El asesino de al lado

SELECCIONES
Solo pude responder:
—Acabo de darles las llaves de su
apartamento y confirmé que vive ahí.
En verdad no sé qué más puedo hacer.
—Pues… no podemos llegar al apartamento
de la nada. Tenemos que asegurarnos
de que se encuentra allí. Si
solamente está ella, la verdad no nos
sirve de mucho. Así que, ¿por qué no
llamas a la puerta y ves si está?
Los meses previos, Carol le contaba
al resto de los vecinos: “Charlie tiene
demencia; tiene problemas cardiacos”.
Durante el día llegaban a poner notas
en la puerta que decían: “No molestar”.
Por nuestras conversaciones, sabía
que él dormía durante el día.
Le explico esto al agente. Sin titubear,
me pregunta:
—Bueno, ¿qué planes tienes para
esta noche?
—Voy a ir a un concierto —contesto.
—Sería una buena idea que canceles
esos planes.
Entonces telefoneo a mi amigo:
—Mira, creo que no voy a ir al concierto…
y no puedo decirte por qué.
Conforme el impacto inicial se disipa,
me voy dando cuenta de que
me tocará quedarme con estos tipos
hasta que esposen a Charlie. Y entonces
empieza la acción. Un agente se
coloca en una ventana que tiene una
buena vista del balcón de los Gasko,
el cual está cruzando la calle. El otro
agente quiere ir a mi apartamento. Le
digo que vaya por un callejón y tome
unas calles laterales para que no tenga
que caminar frente al edificio, a plena
vista de Charlie y Carol. Atravieso la
entrada principal y lo dejo pasar por
la puerta trasera.
—Acaban de cerrar las persianas
—reclama un agente. ¿Les avisaste?