Año 11 | Número <strong>70</strong> JUNIO - JULIO 2017 CONSEJO EDITORIAL Adolfo de Vincenzi Jorge González Luz Henríquez Antonio Dalto DIRECCIÓN Jorge González EDICIÓN Carla Pandolfo COORDINACIÓN Hugo Cayssials Melina Dorfman DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN Conci|Melnizki edd FOTOGRAFÍA Silvana Sergio CORRECCIÓN Esteban Bertola COLABORAN EN ESTE NÚMERO Pablo Bassi, Laura Berti, Juan Cibeira, Antonela de Alva, Horacio de Dios, Marina García, Martín Garrido, Nancy Giampaolo, Fernanda Guillot, Silvia Hopenhayn, Nadia Koval, Roger Koza, Christian Kupchik, Martina Leunda, Felipe Pigna, Gabriel Rolón, Luis Sagasti, Emilia Simison, Maximiliano Tomas, Mónica Tracey, Sergio Varela, Nando Varela Pagliaro y Agustina Zabaljáuregui. PUBLICIDAD Y REDACCIÓN Tel.: 4943-8219/22 Patagones 2463 | C1282ACA | CABA Correo: revistaquid@ilhsa.com Web: yenny-elateneo.com / Sección <strong>Quid</strong> REVISTA QUID Grupo Ilhsa S.A. es propietaria de <strong>Quid</strong>, publicación de Yenny y El Ateneo. Queda prohibida la reproducción del contenido de esta publicación, aun mencionando la fuente. Los editores no son responsables por las opiniones vertidas por los colaboradores, entrevistados, las notas firmadas y el contenido de los mensajes publicitarios. Registro Nacionl de la Propiedad Intelectual Nº 5066<strong>70</strong>. ISSN 1669738-3 Distribución en locales Yenny y El Ateneo de la Ciudad de Buenos Aires, GBA e interior del país. Edward T. Hall fue uno de los pioneros que acuñaron el término “proxemia” para determinar el estudio de las necesidades espaciales del hombre. Así comenzarían las investigaciones para medir el espacio íntimo, personal, social y público de individuos de diferentes culturas. Cada individuo tiene su propia “burbuja de aire”. Para los occidentales, su espacio íntimo mide entre 15 y 46 centímetros; solo permitimos esa cercanía con familiares y amigos íntimos. El espacio personal (que utilizamos para vincularnos en el trabajo o en una reunión social) mide entre 46 y 1,20 metros. Un japonés (cuyo territorio está tan densamente poblado) necesita que su espacio íntimo solo mida hasta 25 centímetros, así que, al querer interactuar socialmente con un occidental, probablemente lo encuentre “frío” o “distante”, mientras que el occidental retrocederá esos 20 centímetros que le faltan para sentirse cómodo. Los gestos que hagamos para calibrar o corregir serán interpretados según nuestra cultura. Cuando, en las horas pico, por ejemplo, viajamos en un colectivo o subte y hasta en un ascensor, nuestra zona íntima está siendo invadida. Como no podemos hacer otra cosa más que tolerarlo, Allan Pease, autor de El lenguaje del cuerpo, nos describe las reglas que todos sabemos y respetamos: 1. No es correcto hablar, ni siquiera con alguien conocido. 2. Debemos evitar mirar a la gente. 3. Debemos mantener la “cara de póker”, totalmente inexpresiva. 4. Cuantas más personas haya en el lugar, menos movimientos debemos efectuar. Pease dice que un observador errado interpretaría esos gestos que todos hacemos como de personas “abatidas”, “preocupadas” o “cansadas”. Sin embargo, estaremos obedeciendo a un lenguaje que todos entendemos. Disfruten este nuevo número de <strong>Quid</strong>. Adolfo de Vincenzi Director General Grupo Ilhsa