LA PUERTA DEL SOL_ED_58 SEPTIEMBRE - 2018

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6 - La Puerta del Sol COMUNIDAD Cochabambinos celebraron su aniversario en la Kantuta Texto Eduardo Schwartzberg Fotos: Dio Espinoza Los cochabambinos tienen una tradición migratoria reconocida en toda Bolivia. De forma popular se dice que “los cochabambinos se encuentran hasta en la luna” y es evidente, que los bolivianos provenientes de estas tierras vallunas, comenzaron la travesía migratoria con más intensidad y más tempranamente que en otras regiones, debido principalmente a las reformas agrarias producidas en el país. Algunos estudiosos indican que este proceso se remonta a la Ley de Exvinculación de 1879 promulgada por el presidente Tomas Frías, y que tenía como fin principal acabar con la tierras comunales y formas organizaciones sobre la tierra, que pasen a ser propiedad del Estado y poder vender a particulares, con lo que se benefició a una elite terrateniente y se crearon las haciendas. Al final de cuentas los cochabambinos migraron en busca de mejores días, y Brasil no fue la excepción, siendo notoria su importancia en la comunidad boliviana a través de la devoción a la virgen de Urkupiña y en los diferentes festejos cívicos que celebran cada año, siendo el último el realizado en homenaje a los 208 años de fundación realizado en la plaza Kantuta. Con la presencia del Cónsul General Jorge Ledezma, que también es cochabambino se realizó en emotivo acto, que comenzó con el desfile cívico y entonación del himno a Cochabamba, se bailaron varias rondas de cuecas y se degustó la tradicional chicha cochabambina.
COMUNIDAD Por: Eduardo Schwartzberg Bom Retiro es uno de los barrios históricos de la ciudad de Sao Paulo, en este barrio se puede observar la esencia de una de las metrópolis más importantes del mundo, en la que viven inmigrantes de diferentes nacionalidades, culturas y religiones. Coreanos, Bolivianos, Sirios, Turcos entre otros viven en este barrio tradicional. En una de sus calles (Alameda Cleveland 698) se encuentra el restaurante el “Rincón de la Llajta” cuya propietaria es Flora Fernández más conocida como Doña Flora (Florita). Con los colores de la bandera boliviana (rojo, amarillo y verde) y adornado con cuadros que muestran la belleza geográfica y cultural de Bolivia, el restaurante recibe a los clientes que vienen a saborear la gastronomía boliviana preparados por las manos mágicas de Doña Flora. Sin embargo, la historia de doña Flora que tiene 4 hijos (Erick, Elvis, Adriana y Eliana) como la de muchos otros inmigrantes que prosperaron en la vida, es una historia de esfuerzo, donde la ética por el trabajo y los deseos de superación fueron más grandes que los obstáculos con los que se encontraron en la vida, superándolos y haciendo de sus sueños una realidad. Huérfana de padres, fue criada por sus abuelos en la zona de Cala cala en la ciudad Cochabamba a quienes tuvo que dejar cuando tenía 15 años para comenzar a trabajar. Comenzó empleándose en casas de familias cochabambinas donde ganaba 40 pesos al mes. Se fue a la ciudad de La Paz donde le indicaron se podía ganar más, y consiguió un trabajo en un importante restaurante alemán en aquella época, donde comenzó a ganar 200 pesos, de los cuales mandaba una parte a sus abuelos. Posteriormente un familiar que vivía en Brasil, le indicó que era un país donde se podía prosperar pero eso sí, que hay que trabajar mucho, que si se animaba tenía que venir preparada con ese pensamiento, como Flora era trabajadora decidió asumir la travesía y llegó a Brasil. Trabajó en pequeñas oficinas y posteriormente abrió su propia oficina de costura, con lo que ahorro para pagar el alquiler de la casa donde vivía y por las máquinas de costura que compró. Un problema familiar la motivo a decidir a hacer un esfuerzo mayor y trabajar para ahorrar y comprar su propia casa, donde actualmente está el restaurante “El Rinco de la Llajta”. Aprovechando una propuesta de una empresa de ropa que subcontrataba a la oficina de doña Flora, que ofreció a ella un premio si conseguía producir más de lo realizaba hasta ese momento. La propuesta era buena, pero duplicar el nivel de producción por mes parecía una meta imposible, pero Fernández junto a sus trabajadores decidió realizar el esfuerzo porque todos iban beneficiarse. Después de 7 meses compró la casa donde actualmente vive y donde funciona el restaurante. Recuerda que ella siempre veía la casa con el letrero de en venta, y anhelaba comprarla algún día, y ya son 34 años desde que materializó su sueño. En la casa siguió con la oficina de costura y vendía empanadas, salteñas, anticuchos, enrollado de carne los fines de semana en la cancha donde los bolivianos hacían sus campeonatos de fútbol en el barrio de Sao Bento. Un día fue expulsada por el dueño de la cancha y se puso a vender en la calle. Ahí fue que una persona al ver lo sucedido le preguntó porque en vez de vender en la calle, lo hacía en su casa, pero Doña Flora al comienzo dudaba de que esa idea resulte, porque la casa era distante de donde se reunían los bolivianos en aquel tiempo. Sin embargo, decidió probar suerte y pensó una estrategia publicitaria para atraer a la gente. En agosto la Asociación de Residentes de Bolivianos (ADRB) realizaba una fiesta de gala en homenaje a la fundación de Bolivia. Doña Flora preparó unos 100 a 120 panfletos hechos a mano, contrató a una persona para que vaya a la fiesta y reparta los panfletos. En el panfleto se daban todas las informaciones y se indicaba que a la primera persona que llegue al día siguiente de la fiesta al restaurante, ganaba un fricase y una cerveza gratis. Doña Flora quedo sorprendida por la cantidad de personas que ya hacían fila muy temprano en la puerta de la casa en espera de cobrar el premio. Fue aquel día que comenzó la historia del restaurante en agosto de 1984. Doña Flora explica que ahora el 60 % de su clientela es brasileña, las salteñas, La Puerta del Sol - 7 Un rincón de la Llajta también se encuentra en Sao Paulo – Brasil el charkecan, el chicharrón, la sopa de maní y el picante surtido son las comidas preferidas de los brasileños. Todos los meses recibe pedidos de salteñas para confiterías brasileñas. En las paredes del restaurante también se lucen notas periodísticas de importantes periódicos como la Folha de Sao Paulo o el País de España que publicaron sobre “El rincón de la LLajta”. Con 34 años de existencia el restaurante de Doña Flor se convirtió en patrimonio del Barrio de Bom Retiro, tanto bolivianos, brasileños como de otras nacionalidades aún tienen la posibilidad de conocer el sabor de la LLajta de las manos mágicas de Doña Flora Fernades.
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