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Areíto, sábado 18 de abril , 2020

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<strong>Areíto</strong><br />

Isla<br />

Abierta<br />

ESCRIBE DELIA BLANCO<br />

El maestro Iván Tovar<br />

en toda su poética Página 4<br />

Carta a un<br />

amigo que<br />

está <strong>de</strong> viaje<br />

Pá g i n a 8<br />

w w w. h oy.co m .d o<br />

Editor: Bavegado<br />

Diseño: Humberto Martínez<br />

S Á BA D O <strong>18</strong>.04 .2 02 0<br />

René Rodríguez Soriano,<br />

entre el bolero y la guaracha<br />

Página 3<br />

Luis Eduardo Aute,<br />

para siempre<br />

Pintor primero,<br />

compositor <strong>de</strong>spués, y<br />

más tar<strong>de</strong> cantante,<br />

indagó sobre su entorno<br />

apoyado en estos géneros<br />

convencido <strong>de</strong> que la<br />

poesía — “palabra que<br />

mueve las piedras”—, era<br />

el eje conector entre<br />

música y pintura. Pá g i n a 2<br />

La<br />

h i e rb a<br />

mágica<br />

Por eso, ahora más que<br />

nunca, es preciso que<br />

todos aquellos que<br />

escribimos y trabajamos con la palabra<br />

sacudamos el asco y el círculo asfixiante y<br />

anómico <strong>de</strong> la repetición abyecta. Ahora<br />

más que nunca hay que sentarse a contar<br />

historias. Pá g i n a 6<br />

René y el “me voy mañana”<br />

que cumplió con certeza<br />

Que René se fue me lo anuncia<br />

el poeta Amable Mejía en un<br />

frase corta para quien ha<br />

tenido una vida literaria larga.<br />

Murió René. Irónicamente iba<br />

camino a casa observando una<br />

ciudad a solas, virtualmente<br />

abandonada por el toque <strong>de</strong><br />

queda. Pá g i n a 5


Sábado <strong>18</strong> <strong>de</strong> a b ri l<br />

2 H OY <strong>de</strong> <strong>2020</strong><br />

A RE Í TO<br />

JOCHY HERRERA<br />

Aporte<br />

Luis Eduardo Aute,<br />

para siempre<br />

Luis Eduardo<br />

Aute, imagen<br />

<strong>de</strong> Miguel<br />

G e n e r.<br />

A Tony Ocaña, por supuesto.<br />

Si te dijera amor mío,<br />

que temo a la madrugada…<br />

Un Simbad armado <strong>de</strong> poesía le llamé<br />

hace diecisiete años cuando a<br />

propósito <strong>de</strong> la salida <strong>de</strong> Alas y balas,<br />

fajo <strong>de</strong> urgentes canciones <strong>de</strong><br />

guerra y pe<strong>de</strong>rastia como el momento exigía,<br />

lo entrevisté por primera vez. Aquel disco,<br />

el veintiséis <strong>de</strong>l filipino-español, era también<br />

una <strong>de</strong>claración <strong>de</strong> <strong>de</strong>samores y <strong>de</strong> sueños,<br />

sempiternos motivos <strong>de</strong> ese cosmonauta<br />

que navegando entre el Renacimiento y la<br />

hipermo<strong>de</strong>rnidad, nos sacudió como pocos.<br />

Tras sobrevivir un infarto tres años atrás, Aute<br />

ha partido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Madrid hacia la eternidad<br />

<strong>de</strong> la memoria; espantado, no quepa duda,<br />

ante las distópicas escenas <strong>de</strong> las que hoy<br />

somos testigos. La parca, malvada sin par,<br />

nos lo arrebató justo cuando más necesitábamos<br />

los lúcidos amaneceres que sus canciones<br />

anunciaban.<br />

Este hombre sin igual, incomparablemente<br />

tierno y enamorado, frágil sólo como<br />

él, nos regaló una muy particular y plurisensorial<br />

poesía en la que sexo, eros y el Ser fueron<br />

excusas para narrar las angustias y <strong>de</strong>speranzas<br />

<strong>de</strong>l mundo que siempre quiso mejor.<br />

Pintor primero, compositor <strong>de</strong>spués, y<br />

más tar<strong>de</strong> cantante, indagó sobre su entorno<br />

apoyado en estos géneros convencido <strong>de</strong><br />

que la poesía —“palabra que mueve las pied<br />

ra s”—, era el eje conector entre música y<br />

pintura. Indivisible nexo sinestésico en el<br />

cual, como alguna vez afirmó, “allá don<strong>de</strong><br />

acaba la música, empieza la pintura, y viceversa”.<br />

Fue <strong>de</strong> tal forma como Aute hizo<br />

realidad las ancianas expresiones artísticas<br />

<strong>de</strong> aquellos malditos parisinos li<strong>de</strong>rados por<br />

Verlaine y Bau<strong>de</strong>laire; cuando sin respetar<br />

fronteras, su mano se hizo lápiz, cuerda o<br />

pincel en mágico arcoiris creador. Y ni hablar<br />

<strong>de</strong>l cine, género en que este singular artista<br />

incursionó con pasión <strong>de</strong>s<strong>de</strong> muy tempranamente<br />

<strong>de</strong>jando en su haber múltiples cortos<br />

y largometrajes.<br />

Aute “es un pintor <strong>de</strong> garra, artesano en la<br />

fabricación <strong>de</strong> sus propias pinturas, que ha<br />

sabido captar en sus composiciones y retratos<br />

el sentido íntimo e idiosincrásico <strong>de</strong> las<br />

p e r s o n a s”. Tal afirmación, que bien podría<br />

hacer referencia a sus poemas y composiciones<br />

musicales, fue publicada en 1961 en<br />

el suplemento cultural <strong>de</strong>l diario español<br />

ABC cuando contaba con apenas 17 años a<br />

propósito <strong>de</strong> su primera exhibición en la<br />

madrileña galería Alcón, momento en el que<br />

coqueteaba con la guitarra regalo <strong>de</strong> su padre<br />

meses antes.<br />

Cuatro años <strong>de</strong>spués, bajo la influencia <strong>de</strong><br />

los Dylan y Joan Báez <strong>de</strong> aquellos tiempos,<br />

Aute compone piezas primigenias entre<br />

ellas Rosas en el mar, dada a conocer a través<br />

<strong>de</strong> la voz <strong>de</strong> Massiel, y el Aleluya # 1 que<br />

gracias a un arreglo en inglés <strong>de</strong>l norteamericano<br />

Ed Ames, se hace tan popular en EE.<br />

UU. que alcanza el ranking <strong>de</strong> Billboard. En<br />

1968 insiste en sumergirse en la plástica y la<br />

poesía, e intenta <strong>de</strong>spedirse <strong>de</strong> la música<br />

con el álbum 24 canciones breves. Tras un<br />

periodo <strong>de</strong> introspección que coinci<strong>de</strong> con<br />

la crisis política <strong>de</strong> la España franquista, retorna<br />

a los escenarios en 1973 esta vez <strong>de</strong><br />

manera <strong>de</strong>finitiva. A partir <strong>de</strong> aquí nos regalará<br />

las más <strong>de</strong> cuatrocientas canciones<br />

que a juicio <strong>de</strong> la crítica le hacen referencia<br />

<strong>de</strong> la música <strong>de</strong> autor española.<br />

La temática amorosa, íntima y rebel<strong>de</strong>,<br />

insatisfecha y abarcadora, fue instrumento<br />

cuestionador <strong>de</strong>l norte <strong>de</strong>l alma humana<br />

que como in<strong>de</strong>tenible inquisidor, disecó<br />

mientras hurgaba entre nuestros misterios<br />

buscando respuestas al dolor y a la soledad<br />

<strong>de</strong>l Universo. Si bien lo hizo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una profundísima<br />

visión metafísica, quizás mejor<br />

evi<strong>de</strong>nciada en sus poemigas, Aute nunca se<br />

alejó <strong>de</strong> las más reales <strong>de</strong> nuestras preocupaciones:<br />

…cómo has podido tú,/ ánima pura,<br />

crear al animal/ humano a tu imagen y<br />

semejanza/ y permitir que se transfigure en<br />

esa bestia/ que me mira en el espejo cada mañana./<br />

Aquellos elementos que Paz consi<strong>de</strong>ró<br />

constitutivos <strong>de</strong> la concepción occi<strong>de</strong>ntal<br />

<strong>de</strong>l amor —la trasgresión, el castigo y la re<strong>de</strong>nción—,<br />

son hechos triza en la propuesta<br />

romántica auteana al tiempo que con ella se<br />

establece un nuevo lenguaje sentimental. El<br />

<strong>de</strong> la transfiguración <strong>de</strong> la pareja, el sexo y la<br />

existencia dispuestos a enfrentar al mundo<br />

con los cuerpos: En vista <strong>de</strong> que se trata/ <strong>de</strong><br />

que el pez gordo se coma al pez escuálido,/ y<br />

<strong>de</strong> que el Edén lo pueda <strong>de</strong>vorar/ únicamente<br />

el rostro pálido,/ quítate el vestido,/ quítate el<br />

<strong>de</strong>snudo y muéstrame al animal…/ Aute suplica<br />

en sus versos que ante tanta pesadilla,<br />

reencontremos el sentido <strong>de</strong> los sueños en<br />

un vientre; que confiados, sepultemos la<br />

utopía mientras un cuerpo ajeno sea capaz<br />

<strong>de</strong> regalarnos clases <strong>de</strong> poesía. Que esperanzados,<br />

