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JORGE_LOOR_V7

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IMPRENTA<br />

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PRÓLOGO


Humberto E. Robles. Fotografía: Mercedes Robles ©<br />

Jorge Loor Giler. Irreverente &<br />

provocador es el nombre del<br />

libro que el lector tiene en sus<br />

manos. El subtítulo propone que<br />

se trata de “Textos, testimonio e<br />

imágenes”. Difícil es clasificar un<br />

libro sin género. Tampoco es esa<br />

la intención aquí. Se trata de un<br />

respetuoso homenaje de su hija<br />

mayor a la presencia personal y<br />

profesional de su padre. Inevitable<br />

que corra por el libro una cariñosa<br />

nota de nostalgia y de melancolía,<br />

particular que sale a flote en<br />

los textos y en las imágenes<br />

reproducidas.<br />

Así, en primer término,<br />

tenemos aquí una suerte de<br />

biografía que arma la silueta<br />

familiar y profesional de la<br />

trayectoria de Jorge Loor, desde<br />

sus años mozos hasta este 2016.<br />

El perfil que surge de las imágenes<br />

y comentarios del agasajado<br />

remiten a una persona fuera de<br />

lugar en su medio, constantemente<br />

cuestionando los valores que van<br />

desde la presunta belleza de su<br />

ciudad, Portoviejo, hasta la ética<br />

social y política establecida por<br />

una rancia tradición que la esfera<br />

pública se encarga de certificar.<br />

Frente a cotidianos empotrados en<br />

usos y costumbres, las aspiraciones<br />

del individuo acaban en<br />

ineludibles desencuentros.<br />

El lector puede seguir<br />

las páginas de “Irreverente &<br />

provocador” por medio de las<br />

declaraciones que el sujeto hace<br />

acerca de su derrotero a lo largo<br />

de los años.<br />

Habla allí de su intereses:<br />

el periodismo, la cámara, el<br />

verbo. Esos comentarios no son<br />

baladíes. El buen lector podrá<br />

recuperar de esos diálogos con un<br />

interlocutor anónimo la intrahistoria<br />

de un individuo, sí, pero también<br />

del medio en que a éste le tocó<br />

nacer y vivir. Información hay allí<br />

sobre revistas, diarios, el inglés, la<br />

modernidad, y sobre la manera en<br />

que las crónicas que constituyen<br />

“En las calles” adquirieron forma<br />

y responsabilidad. Publicadas día<br />

a día en Diario Manabita a lo<br />

largo de unos 20 años, hoy uno<br />

lee esos artículos pensando en<br />

que la suerte del ser humano, en<br />

cualquier ámbito, es un constante<br />

recomenzar. En el fondo sentimos<br />

el desacuerdo del autor con el<br />

sentido de valores económicos,<br />

sociales y políticos que causaban<br />

en él un sentido de asfixia y<br />

desacuerdo frente a un mundo<br />

provinciano, anclado en intereses<br />

y reglas, incapaz de sortear<br />

barreras que lo colocaran en un<br />

verdadero camino al progreso.<br />

Rezuma de esos escritos la lucha<br />

a favor de la modernidad. Las<br />

experiencias de Jorge Loor por<br />

latitudes otras –-Corea, Japón,<br />

Estados Unidos-– lo ubican en<br />

ese umbral que invita a dar el<br />

paso más allá de proverbiales<br />

maneras de ser y pensar. Que<br />

unos lectores se identifiquen con<br />

esa perspectiva y otros no tanto,<br />

no debería de sorprender. Mucho<br />

se ha hecho, para bien o para<br />

mal, por defender eso que se<br />

lla ma progreso. En el Ecuador<br />

y en Manabí se viene librando esa<br />

lucha desde al menos la época de<br />

Eloy Alfaro. Unos la ven como un<br />

simple cotejo entre el cultivo y lo<br />

yermo; otros se oponen, pensando<br />

que para que haya verdadero<br />

cambio es necesario revolucionar<br />

la manera de ser y comportarse de<br />

un pueblo.<br />

En algún momento, Jorge<br />

Loor se refiere a su provincia<br />

natal como “no civilizada”. Esos<br />

juicios, seguro, han de causar<br />

reacciones muy duras de partes<br />

de los defensores de patriotismos<br />

provincianos. Pocos le han de<br />

perdonar que califique a Portoviejo<br />

como una ciudad “fea”. Desde<br />

ya me pregunto la reacción de los<br />

que piensan en esa urbe como un<br />

“París chiquito”, conforme años<br />

ha algunos solían denominarla<br />

entre veras y burlas. Los textos<br />

provocarán al lector. Quizás<br />

acusen al autor de “perverso”,<br />

cual su pareja, madre de sus hijos,<br />

lo prorrumpe en algún momento.<br />

La mayoría de las imágenes, sin<br />

embargo, le darán al lector otro<br />

punto de mira, constituyen un<br />

testimonio que coincide con la


opinión de lo feo y lo no civilizado<br />

que uno que otro texto alude.<br />

Hacer un registro de<br />

imágenes, me refiero a las que<br />

no tienen que ver con el lado<br />

íntimo y familiar de Jorge Loor,<br />

es ver un montaje de contrastes<br />

en que figuran el retraso, la<br />

incomodidad, lo proverbial, la<br />

ceremonia, la presencia de lo<br />

cotidiano. Ver esas imágenes es<br />

reconocer las capacidades del<br />

fotógrafo, de su mirada en busca<br />

de lo no familiar, pero que a la<br />

vez es familiar. Valga el oxímoron.<br />

Hay varias fotografías hacia<br />

las cuales remito al lector. Una<br />

que capta un sepelio en que en<br />

andas va un número de ataúdes<br />

compartiendo el espacio con una<br />

especie de delta imaginario, de<br />

zaguán que trasunta expectativas<br />

y penas, donde cuchichean dos<br />

niñas púberes llevando un ramo<br />

de flores. Las sonrisas inmaculadas<br />

y eróticas de las colegialas,<br />

yuxtapuestas al fondo fúnebre,<br />

burbuja el encuentro de la muerte<br />

y de la vida, de la tradición y<br />

el tácito empuje hacia nuevos<br />

horizontes. Hay otras fotos que<br />

aún hoy también resuenan. He<br />

allí los niños viviendo su alegría<br />

elemental, especialmente aquel<br />

saboreando algún gusto, con una<br />

duna y un perro al fondo. También<br />

está la de los jóvenes cubiertos de<br />

limo, quienes, entre bromeando<br />

y reclamando, proyectan una<br />

imagen de audaz solidaridad y<br />

soberbia frente al lente intruso<br />

del fotógrafo. Y qué pensar del<br />

montaje de imágenes de un líder<br />

político, repitiéndose y repitiendo,<br />

vaya analogía, virtuales arengas<br />

en las que en el fondo hasta<br />

un poco de desprecio hacia su<br />

pueblo quizás esconden, pero<br />

que, no obstante, charreteras y<br />

acólitos insisten en colocarle al<br />

caudillo y al corego el sombrero<br />

blanco de los castos.<br />

Caso aparte, la testa<br />

de una vaca sorprende por su<br />

humanidad y tristeza. ¿Y qué<br />

decir de las labores, vestir y<br />

sonrisas de los campesinos?<br />

¿Acaso no contrasta la<br />

indumentaria de éstos con la del<br />

amigo fotógrafo, subrayando así,<br />

a pesar de cualquier empatía,<br />

las distancias entre el uno y “el<br />

otro”? Tradición, repetición y<br />

cambio están por doquier en<br />

esas imágenes. Ninguna resulta<br />

tan eficaz como la de ese Suzuki<br />

atascado en el fango, importada<br />

“hormiga roja”, patinando en una<br />

ruta que no se sabe ni de dónde<br />

viene ni para dónde va. Por lo<br />

demás hay balandras, hay fotos<br />

de pesca, de playa y de olas,<br />

de sirenas y aguardiente, de<br />

pelícanos en flor y de gallinazos<br />

cebados, en espera, mirándolas<br />

bañarse desde su parapeto<br />

maléfico y voraz.<br />

“Juventud divino tesoro”<br />

decía el poeta. ¿Dónde estarán<br />

esas sirenas ahora? ¿Dónde<br />

estarán los que babosos las<br />

miraban retocadas en la página<br />

central de Gregorio, la revista que<br />

fundó y llevó por largo tiempo,<br />

con comité editorial internacional,<br />

Jorge Loor. Éste de vez en cuanto<br />

se chantaba su sombrero de<br />

embustero. ¡Bien hecho! Su<br />

incisiva picardía estaba en eso.<br />

Su cariño a su gente figura en las<br />

fotos también. Pocos sabrán quién


es quién. No son los campesinos.<br />

¡No! Hay fotos en que hay ternura,<br />

familia íntima, hay fotos en que<br />

brotan las generaciones de retoños<br />

verdes, hay otras en que los que<br />

alguna vez presentes se han ido,<br />

memoria son; y, hay otras en las<br />

que los que brillo fueron los ha ido<br />

carcomiendo el tiempo.<br />

“Textos, testimonios<br />

e imágenes” es el subtítulo<br />

anunciado de los “irreverentes”<br />

relatos y cuadros de Jorge Loor.<br />

Algo hemos sugerido sobre esos<br />

dos avisos. Queda por comentar<br />

la referencia a los “testimonios”.<br />

Todo el libro es un testimonio a<br />

una época, a una comunidad, a<br />

una familia y al recorrido del autor<br />

de las páginas de Irreverente &<br />

provocador, libro en que colindan<br />

imagen y letra. El lector por uno<br />

u otro sendero podrá entrar a las<br />

relaciones que trae de por sí la<br />

memoria, los trucos de la memoria.<br />

Cada lector irá arreglando y<br />

desarreglando lo que encuentra<br />

en esas páginas. Así, téngase en<br />

cuenta que Jorge Loor nace en<br />

1935. Ese año, he allí un enlace,<br />

se publica una novela importante<br />

de Jorge Icaza titulada En las<br />

calles. No viene al caso decir<br />

más, salvo que el alegato implícito<br />

en la novela de Icaza y en las<br />

páginas de este libro indica que<br />

ha habido una inquietud profunda,<br />

al borde de la ira, respecto a la<br />

realidad inmediata ecuatoriana,<br />

solventada acaso por el sentido<br />

de solidaridad familiar que<br />

pareciera protegerla de imprevistos<br />

estallidos. Sentido de familia<br />

particularmente fuerte en Manabí,<br />

evidente en las imágenes que<br />

recogemos del libro de Jorge Loor.<br />

Por último, pensando en<br />

trabazones, cuando me acerqué<br />

a este libro, no pude menos<br />

de recordar fragmentos de la<br />

primera oración de una célebre<br />

novela, Cien años de soledad<br />

(1967), donde se pronuncia que<br />

un personaje: “Muchos años<br />

después […] había de recordar<br />

aquella tarde remota en que […].<br />

El mundo era tan reciente que<br />

muchas cosas carecían de nombre<br />

…” Al repasar las páginas de<br />

Irreverente & provocador, con<br />

sus viñetas y sus letras, el lector<br />

sabrá apreciar las alusiones al<br />

tiempo en la frase arriba citada,<br />

reconocerlas a su manera. Por un<br />

lado un historial de enlaces; por<br />

el otro, no menos, la manera en<br />

que funciona la memoria cuando<br />

nos encontramos ante experiencias<br />

que de alguna manera conjugan<br />

pasado, presente y porvenir:<br />

añoranza y melancolía, lo estático<br />

y lo temporal.<br />

La historia de una pequeña<br />

ciudad, de una provincia pujante,<br />

y de toda una familia recorre los<br />

folios de este libro-álbum-crónica.<br />

Humor y sentido de lo ridículo hay<br />

allí. Amor por el mundo expuesto<br />

también. Años vendrán y todo esto<br />

se convertirá en “recuerdos del<br />

porvenir”.<br />

Humberto E. Robles<br />

Brickell, septiembre, 2016


TRIBUTO<br />

Este libro es un tributo a<br />

mi padre, las raíces de esta obra<br />

son el resultado de memorias de<br />

la infancia al ver a mi padre crear.<br />

Memorias que constituyen la fuente de<br />

inspiración que alimenta mi evolución<br />

como artista hasta el presente.<br />

La primera vez que consideré<br />

publicar un libro sobre la obra<br />

periodística y artística de mi padre<br />

sucedió hace más de treinta años.<br />

Hoy, finalmente tengo el honor de<br />

presentarla como contribución al<br />

desarrollo cultural Manabita y a su<br />

historia. Los años formativos son<br />

parte de mis memorias más felices<br />

pues nuestra casa estaba poblada<br />

por objetos que él mismo diseñaba y<br />

fabricaba a mano; desde esculturas,<br />

pinturas, fotografías hasta objetos de<br />

uso cotidiano. Objetos que eran el<br />

resultado de su incesante capacidad<br />

creativa. En alguna ocasión, por<br />

ejemplo, mi padre pintó el vestido<br />

que modelé para un evento. Yo quizás<br />

tendría alrededor de siete años.<br />

Fue este período de mi vida el<br />

sustento de mi desarrollo como artista<br />

así como mi fuente de inspiración y<br />

energía creativa.<br />

La puesta en escena de<br />

esta obra documental tiene como<br />

actor principal el hecho de haber<br />

conocido a mi marido, Tarek. Nuestro<br />

matrimonio ha sido la tierra fértil para<br />

ambos tanto como artistas cuanto<br />

como personas y pareja. Nuestra<br />

vida en Los Ángeles es una inmensa<br />

y gratificante experiencia que nos ha<br />

dado la vida para dedicar nuestras<br />

energías a crecer como gestores<br />

culturales, artistas, exploradores de<br />

la creatividad, y sobre todo como<br />

personas quienes aprecian las artes<br />

como sustento de vida, como lo hizo<br />

mi padre durante la suya.<br />

Esta obra es nuestro reconocimiento<br />

para él, quien entre sus muchos artes,<br />

oficios, y emprendimientos fundó<br />

“Editorial Gregorio” en Portoviejo,<br />

Manabí. Una experiencia que<br />

marcaría la vida de mi padre y<br />

nos proveería de una incalculable<br />

fuente de contenidos para crear esta<br />

obra. Qué maravillosa oportunidad<br />

poder presentar una selección de sus<br />

creaciones, de sus punzantes, claros,<br />

y frontales editoriales. De sus sensibles<br />

imágenes, y de sus fragmentos<br />

de vida expresados en pequeñas<br />

anécdotas que contextualizan al<br />

lector para proveer de una mejor<br />

comprensión del contexto donde<br />

fueron capturadas y su temática.<br />

De la misma manera el matrimonio<br />

de mis padres y la abnegada y<br />

cuidadosa dedicación de mi madre<br />

a su marido por la dulce calidad de<br />

mi propio matrimonio. El matrimonio<br />

de mis padres y su devoción por su<br />

relación han sido mis lecciones de<br />

vida más valiosas. Lecciones que me<br />

ha servido para mantener a mi familia<br />

unida con responsabilidad, profundo<br />

respeto, y amor que me honran al<br />

ser la mayor de la progenie de mis<br />

padres.<br />

Finalmente, trabajar con<br />

Guido y observar su respeto al<br />

trabajo del legado de mi padre<br />

han generado en mí un profundo<br />

agradecimiento hacia él y su trabajo.<br />

Esta obra es el resultado de la<br />

confluencia de todos estos factores<br />

mencionados en la primera, y<br />

ciertamente no la última, obra que<br />

honra el legado de mi padre a la<br />

cultura de mi amado, y su amado,<br />

Manabí.<br />

Sonya Loor Algosaibi


Ejemplo de una de las imagenes originales sin restauración digital.<br />

El proceso de restauración y reconstrucción digital tomó aproximadamente seis<br />

cientas horas de laborioso trabajo.<br />

En una nota más técnica el lector podrá observar que la fuente escogida para los<br />

textos de esta obra es de gran tamaño (12 puntos). Una decisión de diseño<br />

pensada en facilitar la lectura a los lectores de mente sabia y ojos experimentados.


DISEÑA LENTO<br />

En la cultura China no se<br />

acostumbra decir “salud” cuando<br />

alguien estornuda, de la misma<br />

manera que nadie dice “perdón” para<br />

ponerse al frente o “buen provecho”<br />

cuando entra o sale de un restaurante.<br />

Sin embargo, la gente educada dice<br />

“Màn man chī“( 慢 慢 吃 ) que significa<br />

“coma lento” en un afán de simbolizar<br />

la importancia de tomarse su tiempo<br />

y hacer las cosas con calma. Dejar la<br />

vida fluir a su propio ritmo. Esta idea<br />

viene muy en contraste con la forma<br />

como el mundo occidental se mueve<br />

al otro lado del planeta donde tanto<br />

la velocidad cuanto la urgencia son<br />

considerados valores dentro de una<br />

sociedad que vive apurada.<br />

Cuando me aproximé al diseño<br />

de este libro creí, equivocadamente,<br />

que sería un proyecto de corte rápido.<br />

Es un libro de fotos con textos me dije.<br />

En un par de meses a lo mucho estaría<br />

impreso pensé. Este pensamiento data<br />

de hace ya un par de años, o más. La<br />

versión que el lector tiene en sus manos<br />

es la quinta iteración de un proyecto<br />

que se convirtió en parte integral de<br />

mi vida. Siempre presente, siempre<br />

en el pendiente. Casi casi que otra<br />

disertación de Ph.D. pero sin diploma<br />

al final del camino pero con mayores<br />

gratificaciones.<br />

Un proyecto que ha ido mucho<br />

más allá de las fronteras del diseño<br />

para encontrar tierra fértil en los<br />

campos de las lecciones de vida.<br />

Ha sido gracias a este libro<br />

que he logrado conocer un poquito de<br />

la vida de un personaje de realismo<br />

mágico, un Davinci Ecuatoriano de<br />

verdad. Conocí a un patriarca de una<br />

familia con historia quien, gracias a su<br />

impetú y a su mente clara, ha logrado<br />

sembrar innumerables historias, mitos,<br />

y leyendas en su prole que crecerá<br />

con la bendición de contar con<br />

documentación de fuente primaria<br />

sobre la historia de su familia.<br />

La recolección del material<br />

para esta obra incluyó varios viajes<br />

por los aires cambiando hemisferios de<br />

norte a sur y de sur a norte. Inclusive<br />

con cambios de husos horarios,<br />

lenguajes y culturas, y hasta veinte y<br />

cuatro horas en tren desde Richmond a<br />

Fort Lauderdale para así completar una<br />

entrevista en un centro de recuperación<br />

para gente de la tercera edad donde<br />

Don Jorge estaba internado durante<br />

unas semanas.<br />

Allí tuve el privilegio de<br />

escuchar sus historias, la vida detrás<br />

de cada imagen y así observar de<br />

primera mano como la mirada de Don<br />

Jorge volvía a llenarse de vida mientras<br />

sus ojos pícaros revivian las emociones<br />

que debió haber experimentado justo<br />

el momento de capturar cada foto.<br />

Sin pensarlo el libro se fue<br />

convirtiendo en parte esencial de mi<br />

vida y Don Jorge en la figura granpaternal<br />

que nunca tuve.<br />

De pixel en pixel y luego de<br />

meses de reconstrucción digital de<br />

material deteriorado por el tiempo<br />

empezaron a emerger las images<br />

seleccionadas de entre miles,<br />

literalmente miles, de parte de las fotos<br />

y negativos que Don Jorge produjo<br />

durante su vida como periodista,<br />

artista, y contador de historias.<br />

Por otra parte, el trabajo con<br />

Sonya, la mentalizadora de este<br />

proyecto, fue esencial. No sólo desde<br />

la perspectiva de producción ejecutiva<br />

sino por el contagioso empuje --léase<br />

exigencia de excelencia-- para lograr<br />

que esta obra se convierta en una<br />

realidad tangible. Sonya es evidencia<br />

tácita de que gran parte de la<br />

personalidad de los padres, así como<br />

su inteligencia, creativad, e ímpetu son<br />

hereditarios. En ella, en sus ojos, se<br />

puede volver a vivir la mirada de Don<br />

Jorge así como su energía. Trabajar<br />

con Sonya ha sido otro privilegio que<br />

he podido vivir durante el proceso de<br />

diseño de esta obra y un ejemplo de<br />

vida sobre como honrar el trabajo del<br />

padre.<br />

Finalmente, desde la<br />

perspectiva de educador de diseño,<br />

comunicación, y artes plásticas puedo<br />

asegurar que este libro con el paso del<br />

tiempo constituirá un referente seminal<br />

en la construcción de la historia de<br />

Portoviejo, convirtiéndose así en una<br />

herramienta de investigación esencial<br />

para comprender la realidad de la<br />

provincia de esa época para las<br />

generaciones que vendrán.<br />

Por ello creo que la expresión<br />

“diseña lento” resume de manera<br />

óptima el proceso que permitió la<br />

puesta en escena de Irreverente &<br />

provocador. Largo proceso que se<br />

tomó su tiempo para culminar en una<br />

obra llena de significado además<br />

de constituir una entrañable historia<br />

personal que utilizaré una y otra vez<br />

con mis estudiantes cuando tenga<br />

que hablar sobre la importancia de<br />

conectarse emocionalmente con el<br />

proyecto que uno diseña para así<br />

generar un producto cultural de valor y<br />

trascendencia.<br />

Dr. Guido Alvarez, PhD, MFA<br />

Wenzhou, China. Abril 2017


Foto tomada con la cámara chiquita, yo seguramente tenía 21 años. Nací el 25 de abril de 1935. Tenía un amigo, hijo<br />

de un comerciante de apellido García, quien tenia un almacén. El hijo se sacaba las películas del almacén de su padre.<br />

Los químicos los hacíamos nosotros mismos, iguales a los que usan los fotógrafos del parque. Casi tenía que ser muy<br />

estático, muy lento porque las películas eran de baja velocidad.


Fui periodista desde los 17 o 18<br />

años y siempre me gustó. Tenía<br />

un periódico mural que lo hacía<br />

totalmente. Para que se vea más<br />

profesional, tenía que ponerme<br />

diferentes seudónimos y así la<br />

gente piense que había varios<br />

periodistas.<br />

Yo siempre andaba con mi<br />

cámara y publicaba en Vistazo,<br />

en el diario Universo y en<br />

el diario Manabita también.<br />

Después tuve mi propio período.<br />

Para ello compramos la primera<br />

imprenta offset que llegó a<br />

Manabí y ahí publicábamos<br />

diferentes folletos y la revista<br />

Gregorio. Teníamos la enorme<br />

ventaja de que la tipografía<br />

se hacía en una máquina IBM,<br />

se fotografiaba y se hacía en<br />

la plancha. Al contrario, de<br />

los tipógrafos tradicionales,<br />

nosotros lo hacíamos todo muy<br />

rápidamente, ellos tenían que<br />

armar de letra en letra la página.<br />

Al inicio hicimos un préstamo al<br />

banco, pero luego se lo vendí<br />

todo a mi hermano pues yo era<br />

más soñador; no me importaba<br />

gastar cien para ganar<br />

cincuenta, lo que me interesaba<br />

era el resultado, tubos de<br />

agua. Y si los dividen en cuatro<br />

se obtienen cucharones para<br />

cocinar el arroz.<br />

Yo no escribía en máquina<br />

sino a mano y generalmente<br />

tenía dos secretarias quienes<br />

se encargaban de transcribir<br />

los textos, así generaba el<br />

material para el periódico o<br />

el suplemento. A partir de este<br />

material, el director escogía los<br />

contenidos de cada edición.<br />

Yo tenía una columna que se<br />

llamaba EN LAS CALLES, ésta<br />

se publicó por 22 o 23 años,<br />

todos los días, ¡sin falta! Al<br />

dueño del periódico le gustaba<br />

que trabajemos así, él tenía un<br />

“file” o archivo de donde sacaba<br />

el material listo, le encantaba<br />

mi estilo de escribir que era<br />

medio “campechano”. Yo mismo<br />

era una máquina de escribir y<br />

fotografiar. Era muy amigo de la<br />

gente alta del mundo mediático;<br />

pero nunca me pudieron<br />

conquistar para dejar mi mundo.<br />

Todos los artículos comenzaban<br />

de la misma manera con<br />

las palabras: EN LAS<br />

CALLES NUESTRAS... e iban<br />

acompañados de mis fotografías<br />

o ilustraciones. A la gente le<br />

gustaba porque era un texto más<br />

íntimo, más personal, sarcástico<br />

e irreverente. Era un estilo<br />

pegajoso que daba ganas de<br />

leer. A mi mujer nunca le intereso<br />

ese asunto, porque el tono de mis<br />

escritos me metía en líos sociales<br />

toda la vida.<br />

En la oficina personal, que a su<br />

vez, era mi estudio y la imprenta,<br />

no había muchos que hablen<br />

inglés. Yo lo hablaba muy bien,<br />

por todos los años que viví en<br />

los Estados Unidos; es por ello,<br />

que cuando iban delegados del<br />

cuerpo de paz, por ejemplo, los<br />

llevaban directamente conmigo<br />

para discutir temas de toda<br />

índole: de política, de negocios,<br />

de cultura. De esa forma, yo<br />

lograba mantenerme al frente<br />

del quehacer informativo de la<br />

ciudad.


