VE-43 JUNIO 2018
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verano se vive rápido, con la rapidez de lo efímero, de lo que sabemos<br />
que acabará pronto. Es un tiempo de intensidad y fuerza, un tiempo<br />
que hay que hay aprovechar para vivir todas esas historias que no<br />
viviremos nunca más. Ahora o nunca. Al verano hay que agarrarlo<br />
con fuerza porque se escapa, y hay que escribirlo porque el calor seca<br />
la tinta antes de que nos hayamos dado cuenta.<br />
Y, antes de que hayamos puesto fin a cada historia, llegan las<br />
lluvias a barrerlas, e inauguran un otoño vestido de placidez y<br />
nostalgia. El otoño aparece con sus tonos marrones, con ese olor a<br />
caramelo que tiñe las hojas de los árboles y los sentimientos. Es<br />
tiempo de replegarse, de prepararse para lo que ha de venir, de<br />
construir esas vidas que dejamos en suspenso cuando el sol llegó con<br />
fuerza para invadirlo todo. Es tiempo de reflexión, de recogimiento,<br />
de empezar a preparar la lumbre para el frío o los ojos para la<br />
oscuridad. Es tiempo de hacer balance y de replegar velas. Pero<br />
también es tiempo de historias, de esos cuentos que ponen fin a una<br />
vida antigua para empezar a pintar una nueva. Todas esas historias<br />
que habría barrido el viento con cada hoja amarilla si no hubiéramos<br />
salido a recogerlas.<br />
Y, mientras recogíamos las hojas, las historias y los planes, el<br />
frío del invierno nos invade. Ya no hay sol, ni luz, ni cuentos vestidos<br />
de exterior. El frío y la nieve nos obligan a reconstruirnos, a cerrar<br />
nuestras crisálidas a la espera de que la vida vuelva a reverdecer en los<br />
árboles. Es tiempo de hogueras, de cuentos al calor de la lumbre, de<br />
mesas camillas y chocolate caliente. Y ¿por qué no?. Es tiempo de<br />
recuperar todas aquellas historias que no germinaron en primavera,<br />
las que se quedaron esperando a que terminara el paréntesis del<br />
verano, las que volaron con las hojas en otoño. Y es tiempo de<br />
contarlas, de vivirlas de nuevo una y mil veces. Sin dejar que hibernen<br />
para siempre.<br />
Primavera, verano, otoño, invierno. Un mundo de cuentos<br />
esperando a ser contados. Y, ahora, a ser leídos.<br />
Susana Gisbert Grifo (València)<br />
http://conmitogaymistacones.com/<br />
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