reivindiquemos los espejismos <strong>de</strong> intentar<br />

ser nosotros mismos en un viaje hacia<br />

la nada, hacia la simple certeza <strong>de</strong> rozar, entre<br />

miradas, la Belleza.<br />

Bastaría a<strong>de</strong>ntrarse en cualquiera <strong>de</strong> los<br />

volúmenes que reúnen la obra poética <strong>de</strong><br />

Luis Eduardo Aute para <strong>de</strong>scubrir cómo el<br />

hecho político y la muerte fueron también<br />

temas imprescindibles en su trabajo creador;<br />

así lo cuenta en “IDinErOLOGÍA”: Dia -<br />

bólico Dios es…/ la dictadura <strong>de</strong>l dinero./ O<br />

en los versos <strong>de</strong>l poema “De paso” hechos<br />

canción en el incomparable álbum “Alban -<br />

t a”: Sólo morir permanece/ como la más inmutable<br />

razón,/ vivir es un acci<strong>de</strong>nte,/ un<br />

ejercicio <strong>de</strong> gozo y dolor./<br />

Cuestionado sobre el <strong>de</strong>venir <strong>de</strong>l Hombre<br />

contemporáneo, dijo una vez que éste fue<br />

siempre agónico: “El Hombre (el ser humano,<br />

mejor) <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que nació se está muriendo,<br />

individual y socialmente. Dicen que la<br />

vida es puro apren<strong>de</strong>r a morir… ”. No sorpren<strong>de</strong><br />

entonces que Dios, lo divino, fuese<br />

para Aute perenne motivo <strong>de</strong> meditación.<br />

Auto<strong>de</strong>finido místico inclasificable, se jactaba<br />

en afirmar sin tapujos que “sacralizaba lo<br />

profano sin profanar aquello que era sacro”<br />

cosa que no fue excepción durante nuestro<br />

último encuentro en Madrid. Allí repitió lo<br />

<strong>de</strong> siempre cuando surgía lo místico en cualquier<br />

conversación: “Soy incapaz <strong>de</strong> separar<br />

lo divino y lo humano porque lo humano es<br />

divino; porque no habría conciencia <strong>de</strong> Dios<br />

sin seres humanos; yo y Dios es un poco lo<br />

mismo, igual <strong>de</strong> enigmático”.<br />

Asceta; vitalista; el más encantador y <strong>de</strong>senfadado<br />

<strong>de</strong> su generación; émulo <strong>de</strong> los<br />

vanguardistas; galán pícaro; testigo <strong>de</strong>l 68;<br />

cronista <strong>de</strong> humor woodyallenniano; el<br />

hombre más divino <strong>de</strong> la Tierra, y un largo<br />

etcétera, fueron algunos <strong>de</strong> los epítetos con<br />

que quisieron <strong>de</strong>finirle. A nuestro modo <strong>de</strong><br />

ver, Aute es el creador total, último hedonista<br />

<strong>de</strong> nuestros tiempos. También el Maqroll<br />

que reinó en el mar y las tierras <strong>de</strong> esta América<br />

que tanto amó y sobre la que <strong>de</strong>positó su<br />

esperanza <strong>de</strong> un mundo mejor. Nos <strong>de</strong>jó al<br />

alba, mas su muerte, virtual, huérfana, y <strong>de</strong>sprovista<br />

<strong>de</strong> rostro por la pan<strong>de</strong>mia, no acontecerá<br />

mientras an<strong>de</strong> por ahí un alma dispuesta<br />

a apren<strong>de</strong>r a amar a través <strong>de</strong> sus<br />

canciones. Lo hicimos muchos <strong>de</strong> nosotros<br />

mientras sin saberlo, adivinábamos que An -<br />

tes <strong>de</strong>l amor/ se <strong>de</strong>snudan los cuerpos./ Después<br />

<strong>de</strong>l amor/ se anudan las almas./<br />

En el prólogo <strong>de</strong> la colección <strong>de</strong> poemas e<br />

iconografías “El sexto animal” publicado por<br />

Espasa en 2016, el poeta Fernando Beltrán<br />

categoriza a Luis Eduardo Aute como un<br />

“gamberro <strong>de</strong>l idioma, un Sancho Panza <strong>de</strong>l<br />

verbo y Quijote hasta el hallazgo”. De dicha<br />

obra extraemos un in(oportuno) verso para la<br />

ocasión: El corazón <strong>de</strong>l Universo <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> latir,/<br />

no cuando se apaga la vida,/ sino cuando se<br />

apaga el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> amar y ser amado./ Cier -<br />

tamente, ha partido un incomparable artista,<br />

mas no el corazón <strong>de</strong> un hombre universal ni<br />

el alma <strong>de</strong> quien nos recordará por siempre<br />

que no todo fue naufragar por haber creído<br />

que amar era el verbo más bello.


Sábado <strong>18</strong> <strong>de</strong> a b ri l<br />

A RE Í TO <strong>de</strong> <strong>2020</strong> H OY 3<br />

MIGUEL ÁNGEL FORNERÍN<br />

Aporte<br />

René Rodríguez Soriano,<br />

entre el bolero y la guaracha<br />

El poeta en su casa estudio <strong>de</strong> Texas.<br />

René Rodríguez Soriano (Constanza,<br />

República Dominicana, 1950 - Houston,<br />

Texas, <strong>2020</strong>) fue uno <strong>de</strong> los pocos<br />

escritores dominicanos que se <strong>de</strong>dicó<br />

por entero a su arte. Es parte <strong>de</strong> nuestros<br />

creadores que surgieron en la última década<br />

<strong>de</strong>l 1970. Su primer libro, “Raíces, con dos<br />

comienzos y un final” (1977), presenta la ruptura<br />

<strong>de</strong> los jóvenes a la poesía comprometida<br />

que había dominado el ambiente literario<br />

dominicano <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la revuelta <strong>de</strong> <strong>abril</strong> <strong>de</strong><br />

1965. Su estética se afianza en un libro <strong>de</strong><br />

poemas “Textos <strong>de</strong>testados a <strong>de</strong>stiempo con<br />

sabor a tiempo y <strong>de</strong> canción” (1979).<br />

Eran los años <strong>de</strong>l foquismo y la guerrilla<br />

urbana durante los tres gobiernos <strong>de</strong> Joaquín<br />

Balaguer, conocido como “los doce<br />

a ñ o s”. La violencia <strong>de</strong> Estado y la contrarrevolución<br />

diezmaron a una parte <strong>de</strong> la juventud<br />

dominicana. Otra se atrincheró en<br />

la Universidad y en los clubes culturales y<br />

siguieron realizando activida<strong>de</strong>s para difundir<br />

sus i<strong>de</strong>as sobre la política y la resolución<br />

<strong>de</strong> los principales problemas <strong>de</strong> un<br />

país que seguía siendo dominado por la cultura<br />

autoritaria <strong>de</strong>l trujillato. Rodríguez Soriano<br />

presenta el ambiente <strong>de</strong> represión <strong>de</strong><br />

esa época en su novela “El mal <strong>de</strong>l tiempo”<br />

(Premio UCE, 2008).<br />

La poesía <strong>de</strong> René Rodríguez Soriano, a<br />

partir <strong>de</strong> “Canciones rosa para una niña gris<br />

metal” (1983), <strong>de</strong>ja ver una escritura distinta<br />

<strong>de</strong> la poesía e inaugura la década con una<br />

estética <strong>de</strong> corte amoroso o neorromántico<br />

que <strong>de</strong>spi<strong>de</strong> la poesía sesentista <strong>de</strong>l compromiso<br />

social. Es uno <strong>de</strong> los textos que introduce<br />

el tema <strong>de</strong>l bolero en la literatura<br />

dominicana y la técnica <strong>de</strong> la intertextualidad<br />

y la relación entre música popular y<br />

poesía. Este tema será trabajado por narradores<br />

como Marcio Veloz Maggiolo en “Ri-<br />

tos <strong>de</strong> cabaret” (1991) y Enriquillo Sánchez<br />

en “Mu s i q u i t o” (1993), para solo citar algunas<br />

novelas.<br />

La poesía <strong>de</strong> Rodríguez Soriano logra altura<br />

y novedad en las letras dominicanas con<br />

el libro “Muestra gratis” (1986) en el que ya<br />

integra el lenguaje contextualizado por la<br />

oralidad citadina. Predomina en esta obra la<br />

radio, la televisión y las hablas <strong>de</strong> la clase<br />

media dominicana. Ya había quedado atrás<br />

el tiempo épico que, como horizonte <strong>de</strong> espera,<br />

se abrió a la muerte <strong>de</strong>l dictador y quedaba<br />

un mundo en crisis solo valorado por el<br />

mercado cuando la economía dominicana,<br />

que había tenido repunte en los años cincuenta,<br />

llegaba <strong>de</strong>finitivamente a negar su<br />

mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> producción.<br />

En la poesía <strong>de</strong> Rodríguez Soriano es central,<br />

sin lugar a duda, un interés en la renovación<br />

expresiva, en la mirada a lo social y,<br />

<strong>de</strong> manera especial, al lenguaje <strong>de</strong> la poesía.<br />

