AguaTinta Nº28
Narrativas del crimen - Septiembre de 2017
Narrativas del crimen - Septiembre de 2017
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Las cartas<br />
La policía enfrenta no pocas dificultades para ver<br />
claro en este asunto y recibe decenas de cartas al día,<br />
supuestamente escritas por el asesino. En realidad, sólo<br />
algunas de ellas serían autógrafas, las otras habrían sido<br />
escritas por bromistas deseosos de divertirse revolviendo<br />
las pistas de los policías. Se sospecha que incluso algunas<br />
habrían sido redactadas por periodistas que buscaban<br />
material para publicar en sus artículos… ¡Difícil dilucidar<br />
todo eso!<br />
Sin embargo, la agencia de prensa Central News Agency<br />
de Londres, recibe un mensaje anónimo el 25 de septiembre<br />
de 1888, firmado con el sobrenombre de Jack the Ripper<br />
(Jack el Destripador). A este mensaje se le conocerá como<br />
Dear Boss (Querido Jefe) y su emisor afirma ser el autor de<br />
las muertes de agosto de ese año en el East End londinense.<br />
La misiva, rápidamente transmitida a Scotland Yard el 29<br />
de septiembre, fue luego objeto de diversas publicaciones<br />
en la prensa. Está dirigida a un destinatario desconocido,<br />
apodado como Boss, que bien podría ser el director de la<br />
Central News Agency. Fue escrita con tinta roja y tiene varias<br />
faltas de ortografía. Su contenido es:<br />
“Querido Jefe: Constantemente oigo que la policía<br />
me ha atrapado, pero no me echarán mano todavía. Me<br />
he reído cuando parecen tan listos y dicen que están<br />
tras la pista correcta. Ese chiste sobre Mandil de Cuero<br />
me hizo partir de risa. Odio a las putas y no dejaré de<br />
destriparlas hasta que me harte. El último fue un trabajo<br />
grandioso. No le di tiempo a la señora ni de chillar. ¿Cómo<br />
me atraparán ahora? Me encanta mi trabajo y quiero<br />
empezar de nuevo si tengo la oportunidad. Pronto oirán<br />
hablar de mí y de mis divertidos jueguecitos. Guardé algo<br />
de la sustancia roja en una botella de cerveza de jengibre<br />
para escribir, pero se puso tan espesa como la cola y no<br />
la pude usar. La tinta roja servirá igual, espero, jajá. En<br />
el próximo trabajo le cortaré las orejas a la dama y las<br />
enviaré a la policía para divertirme. Guarden esta carta<br />
en secreto hasta que haya hecho un poco más de trabajo y<br />
después publíquenla sin rodeos. Mi cuchillo es tan bonito<br />
y afilado que quisiera ponerme a trabajar ahora mismo si<br />
tengo la ocasión. Buena suerte. Sinceramente suyo,<br />
“Jack el Destripador”.<br />
Y en una especie de post scriptum dispuesto<br />
verticalmente, el redactor del comunicado se mofaba:<br />
“No se molesten si les doy mi nombre profesional. No<br />
estaba bastante bien para enviar esto antes de quitarme<br />
toda la tinta roja de las manos. Maldita sea. No ha habido<br />
suerte todavía, ahora dicen que soy médico, jajá” (7) .<br />
Tres días después de la recepción de la carta en la<br />
Central News Agency, el cuerpo de Catherine Eddowes fue<br />
encontrado mutilado, con una de sus orejas efectivamente<br />
cercenada, pero ésta jamás fue enviada a la policía. La<br />
importancia de esta carta está dada por que el autor se<br />
identifica como Jack el Destripador. A partir de entonces<br />
la carta adquirió gran relevancia y fue reproducida por la<br />
prensa, con la esperanza de que alguien reconociera la letra.<br />
El 1 de octubre, fecha del sello de correos, la Central<br />
News Agency recibió la postal Saucy Jacky (Jacky el<br />
descarado). La caligrafía y el tono eran similares a los de<br />
la carta Querido Jefe, en ella el autor aseguraba que dos<br />
p Dear Boss, patrimonio del Museo del Crimen, tambien conocido<br />
como Museo Negro, de Scotland Yard, en la ciudad de Londres.<br />
víctimas más habían sido asesinadas en sitios cercanos<br />
entre sí, y calificaba el homicidio como “un doble evento”,<br />
supuestamente en alusión a las muertes de Stride y Eddowes.<br />
Sin embargo, el documento fue enviado más de 24 horas<br />
después de las muertes, cuando ya los medios informaban a<br />
la población lo sucedido.<br />
La postal decía:<br />
“Cuando le pasé el dato no lo hice en clave, querido<br />
Jefe, mañana tendrá noticias sobre el trabajo de Saucy<br />
Jacky; esta vez un doble evento. La primera de ellas chilló<br />
un poco y no pude terminar. No tuve tiempo de quitarle<br />
las orejas para la policía. Gracias por no haber divulgado<br />
mi última carta hasta que me pusiera a trabajar de nuevo.<br />
“Jack el Destripador”.<br />
Con posterioridad a los asesinatos de 1888, el original<br />
de la postal Saucy Jacky desapareció de los archivos<br />
policiales.<br />
El presidente del Comité de Vigilancia de Whitechapel,<br />
George Lusk, recibió la carta From Hell (Desde el infierno)<br />
el 16 de octubre. La carta venía en una pequeña caja que<br />
también contenía la mitad de un riñón preservado en<br />
etanol y el autor aseguraba que se había comido el resto<br />
del órgano frito. Aunque algunas fuentes dedujeron que<br />
el riñón pertenecía a Eddowes, cuyo cadáver carecía de él,<br />
otras referencias concluyeron que se trataba solamente de<br />
una broma macabra. Sin embargo, tras el examen realizado<br />
al riñón por el cirujano inglés Thomas Openshaw, éste<br />
determinó que el órgano sí era humano y que efectivamente<br />
provenía del costado izquierdo de la víctima. Días más tarde<br />
el cirujano recibía una carta escrita por el asesino.<br />
Traducción de la carta From Hell:<br />
“Mr. Lusk:<br />
“Señor, os envío la mitad del riñón que tomé de una<br />
mujer; la preservé para vosotros. La otra pieza la freí y la<br />
comí, fue muy agradable. Quizá os envíe el ensangrentado<br />
cuchillo que lo sacó si sólo aguardáis un poco más.<br />
“Atrapadme cuando podáis”.<br />
Sólo las tres cartas reproducidas más arriba fueron<br />
consideradas como verdaderas por la policía, tras el análisis<br />
de diferentes aspectos, y se conservan en el apartado<br />
dedicado a Jack el Destripador del Museo del Crimen (Museo<br />
Negro) de Londres, a excepción del original de la misiva<br />
34<br />
(7) Pombo, Gabriel Antonio. Jack el Destripador: La leyenda continúa (2010), págs. 344-345.