, enseguida<br />
que nos descolgamos del planeta<br />
se olvida nuestra parte negativa<br />
y sólo se destaca lo bueno.<br />
Ese es un lugar de buenos<br />
recuerdos y como allí nos<br />
quedamos quietitos, que mejor<br />
que Campo Santo. Cosa que<br />
se me viene en mente, cuando<br />
hemos visto que, por fin, se ha<br />
comenzado a ponerle a nuestro<br />
Cementerio, ampliándolo.<br />
Desde hace tiempo veníamos<br />
temiendo que, por razones de<br />
espacio, allí tendríamos que ir a<br />
pasar parados.<br />
Como un silencioso ejército,<br />
allí estarías de pie hasta las<br />
últimas consecuencias, en que<br />
poco a poco, nuestros santos<br />
restos se desmoronarían hasta<br />
amontonarse en el fondo. Cosa<br />
impensable porque perderíamos<br />
estatura muy rápidamente.<br />
Ante esta situación, un Romántico<br />
Concejo, presidido por un<br />
PUETA, tuvo la peregrina idea<br />
de hacer un nuevo cementerio,<br />
comprando más hectáreas de<br />
preciosa tierra en el corazón del<br />
Valle, casi al frente del Parque<br />
Forestal.<br />
Le llego a escoger un nombre<br />
romántico y levanto incluso una<br />
horrible cerca en su parte frontal.<br />
Pero semejante disparate, por<br />
razones evidentes, no prosperó<br />
y el sitio fue un buen criadero de<br />
quinquiguas por algún tiempo.<br />
Pasaron los años, vino un nuevo<br />
grupo al Concejo y allí donde se<br />
había metido la pata, metieron<br />
toditas las extremidades con un<br />
atentado que no tienen nombre.<br />
Esas tierras se las repartieron a<br />
los empleados de Concejo.<br />
Una cosa para replay, callejero<br />
lector, aquí donde apenas<br />
tenemos un dos por ciento de<br />
tierra fértil y plana fácilmente<br />
de cultivar y producir alimentos,<br />
primero se quiso hacer un<br />
cementerio y luego se la regaló a<br />
la burocracia municipal.<br />
Error tremendo, que aún se<br />
lo puede rectificar creando,<br />
por ejemplo, una Empresa<br />
Agroindustrial, ser los principales<br />
beneficiarios, pero que generaría<br />
riqueza y actividad.<br />
Y esta es una sola de las muchas<br />
posibilidades en que se podría<br />
actuar en función de País y<br />
corregir errores.<br />
Más, lo que ahora tratamos es,<br />
de con tiempo, hacer presente<br />
un problema, de incitar a la<br />
búsqueda de soluciones.<br />
Por alguna razón, que por más<br />
que la busco no se me aparece,<br />
Portoviejo le ha dado poca<br />
importancia a la belleza. Somos<br />
indudablemente el Patito Feo de<br />
las ciudades ecuatorianas.<br />
Y esto, callejero amigazo, no<br />
viene conmigo, ni con bastantes<br />
de ustedes que saben de lo<br />
importante que es la belleza.<br />
Pienso en esto cuando, a tiempo<br />
y recogiendo sus ideas, hago<br />
un callejero y desesperado<br />
llamamiento a nuestro actual<br />
Concejo Cantonal, para que las<br />
obras de ampliación de nuestro<br />
Campo Santo contemplen este
importante aspecto de las cosas:<br />
La belleza.<br />
Está bien que se solucione el<br />
problema de falta de espacio de<br />
nuestro Cementerio, ampliando<br />
su capacidad trepándose a la<br />
loma en sus espaldas. Es la única<br />
solución y en muchas partes se<br />
ha hecho así.<br />
Guayaquil por ejemplo. Y en<br />
Corea toditos los muertos se los<br />
entierran en las puntas de la<br />
loma y laderas abajo.<br />
La razón espiritual es que así<br />
están más cerca del cielo.<br />
La razón práctica es que en esas<br />
lomas es difícil cultivar.<br />
Aquí ocurre lo mismo y por ello<br />
decimos que nuestro Concejo<br />
esta actuando, en esto, de la<br />
mejor manera.<br />
Pero aspiramos que no se<br />
descuide la parte estética y en<br />
la ampliación del Cementerio no<br />
se aproveche la oportunidad de<br />
darle un poquito de belleza a<br />
nuestra ciudad.<br />
Ese sagrado lugar, donde al<br />
final, columpiándonos sobre<br />
hombros de amigos y parientes,<br />
todos llegaremos debe y tiene<br />
que ser un paradero hermoso.<br />
Allí tienen que diseñarse zonas<br />
que permitan, con comodidad<br />
y belleza, realizar nuestra<br />
costumbre de despedir a nuestros<br />
muertos, tanto con la pomposa<br />
oración fúnebre o un sobrio y<br />
humilde lloriqueo.<br />
Allí tiene que haber no solo<br />
mausoleos o tumbas y calles para<br />
llegar a ellas; hay que pensar en<br />
árboles frondosos, arbustos de<br />
grata presencia, flores de mucho<br />
colorido, fuentes que escurran<br />