No hay en el poeta una búsqueda <strong>de</strong> las<br />

cumbres <strong>de</strong> la poesía dominicana, sino en la<br />

poesía latinoamericana. Como creador sabe<br />

dón<strong>de</strong> se encuentran los lugares comunes.<br />

Elemento importante para valorar la particularidad<br />

<strong>de</strong> su obra.<br />

En la década <strong>de</strong> los ochenta, se inicia como<br />

uno <strong>de</strong> los cuentistas más importantes<br />

<strong>de</strong> la República Dominicana <strong>de</strong> las últimas<br />

generaciones. Su trabajo escritural solo tiene<br />

prece<strong>de</strong>nte en Juan Bosch, José Mariano<br />

Sanz Lajara, Virgilio Díaz Grullón y José Alcántara<br />

Almánzar. Y si lo vemos todos estos<br />

escritores <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l marco <strong>de</strong> los productores<br />

que han sido constante en la escritura y<br />

en la publicación, no exagero en <strong>de</strong>cir que<br />

solo Bosch y Alcántara Almánzar lo superan<br />

en <strong>de</strong>dicación, calidad, permanencia y proyección<br />

en el cuento dominicano.<br />

Se inaugura como narrador con el libro<br />

“Todos los juegos el juego” (1986), por realizar<br />

en él un homenaje al cuentista argentino Julio<br />

Cortázar. Entonces, los menti<strong>de</strong>ros literarios<br />

lo encasillaron como un epígono <strong>de</strong>l<br />

autor <strong>de</strong> “La autopista <strong>de</strong>l sur”, pero los<br />

cuentos <strong>de</strong>l dominicano buscan otros diálogos<br />

y lo fantástico en su escritura toca más<br />

a Felisberto Hernán<strong>de</strong>z. Ya en este texto se<br />

encuentra un interés por los juegos, la <strong>de</strong>sestructuración<br />

<strong>de</strong>l cuento canónico al estilo<br />

<strong>de</strong> Juan Bosch. Como lo hace en su poesía,<br />

Rodríguez Soriano muestra un interés constante<br />

por el lenguaje. Está consciente <strong>de</strong> que<br />

la obra literaria es una estética verbal.<br />

El segundo libro <strong>de</strong> cuento lo posesiona<br />

como un narrador que <strong>de</strong>sborda la poeticidad<br />

en las letras <strong>de</strong>l país. Con “La radio y<br />

otros boleros” (1996) obtiene el reconocimiento<br />

máximo que se le da a un libro en la<br />

literatura dominicana, el Premio Nacional<br />

<strong>de</strong> Cuentos José Ramón López. En él trabaja<br />

los contextos sociales, la vida cotidiana, la<br />

ciudad, el tiempo y la intrahistoria <strong>de</strong> unos<br />

personajes afectados por la crisis <strong>de</strong> los<br />

ochenta; pero también reescribe la memoria<br />

y representa la distancia, la nostalgia <strong>de</strong> los<br />

tiempos <strong>de</strong> infancia, la radio, la vida maravillosa<br />

y, sobre todo, el amor y las mujeres en<br />

René Rodríguez Soriano en Madrid.<br />

RRS en Puerto Rico. (Foto <strong>de</strong> maf).<br />

la ciudad <strong>de</strong> Santo Domingo.<br />

Son emblemáticos en este libro los cuentos<br />

“La radio”, “Una muchacha llamada Jos<br />

e f i n a”, “Laura baila solo para mí”, “Casi nada<br />

ha cambiado, amor” y “Lucy in the sky with<br />

d i a m o n d s”. René Rodríguez ha dado a un<br />

tiempo <strong>de</strong> crisis una valoración mejor por su<br />

maravillosa prosa, por los espacios y personajes<br />

femeninos que parecen heterónimos.<br />

Son Luisa, Lucía, Claudia, Laura... con ellas<br />

vemos no solo otra cara <strong>de</strong>l amor, <strong>de</strong> la búsqueda,<br />

la soledad, la distancia y el embellecimiento<br />

<strong>de</strong> un mundo negado por una<br />

vida social que invitaba a la emigración.<br />

“Su nombre, Julia” (1991) no es solo el título<br />

<strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los cuentos más emblemáticos<br />

<strong>de</strong>l autor. Las referencias y la atmósfera<br />

remiten a la ciudad, su mundo, la búsqueda<br />

<strong>de</strong>l amor. Así como los sentimientos, los<br />

contextos internacionales, la prensa, la vida<br />

<strong>de</strong> la clase media, la familia, la nostalgia <strong>de</strong><br />

otros tiempos. La poesía. El torrente narrativo<br />

<strong>de</strong> Rodríguez Soriano junto a los variados<br />

nombres <strong>de</strong> “e l l a” o “<strong>de</strong> ellas”, parecen<br />

formar no un conjunto <strong>de</strong> cuentos, sino una<br />

novela hilvanada con historias. Narraciones<br />

novedosas, sencillas. El arte <strong>de</strong> narrar vuelve<br />

a encontrarse con los lectores. Hay en estos<br />

textos una cierta complicidad que se da solamente<br />

entre el mundo vivido y el esperado.<br />

La ciudad está ahí, la gente, los amigos, el<br />

arte, las lenguas y las fugas. “Alguien mueve<br />

los hilos <strong>de</strong>l azar esta mañana <strong>de</strong> verano”,<br />

“Tú siempre caballero, abuelo”, “Julia, noviembre<br />

y estos papeles” y, por supuesto, “Su<br />

nombre, Julia” son los textos que nos hacen<br />

regresar a la casa <strong>de</strong> la dicha.<br />

En 1998 publica en San Juan, Puerto Rico,<br />

el libro “El diablo no sabe por diablo” en el<br />

que integra un manojo <strong>de</strong> cuentos o narraciones<br />

cruzados por un mundo dominicano<br />

<strong>de</strong> los ochenta, la vida en la oficina, la publicidad,<br />

los amores no encontrados, la heteronomía<br />

<strong>de</strong> las mujeres y lo maravilloso<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> lo cotidiano que ya constituyen su<br />

mundo narrativo. Las intertextualida<strong>de</strong>s, las<br />

concomitancias culturales, aparecen aquí<br />

como apertura <strong>de</strong>l mundo dominicano a<br />

otro mundo lleno <strong>de</strong> formas y perplejida<strong>de</strong>s.<br />

“Y <strong>de</strong> repente tú, Isabel”, “Los santos inoc<br />

e n t e s” “Losing my religion”, “Perseguir a Rit<br />

a” y “Manías <strong>de</strong> Piro” podrán integrar la lista<br />

<strong>de</strong> los más <strong>de</strong>stacados (Continuará).


Sábado <strong>18</strong> <strong>de</strong> a b ri l<br />

4 H OY <strong>de</strong> <strong>2020</strong><br />

A RE Í TO<br />

CÁPSULAS<br />

GENEALÓGICAS<br />

w w w. i d g.o rg.d o<br />

Ra i n i e ri ,<br />

divino tesoro<br />

(10 <strong>de</strong> 10)<br />

Por Graciela Thomén Ginebra<br />

La historia <strong>de</strong> la familia Rainieri<br />

Franceschini y su legado <strong>de</strong> temple<br />

y amor son tan únicos que los<br />

<strong>de</strong>scendientes seguimos felizmente<br />

unidos, en parte gracias a que Isidoro<br />

y Bianca (Doña Blanca, como le <strong>de</strong>cían<br />

en Puerto Plata) nos <strong>de</strong>jaron entre<br />

sus legados el amor a la unión familiar. A<br />

continuación sobre sus hijos:<br />

Los primeros tres hijos <strong>de</strong> la pareja: Isidorito,<br />

Blanquita y Beatriz no tuvieron<br />

<strong>de</strong>scendientes. Isidorito murió a los 21<br />

años <strong>de</strong> influenza en Puerto Plata, Blanquita<br />

y Beatriz acompañaron a su mamá<br />

hasta su fallecimiento en 1946.<br />

Yolanda casó con Manuel Imbert. Su<br />

historia <strong>de</strong> amor es la más famosa <strong>de</strong>ntro<br />

<strong>de</strong> la familia ya que se enamoraron jovencitos<br />

(15 años). A ese amor, Blanca se<br />

opuso <strong>de</strong>cidiendo enviar a la joven a Bologna.<br />

Al año que volvió y mientras el<br />

barco esperaba entrada al puerto, Manuel<br />

buscó la manera <strong>de</strong> subirse a bordo,<br />

le ofreció matrimonio, bajaron la escalinata<br />

muy agarrados <strong>de</strong> manos, <strong>de</strong>jando<br />

a Blanca estupefacta. Los casó inmediatamente.<br />

Sus hijos: Yolanda Josefina,Yolandita,<br />

casó con Roberto Aybar-Venegas;<br />

Argentina, casó con Augusto Fernán<strong>de</strong>z;<br />

y Ramón ‘Moncho' Imbert, casó<br />

en primeras nupcias con Yolanda ‘Yo l l y ’<br />

Garratón y en segundas nupcias con Teresa<br />

Bobadilla.<br />

Francesco ‘Qu e c o’ casó con Venecia<br />

Margarita Marranzini Lepore. Venecia,<br />

enviudó <strong>de</strong> Luis Machado, cuando su<br />

hijo, Luis Manuel (casó con Sara Gómez<br />

<strong>de</strong> quien enviudó y actualmente casado<br />

con María Aurora Menén<strong>de</strong>z) tenía 5<br />

meses. De Queco y Venecia nacieron:<br />

Frank Rafael y Fernando Antonio. Frank<br />

casó con Haydée Kuret. Fernando casó<br />

con Margarita <strong>de</strong>l Pilar Soto. Al <strong>de</strong>dicarse<br />

al negocio <strong>de</strong> hoteles, ha sido Frank el<br />

que, con osadía, <strong>de</strong>dicación al trabajo y<br />

su propio esfuerzo, cumplió sus apasionados<br />

sueños. ¿Habrían sido los sueños<br />

<strong>de</strong> su abuelo?<br />

Mafalda casó con William Harper, <strong>de</strong><br />

origen escocés. Sus hijos: William Harper<br />

‘Billy', casó con Rose Marie Saleta; y Frank<br />

David, con Pilar Martínez.<br />

Graciela ‘Chela', casó con Joaquín Ginebra.<br />

Sus hijos: Socorro Altagracia, casó<br />

con Víctor Alberto Thomén; Nelson Ginebra,<br />

casó con María ‘Ma ro c h a’ Azar Lithgow,<br />

y Blanca A<strong>de</strong>laida, casó con Rafael<br />

Sánchez, y luego con Manuel Suárez.<br />

María Altagracia ‘Mayú' casó con Antonio<br />

Barletta. Sus hijos: Giuseppe casó<br />

con Dorka Jiménez en primeras nupcias<br />

y Martina Alcántara en segundas nupcias;<br />

y María Filomena casó con Tirso<br />

Ramos García.<br />

Ana, la hija póstuma, casó con Jorge<br />

Maltés. Sus hijos: Miguel Antonio, casó<br />

con Haydée ‘Nani' Morales; y Ana Felicita,<br />

casó con Iván Cerezo.<br />

Gracias a esta investigación <strong>de</strong>scubrí<br />

encantadoras historias <strong>de</strong> familias; viví<br />

aventuras en viajes inesperados y reviví<br />

lazos familiares dormidos. Algunos documentos<br />

fueron encontrados tan coinci<strong>de</strong>ntemente,<br />

y los <strong>de</strong>talles en los mismos<br />

me transportaban tan maravillosamente<br />

al pasado, que cuando visitaba los<br />

lugares <strong>de</strong> mis ancestros parecían copados<br />

<strong>de</strong> un realismo mágico. Compilé tantas<br />

anécdotas fascinantes que escribí las<br />

crónicas <strong>de</strong> la investigación genealógica<br />

en un libro, que se titula, “Divino tesoro:<br />

memorias <strong>de</strong> amor y encuentro con ancestros<br />

italianos”, en proceso <strong>de</strong> publicación.<br />

Espero que esta serie baste para<br />

que el lector disfrute la historia fascinante<br />

<strong>de</strong> la familia Rainieri.<br />

Instituto Dominicano <strong>de</strong> genealogía, Inc.<br />

DELIA BLANCO De señal a señal<br />

El maestro Iván Tovar<br />

en toda su poética<br />

Ivan Tovar (a la <strong>de</strong>recha) junto al maestro José Antonio Molina.<br />

