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Lux Marzo 2018

Revista para todos aquellos amantes de la cultura en todas sus formas.

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Volumen 5<br />

Año 1<br />

<strong>Marzo</strong> <strong>2018</strong>


contenido<br />

La búsqueda de<br />

equidad discriminativa.<br />

1<br />

5<br />

Addyi: el viagra femenino<br />

que le devolverá la sonrisa a las parejas.<br />

¿Alexa te espía?<br />

Marcela Leyva<br />

8<br />

12<br />

Mujeres y matemáticas.<br />

Efraín Humilde<br />

Plática con Rancid<br />

20<br />

25<br />

Relatos<br />

R.Rey<br />

El día que el reloj se detuvo.<br />

Omar Gutiérrez<br />

27<br />

37<br />

Amor, desesperación y esperanza<br />

Compendio parte 3


La búsqueda<br />

d e e q u i d a d<br />

discriminativa.<br />

[Por Smoke n’ Mirrors].<br />

al vez sorprenda a los<br />

Tlectores asiduos que mi<br />

nombre (o apodo) esté en el<br />

presente material. Si bien algunos<br />

me recordarán por la pésima poesía<br />

que se filtra advenediza de alguna<br />

laguna mental del editor, o tal vez<br />

un cuento corto que usan como<br />

último y desesperado recurso para<br />

llegar al número necesario de<br />

páginas; pero hoy he venido con<br />

algo completamente distinto.<br />

Aunque la pseudo poesía comparte<br />

de cierta forma mi manera de ver el<br />

mundo, no es más que un simple<br />

momento, una emoción o<br />

percepción; no es nada realmente<br />

trascendental, ya que por lo general<br />

solo afecto o concierne a mí y tal<br />

vez, tal vez a otra persona.<br />

Ahora bien, este ensayo se compone<br />

por cierto número de partes<br />

explicando el título del mismo y así<br />

mismo justificando que pasa.<br />

Primera parte:<br />

La acusación y confesión.<br />

Esto empieza con una acusación en<br />

mi contra de homofobia. Si bien<br />

también tengo que confesar que no<br />

fue de buenas a primeras (ya que<br />

hice un comentario con palabras<br />

mal escogidas, aunque<br />

inmediatamente me disculpe con la<br />

persona, asegurando que no era mi<br />

intención atacar, insultar o denigrar;<br />

que mis palabras fueron mal<br />

seleccionadas y que no tengo nada<br />

contra nadie), igual la acusación<br />

cayó sobre mí como lluvia<br />

inesperada; aunque lo más extraño<br />

es que a quien se supone que<br />

ataqué u ofendí, no fue quien se<br />

quejó; se quejaron otras personas.<br />

Total, me sacaron del gimnasio por<br />

eso.<br />

Como dije, mis palabras fueron mal<br />

escogidas. Por desgracia, tenemos<br />

tan inculcados ciertas palabras, que<br />

no vemos cuando ofendemos a<br />

alguien con ellas -por ejemplo<br />

“estás bien indio” o “se ve muy gay”<br />

por citar algunos-, o también lo que<br />

son francamente racista como “de<br />

tez humilde”. También hay gente<br />

que está pronta a ofenderse sin<br />

importar el trasfondo o las<br />

intenciones reales de la persona<br />

que las expresó. Tenemos libertad<br />

de expresión, por lo tanto, es muy<br />

importante aprender a usarla<br />

sabiamente.<br />

Como dato adicional, al día<br />

siguiente de mi altercado, una de<br />

las se quejó de mí llamó a un<br />

instructor “desperdicio de hombre”<br />

por estar muy guapo, pero ser gay.<br />

¿Doble moral, donde?<br />

1


Segunda parte:<br />

Equidad solo para mi gente.<br />

Como un proyecto de algo más<br />

grande, quise integrar una mesa de<br />

diálogo con líderes de grupos<br />

defensores de derechos civiles.<br />

Luego de buscar entre varios grupos<br />

-no diré nombres para no<br />

evidenciar a alguien-, al fin me reuní<br />

con una líder de un grupo feminista,<br />

un líder de un grupo LGTBQ, un líder<br />

de un grupo de la etnia rarámuri y<br />

un líder de un grupo de<br />

transexuales (que a vista de los<br />

demás, era extremista). Mi idea era<br />

crear una mesa de diálogo<br />

proequidad con varios frentes<br />

(considerando que dejé fuera<br />

grupos de discapacitados. Una vez<br />

más actué de manera errónea y no<br />

lo vi hasta que alguien me lo hizo<br />

ver).<br />

A veces una idea se ve muy bien en<br />

la mente, parece que será buena,<br />

pero cuando se pone en práctica<br />

termina siendo todo lo contrario.<br />

En cuanto empezamos la reunión, la<br />

feminista me pregunta por qué por<br />

un hombre tenía que presidirla, a lo<br />

que respondí que no estaba<br />

presidiendo nada, que solo los<br />

llamé para tratar de hacer algo<br />

juntos. El representante de la<br />

comunidad rarámuri me llama<br />

“chabochi” (en realidad no sé cómo<br />

se escribe) con un desprecio que<br />

parecía escupir veneno con cada<br />

palabra.<br />

Me acusa de que la gente blanca le<br />

ha robado a sus antepasados, a lo<br />

que respondo que mi familia llegó<br />

mucho después de la conquista a<br />

México y que mis antepasados no<br />

tenían nada que ver con los<br />

saqueos o algún robo por parte de<br />

los conquistadores; que a fin de<br />

cuentas era inmigrante. El<br />

representante de la comunidad<br />

LGTBQ se quejó de qué voy a saber<br />

yo de ser discriminado si soy<br />

heterosexua, hasta que le dije que a<br />

mí también se me trató mucho<br />

tiempo como paria. La idea era que<br />

vieran a alguien que no sabe y en<br />

un momento dado no entiende qué<br />

pasa por su cabeza, pero no duda<br />

en estar en la misma línea que una<br />

minoría, exigiendo equidad para<br />

todos; no solo para un grupo, ya<br />

que de eso se trata la equidad.<br />

Como dije, mis<br />

palabras fueron<br />

mal escogidas.<br />

De ahí salta el transexual diciendo<br />

que nadie lo comprende y que es<br />

superior a un hombre y una mujer,<br />

que puede ser ambos (aunque la<br />

verdad no sé cómo alguien que se<br />

implantó una copa C piensa que<br />

puede pasar por hombre). Volví a la<br />

respuesta que de la idea es que<br />

inspiráramos a más gente a la<br />

causa.<br />

2


Es ahí donde sale el representante<br />

de la etnia diciendo que su causa<br />

no es la misma que las de los otros,<br />

acusándolos de ladrones,<br />

usurpadores y degenerados;<br />

también alegando que las<br />

feministas no son más que un<br />

montón de chabochis (otra vez<br />

dicho con un desprecio que rayaba<br />

en el odio) y que ningún grupo de<br />

activistas por las etnias se sentaría<br />

con blancos como colaboradores<br />

(eso me dio a pensar que este<br />

hombre no sé en qué mundo<br />

viviría). En total fueron más o<br />

menos 90 minutos de arguende, en<br />

los cuales se tuvo un debate de<br />

“por qué mi minoría es mejor que la<br />

tuya”.<br />

¿En donde terminó mi grandiosa<br />

idea? Fui acusado de ser un hombre,<br />

heterosexual, blanco y con estudios.<br />

Tercera parte: la equidad<br />

discriminativa.<br />

Por lo visto, todos los grupos antes<br />

mencionados buscan la equidad,<br />

pero solo entre ellos. No buscan la<br />

equidad real, la que es para todos,<br />

sin importar cuales sean tus<br />

pensamientos, ideologías,<br />

preferencias, etnia o cualquier cosa<br />

que te distinga del montón. Si<br />

quieres ser escuchado, primero<br />

escucha. Si quieres ser respetado,<br />

primero respeta, y sobre todo si<br />

quieres ser aceptado, primero<br />

acepta.<br />

Me queda claro que es muy fácil<br />

pedir que se te trate con respeto y<br />

todo eso cuento, pero, ¿por qué<br />

solo a ti o a los que te son afines?<br />

¿No es tu lucha para exigir la<br />

aceptación de tu situación<br />

inherente a la condición humana,<br />

tengas o no elección de ella?, ¿no es<br />

tu meta ser aceptado y tratado<br />

como cualquier otro miembro de la<br />

sociedad? ¿Entonces por qué no<br />

aplicar esa filosofía en todos, no<br />

solo en aquellos poseen tu misma<br />

condición?<br />

A veces una<br />

idea se ve muy<br />

bien en la<br />

mente, parece<br />

que será buena,<br />

pero cuando se<br />

pone en<br />

práctica<br />

termina siendo<br />

todo lo<br />

contrario.<br />

3


Cuarta parte:<br />

conclusión.<br />

Cuando se habla de equidad, no<br />

solo se refiere al género o a<br />

combatir la homofobia; va más allá<br />

de esos dos grupos. Se refiere la<br />

firme creencia de que todos somos<br />

iguales, sin importar nada más que<br />

el hecho de que seas humano.<br />

Esto se los dice una persona que<br />

arriba la describen como “hombre,<br />

blanco, heterosexual y estudiado”<br />

(lo último no entendí bien, creo que<br />

se referían a mi grado de estudios,<br />

que no es precisamente alto), y es<br />

ahí donde radica ser parte de la<br />

equidad o solo ser un activista de<br />

sillón, dando likes y compartiendo<br />

contenido pro equidad, aunque no<br />

sea de feminismo, anti racista o<br />

contra la homofobia.<br />

Como dije antes, la equidad es para<br />

todos, ya que si los grupos que se<br />

supone buscan hacer un cambio en<br />

la sociedad, se ponen a exigir que<br />

solo el cambio sea para ellos, deben<br />

exigir que el cambio sea para todos<br />

los grupos vulnerables,<br />

independientemente si son o no<br />

afines a tal grupo, ya que de otra<br />

manera es como exigir libertad para<br />

censurar la de otros.<br />

Y es por eso que los hombres y<br />

mujeres blancos, heterosexuales<br />

con y sin estudios, que estén de<br />

acuerdo en la lucha que otros<br />

grupos vulnerables o minorías;<br />

deben apoyar no solo con likes y<br />

compartiendo, sino con acciones<br />

como marchas y manifestaciones,<br />

con firmas y en general como se<br />