cantarines sonidos y sitios donde<br />
meditar.<br />
Porque la muerte no es cosa fea<br />
ni mala. Nadie ha sentido en<br />
carne propia y regresado para<br />
contar el cuento de como es.<br />
Pero pensamos que debe ser algo<br />
muy especial cuando se culmina<br />
la vida y se descansa. Cuando<br />
luego de tanto trajinar, uno tiene<br />
que sacar cuentas y con gusto a<br />
todos se les muestra que hay un<br />
saldo favorable.<br />
Morir debe ser algo tan bello<br />
como el nacer. Las circunstancias<br />
lo avientan en una aventura<br />
desconocida, donde solo los<br />
que la emprenden con gusto y<br />
entusiasmo triunfan.<br />
Todo esto indica que el campo<br />
Santo, nuestro cementerio,<br />
no debe de ser feo. Todo lo<br />
contrario, tiene por sobradas<br />
razones, que ser el lugar más<br />
hermoso de la ciudad; un<br />
rinconcito inolvidable.<br />
Algo que todavía lo podemos<br />
realizar.
]<br />
LAS HORMIGAS<br />
EN LAS CALLES : Agosto, 1980.<br />
En las calles nuestras, casi<br />
que no hay nadie que no<br />
sepa, o se dé cuenta, lo que<br />
son las hormigas. Porque este<br />
bichito, perteneciente a la clase<br />
mayoritaria de los habitantes de<br />
esta pelotita de tierra de la cual<br />
colgamos, a cada rato se hace<br />
presente.<br />
No solo porque las vemos en<br />
todas partes o porque alguna<br />
vez nos causaron escozor con<br />
sus afiladas mandíbulas, sino<br />
porque estos fabulosos vecinos<br />
cohabitantes de la tierra que<br />
decimos nuestra, son tantos y tan<br />
importantes, que su quehacer<br />
ocupa desde hace rato todo el<br />
tiempo disponible de científicos e<br />
investigadores para estudiarlos y<br />
el trabajo va para largo.<br />
Pero en lo que queremos<br />
ocuparnos, es en el hecho de que<br />
ha tomado el hombre de hormiga<br />
a un tipo de vehículo que, siendo<br />
pequeño y económico, tiene<br />
capacidad para ir rápidamente<br />
a todas partes. Igualito tututea,<br />
cómodamente, dentro de<br />
la ciudad como en las más<br />
empinadas lomas del campo y<br />
así mismo como trepa, airoso<br />
cruza arena y lodazales llevando<br />
a sus ocupantes con seguridad y<br />
presteza a través de todo terreno.<br />
Hay pruebas, callejero lector,<br />
de que extendiéndoles la toma<br />
de aire para el carburador y<br />
alargándoles el escape, estas<br />
hormigas pueden cruzar ríos<br />
totalmente sumergidas. Cosa<br />
que no recomendamos a nadie y<br />
peor a los inspectores del Banco<br />
de Fomento, que han recibido<br />
dieciséis hormigas para el<br />
desempeño de sus funciones.<br />
De lo que se trata es destacar<br />
que gracias a las gestiones del<br />
Economista Bajaña, Gerente del<br />
Banco de Fomento, ahora los<br />
Inspectores del Banco tienen un<br />
moderno y eficiente medio para<br />
realizar sus funciones.
Ahora ya será historia antigua<br />
la del inspector, que a lomo de<br />
mula o a pie, tenía que pasar<br />
largos días para llegar hasta<br />
la sede de trabajo de nuestros<br />
agricultores, su propia finca.<br />
Será historia antigua el que,<br />
con los Saud Roved, se llegue<br />
hasta la tranca donde termina el<br />
camino y comienza el trillo.<br />
Nuestros Inspectores del Banco<br />
de Fomento ya no tendrán que<br />
quedarse en la tranca de caña y<br />
pedir que el agricultor venga a<br />
ellos.<br />
Ahora, gracias a las dieciséis<br />
hormigas logradas por el nuevo<br />
Gerente, no habrá ninguna<br />
tranca que los detenga y con<br />
el extraño ronquido del motor<br />
y la trasmisión a las cuatro<br />
ruedas podrán llegar a los más<br />
recónditos lugares de Manabí<br />
para realizar cómodamente la<br />
fructífera labor del Banco de<br />
Fomento.<br />
Lejanos están con esto, los<br />
inolvidables días en que Júpiter y<br />
Benigno, entre otros, caminando<br />
largos trechos y pidiendo posada<br />
muchas veces en casas con<br />
problemas de bendita y sin poder<br />
dormir realizaban las gestiones<br />
de nuestro Banco de Fomento.<br />
Ahora, gracias a la tecnología<br />
moderna y a estas dieciséis<br />
hormigas conseguidas por<br />
el Gerente del Banco, los<br />
inspectores del Banco llegan a<br />
todas partes por más recónditas<br />
que sean.<br />
Esta cosa nos complace y se<br />
la contamos a usted, callejero<br />
lector, para que le saque<br />
provecho, pues nuestro Banco<br />
Nacional de Fomento sigue<br />
siendo nuestro Gran Banco.