Durante los años sesenta y setenta, en<br />

los medios parisinos <strong>de</strong>l arte, se comentaba<br />

sobre un artista dominicano<br />

surrealista que vivía en París.<br />

Pero, fue en la década <strong>de</strong>l ochenta que tuve el<br />

acercamiento a la obra <strong>de</strong> Iván Tovar, gracias<br />

a la introducción <strong>de</strong>l también artista y amigo<br />

Silvano Lora.<br />

Lo primero que me llamó la atención fue<br />

su elegancia <strong>de</strong> “g e n t l e m a n”. Iván Tovar lucía<br />

una expresión <strong>de</strong> hombría muy “br itish”, con<br />

una figura sobria y formal. Expresaba primero<br />

su curiosidad con la mirada, antes <strong>de</strong><br />

formular una palabra.<br />

Hablaba un francés perfecto, con una<br />

música y tonalidad propia, don<strong>de</strong> se sincronizaba<br />

un acento latino apenas perceptible.<br />

Expresaba mucha libertad en los comentarios<br />

sobre su obra y recuerdo largas conversaciones<br />

sobre su atracción hacia el dibujo,<br />

que inició su infancia en San Francisco <strong>de</strong><br />

Macorís, don<strong>de</strong> nació y se educó. Nos comentaba<br />

que cuando llegó a la Escuela Nacional<br />

<strong>de</strong> Bellas Artes ya sabía a los catorce<br />

años que quería ser artista plástico, y entrar a<br />

la escuela; para él, no fue más que confirmar<br />

la necesidad <strong>de</strong> formarse técnicamente,<br />

pues ya tenía a esa edad la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> su imagen<br />

visual.<br />

Entendimos el blanco en toda su dimensión<br />

pictórica, pero también escultórica,<br />

hasta po<strong>de</strong>r hablar <strong>de</strong> un blancotovariano<br />

que contiene todo un discurso tanto en el<br />

dibujo como en el volumen. Sus formas en<br />

yeso evocan una sensualidad que marca un<br />

movimiento en la forma dándole vida.<br />

Tuvimos la oportunidad <strong>de</strong> acercarnos a<br />

su obra en resi<strong>de</strong>ncias <strong>de</strong> coleccionistas,<br />

tanto en Francia como en República Dominicana,<br />

y siempre pudimos confirmar en su<br />

factura visual la intensidad sensorial <strong>de</strong> las<br />

formas como si estuviéramos frente a múltiples<br />

y diversos cuerpos femeninos. Estamos<br />

frente a una obra pasional y carnal cuyo<br />

objeto es el <strong>de</strong>seo. En este aspecto, los especialistas<br />

que preten<strong>de</strong>r catalogar a Iván<br />

Tovar <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la corriente surrealista, no<br />

pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>scartar las emanaciones líricas y<br />

las metáforas visuales <strong>de</strong> una obra cuya poética<br />

contiene un lenguaje, un discurso erótico<br />

y muy sutil. Es ahí, don<strong>de</strong> Tovar aporta al<br />

surrealismo una liberación en cuanto a la<br />

conectividad con el vi<strong>de</strong>nte, pues cada una<br />

<strong>de</strong> sus obras permite restituir el movimiento,<br />

el ritmo, la sinfonía <strong>de</strong> una expresión plástica<br />

que anticipa la palabra.<br />

En el año 2001, la Fundación Guggenheim,<br />

ubicada en Nueva York, presentó una<br />

colectiva <strong>de</strong> obras surrealistas <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s<br />

maestros y la presencia <strong>de</strong> Tovar llamó la<br />

atención por la fusión <strong>de</strong> las formas en cuerpos<br />

humanos, pero también zoomórficos.<br />

A veces, sentimos la presencia <strong>de</strong> un cisne<br />

blanco y otras veces el vuelo atrapado <strong>de</strong> una<br />

gaviota. Es indiscutible que <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la historia<br />

<strong>de</strong>l arte contemporáneo <strong>de</strong> América<br />

Latina, Iván Tovar ha marcado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus inicios<br />

una particularidad, una excepción que<br />

llevó durante toda su vida y que en sus años<br />

parisinos <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la Sociedad <strong>de</strong> Artistas<br />

Latinoamericanos resi<strong>de</strong>ntes en París, este<br />

maestro dominicano fue siempre reconocido<br />

como un artista confi<strong>de</strong>ncial y reservado<br />

que conducía su obra con coherencia y profesionalidad.<br />

Des<strong>de</strong> Francia penetró en el mercado internacional,<br />

llevando su obra con un ritmo<br />

consecuente y a<strong>de</strong>cuado a su existencia.<br />

Supo conducir su carrera con discreción y<br />

una <strong>de</strong>terminación que pocos artistas logran,<br />

pues él llevaba <strong>de</strong> su mercado y valoración<br />

<strong>de</strong> su obra imponiendo el respeto<br />

<strong>de</strong> la misma.<br />

Iván Tovar suscitó en República Dominicana<br />

un asombro por su in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia y<br />

por su valentía visual, sin ser ajeno a la “do -<br />

m i n i c a n i d a d”, ni ocuparse <strong>de</strong> competencias,<br />

ni enfrentamientos con los localismos <strong>de</strong>l<br />

medio. Sin embargo, siempre mantuvo una<br />

relación abierta con la sociedad dominicana<br />

y con un galerismo que lo respetaran en su<br />

presentación y criterios.<br />

En estos diez últimos años, su obra fue<br />

muy solicitada por los coleccionistas dominicanos<br />

y muy apreciada en los museos internacionales.<br />

Debemos <strong>de</strong>stacar aquí que<br />

la pintura y la escultura <strong>de</strong> Iván Tovar son el<br />

resultado <strong>de</strong> la línea. Una línea aérea, libre,<br />

suelta y segura, que ya se manifestaba en sus<br />

trabajos sobre papel <strong>de</strong> la década <strong>de</strong>l 60,<br />

cuando apenas tenía 20 años. Existe una comunicación<br />

visual y un diálogo permanente,<br />

tanto en el trazo dibujístico como en el tratamiento<br />

<strong>de</strong>l color en la pintura y los límites<br />

<strong>de</strong> la forma y volumen en la escultura.<br />

Iván Tovar es un maestro <strong>de</strong> la excelencia<br />

en cada una <strong>de</strong> estas tres competencias. Su<br />

obra es diáfana, limpia, sin excesos, sencillamente<br />

virtuosa. No es <strong>de</strong> extrañarse el éxito<br />

que tuvo en España, su exposición antológica<br />

en el Museo <strong>de</strong> la Fundación Granell<br />

<strong>de</strong> Santiago <strong>de</strong> Compostela, don<strong>de</strong> residió<br />

por unos años y fue acogido como uno <strong>de</strong> los<br />

mayores maestros latinoamericanos contemporáneos.<br />

La prensa regional <strong>de</strong> Galicia,<br />

la intelectualidad universitaria <strong>de</strong> Santiago<br />

<strong>de</strong> Compostela, manifestaron una admiración<br />

generosa y aplaudida <strong>de</strong> tal manera que<br />

<strong>de</strong>bo señalar ahora haber recibido varios correos<br />

y llamadas amigos y compañeros don<strong>de</strong><br />

me exaltaban su presencia en tan importante<br />

región.<br />

Con su partida este Maestro nos <strong>de</strong>ja un<br />

legado artístico que pone en alto a República<br />

Dominicana, y que sirve <strong>de</strong> ejemplo para las<br />

nuevas generaciones artísticas, pues toda su<br />

carrera fue ejemplar por ser firme con su<br />

pensamiento y con su <strong>de</strong>terminación con el<br />

arte y la cultura.<br />

Fue justo y necesario conce<strong>de</strong>rle el Premio<br />

Nacional <strong>de</strong> las Artes en República Dominicana,<br />

pero pensamos que una vez liberado<br />

<strong>de</strong> la circunstancias actuales, Iván Tovar<br />

se merece un homenaje nacional en el<br />

Museo <strong>de</strong> Arte Mo<strong>de</strong>rno <strong>de</strong> Santo Domingo,<br />

y crear una sala-museo que haga posible que<br />

su obra llegue a toda la ciudadanía nacional<br />

e internacional.


