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I nve r s i ó n<br />
Página SIETE Domingo 19 de mayo de 2019<br />
i nve rs i ó n @ p a g i n a s i e te . b o<br />
7<br />
Análisis<br />
ana, de Bs 50.444 millones a 49.118 millones en 2018<br />
sube el gasto corriente<br />
es de más de 10.000 millones de bolivianos: de Bs 121.729 millones a Bs 131.756 millones.<br />
Puntos de vista<br />
ALBERTO BONADONA<br />
E c o n o m i sta<br />
Se perdió el<br />
dinamismo<br />
baja; mientras se reduce la inversión,<br />
la cual debería traducirse en<br />
retornos y desarrollo. Los gastos<br />
corrientes tuvieron un significativo<br />
crecimiento durante el periodo<br />
de la bonanza, pero registraron un<br />
retroceso en 2016, como efecto del<br />
shock de precios internacionales;<br />
sin embargo, éstos han estado expandiéndose<br />
nuevamente y alcanzarían<br />
un nivel récord para 2019.<br />
Por otro lado, en lo que se refiere<br />
a la inversión pública total, en 2019,<br />
los sectores que se benefician con<br />
la mayor cantidad de recursos son<br />
transportes (caminos y otros),<br />
energía y salud. Y, dentro de la inversión<br />
productiva, se priorizan<br />
los sectores extractivos y no así una<br />
diversificación hacia aquellos que<br />
generan ingresos y empleo, como<br />
son agropecuario, industria y turismo,<br />
situación que ha sido constante<br />
en gestiones pasadas.<br />
Déficit y endeudamiento<br />
El escenario de los últimos años<br />
–con un sector público con menores<br />
ingresos, pero con un alto nivel<br />
de gastos (y aún en expansión como<br />
el caso de los gastos corrientes)–resulta<br />
claramente en un déficit<br />
fiscal (más gastos que ingresos)<br />
que tiende a profundizarse.<br />
Después del periodo de superávit<br />
fiscal que se registró entre 2006<br />
y 2013; en 2014, el sector público registró<br />
nuevamente déficit, que fue<br />
cada vez mayor, llegando en 2018 a<br />
8,1% con relación al PIB.<br />
Para 2019, según las proyecciones<br />
del Programa Fiscal–Financie -<br />
ro 2019, suscrito entre el Ministerio<br />
de Economía y Finanzas Públicas y<br />
el Banco Central de Bolivia, se estimó<br />
un déficit de 7,8% del PIB.<br />
Este déficit fiscal, que es resultado<br />
del incremento de los gastos<br />
(tanto de inversión como gastos<br />
corrientes) de varios años, en un<br />
escenario de disminución de ingresos,<br />
es financiado principalmente<br />
con endeudamiento externo.<br />
La deuda externa, que fue aumentando<br />
incluso durante el periodo<br />
de bonanza, registra un crecimiento<br />
demasiado acelerado en<br />
las últimas gestiones.<br />
Para 2007, la deuda externa bajó<br />
a 2.208 millones de dólares, gracias<br />
a una condonación de la deuda<br />
multilateral gestionada en años<br />
anteriores; posteriormente, tuvo<br />
un crecimiento continuo y con<br />
montos adicionales de magnitud.<br />
Entre 2016 y 2017 la deuda externa<br />
se incrementó en 2.160 millones de<br />
dólares; y entre 2017 y 2018 en 750<br />
millones de dólares.<br />
Hasta finales de 2018 la deuda<br />
externa del país alcanzó a 10.178<br />
millones de dólares, más de cuatro<br />
veces con relación a la deuda<br />
que se tenía en 2007.<br />
El sector informal en calles céntricas en la ciudad de La Paz.<br />
En las condiciones actuales<br />
que evoluciona la economía<br />
de Bolivia, es muy difícil<br />
esperar que el gasto público<br />
disminuya. El PIB trimestral<br />
muestra una tendencia al<br />
descenso desde 2014 y esto<br />
continuará. El PIB medido<br />
cada tres meses otorga una<br />
idea más aproximada con la<br />
pérdida de dinamismo de la<br />
economía boliviana.<br />
Las recaudaciones impositivas<br />
están cayendo no<br />
porque el aparato tributario<br />
se haya debilitado. Todo lo<br />
contrario, la tecnología lo ha<br />
invadido y se ha creado una<br />
maquinaria monstruosa de<br />
cobro de impuestos. Adicionalmente,<br />
en un año electoral<br />
tanto la inversión como<br />
los gastos corrientes están<br />
determinados a subir.<br />
No es coincidencia que el<br />
aumento salarial sea superior<br />
a la inflación del año pasado:<br />
incorpora un criterio<br />
que va más allá del criterio<br />
e c o n ó m i c o.<br />
La economía boliviana no<br />
se encuentra en las mejores<br />
condiciones, a pesar de que<br />
la tasa de crecimiento llegó<br />
al 4,5% en 2018, que obligó al<br />
pagó del doble aguinaldo y<br />
dejó a muchas empresas en<br />
situación preocupante.<br />
Se muestra a este crecimiento<br />
como el índice mayor<br />
de América Latina, lo<br />
cual no es correcto porque<br />
Panamá y República Dominicana<br />
están muy por encima<br />
de esa cifra (a veces esto<br />
se disimula comparando sólo<br />
con Sudamérica).<br />
Se insiste que crecer a una<br />
tasa del 4,5% es una muestra<br />
del aumento, no sólo de la<br />
producción, sino también<br />
de la productividad. El crecimiento<br />
de la productividad<br />
se mide en relación con<br />
la utilización de algún factor<br />
de producción u otra variable,<br />
como el uso de energía<br />
utilizada u otro insumo empleado<br />
en el proceso productivo.<br />
Aspecto este en el<br />
que cada vez se va de mal en<br />
peor, particularmente en el<br />
sector agrícola tradicional.<br />
Los fracasos de las empresas<br />
estatales se harán más<br />
evidentes en los años venideros.<br />
Ya existe la demostración<br />
con los proyectos de<br />
Karachipampa, Quipus...