PASE CANTANDO<br />
EN LAS CALLES : Marzo, 1978.<br />
En las calles nuestras,<br />
cuajadas de antenas que<br />
espinosamente hinchan el<br />
cielo para emponzoñarnos con<br />
telemanía amodorrante, ya pocos<br />
recuerdan el juego del florón.<br />
Este es un entretenido juego de<br />
gente que quiere pasar un buen<br />
rato, cantando, bailando, riendo,<br />
entreverándose para conocerse<br />
mejor.<br />
Es el juego que Panchito Moreira<br />
jugaba en Bahía de Caráquez,<br />
cuando en sus años mozos,<br />
recién comenzaba a mover la<br />
mano transmitiendo puntitos y<br />
rayas en clave MORSE para<br />
comunicarnos buenas y malas<br />
noticias.<br />
De ese tiempo acá, ya han<br />
corrido algunas lunas y ahora<br />
a Panchito solito le tiembla la<br />
mano, por experiencia y por<br />
edad y parece que al inscribir<br />
la candidatura para Alcalde de<br />
su aventajado co ideario Vicente<br />
Mendoza, se acordó del juego<br />
del Florón y le dijo “QUE PASE<br />
CANTANDO”.<br />
Vicente, ni corto ni perezoso, se<br />
vino con un montón de choferes<br />
y taxistas; en coro con fondeo<br />
de pitos, bocinas y cláxones, le<br />
cantó ruidosamente su condición<br />
de candidato populista a como<br />
dé lugar.<br />
Ante tan sensitiva canción, y sin<br />
tumbarle la mano ni la voz, el<br />
Presidente del Tribunal Electoral<br />
no pensó dos veces y le dijo,<br />
“QUE PASE CANTANDO” y<br />
supuestamente Vicente Mendoza,<br />
ya es alcalde de Portoviejo.<br />
Cosa que no estaría mal en<br />
otras circunstancias, porque<br />
Vicente Mendoza con Panchito<br />
han sido manufacturados en<br />
nuestras universidades y en vez<br />
de ostentar un cartón fácilmente<br />
conseguible, tienen el respeto<br />
y admiración de la ciudadanía<br />
por su valor confirmado en la<br />
Universidad de la vida, que<br />
es la que asistimos usted y yo<br />
callejero lector, sudando la gota<br />
gorda todos los días y dando<br />
exámenes a cada rato para<br />
mantenernos colgados de la<br />
pelotita de tierra en que vivimos.
Las circunstancias actuales de<br />
desgobierno y caos económicos<br />
indican que el nuevo alcalde<br />
deberá tener el visto bueno del<br />
duradero Rey Mango Mayor,<br />
para poder recoger las migajas<br />
que en Quito sobren.<br />
Y por lo que yo conozco, a<br />
Vicente no le gusta nadita<br />
apañar sobras. Además, a<br />
nadie le admire que la decisión<br />
del Tribunal de Panchito de<br />
un solo plumazo sea revista<br />
en Quito y Vicente se pasó de<br />
largo sin chance a sentarse en<br />
el sillón mayor de la Alcaldía de<br />
Portoviejo.<br />
Si esto no ocurre, en hora<br />
buena y Vicente tendrá la única<br />
oportunidad de su vida de actuar<br />
como David contra Goliat y vale<br />
la pena intentarlo.<br />
Pero lo que no está bien y<br />
nos disgusto es la populista y<br />
pajera cola que nuestro amigo<br />
arrastra. Sí cada vez que Vicente<br />
Mendoza, como candidato a<br />
Alcalde, tenga que intervenir,<br />
va a hacerlo con la ruidosa,<br />
aguardientosa e indisciplinada<br />
horda de choferes para<br />
respaldarlo, estamos mal.<br />
Porque a nadie le gusta que<br />
le griten, que lo empujen, que<br />
lo apabullen que lo minimicen<br />
arrollándolo con el bulto<br />
de carros a escape libre y<br />
arrozantes.<br />
“El PASE CANTANDO” dado<br />
a Vicente por Panchito, bajo<br />
presión, hay razones para pensar<br />
que no es el definitivo.<br />
Es más bien como lo que aquí<br />
decimos, en este callejero rincón,<br />
salsa y salprieta para ponerle<br />
gusto a la sazón nuestra de vivir<br />
en un País Petroamarrado por los<br />
militares.