Sábado <strong>18</strong> <strong>de</strong> a b ri l<br />

A RE Í TO <strong>de</strong> <strong>2020</strong> H OY 5<br />

ELOY ALBERTO TEJERA / E LOYA LB E RT 2 8 @ H OTM A I L .CO M<br />

Aporte<br />

René y el “me voy mañana”<br />

que cumplió con certeza<br />

No fui amigo <strong>de</strong> René Rodríguez Soriano,<br />

<strong>de</strong>bo aclarar cuando me dispongo<br />

a escribir algo que pudiese<br />

tener un tufo a panegírico o evocador.<br />

Pero, hay algo importante: su reciente<br />

<strong>de</strong>ceso me ratificó la fragilidad <strong>de</strong> la existencia,<br />

que esto <strong>de</strong>l estar aquí y ahora es un<br />

pisa y corre difuso. Ahora que se ha ido, noto<br />

que las pocas veces que me reuní con él, ineludiblemente<br />

fueron muy puntuales, atravesadas<br />

por contactos <strong>de</strong>senfadados y amenos.<br />

De René, francamente, habían cosas<br />

que me distanciaban: el aspecto generacional,<br />

-era mucho mayor que yo-, y que al principio<br />

me encontrara que su estilo, a la hora<br />

<strong>de</strong> contar, chorreaba mucha poesía y era poco<br />

or<strong>de</strong>nado y técnico, y a mí, eso me asusta<br />

y me resulta poco atractivo en la prosa. Pero<br />

reconocí en él, al buen tipo, el que sabe borrar<br />

la mala onda que siempre surge entre los<br />

escritores, y a un ser que amaba la literatura<br />

y para quien escribir era una forma esencial<br />

o como el respirar mismo. Se es más colega<br />

<strong>de</strong> quien ama la literatura que <strong>de</strong> quien se<br />

<strong>de</strong>dica a emborronar cuartillas por oficio. Y<br />

noté que René caía en el primer grupo.<br />

Mirando los hechos a la luz <strong>de</strong> los recuerdos,<br />

ahora me doy cuenta <strong>de</strong> que con René<br />

Rodríguez Soriano estuve <strong>de</strong>stinado a encontrarme<br />

en los sitios que yo más <strong>de</strong>testo:<br />

en una funeraria <strong>de</strong> la Lincoln (por la muerte<br />

<strong>de</strong>l poeta Alexis Gómez Rosa), en una publicitaria<br />

(en los años 80 en su Módulo publicidad,<br />

en la ciudad <strong>de</strong> Miami, don<strong>de</strong> conversamos<br />

animadamente, más <strong>de</strong> su mudanza<br />

y lo pesado que había resultado, que<br />

<strong>de</strong> temas literarios) y en un ascensor, objeto<br />

que inutiliza el arte <strong>de</strong> dar pasos. Era René un<br />

Julio Cortázar en “versión criolla”. Caribeño<br />

seducido también por los nobles arpegios,<br />

por Miles Davis y Thelonious Monk. Lástima<br />

que esos dos gigantones, que eran Cortázar y<br />

René, no se conocieran. René le había seguido<br />

al hombre <strong>de</strong> Rayuela hasta en la estatura.<br />

Le había imitado y seguido el curso<br />

respirador en la escritura, y <strong>de</strong>stilaba un aire<br />

<strong>de</strong> apacibilidad (como en el argentino) extraordinario.<br />

Des<strong>de</strong> el primer campanazo se<br />

mantuvo escribiendo en la misma tesitura.<br />

Lo <strong>de</strong>slumbró ese transitar libertario <strong>de</strong>l argentino<br />

por la página, y soplaba en ese modo<br />

sin importar (cual osado trompetista) que<br />

estallaran los pulmones o los críticos. En eso<br />

era gran<strong>de</strong> René, no tenía vergüenza en exhibir<br />

que le <strong>de</strong>bía mucho a uno casi contemporáneo<br />

(a Cortázar), cosa que causa<br />

horror a cualquiera. Nadie, como dijo Borges,quiere<br />

<strong>de</strong>berle sino al que está más distante,<br />

y el contemporáneo es muy vecino.Eso<br />

sí, René <strong>de</strong>stilaba similar pasión por<br />

la música que nació en las plantaciones y por<br />

el látigo <strong>de</strong>l blanco: el blues y el jazz. La primera<br />

vez que supe <strong>de</strong>l autor <strong>de</strong> “La Radio y<br />

otros boleros” fue por el cineasta y escritor<br />

Jimmy Sierra, quien me regaló un libro <strong>de</strong> él<br />

que me pareció estrafalario. Luego en una <strong>de</strong><br />

mis andanzas citadinas me apersoné por su<br />

oficina localizada en la 27 <strong>de</strong> Febrero.Le dio<br />

un anuncio al poeta José Alejandro Peña para<br />

su revista Alcándara, <strong>de</strong> la cual yo era un<br />

pálido colaborador. Aprendió muchas cosas<br />

René <strong>de</strong>s<strong>de</strong> temprano y ese tiempo en la literatura,<br />

y las hizo no con esmirriada elegancia:<br />

a andar en grupo o apandillarse como<br />

resguardo (junto a Raúl Bartolomé, Ramón<br />

Tejada Holguín, Juan Freddy Armando)<br />

y a ganar (en buena lid) algunos premios y<br />

menciones en concursos literarios en Casa<br />

<strong>de</strong> Teatro para pulular con cierto talante en<br />

la selva literaria <strong>de</strong> Quisqueya.<br />

Cuando la cosa se le puso agria aquí, René<br />

se marchó <strong>de</strong> inmediato. Cogió el camino <strong>de</strong><br />

USA o las <strong>de</strong> Villadiego. De esos que se fueron,<br />

su caso fue uno que yo nunca entendí.<br />

Patéticamente emblemático. Me lo imagino<br />

en la diáspora literaria luchando por un espacio,<br />

escribiendo para un público casi inexistente,<br />

reducido, o <strong>de</strong> variopinta especie:<br />

chicano, mexicano, hondureño, etc…. A eso<br />

nos exponemos los que hemos vivido en <strong>de</strong>terminado<br />

tiempo fuera <strong>de</strong>l país y en una<br />

nación don<strong>de</strong> el ser <strong>de</strong> la literatura en español<br />

está con<strong>de</strong>nado al fracaso, a navegar<br />

siempre a contraviento y marea, sabiendo<br />

que no hay puerto posible, sino un futuro<br />

hundimiento. Me rompo la cabeza al pensar<br />

cómo René cayó en la trampa que caen tantos<br />

mortales dominicanos, <strong>de</strong> arriba y <strong>de</strong><br />

abajo, <strong>de</strong> Guachupita y <strong>de</strong> Naco, <strong>de</strong> no<br />

aguantar los tiempos y las precarieda<strong>de</strong>s circunstanciales<br />

cuando se avecinan, y <strong>de</strong> agarrar<br />

los bártulos e irse a una edad en que para<br />

René Rodríguez Soriano y Raúl Bartolomé<br />

Julio Cortázar Ramón Tejada Holguín Miles Davis<br />

‘‘<br />

Al René <strong>de</strong>jar la media<br />

isla, uno se pregunta: si<br />

se fue el empresario publicitario<br />

o si se fue el artista, el escritor, el<br />

que se fue para buscar un<br />

bienestar. ¿Se fueron ambos? ¿O<br />

se fue para que ninguno <strong>de</strong> los<br />

dos naufragara? Creo que pesó lo<br />

económico, René emigró como<br />

muchos para po<strong>de</strong>r llevar sin<br />

dificulta<strong>de</strong>s el pan a la mesa...”<br />

el hombre inmigrante el naufragio está al<br />

doblar <strong>de</strong> la esquina., y las tablas <strong>de</strong> salvación<br />

son inexistentes, precarias. La lógica <strong>de</strong>l<br />

marcharse es incomprensible.<br />

Al René <strong>de</strong>jar la media isla, uno se pregunta:<br />

si se fue el empresario publicitario o si<br />

se fue el artista, el escritor, el que se fue para<br />

buscar un bienestar. ¿Se fueron ambos? ¿O se<br />

fue para que ninguno <strong>de</strong> los dos naufragara?<br />

Creo que pesó lo económico, René emigró<br />

como muchos para po<strong>de</strong>r llevar sin dificulta<strong>de</strong>s<br />

el pan a la mesa, para sentirse lo más<br />

cómodo posible a fin <strong>de</strong> mes para pagar las<br />

cuentas y mantener el sobresalto <strong>de</strong> sobrevivir<br />

a raya. Hace alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> un mes que<br />

me encontré con él en la recepción <strong>de</strong>l periódico<br />

Hoy, casi a bocajarro <strong>de</strong>l ascensor, sitio<br />

que, como ya dije, aborrezco. Me monté<br />

con él en el ascensor para aprovechar el efímero<br />

encuentro. Andaba con alguien, que<br />

intuí era una amiga cercana. Me dijo que vería<br />

a Bienvenido Álvarez Vega, director <strong>de</strong>l<br />

matutino HOY, y claro, promocionaba con<br />

un entusiasmo infantil varios libros. Hacía<br />

mucho que no le veía, y tuve la impresión <strong>de</strong><br />

que arrastraba el rostro <strong>de</strong>l hombre extenuado,<br />

<strong>de</strong>l que ya la vejez empieza a pasarle las<br />

crueles facturas. Me chocó esa fachada porque<br />

lo evocaba con una lozanía más próxima,<br />

pues a la gente que uno <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> ver, psicológicamente<br />

nunca uno cree que envejece.<br />

Quizás era natural, ya René tenía o rozaba los<br />

70. Nos habíamos saludado con la efusividad<br />

y la simpatía latente entre quienes nunca ha<br />

existido la posibilidad para la inquina, el celo<br />

o el odio literarios, y sobre todo <strong>de</strong> que los<br />

anteriores encuentros habían sido cortos y<br />

en un ambiente <strong>de</strong> “este tipo me cae bien”. No<br />

andaba con sus libros. Me prometió el relato“No<br />

les guardo rencor, papá”, transformada<br />

en noveleta .Le hice la observación que<br />

tenía la vieja versión y me ripostó diciendo<br />

que le había agregado una serie <strong>de</strong> documentos<br />

al texto, y que ahora estaba más interesante.<br />

No pu<strong>de</strong> ir a su puesta en circulación,<br />

pero luego <strong>de</strong> par <strong>de</strong> conversaciones<br />

vía whatsApp, optó por <strong>de</strong>cirme que me lo<br />

<strong>de</strong>jaría (el mío y el <strong>de</strong> “Bienve” en la recepción).<br />

Recuerdo que nos dimos un abrazo<br />

corto;y que cuando salió <strong>de</strong> la oficina <strong>de</strong> Álvarez<br />