Yo tenía un Jeep Suzuki rojo,<br />

al que le bautizamos como LA<br />

HORMIGA COLORADA, tenía<br />

la costumbre de invitar a subir<br />

al carro a quien sea que me<br />

encontraba en el camino. Así<br />

podía conversar de cosas que<br />

jamás habría conversado, así<br />

como también experiencias<br />

desagradables, como un señor<br />

que apestaba como el mismísimo<br />

infierno. En otra ocasión recogí<br />

a una viejita; vieja, vieja, vieja<br />

la señora. De repente veo que la<br />

viejita me miraba y me miraba,<br />

cuando finalmente le pregunté,<br />

qué tanto me veía, resultó que<br />

fue la cocinera de mi papá.<br />

Lindo era mi carrito, yo tenía<br />

mucha prolijidad en su cuidado.<br />

Tenía un amigo mecánico con<br />

quien llegamos a un convenio,<br />

en donde yo le pagaba una<br />

mensualidad para que me revise<br />

y mantenga el carro diariamente,<br />

para que estuviera en óptimas<br />

condiciones todo el tiempo.<br />

Efectivamente me lo cuidaba<br />

tanto que yo podía llegar a sitios<br />

donde otros carros no entraban.<br />

Alguna vez, recogí una señora<br />

que dio a luz en el carro. En<br />

otra ocasión, me vi en aprietos<br />

porque en la zona por la que<br />

estaba cruzando había habido<br />

varios robos de ganado y de<br />

repente llegó un momento que<br />

me rodeó mucha gente con<br />

machetes. Felizmente, yo solía<br />

llevar en mi carro montones<br />

de periódicos; al ver que me<br />

rodeaban, bajé del carro, abrí la<br />

puerta de atrás del Jeep, saqué<br />

los periódicos y se los regalé. Así<br />

me los gané y me contaron su<br />

problema.<br />

En esos tiempos, Manabí todavía<br />

era agreste, no civilizado. Una<br />

vez me toco hacer un reportaje<br />

en la montaña y me decían: “no<br />

vaya porque hay gente mala”.<br />

Sin embargo, así aprendí el<br />

secreto de la montaña. –Mire<br />

-me dijeron- vaya con un niño<br />

y donde sea que llegue, deje<br />

que el niño vaya primero.<br />

Efectivamente, los criminales<br />

respetan al niño, nunca tuve<br />

problemas.<br />

Yo escribía todos los días y<br />

producía muchos artículos en<br />

varios temas. Un día, el gerente<br />

se aproxima y me dice: Jorge,<br />

yo le ofrezco un puesto donde<br />

usted sea su propio jefe, hace lo<br />

que quiera, dice lo que quiera y<br />

no le voy a poner barreras salvo<br />

las evidentes. Así iniciamos una<br />

relación comercial donde hicimos<br />

cosas magníficas, incluidos<br />

programas de desarrollo social.<br />

Yo había conocido en el Japón<br />

a agricultores que n en parcelas<br />

pequeñas del mismo tamaño de<br />

las que habían en Portoviejo,<br />

pero mucho mejor cultivadas,<br />

porque tienen la tecnología<br />

apropiada para ello. Comencé<br />

así a formar cooperativas donde<br />

aplicar mis observaciones sobre<br />

agricultura y así hicimos cosas<br />

muy buenas para la provincia.<br />

Incluso creamos todo un pueblo,<br />

que ha tenido mucho éxito con la<br />

artesanía de Tagua, es el pueblo<br />

de Sosote.


La revista GREGORIO tenía un tiraje de 3000 números. Era interesante, monotemática y agotábamos el tema. Su<br />

desarrollo era completo con investigación de primera fuente. Si era sobre el café, por ejemplo, la revista cubría el<br />

tema desde el café en su estado salvaje hasta su máximo desarrollo posible.


GENIOGRAMA<br />

EN LAS CALLES : Junio, 1980.<br />

En las calles nuestras, sin andar<br />

largo rato, usted se topa con<br />

alguien que guste jugar con las<br />

palabras y resolver crucigramas<br />

o geniogramas.<br />

Pero no todos participamos en<br />

hacer estos acertijos, por más<br />

ejercicio mental que representen.<br />

Hay algunos que preferimos<br />

no jugar con las palabras y<br />

más bien aceptarlas como<br />

principalmente son, una manera<br />

de comunicarnos.<br />

De allí, que resulta un<br />

Geniograma, esto que motiva el<br />

simple hecho de bombear agua<br />

desde las vertientes de nuestra<br />

zona nororiental para alimentar<br />

la Presa de La Esperanza y luego<br />

la de Poza Honda.<br />

Si la memoria no me traiciona,<br />

la Ley establece que las aguas<br />

superficiales y profundas,<br />

dentro de todo nuestro País,<br />

pertenecen al Estado y se las<br />

encomienda manejar al INERI,<br />

Instituto Nacional de Recursos<br />

Hidráulicos.<br />

Luego otra ley o decreto, parece<br />

que traspasa esa obligación al<br />

CRM, dentro de la jurisdicción<br />

provincial. Siendo así, el CRM es<br />

la entidad que tiene que ver con<br />

los recursos hídricos de Manabí<br />

para administrarlos.<br />

Y sí el CRM, así investido como<br />

amo y señor de las aguas de<br />

Manabí, determina que es<br />

conveniente hacer un trasvase de<br />

nuestra cuenca del Daule para<br />

entregarla en la Presa de La<br />

Esperanza, en buena hora que se<br />

haga y no se ha infringido en la<br />

Ley.<br />

Pero como ya dijimos antes,<br />

esto del trasvase ya cayó en las<br />

manos de la politiquería y el<br />

paliducho y afiebrado, Prefecto<br />

Provincial nuestro, lo ha tomado<br />

como bandera de hecho para<br />

fines escondidos.<br />

En primer lugar, construido el<br />

embalse de La Esperanza, por su<br />

gran capacidad y por el aumento<br />

de camarones en Simbocal,<br />

tendremos agua de sobra aún<br />

en los años secos. La Presa<br />

de La Esperanza almacenaría<br />

más agua de la que se puede<br />

eficientemente aprovechar en sus<br />

zonas de riego.<br />

Lo crítico es alimentar a la Presa<br />

de Poza Honda para llenar su<br />

vaso o entregar a través de las<br />

lomas del Junco y regar el valle<br />

de Rocafuerte.<br />

En todo caso, este es un<br />

problema bajo la jurisdicción<br />

del CRM y no es fundamental<br />

si se analiza como lo venimos<br />

haciendo, el problema nuestro no<br />

es precisamente la falta de agua,<br />

sino la desaprensiva manera<br />

como la venimos administrando.<br />

Entonces, queda claro que este<br />

Geniograma en el que estamos<br />

envueltos no es otra cosa que<br />

un instrumento político para<br />

que nuestro paliducho Prefecto<br />

saque partida a sus inconfesados<br />

proyectos políticos.<br />

El trasvase es un sencillo<br />

problema técnico que por ley le<br />

compete al CRM.<br />

El Concejo Provincial y su<br />

amarillentado Prefecto no pueden<br />

tomarlo como pretexto para


oscuras maniobras políticas,<br />

sino más bien, dedicarse a sus<br />

acostumbradas acciones.<br />

Mire a la foto, callejero lector<br />

y le recordará que la carretera<br />

Manta a Portoviejo tiene<br />

un tráfico tan nutrido como<br />

cualquiera de nuestras calles<br />

principales.<br />

lograr nuestro desarrollo integral,<br />

le consulto a usted, callejero<br />

lector, sobre la conveniencia<br />

de que cada uno ocupemos<br />

nuestro puesto y eficientemente lo<br />

realicemos.<br />

El Consejo Provincial es el<br />

papá y mamá del millonario<br />

equipo que permanece inactivo<br />

parqueado en las afueras de<br />

Portoviejo.<br />

Usted me dará la razón, callejero<br />

lector, que antes de formar una<br />

alharaca en esto del trasvase y<br />

dejar que el CRM cumpla con la<br />

ley, mejor sería que el paliducho<br />

y afiebrado medicucho, Jefe<br />

Provincial, se dedique a<br />

administrar eficientemente los<br />

valiosos recursos que tiene,<br />

antes que pretender quitarle las<br />

obligaciones del CRM y hacerse<br />

una plataforma política con el<br />

trasvase.<br />

Antes que al Geniograma,<br />

confundiendo las opciones que<br />

tenemos los manabitas para


BELLO PORTOVIEJO<br />

EN LAS CALLES : Junio, 1980.<br />

En las calles nuestras, la gente<br />

conoce el dicho de que la<br />

belleza está en los ojos de<br />

quien la mira. Pero cuando se<br />

trata de la belleza urbanística<br />

de Portoviejo por más buena<br />

voluntad y esfuerzos que se<br />

tengan, poco es lo que se puede<br />

lograr.<br />

Perdóneme, callejero amigazo<br />

chupamango, pero hay muchos<br />

que pensamos que Portoviejo<br />

como ciudad, está carente de<br />

belleza.<br />

Portoviejo es una ciudad fea.<br />

No me deja mentir, callejero<br />

lector, y dígame solo tres lugares<br />

con belleza en nuestra ciudad. Si<br />

no encuentra tres, dígame por los<br />

menos de un sitio de Portoviejo<br />

que pudiera considerarse como<br />

bello, como hermoso.<br />

Déjeme darle una mano:<br />

La glorieta del Parque Central<br />

El parque Forestal de los Rotarios<br />

El Centro Comercial<br />

No perdamos el tiempo, callejero<br />

lector, pero ninguno de estos<br />

lugares se acerca a lo que<br />

pudieran ser sitios hermosos de<br />

nuestra ciudad.<br />

La glorieta del Parque Central<br />

está casi destruida y en sus<br />

alrededores hay una verdadera<br />

masacre de plantas y árboles que<br />

la desmejoran.<br />

El Parque Forestal es un buen<br />

sitio de reunión, cuando su<br />

laguna tiene agua, pero en aras<br />

a la belleza natural allí, poco o<br />

nada se ha hecho. Es un lugar<br />

artificial y artificioso en el que no<br />

se destacan los toques del arte o<br />

el buen gusto.<br />

El Centro Comercial, no es más<br />

que una gigantesca mole de<br />

cemento sin ninguna concesión<br />

estética.<br />

Y como yo, no más recojo el<br />

sentir de las gentes, sí estoy<br />

equivocado, hágase presente,<br />

callejero lector.<br />

A lo que voy es, sencillamente,<br />

que nuestra ciudad está<br />

descuidada en su aspecto<br />

estético y realmente, aunque me<br />

duele, tengo que admitir que<br />

como está, es una ciudad fea.<br />

No digo que es desagradable,<br />

porque a la falta de belleza<br />

estética tiene la amistad de sus<br />

gentes, que lo compensa.<br />

Pero, definitivamente, no es una<br />

ciudad que agrada a la vista<br />

o que le saca partida a sus<br />

elementos naturales. No tenemos<br />

un solo monumento que merezca<br />

ese nombre.<br />

Y los mocarros de la avenida<br />

Manabí, el Pacheco, las<br />

caricaturas de la Avenida<br />

Universitaria y la alegoría, al<br />

empuñe, al entrar al Puente<br />

Velasco, son tomaduras de pelo<br />

a la sensibilidad nuestra que<br />

de diversas maneras ya los han<br />

rechazado.


La única obra de arte público<br />

con que contamos es el mural<br />

de Jorge Sweet, en el Banco<br />

Comercial de Manabí. Todo esto<br />

porque nuestro quehacer cultural<br />

ha sido débil y no se ha tomado<br />

en cuenta la opinión de nuestros<br />

artistas gráficos.<br />

Somos una ciudad en manos<br />

de los políticos, en su parte<br />

administrativa y de los poetas, en<br />

su parte espiritual.<br />

De allí el canto a Portoviejo,<br />

que es una gran contradicción a<br />

nuestra realidad y los premios al<br />

ornato, que desde hace rato se<br />

han venido revelando.<br />

Esta lamentable situación no<br />

debemos dejar que continúe,<br />

para que nuestra ciudad se<br />

convierta en una montonera de<br />

cosas irreverentes al buen gusto.<br />

Que le parece, callejero lector,<br />

que si usted está de acuerdo en<br />

lo que aquí decimos, se da un<br />

tiempo para conversar con sus<br />

amigos en el Consejo Municipal<br />

para que se forme un comité,<br />

Patronato o que se yo; para<br />

que entre la rabiosa gente con<br />

que contamos y se forme un<br />

organismo que tome a su cargo<br />

la belleza de la ciudad.<br />

Sin que a nadie le cueste plata,<br />

con un poquito de persuasión y<br />

algo de maña se podría formar<br />

un equipo de gente competente,<br />

a la que se le encargaría la tarea<br />

de embellecer a esta ciudad de<br />

forma permanente.<br />

A lo mejor de esta manera,<br />

cambiaríamos a este Portoviejo<br />

insípido y común, en una<br />

hermosa ciudad con rinconcitos<br />

especiales, que harían posible<br />

que las gentes del país vengan<br />

aquí para gozar.<br />

La cosa es difícil, porque en<br />

cuestiones de arte y buen<br />

gusto no hay leyes escritas,<br />

pero es fácil lograr si se usa<br />

todo y grandes cantidades de<br />

tolerancia, para encomendar<br />

a los artistas nuestros de esta<br />

valiosa acción.<br />

No hay razón para que<br />

Portoviejo no sea una ciudad<br />

hermosa y bella.<br />

Y en sus manos está, callejero<br />

lector, para que esto no se<br />

quede en el papel y se ponga en<br />

práctica.<br />

Nuestra ciudad jamás se puso a<br />

la altura en que la ubicó Vicente<br />

Amador Flor y los premios de<br />

ornato que se han entregado,<br />

generalmente, carecen de<br />

fundamento salvo que se<br />

entregue a lo mejor y eso es<br />

poquito.


LA LEVADURA<br />

EN LAS CALLES : Abril, 1978.<br />

En las calles nuestras, por tanto<br />

tiempo apabulladas, aplastadas,<br />

achicharradas contra la parte<br />

de afuera de la pelotita en que<br />

vivimos, ahora causa una grata<br />

sorpresa la inusitada manera<br />

en que la ciudad está creciendo<br />

hacia arriba.<br />

Mejor y tan rápido que con<br />

levadura FLEISHMAN las<br />

construcciones de Portoviejo<br />

están comenzando a rascar el<br />

cielo de esta cuadricentenaria<br />

ciudad.<br />

Y nadie se hace ilusiones de<br />

que aquí tendremos un Empire<br />

State, las torres gemelas de<br />

Chicago o la de Eiffel, nada de<br />

eso callejero lector, pero si le<br />

digo que el pajarito Menéndez,<br />

nuestro bombero estrella,<br />

que cuando había fotógrafos<br />

presentes, acostumbraba saltar<br />

desde el techo de la casa que<br />

se estaba quemando, en heroico<br />

y deslumbrante gesto, ahora<br />

va a pensar dos veces antes<br />

de lanzarse techo debajo de<br />

los edificios que aquí se están<br />

construyendo.<br />

En primer lugar, porque son tan<br />

altos, que sí se tira del techo<br />

del Centro Comercial, por<br />

más que apunte a caer en la<br />

esquina de la Agencia Victoria,<br />

el viento y la ilusión óptica,<br />

seguramente que lo convierten<br />

en una hamburguesa cruda en el<br />

portal de Comercial Lozada o de<br />

Vifesa.<br />

Y aunque ambos locales<br />

comerciales le darían un<br />

descuento a quien lo intente, es<br />

difícil encontrar a alguien que,<br />

con el riesgo de convertirse en<br />

pastilla, acepte una comisión del<br />

diez por ciento en una mecha<br />

de Kerosene o en un arete de<br />

plástico.<br />

Además, las construcciones que<br />

como espuma en Portoviejo están<br />

creciendo para arriba, no van<br />

a quemarse tan fácilmente para<br />

permitir estas acrobacias, puesto<br />

que son de concreto y ladrillos<br />

que no se encienden.<br />

Pero hay otros problemas, que<br />

en este crecimiento vertical de la<br />

ciudad, deberían ser tomados en<br />

cuenta.<br />

De vez en cuando y sin aviso<br />

previo, como al tumbar naranjas,<br />

alguien o algo nos remece<br />

fuertemente, los edificios se<br />

desparraman y las calles se<br />

agrietan en los terremotos y<br />

temblores que aquí tenemos.<br />

Pregunto yo, y por supuesto usted<br />

callejero lector, ¿el Departamento<br />

técnico de la Municipalidad<br />

está exigiendo que estas<br />

construcciones sean antisísmicas?<br />

Con lo tanto que cuesta hacer<br />

una construcción chata o<br />

espigada, cada constructor<br />

o propietario intenta ganarle<br />

espacio al espacio y hay<br />

construcciones nuestras que<br />

son solo para personas que se<br />

alimentan con fideos cabello<br />

de ángel, uno delgadito y largo<br />

cada día. Porque si se come dos<br />

y en la escalera se encuentran<br />

con un vecino que hizo lo mismo,<br />

al subir y bajar de dos de ellos,<br />

habrá tal refriegue de grietas<br />

como al envasar mondongo en<br />

tubos de pasta de dientes.


Y las gentes nuestras que las<br />

ocupen, poco más o menos,<br />

tendrán que dormir de pie<br />

pensando que la pensión Cristal<br />

era una cancha de Fútbol.<br />

Pese a todo esto, que son<br />

cosas de las calles nuestras<br />

que deben ser chequeadas por<br />

el departamento Técnico de la<br />

municipalidad de Portoviejo, aquí<br />

nos llena de gusto y orgullo que<br />

la ciudad crezca por cualquier<br />

lado.<br />

Y si este espectacular<br />

crecimiento, es como levadura<br />

que dentro del molde, se infla<br />

para arriba; en buena hora.<br />

Porque con tantos gorditos<br />

pausados, o como quiera que<br />

usted desee nominar a los<br />

portadores de amplios cinturones,<br />

subir escaleras es un espléndido<br />

ejercicio y trepando es una<br />

buena manera de progresar.<br />

No más hay que dejarse marear<br />

por el hecho de que está<br />

subiendo


EL BALANCE<br />

EN LAS CALLES : Julio, 1980.<br />

En las calles nuestras, por<br />

balance, se entiende cómo<br />

andan las cosas. Si bien, mal o<br />

mas o menos.<br />

Pero para los Bancos, el balance<br />

es algo que parece ser más<br />

complicado y serio.<br />

Tanto, que le ponen a las cosas,<br />

maniobras que no cuajan en<br />

nuestra imaginación. Por lo<br />

menos en la mía, callejero lector<br />

y pensando que alguien debe<br />

ser, entre ustedes, a quien yo me<br />

le parezca, espero tener el gusto<br />

de que sea usted y siendo así lo<br />

invito para ver si desciframos el<br />

Balance de nuestro Banco.<br />

El Balance del Banco Comercial<br />

de Manabí. Mírelo en la página<br />

13B del Diario Manabita en la<br />

Edición del domingo 6 de julio.<br />

Este es un Balance Consolidado<br />

y Condensado, lo que debe<br />

entenderse que, en efecto, tienen<br />

plata reunida y por razón de<br />

espacio la tienen en billetes de<br />

mil y no en reales, ni pesetas,<br />

condensado.<br />

Luego lo dividen en Activo y<br />

Pasivo, que de nada les sirve<br />

porque a la final ambos total y<br />

son igualitos.<br />

Pero en el intermedio hay dos<br />

cosas importantes de destacar.<br />

En el Activo, se dice que<br />

prestamos firmas y esa es una<br />

de las cosas buenas de nuestro<br />

Banco, porque deja ver que<br />

también los dan sin firma o con<br />

huella digital. Una gran medida<br />

que identifica al Banco nuestro<br />

con esta Provincia, donde tantos<br />

somos analfabetos y tenemos que<br />

dictar lo que pensamos.<br />

En el pasivo, resalta otra cosa<br />

que debe llamar la atención<br />

de usted y del más empinado<br />

Banquero. Muestra en Utilidades,<br />

exactamente ciento diez y<br />

ocho mil seiscientos setenta y<br />

tres sucres son setenta y cuatro<br />

centavos.<br />

¿Qué fue lo que pasó para que<br />

no se puedan ganar los veinte<br />

seis centavos que faltan para<br />

redondear la cifra? Seguramente<br />

causará un gran problema entre<br />

los empleados del Banco y por<br />

lo menos se buscará, por todas<br />

partes, a una peseta que rebaje<br />

la cuenta a seis centavos, que ya<br />

casi no es nada.<br />

Pero mirándolo bien, el hecho<br />

que un negocio cualquiera o<br />

precisamente un Banco Nuevo<br />

produzca ganancias tan grandes<br />

en apenas dos meses de<br />

operación, es algo que llena de<br />

inmensa satisfacción y orgullo.<br />

Teníamos entendido que hay que<br />

comenzar perdiendo.<br />

Pero fuera de esto, el resto del<br />

Balance, poco o nada dice, para<br />

nosotros, callejero lector. Cosas<br />

raras y números con la frialdad<br />

de hielo seco que no nos llegan,<br />

pero que por estar firmadas<br />

por tres amigos nuestros deben<br />

ser verdad y bastante han de<br />

significar para ellos.<br />

Con lo que vale pena, que usted<br />

y yo le saquemos el Balance a<br />

nuestro Banco Manabita para<br />

que lo entendamos bastantes.<br />

Y allí entramos con viada,<br />

recordándole que todo lo que<br />

aquí habíamos dicho sobre la<br />

creación de nuestro Nuevo Banco<br />

no solo que fue realidad, sino<br />

que se pasó de nuestras mejores<br />

predicciones.<br />

Decíamos que este era un<br />

Banco Manabita creado por<br />

los esfuerzos de gente nacida o<br />

residente aquí y que por lo tanto<br />

debería merecer el respaldo de<br />

nosotros, esperando que algunos<br />

apoyaríamos a la naciente<br />

Entidad.<br />

La realidad nos ha demostrado<br />

que esto llegó a la fibra misma<br />

de los manabitas y en vez de<br />

algunos, muchísimos han sido


los manabitas que escucharon<br />

el llamado y han abierto sus<br />

cuentas en nuestro Banco.<br />

Tanto, que se duplico con creces<br />

la más optimista predicción del<br />

número de cuentas corrientes<br />

y el monto de los depósitos.<br />

Le habíamos dicho que este<br />

Banco nuestro tenía una nueva<br />

mentalidad, en que el cliente<br />

era lo que más le importaba al<br />

Banco, puesto que no le hacían<br />

un favor al atenderlo, sino al<br />

contrario, que el cliente le hacía<br />

el favor al Banco por permitirle<br />

hacer negocio.<br />

Esto ha sido comprobado con la<br />

actuación del Banco Nuestro en<br />

las operaciones que dentro de<br />

estos dos meses ha realizado,<br />

no solo que se han atendido las<br />

solicitudes para solucionar los<br />

problemas planteados, sino que<br />

se los ha examinado y resuelto<br />

para que resulten en un justo<br />

beneficio de los clientes primero.<br />

Y digamos una cosa, de mucho<br />

riesgo, al referirnos al personal<br />

mencionando, que habían sido<br />

especialmente escogidos y<br />

preparados en cursos intensivos<br />

para reafirmar que en este Banco<br />

el mejor recurso son los clientes.<br />

Pero luego de dos meses y<br />

más de ponerse a prueba, los<br />

miembros del Banco, desde el<br />

abridor de puertas para arriba,<br />

toditos han demostrado que el<br />

Banco Comercial de Manabí es<br />

un Banco diferente. Acicaladitos<br />

y sonrientes a diario han estado<br />

cumpliendo efectivamente su<br />

función.<br />

Que han metido la pata una, dos<br />

o tres veces, solo demuestra que<br />

son humanos, pero enseguidita<br />

han agotado esfuerzos para<br />

corregirse.<br />

Y todo esto, se ha hecho dentro<br />

del más estricto marco de<br />

respeto a la persona y con gran<br />

desbordamiento de cortesía.<br />

De tal manera, que el verdadero<br />

Balance del Banco Comercial<br />

de Manabí que nos gusta, que<br />

nos sirve y al que solo le falta<br />

que usted, callejero amigazo, le<br />

favorezca siendo también parte<br />

de nuestro Banco.<br />

Si esto lo hacemos bastantes,<br />

sería el mejor premio a este<br />

primer Balance, que muestra<br />

lo que somos capaces los<br />

manabitas.<br />

Esto pudo ser una estratagema<br />

para ganar confianza.


