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cargó nuestros pecados para que los creyentes<br />
pudiéramos obtener salvación.<br />
El cordón de grana<br />
Aún tenemos un simbolismo más de Cristo<br />
en el libro de Josué. Se trata del cordón<br />
de grana que proporcionó a Rahab y a su<br />
familia la seguridad y liberación de la<br />
muerte. El relato se halla en Josué 2:18-<br />
19 y 21. He aquí, cuando nosotros entremos<br />
en la tierra, tú atarás este cordón de<br />
grana a la ventana por la cual nos descolgaste;<br />
y reunirás en tu casa a tu padre y<br />
a tu madre, a tus hermanos y a toda la<br />
familia de tu padre. Cualquiera que saliere<br />
fuera de las puertas de tu casa, su<br />
sangre será sobre su cabeza, y nosotros<br />
sin culpa. Mas cualquiera que se estuviere<br />
en casa contigo, su sangre será sobre<br />
nuestra cabeza, si mano le tocare. Ella<br />
respondió: Sea así como habéis dicho.<br />
Luego los despidió, y se fueron; y ella ató<br />
el cordón de grana a la ventana.<br />
Este es un retrato vívido de la seguridad<br />
de salvación que tiene el creyente a través<br />
de la sangre de Jesucristo. El cordón<br />
de grana sirvió de señal sobre la casa de<br />
Rahab para no ser dañada, como lo fue la<br />
sangre del cordero en los dinteles de la<br />
puerta en la noche de la pascua para Israel.<br />
La señal fue suficiente para la salvación<br />
pero el valor de la misma señal fue<br />
muy diferente. En el caso de Rahab se<br />
trató de un simple cordón de grana. En el<br />
caso de Israel, la sangre de un animal. En<br />
el caso del creyente, la señal de nuestra<br />
salvación es de valor incalculable, infinito,<br />
al tratarse de la sangre del Hijo de<br />
Dios derramada a favor de pecadores. No<br />
hay salvador mayor, no hay refugio mejor,<br />
no hay señal más segura que la sangre de<br />
Jesús. Mi pregunta para ti hoy es esta:<br />
¿Has hallado en Cristo la gracia y perdón?<br />
¿Te ha lavado ya la sangre de Jesús?<br />
En la Calle Recta<br />
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