Vega se lo presenté a la poeta Petra Saviñón,<br />

quien posteriormente al saber su<br />

muerte, me dijo que el caso más raro se dio<br />

con René: ella conociendo un poeta que ya<br />

tenía un pie en el estribo <strong>de</strong>l otro lado <strong>de</strong> la<br />

existencia. Que René se fue me lo anuncia el<br />

poeta Amable Mejía en un frase corta para<br />

quien ha tenido una vida literaria larga. Murió<br />

René. Irónicamente iba camino a casa observando<br />

una ciudad a solas, virtualmente<br />

abandonada por el toque <strong>de</strong> queda. A René le<br />

tocó morir en esta época, se lo lleva algo como<br />

una peste (el coronavirus) que a todos<br />

nos aterroriza. Me sorprendió un mensaje<br />

colgado en la red pidiendo “a la comunidad<br />

literaria y <strong>de</strong> lectores que acompañó a René<br />

en sus activida<strong>de</strong>s en Santo Domingo a seguir<br />

un protocolo <strong>de</strong> contar 14 días a partir <strong>de</strong><br />

su último contacto con él”… Pero la peor<br />

peste es la neoliberal, la que vivimos sin ruborizarnos.<br />

René insertó <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l libro que me <strong>de</strong>jó<br />

en la recepción <strong>de</strong>l periódico una tarjeta, la<br />

que se convierte para mí en un souvenir macabro<br />

pues <strong>de</strong>trás rubricó:¡salud! R,. (la salud,<br />

que posteriormente a él le haría falta). Antes<br />

me había escrito que no nos podríamos ver<br />

para entregarme el libro personalmente. Textualmente<br />

escribió por whatsApp: “No he tenido<br />

tiempo como hacerte llegar el libro y “ya<br />

me voy mañana, qué me recomiendas?”. E<br />

irónicamente, se iría (<strong>de</strong> la vida) apenas un<br />

mes más tar<strong>de</strong>. Pena René que cumpliste con<br />

tu palabra y fuiste profético. A fin <strong>de</strong> cuentas<br />

la tragedia no es morir, sino que la muerte le<br />

eche el guante a uno (como en tu caso) estando<br />

irremisiblemente solo.


Sábado <strong>18</strong> <strong>de</strong> a b ri l<br />

6 H OY <strong>de</strong> <strong>2020</strong><br />

A RE Í TO<br />

GRACIELA AZCARATE<br />

Historia <strong>de</strong> vida<br />

La hierba mágica<br />

(1 <strong>de</strong> 2)<br />

A la memoria <strong>de</strong> la doctora<br />

Milagros Maldonado<br />

“Busco un límite <strong>de</strong>l campo/Y me <strong>de</strong>tengo<br />

en la hierba /Guiada por aquella luz / Que mi<br />

padre encendiera / Sigo las estaciones y los<br />

tiempos / Que El dividiera / Y aun no he encontrado<br />

/ la hierba mágica”<br />

Confucio<br />

Por eso, ahora más que nunca, es preciso<br />

que todos aquellos que escribimos<br />

y trabajamos con la palabra<br />

sacudamos el asco y el círculo asfixiante<br />

y anómico <strong>de</strong> la repetición abyecta.<br />

Ahora más que nunca hay que sentarse a<br />

contar historias. Esas “pequeñas historias”<br />

que Howard Zinn escribió <strong>de</strong> la otra Norteamérica.<br />

Es cierto lo que dice don Fe<strong>de</strong>rico Henríquez<br />

Gratereaux acerca <strong>de</strong> la realidad dominicana<br />

(2010). Es verdad que abruma esa<br />

cantidad <strong>de</strong> muertes, asesinatos, corrupción,<br />

narcotráfico, enfermeda<strong>de</strong>s y <strong>de</strong>smesuras a<br />

tal punto que él no sabe <strong>de</strong> qué escribir.<br />

Lo dijo el jueves en su columna A pleno<br />

pulmón. También es cierto el señalamiento<br />

<strong>de</strong> Andrés L. Mateo acerca <strong>de</strong>l envilecimiento<br />

<strong>de</strong> la sociedad a manos <strong>de</strong> un terrorismo<br />

ejercido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el gobierno que ha<br />

convertido la convivencia en un círculo asfixiante<br />

y repetitivo.<br />

Es cierto que actúan como lavaje <strong>de</strong> cerebro<br />

las primeras planas <strong>de</strong> los periódicos<br />

atiborradas <strong>de</strong> Sobeida y su amante, la historia<br />

<strong>de</strong> vida <strong>de</strong> una proxeneta muerta a tiros<br />

y sin aclarar el asesinato que salió en otro<br />

matutino, ajuste <strong>de</strong> cuentas entre sicarios,<br />

muertos a cuchilladas, fusilados a quemarropa,<br />

envenenados, <strong>de</strong>capitados.<br />

En la prensa escrita el horizonte <strong>de</strong> la isla<br />

esta tinto <strong>de</strong> sangre, drogas y lodo.<br />

Es material <strong>de</strong> lectura <strong>de</strong>primente. Para el<br />

que escribe hay que tener un estómago fuerte,<br />

convicciones o simplemente sentimiento<br />

<strong>de</strong> responsabilidad ciudadana.<br />

Pero es también un síntoma no solo <strong>de</strong> la<br />

corrupción en las altas esferas <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r, sino<br />

<strong>de</strong> la inoperancia <strong>de</strong> la prensa. De la complicidad<br />

con los responsables <strong>de</strong>l partido en<br />

el po<strong>de</strong>r que <strong>de</strong>svían la atención <strong>de</strong> lo realmente<br />

importante. La esencia no es si Sobeida<br />

es linda, se hizo cirugía en los pechos,<br />

está embarazada o llega muy animada, maquillada,<br />

sonriente, conversando con el fiscal<br />

y luciendo un bolso Vuitton.<br />

El asunto es que durante diez años esa<br />

pareja, con una pandilla <strong>de</strong> secuaces recolectados<br />

entre jóvenes dominicanos y dominicanas<br />

<strong>de</strong> clase media o alta fueron sus<br />

cómplices y <strong>de</strong>falcaron, robaron y prostituyeron<br />

vendiendo droga con el aval <strong>de</strong> los po<strong>de</strong>rosos.<br />

Punto. No es una heroína, no es una<br />

versión femenina <strong>de</strong> Robin Hood <strong>de</strong>l Caribe<br />

aunque los boricuas hayan endiosado a Laura<br />

Hernán<strong>de</strong>z que <strong>de</strong> locutora pasó a ven<strong>de</strong>dora<br />

<strong>de</strong> droga.<br />

La cobertura fotográfica como si fuera una<br />

primicia <strong>de</strong> foto reportaje en zona <strong>de</strong> guerra<br />

es patética. Es la apología <strong>de</strong> una prostituta <strong>de</strong><br />

lujo, una mujer corrupta, que se ha enriquecido<br />

vendiendo droga y que no le importa<br />

que suma en la <strong>de</strong>sgracia a toda una población<br />

<strong>de</strong> drogadictos, una mujer que es la<br />

prueba fehaciente <strong>de</strong> lo que es el sistema.<br />

Y reflexionando me pregunté: ¿ahí cabe<br />

hablar <strong>de</strong> inequidad <strong>de</strong> género? Porque en el<br />

fondo <strong>de</strong> la historia Sobeida es una víctima<br />

<strong>de</strong>l sistema sometida a la trata y al comercio<br />

<strong>de</strong> estupefacientes. A lo mejor<br />

este culebrón por entregas<br />

tiene su origen en ese<br />

ámbito pobre <strong>de</strong> Puerto<br />

Plata, sin trabajo, sin educación,<br />

sin una familia contenedora,<br />

sin mo<strong>de</strong>los ni<br />

raíces afincadas en el trabajo<br />

honesto y en un futuro<br />

sencillo pero <strong>de</strong>cente.<br />

Es víctima-victimaria <strong>de</strong>l<br />

sistema, pérdida en valores<br />

falsos cifrados en el dinero,<br />

la prostitución y el po<strong>de</strong>r.<br />

El doctor César Mella escribió<br />

un artículo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el<br />

punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong>l médico<br />

psiquiatra que fue más allá<br />

<strong>de</strong> la crónica roja y la morbosidad por los<br />

<strong>de</strong>talles escabrosos. Hizo un paralelo con<br />

Bonnie y Cli<strong>de</strong> en el marco <strong>de</strong> la Gran Depresión<br />

en 1934, en Norteamérica que fue el<br />

semillero <strong>de</strong> pandilleros, proxenetas y truhanes<br />

que crecían como hongos en el <strong>de</strong>sempleo,<br />

la pobreza y lo inicuo <strong>de</strong>l sistema<br />

quebrado en 1929.<br />

En una <strong>de</strong> las muchas fotos que abarrotaron<br />

los medios salen las dos mujeres, Sobeida<br />

y Dolphy riéndose con <strong>de</strong>scaro. No están<br />

arrepentidas, ni preocupadas por el porvenir<br />

en la cárcel. Ellas saben que la impunidad<br />

existe, que hay una red mediática trivial<br />

que apunta a su rutilante bolso Vuitton,<br />

a sus pechos sometidos a cirugía, a sus yipetas<br />

blindadas, apartamentos <strong>de</strong> lujo en la<br />

costa, bacanales promiscuas y que se pue<strong>de</strong>n<br />

salvar porque hay dinero <strong>de</strong> por medio y<br />

padrinos importantes. Detrás <strong>de</strong> toda esa<br />

nube que <strong>de</strong>sinforma y confun<strong>de</strong> resi<strong>de</strong> la<br />

cruel realidad <strong>de</strong> la inequidad <strong>de</strong> género.<br />

