The Red Bulletin Julio 2019

En 2007, esto se convirtió en Secret Cinema.
“El primer [Secret Cinema] fue Paranoid
Park, de Gus Van Sant, acerca de un patinador
acusado de asesinato. Lo hicimos en túneles
debajo del London Bridge, adecuados con
rampas y medios tubos, y el público se convirtió
en parte de la comunidad de skateboard,
con investigaciones policiacas falsas”.
Con cada año, los eventos crecieron en
escala e ingenio: Alien, Lawrence de Arabia,
Los cazafantasmas... La expectativa creció de
boca en boca, pero todos mantuvieron secreto.
“Creo que hay un verdadero deseo de escapar
de la existencia en bucle en la que vivimos,
donde todo ya fue revelado, es predecible y
todos sabemos dónde estamos todos en redes
sociales”, dice Riggall. “En un mundo adicto
a la información, esa idea de la discreción es
fundamental, pues es algo físico y social en lo
que tienes que esforzarte; sin clic ni descarga”.
Hacer que el público participe se ha
vuelto una ciencia para Secret Cinema.
“Lawrence de Arabia [2010] fue la
primera vez que este pidió participar”,
dice Kulkarni. “En Alexandra Palace hicimos
un gran zoco. Tenían que traer cosas para
hacer trueque e incluso se hacían intercambios
en el subterráneo antes de llegar. Teníamos
tiendas de beduinos, y camellos y caballos
paseando por Ally Pally”. Esta atención al
detalle se lleva incluso a los eventos más
pequeños. “Secret Cinema X es un formato
subterráneo en el que mostramos películas
que no se lanzaron”, dice Moccia.
“En 2017, hicimos una producción ‘No le
digas a nadie’, en la que no le dijimos a la gente
qué verán”. Fue The Handmaiden, de Park
Chan-wook. “La presentación se realizó con
siluetas y no podías hablar en toda la noche.
Entraba a un cuarto con más de mil personas,
Romeo + Juliet,
Gunnersbury
Park (2018)
“El equipo era como
una familia, al estilo
de Moulin Rouge en
1900”, dice Moccia.
“En la temporada,
ocurrieron los bombardeos
de Mánchester
y el ataque terrorista
de Westminster.
Se cantó ‘The Show
Must Go On’”.
Regreso al futuro,
Printworks London (2014)
”No quisimos romper el encanto, y
poner la música de Vangelis habría
hecho justo eso”, dice Bennett. “Así
que tomamos la música del Taffey’s
Bar, debido a que es un lugar en el
filme. Estiramos 18 segundos de un
dub estilo árabe y los convertimos
en seis horas de música exótica de
baja calidad”.
todas en silencio total. Y en el bar debías
ordenar en un pedazo de papel. Fue hermoso”.
En 2014, Secret Cinema realizó su
proyecto más ambicioso a la fecha: Regreso al
futuro, una recreación de Hill Valley. “La gente
se escribía cartas y trabajadores postales se
las llevaban dentro del evento”, dice Kulkarni.
“Cada casa tenía un teléfono al que podías llamar
desde las otras casas”. El show se estrenó
finalmente con reseñas llenas de elogios, pero
la naturaleza casi hace de las suyas. Una noche
a las 11, una tormenta sorpresa cayó. “Los
disfraces se empaparon”, dice Kulkarni. “Tuvimos
que secar 600 trajes en 12 horas. Calentamos
con focos incandescentes toda una cabaña
y pusimos todo ahí dentro”.
Si Regreso al futuro fue una lección de
ambición desmedida, al año siguiente, Secret
Cinema fue a por más con El imperio contraataca:
“Encontrar una vieja fábrica de periódicos
para construir La Guerra de las Galaxias
dentro… Esa sí fue una ambición desmedida”,
dice Moccia sobre el edificio que ahora es el
club, Printworks London. “Lo transformamos
y metimos ahí tres producciones: El imperio
contraataca, Dr. Strangelove y 28 Days Later”.
“Quería construir un Secret Cinema gigantesco
que pudiera quedarse ahí por siempre”,
dice Riggall. “Trabajamos mucho y nos esforzamos
para lograrlo, pero conozco a la gente
que puso Printworks ahí y me da gusto”.
Él considera su contribución a los edificios
en que habita como algo positivo. “Hay tantos
vacíos y que pasan años esperando un permiso.
Los desarrolladores abren los ojos a lo que
nosotros hacemos. Podemos crear un ‘uso
temporal’, llenándolos de gente feliz que
experimenta algo. Me gusta pensar que en
las profundidades de la noche, mientras la
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