TRATO CON MUERTOS<br />

EN LAS CALLES : Junio, 1980.<br />

En las calles nuestras, la gente<br />

sabe que la muerte ocurre de dos<br />

maneras.<br />

Cuando se pela el bollo y cesa<br />

toda la función del organismo y<br />

en verdad se muere.<br />

O cuando, aparentemente, se<br />

muere porque no se vale nada,<br />

no se hace nada, ni se va, ni se<br />

viene.<br />

La primera clase de muerte se<br />

dice que ocurre a los animales y<br />

vegetales.<br />

La segunda a las cosas naturales,<br />

o creadas por el hombre, que<br />

alguna vez tuvieron actividad y<br />

luego no la tienen.<br />

Este es el caso del Consorcio de<br />

Centros Agrícolas de Manabí.<br />

No hay que hacer historia,<br />

callejero lector, porque aquí<br />

no tenemos espacio, pero<br />

haga usted una simple prueba<br />

y pregunte a dos o tres de sus<br />

amigos sobre qué cosa mismo<br />

es este organismo y le aseguro<br />

que no le darán una detallada<br />

explicación.<br />

Pero si tiene paciencia y<br />

se encuentra a uno de los<br />

politiqueros antiguos, cada uno<br />

le dará su versión particular,<br />

dependiendo al tiempo en que el<br />

Consorcio fue de su bando o del<br />

Contrario.<br />

La verdad más o menos es ésta.<br />

Cuando en Manabí los técnicos<br />

agropecuarios eran contados<br />

con los dedos de las manos, fue<br />

creada esta organización para<br />

ayudar al sector agropecuario.<br />

Y gracias a aportaciones del<br />

Gobierno, esta esperanzada<br />

acción comenzó a florecer,<br />

principalmente, ayudando a<br />

los ganaderos con servicios<br />

veterinarios.<br />

Pero algo paso, de repente,<br />

alguien se dio cuenta que<br />

esta organización podía ser<br />

utilizada como arma política.<br />

Y en efecto, a poco rato de<br />

nacida la prometedora acción<br />

para adelantar la gestión<br />

agropecuaria, se convirtió en<br />

el plato favorito de los partidos<br />

políticos.<br />

Quien ganaba control del<br />

Consorcio tenía asegurado<br />

los votos del amplio sector<br />

Agropecuario. Claro está,<br />

esto no fue del agrado de los<br />

agricultores ni empresarios<br />

agrícolas puros.<br />

De allí, que poco a poco, el<br />

Consorcio comenzó a ser cada<br />

vez menos, hasta que hace rato<br />

se quedó muerto. Queda solo el<br />

nombre, deudas, fotos y papeles<br />

viejos y una mini burocracia, sin<br />

nada que hacer.


De allí, que nos causa enorme<br />

sorpresa que ahora, con este<br />

muerto, se pretenda realizar un<br />

convenio para Reforestación<br />

entre el M.A.G y este esqueleto.<br />

A usted le consta, callejero lector,<br />

que tratándose de Reforestación,<br />

de repoblar nuestra tierra con<br />

especies vegetales, como las<br />

teníamos antes, nosotros hemos<br />

sido los primeros en aplaudir<br />

cualquier gestión en este sentido,<br />

por pequeñita que sea.<br />

Pero esto de hacer trato con<br />

muertos, nos sabe cómo a una<br />

nueva espina que tendremos que<br />

aguantar.<br />

El Consorcio de Centros<br />

Agrícolas, no solo que murió en<br />

manos de nuestros Politiqueros,<br />

sino que fue enterrado por el<br />

pueblo que no llego a sentir sus<br />

beneficios. Entonces, ni manera<br />

que vale la pena remover<br />

cenizas.<br />

Mas bien, habría que aprovechar<br />

la oportunidad y definitivamente<br />

arreglar los papeles del difunto,<br />

para que legalmente descanse en<br />

paz.<br />

Y en lo que realmente nos<br />

importa, la Reforestación de<br />

Manabí, la Delegación del MAG<br />

tiene en sus manos todo lo que<br />

requiere para llevarla adelante,<br />

dinero, especialistas, personal<br />

complementario, equipos y<br />

servicios con los que desde hace<br />

rato cuenta.<br />

Que pese a todo esto, no hayan<br />

podido levantar un solo bosque<br />

o reforestar una pilche cuadra,<br />

es otro problema, del cual ya nos<br />

hemos ocupado y seguiremos<br />

machacándolo.<br />

Pero definitivamente, no se<br />

resuelve nada haciendo tratos<br />

con piezas arqueológicas de<br />

nuestro museo Institucional.


LA GUERRA<br />

EN LAS CALLES : Septiembre, 1980.<br />

En las calles nuestras, el que<br />

menos está pendiente de lo que<br />

pasa entre Irak e Irán.<br />

No tanto por lo que interese, por<br />

lo espeluznante de la pelea y sus<br />

repercusiones sino que lo vemos<br />

a cada rato en los diarios y la<br />

televisión.<br />

Y claro está, callejero lector, que<br />

a cada uno de nosotros se le<br />

pone la piel de gallina al darse<br />

cuenta de la horripilante manera<br />

como esa gente se mata. De<br />

golpe y porrazo perforado por<br />

una bala o una esquirla de metal.<br />

Fulminado por concusión de una<br />

explosión o achicharronado por<br />

su calor. Simplemente por un<br />

aplastón bajo los escombros.<br />

Lentamente desangrándose o<br />

muerto por miedo o por susto. O<br />

por recoger un vistoso juguete,<br />

las últimas novelerías bíblicas.<br />

Bombas antipersonales muy<br />

pequeñas, con detonación<br />

retardada que disfrazadas como<br />

juguetes o cosas comunes son<br />

lanzadas en grandes cantidades<br />

sobre las ciudades, no estallan<br />

al impacto, sino después cuando<br />

alguien la recoge.<br />

Muerte de mil maneras, pero<br />

muertes que a todos nos<br />

horrorizan.<br />

El holocausto de la guerra que<br />

TODOS detestamos.<br />

Horripilante hecho que desdice<br />

de nuestra condición humana.<br />

Y ya que cogió viada, siga usted<br />

solito de largo, lagrimero lector,<br />

pues yo aquí me descuelgo<br />

ya que todo eso es mentira.<br />

Mentira grandota de siete letras<br />

mentirosas.<br />

Pues la guerra, la pelea o ese<br />

litigio por la vida o la muerte<br />

comienzan desde el primer<br />

momento en que nacemos,<br />

cuando dejamos la seguridad y<br />

comodidad del vientre maternal<br />

para, berreando, lanzarnos a la<br />

inclemencia del mundo nuestro.<br />

Sigue cuando de niños jugamos<br />

a la guerra y con un simple palo<br />

por metralleta lo apuntamos y<br />

TATATATA.<br />

¡Ya estás muerto!, gritamos.<br />

Se adora la cosa, cuando a<br />

mano tenemos mil y un juguetes<br />

de plástico que detalladamente<br />

reproducen las armas reales.<br />

Y de jóvenes, por ley, tenemos<br />

que aprender a guerrear.<br />

Por alguna razón, nunca<br />

suficientemente explicada,<br />

entramos a los cuarteles<br />

y raspándonos el coco,<br />

comenzamos a ser soldados.<br />

Ya de grandes la cosa es<br />

completada. Casi que no hay<br />

nada en nuestra actividad diaria<br />

que no haya sido perfeccionado<br />

o que tenga alguna relación con<br />

la guerra.<br />

La hoja de afeitar con ese<br />

filo que dura tanto, la olla de<br />

aluminio que no se quema, la<br />

tela del blue jeans que resiste<br />

tanto, los plásticos y casi, casi<br />

todo lo que tenemos como<br />

materiales de uso diario han sido<br />

perfeccionado en las guerras.


Y las guerras son motivos<br />

de atención para nuestros<br />

intelectuales, poetas, pintores,<br />

artistas e historiadores que<br />

con motivo de la guerra nos<br />

han dado fabulosas obras<br />

de arte: Guernica de Picaso,<br />

Los hermanos Karamazov y<br />

Apocalipsis ahora son obras de<br />

artes originadas por la guerra.<br />

Industrias y comercios se han<br />

nutrido de la guerra. El carro<br />

Volkswagen, el escarabajo, el<br />

supositorio de camiones, uno<br />

de los más duraderos, versátiles<br />

y apreciados vehículos para<br />

movilizarnos, lo diseño Ferdinad<br />

Porsche, un ingeniero al servicio<br />

de Hitler, en su afiebrada<br />

intentona de conquistar al<br />

mundo.<br />

Y a usted, ama de casa, que<br />

salva una emergencia cuando<br />

llegan inesperados comensales<br />

y en vez de echarle agua al<br />

caldo, simplemente le pone agua<br />

hirviente, un cubito de sopas y<br />

presto sale un gustoso caldo, sin<br />

darse cuenta se ha beneficiado<br />

de un logro conseguido<br />

en la guerra: los alimentos<br />

comprimidos.<br />

Y como esto, podemos hablar<br />

de un montón de cosas que<br />

nos ocuparían aquí por largo<br />

rato. Pero que se resumen en la<br />

desgraciada realidad de nuestra<br />

humanidad.<br />

Yo no puedo asegurar que<br />

andamos para adelante o para<br />

atrás. Es más, teniendo el dato<br />

de que muertos han ocurrido<br />

en accidente de tránsito que los<br />

ocurridos en guerras, realmente<br />

que me quedo lelo.<br />

Pero haciendo falta llegar a una<br />

conclusión, por lo que queda<br />

dicho, callejero y aguerrido<br />

lector, cado uno de nosotros<br />

podríamos examinar a fondo<br />

este aguerrido problema de la<br />

humanidad de sacarle provecho<br />

a la pelea.<br />

Y aquí lo dejo, callejero lector,<br />

porque ya mismo comienza la<br />

pelea del box por el campeonato<br />

de Peso Pluma entre Sánchez y<br />

Foral.


UN NUEVO AMANECER<br />

EN LAS CALLES : Abril, 1978.<br />

En las calles nuestras, la<br />

gente montubia de la cual<br />

venimos, se levantaba temprano<br />

porque tanteando el despunte<br />

del amanecer sabían cómo<br />

aprovechar el día.<br />

Yo vengo de aquellos legendarios<br />

montubios nuestros, que pese<br />

a tener que sacarse las niguas<br />

con un machete, cultivaron en<br />

sus hijos ideas de superación<br />

manejando diestramente un<br />

bisturí o la palabra dicha o<br />

escrita, para comunicar ideas<br />

propias y ajenas, pero luchando<br />

siempre por la vida nuestra como<br />

pueblo.<br />

Por esto, en este matutino<br />

abrevadero que me he impuesto<br />

compartir con usted, callejero<br />

lector, le anuncio que según<br />

el viento sopla, empujando<br />

fragancia de flores recién<br />

paridas y de hojas caídas que<br />

comienzan a descomponerse<br />

para reciclarse en nueva vida.<br />

Según las sinfonías de sonidos<br />

que, armónicamente, se arreglan<br />

entre el imperceptible rodar del<br />

terroncito de tierra, empujado<br />

por el brote de una planta nueva;<br />

el trinar de los pájaros mayores<br />

cantando, luego de satisfacer<br />

con alimentos el runrunear de<br />

sus pajaritos; el despertarse,<br />

sacudirse, menearse y corretear<br />

libre y graciosamente de<br />

terneros, turrengas y ardillas;<br />

el vendedor de los sauces,<br />

el amoratarse de las ceibas<br />

promocionando sus bototos y las<br />

sonrisas mañaneras y confiables<br />

que yo encuentro en todas las<br />

gentes nuestras que madrugan,<br />

me anuncian y les cuento sobre<br />

un NUEVO AMANECER.<br />

Es que me acabo de enterar,<br />

callejero lector, que ayer, en una<br />

forma que nunca se esperaba,<br />

se adjudicó la construcción de<br />

la Presa Carrizal Chone a la<br />

firma Coreana Daewoo. No se<br />

esperaba porque la Daewoo<br />

tenía los precios más bajos y<br />

porque las otras compañías<br />

intervinientes en la licitación<br />

andaban que movían el cielo y la<br />

tierra para conseguir el trabajo a<br />

precios más altos.<br />

Hubo una que pedía más del<br />

doble de lo que los técnicos del<br />

CRM habían calculado como<br />

costo, pero los miembros del<br />

Comité de adjudicación, en una<br />

acción ejemplar y deslumbrante,<br />

se decidieron por la oferta que<br />

más convenía a los intereses de<br />

Manabí y no particularmente a<br />

los de ellos. Le adjudicaron la<br />

hora del Carrizal Chone a la<br />

Daewoo, compañía coreana que<br />

presentó la oferta más baja con<br />

todos los informes técnicos a su<br />

favor.<br />

Los coreanos se comprometen<br />

a hacer la Presa con todas<br />

las garantías del caso, a un<br />

poquito menos de lo que los<br />

técnicos del CRM habían<br />

calculado, 793´100.000. Por<br />

lo que conozco, el Directorio<br />

no está equivocado en escoger<br />

esta oferta. La Daewoo, no<br />

ofrece la construcción más<br />

barata al cobrar menos de lo<br />

que calculaba el CRM por la<br />

construcción y la mitad de lo que<br />

pedían las compañías más caras,<br />

nada de eso.<br />

La Daewoo ofrece y se<br />

compromete a trabajar con los<br />

precios más equitativos y justos.<br />

Hacen la obra exactamente de<br />

acuerdo a las especificaciones<br />

y cobran lo que se considera el<br />

valor real de la construcción y<br />

sus gastos de administración y<br />

de garantía. Y lo pueden hacer<br />

a menor precio y con la misma<br />

o mejor calidad de las otras,<br />

porque es un grupo de gente<br />

consciente y obediente a una<br />

clara metodología humanística.<br />

Ellos proclaman que en la<br />

historia de la humanidad nunca<br />

ha habido milagros, ni se<br />

han aceptado las maravillas.<br />

Daewoo prefiere el sacrificio<br />

de cada uno, el interés de cada<br />

miembro de la organización,<br />

trabajos duros antes que fáciles<br />

y progreso antes que retroceso;


para participar activamente en<br />

la formación de un ambiente<br />

creativo para la humanidad.<br />

Daewoo ha comprendido<br />

que está haciendo todo lo<br />

posible para ganar una justa y<br />

equitativa cantidad de dinero<br />

para sus miembros, mientras<br />

se enfrentan con los grandes<br />

problemas de la humanidad, de<br />

forma responsable. Y lo están<br />

consiguiendo admirablemente.<br />

En menos de diez años, la<br />

Daewoo logró con esta filosofía<br />

de trabajo, convertirse de un<br />

grupo de cinco personas a otro<br />

de 35.000. Ahora pasan de los<br />

40.000. Son la compañía más<br />

grande de Corea y se igualan<br />

al café o banano del Ecuador<br />

porque constituyen la mayor<br />

fuente de ingreso del gobierno<br />

coreano por impuestos. En esos<br />

primeros diez años, Daewoo<br />

logró un incremento de su capital<br />

en 2.400 veces, de 5 millones a<br />

12 millones.<br />

Y no solamente que hacen<br />

represas u obras de Ingeniería<br />

Civil, son una maravilla del<br />

ingenio humano, que gracias<br />

a un fundamento de no perder<br />

la viada que el hombre tiene<br />

en su mundo, aceptar las<br />

responsabilidades y desafíos<br />

que a cada rato aparecen,<br />

tienen la manía de examinar<br />

minuciosamente el menor detalle<br />

de cualquier operación bajo la<br />

vista de un grupo de expertos,<br />

que luego de muchas discusiones<br />

pasa la voz al más indicado<br />

para ejecutarla.<br />

Un sistema de administración que<br />

ha sorprendido al mundo de los<br />

negocios, pues se da el caso de<br />

que la Daewoo compra fábricas<br />

y negocios que están quebrados<br />

y presto, en pocos meses los<br />

convierten en operaciones<br />

rentables.<br />

Todo esto me entusiasma,<br />

porque puedo atestiguar al<br />

reconocimiento de un pueblo<br />

que realmente resucitó de sus<br />

cenizas, pero me hace brincar<br />

de contento porque aquí se sabe<br />

que los miembros del Comité<br />

de Licitación del CRM y sus<br />

técnicos han sido sometidos a<br />

enormes presiones por parte de<br />

otras compañías, sin embargo,<br />

escucharon el llamado de sus<br />

tierras y escogieron lo que más<br />

conviene a Manabí.<br />

Este es el más claro indicio de<br />

que hay un nuevo amanecer, que<br />

debemos aprovecharlo y es mejor<br />

que nombremos a los autores<br />

de este hecho para que quede<br />

sentado su nombre en la lista de<br />

buenos manabitas.<br />

General retirado Agustín Mora<br />

Bowen<br />

Dr. Medardo Cevallos Balda<br />

Dr. Jacinto Khon Loor<br />

Sr. Cesar Rupperty<br />

Ing. Manuel Sarmiento<br />

Sr. Gustavo Uscocovich.<br />

Y este Pegaso montubio y<br />

callejero amigo suyo, transcriptor<br />

de todo lo que en las calles se<br />

dice y comenta, que de agache<br />

estuvo presente.<br />

Le ruego poner debajo su firma<br />

o rúbrica para significar que<br />

pasó a limpio este callejero<br />

comentario, pero por favor no<br />

mueva rápidamente su cabeza,<br />

porque me atarraya con su<br />

espléndida penumbra.


DESESPERANZAS<br />

EN LAS CALLES : Septiembre, 1980.<br />

En las calles nuestras, luego de<br />

que la Charca del Dr. Loor como<br />

así la calificó un periodista de<br />

antaño, tomó firma y se convirtió<br />

en el esplendente ejemplo de<br />

conquista de la tecnología,<br />

aparentándose con la naturaleza,<br />

la gente cayó en cuenta de la<br />

conveniencia de guardar el<br />

agua.<br />

Y así, sentadas las bases y<br />

casi logradas las realizaciones<br />

ofrecidas en Poza Honda,<br />

cuando aparecieron las<br />

posibilidades de nuestra segunda<br />

gran represa, con cinco veces<br />

más capacidad de embalse, el<br />

que menos se congratuló en lo<br />

apropiado de su nombre: Presa<br />

de Esperanza.<br />

De dónde vienen esos nombres<br />

tan decidores, le confieso que<br />

no lo sé. Supongo que de un<br />

recoveco del río Portoviejo o<br />

ciertamente de la confluencia<br />

de los esteros Punta de Peje,<br />

La charca, Mineral y Plata de<br />

Pájaro, se lo llamó Poza Honda<br />

y de allí el nombre porque pozas<br />

más o pozas menos, en ese sitio<br />

el Legislador Loor concretó su<br />

afiebrado decreto para dar agua<br />

potable a la zona central de<br />

Manabí.<br />

Sobre esto hay datos concretos<br />

que están claritos. Pero sobre<br />

todo de La Esperanza no los hay<br />

o yo no los conozco. En todo<br />

caso el nombre cae como anillo<br />

al dedo.<br />

Algunas cuadras arriba de la<br />

Parroquia Quiroga hay una<br />

doble encañonada que pareció<br />

se la ampara para almacenar<br />

las aguas de los ríos y esteros,<br />

Chinco, Julian, Seferino, Tierna<br />

y otros innombrables porque<br />

no los recuerdo a todos.Pero<br />

de alguna manera se llamó al<br />

futuro sitio como a la Presa de La<br />

Esperanza.<br />

Y siempre, partiendo de la<br />

experiencia inicial del embalse<br />

de Poza Honda, el futuro<br />

embalse de La esperanza creció.<br />

A diferencia de Poza Honda, no<br />

hay un claro gestor de la idea<br />

como lo fue el Doctor Loor. Y<br />

desde su inicio, el proyecto ha<br />

estado con la más grande mala<br />

pata contravía a su nombre.<br />

La Presa, por cierto, si algún<br />

día logra terminarse en vez<br />

de Esperanza debe llamarse<br />

Desesperanza, un nombre<br />

adecuado a lo que pudo haber<br />

sido y no fue. La desesperanza<br />

de una obra que ha adolecido<br />

de los males mayores de toda<br />

obra pública: El título de la<br />

burocracia.


ESTUDIANTES<br />

EN LAS CALLES : Agosto, 1980.<br />

Los estudiantes universitarios<br />

de la Provincia, conscientes de<br />

nuestro papel en el desarrollo<br />

de Cultura, comunicamos a<br />

la ciudadanía, que se intenta<br />

asaltar a la casa de la Cultura<br />

por parte de Dumar Iglesias<br />

Mata.<br />

Este sujeto, desde su niñez, se ha<br />

dedicado a explotar una forma<br />

de vida repudiable, so pretexto,<br />

de la cultura.<br />

Su natural andar, su<br />

perseverancia y olfato para<br />

encontrar encantos lo llevó a<br />

cometer fechorías por todos los<br />

pueblos de Manabí; vendiendo<br />

Diplomas al mejor Padre, mejor<br />

Ciudadano; solicitando dinero<br />

para programas culturales<br />

que nunca se realizaban o<br />

los realizaba él con otros<br />

enmascarados sinvergüenzas;<br />

promoviendo giras culturales con<br />

dinero solicitado a personas e<br />

instituciones pero usados para<br />

subsistir.<br />

No se sabe cómo pasó la<br />

escuela, pero en el Colegio<br />

Olmedo, fue un pésimo<br />

estudiante y logró escalar los<br />

cursos gracias al descubrimiento<br />

del gran poder de tolerancia de<br />

las personas.<br />

Se inventó agrupaciones de<br />

nombres rimbombantes como<br />

la Asociación de Artistas<br />

Manabitas, de la cual fue su<br />

Presidente y en la que además de<br />

permitirle terminar su secundaria,<br />

realizó verdaderas hazañas de<br />

audacia como la de robarse un<br />

piano de la Casa de la Cultura.<br />

Llegado a la Universidad, lo<br />

hace en Guayaquil, costea sus<br />

estudios, gracias a otra falsa<br />

organización que fue una ofensa<br />

para los estudiantes manabitas,<br />

la Asociación de Estudiantes<br />

Manabitas de la cual siempre fue<br />

su Presidente y único miembro<br />

activo.<br />

Con esta fachada, descubre<br />

la mina de los homenajes y<br />

explota con mucha habilidad la<br />

afectividad humana derrochando<br />

homenajes a quienes lo<br />

merecían, gratis o con modestas<br />

ayudas económicas y a quienes<br />

no lo merecían pero lo deseaban<br />

cobrándoles directamente o<br />

engañándolas con el cuento de<br />

que había que hacer gastos.<br />

Es imperdonable que por tantos<br />

años se tomara nuestro nombre<br />

para explotarlo en provecho<br />

propio.<br />

Y a cada paso su audacia se<br />

equipará únicamente con sus<br />

deseos de figuración llegando<br />

al colmo de auto homenajearse<br />

mediante engaños.