ECOS DE UN GRAN MOMENTO<br />
EN LAS CALLES : Agosto, 1980.<br />
En las calles nuestras, las cosas<br />
grandes se demuestran con cosas<br />
chiquitas.<br />
De allí, que me nazca contarle<br />
los detalles de un gran momento,<br />
para ver si es que estos<br />
encuentran un eco en usted y más<br />
personas los compartimos.<br />
Se trata de la ceremonia de<br />
celebración de los cincuenta años<br />
de fructífera vida, cumplidos por<br />
el Cristo Rey el pasado 16 de<br />
Agosto de este año. Un sábado<br />
a las cinco de la tarde, en los<br />
patios de la Escuela de este<br />
plantel Educativo.<br />
Desde el comienzo, al entrar,<br />
empeñosos estudiantes nos<br />
contagiaron de alegría<br />
y orgullo al conducirnos,<br />
entusiasmadamente, de las<br />
puertas hasta los asientos<br />
dispuestos frente a la mesa de<br />
dignatarios.<br />
Un blanco estrado salpicado de<br />
hermosos jarrones, conteniendo<br />
llamativos puñados de flores<br />
rojas y empinados niños<br />
sosteniendo la bandera y<br />
estandarte.<br />
Al centro, el Padre José<br />
Mendoza, actual Rector del<br />
colegio y a su diestra y siniestra<br />
nuestros regidores en Educación,<br />
Religión y Civismo.<br />
Nuestros amigos, Profesor<br />
Artemidoro Cevallos, Monseñor<br />
Carvajal, Profesor Lozano,<br />
Presidente de los Ex alumnos,<br />
nuestro Alcalde Vicente Mendoza<br />
y su esposa, Presidente y<br />
Director Ejecutivo del CRM, la<br />
madre Rectora de las Marianitas,<br />
entre otros y finalmente, de<br />
punta a punta dos forcejudos<br />
propulsores del Cristo Rey.<br />
El Padre Hermidas, Primer Rector<br />
del Colegio, a la izquierda<br />
y a la derecha uno de los<br />
fundadores del Cristo Rey, el<br />
hermano Humberto Maldonado,<br />
completaban la mesa directiva.<br />
Se cantó en gran coro nuestra<br />
canción nacional y le tocó al<br />
padre Rector dar su discurso<br />
de orden. Esbeltas palmeras,<br />
columpiándose, le hacían un<br />
marco de fondo acompañado de<br />
una sinfonía de hojas azuzadas<br />
por el viento.<br />
Y en el cielo límpido azul<br />
coloreadas cometas volaban<br />
claritas, como pulgas en taza<br />
de leche, mientras un leñador<br />
bajaba la loma del Cristo Rey<br />
con rastrojos a cuestas para dar<br />
calor a su hogar.
Habló el Padre Rector, evocando<br />
el mensaje de las bodas de<br />
oro, Recordar, Vitalizar y<br />
Concientizar, todo un cofre<br />
repleto de maravillas que<br />
debemos aprovechar. Tomó la<br />
palabra el Padre Hermidas y nos<br />
dijo en forma precisa cómo se<br />
fundó el Colegio Cristo Rey.<br />
Siguió Vicente Mendoza, que<br />
como Alcalde de la ciudad y ex<br />
alumno del plantel, estableció<br />
su agradecimiento para la<br />
Institución e inclusive mencionó<br />
los amistosos piñizcos del<br />
hermano Humberto.<br />
El que menos de los presentes,<br />
alumnos y alumnas del Cristo<br />
Rey, nos sentimos comprometidos<br />
por tan sinceras palabras.<br />
Y vino el momento en que<br />
habló el Hermano Humberto.<br />
Este caballero, desafiando el<br />
paso de los años, se irguió tal<br />
como lo hizo en sus recordadas<br />
clases y destacó la historia del<br />
Plantel dentro de la historia de<br />
Manabí, justificando plenamente<br />
lo que todos conocemos: Él es el<br />
pequeño Gran Gigante del Cristo<br />
Rey.<br />
Hubo otros discursos e<br />
intervenciones, que por falta<br />
de espacio no alcanzamos<br />
a reseñar, pero no podemos<br />
destacar dos.<br />
El Gobierno Nacional dictó<br />
un Decreto Condecorando al<br />
Pabellón del Colegio, con una<br />
hermosa medalla de Oro.<br />
Y a Candencio, el más antiguo<br />
servidor laico del Colegio, se<br />
lo honró con elocuentes frases y<br />
significativo pergamino.<br />
Un corto circuito impidió<br />
que la elocuente ceremonia<br />
se desarrolle como estaba<br />
programada, pero esto, lejos<br />
de restarle efecto, la hizo más<br />
significativa, pues demostró que<br />
desde hace cincuenta años, como<br />
ahora, quienes hacen Cristo<br />
Rey han tenido que enfrentarse<br />
a gigantescos problemas pero<br />
jamás dieron su brazo a torcer.<br />
Al contrario, callejero lector, con<br />
profunda Fe Cristiana, paciencia<br />
y decisión inquebrantable,<br />
durante fabulosos cincuenta<br />
años, de la nada, realizaron una<br />
grandiosa obra que en números<br />
es elocuente.<br />
1930, diez alumnos<br />
1980, mil ciento diez alumnos<br />
Pero espiritualmente rebasa y<br />
desborda lejos el más ambicioso<br />
sueño de quienes intervinieron en<br />
su creación.
