YOGA 71

ción a Ley del Dar y el
Recibir. Siempre nos
enredamos con que
“debemos dar”, y siento
que no sabemos cómo
recibir. Dar y Recibir
son la misma acción.
Cuando una plantita
respira libera dióxido
de carbono y cuando
hace fotosíntesis se libera
oxígeno. Los dos
elementos son necesarios
para la naturaleza,
y el mismo dióxido de
carbono le sirve a la
planta para su fotosíntesis.
El dar y el recibir
son acciones simultáneas.
Lo mismo pasa
en nuestras relaciones
humanas, y lo mágico
es que quien recibe a
la vez se convierte en
dador y así se crea un
circulo de dar y recibir
que no tiene separación
entre uno y otro. El
Universo es abundancia
absoluta, es infinito,
y cuando hablamos de infinito no tomamos conciencia del infinito. ¡Es infinito todo! No lo
puedo medir de ninguna manera. Este es un fenómeno cuántico que en ese dar me estoy
brindando por completo, el primer recibir que tengo es el gozo de dar sin control.
Otra visión de una Ley muy importante que quiero compartir es la de la 4ta, llamada la
Ley del menor esfuerzo. En general la interpretamos mal porque creemos que tiene que ver
con la vagancia, y la verdad es que todo el Universo funciona desde esta Ley. El agua de un
río corre por el lugar más facilitado, no lucha con las piedras para ir sobre ellas, encuentra
rendijas entre ellas y pasa cómodamente. En esta Ley la clave es la aceptación de la realidad
externa e interna tal cual es. Desde la aceptación total no me defiendo, no resisto y encuentro
mi vía de salida. Al dejar de resistir, mi visión sobre todo el panorama -y sobre todas las
personas involucradas- cambia. Las soluciones y acciones se van presentando de la misma
manera como le sucede al agua que encuentra camino entre las piedras y los obstáculos.
Con el mínimo esfuerzo se pueden lograr los máximos resultados. Esto nos libera del paradigma
que supone que sólo con mucho esfuerzo podemos lograr lo que queremos.
A partir de la Ley de intención y deseo es muy auspicioso desarrollar la costumbre de observar
desde el corazón mis intenciones reales y sólo energetizar esas. Lo que aquí y ahora está
pasando me va marcando el camino a seguir para plasmar lo que deseo. Lo más importante
es estar presente e ir focalizándome en forma abierta y sin obstinarme, permitiéndole a la
vida que me enseñe a cambiar de rumbo y ser flexible. Aprender a pedir con libertad, apertura
y siempre con alegría es otra de las claves de esta ley. Pidamos con toda la pasión del corazón
y entreguemos el resultado a este Universo vasto y abundante del que formamos parte.
Aprender y practicar estas leyes no sólo es una posibilidad más, es la clave de una vida
plena, sana y realmente feliz. Todos ansiamos en nuestro corazón la manera de dejar de
golpearnos siempre con las mismas paredes y de saber con seguridad hacia dónde seguir
o qué camino tomar. Es el propósito de nuestras vidas el volvernos maestras y maestros en
las leyes que rigen el Universo en lo que sea que cada uno haga. En otros tiempos era muy
difícil llegar a conocer y experimentar estas verdades, pero hoy no sólo están facilitadas,
sino que ellas se van mostrando de una manera natural en nuestra realidad cotidiana para
descubrir quiénes somos y para qué estamos en este mundo.
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