Luego, por cansancio,<br />

obtiene su título de Abogado<br />

y muchos pensamos que ya<br />

teniendo una herramienta<br />

de trabajo se iba a dedicar<br />

a desarrollar honradamente<br />

una carrera profesional. Pero<br />

lamentablemente no es así y<br />

regresa a Portoviejo a reeditar<br />

sus negociados en escala cada<br />

vez mayor.<br />

Encapuchado como periodista de<br />

una Agencia de Prensa, consigue<br />

contratos de varias Instituciones<br />

para difundir sus actividades,<br />

pero su avaricia e inmoralidad<br />

le hacen morder la mano de su<br />

amo.<br />

También recurre a su probada<br />

modalidad de ganarse la vida<br />

parapetado en una organización<br />

y forma la Sociedad Jurídico<br />

Literaria de Manabí, de la que<br />

como siempre es su Presidente y<br />

único miembro activo. Ella es su<br />

disfraz para llegar a intentar su<br />

más audaz atraco: la presidencia<br />

de la Casa de la Cultura de<br />

Manabí.<br />

Para intentarlo, pacientemente<br />

ha procedido a dividir a<br />

los miembros de la Casa<br />

con intrigas, homenajes y<br />

condecoraciones.<br />

Y recientemente, falsificando las<br />

firmas de once personas que,<br />

supuestamente, pedían a la<br />

matriz que sean admitidos como<br />

miembros.<br />

Por todo esto y la larga cadena<br />

de ofensas a nuestra Cultura que<br />

este audaz sujeto ha realizado,<br />

lo denunciamos ante la opinión<br />

publica como un explotador de<br />

nuestra tolerancia. Y apelamos a<br />

los miembros de la Subdirección<br />

de la Casa de la Cultura en<br />

Manabí para que no permitan<br />

que tan nefasta audacia se<br />

consuma.<br />

Si el Dr. Ángel Amen Palma, un<br />

honrado caballero sin la menor<br />

tacha y con inmensas cualidades<br />

y méritos profesionales, culturales<br />

y científicos, ha aceptado el<br />

pedido de la mayoría de los<br />

miembros de la Casa; nosotros,<br />

los estudiantes universitarios,<br />

creemos que eligiendo al Dr.<br />

Amen se estará haciendo justicia<br />

a la Cultura Manabita y se<br />

evidenciará claramente a un<br />

falso, repugnante, explotador y<br />

negociador de nuestra actividad<br />

cultural.


EL TUNEL DEL AMOR<br />

EN LAS CALLES : Agosto, 1980.<br />

En las calles nuestras, no hay<br />

mejor manera de llamar la<br />

atención que metiendo la pata.<br />

Cosa que se explica porque, por<br />

naturaleza, los hermanos estamos<br />

predispuestos a criticar antes que<br />

a aplaudir. A señalar, antes que<br />

meternos dentro del campo del<br />

Spot light para que nos señalen.<br />

Hace rato, callejero lector, que<br />

yo he estado pendiente de una<br />

reacción de los callejeros amigos<br />

nuestros para darle la bienvenida<br />

a ese pujante y esperanzador<br />

esfuerzo que significa nuestro<br />

colega vespertino La tarde.<br />

Pero, o están nublados mis lentes,<br />

o nada realmente aparece.<br />

Yo pienso que es un gran<br />

esfuerzo y bien logrado para<br />

darnos mas asideros a esta gran<br />

necesidad de comunicarnos.<br />

Y pienso que La tarde es<br />

un remanso fresco para<br />

lograrlo, cuando con excelente<br />

presentación y contenido nos<br />

trae, antes de que se acabe el<br />

día, informaciones y noticias<br />

importantes y además un buen<br />

caudal de cosas escritas o<br />

descritas con las que, en la<br />

tarde, nos completaríamos.<br />

Tenía en mente la nueva manera<br />

de presentación de un periódico,<br />

con la magnífica forma de sacar<br />

provecho al espacio, escogiendo<br />

titulares y sacándole el jugo a las<br />

fotos. Pero nadie me dijo nada,<br />

hasta que encontraron motivos<br />

para señalar donde metieron la<br />

pata. En el Túnel del Amor.<br />

En la sección Instantáneas se<br />

quiere decir y en efecto se dice<br />

que, está mal que la gente<br />

nuestra que se enamora, se<br />

citen en los rincones del Parque<br />

Central, o lo que queda de<br />

él, para abrazarse y darse un<br />

callejero beso. Y se va más lejos,<br />

invitando a los padres de familia<br />

para que por allí se den una<br />

vuelta, puesto que a lo mejor allí<br />

encuentren a una de sus hijas y<br />

siendo así, derechito se la lleven<br />

al Registro Civil para formalizar<br />

un casamiento, se entiende.<br />

Me acojo, callejero lector, a<br />

quienes indican que ésta es una<br />

tremenda metedura de pata,<br />

con la que se empina nuestro<br />

colega La Tarde llamando nuestra<br />

atención.


El amor es un hecho ineludible,<br />

que nada ni nadie lo puede<br />

detener, felizmente, porque es<br />

espontáneo. Y un varón y una<br />

mujer, tarde o temprano, se<br />

encuentran en cualquier parte.<br />

Entonces, qué mejor que esto<br />

ocurra a la vista de todos, en<br />

nuestro Parque Central.<br />

Allí, precisamente en el túnel del<br />

Amor, cobijados por las sombras<br />

acogedoras de centenarias<br />

veraneras. Qué mejor sitio para<br />

que ocurra el primer cauteloso<br />

beso o las palabras mayores de<br />

un formal compromiso.<br />

Le cuento, callejero lector, que<br />

por razones de trabajo, yo<br />

tengo que cruzar el Parque<br />

Central antes de la entrada<br />

de los Colegios Nocturnos y<br />

específicamente la del Olga<br />

Vallejo, que funciona en<br />

la Escuela Tiburcio Macías<br />

colindante del Parque.<br />

En efecto hay muchas parejitas<br />

conformadas por estudiantes de<br />

este Colegio que se contorsionan<br />

en el acto del amor explorándose<br />

y amándose.


QUIEN CON MUCHACHOS SE ACUESTA<br />

EN LAS CALLES : Agosto, 1980.<br />

En las calles nuestras, todos<br />

conocemos el poder de los<br />

refranes. Son pildoritas de vida<br />

que, en dos o tres elocuentes<br />

frases recogidas por la<br />

experiencia, dicen igual o más<br />

que un enjundioso libro.<br />

Y esto se nos hace presente<br />

cuando, a pocos días, el<br />

Diario recogió una inquietud<br />

compartida por algunas<br />

personas, sobre la inactividad<br />

del Comité pro Trasvase del<br />

Daule Peripa, gestado por<br />

estudiantes de nuestra UTM.<br />

Riesgosa manera de abordar<br />

un delicado tema, pero que<br />

esperamos se la comprenda<br />

como un medio para aclarar las<br />

cosa. En otras palabras, paciente<br />

lector, nuestros estudiantes<br />

Universitarios ya tienen sus<br />

alforjas llenas con el enorme<br />

problema de educarse dentro<br />

de una Universidad carente de<br />

un decisivo apoyo del Estado.<br />

Un Alma Mater abandonada a<br />

su propia suerte, sin recursos<br />

suficientes para cumplir con las<br />

exigencias de nuestra realidad<br />

socioeconómica.<br />

Centenares de estudiantes que,<br />

a más de lidiar los problemas<br />

que su formación académica<br />

representan, tienen que ayudar<br />

de alguna manera a llenar el<br />

canasto familiar y que su natural<br />

espíritu y vitalidad no les permite<br />

quedarse quietos ante los graves<br />

problemas de la comunidad.<br />

Su participación en la búsqueda<br />

de soluciones a nuestros<br />

problemas de desarrollo, tiene,<br />

por aquello, que ser recibida<br />

como una generosa intención,<br />

pero en ningún momento<br />

debe ser una obligación ni un<br />

compromiso. Bastante hacen<br />

modelándose para ser nuestros<br />

futuros conductores y tanto<br />

necesitaremos de ellos mañana<br />

que es prematuro exprimirlos<br />

hoy.<br />

Tenemos que destacar y<br />

agradecer su presencia y<br />

predisposición para ayudarnos<br />

en la búsqueda de nuestras<br />

soluciones, podemos exigirles o<br />

responsabilizarlos de aquello.<br />

Pero, además hay otra cosa,<br />

callejero lector, que me arriesgo<br />

a enunciarla y espero que la<br />

tome simplemente como una<br />

opinión.<br />

Es una linda causa pelear por los<br />

intereses de Manabí, cuando la<br />

razón nos asiste, pues gran parte<br />

de las aguas del Daule Peripa se<br />

originan en las tierras manabitas.<br />

Aguas arriba de San Victoria y<br />

San Ramón, todo el Río Daule es<br />

nuestro y como río limítrofe, la<br />

mitad del Peripa nos pertenece.<br />

Esto nadie lo puede negar. Y con<br />

justicia podemos reclamar esas<br />

aguas como nuestras.<br />

Pero hay un asunto de fondo,<br />

callejero y cívico amigazo.<br />

Fuera de la cosa natural y<br />

espontánea de pelear por lo que<br />

nos pertenece, no existe, que<br />

yo conozca, ninguna clara y<br />

cimentada evidencia que sustente<br />

técnicamente la necesidad del<br />

trasvase de esas aguas.<br />

Averigüe usted cuántas hectáreas<br />

de tierra pueden ser cultivadas<br />

con riego en los valles del<br />

Portoviejo y Carrizal Chone y<br />

luego divida la cantidad de agua<br />

que contienen los embalses de<br />

Poza Honda y la Esperanza.<br />

El resultado de esta operación,<br />

quitándole lo que se usa en agua<br />

potable que es mínimo y lo que<br />

se pierde por evaporación e<br />

infiltración, le dará una clara<br />

idea de la verdadera situación<br />

del problema de agua en<br />

Manabí.<br />

Tenemos cien millones de metros<br />

cúbicos en Poza Honda y<br />

cuatrocientos en la Esperanza.<br />

Quinientos millones, de los cuales<br />

podemos descontar cien millones<br />

que se pierden por evaporación<br />

e infiltración. De los cuatrocientos<br />

que nos quedan saquemos diez<br />

para agua potable, que es<br />

bastante y tenemos trescientos<br />

noventa millones de metros<br />

cúbicos de agua para regar<br />

nuestros cultivos.


En el valle de Poza Honda,<br />

se estima que hay doce mil<br />

hectáreas a regarse por<br />

gravedad y en el Carrizal Chone<br />

dieciocho mil hectáreas.<br />

Un gran total de treinta mil<br />

hectáreas aptas para el riego por<br />

gravedad.<br />

Divida usted, callejero lector,<br />

los trescientos noventa millones<br />

de metros cúbicos de agua,<br />

que tenemos para las treinta mil<br />

hectáreas que puedan cultivarse<br />

y le quedan? metros cúbicos por<br />

hectárea.<br />

Un verdadero diluvio que<br />

perdería cualquier cultivo.<br />

Entonces, queda claro que<br />

realmente no necesitamos el<br />

trasvase del Daule Peripa puesto<br />

que con nuestros dos embalses<br />

nos sobra el agua que se<br />

demuestra con cifras. De allí, que<br />

afirmemos callejero lector, que<br />

el trasvase no es necesario o por<br />

lo menos hasta este momento no<br />

ha sido justificado por ningún<br />

estudio apropiado.<br />

Con lo que resulta, que la<br />

valiosa iniciativa de los jóvenes<br />

estudiantes es esplendorosa y es<br />

buen indicador de su interés y<br />

patriotismo, pero se sale de la<br />

realidad nuestra.<br />

Mas, como en realidad se<br />

pueden hacer dos cultivos al año,<br />

digamos que hay que dividir<br />

para sesenta mil hectáreas. Lo<br />

que da seis mil quinientos metros<br />

de agua por riego por hectárea.<br />

Una verdadera inundación, que<br />

no permitiría ni siquiera cultivar<br />

arroz.<br />

Pero usted, que es avispado,<br />

ya se habrá dado cuenta que<br />

ésta, es solo una manera de<br />

hacer las cuentas y lo que ocurre<br />

con la experiencia de varios<br />

años de riego de Poza Honda<br />

es que se desperdicia el agua<br />

en los canales. Por cada diez<br />

litros aflojados en la Salazar<br />

Barragán, solo uno alcanza a<br />

pasar por Portoviejo.<br />

Y el sistema de riego por surcos,<br />

que es el que más usamos,<br />

consume diez veces más que un<br />

riego por goteo, que es el que<br />

menos agua desperdicia.<br />

Esa mala administración de las<br />

aguas es la que justificaría el<br />

trasvase. Pero aquí viene la gran<br />

decisión. Si no cambiamos esta<br />

manera de derrochar el agua<br />

nuestra de aquí a diez años, en<br />

que puede entrar a funcionar<br />

el trasvase, o sería demasiado<br />

tarde para rehabilitar nuestros<br />

desiertos o ya no nos alcanzaría<br />

ninguna cantidad de agua.<br />

Entonces por qué me pregunto<br />

yo, no cogemos al toro por los<br />

cuernos y encaramos de frente<br />

nuestro verdadero problema y<br />

comenzamos a administrar bien<br />

nuestras aguas.<br />

Consulte usted con un técnico o<br />

con un agricultor experimentado<br />

y pregúntele cuántos metros<br />

cúbicos de agua se requiere para<br />

sacar un cultivo por aspersión,<br />

multiplique esto por las treinta mil<br />

hectáreas regadas dos veces al<br />

año y se dará cuenta lo que le<br />

quiero probar.<br />

Por mi parte, yo he consultado<br />

con expertos Israelitas,<br />

que son quizás los mejores<br />

administradores de aguas para<br />

riego en el mundo. Ellos me<br />

han dicho que los quinientos<br />

millones de metros cúbicos que<br />

tendríamos en los dos embalses,<br />

bien administrados y con un<br />

trasvase de La Esperanza a<br />

Poza Honda o directamente<br />

por Danzarín o El Guarango,<br />

aumentarían las áreas regadas<br />

y con tal de que, por una sola<br />

vez se llenen los embalses, nos<br />

alcanzaría para regar dos y tres<br />

veces al año por lo menos seis<br />

años consecutivos.


Es la vaca de un señor Alemán, eran vacas excelentes, animales finos. Me acuerdo que alguna vez cuando era el<br />

cumpleaños del viejito Karl, del dueño. Y yo escribí en cartelitos pequeños “HAPPY BIRTHDAY KARL” y se las amarré al<br />

rabo de la vaca. El no veía muy bien por lo que se acercó a la vaca, se quedó viendo la letra, giró a verme y sonrió.


DESGRANANDO VIDAS<br />

EN LAS CALLES : Abril, 1978.<br />

En las calles nuestras, el desgranar<br />

es cosa conocida porque, tarde<br />

o temprano, a los nativos de aquí<br />

nos tocó desollarnos las manos<br />

desgranando maíz.<br />

No hay nadie que sea manabita<br />

de cepa que no haya desgranado<br />

una mazorca o un fruto. De allí<br />

que cuando decimos, desgranando<br />

vidas, en las calles se entiende<br />

que nos referimos a lo facilito con<br />

que se descuajan las vidas de la<br />

gente nuestra, desgranándose de<br />

la mazorca que viene a ser nuestra<br />

sociedad.<br />

Y como el dedo pulgar que es el<br />

más importante aprendiz de la<br />

mano en el desgranar de granos,<br />

los carros son los principales<br />

medios por donde se desgranan<br />

las vidas de la gente nuestra.<br />

Hoy existen estadísticas a nivel<br />

mundial que comprueban que los<br />

carros, y en general, los vehículos<br />

motorizados, han sido el medio<br />

o instrumento más mortal de la<br />

tierra. Más gente ha muerto dentro<br />

o fuera de un carro, por su uso o<br />

abuso, que atravesado por balas<br />

de la más rápida y mortífera<br />

amortajadora gama inventada.<br />

Como andan las cosas aquí y en<br />

cualquier parte, embarcarse en<br />

un carro es tan peligroso como<br />

encender un cigarrillo.<br />

Es difícil asegurarse, que en vez<br />

de una chispa, le salga un tiro y<br />

rapidito lo desgranen de la pelotita<br />

de tierra en que vivimos.<br />

Por eso, callejero lector, me tomo<br />

el tiempo para proponer juntarnos<br />

en este sentido y resolver el caso<br />

del desgranarse de vidas que<br />

estamos soportando. Tenemos que<br />

movernos más organizadamente y<br />

ahorita es el momento para pensar<br />

en la Comisión de Tránsito de<br />

Manabí.<br />

Tenemos una nueva autoridad<br />

del tránsito en Manabí, pero<br />

solitico, no puede lograr nada.<br />

Qué le parece entonar, si nos<br />

juntamos con este caballero para<br />

conversar y ver si sacamos algo de<br />

provecho.<br />

Es imperiosamente urgente que<br />

entre las autoridades de policías<br />

que están obligadas a controlar<br />

el tránsito y entre nosotros<br />

los desgraciladores, mortales<br />

pagadores del parto con esas<br />

pistolas que parecen encendedores<br />

de cigarrillos.<br />

Lamentablemente, no existen<br />

localmente estadísticas confiables,<br />

para mostrar el número de victimas<br />

causadas por o en vehículos<br />

motorizados, pero parece que<br />

no hay día en que a un callejero<br />

lector nuestro no le toque el turno<br />

de irse frio y tieso, columpiándose,<br />

en un ataúd sobre los hombros de<br />

sus amigos hasta el cementerio.<br />

Y como en los carros, casi<br />

siempre, va más de una persona,<br />

de cuando en cuando los carros se<br />

nos llevan gente de bastante.<br />

Y sin embargo, qué estamos<br />

haciendo para evitar o disminuir<br />

este mortecino desgranarse de<br />

importantes y queridas vidas<br />

nuestras.<br />

NADA que se note<br />

NADA que de resultado.<br />

Y no existe, siquiera, la remota<br />

posibilidad de pedirle al Sr. Jefe<br />

de Tránsito que actúe, porque no<br />

lo puede hacer efectivamente aún<br />

si así lo quisiera.<br />

Este es un problema tan complejo,<br />

que nos abarca a todos. TODOS<br />

los ciudadanos tenemos la culpa<br />

en este desgranadero de vidas.<br />

De allí, que los remedios y las<br />

recetas definitivas tienen que


comenzar tanto de nosotros como<br />

personas, como de nosotros como<br />

Instituciones.<br />

Pero, ¿cómo convencernos de que<br />

ha llegado la hora de actuar para<br />

frenar la muerte sobre ruedas?<br />

Cómo puedo pedirle a usted,<br />

callejero lector, que no se<br />

embarque en un carro si no es<br />

estrictamente necesario.<br />

Cómo pedirle que, en distancias<br />

cortas, es más saludable y<br />

económico que camine.<br />

Cómo pedirle que antes de<br />

embarcarse a conducir un<br />

carro, hay que tener el hábito<br />

de conducirlo bien. Porque<br />

manejar un carro de manera<br />

segura, es un proceso largo de<br />

acondicionamiento psicomotor que<br />

se convierte en una actuación casi<br />

automática el conductor.<br />

Cómo hacerle ver, que antes<br />

de embarcarse a un carro<br />

hay que darse cuenta de que<br />

ofrece seguridad; de que sus<br />

mecanismos están en buen orden<br />

de funcionamiento<br />

Sabe usted que en Suecia, uno<br />

de los países que tiene menores<br />

accidentes de tránsito, un<br />

conductor puede perder su licencia<br />

de manejo, sin el cinturón de<br />

seguridad, si fuma mientras maneja<br />

o si sus luces están empolvadas.<br />

Aquí se meten debajo del asiento<br />

los cinturones de seguridad, no<br />

solo que se fuma mientras se<br />

maneja, sino que se toma y quién<br />

diablos se preocupa de limpiar las<br />

luces de nuestros carros.<br />

Cómo decirle, callejero lector,<br />

que en las escuelas se deben<br />

enseñar a los niños la manera de<br />

comportarse en las calles.<br />

Cómo se puede apelar, ante el<br />

Sindicato de Choferes, para que<br />

en la MINI-LAICA de aprender<br />

a manejar profesionalmente se<br />

tengan profesores que sepan<br />

manejar bien.<br />

Cómo podemos interesar a<br />

nuestros Concejales Cantonales<br />

para que exijan, que en las calles<br />

nuestras se observe la ley de<br />

tránsito, tanto por los conductores<br />

como los transeúntes.<br />

Cómo se puede intentar, siquiera,<br />

pedirles a los mecánicos de<br />

nuestros carros, para que tengan<br />

la valentía y entereza de reparar<br />

nuestros carros seguramente,<br />

antes que remendarlos para que<br />

funcionen momentáneamente.<br />

En este rosario de CÓMOS, que<br />

aquí le planteo, callejero lector,<br />

solo queda el único al que yo<br />

puedo responder.<br />

CÓMO evitar que este callejero<br />

amigo suyo, escribiente y relator<br />

de lo que se dice y comenta<br />

en las calles nuestras, se<br />

achicharre dentro de un carro o<br />

fuera por culpa de él. Simple y<br />

sencillamente, como a los toros,<br />

yo los veo desde lejos, pero me<br />

preocupa y me duele vivir con una<br />

amenaza sobre ruedas.<br />

Así que, a más de mantener una<br />

prudencial distancia de los estados<br />

mecánicos, estoy listo alerta y<br />

dispuesto a hacer lo que pueda<br />

para evitar este desgranarse de<br />

valiosas vidas nuestras, si usted me<br />

hace, callejero lector.


Alguna vez escribí una poesía con la que gané el primer premio, en un concurso que se llamaba POEMA MURAL<br />

ILUSTRADO. El título propiamente de la poesía era HERMANO MONTUBIO y hacía alusión a la añoranza del retorno de<br />

los que se fueron. Decía algo así como: te estoy llamando desde el fondo de mi desesperanza, pero se me escapa ahora.<br />

Había una señora, una profesional de bastante calibre, quien trabajaba para la ONU, ella se la sabía de memoria.<br />

Nancy recítame le decían y ella la recitaba muy bonito


INVADIENDO TERRENOS<br />

EN LAS CALLES : Junio, 1979.<br />

En las calles nuestras, la gente<br />

sabe que las cercas que limitan<br />

nuestros terrenos se cambian por<br />

muchas razones.<br />

La más espinosa y difícil de<br />

resolver, es que las piñuelas<br />

crecen del otro lado en que las<br />

cortan. Callejera expresión,<br />

que denota el hecho que un<br />

terreno bien cuidado fácilmente<br />

se agranda cuando los vecinos<br />

descuidan sus tierras. En muchos<br />

otros casos, no hay cercas y<br />

quien las pone primero tarde o<br />

temprano tiene más tierra.<br />

Callejera manera, para tocar el<br />

caso de la desesperante manera<br />

como aquí venimos luchando<br />

para que se mejore nuestra<br />

agricultura y que motivó la<br />

reacción de un amigo ingeniero<br />

agrónomo nuestro, cuando a<br />

raíz de nuestros escritos sobre<br />

mejores maneras de riego,<br />

visiblemente preocupado, se<br />

aventó a decirnos que nosotros<br />

al hablar sobre técnicas de riego<br />

estamos invadiendo terrenos que<br />

no nos competen.<br />

De frente y botando al suelo las<br />

trancas del sentido común, un<br />

rubicundo y abultado burócrata<br />

nuestro sacó la cara por sus<br />

colegas y nos puso una raya,<br />

anotando que estábamos<br />

invadiendo sus campos de<br />

acción. Invadiendo terrenos que<br />

no nos competen, con justicia y<br />

aparente razón,<br />

el abultado ingeniero agrónomo<br />

de marras, callejero lector<br />

nuestro, anotaba una gran<br />

verdad que en las calles se<br />

resume en el dicho de zapatero a<br />

tus zapatos.<br />

Gran cosa que, si fuera puesta<br />

en práctica entre nosotros,<br />

sería fabulosa si cada uno<br />

cumpliéramos cabalmente con lo<br />

que a cada uno nos toca hacer<br />

responsablemente.<br />

Pero, por diez mil razones, hube<br />

de responderle a mi amigazo<br />

interlocutor que no es el caso<br />

de que aquí se pretenda invadir<br />

terrenos que no nos competen,<br />

cuando hablamos sobre técnicas<br />

de riego.<br />

La gran verdad y realidad<br />

nuestra es que estamos tratando<br />

de incentivar o despertar<br />

inquietudes sobre nuevas<br />

prácticas de riego, como en<br />

campos vírgenes o abandonados<br />

por la falta de interés de los<br />

técnicos nuestros.<br />

Cualquier persona que pueda<br />

leer y escribir y mejor, si lo<br />

hace en más de un idioma, que<br />

tenga paciencia y dos sucres<br />

para suscribirse a Agricultura<br />

de Las Américas, Servicio<br />

de Información Técnica de<br />

Cendes, Times, Bussines Week,<br />

Farmers Journal, International<br />

Trade, Intermedia Technologies,<br />

Selecciones o Vistazo al<br />

primer mes de recibir estas<br />

publicaciones ya se da cuenta<br />

que agrícolamente andamos muy<br />

atrasados.