dfdfadfasdf<br />
MIAMI<br />
EN LAS CALLES : Agosto, 1978.<br />
En las calles nuestras, la gente<br />
con pies de plomo ya casi<br />
que ni se notan y mas bien, la<br />
gente nuestra, de pronto como<br />
Mercurio, se ha puesto alitas en<br />
las corvas y están que viajan por<br />
todas partes.<br />
De estas, donde primero apuntan<br />
es Miami, el puerto puerta<br />
de Estados Unidos, para los<br />
Latinoamericanos.<br />
Tarde o temprano, con<br />
fondos propios sacados de<br />
los acumulados debajo del<br />
catre, escondidos en el baúl<br />
o prestados a la quinceañera<br />
abrileña, para allá se enfila la<br />
gente nuestra por una o más<br />
de estas razones. De negocio,<br />
de salud o para descansar o<br />
divertirse, que son muy pocos.<br />
Para ir a Miami y contar el<br />
cuento, que son los más. Y<br />
aventurándose en algo, que<br />
son los menos, pero que a la<br />
final son los que más llaman la<br />
atención.<br />
De este grupo minoritario,<br />
la prensa se encarga de<br />
promocionar a los que trafican<br />
con marihuana, roban o hacen<br />
noticia y la mayor parte pasan<br />
de agache tranquilos porque sus<br />
aventuras en Miami son privadas<br />
y a pocos afectan.<br />
De estos últimos, con punto y<br />
coma, nos vamos a ocupar aquí<br />
dándole paso a la historia de<br />
Virginia.<br />
Si la ve, me da la razón, porque<br />
contándole no me cree, puesto<br />
que Virginia es una muchacha<br />
que pelo maní en Lodana hasta<br />
que se dio cuenta de lo que<br />
llevaba entre sus piernas, o mejor<br />
dicho le hicieron ver el potencial<br />
que tenía en ese vértice.<br />
La propia Madrina de Virginia<br />
la llevó a Guayaquil, su pretexto<br />
de conocer al gran puerto y la<br />
vendió.<br />
Virginia no era ajena a las<br />
cosas del sexo, porque había<br />
visto como el gallo se come a<br />
la gallina dándole vueltas para<br />
luego montársele encima y más<br />
claro, cuando a la perra en celo<br />
la persiguen, perros venidos<br />
desde lejos, hasta que se traban<br />
con un nudo, de lo que después<br />
resulto llamarse verga dentro de
la chucha de la perra.<br />
Y lo mismo ocurría con todos los<br />
animales de la casa, que tarde o<br />
temprano, de una forma u otra se<br />
unían entre macho y hembra.<br />
Es mas, el desfloramiento de<br />
Virginia en un platanal por<br />
parte de su tío medio borracho,<br />
no calzaba bien en su mente,<br />
hasta que compartió los<br />
quinientos sucres entregados<br />
por un mecánico, en una<br />
fiesta organizada por la tía y<br />
compartidos por ella.<br />
Con este y otros cinco hombres<br />
conseguidos en la fiesta de<br />
aquel primer viaje a Guayaquil,<br />
Virginia pagó la entrada en la<br />
compra de un televisor y se dio<br />
cuenta cabal de lo que tenía<br />
entres sus piernas, lo que se le<br />
llevaba su madrina y de lo que<br />
se le ofrecía por delante. En su<br />
viaje de retorno a Portoviejo,<br />
cada bache de la Reina en el<br />
camino, machacaba la idea y<br />
esclarecía las cosas, el hueco<br />
que yo tengo entre las piernas<br />
vale plata y encontrándolos,<br />
hay hombres que lo pagan a<br />
cualquier precio.<br />
Virginia, una inocente y primitiva<br />
muchacha de campo, había<br />
descubierto el principal factor<br />
que mueve a la gente nuestra, la<br />
ley de la oferta y la demanda.<br />
Virginia tenía algo que ofrecer<br />
y había gente que ansía eso a<br />
precios discutibles.<br />
En varios intentos, los<br />
muchachos del vecindario se le<br />
amelcochaban como para hacer<br />
parecer que era amor, pero<br />
invariablemente apenas había<br />
una oportunidad, a Virginia la<br />
arrecostaban contra cualquier<br />
parte tratando de agarrarle la<br />
montañita de pelos que tenía<br />
entre sus piernas.<br />
Cuando uno puede ofrecer una<br />
cosa y encuentra demanda,<br />
tiene resuelto el problema del<br />
dinero. Cuando se tiene algo en<br />
suficiente calidad y cantidad y<br />
hay personas que puedan pagar<br />
un buen precio, se ha resuelto,<br />
en parte, el problema del dinero.