debe apoyar a un grupo que quiera<br />

lograr un cambio.<br />

Como pensamiento final les dejo:<br />

“aquel que busca<br />

la equidad<br />

discriminando, es<br />

como buscar<br />

agua potable en<br />

un océano”.<br />

[Pista, pista. El Smoke n’ Mirrors es el<br />

mismo galán que se aventó el artículo<br />

bien guay acerca de las herramientas<br />

para escritores en nuestro número de<br />

febrero. Si adivinas, te regalamos una<br />

paleta].<br />

4


Addyi:<br />

el viagra femenino<br />

que le devolverá la<br />

sonrisa a las parejas.<br />

Señor, hombre y caballero!<br />

¡¿Cansado de llegar a su casa para<br />

recibir un rotundo “no” por parte<br />

de su persona especial? ¿Los<br />

dolores de cabeza de su pareja se<br />

han convertido en sus peores<br />

enemigos? Par usted y su pareja, ¿la<br />

intimidad consiste en calentar<br />

comida en el microondas y ponerse<br />

a ver la tele?<br />

(Léase todo lo anterior con voz de<br />

presentador de infomercial… Si es<br />

que no se lo habían imaginado<br />

antes).<br />

Los avances científicos no dejan de<br />

sorprendernos, ya sea erradicando<br />

enfermedades que antes eran el<br />

azote de la humanidad o bien,<br />

mejorando nuestra calidad de vida<br />

de manera muy personal; primero<br />

con el viagra y ahora, años después,<br />

la justicia fue escuchada y llega su<br />

contraparte femenina: la<br />

todopoderosa Addyi.<br />

Addyi, cuéntanos tus secretos.<br />

Aunque una comparación rápida y<br />

hasta sacada de la manga es el<br />

asemejar este medicamento con la<br />

tan famosa pastillita azul, la verdad<br />

es que Addyi actúa de una manera<br />

diferente, al presentarse como la<br />

primer medicina con la capacidad<br />

de incrementar el deseo sexual en<br />

las mujeres que la consuman, ¡esto<br />

no lo hace el Viagra y no lo tiene ni<br />

Obama!<br />

Hablemos del componente clave de<br />

Addyi: la flibanserina. Esta sustancia<br />

actúa directamente en el cerebro de<br />

un modo parecido a los<br />

antidepresivos, lo cual era de<br />

esperarse si consideramos que en<br />

un inicio, la flibanserina fue ideada<br />

como un medicamento para tratar<br />

la depresión… El cual terminó por<br />

tener un efecto secundario bastante<br />

interesante y sexy.<br />

5


La primera de muchas diferencias<br />

que tiene Addyi ante el Viagra o el<br />

Cialis, es que la primera debe<br />

tomarse como un tratamiento; esto<br />

es, diariamente hasta ver los<br />

resultados en aproximadamente un<br />

mes (contraste con el Viagra, el cual<br />

funciona en los hombres como las<br />

espinacas de Popeye).<br />

¿Qué más? ¡Ah, ah, dame más!<br />

La idea es que Addyi sea consumido<br />

por mujeres antes de entrar en la<br />

edad de la menopausia, mismas<br />

que sean diagnosticadas por<br />

trastorno del deseo sexual<br />

hipoactivo y que parezcan estrés<br />

emocional por la carencia del libido<br />

(por eso y antes de que emites un<br />

juicio anticipado, te recomendamos<br />

ampliamente que consultes a tu<br />

médico).<br />

Respecto a su nivel de efectividad,<br />

las opiniones son positivas pero<br />

nada digno de un Nobel de Química.<br />

Las usuarias de Addyi comentan<br />

que, sí, notaron un leve incremento<br />

en su número de relaciones<br />

sexuales satisfactorias, además de<br />

experimentar una cierta<br />

disminución de estrés a la vuelta<br />

del mes –repetimos: Addyi debe<br />

tomarse a manera de tratamiento y<br />

sus efectos no son inmediatos-.<br />

6


Pero no todo lo que brilla es oro.<br />

Addyi, como buena parte de los<br />

medicamentos, ha reportado<br />

acarrear una serie de efectos<br />

secundarios hacia sus<br />

consumidoras. Estos efectos<br />

incluyen nauseas, mareos, y fatiga.<br />

Aunado a esto, algo que no es<br />

novedad pero nos lo tienen que<br />

estar repitiendo hasta el cansancio<br />

porque nomás no agarramos la<br />

onda: el medicamento no debe ser<br />

combinado con bebidas alcohólicas,<br />

so pena de padecer una bajada en<br />

la presión sanguínea y todavía más<br />

peligroso: pérdida del<br />

conocimiento.<br />

Por lo anterior, Addyi necesitará<br />

receta médica para ser adquirida y<br />

en algunos casos, el llenado de un<br />

cuestionario que pretende<br />

concientizar a la paciente los riegos<br />

que implica suministrarse este<br />

medicamento.<br />

A nivel persona, esta es una<br />

molestia que hará pensar dos veces<br />

a las mujeres antes de comprarla. A<br />

nivel más general y hablando un<br />

poco del cochino e inmundo dinero,<br />

Addyi será distribuido y consumido<br />

a niveles mucho menores que el<br />

Viagra y similares, disminuyendo su<br />

atractivo económico para<br />

inversionistas y laboratorios por<br />

igual.<br />

Hoy por hoy, existen otras<br />

alternativas además de esta<br />

simpática pildorita color rosa, los<br />

cuales y combinados con la misma,<br />

harán que los conflictos en la cama<br />

se conviertan en tema del pasado.<br />

Eso nos gustaría creer por lo menos,<br />

¿y a ti?<br />

7


¿Alexa te espía?<br />

ueno… para responder esa pregunta primero debemos<br />

Bresponder: ¿qué es Alexa? Alexa es un dispositivo<br />

cilíndrico de comando de voz con aproximadamente 23<br />

centímetros de altura creado por la empresa Amazon, y cuyo<br />

nombre real es Amazon Echo. Cuenta con una matriz de sensores<br />

de siete micrófonos, altavoces y un control a distancia.<br />

“Echo” o “Alexa” (nombre con el que el usuario se dirige al<br />

dispositivo para darle una orden) únicamente funciona por<br />

medio del acceso a internet y debe configurarse mediante la<br />

aplicación homónima disponible para cualquier sistema<br />

operativo (android e iOS). Es capaz de responder a casi cualquier<br />

petición de voz, proporcionar el clima, dar un resumen de<br />

noticias, contestar preguntas, encender o apagar luces (si estas<br />

son inteligentes), crear una lista de cosas por hacer y reproducir<br />

música desde páginas como Spotify y iTunes. Mantiene control<br />

por voz de alarmas, tiene acceso a artículos en Wikipedia e<br />

incluso es capaz de realizar compras. Además, funciona con otros<br />

dispositivos como relojes y termostatos. Es como el asistente<br />

personal de voz que todos desearíamos tener.<br />

8


¿Existe algo que Alexa no pueda<br />

hacer?<br />

Por el momento el dispositivo solo<br />

cuenta con comando de voz en<br />

inglés. Reacciona cuando le dices:<br />

¡Alexa! El aparato se enciende,<br />

espera pacientemente que le<br />

menciones una “palabra raíz”; que<br />

puede ser cualquiera que tenga<br />

previamente guardada en el<br />

software y reacciona de inmediato a<br />

tu requerimiento.<br />

Para estar siempre pendiente de tus<br />

necesidades, Alexa mantiene los<br />

micrófonos encendidos y alertas<br />

todo el tiempo. Ahí es donde radica<br />

el primero de los “problemas”.<br />

Al encontrarse todo el tiempo<br />

encendida, Alexa graba<br />

deliberadamente todas las<br />

conversaciones que tienes en casa.<br />

Entonces, un hacker, el gobierno o<br />

la propia Amazon pueden escuchar<br />

cualquiera de las grabaciones, en<br />

cualquier momento. Si bien el<br />

usuario es libre de eliminar las<br />

conversiones que Alexa graba, eso<br />

dificulta la respuesta del dispositivo<br />

debido a que este contesta<br />

eficientemente gracias a lo que<br />

“aprende” con la información que<br />

ha memorizado.<br />

Es capaz de saber cuántas personas<br />

se encuentran presentes gracias a la<br />

escucha de dichas conversaciones,<br />

al conteo de los pasos y a los<br />

sonidos de la televisión, radio o<br />

computadora.<br />

Por si todo lo anterior fuera poco,<br />

Alexa tiene la capacidad de<br />

determinar tu ubicación por medio<br />

de conexiones que detecta y que<br />

incluye routers de wifi, la intensidad<br />

de la señal de los routers, la<br />

seguridad de los mismos y la<br />

información que proporciona el<br />

proveedor de banda ancha.<br />

Indudablemente, toda esta<br />

información también es recolectada<br />

y custodiada por el sistema<br />

operativo de Echo o Alexa.<br />

Conforme el tiempo avanza, Alexa<br />

es capaz de reconocer tu voz y<br />

comprender a la perfección tu<br />

acento.<br />

Este <strong>2018</strong> se ha terminado de<br />

desarrollar un gadget o mini<br />

dispositivo llamado “Muse” que<br />

cuenta con todas las funciones de<br />

Alexa para que lo lleves contigo<br />

mientras viajas en tu coche. Este se<br />

conecta al celular mediante<br />

bluetooth y la radio del auto… Así<br />

que Alexa te espía también fuera de<br />

casa.<br />

9


Últimamente se han suscitado un<br />

par de controversias con respecto a<br />

Alexa y, la verdad, era de esperarse.<br />

¿Todo un mundo nos espía?<br />

Durante algún tiempo se comentó<br />

que Amazon trabajaba con la CIA<br />

para servir directamente como<br />

informante de este servicio de<br />

inteligencia. Si esto fuera cierto, es<br />

lógico pensar que todo aquello<br />

relacionado a Amazon funciona<br />

para ese efecto.<br />

Suena a teoría de conspiración<br />

barata. Probablemente lo es. Varios<br />

portales y blogs de noticias<br />

digitales y noticieros televisivos se<br />

encargaron de informar (o<br />

desinformar) a la audiencia sobre<br />

este hecho. Si<br />

Amazon se<br />

encargó o no de<br />

desmentirlo, es<br />

algo que<br />

desconozco. No<br />

obstante, la<br />

negación ante<br />

este tipo de<br />

declaraciones,<br />

sería como<br />

poco, lo más<br />

obvio.<br />