Pero si a más de eso, luego<br />

de digerir tanta información,<br />

todos los días en el campo o<br />

en la ciudad, por motivos de<br />

su ocupación, reverentemente<br />

escucha el vía crucis de nuestros<br />

agricultores que, con pesada<br />

cruz, se quejan de cargar la falta<br />

de asistencia técnica y no atinan<br />

donde dar el próximo paso.<br />

Esa persona, que puede ser<br />

usted o yo, callejero lector, tiene<br />

sobrado derecho para tratar de<br />

hacer algo donde otros que, a<br />

costa de nuestro bolsillo, fueron<br />

entrenados para hacer algo y no<br />

hacen nada o muy poco.<br />

El país gasta enormes cantidades<br />

de dinero suyo y nuestro para<br />

darles instrucciones muy costosas<br />

a nuestros técnicos agropecuarios<br />

y entregarles el saber que les<br />

permita producir más y mejor<br />

en la agricultura o enseñarnos a<br />

hacerlo.<br />

Correspondía pensar, que cada<br />

uno de los técnicos nuestros,<br />

armados de tanta costosa<br />

instrucción, se iría a los campos<br />

nuestros y a medias, o a como<br />

dé lugar, pondría en práctica<br />

sus conocimientos para ganar<br />

plata y elevar nuestra producción<br />

agrícola. Pero ese no es el caso<br />

y en Manabí nuestros costosos<br />

Ingenieros agrónomos no salen<br />

de la universidad a poner en<br />

práctica sus conocimientos para<br />

mejorar nuestra producción.<br />

No calzan en una mano, los<br />

ingenieros agrónomos nuestros<br />

que se hayan dedicado a<br />

explotar su profesión, poniendo<br />

en práctica sus conocimientos y<br />

hayan tenido éxito. Casi todos<br />

están de profesor o calentando<br />

puestos burocráticos.<br />

Entonces, quién puede<br />

increparnos que estamos<br />

invadiendo campos que no nos<br />

competen, si ellos por ningún<br />

lado aparecen.<br />

Y si acaso, llegan a la tronga de<br />

la propiedad de un agricultor, tal<br />

cual lo ha dicho el más eficiente<br />

y autodidacta agricultor nuestro<br />

Sr. Héctor Álava, hasta allí no<br />

más llegan.<br />

No se si me explico bien,<br />

callejero lector, que entre<br />

nosotros son tan baratos los<br />

cartones que otorgan títulos, que<br />

cualquier persona les da largo a<br />

los titulados.<br />

Por eso yo le respondo a mi<br />

callejero y gordote titulado<br />

amigo agrónomo, que no se<br />

trata de invadir terrenos que<br />

nos competen, se trata de<br />

aprovechar terrenos que ustedes<br />

no los han tomado en cuenta,<br />

de angustiosamente y a como<br />

dé lugar sacarle provecho a<br />

nuestros terrenos, que aún no han<br />

sido tomados en cuenta por los<br />

técnicos nuestros.<br />

No ve, callejero lector, que ellos<br />

ni rajan, ni prestan el hacha.


ATROPELLO CULTURAL<br />

EN LAS CALLES : Septiembre, 1980.<br />

En las calles nuestras, la cultura<br />

es realmente lo único de valor<br />

que tenemos.<br />

Cosa fácil de decir pero difícil<br />

de explicar porque la CULTURA,<br />

es un rimerón de cosas sin<br />

forma, color, ni sabor, que las<br />

sentimos en menor o mayor<br />

grado según nuestra capacidad<br />

de percepción y entendimiento.<br />

Una cosa grandiosa que ha sido<br />

atropellada mañosamente.<br />

No se me adelante, callejero<br />

amigazo, pensando que voy<br />

a referirme a lo que sabemos<br />

ocurrió aquí en Portoviejo hace<br />

pocos días. No, pese a que no<br />

nos faltan ganas, no podemos<br />

referirnos a un hecho que es<br />

parte de un proceso natural.<br />

Debo referirme al caso concreto<br />

de un anuncio televisado<br />

mediante el cual CEPE<br />

promociona la gasolina de<br />

92 octanos de la manera más<br />

ofensiva.<br />

Para convencernos a los<br />

ecuatorianos que esta nueva<br />

gasolina es mejor y debemos<br />

consumirla, nuestra empinada<br />

Corporación Petrolera escoge<br />

a un personaje extranjero.<br />

Un sujeto totalmente ajeno a<br />

nosotros, por su apariencia,<br />

acento y manera de comportarse,<br />

nos habla de carbón en los<br />

pistones y cabezote y no destruye<br />

el escape.<br />

Piense usted, callejero lector, por<br />

qué no se usa, para hacernos<br />

comprender algo, a usted o<br />

a mí, que nos curtimos aquí y<br />

somos nuestros. A cualquiera<br />

de nosotros, que mal o bien,<br />

pero sudando la gota gorda<br />

por centurias hemos forjado<br />

una cultura nuestra, que tiene<br />

valor equis para cualquiera pero<br />

infinita para nosotros.<br />

En vez de ello se recurre a la<br />

dependencia extranjera, que<br />

pensábamos hace ratos había<br />

desaparecido, por lo menos en el<br />

aspecto Cultural.<br />

Se me arruga como pasa el<br />

alma, callejero amigazo, que<br />

de tan soslayada manera se nos<br />

ofenda usando a un personaje<br />

extranjero para que nos diga<br />

algo tan sencillo y fácil de<br />

comprender.


Es más; como esta gasolina por<br />

su precio y calidad no es para<br />

uso de la gran mayoría sino de<br />

un sector, que se supone, en<br />

parte a sus recursos económicos,<br />

a sus conocimientos, destreza o<br />

lo que quiera que sea necesario<br />

puede comprar y mantener un<br />

vehículo de calidad.<br />

Es decir, que el anuncio no va<br />

dirigido a los que tenemos que<br />

caminar a pie, o hincar con una<br />

hoja de piñuela a un burro para<br />

que se anime, encaramarnos en<br />

una bicicleta o pagar la inflada<br />

tarifa de un transporte urbano<br />

o interprovincial. Va dirigido a<br />

gentes, que se supone, son más<br />

leídos y educados que nosotros.<br />

Y contra ellos, de frente, se les<br />

lanza semejante atropello cultural<br />

y de parte de una Entidad al más<br />

alto nivel.<br />

Esto no puede ser pasado por<br />

alto, callejero lector, ya que es<br />

realmente una cuestión de fondo<br />

que atenta a nuestro patrimonio<br />

Cultural y demuestra que no hay<br />

solidez ni consistencia de parte<br />

del Gobierno del Descambio.<br />

Si doña Martha sale en TV y<br />

nos dice, en su confianzuda y<br />

contagiosa manera, que vale<br />

la pena que ayudemos a Jaime<br />

usando la nueva gasolina,<br />

se lo juro, callejero lector,<br />

que enseguidita por lo menos<br />

yo me compro uno de esos<br />

encendedores Zipo, que con una<br />

buena gasolina en su mecha<br />

se encienden en el más fuerte<br />

ventarrón o, si el miércoles<br />

me saco la lotería, de hecho<br />

me compro un mechita para<br />

alimentarlo solo con la nueva<br />

gasolina, invitando a usted para<br />

dar vueltas por la ciudad.<br />

Pero si CEPE nos ofende y<br />

apabulla con este mentado<br />

comercial, ofensivo a nuestro<br />

patrimonio cultural, suponiendo<br />

que más caso le hacemos a un<br />

extranjero, entonces de verdad le<br />

digo que me da coraje.<br />

Me hincho, trastabilleo, me<br />

incómodo y no estoy a gusto.<br />

Entonces, callejero lector, si<br />

a usted le ocurre lo mismo<br />

o similar, porque no coge el<br />

teléfono y llama a uno, o a todos<br />

nuestros Representantes en la<br />

Cámara para que ese atentatorio<br />

y ofensivo aviso televisado<br />

se lo corte y no se repita este<br />

vergonzoso atentado a nuestra<br />

ecuatorianidad.<br />

Hágalo. Por favor hágalo,<br />

callejero amigazo


LOS PROBLEMAS DE POZA HONDA<br />

EN LAS CALLES : Junio, 1979.<br />

En las calles nuestras, afloró<br />

nuevamente el rumor de que<br />

la Represa de Poza Honda se<br />

puede venir guarda abajo,<br />

con lo que el que menos de<br />

los callejeros lectores nuestros,<br />

desde Ayacucho hasta Crucita,<br />

quedaría empapado y muy<br />

asustado y solo Dios sabe a<br />

dónde irían a dar.<br />

Más, no se asuste ni se suba<br />

al techo de su casa, amigo<br />

nuestro, peor comprarse un bote<br />

o comenzar a encaramarse en<br />

las lomas, porque las bolas que<br />

están rodando se originan en<br />

problemas de mantenimiento que<br />

tiene solución.<br />

Con todo y por si acaso, para<br />

estar súper seguro, ya se ha<br />

notificado a la Strabag Ban que<br />

venga y le dé el manteamiento<br />

que requiere normalmente.<br />

Así que aguántese donde<br />

está, callejero lector, que falta<br />

bastante para ir dando tumbos<br />

agua abajo.<br />

Pero esto, no quiere decir<br />

que Poza Honda, o lo que<br />

fue Poza Honda, nuestro<br />

querido Organismo propulsor<br />

de esta gran obra y de su<br />

aprovechamiento por la gente<br />

del valle, el gran hijo mayor del<br />

CRM y la eficiente y orgullosa<br />

Comisión de Poza Honda, ahora<br />

desmejorada y desheredada<br />

en un simple departamento,<br />

no tenga problemas. Los tiene<br />

bastantes y son grandotes.<br />

Todos vienen a raíz del CAMBIO;<br />

de la reorganización del CRM<br />

que encabezada por un cantarín<br />

y bailador Gobernador nuestro,<br />

ha venido a desmembrarla,<br />

minimizarla, enredarla y<br />

confundirla.<br />

Asuntos netamente personales<br />

y mezquinos pesaron más que<br />

los elevados fines que, en todos<br />

los miembros de La Comisión de<br />

Poza Honda eran carne: Elevar<br />

el nivel de vida del hombre de<br />

la Región. Ese es el comienzo de<br />

todos los graves problemas, que<br />

el Sistema Poza Honda ahora<br />

está sufriendo.<br />

Le pisa los pies la falta de<br />

habilidad de los Directivos del<br />

CRM para conseguir suficiente<br />

fondos o la incapacidad del<br />

Gobierno para lograrlos<br />

oportunamente. Estas dos cosas,<br />

han resultado en un montón<br />

de graves problemas cuyas<br />

consecuencias ahorita tenemos<br />

que soportar.<br />

El embalse no está lleno y en este<br />

año de sequedad, nos faltará<br />

agua para regar los cultivos,<br />

porque se botó agua al mar,<br />

pensada o impensadamente en<br />

diferentes ocasiones.


La acción de Asociaciones<br />

Agrarias que comenzó con<br />

dos personas, apodados Los<br />

Mormones, por la corajuda<br />

y persistente manera para<br />

promover el lema de la difunta<br />

Comisión, ahora está abultada<br />

de burócratas empeñosos y<br />

capacitados, pero carentes de los<br />

chispazos de ingenio y fortaleza<br />

que la mística de una función<br />

confiere al ser humano.<br />

La fabulosa ayuda del Gobierno<br />

Alemán que pudo haber sido<br />

la ATA, Asistencia Técnica<br />

Alemana, realmente que nos<br />

está dejando pocos beneficios,<br />

porque no se fijaron bien desde<br />

el ,principio los objetivos y metas<br />

para trabajar.<br />

Y por razones del CAMBIO<br />

y reorganización del CRM,<br />

después de tantos meses de<br />

trabajo, ahorita sigue siendo un<br />

costoso chocolear de pareceres<br />

sobre lo que pudo haber sido<br />

y no fue o de lo que podemos<br />

hacer mañana.<br />

No tengo el menor indicio de<br />

la falta de capacidad de los<br />

técnicos Alemanes y de sus<br />

contra partes, técnicos nuestros,<br />

que realmente se han formado<br />

trabajando en la extinta<br />

Comisión, pero a diario les veo<br />

que no dan pie con bola, por<br />

falta de criterios gerenciales.<br />

Todo esto resulta, en mi callejero<br />

parecer, de que en eso de la<br />

tan mentada Reorganización de<br />

la Comisión de Poza Honda,<br />

la gente del valle nos hemos<br />

quedado huérfanos de toda<br />

ayuda organizada, eficiente y<br />

productiva. Porque el golpe de<br />

timón que se dio al CRM para<br />

reorganizarlo, fue mal dado y<br />

sin buena fe y ello ocasiona los<br />

actuales graves problemas, cuyas<br />

consecuencias recién comienzan<br />

a aparecer.<br />

Es preciso, urgente y estimulante<br />

que definitivamente se aclaren<br />

y resuelvan los problemas<br />

humanos, producidos por<br />

reordenamiento de jerarquías<br />

en el CRM y que sus directivos,<br />

desde el amoratado Presidente,<br />

el ojialmendrado Director<br />

Ejecutivo, su boconudo<br />

guardaespaldas, el Bob Hope<br />

nuestro, con nariz de resbaladera<br />

o tobogán que haciendo<br />

homenaje a su nombre de FABIO,<br />

calmosamente paga la plata y<br />

todos los cerremizados amigos<br />

nuestros, se den cuenta que los<br />

manabitas estamos pendientes<br />

de ello como cucarachas en la<br />

cocina.<br />

Porque resolver nuestros<br />

problemas, es el gran problema<br />

del CRM en Manabí.


ARROZANDO<br />

EN LAS CALLES : Julio, 1979.<br />

En las calles nuestras, ya<br />

estamos errados de espanto y<br />

las cosas que en las calles se<br />

ven, por insólitas que sean, a<br />

nadie le arriscan las cejas. Pero<br />

es función periodística llevar a<br />

conocimiento del público estas<br />

cosas, para hacer el intento de<br />

cambiarlas.<br />

Está mañanera ocasión de<br />

conversar con usted, la vamos<br />

a aprovechar desmenuzando el<br />

problema que la foto claramente<br />

demuestra.<br />

La camioneta de placas<br />

MO1352 está parqueada con<br />

su tren delantero sobre la vereda<br />

y el rabo en la calle, de tal<br />

manera que impide el tráfico de<br />

los peatones sobre la vereda y<br />

dificulta el tráfico de los vehículos<br />

en las calles.<br />

Todo esto pese a que, como<br />

se puede ver claramente en la<br />

foto, hay suficiente espacio en<br />

la calle como para parquearla<br />

correctamente y no molestar a<br />

nadie, pero merece la atención<br />

de este recadero del cambio.<br />

Pero es el caso, que como<br />

todas las cosas en las calles<br />

nuestras, ésta también tiene una<br />

explicación que a continuación<br />

se la cuento.<br />

Pocos, muy pocos entre nosotros<br />

nos damos cuenta, que el<br />

vehículo motorizado, sea este<br />

automóvil, camioneta o camión,<br />

ha sido el medio para que muera<br />

más gente que todas las que<br />

han sido muertas por armas<br />

o artefactos construidos para<br />

matar gente. La gente muerta por<br />

accidentes automovilísticos en<br />

todo el mundo, de largo se pasa<br />

a la gente muerta por balas o en<br />

conflictos bélicos.<br />

El carro es una arma mata<br />

gente, más mortífera que una<br />

ametralladora y allí están las<br />

estadísticas para comprobarlo.<br />

De hecho, un vehículo<br />

motorizado es un instrumento<br />

más peligroso que un arma de<br />

fuego. Pero en nuestro medio,<br />

tener una camioneta o carro es<br />

un símbolo de jerarquía y tan<br />

fácil de adquirirlo, que hasta<br />

por sorteos se lo entrega y<br />

obtener matrícula y licencia para<br />

conducirlo es cosa de plata o ser<br />

amigo del Sindicato de Choferes<br />

o sus dirigentes.<br />

Es clarito y evidente que se ha<br />

cometido una falta a la ley que<br />

reglamentó el estacionamiento<br />

de vehículos y sobre todo, que<br />

se molesta y pone en peligro a<br />

muchas personas.<br />

Pero eso no es todo, a la foto<br />

le faltan dos cosas que agravan<br />

este callejero caso:<br />

La persona que estacionó tan<br />

abusivamente está camioneta ¡es<br />

una mujer!


El sitio donde ocurrió este<br />

estacionamenticidio está muy<br />

cerca del cuartel de Policía y a<br />

poco rato de ocurrido el caso,<br />

dos policías que regresaban al<br />

Cuartel, la vieron, le dieron la<br />

vuelta con grandes muestras de<br />

curiosidad, menearon la cabeza,<br />

fruncieron el ceño, se sacaron el<br />

casco para rascarse el cráneo e<br />

inmediatamente se fueron.<br />

Quince minutos más tarde, la<br />

conductora del vehículo tranquila<br />

y diestramente sacó del mal rato<br />

a la avergonzada camioneta.<br />

Y allí terminó el asunto.<br />

Salvo la preocupación que se ha<br />

quedado conmigo y aquí se la<br />

paso a usted, callejero lector.<br />

Estadísticamente, o sacando<br />

las cuentas con los datos que<br />

se tienen, más gente ha muerto<br />

por consecuencia directas o<br />

indirectas del uso o abuso de<br />

“carros” que cualquier arma de<br />

explosión.<br />

En los Estados Unidos, donde<br />

se tiene la preocupación por<br />

anotar, este País, muertos en<br />

acciones de guerra, luego de<br />

la Independencia y hasta los<br />

muertos en Vietnam, comparada<br />

esta cifra con los ciudadanos<br />

muertos en accidentes de tránsito<br />

dentro del país, la gente muerta<br />

en la guerra son menos que<br />

las matadas por los carros o a<br />

consecuencia de ellos. De lo<br />

que resulta que un carro es más<br />

peligroso que un fúsil.<br />

Cosa que, a más de las<br />

estadísticas o datos que antes<br />

le indico, empíricamente puede<br />

ser comprobada llevando la<br />

cuenta de lo que aparece en la<br />

última página del Diario. Allí casi<br />

todos los días, desgarradoras<br />

fotos y textos dan vivida cuenta<br />

del montón de gente que,<br />

impensadamente, se amontonan<br />

sangrientamente para abandonar<br />

este planeta como consecuencia<br />

del uso o abuso del carro.<br />

Por todo esto, yo entiendo que<br />

este caso que puede ser tomado<br />

como insignificante, a lo mejor<br />

puede ser la gota que llenó el<br />

vaso del caótico sistema de<br />

tránsito nuestro y a lo mejor<br />

contribuya para que alguien que<br />

tenga acción directa en estas<br />

cosas, intervenga.<br />

No estamos pensando, de<br />

ninguna manera, en acciones<br />

correctivas porque es demasiado<br />

tarde y no hay lugar a encontrar<br />

los remedios. Pero sí EXIGIMOS<br />

y estamos dispuestos a colaborar<br />

en cualquier acción tendiente<br />

a prevenir perjuicios a la vida<br />

humana o a la propiedad por el<br />

mal uso o abuso de los carros.<br />

Es más, ya lo hemos hecho y con<br />

éxito.<br />

De esto, el Jefe Máximo de la<br />

Policía, Gral. Zaldumbide tiene<br />

conocimiento porque con él lo<br />

hicimos.


DOS MUJERES<br />

EN LAS CALLES : Septiembre, 1980.<br />

En las calles nuestras, cuando<br />

ya se empina la noche de los<br />

domingos, el que menos de<br />

nosotros se pega a la cajita boba<br />

de la TV y conecta un programa<br />

de interés nacional. Una hora<br />

por Teleamazonas.<br />

Y especialmente, en el domingo<br />

pasado, cuando dos apreciadas<br />

y distinguidas damas nuestras<br />

aparecieron en tan distinguido<br />

programa nacional.<br />

El tema fue la jubilación de la<br />

mujer a los veinticinco años.<br />

Y allí, estuvieron presentes,<br />

la Sra. Flor Chancay como<br />

Presidente de UNE y la Srta.<br />

Elva Gonzales como miembro<br />

de nuestra Cámara de<br />

Representantes, dos distinguidas<br />

y apreciadas damas de nuestra<br />

sociedad frente al Dr. Pinto del<br />

IESS. Dos contra uno, pensaría<br />

usted, callejero lector, pero la<br />

realidad no fue así.<br />

El interesante programa no llego<br />

a tomar ninguna conclusión<br />

clara, sino más bien que se<br />

echó más leña al fuego. Pero<br />

antes de participar en esta<br />

quemazón, cabe destacar y<br />

aplaudir la actuación de dos<br />

apreciadas damas nuestras en<br />

este problema y concretamente<br />

en este programa. Se portaron a<br />

la altura esperada.<br />

Pero, con respecto, a lo que en<br />

las calles se dice, la situación era<br />

muy clara.<br />

Ante el Estado todos los<br />

ecuatorianos somos iguales y<br />

no hay distinción entre hombre<br />

y mujer. Pese a que es evidente<br />

que, físicamente la diferencia es<br />

clara, la constitución dice que<br />

somos iguales y punto.<br />

Pero todos los hombres<br />

estamos de acuerdo en que<br />

las mujeres nuestras tengan un<br />

trato preferencial, por simple<br />

caballerosidad, tradición y gesto<br />

no discutido ni examinado, sino<br />

como cosa de hecho.<br />

Y de forma caballera, todo lo<br />

que a nuestras mujeres favorece<br />

de largo campante si pasa. Pero<br />

cuando, como gestión política<br />

se lo entregue para sacarle<br />

provecho a una situación turbia,<br />

allí, callejero lector, tenemos que<br />

salir al frente.<br />

La movida no es una intención<br />

clara y bien intencionada para<br />

favorecer a la mujer ecuatoriana<br />

de manera efectiva. Fue y sigue<br />

siendo una maniobra política<br />

para conseguir simpatías, lograr<br />

palanca de la ciudadanía<br />

femenina, que representa un<br />

jugoso paquete electoral.<br />

Y es que de otra manera, no se<br />

explica cómo en forma tan ligera<br />

se apruebe una ley sin estudios<br />

previos, que ahora resulta<br />

imposible de aplicar.<br />

A más del espontáneo deseo,<br />

que todos nosotros tenemos para<br />

favorecer a nuestras madres,<br />

nuestras mujeres y nuestras hijas,<br />

nada más de ello ocurrió.<br />

Y así salió el decreto, que se<br />

convirtió en Ley que ahora<br />

no puede aplicarse, no solo<br />

porque no hay dinero suficiente<br />

para ellos, sino porque hay<br />

serias dudas de que a la<br />

larga favorezca a la mujer<br />

ecuatoriana.<br />

En la libre empresa,<br />

generalmente, ocurre que lo más<br />

importante es el capital humano<br />

y cuanto más en él se invierta,<br />

mucho mejor porque a la final<br />

más se gana.<br />

Siendo así, la mejor inversión<br />

se haría con alguien a quienes<br />

la ley les permita estar el<br />

mayor tiempo trabajando en la<br />

Empresa.


