UJ #17 - Perú de Tradiciones

Diego Oliver
la historia del niño Marianito. Marianito era un pequeño,
hijo de campesinos de la zona, que andaba pastoreando
su rebaño cerca de Sinakara cuando se le aparece un
niño de raza blanca, a quien ayudó dándole comida
y cobijo. Un día, el niño llega con las prendas rotas y
Marianito se ofrece a buscar la tela para arreglarla en
Cusco, un material exclusivo para elaborar las prendas
de los obispos. Cuando un párroco llega a buscar al
responsable de tan extraño pedido e intentar atraparlo,
el pequeño se transformó en la imagen de Cristo sobre
EL APU AUSANGATE ES EL MÁS
IMPORTANTE DE LA REGIÓN
CUSCO. TAMBIÉN ES EL MÁS ALTO,
ALCANZANDO LOS 6,372 METROS
SOBRE EL NIVEL DEL MAR.
sino que son los únicos que tienen permitido subir hasta
lo más alto del nevado a pasar la noche. Antiguamente,
cada uno de los ocho Ukukus retornaba con una pieza
de hielo para llevar a su nación, pero debido al cambio
climático ahora solo pueden volver con un frasco lleno
con agua.
Ya de bajada, los Ukukus son recibidos para la misa de
bendición e iniciar la última procesión que dura 24 horas
como despedida del Señor de Qoylloriti hasta el año
siguiente. Esta fiesta no solo encierra una gran devoción,
sino que es la oportunidad para que los integrantes
de las comunidades altoandinas, dedicadas a distintas
actividades económicas, se encuentren y establezcan
relaciones para el beneficio de los pobladores.
Durante la misa
comunal, no hay
distinciones.
Todos participan
sin importar su
proveniencia con
el mismo fervor.
una peña. La imagen que hoy conocemos como el Señor
de Qoylloriti, el Señor de la Estrella de la Nieve.
La fecha de la festividad varía según el término de
Semana Santa. Suele realizarse 58 días después del
Domingo de Resurrección, entre los meses de mayo y
junio, iniciando la caminata en el pueblo de Mahuayani.
Luego de ocho kilómetros de recorrido, los miles de
peregrinos divididos en ocho “naciones” según su pueblo
de origen, llegan hasta el santuario en Sinakara, a los pies
del apu Ausangate. Entre cantos en quechua y danzas –
que pueden ejecutarse hasta 100 diferentes de todas las
naciones -, los asistentes continúan sendero arriba hacia
la cima de la montaña, entre rocas y nieve, haciendo
paradas en 14 cruces que representan el Vía Crucis.
Por las exigencias físicas y el significado detrás de ella,
no se trata solo de una representación para turistas sino
de una festividad auténtica, que mantiene su esencia
andina mezclada con la devoción hispana.
Diego Oliver
Uno de los personajes principales de la peregrinación es
el Ukuku. Ellos no solo son los encargados de mantener
el orden y castigar a los asistentes que rompen las reglas,
Por la noche, velas iluminan las
cruces de cada ‘nación’.
37