Gaceta UAQ 03 | Marzo 2018
Celebramos a la mujer en su mes. Gaceta UAQ Difusión | Historia | Identidad
Celebramos a la mujer en su mes.
Gaceta UAQ
Difusión | Historia | Identidad
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Somos Mujeres<br />
EGRESADAS UNIVERSITARIAS<br />
MARZO <strong>2018</strong><br />
1<br />
4<br />
8<br />
7<br />
10<br />
2 3<br />
5<br />
6<br />
9<br />
COLEGIO CIVIL<br />
Según el registro<br />
de los libros del<br />
Colegio Civil, no se<br />
encontró ninguna<br />
mujer como<br />
egresada<br />
UNIVERSIDAD<br />
DE QUERÉTARO<br />
La primera mujer<br />
titulada fue María<br />
Amparo Santana<br />
Gallo en 1956, su<br />
acta de titulación<br />
es la no. 9 y fue de<br />
Enfermería<br />
<strong>UAQ</strong><br />
Como Universidad<br />
Autónoma, la<br />
primera mujer<br />
que se tituló fue<br />
también la primera<br />
abogada Cecilia<br />
Pedraza Rodríguez,<br />
con el acta no. 47,<br />
en 1959<br />
25<br />
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15<br />
14<br />
Gracias a las mujeres que en<br />
su momento se atrevieron a<br />
cambiar su historia.<br />
Un reconocimiento a todas<br />
ellas. Aquí algunas de las<br />
primeras egresadas de la <strong>UAQ</strong><br />
DRA.BLANCA ESTELA GUTIÉRREZ GRAGEDA<br />
16<br />
17<br />
18<br />
19<br />
FACULTAD DE FILOSOFÍA<br />
FOTOS E INFORMACIÓN: SERVICIOS ESCOLARES<br />
n el siglo XIX se registró una interesante polémica:<br />
¿debían las mujeres recibir instruc-<br />
¿qué “peligros” traerían consigo que Eción?,<br />
una mujer adquiriera las luces de la ciencia?, ¿debían<br />
recibir el mismo tipo de educación que los<br />
varones? Éstas fueron algunas de las preguntas que<br />
el siglo se planteó.<br />
Al respecto, son por demás interesantes los argumentos<br />
que se presentaron, particularmente a<br />
través de la prensa. En las reflexiones participaron<br />
tanto autoridades civiles como eclesiásticas, así<br />
como periodistas y literatos, pero faltó una voz: la<br />
de las mujeres.<br />
La vida de las mujeres en el<br />
siglo XIX, en buena medida, giraba en torno a la<br />
Iglesia católica. Ésta le tenía funciones claramente<br />
asignadas: ser madre, esposa e hija. Desde muy<br />
pequeñas, las niñas aprendían esos roles sociales.<br />
Sobre la mujer, señalan los testimonios de la<br />
época, históricamente se habían elaborado juicios<br />
por demás contradictorios y opuestos: unos la pintaban<br />
como un ser casi “sobrehumano y celestial”,<br />
en tanto que otros la presentaban como “una criatura<br />
perversa, un genio maléfico, una ocasión permanente<br />
de males y ruinas<br />
de todo género”; incluso, había<br />
quien la consideraba como obra misma<br />
del demonio.<br />
Para evitar que ellas se convirtieran en agente<br />
corruptor de la sociedad, había que cuidar su<br />
formación. En ese sentido, casi todos los sectores<br />
sociales destacaron la importancia de que la<br />
mujer aprendiera a leer y a escribir, para hacer<br />
de ella una mejor esposa, una excelente madre<br />
y una adorable hija.<br />
La mujer, se argumentaba, no había sido destinada<br />
“por el Criador para las altas especulaciones<br />
de las ciencias, pero sí para el gobierno<br />
de la familia”; una mujer “fuerte” no era aquella<br />
que tenía “profundos conocimientos filosóficos<br />
o literarios”, sino la que madrugaba, distribuía<br />
los alimentos a la familia y a los criados, daba<br />
reposo al corazón del esposo, atendía a los desvalidos<br />
y se dedicaba al hogar.<br />
En la opinión de un sector de la población, el<br />
estudio de saberes ajenos a “su naturaleza” les<br />
quitaría el tiempo y el deseo de adquirir aquellos<br />
conocimientos que eran “útiles y necesarios a su<br />
estado”. Una mujer dispuesta a escribir, señalaban,<br />
era como un niño que jugaba con un arma<br />
con la cual podía herirse.<br />
La necesidad de educar a la mujer era clara:<br />
¿PARA QUÉ?<br />
ellas inspiraban a los hombres “muchas de<br />
sus ideas” y eran ellas las que formaban “los<br />
sentimientos de sus hijos”.<br />
Ante el avance que el movimiento feminista<br />
ya estaba registrando en Europa y el impacto<br />
que éste comenzó a tener en algunos<br />
sectores minoritarios de México, poco antes<br />
de concluir el siglo XIX, la prensa opinó:<br />
"Figuraos un gobierno regido por el bello<br />
sexo, como quieren ciertas mari-machos<br />
primas nuestras; ya me parece ver el salón<br />
presidencial lleno de paquetes de la tienda<br />
de ropa; perfumes por aquí, listones por allá,<br />
y luego, las juntas de ministros serían magníficas;<br />
el tema sería el común y corriente de<br />
todas las hijas de Eva: asuntos culinarios y<br />
cuestiones de trapos, sedas, géneros, sombreros<br />
y modistas, y para complemento, discusión<br />
sobre tal o cual alhaja, y otras frivolidades<br />
de igual importancia".<br />
A la vuelta de un siglo, podemos constatar<br />
que las mujeres hemos avanzado mucho<br />
en la conquista de nuestros derechos para<br />
convertirnos en actores de nuestra propia historia.<br />
Y, con creces, hemos demostrado que<br />
no sólo nos interesan los asuntos “culinarios<br />
y cuestiones de trapos, sedas, géneros, sombreros<br />
y modistas”.<br />
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<strong>Gaceta</strong> <strong>UAQ</strong><br />
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