El darles una menor cantidad de<br />

años de trabajo a las mujeres,<br />

de hecho, les reduce el mercado<br />

ocupacional y la calidad de sus<br />

puestos. Habría que pensar dos<br />

veces para dar un buen empleo a<br />

una mujer.<br />

Si se piensa que esta ley es<br />

una manera de favorecer a<br />

nuestras mujeres, jubilándose<br />

a los veinticinco años de<br />

trabajo, este es un anzuelo<br />

para trastornar la sociedad,<br />

pues se desperdiciaron los años<br />

más preciosos y productivos de<br />

nuestra mujer, incitándola a que<br />

comience a trabajar a temprana<br />

edad para que se jubile lo más<br />

pronto. Y por unos millones de<br />

cosas o servicios sociales para<br />

contrarrestar la falta, imposible<br />

de remediar, de una madre a sus<br />

hijos, tendríamos a generaciones<br />

de hijos con madres cansadas<br />

para atenderlos cuando más las<br />

necesitaban y con tiempo libre y<br />

dinero cuando están crecidos y<br />

ya no las necesitan.<br />

Predeciblemente, una situación<br />

de crisis hogareña, alcoholismo,<br />

juegos de azar y prostitución o<br />

amor libre.<br />

Qué ocurrirá con una mujer que<br />

comienza a trabajar cuando<br />

tiene de diecisiete a veinte años,<br />

por allí se casa y tiene hijos<br />

que no puede atender bien y al<br />

llegar a los cuarenta y cinco ya<br />

no tiene que hacer nada, pues<br />

sus hijos, bien o mal, ya están<br />

crecidos; su esposo tiene que<br />

seguir trabajando y ella tiene<br />

una entrada facilita de dinero.<br />

Muchas, sin dudar, abrirán una<br />

tienda o construirán negocios.<br />

Pero la duda me queda de<br />

que muchas, unas luego de<br />

despachar al marido a su<br />

trabajo y sin nada que hacer,<br />

se dedicaran a cosas poco<br />

constructivas y porque no<br />

decirlo, callejero lector, a cosas<br />

impensadas.<br />

Finalmente, callejero lector, lejos<br />

estamos de aquellos tiempos<br />

en que la mujer se ocupaba<br />

solo de las cosas del hogar y<br />

ningún marido que valga la pena<br />

cambiaba un pañal.<br />

No sé cuál sea su experiencia,<br />

callejero lector, pero fuera de<br />

parir y darles el seno a nuestros<br />

hijos, con mi mujer hemos<br />

compartido y hasta disputando<br />

toda acción para criarlos de<br />

la mejor manera que somos<br />

capaces. Entonces, en la vivencia<br />

diaria llegamos a lo que dice la<br />

ley.<br />

Si en verdad, biológicamente<br />

somos diferentes, en la<br />

práctica somos igualitos y<br />

ambos compartimos la carga y<br />

responsabilidad de agarrarnos<br />

corajudamente a la pelotita de<br />

tierra donde habitamos.<br />

Entonces no hay lugar a esta ley<br />

que nos maltrata, nos divide y de<br />

la que sus únicos y verdaderos<br />

ganadores son nuestras políticas.<br />

Gracias, tenemos que decirle a<br />

nuestras dos empeñosas damas,<br />

aparecidas en una hora por sus<br />

valientes, pero instanciadas,<br />

defensas a la ley que quita<br />

derechos a nuestras mujeres<br />

y más bien los invitamos para<br />

que, conjuntamente, hagamos<br />

exhaustivo examen de nuestra<br />

realidad, tendiente a acotejar<br />

las cargas sin ninguna presión<br />

sentimental o política.


A los 17 años, cuando estaba en el colegio, ya trabajaba. Mi papá era legislador y creo, que por deferencia a él,<br />

me contrataron como director técnico de las festividades en Portoviejo. De esa manera, me comisionaron diseñar los<br />

escenarios, los carros, los carros alegóricos y la planificación del espectáculo en sí mismo. Tenía asignado un buen<br />

equipo de trabajo.<br />

Sucedió una vez que tuve que diseñar la presentación de las candidatas a Reina. Ellas entraban y hacían su recorrido y<br />

se sentaban. Yo quería que la presentación sea más interesante y se me ocurrió tener unas cien bombas de varios colores<br />

para que, de repente, salgan al mismo tiempo y llenen el espacio de una forma controlada. Intentamos de todo, pero<br />

la tarea resultaba casi imposible. Hasta llegué a consultar con un profesor de física de la universidad, con el afán de<br />

calcular la salida de las bombas. Sin embargo, nunca pudimos lograrlo. Un día, uno de los empleados pudo solucionar<br />

la compleja tarea, con algo tan sencillo como una caja con una salida al frente donde se colocaban todas las bombas<br />

y con el uso de una plancha de playwood soltada desde atrás, lograba generar una corriente de viento constante. ¡Las<br />

bombas salían preciosas!<br />

En otra ocasión, diseñé una rampa de madera de donde salían las reinas como si se elevaran del piso. La gente no<br />

sabía cómo hacía eso, era mágico. Un señor rico de la zona, me contrató para que decore un hotel en Manta, luego de<br />

decirme: ¿Si sabe para que lo contraté? No, le dije, así me reveló que era para que le cuente como hacía “aparecer” a<br />

las reinas en el teatro.


MISS UNIVERSO<br />

EN LAS CALLES : Julio, 1978.<br />

En las calles nuestras la gente,<br />

nominalmente enriquecida por<br />

el hecho de ser país, petrolero,<br />

nos dimos el lujo de pasarnos de<br />

agache otro día sin trabajar.<br />

Nadie sabe a ciencia cierta,<br />

cuanto mismo nos cuesta o<br />

representa un día sin trabajar.<br />

Pero de seguro que si se arruman<br />

los billetes que todos nosotros<br />

hubiéramos logrado, trabajando<br />

el pasado día lunes, una nueva<br />

y productiva montaña habría<br />

aparecido en el Ecuador para<br />

el contento de geógrafos y<br />

economistas que tratarían de<br />

ubicarla y analizarla.<br />

Pero en vez de trabajar y<br />

aprovechar esa montaña,<br />

dejamos el campo aplanado<br />

donde nos movemos tal como<br />

está y mas bien nos ocupamos<br />

en mirar en la TV, la abominable<br />

cajita boba que nos domina;<br />

para con rostros azulados<br />

enterarnos de la elección de<br />

Mis Universo, supuestamente<br />

la selección de la mujer mas<br />

hermosa, atractiva, inteligente y<br />

deseable en el mundo entero.<br />

En mas de dos hora de precioso<br />

tiempo y jugoso negocio para<br />

los organizadores poco a poco<br />

se desgranaron las ilusiones<br />

de muchísima gente que por<br />

diversas razones apuntaba a tal<br />

o cual candidata.<br />

Finalmente quedaron como<br />

escogidas doce finalistas y luego<br />

cinco para que de entre ellas<br />

una cargue con los honores y<br />

problemas de ser llamada la<br />

mujer mas linda del mundo Miss<br />

Universo 1978.<br />

Dentro del marco espectacular<br />

de los escenarios maravillosos<br />

de México y viendo tanto<br />

derroche de mujeres hermosas,<br />

de seguro que si usted o yo<br />

hubiéramos sido los jueces, a<br />

toditas les dábamos el título para<br />

compartirlo.<br />

Y en todas las regiones del<br />

mundo, aparecía la mujer ideal.<br />

Pero, con computadoras, tras<br />

largo examen y después de<br />

mucho tiempo de entre casi


un centenar de muchachas<br />

se escogieron doce, de entre<br />

estas cinco; y una muchacha<br />

de Sudáfrica recibió el cetro y<br />

la corona como la mujer mas<br />

hermosa del mundo.<br />

La muñeca de nuestro Universo.<br />

Inolvidable hecho de nuestra<br />

tecnología de comunicaciones y<br />

nuestra insaciable tendencia a<br />

comercializarlo todo.<br />

Pero que nada tiene que ver<br />

cuando al pisar los dos pies<br />

sobre la tierra y darnos cuenta<br />

de la realidad en que vivimos,<br />

Miss Universo, la mas hermosa,<br />

graciosa, inteligente, bondadosa<br />

y mas apetecida mujer del mundo<br />

resulta ser, sorpréndase usted<br />

callejero lector, su amiga, su<br />

novia, su mujer o su mamá.<br />

Visto con comerciales de por<br />

medio todo lo que se vió en la<br />

TV, dígame con quien mismo<br />

usted se queda callejero lector.<br />

Miss Sudafrica, esplendente y<br />

magnífica en el tuvo bobo, o su<br />

amiga, pariente, mamá o mujer,<br />

que a mas de ser hermosas<br />

inteligentes y divinas lo aguantan<br />

a como de lugar.<br />

Espero que comparta mi criterio<br />

callejero lector, porque hay<br />

mil mujeres hermosas en todo<br />

el mundo, pero la mas bella,<br />

inteligente y generosa, es<br />

la que yo tengo a mi lado y<br />

usted tenemos a nuestro lado<br />

confortándonos para que<br />

mañana pese a todo será un día<br />

mejor.<br />

Espero que comparta mi criterio<br />

callejero lector, pero la Miss<br />

Universo suya o mía, hace rato<br />

que por votación unánime y con<br />

mas y mejor fantasía que en<br />

México, ya la tenemos a nuestro<br />

lado ameritando su título.<br />

Bonitas, esplendorosas son todas<br />

las muchachas venidas desde<br />

lugares tan distintos y una de<br />

ellas ha sido escogida como la<br />

mejor.<br />

Pero en nada se comparan<br />

al dinámico y esplendoroso<br />

montonerito de vida que usted y<br />

yo tenemos aquí.<br />

Las mujeres nuestras punto por<br />

punto hace ratos que ganaron el<br />

concurso.


Este es un grupo de candidatas a reina de Manabí que iba a<br />

fotografiar y generalmente del resultado de esa sesión aparecía<br />

quien sería fotografiada para el afiche que iba en el centro de la<br />

revista, tipo “centerfold” de Playboy pero vestidas.. Las muchachas<br />

son de Manabí, estaban esperando que yo las fotografiara. Las<br />

señoras amigas de la familia me decían: “Jorge usted sí que<br />

hace un daño a esta sociedad”, obviamente semejante acusación<br />

demandaba una respuesta inmediata. ¿Por qué Marina?, le dije, si<br />

no hago daño a nadie. ¿Cómo es posible que habiendo tanta niña<br />

de “sociedad” usted no las fotografía? Y además, como si esto no<br />

fuera poco, en su lugar fotografía a cualquier hija de cocinera para<br />

que se vean como reinas.


ESCRIBIENDO LA HISTORIA DE MANABÍ<br />

EN LAS CALLES : Junio, 1979.<br />

En las calles nuestras, el que<br />

menos se acuerda con nitidez de<br />

sus antepasados cerquita. Como<br />

en fotografía podemos contar<br />

la vida de nuestros padres y<br />

abuelos y exagerando el cuento,<br />

algo podemos decir de nuestros<br />

viejos.<br />

Pero cuando de nuestra historia<br />

se trata, cuando hay que referir<br />

el cuento de la vida de los<br />

manabitas, allí nos quedamos<br />

alelados sin nada que decir.<br />

Porque sobre la Historia de<br />

Manabí, es muy poco lo que<br />

conocemos y en muchos casos lo<br />

que sabemos está distorsionado<br />

por la falta de fuentes<br />

autorizadas de información.<br />

En la historia antigua, yo no<br />

sabía por ejemplo, que el<br />

Cacique Guale llevó nuestro<br />

problema de propiedad de<br />

las tierras hasta las Cortes<br />

de España y que les ganó la<br />

partida a los españoles que<br />

querían apropiárselas. En la<br />

moderna, nunca se me ocurrió,<br />

el hecho de que Bahía, después<br />

de la Segunda Guerra mundial,<br />

comenzó a desmejorarse y ahora<br />

hay más gente de Bahía de<br />

Caráquez afuera que dentro de<br />

ese otrora muy activo puerto.<br />

En la cosa de actualidad, no<br />

había manera de darme cuenta,<br />

que de cada cien estudiantes que<br />

ingresan a nuestra Universidad<br />

para estudiar ingeniería, solo<br />

cuatro salen graduados. Una<br />

grave falta de información, que<br />

a más de mi pequeña capacidad<br />

para conocer los hechos de<br />

nuestra historia, denota una<br />

falla en nuestros sistemas de<br />

comunicación y enseñanzas.<br />

Pero algo de esto se está<br />

cambiando, por lo que he podido<br />

deducir, cuando me tocó estar<br />

presente en un casual encuentro<br />

entre el más grande, notorio y<br />

persistente historiador de Manabí<br />

y el jefe del Departamento<br />

de Planificación Regional del<br />

CRM. Dos personas oriundas de<br />

Calceta, se dieron un caluroso<br />

apretón de manos para hablar de<br />

nuestra historia y su importancia<br />

y necesidad de conocerla.<br />

Con ochenta y siete años<br />

encima pero vivito, vivaracho<br />

e inquisidor, el Doctor Wilfrido<br />

Loor Moreira, nuestro más<br />

grande historiador, conversó<br />

con el Juvenil y velludo<br />

Arquitecto Sigifredo Velázquez,<br />

emprendedor funcionario del<br />

CRM, para que nuestra historia<br />

quede clara.<br />

Sigifredo, como a secas lo<br />

llamamos al<br />

calcetinado amigo nuestro, no<br />

escondió su enorme satisfacción<br />

de conocer y hablar con su<br />

coterráneo, el Dr. Loor, de quien<br />

tenía casi todos sus escritos sobre<br />

la historia nuestra y que en gran<br />

parte han servido para que su<br />

departamento de investigación<br />

tome sus notas previas.<br />

El jachudo y arrugado historiador<br />

nuestro, que para sorpresa de<br />

muchos no habla ni gota de<br />

alemán, pero tradujo al español<br />

las cartas de Shumaker, desde el<br />

alemán y de tan buena manera<br />

ha escrito nuestra historia se<br />

descuajó en elogios ante la<br />

evidencia de los documentos que<br />

Sigifredo le entrego y dijo: Toda<br />

mi vida la he dedicado a escribir<br />

la historia de Manabí, pero con<br />

lo que ustedes están haciendo me<br />

ganan lejos.<br />

Emocionada y generosa<br />

expresión de un hombre, que<br />

es un auténtico valor nuestro,<br />

para dar un sincero y justo<br />

espaldarazo a la labor de<br />

un ejecutivo del CRM, de sus<br />

seguidores como José Rodríguez,<br />

que es la Pantera Rosa que le<br />

pone condimento y sapiencia<br />

a estas publicaciones y de los


Directivos de la Entidad que las<br />

producen.<br />

Estamos hablando, callejero<br />

lector, de cuatro documentos<br />

sobre Manabí, que originados en<br />

el Departamento de Planificación<br />

Regional del CRM e impresos<br />

por la Editorial Gregorio de<br />

Portoviejo, son una radiografía<br />

de nuestro pueblo.<br />

Cuatro enjundiosos y nutridos<br />

documentos que valen la pena<br />

conocer, a como dé lugar,<br />

porque son fotografías de usted<br />

y yo como pueblo y que valen<br />

tanto para conocernos mejor,<br />

que en una generosa y Calceteña<br />

expresión de nuestro más grande<br />

historiador manabita, el Dr. W.<br />

Loor a su coterráneo le dijo:<br />

“Toda mi vida la he dedicado<br />

a escribir la historia de<br />

Manabí, pero eso es poco en<br />

comparación de lo que ustedes<br />

están haciendo en tan pocos<br />

años”.<br />

Palabras textuales de un<br />

grandioso Manabita, por su<br />

calidad de gente y su enjundioso<br />

pensar, casi que me hace<br />

escurrirme de la silla en que<br />

estaba sentado, ya que yo pienso<br />

y exijo que los técnicos del<br />

CRM, recién están escarbando lo<br />

mucho que pudieron hacer por<br />

Manabí. Pero que, en el caso del<br />

Departamento de Planificación<br />

Regional, con la publicación de<br />

estos cuatro documentos, ya está<br />

cumplida y se pasa de largo.<br />

Queda únicamente el hecho de<br />

hacer llegar estas publicaciones<br />

a la gente que mayor provecho<br />

pueden sacarles.<br />

Mientras tanto, nos acogemos a<br />

la sesuda y meditada opinión del<br />

acalcetinado historiador nuestro<br />

de Mayor Nombre, Dr. Wilfrido<br />

Loor, para decir que lo que se<br />

está haciendo para ayudar a<br />

escribir nuestra historia, por<br />

parte del CRM, realmente que<br />

vale la pena. Entonces, realmente<br />

nos sacamos el sombrero<br />

reverenciando a estos señores<br />

y a toditos, desde el amoratado<br />

Presidente, el ojialmendrado<br />

Director Ejecutivo, el dientudo<br />

genetista que le sigue, Fabio, el<br />

Bob Hope nuestro con su nariz<br />

de tobogán, Sigifredo, chileno<br />

de imbalanceado caminar<br />

y a todos los demás amigos<br />

nuestros del CRM y de Gregorio<br />

que han hecho posible esta<br />

Manabitización.<br />

Qué lindo es conocer la realidad<br />

de hoy y de ayer de Manabí,<br />

sabiendo que allí hay detalles de<br />

la vida nuestra que a cada uno le<br />

pertenece.<br />

Página siguiente: José Mendoza,<br />

sacerdote. Y las otras,<br />

estudiantes. Él las entrenaba para<br />

hacer campamentos ejemplares,<br />

pero nunca entrenaba a nadie<br />

para que cumpliera las funciones<br />

que estaban asignadas a él. Era<br />

una “vaca sagrada” a quien<br />

nadie podía tocar. Cómo yo<br />

siempre he dicho lo que siento<br />

y he sido frontal, escribí una<br />

serie de artículos críticos de la<br />

organización y ocurrió lo que<br />

tenía que ocurrir, vinieron a mi<br />

casa a protestar. Venían que<br />

porque sabían que en mi podían<br />

confiar y que siempre les decía la<br />

verdad.


SIGUE EL VELASQUISMO<br />

EN LAS CALLES : Julio, 1979.<br />

En las calles nuestras, todavía<br />

hay callejeros lectores nuestros<br />

que afirman que sigue campante<br />

el Velasquismo.<br />

Uno de ellos, claro está, es el<br />

callejero amigo nuestro Ricardo<br />

Bowen, el único candidato del<br />

Velasquismo, que repañando<br />

votos, logró ser electo en el país<br />

y que ahora le toca el dubitativo<br />

título de TACHITO BOWEN.<br />

No tanto por lo de TACHO<br />

Zamoza, sino porque es el<br />

último de la Dinastía Velasquista<br />

que nos quedó. Pero como el<br />

mismo ha dicho, y en efecto<br />

aquí lo confirmamos, por lo<br />

menos en Manabí parece que<br />

el Velasquismo sigue campante,<br />

arropándonos con sus sofocantes<br />

sábanas.<br />

Políticamente, sólo queda<br />

Ricardo, como el último<br />

portaestandarte de la calavera.<br />

Pero por similitud de nombre,<br />

tácticas y resultados el<br />

Velasquismo sigue campante<br />

entre nosotros. Ahora tenemos el<br />

Velasquismo del SERM o INECEL.<br />

Por un lado, igualito que el<br />

difunto comendador del Dedo,<br />

allí donde no había un puente,<br />

locuazmente lo ofrecía, aunque<br />

para que el puente sea preciso,<br />

había que construir un río.<br />

El Velasquismo, que se ha<br />

apoderado de nuestro sistema<br />

eléctrico, ha tendido redes<br />

eléctricas por toda la provincia<br />

para llevar la energía a los más<br />

apartados rincones de Manabí. Y<br />

como esperanzadores de nuestro<br />

progreso, millares de postes se<br />

empinan sosteniendo los cables<br />

de la energía eléctrica que nos<br />

sacarán del subdesarrollo.<br />

Porque en verdad, la mayor parte<br />

de la gente nuestra viene de los<br />

campos o áreas rurales. Como<br />

ellos son nuestra fuerza mayor de<br />

producción, está bien que hasta<br />

a ellos les llevemos la energía<br />

eléctrica que es más barata. Y<br />

así tenemos redes de conducido<br />

hasta Canoa, Crucita y un<br />

montón de sitios en la provincia.<br />

Una gran conquista del SERM<br />

para llegar a todos los pueblos<br />

de Manabí.<br />

Otro dedo, que a manera del<br />

Velasquismo y con un titular del<br />

mismo nombre, se nos mete y lo<br />

aguantamos, porque si bien el<br />

SERM ha extendido sus líneas<br />

de conclusión enormemente, su<br />

capacidad de generación en vez<br />

de aumentar has sido disminuida.<br />

Y de la forma más absurda,<br />

para darle luz a una cantina en<br />

Canoa, se le quita o apaga el<br />

servicio a un sector comercial de<br />

Portoviejo.


Velasco Ibarra era loco, decía<br />

por ejemplo: “Quiero que el<br />

pueblo sepa que les voy dar<br />

un puente para que puedan<br />

comunicarse”.<br />

Y alguien por ahí decía pero<br />

señor presidente, ¡Aquí no hay<br />

río!, y el respondía: ¡No importa,<br />

yo les doy uno!<br />

Velasco Ibarra era de sangre<br />

noble, creído, arrogante.<br />

No le gustaba conversar.<br />

Estuvo cinco períodos. Era un<br />

demagogo fogoso que daba unos<br />

discursos furibundos.<br />

Muy amigo de mi tío, pero no<br />

me gustaba que lo sea. A mi me<br />

daban paso para tomar las fotos,<br />

me estimaban mucho y me daban<br />

preferencia<br />

para que yo pueda entrar y<br />

tomar fotos al presidente desde<br />

más cerca.


EL RETO DEL CAMBIO<br />

EN LAS CALLES : Julio, 1978.<br />

En las calles nuestras, pupitas de<br />

gente, que comportándose como<br />

tales es bien difícil saber por qué<br />

lado disputan, después de doblar<br />

y depositar las sábanas con que<br />

cumplimos nuestra obligación<br />

electoral, el que menos recibió<br />

con sorpresa los resultados, y el<br />

que más y yo adelante, votamos<br />

por los triunfadores.<br />

Pero de todos, lo que de esta cita<br />

ciudadana se puede decir, nos<br />

parece que vale la pena destacar<br />

tres cosas.<br />

Primera: Los militares que nos<br />

desgobiernan desde hace rato,<br />

cumplieron con su promesa de<br />

escuchar al pueblo ecuatoriano y<br />

si no se alocan en los próximos<br />

treinta días, bastante de la<br />

confianza perdida, será devuelta<br />

a ellos.<br />

Segunda: El ciudadano<br />

ecuatoriano tiene conciencia<br />

de su derecho y obligación,<br />

aprovechando ordenada y<br />

calinadamente la oportunidad de<br />

opinar sobre su destino.<br />

Tercera: Rompiendo todos los<br />

moldes de comportamiento<br />

tradicionales, la mayor cantidad<br />

de gente nuestra, expresó su<br />

deseo de CAMBIO en la manera<br />

de conducir al País.<br />

Tres maneras evidentes, de que<br />

el beneficio o desperdicio de la<br />

riqueza petrolera han producido<br />

un valioso efecto en la conciencia<br />

de usted y yo callejero lector.<br />

Los militares tienen que haberse<br />

dado cuenta, que no lucen bien<br />

encima de un camello en Arabia<br />

Saudita o tratando de manejar<br />

las cosas civiles, en que el<br />

cuadrarse o golpear de tacos de<br />

nada vale.<br />

Los civiles, por fin, nos<br />

enfrentamos al hecho de que<br />

cada cual tiene voz propia y<br />

lo que cada uno quiere, para<br />

bien o para mal, hay que<br />

decirlo clarito sin temor a las<br />

consecuencias.<br />

Y finalmente, la gran mayoría<br />

no hizo caso a la propaganda<br />

millonaria de los partidos<br />

tradicionales y prefirió buscar<br />

una nueva solución en las<br />

promesas del cambio a otras<br />

estructuras del poder que<br />

bollantes por su juventud, y<br />

sinceridad y persistencia se<br />

hicieron presentes.