Lo más extraño de todo esto no es<br />

precisamente que Amazon trabaje o<br />

no para la CIA (que de hecho sí es<br />

extraño, pero dejemos eso de lado),<br />

sino la reacción de Alexa cuando se<br />

le pregunta directamente por este<br />

suceso.<br />

Un usuario descubrió que al<br />

preguntarle sobre qué es la CIA,<br />

Alexa no tenía ningún problema en<br />

responder concisa y claramente. Si<br />

la pregunta iba dirigida hacia su<br />

relación laboral con ellos, Alexa<br />

respondía que trabaja para Amazon;<br />

pero al preguntarle si Amazon<br />

trabaja para la CIA, el dispositivo<br />

dejaba de responder y se apagaba<br />

por completo, ¿raro? Yo creo que sí.<br />

10


Después de que todo lo anterior<br />

comentado se hizo viral, el sistema<br />

fue actualizado y ahora Alexa<br />

responde que Amazon no es una<br />

agencia de inteligencia. No sé para<br />

ustedes, pero para mí, eso no es<br />

una negativa. Ahora, si modificas un<br />

poco la pregunta, como: “¡Alexa! ¿Tú<br />

envías nuestros mensajes a la CIA?”,<br />

el dispositivo reacciona<br />

nuevamente apagándose<br />

completamente.<br />

Podría o no ser paranoia de unos<br />

cuantos. Podría o no ser una tonta<br />

teoría conspirativa más. La<br />

respuesta no es clara todavía. Lo<br />

que es cierto es que una agencia de<br />

inteligencia tan importante no solo<br />

en Estados Unidos, sino en el<br />

mundo, tendría varias ventajas al<br />

contratar a una compañía tan<br />

grande como lo es Amazon.<br />

El espionaje del gobierno dejó de<br />

ser ficción hace algún tiempo: las<br />

cámaras de seguridad, los GPS, los<br />

smartphones, el propio Google y<br />

otros dispositivos capaces de<br />

conocer nuestra ubicación exacta y<br />

distinguir nuestros gustos<br />

personales; son pruebas<br />

fehacientes de ese hecho.<br />

¿Nos estaremos convirtiendo en la<br />

distopía que hace más de 60 años<br />

predijo George Orwell en su libro<br />

1984? ¿El Gran Hermano será la<br />

inteligencia artificial que poco a<br />

poco se supera a sí misma con<br />

ayuda del ser humano?<br />

Si crees en conspiraciones, esta<br />

podría ser una de ellas.<br />

[Marcela Leyva, mus oriunda de Cd.<br />

Cuauhtémoc y criada en Chihuahua<br />

capital, siente pasión por las letras, la<br />

fotografía y por ti. Se declara fiel amante<br />

del café caliente (el café frío no es café) y<br />

fanática del rock de la vieja escuela. Es<br />

otaku de corazón, perseguidora de<br />

sueños; y quiere viajar mucho sin<br />

necesidad de recurrir a ningún<br />

alucinógeno.]<br />

11


Mujeres y matemáticas.<br />

ola feministas lectoras de LUX, ya llegó su<br />

Hmacho opresor favorito con ganas de insultarlas<br />

con las longitudes de mis textos.<br />

Soy un fan declarado de las matemáticas —y de las<br />

mujeres—, por eso aquí les va. Presten atención, pues les<br />

voy a contar unas historias de las mujeres y su<br />

protagonismo en las matemáticas. Unas historias llenas<br />

de drama, tristeza, heroísmo y de cómo siempre han<br />

habido mujeres que le saben bien al lenguaje de las<br />

verdades absolutas, pero que por alguna extraña razón<br />

ningún profesor en nuestra formación académica se ha<br />

tomado la molestia de contarnos; porque claro, ningún<br />

profesor en nuestra formación fue educado para<br />

engancharnos no solo al mundo de la imaginación, sino a<br />

un mundo en el que la magia de las historias puede<br />

marcar una diferencia. Un antes y un después en el<br />

interés del aprendizaje.<br />

Hoy vengo con toda la intención de darles sus debidas<br />

menciones a todas aquellas mujeres que han pisado el<br />

terreno austero y oscuro de las matemáticas; mujeres<br />

que han sido piezas clave en el curso que ha tomado<br />

nuestra humanidad. Esta será la primera entrega de<br />

muchas que vendrán después, será como una de esas<br />

series de Netflix que tanto te gustan, solo que aquí<br />

tendrás que usar tu cabeza para crear las imágenes. Yo<br />

sólo te daré las palabras.<br />

Sin más de momento… ¡Agárrate que aquí vamos!<br />

12


MUJERES Y MATEMÁTICAS I: POESÍA Y<br />

NÚMEROS.<br />

«El amor del hombre es en su vida<br />

una cosa aparte, mientras que en la<br />

mujer es su completa existencia».<br />

—Lord Byron<br />

Bajo el clima sombrío que caracteriza<br />

a Inglaterra, George Gordon Byron le<br />

daba la bienvenida a su adorable<br />

recién nacida a la cual bautizaría<br />

como Ada Lovelace Byron.<br />

George no era un hombre común y<br />

corriente. Estudió en Cambridge y<br />

tenía una fuerte devoción hacía el<br />

mundo de las letras; y vaya, no sólo<br />

tenía devoción, sino que también<br />

poseía el talento necesario para<br />

hacerse notar en un arte tan difícil y<br />

tan malagradecido como lo son las<br />

letras. George Gordon Byron fue<br />

nacido para ser poeta y para ser un<br />

hombre de carácter enamorado, o al<br />

menos así lo hizo notar en sus<br />

múltiples poemas y frases.<br />

Para todo esto: Byron no era<br />

cualquier hombre promedio como tu<br />

novio todo feo o yo, ¡Byron era<br />

guapísimo!, tanto para hombres<br />

como para mujeres. El hombre lo<br />

sabía y se metía en cualquier lugar<br />

—sabes bien de lo que hablo—.<br />

Prácticamente Byron fue el poeta<br />

rockstar bisexual de su época.<br />

Escribir mucho del amor no te hace<br />

ser buen amante.<br />

Tal vez por esa razón le fue infiel a su<br />

esposa. Una esposa que al enterarse<br />

de la infidelidad de George, lo<br />

abandonaría de inmediato, eso<br />

aunado al hecho de que no le<br />

agradaba para nada el estilo de vida<br />

bohemia que su esposo estaba<br />

llevando. Lord Byron dejó Inglaterra y<br />

se fue a viajar por toda Europa con el<br />

dolor de nunca ver de nuevo a su tan<br />

amada y hermosa hija, pero claro, no<br />

se fue sin antes darle el mejor regalo<br />

que puede hacer un poeta a una<br />

mujer: el regalo de las letras.<br />

Es tu rostro como el de mi madre, ¡mi hermosa niña!<br />

¡Ada! ¿Única hija de mi casa y corazón?<br />

Cuando vi por última vez tus azules ojos jóvenes,<br />

sonrieron,<br />

y después partimos no como ahora lo hacemos,<br />

sino con una esperanza.<br />

Despertando con un nuevo comienzo,<br />

las aguas se elevan junto a mí; y en lo alto<br />

los vientos alzan sus voces: Me voy,<br />

¿a dónde? No lo sé; pero la hora llegará<br />

cuando las playas, cada vez más lejanas de Albion,<br />

dejen de afligir o alegrar mis ojos.<br />

13


George adquirió demasiada fama en<br />

Europa, su poesía narraba los viajes<br />

que él hacía por todo el continente,<br />

así como también estaba rodeado de<br />

los escándalos sexuales y de la dura<br />

crítica que normalmente recibían sus<br />

textos. El protagonista de las poesías<br />

que hacía George con el tiempo<br />

tomaría su mismo nombre: Byron.<br />

Mismo nombre que fue el que más<br />

fama y reconocimiento le daría a<br />

George, tanto así, que con el tiempo<br />

dejó de ser conocido como George y<br />

todo el mundo lo conocería solo por<br />

Byron, Lord Byron.<br />

En fin, la separación de dicho<br />

matrimonio dejó a la buena Ada<br />

Lovelace en manos de su madre, la<br />

cual como ya mencioné, no tenía<br />

mucho agrado por el mundo de las<br />

letras.<br />

Bien dice la frase: «De tal palo tal<br />

a s t i l l a » . A d a t u v o l a m i s m a<br />

naturaleza romántica, arriesgada y<br />

temperamental de su padre. También<br />

desarrolló un interés por las letras y<br />

por las poesías que escribía su padre<br />

aunque no tuviera contacto con él .<br />

La mayor parte de educación provino<br />

de su madre, una madre que hizo que<br />

Ada se interesara en otras áreas del<br />

conocimiento humano; para nuestra<br />

suerte y la de ésta historia: las<br />

matemáticas.<br />

Poesía de palabras y números.<br />

Las matemáticas siempre han sido<br />

descritas como «la poesía de las<br />

ideas lógicas». Hasta cierto punto,<br />

Ada había nacido destinada para<br />

ofrecer su vida a la poesía de los<br />

hombres y a otro tipo de poesía,<br />

aquella poesía que Galileo había<br />

proclamado como el lenguaje con el<br />

que Dios había escrito el universo.<br />

Con el pasar de los años, Ada<br />

continuó con sus estudios en las<br />

matemáticas y en la poesía de su<br />

padre. Ella era una mujer inteligente<br />

y de ávida lectura: se interesó mucho<br />

en la lógica, un área en la que damos<br />

fundamento a todos los complejos<br />

argumentos matemáticos, aunque<br />

para Ada como para muchos<br />

matemáticos pareciese que las<br />

matemáticas tuviesen un trasfondo<br />

más emocional y no el frío corazón de<br />

perra con el que muchas veces se les<br />

presenta.<br />

14


Lord Byron por aquellos años se<br />

había acercado mucho a temas de<br />

menester político. El escritor residía<br />

en Grecia, un país donde su<br />

sensibilidad como autor lo haría ver<br />

de una forma única los problemas<br />

que tenía el país ante la tiranía del<br />

Imperio otomano. Lord Byron sería<br />

participe de los movimientos de<br />

independencia de Grecia a pesar de<br />

no tener nacionalidad en la misma,<br />

p u e s e n a q u é l e n t o n ce s l o s<br />

e s c r i t o re s d e l a é p o c a e ra n<br />

sumamente respetados, ¿y cómo no<br />

serlo? Si el mismo Byron tenía la<br />

aceptación y aprecio que el poeta<br />

germano Goethe a pocas personas le<br />

daba. Byron se había convertido en el<br />

exponente del romanticismo inglés y<br />

ahora era partícipe de movimientos<br />

