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manos empezaron a enroscarse hacia<br />
dentro, fenómeno conocido como rigidez<br />
de decorticación, que puede indicar<br />
un retroceso grave e irreversible.<br />
“Estaba devastado”, admite Jeremy.<br />
Una semana después del percance,<br />
ella comenzó a dar señales de vida:<br />
25 de febrero:<br />
Muestra movimiento en la pierna<br />
derecha de manera espontánea.<br />
29 de febrero:<br />
Mirada enfocada.<br />
1 de marzo:<br />
Desconectada del respirador todo el<br />
día. Voltea hacia ambos lados.<br />
Los indicios eran mínimos; a veces<br />
tan pequeños que solo Yarnell podía<br />
notarlos, pero bastaban. Alguien estaba<br />
ahí dentro, ¿se trataba de Molei?<br />
MOLEI AÚN RECUERDA que vio la fecha<br />
escrita en el pizarrón al pie de su<br />
cama y se percató de que tres meses<br />
de su vida se habían esfumado.<br />
“Decía: ‘¡Hola, Molei! Hoy es miércoles<br />
18 de mayo’”, asevera. “Fue confuso.<br />
¡Esperen! ¿Qué pasó con febrero,<br />
marzo y abril?”.<br />
Ella ignoraba que ahora se encontraba<br />
en el Craig Hospital en<br />
Englewood, uno de los mejores centros<br />
de rehabilitación de lesiones cerebrales<br />
y de médula espinal de Estados<br />
Unidos. A tres meses del accidente<br />
vial, Yarnell había visto respuestas<br />
con la consistencia suficiente como<br />
para que admitieran a la paciente en<br />
la institución. Ahí, los terapeutas se<br />
esforzaron por revivirla administrándole<br />
fármacos que la sacaran del coma<br />
y brindándole terapia física.<br />
Durante las primeras semanas, Molei<br />
estaba desconcertada antes de regresar<br />
en sí. Si bien sabía quién era, no<br />
podía comunicarse con el personal ni<br />
con sus seres queridos; se preguntaba<br />
si algún día sería capaz de hacerlo.<br />
Entonces, un día Jeremy la hizo reír.<br />
Sucedió en la sala de rehabilitación física<br />
del Craig Hospital, a donde él la<br />
había transportado.<br />
Molei estaba en una especie de<br />
limbo medio consciente. No podía<br />
controlar sus movimientos ni hablar.<br />
Pero si Jeremy o los terapeutas le movían<br />
las extremidades, se podía sentar<br />
y hasta ponerse en pie. Ese día, Jeremy<br />
estaba haciendo lo que había hecho<br />
durante semanas: ayudar y esperar.<br />
Primero la alzaba de la cama y la<br />
ponía en una especie de asiento colgante<br />
que se movía sobre rieles que, a<br />
su vez, la llevaba a una silla de ruedas.<br />
De ahí, se iban a un cuarto lleno de<br />
plataformas acolchonadas diseñadas<br />
para dar masajes y terapia. Su plan<br />
era estirarle un poco los miembros<br />
inferiores y superiores mientras charlaba<br />
con ella. Así que la recostó en<br />
una de las superficies, se sentó a sus<br />
pies y empezó a flexionarle las piernas<br />
mientras parloteaba tonterías (así<br />
lo describe Jeremy), tal como lo había<br />
estado haciendo durante meses.<br />
No se inmutó cuando, de pronto,<br />
Molei tuvo un espasmo y se sentó. Sin<br />
pensarlo, él le dijo: “Oye, no estamos<br />
haciendo abdominales, ¿qué haces?”.