En todos los rincones de la<br />

Patria, fuertemente, ha sido<br />

remecido el árbol tradicional de<br />

nuestra política y ahora estamos<br />

con el cargo de conciencia de lo<br />

que hemos hecho.<br />

Evidentemente, que queremos<br />

cambiar muchas cosas y lo<br />

primero es la obediencia a<br />

nuestras fuentes tradicionales del<br />

Poder y lo hemos logrado.<br />

Pero ahora tenemos por delante,<br />

el reto del cambio. Hemos<br />

remecido el edificio de nuestra<br />

estructura política, desechando el<br />

andamiaje tradicional, aceptado<br />

por la inmediata conveniencia<br />

de bastantes, para escoger la<br />

agorera posibilidad de una<br />

corajuda promesa de cambios sin<br />

violencia.<br />

Un reto singular que, más o<br />

menos, significa que en el<br />

camino igualamos las alforjas<br />

para compartir las cargas.<br />

Pero que, realmente, es un<br />

desafío físico y mental para<br />

seguir viviendo en la pelotita<br />

de tierra nuestra a la que<br />

tan fácilmente nos hemos<br />

acostumbrado.<br />

Su voto, recién es el mandato<br />

para que mañana sea el primer<br />

día del resto de sin vida y la<br />

maneje como tal.


EL HOMBRE DESNUDO<br />

EN LAS CALLES : Noviembre, 1980.<br />

En las calles nuestras, que se<br />

inician en nuestro parque central<br />

y se estiran hacia fuera en<br />

carreteras, caminos y trillos no<br />

es nada difícil encontrar a un<br />

hombre desnudo.<br />

Porque en el campo, de donde<br />

siete de cada diez de nosotros<br />

vivíamos tempranito o al<br />

atardecer, cada cual nos damos<br />

mañas o maneras, para tal cual<br />

venimos al mundo, bañarnos.<br />

Si según tengamos tal cantidad<br />

de agua, desnuditos nos metemos<br />

en el remanso de una poza<br />

para fregarnos con jabón prieto<br />

o con un tarro nos lavamos<br />

principalmente los huecos y<br />

bisagras del cuerpo.<br />

Pero en la ciudad, las cosas<br />

cambian y parece que hay un<br />

ojo seco tras cualquier hendija o<br />

el modernismo nos ha inculcado<br />

hábitos.<br />

Lo primero refuerza lo segundo y<br />

en el hombre de ciudad nuestra,<br />

la pijama es la prenda de vestir<br />

acostumbrada que cubre o<br />

descubre al hombre desnudo.<br />

No sé dónde se origina esta<br />

vestimenta, pero está claro que<br />

es la que se usa entre baños<br />

y para dormir, puesto que los<br />

baños ocurren antes o después<br />

de trabajar y antes o después de<br />

descansar, que coinciden con los<br />

momentos de desnudismo.<br />

En otras palabras, en el campo<br />

el hombre desnudo no tiene<br />

problemas, en la ciudad su<br />

problema es la pijama, bata o<br />

ropa de dormir.<br />

Quién no ha dormido desnudo<br />

y disfrutado de ello, pero así<br />

mismo estando dormido desnudo<br />

corrió el frío y le abrieron la<br />

puerta del cuarto.<br />

La costumbre o la experiencia de<br />

cubrirnos con el ropaje nocturno<br />

antes o después del baño. La<br />

bata de dormir fue una gran<br />

solución puesto que durmiendo lo<br />

arropaba y suplía a la colcha y<br />

en caso de necesidad fácilmente<br />

se arremangaba.<br />

Pero el comercialismo estableció<br />

que las batas eran para mujeres<br />

y los pantalones para los<br />

hombres, sin lograr una clara<br />

definición, puesto que hay gran<br />

número de mujeres que usan<br />

pantalones. Una gran conquista<br />

del bello sexo, diría yo, pero<br />

no ocurrió lo mismo para los<br />

varones y nadie las usa.<br />

Apareció la pijama, pantalones,<br />

camisas de tela ligera, que la<br />

mayoría de nosotros usamos pero<br />

que tiene exquisiteces o extremos<br />

que hay que mencionarlos. Esta<br />

prenda de vestir o atuendo entre<br />

baño y baño, para cubrir al


hombre desnudo, se produce<br />

comercialmente en la forma de<br />

un elemental taparrabo hasta<br />

una complicada vestimenta para<br />

lucirla en un teatro.<br />

Toda una gran gama de vestidura<br />

que arropa al hombre desnudo<br />

en telas, botones, cierres y<br />

corchetes fuera el alcance de<br />

cualquier afiebrada imaginación.<br />

Y resulta en tremendas sorpresas.<br />

El elástico que permite que la<br />

ropa se le ajuste a la cintura,<br />

tarde o temprano, se agota y<br />

por cansancio de este material<br />

los pantalones se le bajan.<br />

Los botones se resquebrajan,<br />

descosen o debilitan y en el<br />

momento menos pensado, no<br />

están para sujetar un suspiro,<br />

peor una pujanza.<br />

Los zipers se enredan y se<br />

traban con ropas y pelos y<br />

no falta alguien que confiese<br />

remordimiento por la rápida<br />

bajada o subida de un ziper<br />

peñizcador.<br />

Y quien le tiene confianza a un<br />

corchete, si habemos muchos<br />

empijamados que nos quedamos<br />

calatos cuando el bendito<br />

cuasiremadre, por oxidación, nos<br />

deja desnudo.<br />

Y hasta aquí, en este cansino<br />

relato usted nos acompaña,<br />

callejero lector, ojalá que le<br />

den ganas para preguntarnos<br />

a dónde queremos llegar y<br />

enseguida se lo digo.<br />

Quiero compartir el dolor de una<br />

nariz hinchada, la pérdida de<br />

un poco de sangre que además<br />

ensucio el piso y un tremendo<br />

chibolo que me abulta la frente.<br />

Todo esto, porque soñando<br />

que Róldos había aprobado<br />

el trasvase y teníamos que<br />

correr a felicitarlo por haber<br />

hecho justicia a Manabí, salí<br />

sobresaltado de mi cama y<br />

echando a correr el pantalón de<br />

mi pijama se me bajo a los pies.<br />

Le anticipo mis agradecimientos<br />

por su simpatía, pero no me<br />

sugiera usar suspensorio, que<br />

ya nadie lo vende en Portoviejo<br />

y ni tampoco el dormir desnudo<br />

me salva con lo cara que esta la<br />

vida.


UN MAL AGÜERO<br />

EN LAS CALLES : Julio, 1978.<br />

En las calles nuestras,<br />

apretujadas de gente que al<br />

remecer su árbol genealógico,<br />

tarde o temprano le cae un<br />

fruto con semilla auténticamente<br />

montubia, todos sabemos<br />

reconocer lo que llamamos un<br />

MAL AGÜERO.<br />

De una o mil maneras, que por<br />

corazonada, nos hacen presentir<br />

que algo malo nos espera.<br />

El cantar de las Valdivias, la<br />

súbita aparición de un gato<br />

negro, el pasar debajo de una<br />

escalera, un martes trece o una<br />

cucaracha blanca-albina son<br />

signos de mal agüero, que por<br />

el peso de nuestras costumbres,<br />

nos asustan porque anuncian que<br />

estamos sentenciados a recibir un<br />

mal y sus consecuencias.<br />

Cotejando nuestro ancestro de<br />

gente de hacha y machete con<br />

las cosas que están ocurriendo<br />

en todo el resto del mundo,<br />

el estallido de una bomba<br />

en el domicilio de uno de los<br />

candidatos a la Alcaldía de<br />

Portoviejo, es un claro signo del<br />

mal agüero que tenemos puesto<br />

encima la gente de esta ciudad.<br />

La manera chabacana,<br />

aguardientosa y grosera como<br />

los seguidores de un candidato<br />

están empañando su elección,<br />

hasta la inevitable consecuencia<br />

de este procedimiento que<br />

produjo la pérdida de una<br />

inocente vida, son lamentables,<br />

pero no nos llaman mucho la<br />

atención, porque son cosas<br />

de esperarse cuándo, en<br />

circunstancias similares, ya las<br />

hemos sufrido aquí.<br />

Pero el hecho de que se ponga<br />

una bomba de alto poder<br />

explosivo en la casa de uno de<br />

los candidatos a la Alcaldía, por<br />

sus propios seguidores o por los<br />

contrarios, es una señal de mal<br />

agüero que aterra, avergüenza y<br />

por qué no decirlo da miedo.<br />

Una bomba de este tipo no se<br />

la compra en Vifesa, La Norma<br />

o en la Mueblería de Jorge<br />

Loor y tampoco las venden en<br />

Guayaquil o Quito. Hay que<br />

armarlas con conocimiento,<br />

paciencia, destreza y sigilos<br />

tan especiales que en nuestro<br />

medio no son comunes, porque<br />

no las necesitamos y si de querer<br />

quitarle la vida a una persona,<br />

mucho mas fácil y seguro es<br />

utilizar el instrumento que, bien<br />

manejado, permite sacarnos una<br />

nigua o derribar un árbol.<br />

De un certero machetazo y una<br />

corta carrera se consumaba el<br />

hecho.


Pero, por cualquier motivo y<br />

quien quiera que armó y colocó<br />

la bomba, se ha dado el primer<br />

paso para destruirnos entre<br />

nosotros de la manera moderna.<br />

Y esto da pena, avergüenza y da<br />

miedo.<br />

Peor que la aparición de un gato<br />

negro, este signo de mal agüero<br />

que se nos ha echado encima,<br />

debe llamarnos la atención<br />

a todas los portovejenses<br />

para prevenirnos contra sus<br />

consecuencias.<br />

Comenzamos con las<br />

intolerables, pero acostumbradas,<br />

acciones nuestras de insultarnos<br />

golpearnos y lanzar disparos al<br />

aire. Casi siempre, un inocente<br />

espectador muerde la tierra y<br />

tarde o temprano la cosa se<br />

olvida.<br />

Pero una bomba de alto<br />

poder explosivo, colocada<br />

sigilosamente en un hogar central<br />

y al medio día, ya son palabras<br />

mayores, que no podemos ni<br />

debemos tolerar los habitantes de<br />

esta ciudad.<br />

A esto se suma toda una serie de<br />

actos reprochables por su mala<br />

conducta y su vulgaridad que a<br />

diario hostigan a la familia de<br />

uno de los candidatos.<br />

Es verdad, que desde un<br />

principio el Sr. Vicente Mendoza,<br />

con justas razones, manifestó<br />

sus deseos de ser Alcalde<br />

de Portoviejo y que el Dr.<br />

Eduardo Izaguirre, obligado<br />

por sus amigos y en aras de sus<br />

principios ideológicos aceptó<br />

contender, pero nada de esto<br />

significa que tenemos que<br />

pasar por alto las ideas para<br />

aniquilarnos con bombas.<br />

Yo creo, callejero lector, que si<br />

Don Vicente Mendoza está tan<br />

decidido y ambicioso de ganar,<br />

a como dé lugar, debería llamar<br />

por teléfono a su contrincante,<br />

Dr. Eduardo Izaguirre,<br />

haciéndole conocer que a bala o<br />

bombas quiere la Alcaldía; sería<br />

suficiente para que todos votemos<br />

por él, con el compromiso de que<br />

si en los primeros treinta días no<br />

aprende a hablar y escribir bien,<br />

renuncia al puesto y Portoviejo<br />

tendrá como Alcalde al Dr.<br />

Eduardo Izaguirre Vélez.


EL CAMPOSANTO<br />

EN LAS CALLES : Julio, 1980.<br />

En las calles nuestras, se<br />

reconoce lo bien puesto que está<br />

ese nombre para designar al sitio<br />

donde enterramos los muertos.<br />

Porque por más malos que<br />

seamos en esta vida, enseguida<br />

que nos descolgamos del planeta<br />

se olvida nuestra parte negativa<br />

y sólo se destaca lo bueno.<br />

Ese es un lugar de buenos<br />

recuerdos y como allí nos<br />

quedamos quietitos, que mejor<br />

que Campo Santo. Cosa que<br />

se me viene en mente, cuando<br />

hemos visto que, por fin, se ha<br />

comenzado a ponerle a nuestro<br />

Cementerio, ampliándolo.<br />

Desde hace tiempo veníamos<br />

temiendo que, por razones de<br />

espacio, allí tendríamos que ir a<br />

pasar parados.<br />

Como un silencioso ejército,<br />

allí estarías de pie hasta las<br />

últimas consecuencias, en que<br />

poco a poco, nuestros santos<br />

restos se desmoronarían hasta<br />

amontonarse en el fondo. Cosa<br />

impensable porque perderíamos<br />

estatura muy rápidamente.<br />

Ante esta situación, un Romántico<br />

Concejo, presidido por un<br />

PUETA, tuvo la peregrina idea<br />

de hacer un nuevo cementerio,<br />

comprando más hectáreas de<br />

preciosa tierra en el corazón del<br />

Valle, casi al frente del Parque<br />

Forestal.<br />

Le llego a escoger un nombre<br />

romántico y levanto incluso una<br />

horrible cerca en su parte frontal.<br />

Pero semejante disparate, por<br />

razones evidentes, no prosperó<br />

y el sitio fue un buen criadero de<br />

quinquiguas por algún tiempo.<br />

Pasaron los años, vino un nuevo<br />

grupo al Concejo y allí donde se<br />

había metido la pata, metieron<br />

toditas las extremidades con un<br />

atentado que no tienen nombre.<br />

Esas tierras se las repartieron a<br />

los empleados de Concejo.<br />

Una cosa para replay, callejero<br />

lector, aquí donde apenas<br />

tenemos un dos por ciento de<br />

tierra fértil y plana fácilmente<br />

de cultivar y producir alimentos,<br />

primero se quiso hacer un<br />

cementerio y luego se la regaló a<br />

la burocracia municipal.<br />

Error tremendo, que aún se<br />

lo puede rectificar creando,<br />

por ejemplo, una Empresa<br />

Agroindustrial, ser los principales<br />

beneficiarios, pero que generaría<br />

riqueza y actividad.<br />

Y esta es una sola de las muchas<br />

posibilidades en que se podría<br />

actuar en función de País y<br />

corregir errores.<br />

Más, lo que ahora tratamos es,<br />

de con tiempo, hacer presente<br />

un problema, de incitar a la<br />

búsqueda de soluciones.<br />

Por alguna razón, que por más<br />

que la busco no se me aparece,<br />

Portoviejo le ha dado poca<br />

importancia a la belleza. Somos<br />

indudablemente el Patito Feo de<br />

las ciudades ecuatorianas.<br />

Y esto, callejero amigazo, no<br />

viene conmigo, ni con bastantes<br />

de ustedes que saben de lo<br />

importante que es la belleza.<br />

Pienso en esto cuando, a tiempo<br />

y recogiendo sus ideas, hago<br />

un callejero y desesperado<br />

llamamiento a nuestro actual<br />

Concejo Cantonal, para que las<br />

obras de ampliación de nuestro<br />

Campo Santo contemplen este


importante aspecto de las cosas:<br />

La belleza.<br />

Está bien que se solucione el<br />

problema de falta de espacio de<br />

nuestro Cementerio, ampliando<br />

su capacidad trepándose a la<br />

loma en sus espaldas. Es la única<br />

solución y en muchas partes se<br />

ha hecho así.<br />

Guayaquil por ejemplo. Y en<br />

Corea toditos los muertos se los<br />

entierran en las puntas de la<br />

loma y laderas abajo.<br />

La razón espiritual es que así<br />

están más cerca del cielo.<br />

La razón práctica es que en esas<br />

lomas es difícil cultivar.<br />

Aquí ocurre lo mismo y por ello<br />

decimos que nuestro Concejo<br />

esta actuando, en esto, de la<br />

mejor manera.<br />

Pero aspiramos que no se<br />

descuide la parte estética y en<br />

la ampliación del Cementerio no<br />

se aproveche la oportunidad de<br />

darle un poquito de belleza a<br />

nuestra ciudad.<br />

Ese sagrado lugar, donde al<br />

final, columpiándonos sobre<br />

hombros de amigos y parientes,<br />

todos llegaremos debe y tiene<br />

que ser un paradero hermoso.<br />

Allí tienen que diseñarse zonas<br />

que permitan, con comodidad<br />

y belleza, realizar nuestra<br />

costumbre de despedir a nuestros<br />

muertos, tanto con la pomposa<br />

oración fúnebre o un sobrio y<br />

humilde lloriqueo.<br />

Allí tiene que haber no solo<br />

mausoleos o tumbas y calles para<br />

llegar a ellas; hay que pensar en<br />

árboles frondosos, arbustos de<br />

grata presencia, flores de mucho<br />

colorido, fuentes que escurran<br />

cantarines sonidos y sitios donde<br />

meditar.<br />

Porque la muerte no es cosa fea<br />

ni mala. Nadie ha sentido en<br />

carne propia y regresado para<br />

contar el cuento de como es.<br />

Pero pensamos que debe ser algo<br />

muy especial cuando se culmina<br />

la vida y se descansa. Cuando<br />

luego de tanto trajinar, uno tiene<br />

que sacar cuentas y con gusto a<br />

todos se les muestra que hay un<br />

saldo favorable.<br />

Morir debe ser algo tan bello<br />

como el nacer. Las circunstancias<br />

lo avientan en una aventura<br />

desconocida, donde solo los<br />

que la emprenden con gusto y<br />

entusiasmo triunfan.<br />

Todo esto indica que el campo<br />

Santo, nuestro cementerio,<br />

no debe de ser feo. Todo lo<br />

contrario, tiene por sobradas<br />

razones, que ser el lugar más<br />

hermoso de la ciudad; un<br />

rinconcito inolvidable.<br />

Algo que todavía lo podemos<br />

realizar.


]<br />

LAS HORMIGAS<br />

EN LAS CALLES : Agosto, 1980.<br />

En las calles nuestras, casi<br />

que no hay nadie que no<br />

sepa, o se dé cuenta, lo que<br />

son las hormigas. Porque este<br />

bichito, perteneciente a la clase<br />

mayoritaria de los habitantes de<br />

esta pelotita de tierra de la cual<br />

colgamos, a cada rato se hace<br />

presente.<br />

No solo porque las vemos en<br />

todas partes o porque alguna<br />

vez nos causaron escozor con<br />

sus afiladas mandíbulas, sino<br />

porque estos fabulosos vecinos<br />

cohabitantes de la tierra que<br />

decimos nuestra, son tantos y tan<br />

importantes, que su quehacer<br />

ocupa desde hace rato todo el<br />

tiempo disponible de científicos e<br />

investigadores para estudiarlos y<br />

el trabajo va para largo.<br />

Pero en lo que queremos<br />

ocuparnos, es en el hecho de que<br />

ha tomado el hombre de hormiga<br />

a un tipo de vehículo que, siendo<br />

pequeño y económico, tiene<br />

capacidad para ir rápidamente<br />

a todas partes. Igualito tututea,<br />

cómodamente, dentro de<br />

la ciudad como en las más<br />

empinadas lomas del campo y<br />

así mismo como trepa, airoso<br />

cruza arena y lodazales llevando<br />

a sus ocupantes con seguridad y<br />

presteza a través de todo terreno.<br />

Hay pruebas, callejero lector,<br />

de que extendiéndoles la toma<br />

de aire para el carburador y<br />

alargándoles el escape, estas<br />

hormigas pueden cruzar ríos<br />

totalmente sumergidas. Cosa<br />

que no recomendamos a nadie y<br />

peor a los inspectores del Banco<br />

de Fomento, que han recibido<br />

dieciséis hormigas para el<br />

desempeño de sus funciones.<br />

De lo que se trata es destacar<br />

que gracias a las gestiones del<br />

Economista Bajaña, Gerente del<br />

Banco de Fomento, ahora los<br />

Inspectores del Banco tienen un<br />

moderno y eficiente medio para<br />

realizar sus funciones.


Ahora ya será historia antigua<br />

la del inspector, que a lomo de<br />

mula o a pie, tenía que pasar<br />

largos días para llegar hasta<br />

la sede de trabajo de nuestros<br />

agricultores, su propia finca.<br />

Será historia antigua el que,<br />

con los Saud Roved, se llegue<br />

hasta la tranca donde termina el<br />

camino y comienza el trillo.<br />

Nuestros Inspectores del Banco<br />

de Fomento ya no tendrán que<br />

quedarse en la tranca de caña y<br />

pedir que el agricultor venga a<br />

ellos.<br />

Ahora, gracias a las dieciséis<br />

hormigas logradas por el nuevo<br />

Gerente, no habrá ninguna<br />

tranca que los detenga y con<br />

el extraño ronquido del motor<br />

y la trasmisión a las cuatro<br />

ruedas podrán llegar a los más<br />

recónditos lugares de Manabí<br />

para realizar cómodamente la<br />

fructífera labor del Banco de<br />

Fomento.<br />

Lejanos están con esto, los<br />

inolvidables días en que Júpiter y<br />

Benigno, entre otros, caminando<br />

largos trechos y pidiendo posada<br />

muchas veces en casas con<br />

problemas de bendita y sin poder<br />

dormir realizaban las gestiones<br />

de nuestro Banco de Fomento.<br />

Ahora, gracias a la tecnología<br />

moderna y a estas dieciséis<br />

hormigas conseguidas por<br />

el Gerente del Banco, los<br />

inspectores del Banco llegan a<br />

todas partes por más recónditas<br />

que sean.<br />

Esta cosa nos complace y se<br />

la contamos a usted, callejero<br />

lector, para que le saque<br />

provecho, pues nuestro Banco<br />

Nacional de Fomento sigue<br />

siendo nuestro Gran Banco.


PASE CANTANDO<br />

EN LAS CALLES : Marzo, 1978.<br />

En las calles nuestras,<br />

cuajadas de antenas que<br />

espinosamente hinchan el<br />

cielo para emponzoñarnos con<br />

telemanía amodorrante, ya pocos<br />

recuerdan el juego del florón.<br />

Este es un entretenido juego de<br />

gente que quiere pasar un buen<br />

rato, cantando, bailando, riendo,<br />

entreverándose para conocerse<br />

mejor.<br />

Es el juego que Panchito Moreira<br />

jugaba en Bahía de Caráquez,<br />

cuando en sus años mozos,<br />

recién comenzaba a mover la<br />

mano transmitiendo puntitos y<br />

rayas en clave MORSE para<br />

comunicarnos buenas y malas<br />

noticias.<br />

De ese tiempo acá, ya han<br />

corrido algunas lunas y ahora<br />

a Panchito solito le tiembla la<br />

mano, por experiencia y por<br />

edad y parece que al inscribir<br />

la candidatura para Alcalde de<br />

su aventajado co ideario Vicente<br />

Mendoza, se acordó del juego<br />

del Florón y le dijo “QUE PASE<br />

CANTANDO”.<br />

Vicente, ni corto ni perezoso, se<br />

vino con un montón de choferes<br />

y taxistas; en coro con fondeo<br />

de pitos, bocinas y cláxones, le<br />

cantó ruidosamente su condición<br />

de candidato populista a como<br />

dé lugar.<br />

Ante tan sensitiva canción, y sin<br />

tumbarle la mano ni la voz, el<br />

Presidente del Tribunal Electoral<br />

no pensó dos veces y le dijo,<br />

“QUE PASE CANTANDO” y<br />

supuestamente Vicente Mendoza,<br />

ya es alcalde de Portoviejo.<br />

Cosa que no estaría mal en<br />

otras circunstancias, porque<br />

Vicente Mendoza con Panchito<br />

han sido manufacturados en<br />

nuestras universidades y en vez<br />

de ostentar un cartón fácilmente<br />

conseguible, tienen el respeto<br />

y admiración de la ciudadanía<br />

por su valor confirmado en la<br />

Universidad de la vida, que<br />

es la que asistimos usted y yo<br />

callejero lector, sudando la gota<br />

gorda todos los días y dando<br />

exámenes a cada rato para<br />

mantenernos colgados de la<br />

pelotita de tierra en que vivimos.