revolucionarios; ¡un estuche de<br />

monerías!<br />

Lord Byron murió a los 39 años de<br />

edad, y con su muerte se llevaba la<br />

mitad del corazón de Ada. Ese<br />

hombre al que no había podido ver la<br />

mayor parte de su vida, pero que<br />

t a n t o a d m i r a b a , l a h a b í a<br />

abandonado. Byron solo le había<br />

dejado sus poemas, obra que Ada<br />

guardaría siempre bajo el pecho,<br />

intentando rellenar el hueco que<br />

dejó su padre; siempre con la<br />

promesa de que algún día podría<br />

estar junto a él de nuevo.<br />

Pobre. ¡Pero no te sientas mal, mi<br />

querida lectora! Porque a nuestra<br />

buena Ada le queda mucho que<br />

contar.<br />

Lamentablemente, guiando algunos<br />

d e l o s m o v i m i e n t o s d e<br />

independencia de Grecia, Byron<br />

caería enfermo, una enfermedad de<br />

la cual nunca se recuperaría. Pero<br />

aunque en la pluma de Dios no<br />

estaba escrito que Byron fuese un<br />

héroe de independencia, sí que le<br />

había dado su debido protagonismo<br />

en el mundo de las letras, y claro, le<br />

había dado una hija que había<br />

nacido para trascender de la misma<br />

forma que su progenitor.<br />

15


Una digna heredera de la seductora<br />

pluma del poeta.<br />

Ada no solo se interesó, sino que<br />

tomó clases de lógica y matemáticas<br />

con el mismísimo Augustus De<br />

Morgan, también conocido por haber<br />

inventado las famosas «leyes de<br />

Morgan».<br />

Mientras Ada tenía unos 17-19 años,<br />

existía una revolución en la ciencia<br />

de Europa de la que Ada formaría<br />

parte. En Gran Bretaña, Charles<br />

Babbage estaba desarrollando una<br />

máquina que fuera capaz de resolver<br />

problemas matemáticos; una idea<br />

osada e innovadora para aquellos<br />

tiempos, aunque nada extraña en los<br />

nuestros. De hecho, ya había<br />

construido una Pascal, pero la de<br />

Babbage intentaba romper los<br />

paradigmas que las máquinas tenían.<br />

La idea de Charles era una máquina<br />

que pudiese calcular logaritmos<br />

d e c i m a l e s , f u n c i o n e s<br />

trigonométricas y aproximar raíces<br />

de polinomios, entre otras cosas.<br />

Babbage presentó su máquina por<br />

toda Europa, y esto incluía a Italia.<br />

Entre el público de la presentación,<br />

estaba el señor Luigi Federico<br />

Menabrea.<br />

Lo que hizo este hombre fue tomar<br />

notas del funcionamiento de la<br />

máquina, para después enviárselas a<br />

Babbage para ver si podía hacerle<br />

alguna corrección. Obviamente<br />

Babbage estaba muy ocupado… y por<br />

si fuera poco, no sabía italiano.<br />

Entonces, ¿a quién se las mandó?,<br />

adivinaste, a la inteligente y bella<br />

Ada Lovelace, que en aquel entonces<br />

era asistente de Babbage.<br />

El p r i n c i p i o d e las m á q u i n as<br />

inteligentes.<br />

Ada no solo las tradujo, sino que<br />

también las corrigió y las mejoró. Lo<br />

que escribió en los márgenes de las<br />

notas de Luigi Federico era toda una<br />

obra de ingenio: demostraba estar<br />

más capacitada y conocer más a<br />

fondo el trabajo de la máquina, y no<br />

sólo eso, sino que planteó el<br />

borrador de un algoritmo para<br />

encontrar los números de Bernoulli.<br />

16


De Bernoulli ya hablaremos en otra<br />

ocasión, ten por seguro eso. Pero,<br />

¿Por qué era tan importante lo que<br />

había hecho Ada?, bueno, en aquél<br />

entonces los matemáticos estaban<br />

obsesionados con sumar series<br />

infinitas, ¿cómo sumas algo infinito?,<br />

el cálculo tenía la respuesta.<br />

Bernoulli había planteado una serie<br />

de ecuaciones que describían la<br />

suma infinita de unas potencias que<br />

curiosamente d e s c r i b í a n l as<br />

corrientes marítimas. De dichas<br />

ecuaciones salían ciertos números<br />

que son indispensables para la<br />

c o n s t r u c c i ó n d e c a r t a s d e<br />

navegación. Si bien la fórmula para<br />

calcularlos ya estaba, de igual forma<br />

era muy tedioso.<br />

¿Quién crees que sacó la respuesta a<br />

eso?, nada más y nada menos que la<br />

bella Ada, en una tarde cualquiera,<br />

con sus notas en el margen de un<br />

artículo.<br />

Sus notas y correcciones planteaban<br />

el primer algoritmo de la historia<br />

para una especie de ordenador —la<br />

máquina de Babbage—. Lo curioso es<br />

que aquí el que se quedó corto era el<br />

ordenador, ¿qué hizo Ada?, pues<br />

mejorarlo.<br />

Ada hizo que la máquina de Babbage<br />

pudiera hacer cuentas en paralelo, le<br />

agregó todas las funciones lógicas<br />

(and, or, not, etc) y le puso un sistema<br />

de lectura de tablillas perforadas,<br />

que dicho mal y pronto: es como si le<br />

hubiese permitido la lectura de<br />

discos a la máquina de Babbage. Esto<br />

hizo que la maquina se volviera un<br />

monstruo de los cálculos, porque<br />

ahora también podrías hacer el<br />

algoritmo para los cálculos de forma<br />

más sencilla. Implementó el orden de<br />

l o s c á l c u l o s ; v a y a , q u e A d a<br />

revolucionó a esa máquina y con ella<br />

a la historia de la humanidad.<br />

Por desgracia Ada vivía en un siglo en<br />

el que las palabras «mujer» y<br />

«matemáticas» rara vez por no<br />

decir nunca se escribían en un<br />

mismo párrafo. La sociedad europea<br />

de aquellos años no tenía bien visto<br />

el papel de una mujer en la ciencia,<br />

mucho menos en un área tan exacta<br />

como lo son las matemáticas.<br />

A pesar de ello, para Ada no fue<br />

ningún impedimento la aceptación<br />

de la sociedad hacia su trabajo. Ella<br />

siguió desarrollando algoritmos y<br />

estudiando con Babbage el nuevo<br />

surgimiento de una máquina que<br />

tuviese la proeza de desarrollar<br />

problemas que hasta entonces solo<br />

p o d í a r e s o l v e r u n h u m a n o ,<br />

enseñándonos hasta dónde podía<br />

l l e g a r e l i n g e n i o h u m a n o y<br />

dejándonos clara la lección de cómo<br />

una idea es mucho más trascendente<br />

que la poca aceptación (que por<br />

desgracia esta sociedad llena de<br />

prejuicios, siempre tendrá).<br />

17


Por eso Ada sobresalió tanto. Logró<br />

todo teniendo acceso limitado a la<br />

información, y claro, presentó todo<br />

en una sociedad cuyo paradigma de<br />

ciencia sólo giraba alrededor de los<br />

hombres.<br />

Por su increíble trabajo y dedicación,<br />

Ada fue nombrada la primera<br />

programadora de la historia, o sea,<br />

incluso antes que un hombre, ¡bien<br />

por ella!<br />

Los estudios que hizo Ada sobre los<br />

algoritmos y la máquina analítica de<br />

Babbage serían la base de lo que<br />

años más tarde Alan Turing usaría<br />

para descifrar la maquina enigma de<br />

la Alemania nazi, brindando a<br />

Estados Unidos una posición de<br />

ventaja en la Segunda Guerra<br />

Mundial —esa historia también la<br />

retomaremos después—.<br />

La carrera de Ada siguió avanzando a<br />

un ritmo acelerado.<br />

Lamentablemente, no fue más rápida<br />

que el cáncer de útero que había<br />

adquirido.<br />

El testamento de un genio.<br />

Ada dedicó el resto de su vida a las<br />

matemáticas, la programación y la<br />

poesía. No está escrito en el destino<br />

de ningún humano el de ser inmortal;<br />

solo las buenas ideas son las que<br />

tienen ese privilegio, así como todas<br />

las que tuvo aquella increíble mujer.<br />

En sus últimos años de vida, Ada no<br />

se separó ni de su poesía ni de sus<br />

matemáticas, y aunque su madre<br />

siempre se lo prohibió, nunca pudo<br />

sacar de su corazón el amor por las<br />

letras ni el amor por su padre.<br />

Ada falleció un 27 de noviembre de<br />

1852, dejando tras de sí uno de los<br />

mayores legados de la lógica y la<br />

programación.<br />

Mira qué tan curiosa es la vida: Sus<br />

últimos deseos fueron que se le<br />

enterrase a lado de su padre, y<br />

aunque muchos piensen que poesía<br />

y matemáticas están distanciadas,<br />

sus tumbas nos dejan claro lo poco<br />

separadas que están estas dos<br />

disciplinas en nuestra Tierra… O<br />

incluso debajo de ella.<br />

Pasarían más de 100 años para que<br />

Ada tuviese el reconocimiento que se<br />

merecía.<br />

18


Fue hasta 1970 que el departamento<br />

de defensa de Estados Unidos<br />

desarrollaría un lenguaje de<br />

programación orientado a objetos<br />

que tendría el nombre de Ada, como<br />

galardón de honor y reconocimiento<br />

a la primera programadora de la<br />

historia y a una de las tantas e<br />

increíbles matemáticas que han<br />

existido.<br />

¡Más de 100 años!, al final del día, la<br />

poesía del padre no estaba tan<br />

equivocada, incluso era casi<br />

profética:<br />

… Cuando estén ya maduros los<br />

silencios y gorjeos del bosque<br />

¡Repártanlos como como jugosos<br />

frutos de la tierra!<br />

Y pronuncien su nombre… ¡Ada!<br />

Hoy como humanidad y tal vez no<br />

tan maduros, de igual forma<br />

repartimos los frutos de tu persona<br />

sobre todo la faz de la tierra, y tras<br />

ello, no solo pronunciamos, sino que<br />

también gritamos tu nombre: ¡Ada!<br />

[Efraín “Humildad” es más<br />

mexicano que una piñata<br />

rellena de chile colorado. Con<br />

formación en química; en sus<br />

tiempos libres escribe cosas<br />

que te harán pensar que es un<br />

enfermo mental.]<br />

19


Plática con Rancid<br />

Parte 1<br />

e sentó frente a mí un joven de rostro afilado con no más de 23 años.<br />

SPude ver sus tatuajes tribales en ambos brazos. Años de juegos y películas<br />

