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Libro Jaime y Pilar PEDIDO

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<strong>Jaime</strong> Alemán y <strong>Pilar</strong> Arosemena • Se encuentran en el tiempo<br />

de profunda depresión. Utilizarán una tecnología industrial incipiente<br />

en donde el caballo y la balandra (piragua grande) serán los medios de<br />

transporte usuales en el ámbito local, hasta que desde la mediados del<br />

siglo XIX llega el ferrocarril transístmico a la ciudad de Panamá en 1855<br />

y las naves a vapor. Estuvieron presentes cuando llegó, en la década de<br />

1880, el cable submarino, la electricidad en 1890 y el telégrafo que une<br />

la capital con los pequeños poblados del interior del país hasta David<br />

y Las Tablas, además del tranvía urbano de 1896. Un poco más tarde,<br />

a principios del siglo XX, se importaron los primeros automóviles,<br />

los famosos Ford modelo T, al alcance sólo de los más afortunados y<br />

modernos, un puñado de personas en la capital y en el interior entre<br />

los cuales se cuentan familiares de los Alemán.<br />

Estaban los miembros de esta familia Alemán en un país verde, feraz,<br />

ocupado en su inmensa mayoría por bosques tropicales húmedos y<br />

secos y extensos manglares litorales, con algunos claros más grandes<br />

de potreros ganaderos y más pequeños de cultivos. Vivieron en un<br />

espacio geográfico relativamente vacío, con poca gente, entre cerca de<br />

90.000 habitantes por 1800, casi 140.000 en 1850 y 315.000 en 1900,<br />

con densidades casi desérticas aún en el área ecuménica, con débil<br />

crecimiento demográfico, bajo el imperio de la enfermedad y la muerte<br />

que siega más de la mitad de los niños antes del primer año de vida,<br />

en un régimen demográfico netamente pre maltusiano. Fue la era de<br />

las epidemias importadas, de gérmenes que pululan en la suciedad y<br />

el desgreño, con una medicina primitiva aunque gocen ya de algunos<br />

adelantos, desde principios del siglo XIX, de la vacunación (contra<br />

la viruela) y la higiene privada. Se habrán de educar, como los demás<br />

miembros de la élite urbana, en el Colegio del Istmo que se crea en 1823<br />

como escuela primaria y secundaria laica, que se convierte en suerte<br />

de universidad, efímera, en 1841 y en seminario en 1852, antes de la<br />

existencia de la Escuela Normal de Varones de 1872 y del Colegio Balboa,<br />

también laico, de 1889, en donde se brinda una educación de calidad.<br />

Vivirán los istmeños y en consecuencia los miembros de la familia<br />

Alemán, en un siglo XIX signado por una esperanza de vida menguada,<br />

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