Las circunstancias actuales de<br />

desgobierno y caos económicos<br />

indican que el nuevo alcalde<br />

deberá tener el visto bueno del<br />

duradero Rey Mango Mayor,<br />

para poder recoger las migajas<br />

que en Quito sobren.<br />

Y por lo que yo conozco, a<br />

Vicente no le gusta nadita<br />

apañar sobras. Además, a<br />

nadie le admire que la decisión<br />

del Tribunal de Panchito de<br />

un solo plumazo sea revista<br />

en Quito y Vicente se pasó de<br />

largo sin chance a sentarse en<br />

el sillón mayor de la Alcaldía de<br />

Portoviejo.<br />

Si esto no ocurre, en hora<br />

buena y Vicente tendrá la única<br />

oportunidad de su vida de actuar<br />

como David contra Goliat y vale<br />

la pena intentarlo.<br />

Pero lo que no está bien y<br />

nos disgusto es la populista y<br />

pajera cola que nuestro amigo<br />

arrastra. Sí cada vez que Vicente<br />

Mendoza, como candidato a<br />

Alcalde, tenga que intervenir,<br />

va a hacerlo con la ruidosa,<br />

aguardientosa e indisciplinada<br />

horda de choferes para<br />

respaldarlo, estamos mal.<br />

Porque a nadie le gusta que<br />

le griten, que lo empujen, que<br />

lo apabullen que lo minimicen<br />

arrollándolo con el bulto<br />

de carros a escape libre y<br />

arrozantes.<br />

“El PASE CANTANDO” dado<br />

a Vicente por Panchito, bajo<br />

presión, hay razones para pensar<br />

que no es el definitivo.<br />

Es más bien como lo que aquí<br />

decimos, en este callejero rincón,<br />

salsa y salprieta para ponerle<br />

gusto a la sazón nuestra de vivir<br />

en un País Petroamarrado por los<br />

militares.


ECOS DE UN GRAN MOMENTO<br />

EN LAS CALLES : Agosto, 1980.<br />

En las calles nuestras, las cosas<br />

grandes se demuestran con cosas<br />

chiquitas.<br />

De allí, que me nazca contarle<br />

los detalles de un gran momento,<br />

para ver si es que estos<br />

encuentran un eco en usted y más<br />

personas los compartimos.<br />

Se trata de la ceremonia de<br />

celebración de los cincuenta años<br />

de fructífera vida, cumplidos por<br />

el Cristo Rey el pasado 16 de<br />

Agosto de este año. Un sábado<br />

a las cinco de la tarde, en los<br />

patios de la Escuela de este<br />

plantel Educativo.<br />

Desde el comienzo, al entrar,<br />

empeñosos estudiantes nos<br />

contagiaron de alegría<br />

y orgullo al conducirnos,<br />

entusiasmadamente, de las<br />

puertas hasta los asientos<br />

dispuestos frente a la mesa de<br />

dignatarios.<br />

Un blanco estrado salpicado de<br />

hermosos jarrones, conteniendo<br />

llamativos puñados de flores<br />

rojas y empinados niños<br />

sosteniendo la bandera y<br />

estandarte.<br />

Al centro, el Padre José<br />

Mendoza, actual Rector del<br />

colegio y a su diestra y siniestra<br />

nuestros regidores en Educación,<br />

Religión y Civismo.<br />

Nuestros amigos, Profesor<br />

Artemidoro Cevallos, Monseñor<br />

Carvajal, Profesor Lozano,<br />

Presidente de los Ex alumnos,<br />

nuestro Alcalde Vicente Mendoza<br />

y su esposa, Presidente y<br />

Director Ejecutivo del CRM, la<br />

madre Rectora de las Marianitas,<br />

entre otros y finalmente, de<br />

punta a punta dos forcejudos<br />

propulsores del Cristo Rey.<br />

El Padre Hermidas, Primer Rector<br />

del Colegio, a la izquierda<br />

y a la derecha uno de los<br />

fundadores del Cristo Rey, el<br />

hermano Humberto Maldonado,<br />

completaban la mesa directiva.<br />

Se cantó en gran coro nuestra<br />

canción nacional y le tocó al<br />

padre Rector dar su discurso<br />

de orden. Esbeltas palmeras,<br />

columpiándose, le hacían un<br />

marco de fondo acompañado de<br />

una sinfonía de hojas azuzadas<br />

por el viento.<br />

Y en el cielo límpido azul<br />

coloreadas cometas volaban<br />

claritas, como pulgas en taza<br />

de leche, mientras un leñador<br />

bajaba la loma del Cristo Rey<br />

con rastrojos a cuestas para dar<br />

calor a su hogar.


Habló el Padre Rector, evocando<br />

el mensaje de las bodas de<br />

oro, Recordar, Vitalizar y<br />

Concientizar, todo un cofre<br />

repleto de maravillas que<br />

debemos aprovechar. Tomó la<br />

palabra el Padre Hermidas y nos<br />

dijo en forma precisa cómo se<br />

fundó el Colegio Cristo Rey.<br />

Siguió Vicente Mendoza, que<br />

como Alcalde de la ciudad y ex<br />

alumno del plantel, estableció<br />

su agradecimiento para la<br />

Institución e inclusive mencionó<br />

los amistosos piñizcos del<br />

hermano Humberto.<br />

El que menos de los presentes,<br />

alumnos y alumnas del Cristo<br />

Rey, nos sentimos comprometidos<br />

por tan sinceras palabras.<br />

Y vino el momento en que<br />

habló el Hermano Humberto.<br />

Este caballero, desafiando el<br />

paso de los años, se irguió tal<br />

como lo hizo en sus recordadas<br />

clases y destacó la historia del<br />

Plantel dentro de la historia de<br />

Manabí, justificando plenamente<br />

lo que todos conocemos: Él es el<br />

pequeño Gran Gigante del Cristo<br />

Rey.<br />

Hubo otros discursos e<br />

intervenciones, que por falta<br />

de espacio no alcanzamos<br />

a reseñar, pero no podemos<br />

destacar dos.<br />

El Gobierno Nacional dictó<br />

un Decreto Condecorando al<br />

Pabellón del Colegio, con una<br />

hermosa medalla de Oro.<br />

Y a Candencio, el más antiguo<br />

servidor laico del Colegio, se<br />

lo honró con elocuentes frases y<br />

significativo pergamino.<br />

Un corto circuito impidió<br />

que la elocuente ceremonia<br />

se desarrolle como estaba<br />

programada, pero esto, lejos<br />

de restarle efecto, la hizo más<br />

significativa, pues demostró que<br />

desde hace cincuenta años, como<br />

ahora, quienes hacen Cristo<br />

Rey han tenido que enfrentarse<br />

a gigantescos problemas pero<br />

jamás dieron su brazo a torcer.<br />

Al contrario, callejero lector, con<br />

profunda Fe Cristiana, paciencia<br />

y decisión inquebrantable,<br />

durante fabulosos cincuenta<br />

años, de la nada, realizaron una<br />

grandiosa obra que en números<br />

es elocuente.<br />

1930, diez alumnos<br />

1980, mil ciento diez alumnos<br />

Pero espiritualmente rebasa y<br />

desborda lejos el más ambicioso<br />

sueño de quienes intervinieron en<br />

su creación.


dfdfadfasdf<br />

MIAMI<br />

EN LAS CALLES : Agosto, 1978.<br />

En las calles nuestras, la gente<br />

con pies de plomo ya casi<br />

que ni se notan y mas bien, la<br />

gente nuestra, de pronto como<br />

Mercurio, se ha puesto alitas en<br />

las corvas y están que viajan por<br />

todas partes.<br />

De estas, donde primero apuntan<br />

es Miami, el puerto puerta<br />

de Estados Unidos, para los<br />

Latinoamericanos.<br />

Tarde o temprano, con<br />

fondos propios sacados de<br />

los acumulados debajo del<br />

catre, escondidos en el baúl<br />

o prestados a la quinceañera<br />

abrileña, para allá se enfila la<br />

gente nuestra por una o más<br />

de estas razones. De negocio,<br />

de salud o para descansar o<br />

divertirse, que son muy pocos.<br />

Para ir a Miami y contar el<br />

cuento, que son los más. Y<br />

aventurándose en algo, que<br />

son los menos, pero que a la<br />

final son los que más llaman la<br />

atención.<br />

De este grupo minoritario,<br />

la prensa se encarga de<br />

promocionar a los que trafican<br />

con marihuana, roban o hacen<br />

noticia y la mayor parte pasan<br />

de agache tranquilos porque sus<br />

aventuras en Miami son privadas<br />

y a pocos afectan.<br />

De estos últimos, con punto y<br />

coma, nos vamos a ocupar aquí<br />

dándole paso a la historia de<br />

Virginia.<br />

Si la ve, me da la razón, porque<br />

contándole no me cree, puesto<br />

que Virginia es una muchacha<br />

que pelo maní en Lodana hasta<br />

que se dio cuenta de lo que<br />

llevaba entre sus piernas, o mejor<br />

dicho le hicieron ver el potencial<br />

que tenía en ese vértice.<br />

La propia Madrina de Virginia<br />

la llevó a Guayaquil, su pretexto<br />

de conocer al gran puerto y la<br />

vendió.<br />

Virginia no era ajena a las<br />

cosas del sexo, porque había<br />

visto como el gallo se come a<br />

la gallina dándole vueltas para<br />

luego montársele encima y más<br />

claro, cuando a la perra en celo<br />

la persiguen, perros venidos<br />

desde lejos, hasta que se traban<br />

con un nudo, de lo que después<br />

resulto llamarse verga dentro de


la chucha de la perra.<br />

Y lo mismo ocurría con todos los<br />

animales de la casa, que tarde o<br />

temprano, de una forma u otra se<br />

unían entre macho y hembra.<br />

Es mas, el desfloramiento de<br />

Virginia en un platanal por<br />

parte de su tío medio borracho,<br />

no calzaba bien en su mente,<br />

hasta que compartió los<br />

quinientos sucres entregados<br />

por un mecánico, en una<br />

fiesta organizada por la tía y<br />

compartidos por ella.<br />

Con este y otros cinco hombres<br />

conseguidos en la fiesta de<br />

aquel primer viaje a Guayaquil,<br />

Virginia pagó la entrada en la<br />

compra de un televisor y se dio<br />

cuenta cabal de lo que tenía<br />

entres sus piernas, lo que se le<br />

llevaba su madrina y de lo que<br />

se le ofrecía por delante. En su<br />

viaje de retorno a Portoviejo,<br />

cada bache de la Reina en el<br />

camino, machacaba la idea y<br />

esclarecía las cosas, el hueco<br />

que yo tengo entre las piernas<br />

vale plata y encontrándolos,<br />

hay hombres que lo pagan a<br />

cualquier precio.<br />

Virginia, una inocente y primitiva<br />

muchacha de campo, había<br />

descubierto el principal factor<br />

que mueve a la gente nuestra, la<br />

ley de la oferta y la demanda.<br />

Virginia tenía algo que ofrecer<br />

y había gente que ansía eso a<br />

precios discutibles.<br />

En varios intentos, los<br />

muchachos del vecindario se le<br />

amelcochaban como para hacer<br />

parecer que era amor, pero<br />

invariablemente apenas había<br />

una oportunidad, a Virginia la<br />

arrecostaban contra cualquier<br />

parte tratando de agarrarle la<br />

montañita de pelos que tenía<br />

entre sus piernas.<br />

Cuando uno puede ofrecer una<br />

cosa y encuentra demanda,<br />

tiene resuelto el problema del<br />

dinero. Cuando se tiene algo en<br />

suficiente calidad y cantidad y<br />

hay personas que puedan pagar<br />

un buen precio, se ha resuelto,<br />

en parte, el problema del dinero.


LA LIMPIEZA<br />

EN LAS CALLES : Julio, 1979.<br />

En las calles nuestras, cochocitas<br />

como pocas otras, empolvadas,<br />

empapeladas, repintadas,<br />

ensuciadas de mil y un maneras,<br />

de vez en cuando se hace un<br />

intento para cambiar esta callejera<br />

situación.<br />

Todos los Consejos Municipales<br />

han tratado afanosamente de<br />

encontrar la solución al problema<br />

de la basura.<br />

Ningún callejero amigo nuestro,<br />

puede acusar a ningún cuerpo<br />

Edilicio de no haber hecho<br />

grandes esfuerzos para mantener<br />

a nuestra Ciudad con traje blanco,<br />

oloroso, reluciente como recién<br />

almidonado.<br />

El Vicenteado Consejo medio<br />

choferil que nos regenta, no<br />

es distinto a los otros que lo<br />

precedieron y ya ha hecho dos<br />

intentones en este sentido. Hacer<br />

limpiar la propaganda electoral e<br />

iniciar una campaña de limpieza<br />

y comprar más maquinaria para<br />

recoger la basura.<br />

Todo esto está bien, porque por lo<br />

menos denota una preocupación<br />

para resolver el problema.<br />

Pero está muy mal, porque son<br />

soluciones angustiosas que intentan<br />

corregir el mal y de manera<br />

incorrecta.<br />

En una anterior entrega y antes<br />

de que se consuma el hecho,<br />

aquí conversamos sobre la inútil<br />

medida de raspar la propaganda<br />

política pegada a las paredes y<br />

dejar que caiga al suelo, porque<br />

presumíamos que de esta manera<br />

solo se estaba cambiando la<br />

basura de lugar. Medio se la<br />

sacaba de la pared para que se<br />

quede en las aceras.<br />

Una ligera inspección a las calles<br />

nuestras le hará ver, callejero<br />

lector, que nos sonó la flauta.<br />

En lo que respecta a la adquisición<br />

de una volqueta para la limpieza<br />

de la ciudad ocurre algo similar.<br />

Fíjese en la realidad y dese cuenta<br />

que pasa con las volquetas que<br />

cargan basura, entre más las<br />

llenan, más basura se desparrama<br />

en las calles por efecto del viento.<br />

Se dice que se ha iniciado<br />

una campaña de limpieza y<br />

afanosamente, en efecto, los<br />

encargados de efectuarla sacan la<br />

basura de ciertas partes y la llevan<br />

regándola hasta los basureros en<br />

la entrada de la ciudad.<br />

Pero nada se hace para<br />

limpiar o sacar los terrones, los<br />

mocarros que en sus pedestales o<br />

desparramados en el asfalto, están<br />

afeando a la ciudad al comienzo<br />

de la Avenida Manabí.<br />

Es decir, que se está andando<br />

por las ramas, se está como en<br />

ocasiones anteriores dando pasos<br />

en falso, golpeando con un bastón<br />

de ciego, recetando calmantes o<br />

pildoritas para aliviar el mal.


Pero hasta aquí nada se ha hecho<br />

para PREVENIR el problema.<br />

Hasta este momento, nadie le<br />

ha hecho caso al Dr. Macías,<br />

que desde hace rato sabe que<br />

contra cualquier mal una onza<br />

de prevención vale más que mil<br />

remedios.<br />

Nuestro problema de la basura<br />

o la limpieza de la ciudad, no<br />

es como recogerla. Y la prueba<br />

está en que pese al equipo<br />

mecanizado de modernos<br />

recolectores, seguimos cochocitos<br />

apestosos.<br />

El problema de nuestras calles<br />

sucias es fundamentalmente como<br />

evitar la suciedad y basura.<br />

Prevenir antes que tratar de<br />

componer.<br />

Esto significa, conversar con<br />

la gente nuestra para que se<br />

haga menos basura y la que<br />

es inevitable se la disponga<br />

ordenadamente para facilitar su<br />

evacuación.<br />

Significa una gran promoción<br />

para que los estudiantes,<br />

desde Kindergarden hasta los<br />

de Universidad tengan plena<br />

conciencia de la situación<br />

y colaboren a resolverla<br />

anticipadamente.<br />

Significa que debemos pensar con<br />

criterios de mayor transcendencia<br />

y, por ejemplo, en vez de contratar<br />

depósitos de basura que cuestan<br />

poco dinero pero enseguidita<br />

se destruyen, a la larga, mejor<br />

nos convienen depósitos para la<br />

basura que aunque cuesten más<br />

duren mayor tiempo.<br />

Es decir, que en este callejero<br />

problema, no hay que darle<br />

vueltas sino dar en el centro del<br />

asunto.<br />

Tenemos que hacer menos basura.<br />

Debemos ponernos de acuerdo<br />

para disponer de manera más<br />

organizada nuestra basura.<br />

El Municipio debe tratar de<br />

sacarle provecho a este problema,<br />

intentando una recuperación de la<br />

basura como se está haciendo en<br />

otras partes. Cosa que es bastante<br />

y difícil, pero de ninguna manera<br />

imposible.<br />

Con lo que solo queda pedirle<br />

a Vicente, que si dedica una<br />

partecita del esfuerzo que hizo<br />

para ocupar el sillón mayor de<br />

la ciudad, de seguro que puede<br />

hacer de la Ciudad nuestra, una<br />

de las ciudades más limpias del<br />

Ecuador.<br />

La crisis económica que estamos<br />

soportando, ya sería una gran<br />

ayuda en este sentido.


Esta chica en realidad estaba desnuda, era un cuento de una sirena que<br />

estaba desnuda. Don Jorge, me decía, usted me fotografía desnuda pero no<br />

me saca la cara verá. Recuerdo haber usado una fotografía de esta serie,<br />

para una campaña publicitaria de un aguardiante que se llama<br />

AGUARDIENTE CEILMACA o algo así; era la abreviatura de la empresa<br />

embotelladora.


La costa ha cambiado mucho, en principio era un puerto vivo, no<br />

había nada que contenga la erosión y los barcos llegaban tan<br />

cerca que si venía de Bahía, por ejemplo, cuando llegaba había<br />

estibadores que cruzaban las manos para formar un “asiento”<br />

y así transportaban a los viajeros a la playa sin que se mojen.


Hubo un crimen en el río, entre Picoazá y Portoviejo.<br />

Era en un pueblito notorio porque la población indígena<br />

se ha conservado bastante pura. Los picoazos son muy<br />

reconocibles. Así fui a tomar la fotografía del crimen y ví un<br />

grupo de niños que estaban en la otra rivera jugando en el<br />

lodo.<br />

Se podía ver que estaban divirtiéndose al máximo. Yo les<br />

dije: ¡Hey, hey! agrúpense que quiero tomarles una foto.<br />

Mi grito y pedido les llamó la atención, pararon de jugar<br />

pero todavía estaban muy acelerados.<br />

Entonces les dije: Háganse a la idea de que yo les iba a tirar<br />

lodo y ustedes tienen que defenderse.<br />

Entonces como por arte de magia,<br />

cada uno decidió posar. Fue un momento mágico, yo tuve el<br />

privilegio de capturarlo con mi cámara.<br />

Nota de producción: un afiche tamaño A2 impreso en edición<br />

limitada se encuentra en disponible en este libro.


Pelícanos frente a La Isla de la Plata,<br />

una isla privada de los Estrada.<br />

Cuando se despeja la neblina, se ve la isla al otro lado.<br />

Mi papá nos enseñó a nadar desde muchachitos de la<br />

manera más práctica posible,<br />

él nos amarraba con una soga larga y<br />

nos botaba a la corriente, y claro, si nos estábamos<br />

hundiendo simplemente halaba la cuerda y nos sacaba.


Mi papá fue un hombre muy especial, el fue médico. Se llamaba<br />

Dr. Oswaldo Loor Moreira y recibió la condecoración más alta que el<br />

país otorga a un civil. Fundó varios hospitales y fue alcalde de Portoviejo,<br />

trabajaba en las montañas de Calceta a lomo de caballo. Tenía uno para él,<br />

un mular para cargar las medicinas, y otro mular para un enfermero.<br />

Cuando trabajaba para el ejército lo atacó una bacteria que comía carne,<br />

que le sacaba tajadas y lo dejaba pelado. Comenzó en el brazo y luego<br />

pasó a la nariz. Logró curarse pero le quedaron las cicatrices.<br />

Mi padre era muy agradable. Ambos fuimos presidentes del Club Rotario y<br />

después de todos los clubes que habían en Portoviejo, uno tras de otro. Mi<br />

padre fue el autor del proyecto de Poza-Honda, que fue la primera represa<br />

hidráulica del país. Papá defendía el agua, la llamaba “la charca del doctor<br />

parrandero”. Cuando regresé de Estados Unidos al Ecuador llevaba una<br />

cosa que era ya rarísima. Era una foto de mi papá a colores y era la primera<br />

vez que se veía eso en Portoviejo. La gente iba a ver la foto a colores. Había<br />

muchos mal llamados “estudios fotográficos” que competían entre ellos, pero<br />

conmigo ninguno. Todos eran “minuteros”, es decir con cajón y trípode (lora).<br />

En cambio, yo puse un estudio y era una novelería, porque era la primera<br />

vez que se podía tomar fotos de una manera más controlada. Así incorporé<br />

el “Estudio Sonya” con la experiencia de haber estado en Corea<br />

y como en el ejército no había como tener cámara<br />

-era un asunto reservado para los fotógrafos oficiales<br />

yo tenía que estar escondiendo las mías.


Mi esposa es la de la foto. Ella es de Manta. Siempre fue una cosa<br />

conflictiva, porque ella pertenece a una familia de nobles intocables y yo los<br />

acababa. Para mí tenían sus cosas y yo se las decía. ¿Pero cómo vas a decir<br />

eso de tal y cual?, me decía. Yo era un provocador, irreverente. Pero así<br />

mismo he hecho muchos amigos, eso sí nunca trate de ofender ni de insultar<br />

a nadie, sólo era duro y firme en mis opiniones. Yo conocí a mi esposa en<br />

el Ecuador y la volví a ver cuando vine acá, a los Estados Unidos. Entonces,<br />

fue cuestión de meses para que nos casemos. La casa donde yo vivía era<br />

enorme, le alquilaba a una prima. Ahí vivíamos algunos primos, cada uno<br />

tenía su propia habitación. Los sábados hacíamos bailes en el sótano. Yo<br />

vine como todo emigrante a trabajar acá. Yo tenía varias enamoradas<br />

gringas, pero siempre las costumbres son diferentes, por eso cuando me<br />

enamoré de mi mujer, fue amor de verdad. Nos casamos aquí. Ambos<br />

estábamos en los Estados Unidos y mi mamá vino al matrimonio.


Esta imagen es de la luna de miel en las<br />

cataratas del Niagara. Ella no cambió la<br />

llanta sino que aprovechando que mi mamá<br />

estaba presente las puse a posar para la<br />

foto. Era un carro Mercury y nosotros ya<br />

vivíamos acá (en EEUU). Yo tuve ese carro<br />

por algunos años. Lincoln Mercury, ¡de<br />

doce cilindros! Había que ponerle gasolina<br />

cada vez que se daba la vuelta al parque.


Mi mamá hacía collares con piezas de tagua. Ella me enseñó el oficio y el amor a la tagua, hemos diseñado piezas en<br />

tagua para presidentes, embajadores y hasta para guitarristas españoles famosos. Mi Mamá fue ama de casa dedicada<br />

a sus hijos pero integrada de lleno con el mundo social de la ciudad. Vivió hasta los 99 años, y mi papá hasta los<br />

94. Tuvo seis hijos, cinco viven y el mayor murió en el 2015. Yo terminé el bachillerato y me compré un libro que se<br />

titulaba EL GIGANTE DEL NORTE sobre Estados Unidos y luego de leerlo le dije a mi papá que me quería ir. Era un libro<br />

maravilloso sobre Estados Unidos. En ese país tenía un tío que llegó a ser Ministro de Economía, él me fue a recibir al<br />

aeropuerto y me dijo: “sobrino de aquí a mi casa (en New Jersey a 40 minutos) tiene para hablar<br />

en español conmigo pero cuando lleguemos a la casa sólo se usa Inglés”. En dos meses ya hablaba inglés.<br />

Mis hijos viven en San Francisco, Illinois, Los Ángeles, Virginia y mi hija Silvia en el Ecuador.


Sonya, mi niña, con los lentes de mi esposa. Ha ido empeorando con los años.

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