15.04.2018 Views

MADAME BOVARY-Gustave Flaubert

Madame Bovary (título completo en francés: Madame Bovary, Mœurs de province) es la novela del escritor francés Gustave Flaubert, publicada en 1856. El personaje vive más allá de sus posibilidades para escapar de las banalidades y el vacío de la vida provincial. Cuando la novela se realizó por primera vez en La Revue de Paris entre el 1 de octubre de 1856 y el 15 de diciembre de 1856, los fiscales atacaron la novela por obscenidad. El juicio resultante en enero de 1857 hizo la historia notoria. Después de la absolución de Flaubert el 7 de febrero de 1857, Madame Bovary se convirtió en un éxito de ventas en abril de 1857 cuando se publicó en dos volúmenes. Una obra seminal de realismo literario, la novela se considera ahora la obra maestra de Flaubert, y una de las obras literarias más influyentes de la historia. El crítico británico James Wood escribe: "Flaubert estableció, para bien o para mal, lo que la mayoría de los lectores consideran narración realista moderna, y su influencia es casi demasiado familiar para ser visible".

Madame Bovary (título completo en francés: Madame Bovary, Mœurs de province) es la novela del escritor francés Gustave Flaubert, publicada en 1856. El personaje vive más allá de sus posibilidades para escapar de las banalidades y el vacío de la vida provincial. Cuando la novela se realizó por primera vez en La Revue de Paris entre el 1 de octubre de 1856 y el 15 de diciembre de 1856, los fiscales atacaron la novela por obscenidad. El juicio resultante en enero de 1857 hizo la historia notoria. Después de la absolución de Flaubert el 7 de febrero de 1857, Madame Bovary se convirtió en un éxito de ventas en abril de 1857 cuando se publicó en dos volúmenes. Una obra seminal de realismo literario, la novela se considera ahora la obra maestra de Flaubert, y una de las obras literarias más influyentes de la historia. El crítico británico James Wood escribe: "Flaubert estableció, para bien o para mal, lo que la mayoría de los lectores consideran narración realista moderna, y su influencia es casi demasiado familiar para ser visible".

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

desde la escena, al tiempo que representaba, la habría mirado. Pero se volvió<br />

loca; ¡él la miraba, estaba claro! Le entraron ganas de correr a sus brazos para<br />

refugiarse en su fuerza, como en la encarnación del amor mismo, y de decirle, de<br />

gritarle: «Ráptame, llévame, marchemos! ¡Para ti, para ti!, todos mis ardores y<br />

todos mis sueños».<br />

Cayó el telón.<br />

El olor del gas se mezclaba con los alientos; el aire de los abanicos hacía la<br />

atmósfera más sofocante. Emma quiso salir; el público llenaba los pasillos, y se<br />

volvió a echar en su butaca con palpitaciones que la sofocaban. Carlos, temiendo<br />

que se desmayara, corrió a la cantina a buscar un vaso de horchata.<br />

Le costó trabajo volver a su sitio, pues por todas partes le daban codazos<br />

por el vaso que llevaba entre sus manos, y hasta llegó a derramar las tres cuartas<br />

partes sobre los hombros de una ruanesa de manga corta quien, sintiendo llegar<br />

el líquido frío a los riñones, gritó despavorida, como si la hubieran asesinado. Su<br />

marido, que era hilandero, se enfureció con aquel torpe, y mientras ella se<br />

limpiaba con su pañuelo las manchas de su hermoso vestido de tafetán cereza, él<br />

murmuraba con tono desabrido las palabras de indemnización, gastos,<br />

reembolso. Por fin, Carlos llegó al lado de su mujer, diciéndole todo sofocado:<br />

—Creí, en verdad, que no volvía. ¡Hay tanta gente… tanta gente!<br />

Y añadió:<br />

—¿A que no adivinas a quién he encontrado allá arriba? ¡Al señor León!<br />

—¿A León?<br />

—¡El mismo! Va a venir a saludarte.<br />

Y al terminar estas palabras el antiguo pasante de Yonville entró en el<br />

palco.<br />

Le tendió su mano con una desenvoltura de hombre de mundo: y Madame<br />

Bovary adelantó maquinalmente la suya, sin duda obedeciendo a la atracción de<br />

una voluntad más fuerte. No la había sentido, desde aquella tarde de primavera<br />

en la que llovía sobre las hojas verdes, cuando se dijeron adiós, de pie al borde<br />

de la ventana. Pero pronto, dándose cuenta de la situación, sacudió en un<br />

esfuerzo aquella neblina de sus recuerdos y empezó a balbucear frases rápidas:<br />

—¡Ah! Hola… ¡Cómo! ¿Usted por aquí?<br />

—¡Silencio! —gritó una voz del patio de butacas, pues empezaba el tercer<br />

acto.<br />

—¿Así que está usted en Rouen?<br />

—Sí.<br />

—¿Y desde cuándo?<br />

—¡Fuera, fuera!<br />

—El público se volvía hacia ellos; se callaron.<br />

Pero a partir de aquel momento ella no escuchó más; y el coro de los<br />

invitados, la escena de Ashton y su criado, el gran dúo en re mayor, todo pasó<br />

para ella en la lejanía, como si los instrumentos se hubieran vuelto menos<br />

sonoros y los personajes más alejados; recordaba las partidas de cartas en casa<br />

del farmacéutico, y el paseo a casa de la nodriza, las lecturas bajo la glorieta del<br />

jardín, las charlas a solas al lado del fuego, todo aquel pobre amor tan tranquilo<br />

y tan largo, tan discreto, tan tierno, y que ella, sin embargo, había olvidado. ¿Por

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!