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Hana marca al 911. Una operadora<br />
atiende la llamada: “¿Cuál es su emergencia<br />
y ubicación?”.<br />
“Estoy en la bahía de Mobile”.<br />
“¿En el área de la bahía?”.<br />
“No, señora. En la bahía. En el agua”.<br />
Con ayuda del teléfono, el GPS y<br />
las luces azules de un buque, la joven<br />
guía a los rescatistas hasta ellos.<br />
Mientras uno de los oficiales la<br />
ayuda a salir del agua y subir a la cubierta,<br />
Hana pregunta: “¿Este barco<br />
no se va a volcar, verdad?”.<br />
SHANE Y CONNOR GASTON también<br />
habían naufragado. El viento hizo girar<br />
su nave tres veces antes de que el<br />
mástil se quebrara. Utilizaron el foque,<br />
una pequeña vela, para abrirse<br />
paso hacia la costa oeste. Ya en tierra,<br />
tocaron la puerta de una casa, pidieron<br />
prestado un teléfono y llamaron a<br />
la Guardia Costera para informar que<br />
habían sobrevivido.<br />
El Sol comienza a ponerse. Scott y<br />
Hope Godbold navegan hasta la estación<br />
de la Guardia Costera en Dauphin<br />
con tres sobrevivientes.<br />
“Fue increíble”, dijo Bannon. Las<br />
probabilidades de en<strong>contra</strong>r a alguien<br />
en más de 1,000 kilómetros de mar<br />
embravecido son bajísimas.<br />
Tras dejar a Hope y a los sobrevivientes<br />
en la estación, Kenny, el padre<br />
de Godbold, se suma para continuar la<br />
búsqueda. Scott piensa en un adolescente<br />
al que conoce: Lennard Luiten,<br />
quien aún no ha aparecido. Habían<br />
en<strong>contra</strong>do con vida al padre de Lennard<br />
y a su amigo Jacob. Por desgracia,<br />
otros dos miembros de la tripulación<br />
del Razr, Adam Clark y Jimmie Brown,<br />
no lograron sobrevivir.<br />
Para este momento, Lennard habría<br />
estado en el agua por seis horas,<br />
sin chaleco salvavidas. Ya es noche y<br />
saben que en<strong>contra</strong>r al joven es cada<br />
vez más improbable. Scott navega por<br />
la bahía intentando detectar cualquier<br />
sonido en medio de la oscuridad.<br />
Finalmente, escucha una voz a la<br />
deriva: “¡Ayuda!”.<br />
Horas antes, la corriente había<br />
arrastrado a Lennard hacia el mar.<br />
Nadó hasta una plataforma petrolera,<br />
pero las olas rompían sobre él y solo<br />
vio a la estructura moverse lentamente<br />
de derecha a izquierda. Lo único que<br />
había era el mar y la oscuridad. Aun<br />
así, tuvo fe: tal vez en<strong>contra</strong>ría una<br />
trampa para cangrejos o una boya.<br />
Ahora Kenny iluminaba su rostro<br />
con una linterna y Scott preguntaba:<br />
“¿Lennard, eres tú?”.<br />
DIEZ BARCOS HUNDIDOS o destrozados,<br />
40 náufragos rescatados y 6 muertos,<br />
fue el saldo de una de las peores<br />
calamidades de la navegación recreativa<br />
en la historia de Estados Unidos.<br />
De la mano con la Guardia Costera,<br />
que está investigando el caso,<br />
los organizadores de la regata han<br />
adoptado medidas de seguridad más<br />
rigurosas. La familia de Robert Thomas,<br />
una de las víctimas, demandó al<br />
Fairhope Yacht Club por negligencia y<br />
homicidio culposo.<br />
TOMADO DE SMITHSONIAN (JULIO DE 2017). © 2017 POR SMITHSONIAN INSTITUTION. SMITHSONIANMAG.COM<br />
05•2018 | 99