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RNENERO2018

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2 Enero 2018<br />

OPINIÓN<br />

Editorial : Un 2018 interesante<br />

Este 2018 se presenta interesante para la<br />

Ribera. Los próximos doce meses van a<br />

influir mucho de cara a la cita con las urnas<br />

para confeccionar los ayuntamientos<br />

en 2019. Los políticos que ahora tienen<br />

la vara de mando son muy conscientes de<br />

ello y no van a parar de quemar todos los<br />

cartuchos para que el ciudadano, el votante,<br />

tenga una buena impresión de ellos que<br />

les lleve a mantenerles al frente de las respectivas<br />

alcaldías. Esto es algo que ya lo<br />

estamos notando y se irá percibiendo con<br />

mayor claridad conforme pasen los meses<br />

y se acerque la fecha de las elecciones. En<br />

nuestros municipios veremos muchas obras,<br />

se iniciarán proyectos y se finalizarán otros<br />

para que sean inaugurados en la fecha más<br />

conveniente, aunque sea de forma precipitada.<br />

Esto es algo que ha sucedido siempre<br />

y continuará siendo así.<br />

Hablando de obras, en Alzira ha vuelto a<br />

surgir la polémica en torno la construcción<br />

del nuevo edificio de la Policía Local. Elena<br />

Bastidas presentó el proyecto en 2015 situándolo<br />

en un lugar (la avenida Luis Suñer),<br />

el tripartito lo está construyendo en<br />

otro (la avenida Padre Pompilio), y ahora<br />

la exalcaldesa dice que si vuelve a gobernar<br />

no sabe si será ahí donde se ubique el futuro<br />

retén policial. Un sinsentido. Lo que parece<br />

claro es que actualmente se está construyendo<br />

en una de las zonas más conflictivas<br />

de la ciudad, y muestra de ello es que las<br />

obras ya han recibido la visita de los cacos<br />

en dos ocasiones. Así que la futura presencia<br />

permanente de la policía en ese barrio<br />

tal vez contribuya a mejorar la seguridad en<br />

la zona.<br />

Otra obra que anuncia también en Alzira,<br />

en este caso la Diputación, es la mejora de<br />

los accesos al polígono de la carretera de<br />

Albalat, donde se construirá una glorieta de<br />

acceso y se acondicionara su travesía, donde<br />

se añadirá una vía ciclopeatonal. El problema<br />

es que para poder incorporar ese carril<br />

bici se pretende expropiar una parte de<br />

las parcelas de algunas empresas situadas<br />

en su margen, y al menos una de ellas ya ha<br />

presentado la consiguiente denuncia ante el<br />

juzgado. Veremos en qué queda este asunto.<br />

Reversión del Hospital<br />

Este 2018 también va a ser clave para el futuro<br />

del Hospital de la Ribera. Salvo sorpresa,<br />

el próximo 1 de abril se hará efectiva<br />

su reversión; pasará de ser un hospital<br />

público de gestión privada, a convertirse<br />

completamente de gestión pública, terminando<br />

así con un modelo, el modelo Alzira,<br />

del que hizo bandera el anterior gobierno<br />

autonómico del PP y tomado como ejemplo<br />

de colaboración público-privada en materia<br />

de sanidad en muchos otros lugares. Hoy en<br />

día, todos los indicadores que miden el nivel<br />

de eficacia en el funcionamiento y de<br />

satisfacción de los usuarios dicen que ese<br />

modelo de gestión ha funcionado bien, por<br />

eso la ciudadanía se pregunta si van a perder<br />

calidad de servicio con la reversión. Conscientes<br />

de esas dudas, la Conselleria de Sanidad<br />

se ha lanzado a recorrer los pueblos<br />

de la Ribera para explicar que el cambio va<br />

a ser a mejor, que no hay de qué preocuparse.<br />

Pero es lógico pensar que eso no vaya<br />

ser así. No hay ninguna empresa que haya<br />

pasado a manos públicas y que haya ido a<br />

mejor, ninguna. Que habrá una merma en<br />

la agilidad del servicio y no se optimizarán<br />

los recursos de la misma forma lo reconocen,<br />

con la boca más grande o más pequeña,<br />

hasta los propios médicos que trabajan en el<br />

centro. Y si en un principio los ciudadanos<br />

no notamos el cambio será por el especial<br />

empeño de la Generalitat para que no se<br />

note, porque está en juego su credibilidad<br />

en una decisión tomada únicamente por razones<br />

políticas e ideológicas. Y eso supondrá<br />

un mayor coste que saldrá del bolsillo<br />

del contribuyente.<br />

Especial incidencia va a tener el asunto laboral<br />

del Hospital. Gran parte de los trabajadores<br />

son vecinos de la comarca, de Alzira<br />

y alrededores, pero no son trabajadores<br />

estatutarios, es decir, su vinculación con<br />

el Hospital de La Ribera está en forma de<br />

personal labora indefinido, con lo que en el<br />

nuevo escenario, o terminan opositando y<br />

sacándose una plaza, o dejarán paso a otros<br />

y se irán a la cola del paro. Todos tenemos<br />

varios nombres de jefes de servicio en la<br />

cabeza que han tratado a uno u otro familiar<br />

cercano, o a varios.<br />

La Opinión de José M. Vila Ribes (Abogado)<br />

Con la financiación a cuestas<br />

A estas altura parece que en Madrid ya nadie discute que los valencianos estamos sufriendo un sistema<br />

de financiación autonómico injusto y discriminatorio, que nos está conduciendo, día a día, a un endeudamiento<br />

totalmente insostenible. Sin embargo, ningún partido a nivel estatal está planteando de forma<br />

seria y rigurosa un nuevo sistema de financiación que ponga remedio a esta situación. Los intereses<br />

territoriales de cada uno de ellos frenan cualquier iniciativa, pues es evidente que un nuevo reparto de<br />

la tarta, supondrá necesariamente la perdida de privilegios para algunos, y a nadie le interesa abrir esta<br />

Caja de Pandora. Por su parte los partidos estatales en la Comunidad Valenciana solo ondean la bandera<br />

de la financiación cuando el que gobierna el Estado es su adversario político, si son sus propios correligionarios, solo el silencio<br />

y la callada por respuesta, poniéndose de perfil para que nadie les vea e intentando capear el temporal de forma vergonzosa. Con<br />

esta actitud de nuestros políticos, no puedo evitar recordar una frase que se atribuye a el Conde Duque de Olivares, cuando acudió<br />

a la Corona de Aragón para recaudar fondos para la Guerra de Flandes “De los valencianos lo que queramos, de los aragoneses lo<br />

que podamos y de los catalanes lo que ellos quieran”, cuatrocientos años después parece que nada ha cambiado.<br />

Los valencianos tenemos que ser conscientes de que, de una adecuada financiación, dependen elementos esenciales para nuestra<br />

vida diaria: el sistema sanitario, la educación de nuestros hijos, las prestaciones sociales, las infraestructuras necesarias para que<br />

nuestras empresas sigan siendo competitivas y generen puestos de trabajo. Si no somos capaces, como sociedad civil, de convertir<br />

la cuestión de la financiación en un problema fundamental para todos los partidos políticos que nos representan, habremos fracasado<br />

y con ello habremos comprometido nuestro futuro y el de las próximas generaciones. Las elecciones autonómicas ya se<br />

otean en el horizonte, vamos a ver el verdadero compromiso de nuestros políticos con los ciudadanos que les elegimos, y vamos a<br />

exigirles con firmeza, que cumplan con su deber de defender, por encima de los intereses de partido, el interés general de obtener<br />

para los valencianos un sistema de financiación justo.<br />

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