- Page 3 and 4: PRIMERA PARTE
- Page 5 and 6: El «novato» se levantó; la gorra
- Page 7 and 8: decirle cosas desagradables, perman
- Page 9 and 10: En las hermosas tardes de verano, a
- Page 11 and 12: Capítulo II Una noche hacia las on
- Page 13 and 14: aunque eran castaños, parecían ne
- Page 15 and 16: no fuera por las colzas del año pa
- Page 17 and 18: Un día llegó hacia las tres; todo
- Page 19 and 20: aldabilla temblaba todavía. Al dí
- Page 21 and 22: entre el trigo verde, se alargó en
- Page 23 and 24: Cuando llevaba andados cien pasos a
- Page 25: Finalmente, sabiendo su marido que
- Page 29 and 30: imprudencias de la música, la atra
- Page 31 and 32: Capítulo VII A veces pensaba que,
- Page 33 and 34: Entretanto, según teorías que ell
- Page 35 and 36: Capítulo VIII A mansión, de const
- Page 37 and 38: detrás, en el espejo, entre dos ca
- Page 39 and 40: una especie de mareo se apoderó de
- Page 41 and 42: Cada miércoles se decía al desper
- Page 43 and 44: que tenía, alejándose de su cara,
- Page 45 and 46: hecho? Ella hubiera querido que est
- Page 47 and 48: consolas, repitiéndose en los peda
- Page 49 and 50: SEGUNDA PARTE
- Page 51 and 52: y hoces. Los tejados de paja, como
- Page 53 and 54: contra la chimenea. Su cara no expr
- Page 55 and 56: La hotelera tomó la defensa de su
- Page 57 and 58: Capítulo II Emma fue la primera en
- Page 59 and 60: —¡Ah!, no le haga caso, Madame B
- Page 61 and 62: través de las ventanas sin cortina
- Page 63 and 64: Poco a poco, el recuerdo de aquella
- Page 65 and 66: de beber mucho aguardiente, frecuen
- Page 67 and 68: Después de haber aguantado sus exp
- Page 69 and 70: Al principio él había ido a visit
- Page 71 and 72: Tan pronto oía la campanilla, corr
- Page 73 and 74: Capítulo V Fue un domingo de febre
- Page 75 and 76: verdosa del crepúsculo, como peque
- Page 77 and 78:
Le pareció, pues, así tan virtuos
- Page 79 and 80:
Capítulo VI Una tarde en que senta
- Page 81 and 82:
—¡Ah, no me hable, Madame Bovary
- Page 83 and 84:
Cuando Carlos, a las once de la noc
- Page 85 and 86:
—Está ausente —repitió. Enton
- Page 87 and 88:
—Tiene usted razón —interrumpi
- Page 89 and 90:
no apareció ningún sol, se hizo n
- Page 91 and 92:
Carlos entró en la sala. El señor
- Page 93 and 94:
sostenía; y cuando se detuvo en es
- Page 95 and 96:
a buscar un cocinero a Neufchâtel!
- Page 97 and 98:
Aquel gesto de Emma, sin embargo, n
- Page 99 and 100:
dando resultado, pues no sabía ya
- Page 101 and 102:
Pero en este momento la voz del con
- Page 103 and 104:
ha alcanzado estos últimos años u
- Page 105 and 106:
«¡Setenta francos!». —Cien vec
- Page 107 and 108:
abundancia. Cada cual se tomaba por
- Page 109 and 110:
Capítulo IX Pasaron seis semanas.
- Page 111 and 112:
Al día siguiente a mediodía Rodol
- Page 113 and 114:
—Ya que no hay más remedio —re
- Page 115 and 116:
Rodolfo iba a buscarla allí y colo
- Page 117 and 118:
hasta la noche torturándose la men
- Page 119 and 120:
Rodolfo apagó la luz. —¿Tienes
- Page 121 and 122:
¿Pero quién la hacía tan desgrac
- Page 123 and 124:
Bovary se encargaba incluso de prop
- Page 125 and 126:
Lo cual no impidió que, cinco día
- Page 127 and 128:
—¡Esos son inventos de París!