me permitieron distinguir runas en los tatuajes. Tenía el cabello negro<br />

como un cielo sin luna, con un corte que parecía hecho al azar, pero que de<br />

alguna manera se veía genial. Llevaba un vieja playera de The Ramones, un<br />

chaleco de cuero con estoperoles en el pecho,y unos pequeños pinchos en el<br />

hombro izquierdo, mientras que en el derecho tenía unas delgadas cadenas. Sus<br />

pantalones de tubo estaban asegurados por un cinto que tenía un logo de<br />

Batman. Por último, sus gastadas botas de marcha terminaban el look de un<br />

punk de la vieja era. Extrañamente sus muñecas no llevaban ningún adorno<br />

como pulseras y canilleras.<br />

— Damphyr, me llamarás Rancid. Me han mandado a hablar contigo — dijo,<br />

con una voz que sonaba extrañamente joven y vieja al mismo tiempo.<br />

—¿Rancid? ¿Qué clase de nombre es ése? — Le dije a manera de burla.<br />

— Niño, que no pienso soportar bromas — contestó en una forma<br />

amenazadora.<br />

— Lo siento — vociferé rápidamente. Había algo que me gritaba lo mortal<br />

que podría ser.<br />

—Entonces, damphyr, has dado con el lado oscuro de la vida. Secretos que<br />

te han dado incompletos, ahora te será revelados. Haz preguntas<br />

pensadas cuidadosamente, porque después de hoy, no creo que<br />

vuelvas a verme en toda tu corta vida — dijo, sonriendo y juntando los<br />

dedos.<br />

— Explícame desde el principio — le pedí.<br />

—¿El principio de qué? — me preguntó —. Sé más explícito. Aunque leyendo<br />

tu mente, creo que te refieres al principio de los vampiros y de los<br />

hombres lobos. Pues bien, te lo explicaré de manera resumida — tomó<br />

aire y puso cara de alguien que recitará un examen oral de historia —.<br />

En un principio eran una sola raza, en aquel entonces nos llamaban<br />

dioses y así nos veneraban — dijo de manera solemne.<br />

—¿Hombres lobos y vampiros eran uno solo? ¿Entonces cómo es que a los<br />

vampiros los aniquila la luz del sol y a los hombres lobo no?<br />

—interrumpí sin entender.<br />

20


—No te fijes en esas diferencias, sino en nuestras similitudes: ninguna de<br />

las dos especies soporta la plata; eso lo tenemos en nuestros genes,<br />

son cosas que no podemos evitar — dijo sin dudar.<br />

—¿Quieres decir que su antepasado les dio esa vulnerabilidad? — Pregunté<br />

desconcertado.<br />

—Así es damphyr. Deja que te explique un poco más. Hace varios milenios<br />

existió el primer dios, que no era una deidad como el que tú piensas,<br />

sino fue el primer inmortal. Luego él conoció otros métodos para crear<br />

más inmortales y creó a dos.<br />

— El antepasado de las dos especies — aseguré repentinamente.<br />

—No, impaciente damphyr. Si guardas silencio, será más fácil de explicarte<br />

— atajó de manera impaciente —. Como te dije, en su soledad creó a<br />

dos vástagos, Sifin e Ilus, los primigenios. Sifin era estéril, por lo tanto<br />

no pudo crear vástagos; pero Ilus sí podía. — Dijo, y de manera ansiosa<br />

preguntó — ¿No tienes una cerveza?<br />

No, lo siento. No me gusta la cerveza contesté apenado.<br />

Herramientas para escritores<br />

— —<br />

—En fin. Te decía, ¿te has fijado que en todas las mitologías hay un dios<br />

padre?, Odin, Caelus, Ra, Bolon Tza, Cab… — empezó a decir de manera<br />

un poco más emocionada.<br />

—¿Bolo qué? — Pregunté desconcertado.<br />

—Olvídalo; un viejo amigo maya. Pero bueno, el punto está explicado:<br />

siempre hay un dios padre que hace a los demás — dijo y simplemente<br />

asentí, comprendiendo que me decía.<br />

— Bien — continuó su explicación — entonces por lo general esos dioses<br />

fueron antiguos humanos convertidos en dioses por Ilus, que fueron a<br />

otros lados y crearon a más de los suyos, que en muchos casos los<br />

siguieron adorando hasta bien entrado el medioevo.<br />

—¿Dices que los dioses paganos eran deidades creadas por Ilus?<br />

—pregunté desconcertado.<br />

— Sí, eso es — dijo el joven punk, que sospeché tenía más de 1000 años de<br />

antigüedad —.<br />

—¿Y el sol?, ¿cómo es posible que hayan pasado por dioses sin que se<br />

expusieran al sol? Es decir, casi todas las culturas tienen a un dios del<br />

sol. ¿Cómo es posible un dios del sol que solo salga de noche?<br />

—pregunté incrédulo.<br />

—Espera joven damphyr, aún no llego a esa parte. Espera un poco, al fin y<br />

al cabo no tardaré mucho — dijo el joven.<br />

21


— Está bien, pero no le encuentro pies a esto — contesté un tanto irritado.<br />

