REVISTA TRAPICHE | MAYO 2018 |EDICIÓN 122

06 Mayo 2018
MÉXICO
ES MUCHO MÁS QUE
UNA OCURRENCIA
Se aproxima la recta final de
las campañas y en el próximo
encuentro el tema obligado
será la víspera de la elección.
Lo cierto es que resulta preocupante
el escenario político
electoral, tanto que algunos
analistas consideran que independientemente
del resultado, el dos
de julio el país estará viviendo un
serio problema.
La razón, serían las expectativas
generadas por el llamado
movimiento de MORENA, quien
anunció desde el inicio de la
campaña que “quién amarraría al
tigre”, en clara alusión a la generación
de un problema social a
nivel nacional, si no gana la elección,
pues al límite de la soberbia
y la arrogancia, el señor Obrador
considera que si él no gana, será
porque le hicieron fraude, por lo
que desde el inicio de la campaña
se amarró el dedo y por lo visto
no está dispuesto a aceptar los
resultados de la elección si los
números no le favorecen.
De ganar la elección, y de
continuar con la misma postura
con los empresarios y las grandes
obras del gobierno federal, la posibilidad
de una inestabilidad de
los mercados como consecuencia
de la incertidumbre no será cosa
menor, de ahí a que ocurra un
proceso inflacionario no está muy
lejano y, en consecuencia, los más
afectados serían la clase media y
baja, donde se concentra el mayor
número de votantes a favor de la
causa morenista.
Mientras tanto, los partidos
continúan con sus estrategias
de campaña destinando muchos
recursos económicos y de tiempo
en las descalificaciones de sus adversarios,
lo cual, si bien ayuda a
generar adeptos, le abona mucho
a la política de tercera, donde pareciera
que no existe idea, propuesta
ni iniciativa para proponer
programas con alto contenido
social, sin salirse de la realidad
económica nacional.
La ocurrencia va a perecer un
día después de las elecciones y
la realidad nos va a sorprender
en la cruda de la jornada electoral,
por lo que sería pertinente
solicitar a todos los aspirantes
a cargos de elección popular
México es mucho
más que una ocurrencia.
Actuemos con
responsabilidad política
y social. La campaña va
a terminar y tu y yo nos
seguiremos ganando
el sustento diario con
el sudor de la frente,
independientemente de
quien quede de presidente
de este país. Si queremos
el cambio, atrevámonos
a cambiar primero
nosotros”.
que toquen tierra, que se aseguren
de estar despiertos y que se
documenten sobre los grandes
temas del país, a efecto de que
con la mayor sensatez posible y
la responsabilidad social que el
encargo les demande, revisen su
plataforma electoral y más allá
de pensar solo en el proyecto
personal o de grupo, piensen en
el país que pretenden gobernar.
Se vale soñar realidades, no fantasías.
En este sentido, hay que reconocer
que nosotros los ciudadanos,
somos los principales responsables
del poco rendimiento
legislativo que los representantes
sociales, entiéndase, los diputados
locales, federales y senadores
registran año con año.
Hacer leyes y reestructurarlas
para adecuarlas a la nueva realidad
económica, política o social
del estado o del país, evaluar la
operación de los grandes programas
del gobierno, así como vigilar
el ejercicio del gasto, son de
las grandes labores a que deben
avocarse nuestros legisladores;
sin embargo, en campaña los
llenamos de solicitudes de obra
pública, servicios y empleo.
Si bien estas son de las necesidades
más sentidas de la
sociedad, no son de la competencia
de los legisladores, algunos
ciudadanos lo sabemos, y los
candidatos también lo saben; sin
embargo, no se atreven a puntualizar
sus funciones y decir tajantemente
que hacer gestión no es
su función, por temor a perder
votantes.
Los aspirantes a diputados
locales, federales y senadores,
están conscientes que esa no es
su función, pero es a lo que más
se dedican, pues buscan generar
compromisos que les ayuden en
el futuro a nuevos proyectos personales,
con lo que se mantienen
vigentes.
Y tan conscientes están que
en los debates en que han participado,
no se les escucha decir
que van a ser los gestores incansables
a que se están comprometiendo
en los mítines y/o reuniones
que están celebrando en sus
respectivos distritos.
En esta recta final de cara
al primero de julio, bien vale la
pena hacer un esfuerzo, serenarse
y pensar en el sistema
de vida que tenemos, producto
de los gobiernos pasados. Los
grandes programas sociales que
hoy disfrutan las personas más
vulnerables de nuestra sociedad,
son producto de las acciones del
gobierno.
Es irresponsable y en algunos
casos injusto, el que hoy se
le cuestione “todo” al gobierno
en turno, como si el Presidente
se mandara solo. Aquí también
tienen que asumir su responsabilidad
los actores políticos de todos
los partidos quienes dejaron
pasar lo que hoy cuestionan.
México es mucho más que
una ocurrencia. Actuemos con
responsabilidad política y social.
La campaña va a terminar y tu
y yo nos seguiremos ganando el
sustento diario con el sudor de
la frente, independientemente
de quien quede de presidente de
este país. Si queremos el cambio,
atrevámonos a cambiar primero
nosotros.