07.11.2017 Views

TRAUMAS EMOCIONALES

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

uncido al yugo contigo en la forma del Paracleto,<br />

Aquel que viene al lado, para ayudar a llevar esta<br />

carga y este yugo cómodos y ligeros.<br />

Nótense las palabras del himno de Carlos Weslev<br />

en que traza el progreso de la gracia de Dios que sana<br />

el corazón abrumado de culpa del perfeccionista.<br />

LEVANTATE, ALMA M1A<br />

Levántate, alma mía; sacude los temores de tu culpa;<br />

Aquí está el sacrificio cruento en mi favor:<br />

Delante del trono se halla mi garantía,<br />

Mi nombre se halla escrito en sus manos.<br />

El siempre vive arriba e intercede por mí;<br />

Su amor que nos redime, y su preciosa sangre<br />

derramada en favor de la raza,<br />

Rociada ahora desde el trono de gracia.<br />

Las cinco heridas suyas, que vienen del Calvario,<br />

Derraman oraciones incesantes; y por mí<br />

Van rogando: ((Perdónale, perdónale.»<br />

((¡El pecador que ha sido perdonado no puede ya morir!»<br />

Ciertamente El llevó nuestras enfermedades, y soportó<br />

nuestros dolores, y nosotros le tuvimos por azotado,<br />

por herido de Dios y abatido. Mas El fue herido<br />

por nuestras transgresiones, molido por nuestros pecados;<br />

el castigo de nuestra paz fue sobre El, y por<br />

sus llagas fuimos nosotros curados. Todos nosotros<br />

nos des~arriamos como ovejas, cada cual se apartó por<br />

su cammo; y Jehová cargó sobre El la iniquidad de<br />

todos nosotros.<br />

Derramó su vida hasta la muerte, y fue contado<br />

con los pecadores, habiendo El llevado el pecado de<br />

muchos, e intercedido por los transgresores.<br />

Isaías 53:4-6, 12<br />

El Padre escucha a su Hijo amado ungido,<br />

Su petición atiende en su propia presencia:<br />

Su Espíritu responde a la sangre vertida<br />

y me repite a mí, que he nacido de Dios.<br />

Con Dios reconciliado, su voz perdonadora<br />

Escucho. Me admite como hijo; ya no debo temer:<br />

Con confianza me acerco<br />

y exclamo ante el trono: ((Padre, Abba, Padre.»<br />

108

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!