—Bueno, resultó que en algún momento crearon a un dios llamado al cual<br />

conocieron más tarde como Loki. Desgraciadamente, Loki era alérgico a<br />

la plata, pues sucede que cuando los transforman en dioses, sus<br />

rasgos personales se hacían más fuertes y resulta que este Loki a su<br />

vez engendró a cinco vástagos; pero en esta historia solo importan<br />

dos: el primero fue Váil, que según la leyenda se transformó en lobo<br />

como castigo hacia él, pero la realidad es otra — se lamió los labios y<br />

continuó.<br />

—Como sabes, casi todos los dioses tenían la capacidad de transformarse<br />

en animales. Pues Váil tenia cierto interés en esa habilidad, ya que<br />

creía que los animales eran la máxima demostración de habilidades.<br />

Llevó a cabo su transformación a la perfección e inclusive supo cómo<br />

hacer un punto intermedio, en el cual tenía la fuerza y la resistencia de<br />

una bestia, pero también una forma humanoide más apta para luchar.<br />

Váil era un guerrero formidable — dijo, con lo que parecía un gran<br />

orgullo —. También de esta manera consiguió la agilidad del jaguar, la<br />

fuerza del oso, la ferocidad del lobo, la astucia del zorro, la vista del<br />

halcón, el olfato del sabueso, el oído del murciélago; en fin, terminó<br />

creando una forma híbrida, la cual es la del hombre lobo actual.<br />

Ciertamente tiene parecido con los lobos, pero generalmente pueden<br />

cambiarlo a voluntad. Los más antiguos crean los clanes, tales como<br />

los hombre pantera de la India, hombre oso de Rusia, o el hombre<br />

zorro de los países asiáticos. Más o menos por los mismo días nació<br />

Hela. En ese entonces era la mujer más bella del mundo, astuta e<br />

inteligente. Podía obtener lo que quisiera; su mayor miedo era<br />

envejecer y dejar de ser hermosa. Esto le creó cierta afición por la<br />

sangre, que decía aumentaba su juventud y belleza, así que empezó a<br />

beberla.<br />

Hizo una pausa y luego sacó un cigarrillo de su chaleco junto con un<br />

encendedor, el cual también estaba cubierto de runas. Con un<br />

chasquido de dedos lo abrió y prendió el cigarrillo. Con otro chasquido<br />

cerró el encendedor, le dio una calada al cigarrillo y prosiguió.<br />

—Loki se sentía muy orgulloso de sus hijos. Siendo poderosos e<br />

inmortales, Hela y Váil se enamoraron perdidamente uno del otro. Hela<br />

se enamoró por la fuerza de Váil y él de la belleza de ella. Así empezó<br />

un romance que aún no se ha acabado — dijo de manera sonriente.<br />

22


—Pero… Si no se ha acabado, ¿por qué siguen en guerra las dos razas?<br />

—interrumpí a mi narrador con cierto tono de desconfianza.<br />

Y tú,<br />

—No he terminado de narrar, así que calla esa bocaza y verás la historia.<br />

Un hombre llamado Wamphyr fue convertido en lo que yo llamaría el<br />

primer vampiro, ya que no tenía la flexibilidad de los antiguos dioses.<br />

Era mucho más débil que las deidades de antaño, pero no fue<br />

accidental. Hela lo creó como una suerte de secretario, pero Wamphyr<br />

era muy orgulloso y se paseaba entre los mortales como otro dios, se<br />

dijo a sí mismo el dios de la belleza, ya que era hermoso como pocos<br />

hombres han sido a lo largo de la historia; y por el otro lado, Váil creó<br />

a Weir con el mismo proceso debilitante, con el fin de que él fuera el<br />

gobernante y expansor de su reino, para así pasar más tiempo con su<br />

amada Hela. Wamphyr, celoso de que Hela amara a un hombre que no<br />

consideraba suficientemente bello para ella, planeó la muerte de Váil.<br />

Fue con los enemigos, ya que un hombre que tiene una mujer tan bella<br />

como Hela, también tiene muchas enemistades nacidas por la envidia.<br />

Consiguió por medio de alianzas, pactos y persuasión, una daga capaz<br />

de matar inmortales. Un día mientras Hela y Váil jugaban en el jardín<br />

del palacio, Wamphyr pidió un segundo a solas con Váil, pues sabía<br />

que si lo mataba enfrente de Hela, no duraría un segundo vivo o<br />

posiblemente le leería la mente antes de que siquiera se hubiese<br />

acercado. Váil no tenía la capacidad de leer la mente, debido a que se<br />

había embotado en su animalismo de tal manera que había perdido<br />

varios dones muy útiles — Rancid dijo esto como si hablara de una<br />

horrible operación la cual le hicieron sin anestesia —.<br />

¿estás en<br />

“la zona”?<br />

—¿Se puede matar a un inmortal? — Pregunté.<br />

—Sí, se puede. En realidad todos los dioses de la antigüedad eran<br />

mortales, pero muy complicados de matar; pero permíteme terminar<br />

esta historia — dio otra calada del cigarrillo y prosiguió —. Wamphyr<br />

tomó la daga y la escondió en una de sus mangas, Váil tenia gran<br />

estima por Wamphyr debido a su inteligencia, así que no dudó en<br />

pasar unos momentos con él.<br />

Caminaron por un río, hoy ya desaparecido, y Wamphyr le empezó a<br />

hablar sobre una mujer a la que amaba profundamente, pero no sabía<br />

cómo acercarse. Váil, que siempre ha sido en cierta forma muy<br />

sencillo, le contestó que no sabría tampoco cómo acercarse. De pronto<br />

y sin previo aviso, Wamphyr se volteó y clavó la daga en el pecho,<br />

diciéndole: “Claro. Una estúpida bestia como tú no sabría amar a una<br />

mujer como Hela, así que te dará gusto que me quede con ella”.<br />

23


No contaba con la velocidad y los reflejos de Váil, quien pudo girarse<br />

levemente para que solo le perforara un pulmón. Cuando gritó,<br />

aparecieron Hela y Loki. Váil se sacó la daga del pecho, pero la herida<br />

no cicatrizó inmediatamente como se esperaba. Loki, enfurecido por la<br />

traición cometida, examinó la daga y dijo “Tiene un potente hechizo,<br />

tardarás unos años en sanar” — dio otra calada al cigarrillo, luego<br />

continuó su relato.<br />

—Wamphyr pidió perdón y lloró por su vida; imploró perdón a su señora.<br />

Hela, como siempre muy sabia, dijo “Implora por tu vida a quien<br />

ofendiste y no vuelvas a dirigir tu sucia boca hacia mí, ya que morirás<br />

por tu atrevimiento”. Loki dijo, furioso, “Los traidores no merecen<br />

perdón”, pero Váil siendo como es, dijo “Yo no mataré al vástago de mi<br />

amada”. Wamphyr agradeció a Váil que no merecía su perdón: “Dije<br />

que no te mataría, y hasta te perdonaré luego de lo siguiente”. tomó el<br />

cuchillo y miró a Loki, quien entendió perfectamente que debía<br />

sostener al traidor. Hizo tres profundos cortes que le atravesaban la<br />

cara y otros tres profundos cortes que atravesaban todo su torso,<br />

desde el hombro hasta la palma en cada mano, y le cercenó el pene.<br />

“Te perdonaré cuando no queden cicatrices de tus heridas y cuando tu<br />

miembro vuelva a crecer. Si vuelves antes, morirás; pero antes<br />

agonizarás mil años”. Wamphyr gritaba y maldecía. Lloraba, pues<br />

habían desfigurado su rostro y mancillado su belleza. Loki le dijo “Vete<br />

y no vuelvas hasta que se haya cumplido la condición” — apagó el<br />

cigarrillo, suspiró y prosiguió con su relato<br />

24


Oferta<br />

l clandestino tenía su tienda<br />

Etambién clandestina, y la<br />

atendía toda la madrugada.<br />

Siendo víctima de la porfiria, una<br />

noche finalmente se decidió a asumir<br />

el rol que la naturaleza le había<br />

designado: novio de la noche,<br />

enemigo de la luz. "Hijo de la aurora,<br />

asilo del malsano", como bien habría<br />

escrito el profeta en una de sus<br />

centurias.<br />

Los primeros años de su vida habían<br />

sido un verdadero martirio. Ya saben,<br />

el raro del grupo, el enfermito, el<br />

encerrado. El monstruo. Tiempo,<br />

mucho tiempo después aprendió a<br />

aceptarse y a sentir orgullo por su<br />

m o n s t r u o s a p e r s o n a . N u n c a<br />

quererse, solo aceptarse.<br />

Así pues y ya que de auto aceptación<br />

no vive el hombre, decidió abrir una<br />

tienda en su propia casa, atendiendo<br />

a su clientela desde una modesta<br />

pero útil ventana. Se aseguró que su<br />

rostro permaneciera fuera de la vista<br />

d e s u s c l i e n te s , extre m a n d o<br />

precauciones y ocultándolo bajo un<br />

velo negro. Sentía que de esa manera<br />

cubría su cara y protegía su alma.<br />

Nadie vería jamás ese rostro<br />

desfigurado por el sol. Años y años de<br />

castigo luminoso habían carcomido<br />

su faz. Eso sí, su orgullo eran sus ojos:<br />

dos grandes perlas verdes como<br />

esmeraldas, que el astro rey no pudo<br />

destruir jamás. Tenía sus dudas<br />

respecto a si dichos ojos podrían<br />

verse por debajo del velo, pero no le<br />

importaba mucho realmente.<br />

"Publicidad para el negocio", se<br />

decían, contándose un chiste cruel.<br />

¡Le iba mucho mejor en su tienda de<br />

lo que en inicio se imaginó! Sus<br />

clientes, asiduos todos ellos,<br />

consumían con avidez y apetito de su<br />

mercancía. Eran bestias insaciables e<br />

i n d ó m i t a s q u e r e c u r r í a n a l<br />

clandestino en busca de armamento<br />

extraño. Con suerte, hasta algún<br />

m o d e l o u l t r a m o d e r n o o u n<br />

prototipo. También direcciones y<br />

contactos de mandatarios y artistas.<br />

¿Todos los quieren ver en su peor<br />

momento, no? Muertos eran más<br />

famosos que vivos; nos complacen<br />

más. El clandestino tenía en su poder<br />

todas las maneras de dar con los<br />

verdugos: desde niños sicarios hasta<br />

elegantes y caros asesinos que<br />

convertían al oficio en todo un arte.<br />

"Saludos. ¿Qué se te ofrece?"<br />

25<br />

--


Precípite<br />

Sin mis alas no puedo evangelizar ni llevar la luz a<br />

los hombres. Por principio, ellas no me<br />

pertenecían. Tan solo fueron un regalo del cielo. Un<br />

préstamo más bien.<br />

Nunca supe ni sabré cuándo ni por qué fue pactada<br />

la fecha límite. ¿Purga celestial? Estoy seguro que<br />

no. Cada día que viví con esas alas lo aproveché al<br />

máximo.<br />

Dejé de odiar.<br />

Dejé de desear el mal.<br />

¿Será que simplemente no me correspondían, no<br />

eran para mí? ¡Pero si volaba con entereza! ¡Hacía<br />

acrobacias y reía! Volaba cerca del sol. Luego, como<br />

si le debiera algo, el sol me dio la espalda y dejó de<br />

brillar. No fue culpa mía. Me elevé demasiado,<br />

estaba buscando a Dios. Ahora me precipito muy<br />

lentamente, pareciera que el suelo me rechaza.<br />

No entré al cielo. La Tierra me desconoce. El<br />

infierno no me volvería a recibir. ¿A qué plano<br />

pertenezco entonces? ¿Tan lento estoy cayendo<br />

que tal vez este limbo se irá a convertir en mi nuevo<br />

hogar? Es como una de esas pesadillas en las que<br />

uno cae y cae.<br />

Despiértame. Despiértame. Despiértame.<br />

Despiértame. Despiértame. Despiértame.<br />

Despiértame. Despiértame. Despiértame.<br />

Despiértame. Despiértame. Despiértame.<br />

Despiértame. Despiértame.<br />

Abro los ojos, pero sigo cayendo.<br />

[A Rubén Rey ya nos<br />

lo tienen bloqueado<br />

8 de cada 10<br />

psiquiatras, aunque<br />

es muy buen perro<br />

en realidad. Forma<br />

parte de la impía<br />

trinidad que fundó<br />

la revista <strong>Lux</strong>,<br />