No es solamente una mujer maltratada o<br />

asesinada, una bebita muerta prematuramente<br />

o mal atendida en un hospital público<br />

<strong>de</strong> cualquier enfermedad prevenible, es y no<br />

importa el sexo, el nacimiento <strong>de</strong> una persona<br />

en una sociedad que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que nace la<br />

preparan para ser escoria, para ser expulsada<br />

<strong>de</strong> la vida y para convertirse en mula o<br />

prostituta narco. La falta <strong>de</strong> ética en los planes<br />

<strong>de</strong> una sociedad sobre la salud <strong>de</strong> su población<br />

hace peligrar la salud física, espiritual<br />

y mental <strong>de</strong> un pueblo porque no cuida<br />

ni la vida, ni la salud, ni la educación.<br />

Más o menos eso dijo la doctora Mirta<br />

Roses Periago, Subdirectora <strong>de</strong> OPS, en el<br />

año 2001 en una entrevista <strong>de</strong> Le Mon<strong>de</strong> Diplomatique:<br />

“La Oficina Sanitaria Panamericana<br />

tiene i<strong>de</strong>ntificada la <strong>de</strong>sigualdad <strong>de</strong><br />

género como una <strong>de</strong>terminante fuerte en las<br />

inequida<strong>de</strong>s en los indicadores <strong>de</strong> salud. Todo<br />

el Sistema <strong>de</strong> Naciones Unidas, la sociedad<br />

global en su conjunto ha i<strong>de</strong>ntificado a<br />

la discriminación contra la<br />

mujer como una <strong>de</strong> las condiciones<br />

<strong>de</strong> injusticia social<br />

más gran<strong>de</strong>s y quizás uno<br />

<strong>de</strong> los frenos más importantes<br />

que hay para el pleno<br />

<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> las naciones”.<br />

Y agregó: “Los programas<br />

<strong>de</strong> salud son reflejo <strong>de</strong><br />

las <strong>de</strong>cisiones éticas <strong>de</strong> un<br />

país, <strong>de</strong>l valor que se asigna<br />

a la vida <strong>de</strong> cada <strong>de</strong> ser, <strong>de</strong><br />

los niños, <strong>de</strong> los viejos, <strong>de</strong><br />

los minusválidos.<br />

En República Dominicana<br />

hoy día la vida no vale nada.<br />

Porque eso es precisamente<br />

lo que hace mucho<br />

tiempo falta en el país: <strong>de</strong>cisiones éticas.<br />

Por eso, ahora más que nunca, es preciso<br />

que todos aquellos que escribimos y trabajamos<br />

con la palabra sacudamos el asco y el<br />

círculo asfixiante y anómico <strong>de</strong> la repetición<br />

abyecta. Ahora más que nunca hay que sentarse<br />

a contar historias. Esas “pequeñas historias”<br />

que Howard Zinn escribió <strong>de</strong> la otra<br />

Norteamérica. La <strong>de</strong> la segregación, el racismo,<br />

la falta <strong>de</strong> oportunida<strong>de</strong>s, la <strong>de</strong> sus<br />

alumnos negros discriminados en una escuela<br />

en Alabama, el genocidio <strong>de</strong> los pueblos<br />

ancestrales y la política imperialista <strong>de</strong><br />

la supremacía blanca tanto para los <strong>de</strong> a<strong>de</strong>ntro<br />

y como para los <strong>de</strong> afuera.<br />

Detrás <strong>de</strong> la algarabía por los entretelones<br />

<strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> la pareja <strong>de</strong>lincuente existe eso<br />

que resume el doctor Mella como una profunda<br />

pérdida <strong>de</strong> valores, una enfermedad<br />

mental en el corazón <strong>de</strong> una sociedad prostituida<br />

que como también dice la doctora<br />

Roses “si no tiene salud, no tiene vida, ni<br />

educación, ni porvenir”.<br />

Salud física, moral y espiritual. De eso<br />

se trata.


Sábado <strong>18</strong> <strong>de</strong> a b ri l<br />

A RE Í TO <strong>de</strong> <strong>2020</strong> H OY 7<br />

CARLOS FRANCISCO ELIAS<br />

Papeles <strong>de</strong>l trópico<br />

PARA CELEBRAR A LUIS EDUARDO AUTE:<br />

Aquella sensibilidad <strong>de</strong><br />

venas abiertas insurgentes...<br />

1/Cuando el apellido se convierte en nombre:<br />

Aute. Luis Eduardo. Luis Eduardo Aute<br />

(1943-<strong>2020</strong>), sus múltiples talentos le permitieron<br />

siempre estar en el lugar exacto con la<br />

inquietud precisa... Filipinas, aquella colonia<br />

española <strong>de</strong> gran importancia en Asia,<br />

perdida por el Imperio español en lo que se<br />

llamó el Gran Derrumbe en <strong>18</strong>68, aquel lugar<br />

fue la tierra natal <strong>de</strong> Luis Eduardo Aute. Allí<br />

comenzó su aventura con las lenguas: inglés,<br />

castellano y el famoso tagalo, que no es más<br />

que una versión asiática <strong>de</strong> lo que en el Caribe,<br />

es el papiamento <strong>de</strong> la Antillas Holan<strong>de</strong>sas...<br />

Aquel tiene español, inglés y voces<br />

nativas, el <strong>de</strong> nuestra zona, portugués, castellano<br />

inglés. Insisto en el tema <strong>de</strong> las lenguas<br />

(Español. Inglés. Tagalo. Catalán, por<br />

parte <strong>de</strong> su padre)... En una imaginación<br />

creadora, como la suya, las lenguas <strong>de</strong>bieron<br />

jugar un secreto rol, inmenso, <strong>de</strong> vivacidad e<br />

interés en sus primeros pasos hacia la madurez<br />

y en el <strong>de</strong>scubrimiento temprano <strong>de</strong>l<br />

arte <strong>de</strong>l dibujo, por ejemplo. En fin, Luis<br />

Eduardo Aute alternaba esos dos mundos: la<br />

imagen y las letras...<br />

Aute, cuyo apellido se fue convirtiendo<br />

poco a poco en su nombre, edificó una obra<br />

vasta, curiosa, referida a varios espacios<br />

creadores: Letras (Poemas y textos <strong>de</strong> canciones.<br />

Libros.). Imágenes (Cine. Largos y<br />

cortometrajes. Pinturas) Música (Banda sonoras<br />

para películas. Música <strong>de</strong> sus canciones.<br />

Grabaciones <strong>de</strong> más <strong>de</strong> 37 larga duración.<br />

Conciertos).<br />

La complejidad <strong>de</strong> asumir todo aquello como<br />

un juego, para vencer el tiempo, ubicarse<br />

en el ruedo vital <strong>de</strong> nuestros días con una vocación<br />

<strong>de</strong>l más simple que menos lo era y <strong>de</strong>trás<br />

<strong>de</strong> la ira ante algunas circunstancias: la interioridad<br />

<strong>de</strong> un <strong>de</strong>coro, que no necesitaba una<br />

etiqueta <strong>de</strong> izquierdista guardado a buen recaudo.<br />

Nunca fue su vocación: cifrado en la<br />

profundidad <strong>de</strong> su rebelión<br />

<strong>de</strong>l espíritu su impronta clara<br />

como el alba que luego construyera,<br />

era la búsqueda constante,<br />

adivinándole al hálito<br />

vital <strong>de</strong> lo cotidiano las <strong>de</strong>sconocidas<br />

esquinas <strong>de</strong> la creatividad<br />

<strong>de</strong>sbordada, que siempre<br />

acudió a sus puertas en<br />

cada instante.<br />

De modo conservador, sin<br />

altas pretensiones , así quiero<br />

<strong>de</strong>jarlo, porque no quiero embarcarme<br />

en la inútil tarea <strong>de</strong><br />

hacer el recuento <strong>de</strong> su obra<br />

en un simple texto <strong>de</strong> suplemento,<br />

el riesgo es escalofriante.<br />

En favor <strong>de</strong> Aute, todo,<br />

en su contra nada, absolutamente<br />

nada, para asumir esta<br />

premisa necesaria, saludable, bastaría pensar<br />

en aquel gigante, <strong>de</strong>sgarbado, políglota, curioso,<br />

para quien el conocimiento era un frío cadáver<br />

en un tiempo don<strong>de</strong> la información digerida,<br />

<strong>de</strong> paso atropella la cultura y ésta sepultada<br />

por el entretenimiento vago, futil ...<br />

No obstante, en la medida que reflexiono<br />

y traigo a mi memoria años jubilosos, don<strong>de</strong><br />

la incertidumbre como escuela <strong>de</strong> la vida,<br />

era un filo vibrante <strong>de</strong> la existencia, no puedo<br />

<strong>de</strong>jar <strong>de</strong> pensar que Luis Eduardo Aute<br />

como autor <strong>de</strong> textos <strong>de</strong> canciones que fueron<br />

poemas <strong>de</strong> inmediato, fue <strong>de</strong> los primeros<br />

seres utópico y libertario <strong>de</strong> quien tuve<br />

referencia en España, entre final <strong>de</strong> la década<br />

<strong>de</strong>l 70 y mediados <strong>de</strong> los 80, <strong>de</strong>l siglo XX,<br />

junto a Joaquín Sabina...<br />

2/Aute, Luis Eduardo. Massiel O Rosas en el<br />

mar. El 1968. Chris Marker nos quería<br />

adoctrinar con su Fondo <strong>de</strong>l Aire es Rojo<br />

(Le Fond <strong>de</strong> l'air est rouge) cuando cuando<br />

9 años luego (1977) celebraría en retrospectiva<br />

aquel año mítico que nunca nos<br />

daría la imaginación para mirar la China<br />

<strong>de</strong> entonces hoy... En aquellas convulsiones<br />

España, aún con un dictador, tenía el<br />

fermento <strong>de</strong> una juventud con presencia<br />

que entre la música y la canción, se abría<br />

pasos insospechados... Luis Eduardo Aute<br />

tendría entonces unos 25 años.<br />

Massiel (nacida como María <strong>de</strong> los Ángeles<br />

Felix Santamaria Espinosa) se cruza con Aute<br />

en 1965, faltan 3 años para EuroVisión, que<br />

en Londres, Inglaterra, se celebraría en el Albert<br />

Royal Hall. Bajo aquella simpatía y admiración,<br />

Aute produce 5 canciones pioneras:<br />

Don Ramón, Ma<strong>de</strong> In Spain. Rojo sobre<br />

Negro. Aleluya # 1. Rosas en el Mar.<br />

Luis Eduardo seguiría aferrado a su vocación<br />

<strong>de</strong> artista plástico con pasión inusitada,<br />

sin embargo Massiel logra grabar en<br />

1967 Rosas en el Mar, apenas un año antes<br />

Luis Eduardo Aute. portada mítica <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> sus albunes.<br />

