Revista Presencia Acapulco 1133

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enero2019
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RevistaPresencia Acapulco
Punto de vista
Por Fernando Vargas Lozano
LOS NUEVOS CIMIENTOS
DE LA SEGURIDAD
En medio del caos en más de 7 estados del país por el oficialmente llamado combate contra el robo de combustible
y sus daños colaterales como el desabasto de gasolina, hubo dos importantes acciones en la semana
que tienen que ver con el grave problema de la inseguridad y la manera en que será enfrentada por parte del
gobierno federal: la aprobación en el Congreso de la Guardia Nacional y la designación del Fiscal General de la
República.
Ambos casos han tenido ciertos cuestionamientos por parte de un sector de la sociedad que ha pedido al
nuevo gobierno federal:
1.- Que la Guardia Nacional tuviera un mando civil, no militar, y que no realizara tareas de investigación
lo que oficialmente correspondería a los ministerios públicos. Dichas demandas no fueron atendidas por los diputados
de Morena y PRI, que en alianza, sacaron adelante la propuesta casi intacta del presidente de México.
Aunque ahora resulta que hubo un articulo transitorio -crucial para las acciones del Ejército en materia de seguridad
pública- que fue desechado sin el consentimiento presidencial.
2.- En cuanto a la Fiscalía General de la República, que igualmente recién se estrenará, la exigencia es
que no hubiera el #FiscalCarnal, es decir que se creara una institución independiente y eficaz, partiendo de que la
designación de su titular no recayera en una propuesta presidencial, sino que se utilizara un mecanismo más ciudadanizado
con el fin de que el organismo dejará de ser apéndice del poder ejecutivo. Dicha demanda social corrió
la misma suerte que lo de la Guardia Nacional, fue desechada y una vez más es el presidente del país quien
decide el nombramiento.
Y es que si algo se ha descontrolado aún más de lo que estaba es sin duda la inseguridad en el país. Quizá
lo que oficialmente han llamado guerra contra el huachicoleo sea más estridente, pero en cuanto a afectación
general la delincuencia lleva el primer lugar y mantienen en medio del temor diario a la población mexicana.
Prueba de ello son los resultados que apenas dio a conocer el INEGI en su encuesta nacional de seguridad
pública concerniente a diciembre del 2018, en la que los datos mismos aterrorizan: En Reynosa, Chilpancingo,
Puebla, Coatzacoalcos, Ecatepec, Villahermosa, Tlalnepantla y Fresnillo más del 90% de sus habitantes se sienten
inseguros. Acapulco mantiene un cercano 87.4% de temor entre sus habitantes.
Es necesario que ya se vea la implementación de una estrategia que de los resultados urgentes con el fin de
recobrar la confianza, estabilidad y paz para tener una mejor calidad de vida.
EN CORTO.- CINCO DORITOS DESPUES.- Hay que analizar fríamente lo que sucedió en Tlapa en la visita
presidencial de hace unos días. Vamos a partir de un dato: todo actor político sufre un desgaste en su figura
por el ejercicio del poder. De ahí que al participar en espacios públicos puede ser sometido a expresiones de
descontento, cotidianamente conocidos como abucheos, éstos pueden ser naturales (hay que recordar a Miguel
de la Madrid en la inauguración del Mundial de Futbol en 1986, o recientemente a algunos alcaldes de Acapulco
que su gestión no fue lo esperada) o bien provocados por grupos políticos contrarios al funcionario en cuestión.
Por ello, que el gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo haya recibido abucheos durante la gira presidencial,
se debe de enmarcar en alguno de los dos puntos antes antes mencionados.
Pero lo que describe la forma de ser del ejecutivo nacional, fue más relevante, ya que al intentar calmar
a la muchedumbre, les dijo que “la campaña ya había terminado” y pidió respeto al mandatario estatal,
pero no acababa de decirlo y 5 Doritos después (unas cuantas palabras más) se le ocurre hacer una tipo consulta
popular, que tanto le gustaba realizarlas en campaña, y pregunta a ese público hostil ante la autoridad
estatal, que si querían que Astudillo continuara con su discurso que había suspendido por las muestras de inconformidad,
la respuesta fue descomunalmente negativa, ante ello puso ahora a votación a mano o alzada si
querían que hablara, una vez más la negativa se mantuvo, para salir del paso tuvo él que declarar un inexistente
“empate técnico”, para hacer lo que debió haber hecho desde un principio: pedir respeto al público e invitar al
anfitrión a dar su mensaje. La forma es fondo; esa tarde de Tlapa, se dio una actitud que se mantuvo en el filo del
escarnio público, al que nadie en este país debe de ser sujeto por parte de lo que en cualquier lugar del mundo
democrático se calificaría como un abuso de poder.
fernando@acaclub.com
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