The Red Bulletin Julio 2019

La pose y la belleza del ballet encubre
un arenoso mundo de cuerpos amoratados,
músculos inflamados, dolor y presión.
Pero un cambio de juego generacional
de bailarines del Royal Ballet están usando
la innovadora ciencia deportiva para fortalecer
sus músculos y mentes y seguir empujándolos
Cuando Gemma Pitchley-
Gale no realiza piruetas en
zapa tillas de punta rosadas
en la Royal Opera House –el
hogar londinense del afamado
Royal Ballet–, puedes
encontrarla en el gimnasio
haciendo levantamiento de
pesas. La pequeña bailarina
una vez levantó 97.5 kg de peso muerto, más del
doble de su peso corporal de 47 kg.
“La gente cree que solo nos contoneamos en
el estudio el día entero, que estamos delgadas
y débiles, y que no comemos nada”, dice la
londinense. “Cuando descubren cuán fuertes
somos ahora, piensan: ‘¿Qué? ¡Wow!’”. Su colega
Claire Calvert, que ha representado papeles
como el Hada de Azúcar en El cascanueces, tiene
una marca personal en sentadillas de 100 kg,
lo que la hace, en comparación, más fuerte
que el legendario jugador de rugby sudafricano
de 116 kg, Tendai “The Beast” Mtawarira.
Los bailarines de su compañía también
poseen poderes asombrosos. El galés William
Bracewell puede levantar sus 73 kg de peso
corporal en 45 levantamientos de pantorrilla
consecutivos. Durante un entrenamiento de
rutina en el gimnasio, Alexander Campbell, un
australiano amante del críquet, levanta una carga
acumulada de 3,655 kg, aproximadamente el
peso de una van Ford Transit. Y Matthew Ball,
un bailarín nacido en Liverpool con aspecto
de miembro de una boyband, puede soportar
el equivalente a cuatro veces su peso corporal
cuando sostiene una sentadilla inmóvil sobre una
sola pierna. “Les mostré a mis padres un video
en el que levanto pesas y dijeron: ‘¿Deberías estar
haciendo eso?’”, dice Ball, de 26 años, sonriendo,
a la vez que deja ver las venas de sus bíceps.
“Pero cuando aterrizo luego de un gran salto,
tengo el equivalente de 500 kg de fuerza a través
de las piernas, así que necesito entrenar para
ello”. Para dar un poco de perspectiva, 500 kg
es el peso aproximado de un cocodrilo de agua
salada de cinco metros de largo.
Los bailarines de la actualidad se fortalecen en
el gimnasio por una buena razón: el ballet es un
mundo hermoso pero brutal, lleno de músculos
adoloridos y cansancio demoledor. Para dominar
el sublime trabajo de pies de obras icónicas como
El lago de los cisnes, Cenicienta o el favorito de
las masas esta temporada, Romeo y Julieta, ellos
se someten a hasta seis horas de complicados
ensayos y brindan hasta cuatro presentaciones
a la semana. El desgaste físico es inmenso: los
bailarines de The Royal Ballet –que son alrededor
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