LA LIMPIEZA<br />
EN LAS CALLES : Julio, 1979.<br />
En las calles nuestras, cochocitas<br />
como pocas otras, empolvadas,<br />
empapeladas, repintadas,<br />
ensuciadas de mil y un maneras,<br />
de vez en cuando se hace un<br />
intento para cambiar esta callejera<br />
situación.<br />
Todos los Consejos Municipales<br />
han tratado afanosamente de<br />
encontrar la solución al problema<br />
de la basura.<br />
Ningún callejero amigo nuestro,<br />
puede acusar a ningún cuerpo<br />
Edilicio de no haber hecho<br />
grandes esfuerzos para mantener<br />
a nuestra Ciudad con traje blanco,<br />
oloroso, reluciente como recién<br />
almidonado.<br />
El Vicenteado Consejo medio<br />
choferil que nos regenta, no<br />
es distinto a los otros que lo<br />
precedieron y ya ha hecho dos<br />
intentones en este sentido. Hacer<br />
limpiar la propaganda electoral e<br />
iniciar una campaña de limpieza<br />
y comprar más maquinaria para<br />
recoger la basura.<br />
Todo esto está bien, porque por lo<br />
menos denota una preocupación<br />
para resolver el problema.<br />
Pero está muy mal, porque son<br />
soluciones angustiosas que intentan<br />
corregir el mal y de manera<br />
incorrecta.<br />
En una anterior entrega y antes<br />
de que se consuma el hecho,<br />
aquí conversamos sobre la inútil<br />
medida de raspar la propaganda<br />
política pegada a las paredes y<br />
dejar que caiga al suelo, porque<br />
presumíamos que de esta manera<br />
solo se estaba cambiando la<br />
basura de lugar. Medio se la<br />
sacaba de la pared para que se<br />
quede en las aceras.<br />
Una ligera inspección a las calles<br />
nuestras le hará ver, callejero<br />
lector, que nos sonó la flauta.<br />
En lo que respecta a la adquisición<br />
de una volqueta para la limpieza<br />
de la ciudad ocurre algo similar.<br />
Fíjese en la realidad y dese cuenta<br />
que pasa con las volquetas que<br />
cargan basura, entre más las<br />
llenan, más basura se desparrama<br />
en las calles por efecto del viento.<br />
Se dice que se ha iniciado<br />
una campaña de limpieza y<br />
afanosamente, en efecto, los<br />
encargados de efectuarla sacan la<br />
basura de ciertas partes y la llevan<br />
regándola hasta los basureros en<br />
la entrada de la ciudad.<br />
Pero nada se hace para<br />
limpiar o sacar los terrones, los<br />
mocarros que en sus pedestales o<br />
desparramados en el asfalto, están<br />
afeando a la ciudad al comienzo<br />
de la Avenida Manabí.<br />
Es decir, que se está andando<br />
por las ramas, se está como en<br />
ocasiones anteriores dando pasos<br />
en falso, golpeando con un bastón<br />
de ciego, recetando calmantes o<br />
pildoritas para aliviar el mal.