autonombrándose<br />

director editorial<br />

mientras los otros<br />

dos dormían. Según<br />

él, quiere estudiar<br />

un doctorado para<br />

disfrutar en su<br />

totalidad ser un don<br />

nadie ya que lo<br />

termine.<br />

Deseémosle suerte y<br />

un yate al<br />

pobrecito.]<br />

26


El día que el reloj se detuvo.<br />

lla no era la mejor de las madres. De hecho,<br />

Eno estaba ni remotamente cerca de ser una<br />

madre decente. Alcohólica, desinteresada,<br />

irresponsable, adicta al juego y a los hombres que la<br />

trataban como basura, mi madre siempre fue algo<br />

especial.<br />

Yo era de ese porcentaje de tipos que jamás<br />

conocieron a su padre, y también de ese porcentaje<br />

aún más reducido, pero no inexistente, de tipos que<br />

tenían que arrastrar a su madre desde el jardín<br />

donde se encontraba desmayada, hasta su cama,<br />

para luego hacer un poderoso café negro que fuera<br />

capaz de contrarrestar el efecto del whisky barato<br />

que corría por su sistema.<br />

A mis 19 años yo ya sabía arreglármelas sólo.<br />

Mientras que ella no podía mantener un trabajo más<br />

de un mes, y terminaba la mayor parte del día tirada<br />

en el sillón mirando el televisor, yo había conseguido<br />

un trabajo como cajero en una tienda de autoservicio<br />

que le pertenecía a unos ancianos. La verdad es que<br />

fue gracias a Patricia – nombre por el que me obligo<br />

a llamarla desde que dije mis primeras palabras–<br />

que me volví lo bastante rudo como para sobrevivir<br />

en este mundo de mierda por mi cuenta, ya que, fue<br />

ella la que me curtió a base de golpes e indiferencia.<br />

Nunca supe si era el alcohol, o el hecho de que me<br />

culpara de “arruinar” su vida, pero siempre<br />

terminaba desquitándose conmigo cuando perdía en<br />

las cartas, cuando un hombre la dejaba, cuando la<br />

despedían, entre otras cosas. Los años pasaron y yo<br />

terminé siendo más alto y fornido que ella. Supongo<br />

que al final le dio miedo que yo le regresara cada<br />

una de las palizas que me dio sin razón.<br />

27


La verdad es que no me importaba tener que lidiar con<br />

ella en sus borracheras, así como tampoco me importaba<br />

tener que pagarme yo mismo la escuela y hacerme cargo de la<br />

casa con un poco de apoyo del gobierno que le repartía<br />

cheques a las madres solteras; ya ni siquiera me molestaba<br />

que me golpeara de niño. Lo que de verdad me molestaba es<br />

que ella no movía un puto dedo ni siquiera por Nancy.<br />

La pequeña Nancy. Mi media hermana de tan solo 5<br />

años, producto de otra borrachera, e hija de otro tipo<br />

ausente. Aunque mi madre la culpaba a ella también de<br />

arruinar su vida, a ella jamás la tocó. Simplemente la ignoraba<br />

como todas las responsabilidades en su vida.<br />

Yo era lo único que Nancy tenia, aunque realmente no<br />

podía hacer mucho por ella. A sus cinco años, ella era<br />

prácticamente muda. La pequeña tenía un problema del<br />

lenguaje causado por la falta de comunicación en la casa, o<br />

eso fue lo que me dijo la psicóloga de la escuela. Aun así,<br />

Nancy podía entender perfectamente lo que se le decía, solo<br />

que sus respuestas eran en forma de señas o gestos. Ella era<br />

incapaz de leer o escribir, o saber cosas básicas como algunos<br />

números y esas cosas, ya que jamás pudimos enviarla a la<br />

escuela. Yo trataba de enseñarle en mi tiempo libre, pero no<br />

era mucho el que tenía entre escuela y trabajo. La pobre niña<br />

terminaba sentada frente al televisor hasta que yo regresaba<br />

del trabajo a las 10 de la noche en punto y jugaba con ella<br />

unos minutos o la sentaba conmigo mientras hacia la tarea de<br />

la escuela en la cocina de la casa.<br />

A Nancy no le gustaban o atraían muchas cosas. Lo<br />

único que la acompaña todo el tiempo era un viejo oso de<br />

peluche que le compré cuando cumplió dos años. Ella lo<br />

llevaba a todos lados. A lo largo de la casa, por el jardín, en la<br />

acera fuera de la casa y por el pasillo hasta su cama. Siempre<br />

estaban juntos.<br />

28


Otra cosa que realmente le fascinaba a la pequeña, era<br />

el viejo reloj que estaba colgado sobre el televisor. Un reloj<br />

oxidado, de esos antiguos que, cada hora, arrojaban un<br />

pequeño pájaro que anunciaba la hora. A diferencia de los<br />

otros de su tipo, este reloj dejaba salir un par de hombrecitos<br />

que cantaban una irritante cancioncita que, por alguna<br />

extraña razón, a Nancy le encantaba. Cuando el reloj sonaba,<br />

Nancy se emocionaba, sonreía y se alegraba. Eran los únicos<br />

momentos del día en los que parecía una niña de su edad. La<br />

razón de esto era que, además de que esa horrenda canción<br />

le encantaba, el reloj anunciaba la hora en la que yo salía del<br />

trabajo y regresaba a casa.<br />

Así era nuestra vida, parte de las estadísticas que a<br />

nadie le gusta ver. Hasta ese día.<br />

Fue un viernes. Lo recuerdo bien por qué ese era el día<br />

en el que Patricia salía y se iba a jugar al bingo a perder el<br />

dinero que conseguía solo dios sabe dónde.<br />

Ese viernes en particular estaba lloviendo bastante.<br />

Al llegar a la casa, empapado, encontré a Nancy frente<br />

al televisor. Esos enormes ojos azules se iluminaban con la luz<br />

de la pantalla. Ella estaba sentada en el suelo, demasiado<br />

cerca de esa cosa, justo donde le dije que no debía sentarse.<br />

– Hola– le dije. Ella volteó asustada, ya que yo había<br />

llegado temprano ese día. Nancy rápidamente se levantó,<br />

tomó al viejo oso de peluche y corrió con su pijama rosa<br />

puesta hasta mí para abrazar mis mojadas piernas– tranquila.<br />

Te mojaras también.<br />

En ese momento volteé por toda la casa.<br />

– ¿Dónde está?– le pregunté a Nancy. Ella solo se<br />

encogió de hombros sin decir una palabra. Yo hice una mueca<br />

y di unos pasos rumbo a mi cuarto para cambiarme, pero, en<br />

ese momento, sentí un pequeño tirón en mi pantalón. Al<br />

voltear, vi a Nancy que me jalaba para que no me fuera.<br />

29


– ¿Qué pasa?– le pregunté. Sus ojos estaban<br />

iluminados, muy abiertos, y una enorme sonrisa se había<br />

dibujado en su cara. Ella apuntó con esos ojos azules directo<br />

al reloj sobre el televisor. – ¿Ya va a sonar?– le pregunté. Ella<br />

sacudió la cabeza muy fuerte, haciendo que su rubio cabello<br />

se moviera en todas direcciones. Estaba emocionada. Tomé su<br />

pequeña mano y la encamine hasta la sala. Los dos nos<br />

paramos justo frente al reloj que colgaba de la pared.<br />

Faltaban dos minutos para que dieran las 10.<br />

Conforme las manecillas avanzaban, podía sentir como<br />

su pequeña mano apretaba la mía cada vez más fuerte. La<br />

miré de reojo un segundo y noté que ella no le quitaba la<br />

vista de encima a ese viejo reloj. Nunca pude entender por<br />

qué le gustaba tanto.<br />

– Falta poco– le dije– ¿quieres contar conmigo?–<br />

pregunté en un vano intento para hacerla hablar. Ella me miró<br />

con sorpresa. Rápidamente pude notar en su expresión que<br />

no quería hacerlo, así que lo hice yo solo– cinco, cuatro, tres,<br />

dos, uno…– en ese momento, ese par de hombrecillos de<br />

metal salió de la parte superior del reloj y esa música<br />

chillante e infernal comenzó a sonar. Mientras que a mí me<br />

taladraba los oídos, Nancy aplaudía y brincaba llena de<br />

alegría, hasta que, después de unos segundos, la música se<br />

detuvo y las figuritas volvieron al interior del reloj.<br />

– Sí que te agrada esa horrenda canción ¿verdad?–<br />

Nancy, sonriente, asintió con la cabeza – ¿ya cenaste?– ella<br />

negó de igual forma– yo muero de hambre. Ven, comamos<br />

algo.<br />

Después de quitarme la ropa mojada, los dos<br />

caminamos a la cocina. Ella, conociendo la rutina, se sentó en<br />

la mesa con su oso en los brazos, mientras que yo buscaba<br />

algo que preparar en las alacenas casi vacías.<br />

30


Con algo de suerte encontré un par de huevos y lo que<br />

parecía tocino dentro del refrigerador. Mientras Nancy jugaba<br />

con su oso, moviendo sus brazos de felpa de un lado a otro,<br />

yo cocinaba. Con el paso de los años tuve que volverme un<br />

excelente cocinero, ya que es difícil tener hambre y depender<br />

de una mujer tirada en un sillón, completamente borracha,<br />

para que te alimente.<br />

El aroma del tocino fue capaz de ocultar el aroma de la<br />

basura acumulada y los trastes sucios en la cocina. Después<br />

de un momento, serví la cena y los dos nos dispusimos a<br />

comer.<br />

Mientras yo comía, fijé mi mirada en Nancy. Ella era<br />

todo un misterio, y había pasado por tantas cosas. Por mi<br />

cabeza pasó la idea de que ella no se merecía esa clase de<br />

vida. De repente, ella se percató de que la observaba y me<br />

devolvió la mirada, algo confusa.<br />

– ¿Esta rico?– le pregunté. Ella sonrió y asintió<br />

ligeramente con la cabeza.<br />

Terminamos de cenar en silencio. A veces le contaba a<br />

Nancy cosas del trabajo o de la escuela. Como ella no salía<br />

mucho, todo su mundo se conformaba por la casa, el jardín<br />

del frente y la calle, además de lo que veía en el televisor. Esa<br />

ocasión solo comimos acompañados del sonido de la lluvia<br />

que caía muy fuerte.<br />

Al terminar, ella tomó al oso en sus brazos y los tres<br />

nos dirigimos al sillón para ver la televisión. Al ser viernes, no<br />

me importaba desvelarme con ella. Le hacía falta la compañía.<br />

Yo me recosté en el sillón, luego ella lo hizo sobre mí,<br />

para después poner al oso sobre ella. Los tres terminamos<br />

viendo uno de esos aburridos programas de concursos. No<br />

pasó mucho tiempo antes de que yo me quedara dormido en<br />

el sillón, y Nancy sobre mí.<br />

31


Cuando desperté, me di cuenta de que la televisión, así<br />

como los focos de la casa, estaba fallando. Se encendían y<br />

apagaban constantemente. Eso jamás había pasado. Aunque<br />

la casa era vieja, la instalación eléctrica estaba en buen<br />

estado. Supuse que la culpa la tenía la lluvia.<br />

Volteé a ver el reloj que marcaba las 12 en punto. Para<br />

mi sorpresa, aquella horrible canción no había sonado para<br />

despertarme, así como Nancy no estaba de pie frente al reloj,<br />

observándolo. De hecho, Nancy no estaba sobre mí tampoco.<br />

Alterado, me levanté rápidamente para buscarla.<br />

– ¡Nancy! ¡Nancy!– al salir de la sala, pude verla. Estaba<br />

parada frente a la puerta de entrada, la cual estaba abierta.<br />

Chorros de agua empujados por un feroz viento entraban por<br />

la puerta– ¡Nancy! ¿Qué haces ahí? te vas a enfermar ¡carajo!–<br />

al voltear, me di cuenta de que Nancy estaba viendo a Patricia<br />

parada en la puerta de la entrada. Su aspecto era<br />

escalofriante. Estaba completamente empapada. Su cabello<br />

rubio chorreaba, al igual que su maquillaje barato lo hacía por<br />

su cara. Su mirada estaba perdida, su ropa estaba rasgada y<br />

llena de lodo. Parecía que la acababan de sacar de su propia<br />

