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MONDOVINILOS<br />
The Black Lips evolucionan mirando al pasado<br />
The Black Lips<br />
In A World That’s<br />
Falling Apart<br />
Fire<br />
ROCK / Lo de The Black Lips va a traer cola<br />
y va a descolocar a unos cuantos de sus<br />
fans. De hecho, no me extrañaría que algunos<br />
se bajaran del barco. Aunque a mí me<br />
han ganado por la base. No solo porque su<br />
sonido se haya acercado tremendamente a<br />
los parámetros en los que habitualmente se<br />
mueve un servidor (country, rock americano…),<br />
sino porque admiro ese movimiento<br />
arriesgado que supone este trabajo y, sobre<br />
todo, que ese riesgo se asuma con coherencia.<br />
Si hubieran ido a lo fácil, habrían<br />
metido cuatro sintetizadores detrás de sus<br />
melodías, como tantos otros, y lo hubieran<br />
llamado evolución. Ellos no. Los labios negros,<br />
notoriamente remozados últimamente,<br />
han optado por investigar nuevos sonidos,<br />
evolucionar mirando al pasado. Hacerse<br />
clásicos, y a partir de ahí dar una vuelta de<br />
tuerca a su propuesta. Haciendo que instrumentos<br />
como la pedal-steel, que ni siquiera<br />
9<br />
había asomado la cabeza en discos anteriores,<br />
aquí se convierta en esencial. Desde que esa<br />
voz de cowboy pasado de vueltas o hijo bastardo<br />
del Bob Dylan de Highway 61 Revisited<br />
(65) arranca con la histriónica Hooker Jon<br />
sabemos que aquí nada va a ser lo que parecía.<br />
Aunque no solo es una cuestión de sonido. Me<br />
da la sensación de que este hecho, además, ha<br />
coincidido con la mejor colección de canciones<br />
que los de Atlanta han conseguido reunir<br />
nunca en un disco. Incluso nos dan algo del<br />
pasado con Odelia, un temazo tremendamente<br />
adictivo, que sirve para que recordemos que<br />
estamos hablando del mismo grupo que grabó<br />
los garajeros Good Bad Not Evil (07) o Satan’s<br />
Graffiti Or God’s Art? (17), por citar algunos.<br />
En ellos, y en el resto de su discografía, ya nos<br />
daban muestras de su inquietud, pero nunca<br />
imaginamos que escuchando uno de sus discos<br />
nos vendrían a la mente Violent Femmes o<br />
los Stones de Exile On Main Street (72). Una<br />
genialidad. —eduardo izquierdo<br />
Ozuna<br />
Nibiru<br />
Aura Music/<br />
Sony Music<br />
8<br />
REGGAETON / Ozuna ha<br />
lanzado uno de los mejores<br />
trabajos del año. Nibiru es un<br />
álbum completo en el que el puertorriqueño<br />
da su mejor nivel a lo<br />
largo de dieciocho canciones que<br />
son reflejo del hegemónico momento<br />
del reggaeton en la música<br />
mundial y del relevante papel<br />
de Ozuna en este movimiento. En<br />
Nibiru, las colaboraciones encajan<br />
perfectamente al elevar un<br />
trabajo que combina el potencial<br />
comercial con la calidad musical;<br />
está lleno de canciones perfectamente<br />
compuestas, con producciones<br />
a cargo de algunos de<br />
los mejores de siempre (Mambo<br />
Kingz, Eliel, High Flow) y letras<br />
en las que explota los temas típicos<br />
del reggaeton sin sonar aburrido<br />
ni repetitivo, algo que está<br />
en la mano de muy pocos. Qué<br />
pena, Patek, Reggaeton en París o<br />
Yo tengo una gata son algunos de<br />
los grandes temas de Nibiru, un<br />
álbum imprescindible tanto para<br />
los fans del género como para<br />
quienes todavía tienen sospechas<br />
acerca del reggaeton.<br />
—luis m. maínez<br />
Lindemann<br />
F & M<br />
Universal<br />
Music<br />
Él Mató a un<br />
Policía<br />
Motorizado<br />
La otra<br />
dimensión<br />
El Segell<br />
Destroyer<br />
Have We Met<br />
Merge/<br />
Popstock!<br />
Magalí Saré<br />
& Sebastià<br />
Gris<br />
A Boy & A Girl<br />
Microscopi<br />
La Zowi<br />
Élite<br />
La Vendición<br />
Records<br />
METAL / El proyecto suecogermano<br />
Lindemann re-<br />
8<br />
gresa al mercado con su segundo<br />
trabajo F&M, sonidos metal industriales<br />
que beben del influjo<br />
directo de Rammstein, no en vano<br />
Till Lindemann es el líder de este<br />
dúo que se completa con Peter<br />
Tägtgren de Hypocrisy o Lock Up.<br />
En F&M vamos a descubrir trece<br />
cortes que rescatan la dinámica<br />
de su debut, Skills In Pills (15);<br />
sin embargo ahora el sabor a<br />
Rammstein se encuentra mucho<br />
más marcado en su estilo que antes.<br />
En esta ocasión No se coquetea<br />
tanto con otros estilos, centrándose<br />
en desarrollar un disco<br />
que hereda el peso y la potencia<br />
del conjunto seminal de Till<br />
Lindemann. No duda en jugar con<br />
paisajes sonoros épicos en Schlaf<br />
Ein, para pasar a los baños de metal<br />
ardiente que contiene Gummi<br />
u ofrecernos tonadas infalibles<br />
que enganchan de forma inmediata<br />
gracias a sus estribillos y<br />