Pero hasta aquí nada se ha hecho<br />
para PREVENIR el problema.<br />
Hasta este momento, nadie le<br />
ha hecho caso al Dr. Macías,<br />
que desde hace rato sabe que<br />
contra cualquier mal una onza<br />
de prevención vale más que mil<br />
remedios.<br />
Nuestro problema de la basura<br />
o la limpieza de la ciudad, no<br />
es como recogerla. Y la prueba<br />
está en que pese al equipo<br />
mecanizado de modernos<br />
recolectores, seguimos cochocitos<br />
apestosos.<br />
El problema de nuestras calles<br />
sucias es fundamentalmente como<br />
evitar la suciedad y basura.<br />
Prevenir antes que tratar de<br />
componer.<br />
Esto significa, conversar con<br />
la gente nuestra para que se<br />
haga menos basura y la que<br />
es inevitable se la disponga<br />
ordenadamente para facilitar su<br />
evacuación.<br />
Significa una gran promoción<br />
para que los estudiantes,<br />
desde Kindergarden hasta los<br />
de Universidad tengan plena<br />
conciencia de la situación<br />
y colaboren a resolverla<br />
anticipadamente.<br />
Significa que debemos pensar con<br />
criterios de mayor transcendencia<br />
y, por ejemplo, en vez de contratar<br />
depósitos de basura que cuestan<br />
poco dinero pero enseguidita<br />
se destruyen, a la larga, mejor<br />
nos convienen depósitos para la<br />
basura que aunque cuesten más<br />
duren mayor tiempo.<br />
Es decir, que en este callejero<br />
problema, no hay que darle<br />
vueltas sino dar en el centro del<br />
asunto.<br />
Tenemos que hacer menos basura.<br />
Debemos ponernos de acuerdo<br />
para disponer de manera más<br />
organizada nuestra basura.<br />
El Municipio debe tratar de<br />
sacarle provecho a este problema,<br />
intentando una recuperación de la<br />
basura como se está haciendo en<br />
otras partes. Cosa que es bastante<br />
y difícil, pero de ninguna manera<br />
imposible.<br />
Con lo que solo queda pedirle<br />
a Vicente, que si dedica una<br />
partecita del esfuerzo que hizo<br />
para ocupar el sillón mayor de<br />
la ciudad, de seguro que puede<br />
hacer de la Ciudad nuestra, una<br />
de las ciudades más limpias del<br />
Ecuador.<br />
La crisis económica que estamos<br />
soportando, ya sería una gran<br />
ayuda en este sentido.
Esta chica en realidad estaba desnuda, era un cuento de una sirena que<br />
estaba desnuda. Don Jorge, me decía, usted me fotografía desnuda pero no<br />
me saca la cara verá. Recuerdo haber usado una fotografía de esta serie,<br />
para una campaña publicitaria de un aguardiante que se llama<br />
AGUARDIENTE CEILMACA o algo así; era la abreviatura de la empresa<br />
embotelladora.
La costa ha cambiado mucho, en principio era un puerto vivo, no<br />
había nada que contenga la erosión y los barcos llegaban tan<br />
cerca que si venía de Bahía, por ejemplo, cuando llegaba había<br />
estibadores que cruzaban las manos para formar un “asiento”<br />
y así transportaban a los viajeros a la playa sin que se mojen.
Hubo un crimen en el río, entre Picoazá y Portoviejo.<br />
Era en un pueblito notorio porque la población indígena<br />
se ha conservado bastante pura. Los picoazos son muy<br />
reconocibles. Así fui a tomar la fotografía del crimen y ví un<br />
grupo de niños que estaban en la otra rivera jugando en el<br />
lodo.<br />
Se podía ver que estaban divirtiéndose al máximo. Yo les<br />
dije: ¡Hey, hey! agrúpense que quiero tomarles una foto.<br />
Mi grito y pedido les llamó la atención, pararon de jugar<br />
pero todavía estaban muy acelerados.<br />
Entonces les dije: Háganse a la idea de que yo les iba a tirar<br />
lodo y ustedes tienen que defenderse.<br />
Entonces como por arte de magia,<br />
cada uno decidió posar. Fue un momento mágico, yo tuve el<br />
privilegio de capturarlo con mi cámara.<br />
Nota de producción: un afiche tamaño A2 impreso en edición<br />
limitada se encuentra en disponible en este libro.
Pelícanos frente a La Isla de la Plata,<br />
una isla privada de los Estrada.<br />
Cuando se despeja la neblina, se ve la isla al otro lado.<br />
Mi papá nos enseñó a nadar desde muchachitos de la<br />
manera más práctica posible,<br />
él nos amarraba con una soga larga y<br />
nos botaba a la corriente, y claro, si nos estábamos<br />
hundiendo simplemente halaba la cuerda y nos sacaba.