- Page 129 and 130:
—Pero puede que fuera un valgus
- Page 131 and 132:
Y añadía con un tono meditabundo:
- Page 133 and 134:
hablando con otras mujeres? Ellas l
- Page 135 and 136:
—¡Qué mujer! —dijo él viénd
- Page 137 and 138:
—Déjelo todo en su casa. En cuan
- Page 139 and 140:
Al cabo de unos minutos se detuvo;
- Page 141 and 142:
«Después de todo, es cierto, pens
- Page 143 and 144:
el torno. Emma, apoyada en el vano
- Page 145 and 146:
ellos que siempre han mezclado arom
- Page 147 and 148:
Capítulo XIV En primer lugar, no s
- Page 149 and 150:
El cura se maravillaba de todas est
- Page 151 and 152:
Allí estaba Binet, un poco más ab
- Page 153 and 154:
No veía ningún impedimento; su ma
- Page 155 and 156:
extendía por los brezos. Por otra
- Page 157 and 158:
desde la escena, al tiempo que repr
- Page 159 and 160:
Y cambiando de maniobra ante aquell
- Page 161 and 162:
Capítulo I El señor León, mientr
- Page 163 and 164:
Ella parecía decidida a dejarle ha
- Page 165 and 166:
—¡Qué niño es! ¡Vamos, sea ju
- Page 167 and 168:
—No —dijo León. Y primeramente
- Page 169 and 170:
Pero León sacó rápidamente una m
- Page 171 and 172:
Capítulo II Al llegar a la posada,
- Page 173 and 174:
de la sociedad? Pero para esto hay
- Page 175 and 176:
—Sí. Cuando quitaron el mantel,
- Page 177 and 178:
—El que lleva usted ahora está b
- Page 179 and 180:
León, en el suelo, al lado de ella
- Page 181 and 182:
Fue por aquella época, es decir ha
- Page 183 and 184:
Capítulo V Era los jueves. Emma se
- Page 185 and 186:
¡Cuánto les gustaba aquel cómodo
- Page 187 and 188:
hueca, tenía algo de lejano que tr
- Page 189 and 190:
En efecto, el viernes siguiente, Ca
- Page 191 and 192:
anquero en Rouen, iba a descontar a
- Page 193 and 194:
Rouge». No había nadie. Pensó qu
- Page 195 and 196:
Capítulo VI En los viajes que hac
- Page 197 and 198:
—Es un truco —dijo el farmacéu
- Page 199 and 200:
Emma vivía totalmente absorbida po
- Page 201 and 202:
Después la llamó otra vez para en
- Page 203 and 204:
empresas. El más mediocre libertin
- Page 205 and 206:
—Él se volvió lentamente, y le
- Page 207 and 208:
Capítulo VII Estuvo estoica al dí
- Page 209 and 210:
aconsejaba un delito. Entonces tuvo
- Page 211 and 212:
señor Homais salió de la farmacia
- Page 213 and 214:
Se arrastraba de rodillas hacia ell
- Page 215 and 216:
—Habría que azotar a esas mujere
- Page 217 and 218:
Capítulo VIII Por el camino se iba
- Page 219 and 220:
Repitió varias veces: —No los ti
- Page 221 and 222:
metió en él la mano, y, retiránd
- Page 223 and 224:
—Bien —replicó Homais—, habr
- Page 225 and 226:
demonio. Su mirada, más cortante q
- Page 227 and 228:
personalmente desagradable, pues la
- Page 229 and 230:
Capítulo IX Siempre hay detrás de
- Page 231 and 232:
El boticario, a quien pesaba el sil
- Page 233 and 234:
—Pero ¡caramba! —exclamó el e
- Page 235 and 236:
Capítulo X No había recibido la c
- Page 237 and 238:
cielo claro estaba salpicado de nub
- Page 239 and 240:
Capítulo XI A día siguiente, Carl
- Page 241 and 242:
«A pesar de las leyes contra el va
- Page 243 and 244:
Entonces Homais se inclinó hacia e