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MADAME BOVARY-Gustave Flaubert

Madame Bovary (título completo en francés: Madame Bovary, Mœurs de province) es la novela del escritor francés Gustave Flaubert, publicada en 1856. El personaje vive más allá de sus posibilidades para escapar de las banalidades y el vacío de la vida provincial. Cuando la novela se realizó por primera vez en La Revue de Paris entre el 1 de octubre de 1856 y el 15 de diciembre de 1856, los fiscales atacaron la novela por obscenidad. El juicio resultante en enero de 1857 hizo la historia notoria. Después de la absolución de Flaubert el 7 de febrero de 1857, Madame Bovary se convirtió en un éxito de ventas en abril de 1857 cuando se publicó en dos volúmenes. Una obra seminal de realismo literario, la novela se considera ahora la obra maestra de Flaubert, y una de las obras literarias más influyentes de la historia. El crítico británico James Wood escribe: "Flaubert estableció, para bien o para mal, lo que la mayoría de los lectores consideran narración realista moderna, y su influencia es casi demasiado familiar para ser visible".

Madame Bovary (título completo en francés: Madame Bovary, Mœurs de province) es la novela del escritor francés Gustave Flaubert, publicada en 1856. El personaje vive más allá de sus posibilidades para escapar de las banalidades y el vacío de la vida provincial. Cuando la novela se realizó por primera vez en La Revue de Paris entre el 1 de octubre de 1856 y el 15 de diciembre de 1856, los fiscales atacaron la novela por obscenidad. El juicio resultante en enero de 1857 hizo la historia notoria. Después de la absolución de Flaubert el 7 de febrero de 1857, Madame Bovary se convirtió en un éxito de ventas en abril de 1857 cuando se publicó en dos volúmenes. Una obra seminal de realismo literario, la novela se considera ahora la obra maestra de Flaubert, y una de las obras literarias más influyentes de la historia. El crítico británico James Wood escribe: "Flaubert estableció, para bien o para mal, lo que la mayoría de los lectores consideran narración realista moderna, y su influencia es casi demasiado familiar para ser visible".

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No veía ningún impedimento; su madre le había enviado trescientos<br />

francos con los cuales no contaba, las deudas pendientes no eran grandes, y el<br />

vencimiento de los pagarés al señor Lheureux estaba todavía tan lejos que no<br />

había que pensar en ello. Por otra parte, imaginando que ella tenía escrúpulos,<br />

Carlos insistió más; de manera que ella acabó, a fuerza de insistencia, por<br />

decidirse. Y al día siguiente, a las ocho, se embarcaron en «La Golondrina».<br />

El boticario, a quien nada retenía en Yonville, pero que se creía obligado a<br />

no moverse de allí, suspiró al verles marchar.<br />

—Bueno, ¡buen viaje! —les dijo—, ¡felices mortales!<br />

Después, dirigiéndose a Emma, que llevaba un vestido de seda azul con<br />

cuatro faralaes:<br />

—¡Está hermosa como un sol! Va a dar el golpe en Rouen.<br />

La diligencia bajaba al hotel de la «Croix Rouge» en la plaza Beauvoisine.<br />

Era una de esas posadas que hay en los arrabales provincianos, con grandes<br />

caballerizas y pequeños cuartos para dormir, donde se ven en medio del patio<br />

gallinas picoteando la avena bajo los cabriolés llenos de barro de los viajantes de<br />

comercio; buenos viejos albergues, con balcón de madera carcomida, que crujen<br />

al viento en las noches de invierno, siempre llenos de gente, de barullo y de<br />

comida, con mesas negras embadurnadas de té o café con aguardiente, con<br />

gruesos cristales amarillos para las moscas, y servilletas húmedas manchadas de<br />

vino tinto, y que, oliendo siempre a pueblo, como gañanes vestidos de<br />

burgueses, tienen un café a la calle, y por la parte del campo, una huerta de<br />

verduras. Carlos se puso inmediatamente en movimiento. Confundió el<br />

proscenio con las galerías, el patio de butacas con los palcos; anduvo del<br />

acomodador al director, regresó a la posada, volvió al despacho, y varias veces<br />

así, recorrió la ciudad a todo lo largo, desde el teatro hasta el bulevar.<br />

Madame Bovary compró un sombrero, unos guantes, un ramillete de<br />

flores. El doctor temía mucho perder el comienzo; y sin haber tenido tiempo de<br />

tomar un caldo, se presentaron a las puertas del teatro, que todavía estaban<br />

cerradas.

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