Mi papá fue un hombre muy especial, el fue médico. Se llamaba<br />
Dr. Oswaldo Loor Moreira y recibió la condecoración más alta que el<br />
país otorga a un civil. Fundó varios hospitales y fue alcalde de Portoviejo,<br />
trabajaba en las montañas de Calceta a lomo de caballo. Tenía uno para él,<br />
un mular para cargar las medicinas, y otro mular para un enfermero.<br />
Cuando trabajaba para el ejército lo atacó una bacteria que comía carne,<br />
que le sacaba tajadas y lo dejaba pelado. Comenzó en el brazo y luego<br />
pasó a la nariz. Logró curarse pero le quedaron las cicatrices.<br />
Mi padre era muy agradable. Ambos fuimos presidentes del Club Rotario y<br />
después de todos los clubes que habían en Portoviejo, uno tras de otro. Mi<br />
padre fue el autor del proyecto de Poza-Honda, que fue la primera represa<br />
hidráulica del país. Papá defendía el agua, la llamaba “la charca del doctor<br />
parrandero”. Cuando regresé de Estados Unidos al Ecuador llevaba una<br />
cosa que era ya rarísima. Era una foto de mi papá a colores y era la primera<br />
vez que se veía eso en Portoviejo. La gente iba a ver la foto a colores. Había<br />
muchos mal llamados “estudios fotográficos” que competían entre ellos, pero<br />
conmigo ninguno. Todos eran “minuteros”, es decir con cajón y trípode (lora).<br />
En cambio, yo puse un estudio y era una novelería, porque era la primera<br />
vez que se podía tomar fotos de una manera más controlada. Así incorporé<br />
el “Estudio Sonya” con la experiencia de haber estado en Corea<br />
y como en el ejército no había como tener cámara<br />
-era un asunto reservado para los fotógrafos oficiales<br />
yo tenía que estar escondiendo las mías.
Mi esposa es la de la foto. Ella es de Manta. Siempre fue una cosa<br />
conflictiva, porque ella pertenece a una familia de nobles intocables y yo los<br />
acababa. Para mí tenían sus cosas y yo se las decía. ¿Pero cómo vas a decir<br />
eso de tal y cual?, me decía. Yo era un provocador, irreverente. Pero así<br />
mismo he hecho muchos amigos, eso sí nunca trate de ofender ni de insultar<br />
a nadie, sólo era duro y firme en mis opiniones. Yo conocí a mi esposa en<br />
el Ecuador y la volví a ver cuando vine acá, a los Estados Unidos. Entonces,<br />
fue cuestión de meses para que nos casemos. La casa donde yo vivía era<br />
enorme, le alquilaba a una prima. Ahí vivíamos algunos primos, cada uno<br />
tenía su propia habitación. Los sábados hacíamos bailes en el sótano. Yo<br />
vine como todo emigrante a trabajar acá. Yo tenía varias enamoradas<br />
gringas, pero siempre las costumbres son diferentes, por eso cuando me<br />
enamoré de mi mujer, fue amor de verdad. Nos casamos aquí. Ambos<br />
estábamos en los Estados Unidos y mi mamá vino al matrimonio.
Esta imagen es de la luna de miel en las<br />
cataratas del Niagara. Ella no cambió la<br />
llanta sino que aprovechando que mi mamá<br />
estaba presente las puse a posar para la<br />
foto. Era un carro Mercury y nosotros ya<br />
vivíamos acá (en EEUU). Yo tuve ese carro<br />
por algunos años. Lincoln Mercury, ¡de<br />
doce cilindros! Había que ponerle gasolina<br />
cada vez que se daba la vuelta al parque.
Mi mamá hacía collares con piezas de tagua. Ella me enseñó el oficio y el amor a la tagua, hemos diseñado piezas en<br />
tagua para presidentes, embajadores y hasta para guitarristas españoles famosos. Mi Mamá fue ama de casa dedicada<br />
a sus hijos pero integrada de lleno con el mundo social de la ciudad. Vivió hasta los 99 años, y mi papá hasta los<br />
94. Tuvo seis hijos, cinco viven y el mayor murió en el 2015. Yo terminé el bachillerato y me compré un libro que se<br />
titulaba EL GIGANTE DEL NORTE sobre Estados Unidos y luego de leerlo le dije a mi papá que me quería ir. Era un libro<br />
maravilloso sobre Estados Unidos. En ese país tenía un tío que llegó a ser Ministro de Economía, él me fue a recibir al<br />
aeropuerto y me dijo: “sobrino de aquí a mi casa (en New Jersey a 40 minutos) tiene para hablar<br />
en español conmigo pero cuando lleguemos a la casa sólo se usa Inglés”. En dos meses ya hablaba inglés.<br />
Mis hijos viven en San Francisco, Illinois, Los Ángeles, Virginia y mi hija Silvia en el Ecuador.
Sonya, mi niña, con los lentes de mi esposa. Ha ido empeorando con los años.