tumba. Sin decir nada, Patricia se quedó de pie en la entrada<br />

unos instantes, mientras que Nancy y yo la veíamos.<br />

– Nancy– le dije muy despacio– ve a tu cuarto– ella,<br />

asustada por el aspecto de Patricia, asintió muy despacio,<br />

apretó su oso y salió corriendo por el pasillo hasta el cuarto.<br />

Yo, por mi parte, me quede ahí viéndola en lo que parecía la<br />

peor borrachera de su vida.<br />

– ¿Planeas quedarte ahí parada toda la noche? ¿Quieres<br />

que traiga una carrucha para llevarte hasta tu cuarto?– ella<br />

no decía nada. Sus ojos estaban perdidos y su expresión era<br />

muy extraña. De pronto comenzó a dar lentos y torpes pasos<br />

dentro de la casa. Mientras grandes cantidades de agua y lodo<br />

escurrían por el suelo, ella se encaminaba a su habitación sin<br />

decir palabra alguna, hasta que se escuchó el azote de la<br />

puerta.<br />

32


La mañana del sábado desperté de nuevo en el sillón.<br />

Después de trapear toda el agua que Patricia había escurrido<br />

en su gloriosa entrada a la casa, me recosté un momento,<br />

viendo la televisión que aun fallaba. Al final terminé dormido<br />

de nuevo.<br />

Me tallé los ojos y, después de un largo bostezo, pude<br />

ver a Nancy sentada frente a mí. Al principio pensé que<br />

estaba viendo la televisión, pero me equivoque. Ella veía el<br />

reloj.<br />

– ¿Qué pasa?– le pregunté aun adormilado. Ella miraba<br />

fijamente el reloj con sus ojos azules y su oso en los brazos.<br />

Su expresión era triste. Al voltear, pude darme cuenta de que<br />

el reloj seguía marcando las 12 en punto, como la noche<br />

anterior– quizás se descompuso– le dije, tratando de<br />

consolarla– lo arreglaremos después– ella volteó y me miró<br />

con una expresión muy triste, luego asintió y bajó la cabeza.<br />

Herramientas para escritores<br />

Me levanté del sillón y la llevé a la cocina para<br />

desayunar algo, aunque lo único que encontramos fue un<br />

poco de cereal. Mientras lavaba los trastes sucios, la pequeña<br />

Nancy estaba en la mesa coloreando con un crayón uno de<br />

mis cuadernos de la escuela.<br />

– ¿No sabes si ya despertó?– le pregunté– ella negó<br />

con la cabeza– claro que no ha despertado. Aun no son<br />

siquiera las 3.<br />

En ese momento pude escuchar la puerta de su cuarto<br />

abrirse, seguido de sus pesados y lentos pasos, esos que<br />

suenan cada sábado en la mañana, anunciando una terrible<br />

resaca.<br />

Más dormida que despierta, Patricia caminó hasta el<br />

pasillo, luego volteó a vernos a la cocina. Se veía realmente<br />

destrozada. Además de traer puesta la misma ropa enlodada y<br />

rasgada, su piel tenía un tono azul pálido, su boca estaba<br />

completamente seca, además había varios golpes y raspones<br />

en su cara y sus brazos.<br />

33


Por un momento, ella nos observó como si no nos<br />

conociera o sin saber dónde se encontraba.<br />

– Veo que te la pasaste muy bien anoche– le dije en<br />

tono molesto. Realmente me alegraba un poco la condición en<br />

la que se encontraba, aunque esa vez se veía peor que las<br />

anteriores– ¿cuánto perdiste en el bingo? ¿Voy a tener que<br />

empeñar la bicicleta otra vez?<br />

Ella no dijo palabra alguna. Solo se quedó ahí parada,<br />

viéndonos, respirando con dificultad. Nancy la veía<br />

preocupada.<br />

– Oye ¿estás bien?– de repente, mi madre comenzó a<br />

vomitar en medio del pasillo. Chorros de un espeso líquido<br />

negro salían de su boca como si fuera una manguera para<br />

incendios, llenando el pasillo, parte del suelo de la cocina y<br />

sus propios pies– ¡carajo! ¿Pues qué tomaste anoche?–<br />

Nancy dio un sobresalto al ver la gran cantidad de vomito que<br />

arrojó. Después, Patricia levantó la mirada, tosió un poco y<br />

luego se cayó desmayada sobre su propio vomito de color<br />

negro. Al verla ahí tirada en una escena que no era nueva,<br />

solo pude lanzar un suspiro lleno de resignación.<br />

Después de levantarla, llevarla hasta el baño, limpiarla<br />

y cambiarla, la recosté en su cama. Lo primero que noté al<br />

entrar a su cuarto fue un horrendo aroma que me era familiar.<br />

Cigarro, perfume barato y whisky.<br />

Mientras la recostaba, pude sentir chorros de sudor<br />

que la recorrían, además de estar ardiendo en fiebre y ser<br />

atacada por ligeros temblores. Eso ya no era solo una resaca,<br />

realmente se veía muy mal.<br />

– Mierda. Ahora tendré que darte algo para la fiebre–<br />

supuse que estaba realmente enferma debido a que llegó<br />

empapada la noche anterior– algún tipo debió dejarla tirada<br />

a media calle– pensé.<br />

34


Le coloqué ese horrible jersey blanco de los vaqueros<br />

de Dallas que usaba para dormir y la arropé. Al salir del<br />

cuarto, me topé con Nancy, quien estaba parada justo frente a<br />

la puerta. Se veía preocupada y asustada. A pesar de que<br />

Patricia jamás le prestó la más mínima atención o mostró un<br />

poco de cariño, por alguna extraña razón, Nancy le tenía<br />

aprecio.<br />

– Estará bien. Solo está un poco enferma– le dije<br />

mientras despeinaba un poco su rubio cabello. Ella aun me<br />

miraba preocupada con esos enormes ojos azules.<br />

Pasaron las horas y nosotros continuamos con nuestra<br />

rutina del sábado. Dado que no era raro que Patricia estuviera<br />

dormida pasado el mediodía del sábado, yo aprovechaba que<br />

ese era mi día de descanso para arreglar la casa tanto como<br />

pudiera y hacer algunas tareas de la escuela.<br />

Mientras yo me encargaba de que la casa no se cayera a<br />

pedazos, Nancy se dedicaba a ser una niña de cinco años.<br />

Jugaba con su oso, veía un poco de televisión, coloreaba,<br />

entre otras cosas. Había ocasiones en las que, de pronto, se<br />

paraba frente al reloj y lo miraba muy atenta, esperando a<br />

que aquella cancioncita chillona empezara a sonar como solía<br />

hacerlo. Cuando veía que no ocurría nada, ella bajaba la<br />

cabeza y se iba desilusionada.<br />

Entre todo el ajetreo que había en la casa, había un<br />

ruido que podía escucharse desde la oscura profundidad de<br />

la casa. Patricia no dejaba de toser. Parecía que trataba de<br />

arrojar sus pulmones, además de eso, también podíamos<br />

escucharla vomitar constantemente.<br />

Cuando estaba limpiando el jardín, Nancy salió<br />

acompañada de su oso y se quedó mirándome con esos ojos<br />

tristes desde la entrada.<br />

35


– ¿Qué ocurre?– pregunté. Nancy me miró fijamente,<br />

para luego voltear al interior de la casa. Rápidamente entendí<br />

lo que me quería decir.– ¿sigue haciendo esos ruidos<br />

horribles?– ella asintió muy despacio con la cabeza. Parecía<br />

asustada.<br />

Terminé de recoger la basura del jardín y entré a la casa<br />

para buscar medicinas en un cajón. Después de algunos<br />

minutos, lo único que pude encontrar para que Patricia no<br />

muriera fueron un par de aspirinas y medicamento para el<br />

estómago. Cuando me dispuse a llevarlos a su habitación,<br />

pude ver a Nancy parada en la entrada. Se veía preocupada,<br />

pero más que preocupada, parecía aterrada.<br />

– No te preocupes– le dije– solo está exagerando.<br />

Debió haber sido una noche muy larga para ella– en ese<br />

momento escuche ruidos que provenían del interior de la<br />

habitación. No eran ruidos de tos o de vomito. Se escuchaban<br />

levemente, pero en el momento que alcance a oírlos sentí que<br />

un escalofrió me recorría de pies a cabeza. Eran quejidos.<br />

Unos quejidos horribles. Era como si a Patricia la tuvieran<br />

bajo la más dolorosa de las torturas. Sus agudos y extraños<br />

gritos, muy similares a gárgaras, nos hicieron creer que estaba<br />

sufriendo de un dolor insoportable.<br />

– Quédate aquí– le dije a Nancy muy serio. Ella no<br />

movió un solo musculo, a excepción del fuerte apretón que le<br />

dio a su oso.<br />

Nacido en la ciudad de Delicias, Chihuahua, y egresado<br />

de la carrera de licenciatura en periodismo en la UACH,<br />

Omar Gutiérrez se ha dedicado a la escritura creativa<br />

los últimos cinco años, centrando sus relatos en<br />

temáticas de terror y suspenso, donde utiliza<br />

elementos tanto realistas como sobrenaturales. Sus<br />

relatos han sido publicados por su parte en blogs, y ha<br />

colaborado con cuentos cortos para antologías de<br />

diversas editoriales nacionales y extranjeras.<br />

36


Amor, desesperación y esperanza<br />

Compendio parte 3<br />

Canción de Cuna.<br />

Mientras la soledad me arropa en mi<br />

cama.<br />

La locura me canta una canción de cuna.<br />

La demencia susurra un cuento al oído.<br />

La noche consuela mis lágrimas.<br />

La oscuridad me abraza para dormir.<br />

La perdición besa mi frente.<br />

La vida se despide de mí.<br />

Y mi alma me da las buenas noches.<br />

Juramentos.<br />

Respiración tortuosa, dolorida y<br />

cansada; la implacable sensación de<br />

vacío en mi interior que hunde mi<br />

cuerpo en un letargo penoso. Es este el<br />

final consecuencia de la muerte en vida,<br />

del abandono de mi mismo, limitado a<br />

una existencia austera. En el silencio,<br />

busco consuelo que me devuelva las<br />

esperanzas. En la soledad, busco la paz<br />

para continuar. En la oscuridad busco<br />

futuro. Cruel destino, qué broma me<br />

jugaste, noche traicionera que ya no me<br />

ofreces nada. Rabia insolente que ardes<br />

como ácido en las venas.Corazón<br />

maldito que sigues latiendo, nada<br />

sobrevivió al nosotros; nada más que<br />

ira, miedo y tristeza, los componentes<br />

del odio; pero inclusive con los<br />

ingredientes, se me niega el placer de<br />

odiarte. Superado por antiguos<br />

juramentos, reales para mi alma, farsas<br />

para ti, es donde se eclipsan los<br />

sentimientos que tanto necesito.<br />

Presentación.<br />

Nací del caos y la oscuridad. Desperte<br />

en la locura y el delirio, ira y venganza<br />

fueron mi vida, lujuria y deseo mi<br />

muerte. Yací en la ansiedad y<br />

desesperación; pertenezco al olvido y la<br />

ausencia.<br />

Fachada<br />

Una sonrisa para ocultar mi tristeza,<br />

buen vestir para cubre mi alma<br />

desgarrada, la risa disfraza mi<br />

desesperación. Palabras suaves<br />

para no gritar hasta arrancarme las<br />

cuerdas; que más da reír o llorar si<br />

mi ser ya no lo distingue. Es esta<br />

fachada la que doy al mundo para<br />

ocultar mi estado, es la condena de<br />

la vida diaria que sigue y sigue,<br />

como seguir sin esperanzas. Para<br />

qué seguir si el mundo no me<br />

ofrecerá nada más, siendo mi lejana<br />

muerte prometida el único fin de<br />

esto. Es mi apocalipsis personal, la<br />

ruina, la resolución de más de mil<br />

días en guerra, así que tanto es la<br />

derrota si no me permito caer, que<br />

es el camino cuando no se conoce el<br />

sentido pero sí la meta. Es un punto<br />

sin regreso, el continuar se hace<br />

difícil a cada paso; el respirar se<br />

vuelve un esfuerzo y es al final de<br />

todo donde por fin he sido<br />

derrotado..

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