12.02.2018 Views

WILLIAMS, George H. (1979) La Reforma Radical, Harvard University, Massachusetts (1)

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

de Vio (más tarde cardenal Gaetano), catedrático en Padua, reconoció en 1509 que Aristóteles<br />

sostenía la mortalidad incluso del alma racional (al contrario de Tomás de Aquino).<br />

El fundamento de la duda paduana era, de manera general, la preponderancia de la<br />

interpretación averroísta de Aristóteles, donde no había lugar para las almas individuales, sino<br />

sólo para un alma racional eterna, de la que cada individuo participa transitoriamente. Dentro de<br />

este contexto averroísta, la única inmortalidad era la absorción impersonal del individuo en el<br />

Intelecto universal.<br />

De todos los aristotélicos, fue Pedro Pomponazzi,40 de Mantua (1462-1524), catedrático<br />

sucesivamente en las universidades de Padua, Ferrara y Bolonia, el que más claramente dio<br />

nuevo giro a la discusión con su famoso tratado De la inmortalidad del alma (1516), al que siguió<br />

su Apología (1517), donde es aún más explícito. En un momento en que los aristotélicos averroístas<br />

hablaban de la inmortalidad impersonal y del Intelecto colectivo, mientras los<br />

aristotélicos tomistas, por su parte, prometían una inmortalidad personal gracias a la doctrina<br />

(importada) de la creación especial de cada alma racional, Pomponazzi intentó salvaguardar la<br />

dignidad ética y la individualidad epistemológica del hombre en su mortalidad natural. Remontándose<br />

por la vía del comentador Alejandro de Afrodisias hasta el Aristóteles griego,<br />

Pomponazzi sostuvo que era claramente posible demostrar por razón natural no sólo la<br />

mortalidad del alma, sino también su individualidad y su dignidad a pesar de su transitoriedad.<br />

Cada ser humano disfruta de un lugar único entre los animales y los ángeles en virtud de su<br />

capacidad de conocimiento reflexivo y de decisiones éticas en términos de conceptos<br />

universales. En la medida en que el alma, operando a través de todo el cuerpo, ocupa un punto<br />

medio entre lo mortal y lo inmortal, se puede decir que participa de una "inmortalidad" temporal.<br />

Pomponazzi sostenía que sus opiniones filosóficas, meras deducciones de la razón humana, eran<br />

trascendidas por la revelación de tina resurrección venidera, y no tenían por qué causar escándalo<br />

eclesiástico.<br />

Pero la doctrina eclesiástica establecida, que ahora se sentía amenazada por Pomponazzi<br />

v sus contemporáneos con mayor determinación aún que por los averroístas, no podía, como es<br />

natural, contentarse con una eventual resurrección de entre los muertos, e insistía en que cada<br />

alma creada, en cuanto forma sustancial del cuerpo, es capaz de existir, y de existir<br />

sensitivamente, con anterioridad a la resurrección. Este elemento de teología natural importado<br />

en el dogma católico tenía, de hecho, mucho más que ver con la filosofía platónica que con la<br />

Biblia. Pero la doctrina de la inmortalidad natural del alma había llegado a ser una parte tan<br />

integrante (le la vasta estructura penitencial y litúrgica de la teología moral católica, que la<br />

amenaza filosófica contra ella movió a León X, recién elevado al pontificado (1513), a prohibir<br />

en la octava sesión del Quinto Concilio de Letrán los argumentos y contra-argumentos en torno a<br />

la inmortalidad en las universidades (in universitatibus studiorum generalium) y en los círculos<br />

académicos. Aduciendo pasajes de los evangelios de San Juan y San Mateo, y también la<br />

Constitución Clementina dirigida contra el franciscano Pedro Olivi en el Concilio de Vienne<br />

(1311), el decreto conciliar del papa León afirmaba que el alma es naturalmente inmortal y que,<br />

40 Véase Bruno Nardi, Studi su Pietro Pomponazzi, Florencia, 1965. Los aristotélicos estaban divididos en esta época en dos<br />

grandes grupos, seguidores respectivamente de los dos principales comentadores de Aristóteles, Alejandro de Afrodisias y<br />

Averroes. El tratado De la inmortalidad de Pomponazzi puede leerse en traducción inglesa en The Renaissance Philosophy of<br />

Man, por Ernst Cassirer et al., Chicago, 1948. Nuestro problema se estudia en un contexto más amplio -con atención a Pico<br />

della Mirandola (t 1494), que aprendió hebreo, arameo y árabe, estudió la Cábala y escribió. una Oración sobre la dignidad del<br />

hombre (Bolonia, 1496)- en el libro de Don Cameron Allen, Doubt's Boundless Sea, Baltimore, 1964, y en el de Philip Merlan,<br />

Monopsychism, Mysticism, Metaconsciousness: Problems of the Soul in Neooristotelian and Neoplatonic Traditions, 21 ed., <strong>La</strong><br />

Haya, 1969),

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!