01.08.2018 Views

La sirena varada: Año II, Número 9

El noveno número de "La Sirena Varada: Revista literaria"

El noveno número de "La Sirena Varada: Revista literaria"

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

El ruido de las bestias que subían las<br />

escaleras lo sacó de sus pensamientos.<br />

Pensó en Dolores. Corrió por el pasillo<br />

de aquel nivel empujando puertas y derribando<br />

obstáculos. De pronto la vio.<br />

En una de las habitaciones, pegada a<br />

la pared del fondo con los ojos llorosos<br />

estaba su Loly. Fernando inspeccionó el<br />

interior de aquel recinto y dio unos pasos<br />

con la espada amenazante rebanando<br />

el aire. Detrás de su mujer se levantaba<br />

un feo cíclope. <strong>La</strong> bestia sostenía por<br />

una mano a la mujer y escrutaba el rostro<br />

de Fernando con su único ojo. Desde<br />

el primer instante Fernando se dio<br />

cuenta de un detalle: <strong>La</strong> bestia le temía.<br />

—¡Tiemblas, cobarde! —dijo el hombre<br />

apuntando hacia el cíclope en actitud<br />

desafiante—. Pensaste que te saldrías<br />

con la tuya.<br />

—¡Fernando! —gritó Dolores.<br />

—¡No te preocupes! ¡No lo dejaré hacerte<br />

daño!<br />

Avanzó en una carrera. <strong>La</strong> espada<br />

emitió un silbido sordo en el aire y el<br />

cíclope cayó al suelo retorciéndose en<br />

los últimos estertores de su vida.<br />

Fernando sonrió. Extendió los brazos<br />

hacia su Loly que lo miraba, aún horrorizada,<br />

y sintió de repente un fuerte corrientazo<br />

en la nuca.<br />

—Cumplí mi misión. Ella está a salvo<br />

—las palabras casi apagas, salieron de<br />

su boca antes de caer al suelo y perder<br />

el conocimiento por completo.<br />

⁂<br />

En la estación de policías, Loly observaba<br />

detrás de los barrotes de una celda a su<br />

esposo Fernando acurrucado en el piso.<br />

<strong>La</strong> mujer emitió un largo suspiro, dejó<br />

salir una bocanada de humo y apagó el<br />

cigarro. Se sientó frente al oficial que la<br />

miraba por encima de los espejuelos.<br />

—Todavía no lo entiendo. Hace solo<br />

tres días que me dieron el ascenso que<br />

esperábamos: el puesto de jefa de enfermeras<br />

en la sala de traumas oculares.<br />

Es cierto que tuve necesidad de<br />

8

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!