Revista Presencia Acapulco 1125

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Punto de vista
Por Fernando Vargas Lozano
Lic. Fernando Vargas Lozano
editor
Lic. Rossana Ríos Rico
directora
Lic. Alba Luz Estrada Quintero
gerente comercial
Héctor Cisneros Reyes
diseño
Lic. José Alfredo Pérez Royin
promoción
Manolo Justo Mastache
prensista
noviembre2018
17 al 23
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EL JUEGO DE LAS DIVISIONES
Hay una máxima en la política que dice: Divide y Vencerás… así es como se han obtenido muchos
triunfos en materia de gobierno, así han llegado personajes que luego la historia los pone en su
sitio.
México está, dividido al extremo, lo único que pudiera considerarse para soportarlo es que
esa división aún no se ha convertido en un conflicto social violento que entonces sí, cause un daño irreparable
en el país.
El triunfo en las urnas de Andrés Manuel López Obrador, vino atemperar esa molestia social,
que se ha gestado por el hartazgo de la ciudadanía hacia conductas de corrupción e impunidad con las
que los diferentes niveles y sectores de gobierno se han conducido por décadas.
Ahora bien, fue potenciando durante años esa división, ese malestar colectivo como se abrió
camino quien a partir del 1 de diciembre será el presidente de México, pero que en los hechos desde el 2
de julio se ha conducido de facto como mandatario nacional.
Lo que debe ser analizado y contenido por todos los ciudadanos es el mantenimiento y avance
de la polarización social. Debemos apostarle a la cordura para dar paso a lo sustantivo: que no se cometan
abusos de poder, así sean a nombre de supuestamente representar al pueblo.
En una ocasión una persona muy cercana a quien recién había ganado mayoritariamente
una elección en México, me comentaba que el grave problema del triunfador es que esa abultada legitimidad,
desde el inicio los hace perder la verdadera dimensión de su función pùblica y a cada momento
la utilizan para validar sus propuestas así no representen en realidad a la mayoría. Los hace sentirse sobrados,
con resultados adversos al final de sus funciones.
Aún antes de ser gobierno, López Obrador y sus próximos funcionarios juegan a la confusión,
a adjetivar a sus oponentes y llevarlos a sus límites sabiendo que el poder no se comparte, motivo por lo
cual de una u otra manera serán los intereses que ellos consideren los que prevalecerán, sean viables o
no… están pues sobrados.
Los seguidores de quien resultó ganador de las elecciones federales pasadas, debieran estar
más que contentos, pero no se les ve así. Pasan gran parte de su tiempo contestando, stalkeando se dijera
en el argot millenial, a quienes piensan diferente a ellos. Justificando, explicando lo que quiere decir o
hacer el triunfador y su grupo.
Sin embargo, lo que realmente la nación demanda es ecuanimidad. Que haya un puntual seguimiento
a las acciones de gobierno, tanto por los que no están a favor, como por quienes votaron esa
opción para entre todos exigir que las condiciones realmente cambien en materia de corrupción, impunidad,
seguridad, desarrollo social, desarrollo económico, que podamos decir que estamos, ya en serio,
en la ruta de recuperar calidad de vida todos los mexicanos.
Hay que recordar y hacer valer que de acuerdo a nuestro sistema democrático los gobernantes
son servidores públicos, y los ciudadanos no son súbditos de nadie, así sea el iluminado más grande
en la tierra en estos momentos.
EN CORTO.- Finalmente la estrategia de seguridad en el país para el próximo sexenio, de acuerdo
al anuncio dado hace unos días, será mantener lo que se hizo desde Felipe Calderón como presidente,
que mal continuó Enrique Peña al frente del país, y que convertido el proyecto en Guardia Nacional
-Gendarmería le puso Peña antes- se buscará enfrentar y frenar la inseguridad en el país apoyado de las
Policías Militar, Naval y Federal. Ahora bien, para que tenga éxito esa propuesta, se deberá pasar por el
saneamiento, a través de la depuración, certificación y capacitación de las policías municipales y estatales
del país, sin ello no habrá paz en México… esa es la lección de 12 años y aún no se aprende.
octubre2018 3