a las medidas fluctuaciones de<br />
potencia, como Steh Auf, Ich Weiss<br />
Es Nicht o Frau & Mann.<br />
—fernando o. paíno<br />
7<br />
POP / La banda platense<br />
POP / Los seguidores de Dan<br />
POP / Del montón de lenguas<br />
incomprensibles<br />
8<br />
7<br />
presenta La otra dimensión,<br />
Bejar están de enhorabuena,<br />
un disco con dos nuevas<br />
canciones, “El perro” y “Buscando<br />
más allá”, junto a caras<br />
B de los singles de su anterior<br />
trabajo y versiones de temas ya<br />
conocidos. Bajo una óptica general,<br />
estamos antes un trabajo que<br />
continúa la línea discordante<br />
dibujada en La síntesis O’Konor<br />
(17), en donde el muro de sonido<br />
habitual de la banda dejó paso<br />
a otro tipo de estructuras, con<br />
especial énfasis en los sintetizadores<br />
y las percusiones. Un nuevo<br />
lenguaje que encontramos<br />
aún más acentuado en La otra<br />
dimensión. La versión de Las<br />
luces, junto a Anabella Cartolano<br />
de Las Ligas Menores, lo ejemplifica<br />
a la perfección, bajando<br />
las revoluciones de la original<br />
para conseguir un clima más<br />
pausado y etéreo. Sin necesidad<br />
de grandes pretensiones, este<br />
disco parece funcionar bastante<br />
bien como transición hacia una<br />
nueva etapa sin desviarse en<br />
exceso de La síntesis O’Konor.<br />
—manuel novo<br />
Have We Met, su nuevo disco<br />
bajo el nombre de Destroyer, es el<br />
acompañante perfecto para ken<br />
(17) y Kaputt (11), nuevamente influido<br />
por los sonidos más ochenteros,<br />
del Synth Pop al Sophistipop,<br />
pero con ese giro irónico en<br />
sus letras y su voz tan propio del<br />
colaborador de The New Pornographers.<br />
No era su plan inicial, y es<br />
que este disco comenzó con Bejar<br />
buscando un sonido más fuerte y<br />
abrasivo, antes de terminar convirtiéndose<br />
en una obra construida<br />
en capas, en la que lo primero<br />
es su voz y luego es arropado por<br />
la producción sintética de John<br />
Collins, con Nic Bragg actuando<br />
como su Phil Manzanera particular,<br />
poniendo los adornos con la<br />
guitarra. Al final una cacofonía<br />
de sonidos recuerda al oyente que<br />
esto no debería ser un disco pop,<br />
a pesar de contener esas maravillosas<br />
melodías que le salen con<br />
tanta facilidad. Pero Bejar disfruta<br />
dejando al personal desconcertado<br />
y con ganas de más. Prueba<br />
conseguida. —sergio ariza<br />
que suponen la música clásica y<br />
contemporánea para los profanos,<br />
Magalí Saré (voz) y Sebastià Gris<br />
(guitarra) han hecho un sólo idioma<br />
de fonemas pop. A Boy & A Girl<br />
es un disco de raíces de conservatorio,<br />
pero de vocación emocional,<br />
fruto del pasado trotamundos del<br />
dúo. Ambos han cursado estudios<br />
en el Liceu; Saré ha formado parte<br />
del Quartet Mèlt; y, no menos<br />
importante, ha participado de<br />
Estòmac (19) de Clara Peya. Las<br />
similitudes entre las catalanas se<br />
palpan: sus canciones se llenan<br />
y se vacían como lo hace la tripa<br />
de una gaita. El uso de la instrumentación,<br />
de furioso a sensible,<br />
no se entendería en el debut sin<br />
los anclajes electrónicos de David<br />
Soler y Santi Careta. Los productores<br />
se han vuelto a probar con<br />
en un largo que lleva la música<br />
popular –mallorquina, en este<br />
caso– a la vanguardia. Como con<br />
Maria Arnal y Marcel Bagés: músicas<br />
de antes que adquieren nueva<br />
relevancia en base a saturaciones.<br />
—yeray s. iborra<br />
TRAP / La Zowi ha vivido<br />
7<br />
en dos años una irrupción<br />
a la altura de lo más petón de La<br />
Vendición Records. Gracias, sobre<br />
todo, a “Ama de casa” (18). Y, claro,<br />
no ha escapado de las polémicas,<br />
que poco o nada tenían que ver<br />
con ella, sino con cómo se entendía<br />
–o se malinterpretaba– su<br />
obra. Pero, como pasa muchas<br />
veces, el problema lo tiene más<br />
el que escucha que el que habla.<br />
Porque La Zowi no para de explicarse.<br />
Hasta el punto que “Élite”,<br />
su segunda mixtape, es un recorrido<br />
por su ascenso en el sector,<br />
traducido a lenguaje trap (de<br />
fulana a boss) y con un fondo de<br />
alto empoderamiento femenino.<br />
En lo musical, sigue fiel a aquello<br />
que le ha hecho llamar la atención<br />
del público: reggaeton de<br />
bajos gordos y electrónica oscura<br />
y asfixiante. Aunque la base trap<br />
convive con caramelitos que<br />
empiezan a destilar suavidad y<br />
gusto por lo melódico: Full time,<br />
junto a Based Kash (808 Mafia),<br />
puede abrir nuevos horizontes.<br />
En el trap game lo tiene casi todo<br />
ganado. —yeray s. iborra<br />
#36 febrero <strong>2020</strong> mondosonoro.com — @mondo_sonoro — facebook/mondosonoro