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WILLIAMS, George H. (1979) La Reforma Radical, Harvard University, Massachusetts (1)

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Un episodio de mucha trascendencia en la cadena evolutiva del pensamiento<br />

sacramentario fue el aprovechamiento de la biblioteca de Gansfort por parte de Hoen.69 Un tal<br />

Jacobo Hoeck, canónigo y diácono en Naaldwijk y pastor en Wassenaar, que había sido gran<br />

amigo y corresponsal de Gansfbrt, dejó en herencia su propia biblioteca a Martín Dorp, sobrino<br />

suyo. Dorp, que había sido catedrático de teología en Lovaina desde 1514, le pidió a su amigo<br />

Hoen, antiguo compañero de banca (en la escuela de San Jerónimo de Utrecht), que le examinara<br />

esa biblioteca.<br />

En ella encontró Hoen algunos de los manuscritos de Gansfort, sobre todo el De<br />

sacramento eucharistiae; quedó fascinado, e inmediatamente comunicó su entusiasmo a Dorp y a<br />

otros amigos. A partir de ese momento procedió a formar sus propias opiniones, mucho más<br />

radicales, acerca de la Cena del Señor. Se decidió entonces someter los escritos de Gansíort a la<br />

atención de Lulero. Para ello escribió Hoen su Epístola cliristiana admodum,70 donde sostiene<br />

que la Cena del Señor es simbólica, y que la frase eucarística crucial "Hoc est corpus meum"<br />

(Mateo, 26:26, y canon de la misa) debe traducirse así: "Esto significa mi cuerpo."<br />

Concentrándose en la commemoratio de Gansfort y en la superioridad del sacramento interior,<br />

Hoen rechaza la doctrina de. la transubstanciación y dice que la Cena significa tan sólo la<br />

promesa de Cristo de estar con sus seguidores. Adoptando una imagen de Gansfort, compara el<br />

banquete eucarístico con una ceremonia nupcial en la cual Cristo, el esposo, entrega el anillo (el<br />

pan) a su esposa colectiva, la Iglesia, con la promesa de que serán siempre fieles el uno al otro.<br />

Rechazando a todos los otros amantes, Cristo y el alma cristiana ligada con el pacto se<br />

pertenecen mutuamente. <strong>La</strong> imagen del anillo procede de la parábola del hijo pródigo (Lucas,<br />

15:20-23), a quien su padre, lleno de júbilo, recibe sucesivamente con un beso, una túnica, un<br />

anillo, sandalias nuevas y un banquete. Muchos siglos antes. Tertuliano había alegorizado la<br />

túnica como el ropaje del gozo (el Espíritu Santo), el anillo como el bautismo, y el becerro<br />

cebado como la eucaristía.71 Aunque Hoen, el abogado holandés, se aparta de Tertuliano al<br />

relacionar el anillo con el pan de la comunión, sigue siendo posible que en este particular se haya<br />

inspirado en el abogado-teólogo de la antigua África septentrional.<br />

Hoen prosigue diciendo que el creyente que confía en el valor redentor de la muerte de<br />

Cristo come verdaderamente su carne y bebe verdaderamente su sangre. En verdad. Jesús mismo<br />

afirma (evangelio de San Juan, capítulo 6) que él es el pan de vida y que quien cree en él vive en<br />

él. Lo que quería decir con esto es que quienes creen en él tienen el pan verdadero, que es Cristo<br />

mismo. <strong>La</strong> Escritura no habla en ningún lugar del milagro de la transubstanciación, sobre el que<br />

tanto insisten los escolásticos de Roma. Los apóstoles nunca dicen que Jesús les haya dado<br />

literalmente su sangre y su carne. Y aunque Jesús lo hubiera hecho así, esto no significaría que<br />

los sacerdotes tienen el poder de hacer otro tanto.<br />

Cristo es contemplado y adorado únicamente mediante la fe. No está en el pan. ¿Por qué<br />

envió al Paráclito, sino justamente porque él no podía estar presente de manera corporal entre sus<br />

discípulos? El pan "significa" su cuerpo. Así como no puede decirse que Cristo sea literalmente<br />

una vid o una puerta, así también debe dejar de decirse que es sustancialmente un pedazo de pan.<br />

Todas ésas son metáforas, no realidades literales. Por lo tanto, hay que hacer una distinción entre<br />

el pan que es comido y el Cristo que es recibido por la fe. Hoen argumenta que Cristo se dio ya<br />

69 Albert Hardenberg, biógrafo de Wessel Gansfort, es quien cuenta la manera ctímo intervino Hoen en la historia de los<br />

sacramentarios. <strong>La</strong> mayor parte de la Vita está traducida en Miller y Scudder, Gansfort, vol. II, pp. 317-344).<br />

70 (Editada por A. Eekhof, De Avondmaalsbrief van Cornefc Hoen, <strong>La</strong> Haya, 1917, y publicada más recientemente en CR, XCI,<br />

505 ss.; traducida al inglés por Heiko Oberman, Fore runners of the <strong>Reforma</strong>tion, Nueva York, 1966, pp. 268-278. (Véanse sin<br />

embargo, infra, nota 2 del cap. III, algunas reservas en cuanto a la autenticidad de la Epístola.),<br />

71 Tertuliano, De pudicitia).

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