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WILLIAMS, George H. (1979) La Reforma Radical, Harvard University, Massachusetts (1)

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nueva conferencia de Estrasburgo de ese año, no se presentaron en Colonia. En vez de ir<br />

personalmente a Estrasburgo, donde habría tenido que meterse en el gran debate sobre el pecado<br />

original, Bouwens prefirió confiar en una carta fuerte de Menno a los hermanos de la Alta<br />

Alemania sobre la excomunión "común". Para él, según hemos visto, la excomunión "común"<br />

suponía huir de toda conversación, inclusive el saludo civil, el trato comercial y (en el caso de<br />

que uno de los cónyuges estuviera excomulgado) las relaciones conyugales.<br />

En la tercera conferencia de Estrasburgo, celebrada en 1557, con asistencia de<br />

representantes venidos, al parecer, hasta de la remota Mora-via,1127 la carta de Menno no tuvo<br />

la resonancia que Bouwens deseaba. El efecto que tuvo fue más bien contraproducente. Los<br />

anabaptistas de la Alta Alemania recibieron sin la menor simpatía la propuesta de Menno, y, si<br />

bien redactaron su contestación en lenguaje fraternal y apologético, no por ello fue menos<br />

categórico su rechazo. Suplicaron a los hermanos neerlandeses que no insistieran en un punto tan<br />

delicado, y que podría ocasionar la ruptura. Todo fue en vano, porque eso precisamente era lo<br />

que Leonardo Bouwens estaba determinado a hacer. <strong>La</strong> mano de reconciliación que se le tendía<br />

fue rechazada: en una reunión que celebraron a fines de ese mismo año, los ancianos<br />

neerlandeses excomulgaron a los alemanes del Sur y declararon inválido su bautismo. <strong>La</strong><br />

excomunión rigorista se estaba convirtiendo en la base de los anabaptismos anabaptistas.<br />

Así la ciudad de Estrasburgo, desde donde en 1530 Melchor Hof-mann se había<br />

encaminado a Emden para anunciar entre los alemanes de las tierras bajas el evangelio<br />

anabaptista de un bautismo concebido como una alianza o como unas bodas del creyente con<br />

Cristo, acabó siendo, un cuarto de siglo más tarde (1555 y 1557), el teatro de la ruptura formalizada<br />

entre los alemanes del Norte y del Sur en torno a las implicaciones eclesiológicas (la pureza<br />

de la iglesia y el rigor de la excomunión) de las dos doctrinas que Hofmann había elaborado<br />

precisamente durante su permanencia en Estrasburgo. Su doctrina de la carne celestial de Cristo,<br />

con sus implicaciones eclesiológicas de perfeccionismo, había llevado a la excomunión rigorista<br />

de todos aquellos que, a causa de un adulterio espiritual, quedaban descalificados de la<br />

participación en la vida corporativa del cuerpo celestial único. De esa manera hemos cerrado el<br />

círculo en la parte de nuestra exposición que se refiere a la teología nupcial del bautismo. El<br />

círculo-comenzó en Estrasburgo en 1530 (cap. xi. 1) y acabó en Estrasburgo también, en 1557.<br />

<strong>La</strong> exposición que hicimos en la sección primera del capítulo xiv seguramente habrá<br />

demostrado cómo, en un principio, Menno veía en la excomunión un instrumento de reforma y<br />

un medio de conseguir la reconciliación. Incluso después de haber cedido a la influencia de Leonardo<br />

Bouwens, siguió dando muestras de mucha agudeza en su análisis de los dos peligros que<br />

podían dar al traste con ella: por una parte, los arrepentimientos teatrales y fingidos de los<br />

transgresores, y por otra, un apego excesivo y farisaico a los estandartes de la pureza. En sus<br />

últimas palabras sobre el asunto, escritas después de la ruptura con los alemanes del Sur, no<br />

resuena la nota de condena, sino un acento de esperanza en el remedio para el hermano<br />

extraviado:<br />

[Que la iglesia] lo lleve al altar del Señor, lo rocíe con el hisopo espiritual de Dios, le<br />

declare la gracia de Cristo y, de este modo, lo reciba de nuevo como amado hermano en<br />

1127 Asistieron representantes "van der Eyfelt aen tot Maerlant toe". Marlant no es precisamente Máhren, y en todo caso los<br />

llegados de Moravia no tenían por qué ser necesariamente hutteritas, como piensa Kiwiet, Marpeck, p. 68. Kiwiet se apoya en<br />

Timotheus Róhncn, Geschichteder<strong>Reforma</strong>tionimElsass, vol. III, Estrasburgo, 1832,p. 139, el cual, a su vez, remite a Johann<br />

Ottius, Alíñales anabapthtla, Basilea, 1672, pp. 120 y 127. Rdhrich menciona de pasada a un tal Martín Steinbach que a la<br />

sazón andaba por allí, haciéndose pasar por Elias y acaudillando a un grupo llamado de los Líchtselier (confusa alusión a<br />

Jeremías, 48:12).

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