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WILLIAMS, George H. (1979) La Reforma Radical, Harvard University, Massachusetts (1)

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cuando lo que importa es la Palabra interior, y zahiere en general a los "escribas" (los eruditos en<br />

materia religiosa), que en el mejor de los casos no tienen sino una "fe histórica".<br />

Müntzer la emprende abiertamente contra Lutero en su Protestation oder Entbietung. . .<br />

von dem rechten Christenglauben und der Taufe, dividida en veintidós artículos.105 En los siete<br />

primeros da plena expresión a su concepción del bautismo. Distingue entre el bautismo interior y<br />

el bautismo exterior. Este último no fue administrado ciertamente, según el Nuevo Testamento, a<br />

niños de corta edad, pero tampoco fue administrado a adultos tan virtuosos como María y los<br />

apóstoles. Por lo tanto, el bautismo exterior es innecesario v no tiene por qué incluirse en la<br />

iglesia de los fieles. El bautismo interior es otra cosa.<br />

El bautismo interior se explica a base de los seis primeros capítulos del evangelio de San<br />

Juan, que contienen una serie de alusiones al agua. El agua se interpreta como él movimiento del<br />

Espíritu, y este movimiento es una convulsión (Erschütterung) que siente el alma al recibir su<br />

cruz particular, asignada por Dios. Müntzer relaciona unos con otros varios pasajes: la áspera<br />

predicación de San Juan Bautista con anterioridad a la acción bautismal de limpieza y<br />

renovación; la conversión del agua en vino (interpretado como la sangre del sufrimiento) por la<br />

acción milagrosa de Jesús; las palabras que dice Jesús, en el pozo de la Samaritana, sobre el agua<br />

viva que tiene su fuente en Dios; y, finalmente, la acción de Jesús con el agua de la piscina de<br />

Betesda movida por él ángel (símbolo del poder curativo de la cruz que debe cargar cada uno de<br />

los cristianos).106 Sobre la base de estos cuatro textos, Müntzer sostiene que el bautismo es el<br />

símbolo de toda la disciplina que supone la cruz otorgada por Dios, cruz que conduce a su vez al<br />

descendimiento del Espíritu Santo con sus revelaciones. Este concepto de la acción bautismal,<br />

que abarca todo el proceso de la redención, desde el primer movimiento de desesperación<br />

religiosa hasta el posible martirio, bien puede haber sido uno de los ingredientes de la "teología<br />

de mártires" de los anabaptistas evangélicos.107<br />

Otra expresión de esta teología de mártires es una importante carta escrita por Müntzer<br />

hacia el comienzo de su permanencia en Allstedt y dirigida a los seguidores que tenía en<br />

Stolberg, su pueblo nata1.108 En ella los pone en guardia contra los tumultos prematuros o<br />

insensatos. <strong>La</strong> iglesia reformada del futuro deberá estar constituida por los elegidos de Dios. Pero<br />

estos elegidos deben primero sufrir, no ya con paciencia, sino con amorosa ansia, todas las<br />

pruebas a que Dios quiera someterlos. Los "elegidos perezosos" pueden darse por perdidos. <strong>La</strong><br />

"gracia de la Anfechtung"109 es otorgada sólo a aquellos que se han mostrado dignos de ella<br />

gracias a la disciplina de mortificaciones voluntariamente aceptadas.<br />

105 Terminada en diciembre de 1523; publicada en 1524. Véase Brandt, op. cit., p. 133. <strong>La</strong> Protestation ha sido traducida al<br />

inglés por John Steely. (En 1962, su trabajo estaba a punto de ser publicado en el Bulletirz del Southeastern Baptist Theological<br />

Seminary de Wake Forest, North Carolina.)<br />

106 Con alusión a Juan, 7:37-38, dice Müntzer: "Los ríos de agua cita son los movimientos de nuestro espíritu en el de Dios." El<br />

agua como alegoría del Espíritu Santo es una interpretación muy corriente en la teología medieval.<br />

107 Es preciso estudiar desde este punto de vista lo que dice Ethelbert Stauffer, "Anabaptist Theology of Martyrdom", MQR, XIX<br />

(1945), p. 179. Lohmann, o(r. cit., p. 49, después de observar que Müntzer, en contraste con los anabaptistas evangélicos,<br />

prácticamente prescinde del bautismo exterior, prosigue: "Dennoch ¡si es müglich, dass Müntzer durch die Umdeutung des<br />

Kreuzes in den Taufgedanken be¡ der weiteren Verbreitung seiner Schriften die besondere Betonung der Taufe be¡ jenen<br />

verursacht hat, die dann threrseits für diese innere Taufe des Kreuzes ein áusseres Symbol suchten, das ihnen die Wiedertaufe<br />

bot." Se remite a Jorge Haug en Müller, Glaubenszeugrzisse (QGT, III), p. 7, y a Emil Egli Die Züricher Wiedertáufer zur<br />

<strong>Reforma</strong>tionszeit, Zurich, 1878, p. 19, pero quizá esté forzando una conexión que la escuela de Holl-Bóhmer requiere, a saber,<br />

que Müntzer es el originador de todo el anabaptismo.<br />

108 Escrita en julio de 1523; impresa en Heinrich Bóhmer y P. Kirn, Thomas Müntzers Briefwechsel auf Grund der Handschrifterz<br />

und dltesten Vorlagen, Leipzig, 1931, núm. 41, p. 44, y en Brandt, p. cit., p. 62; comentada por Lohmann, op. cit., pp. 36 ss.<br />

109 Lutero, en cambio, consideraba la Anfechtung un pecado, o en todo caso no la tenía por "buena obra". Véase Gritsch, op. cit.

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