<strong>de</strong> lo que sería su triunfo en Eurovisión con<br />

la canción <strong>de</strong>l Dúo Dinámico La, la, la. Estas<br />

referencias, para recordar a Luis Eduardo<br />

Aute, son obligadas, porque en aquel momento<br />

se hablaba, a partir <strong>de</strong> Aute y otros<br />

grupos <strong>de</strong> la nueva canción castellana, semillero<br />

<strong>de</strong> nuevas canciones, porque la música<br />

<strong>de</strong> los pueblos <strong>de</strong> España, poco a poco se<br />

abría espacio hacia un futuro político, don<strong>de</strong><br />

la canción jugaría en la Transición Política Española<br />

un rol <strong>de</strong> historia y memoria.<br />

ROSAS EN EL MAR.<br />

Voy buscando un amor<br />

que quiera compren<strong>de</strong>r<br />

la alegría y el dolor,<br />

la ira y el placer,<br />

un bello amor sin un final<br />

que olvi<strong>de</strong> para perdonar;<br />

es más fácil encontrar<br />

rosas en el mar.<br />

La, la, la...<br />

Rosas en el mar.<br />

Voy buscando la razón<br />

<strong>de</strong> tanta falsedad.<br />

La mentira es obsesión<br />

y falsa la verdad.<br />

Que ganarán, que per<strong>de</strong>rán,<br />

si todo esto pasará;<br />

es mas fácil encontrar<br />

rosas en el mar.<br />

La, la, la...<br />

Rosas en el mar.<br />

De izquierda a<br />

<strong>de</strong>recha, <strong>de</strong><br />

pie, Billy<br />

Villegas, Javier<br />

Kra h e,<br />

B e rn a rd o<br />

Fuster, Teresa<br />

Cano,<br />

Fe rn a n d o<br />

Jurado –el<br />

mánag er–, y<br />

A n d re a s<br />

Prittwitz. De<br />

izquierda a<br />

d e re ch a ,<br />

sentados, Luis<br />

Vi l l a rre a l ,<br />

Óscar Astruga,<br />

Jo aquín<br />

Sabina, Luis<br />

Eduardo Aute<br />

y Luis Mendo,<br />

su guitarrista.<br />

En el verano<br />

<strong>de</strong> 1982,<br />

Fe rn a n d o<br />

Jurado quiso<br />

juntar a todos<br />

estos artistas<br />

para intentar<br />

montar una<br />

gira. Se<br />

bautizaron con<br />

el nombre <strong>de</strong><br />

' Cu a d ra<br />

J u ra d o ' .<br />

3/Aute y una producción televisiva dominicana<br />

en los años 80: Anita Ontiveros..<br />

Detrás <strong>de</strong> esa canción, un texto en apariencia<br />

simple, estaba al talento <strong>de</strong> quien luego<br />

sería uno <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s cantautores españoles<br />

<strong>de</strong> su generación. Luego por el<br />

Madrid cerca e Alfonso XIII, calle<br />

Narcisos, en aquel lugar <strong>de</strong> Ana Belén<br />

y Víctor Manuel, en los encuentros<br />

ocasionales con Miguel Narros<br />

(Director <strong>de</strong> Teatro) José Luis García<br />

Sánchez, (director <strong>de</strong> cine). Rosa<br />

León, cantante. Allí se hablaba con<br />

encomio <strong>de</strong> Luis Eduardo Aute, <strong>de</strong> su<br />

personalidad y su talento. Finalmente,<br />

a mediados <strong>de</strong> los años 80, junto a<br />

Anita Ontiveros, comprobaríamos<br />

quién era Luis Eduardo Aute. Se le<br />

entrevistó largo y tendido, quedó<br />

complacido, fue un ambiente extraordinario,<br />

<strong>de</strong>sconozco si sus <strong>de</strong>seos<br />

<strong>de</strong> venir a República Dominicana,<br />

fueron cumplidos: en aquella entrevista<br />

<strong>de</strong> cálido verano madrileño,<br />

esa fue su promesa, entre humor inteligente<br />

y rebeldía filosófica. (CFE)


Sábado <strong>18</strong> <strong>de</strong> a b ri l<br />

8 H OY <strong>de</strong> <strong>2020</strong><br />

A RE Í TO<br />

ARNULFO SOTO<br />

Aporte<br />

Carta a un amigo<br />

que está <strong>de</strong> viaje<br />

José Ramírez Con<strong>de</strong><br />

Galaxia Messier 31<br />

Módulo Transferible NGE-205<br />

Querido amigo:<br />

Yo sé que pensarás mal <strong>de</strong> mí, pues<br />

he tardado mucho en escribirte.<br />

Quiero explicarte que no me he olvidado<br />

<strong>de</strong> ti y que mi aparente ausencia<br />

la motivaba el problema <strong>de</strong> ubicarte.<br />

Esperé el tiempo necesario para que al<br />

trotar por esos mundos <strong>de</strong>sconocidos, fijaras<br />

resi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>finitiva y así tener la certeza<br />

<strong>de</strong> que ibas a recibir esta carta, que tú sabes<br />

la hago con todo el afecto y el cariño que<br />

siempre te he tenido.<br />

Qué bueno, Con<strong>de</strong>, sé que estas compartiendo<br />

tu taller con Diego Rivera, Orozco, Siqueiros,<br />

Colson, Gilberto y Giudicelli.<br />

Me cuentan los rumores si<strong>de</strong>rales que están<br />

haciendo cosas maravillosas entre todos<br />

y que una tar<strong>de</strong> profunda y refulgente rompió<br />

el silencio la voz <strong>de</strong> Miguel Ángel, quien<br />

balbuceó en sonoro florentino palabras <strong>de</strong><br />

agrado y <strong>de</strong> justo reconocimiento a lo que<br />

uste<strong>de</strong>s hacían. Estamos seguros que esa<br />

ocurrencia feliz te llenó <strong>de</strong> orgullo y <strong>de</strong> franca<br />

alegría y que le saludaste con la misma<br />

timi<strong>de</strong>z y con esa parsimonia que ni los genios<br />

la sacan <strong>de</strong> lugar.<br />

Aquí en la tierra te extrañamos mucho. Tú<br />

sabes que <strong>de</strong> veras no estoy triste por tu partida,<br />

pues tengo la plena convicción <strong>de</strong> que<br />

estás compartiendo con gente <strong>de</strong> tu altura<br />

intelectual y que tu genialidad, tu actitud y<br />

tus formas <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>lar los criterios, son tan<br />

comunes y corrientes en tu nuevo hábitat,<br />

lugar <strong>de</strong> genios.<br />

Me parece estar viéndote cuando haces<br />

tus apartes con Orozco y cambian impresiones<br />

sobre la técnica <strong>de</strong> mural al fresco que<br />

ambos conocen tanto. Cuando platican sobre<br />

un arte con sentido dialéctico, revolucionario<br />

y transformador <strong>de</strong> los esquemas<br />

formales e i<strong>de</strong>ológicos.<br />

Con<strong>de</strong>sa, dime ¿qué te dijo <strong>de</strong> la Trinchera?,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego te habló <strong>de</strong> la figura central;<br />

el soldado herido <strong>de</strong> muerte manteniendo<br />

en sus brazos el fusil mil veces disparado.<br />

Estoy seguro que te reconoció <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que te<br />

vio y que él también siente una gran alegría y<br />

orgullo <strong>de</strong> ser compañeros en el eterno afán<br />

<strong>de</strong> la pintura.<br />

El otro día en el Mesón, Nanchú me dijo:<br />

“Oye Sotana”, y sentí una profunda nostalgia<br />

al ver que no eras tú, porque si mal no te<br />

acuerdas, tú eras la única persona que me<br />

llamaba así; no tan solo por eso, sino que eso<br />

<strong>de</strong> Sotana lo inventaste tú.<br />

Con<strong>de</strong>, cuando me escribas tienes que<br />

darme una amplia explicación con lujo <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>talles <strong>de</strong> cómo está la galaxia. La ciencia<br />

<strong>de</strong>be estar muy a<strong>de</strong>lantada y los materiales<br />

pictóricos <strong>de</strong>ben ser extrañísimos, los cuales<br />

<strong>de</strong>bes estar acostumbrándote a ellos.<br />

Con<strong>de</strong>, tú sabes que te envidio. Tú te imaginas<br />

que cuando quieras pue<strong>de</strong>s visitar a<br />

Rossini, tu orquestador favorito para que te<br />

explique cómo armonizar los conciertos <strong>de</strong><br />

Paganini. Eres un privilegiado. Sabes que<br />

tengo miedo que al morirme no pueda ir por<br />

tus predios, pues la verdad que son lugares<br />

pre<strong>de</strong>stinados a los genios y <strong>de</strong> eso ni tengo<br />

el más mínimo asomo.<br />

Ahora te pido que si algún día voy <strong>de</strong> paso<br />

por allá, por favor usa tus influencias a ver si<br />

me quedo con uste<strong>de</strong>s. Dile a esos amigos<br />

tuyos, que yo hago bien los bastidores, sé<br />

barnizar, y conozco la técnica <strong>de</strong>l fresco y le<br />

haría muy bien los morteros.<br />

Déjame no hablar san<strong>de</strong>ces sobre eso;<br />

siempre uno utilizando a los amigos para<br />

que le hagan favores.<br />

Debes estar riéndote con las muelas <strong>de</strong><br />

atrás. Tus Mets <strong>de</strong> Nueva York haciendo un<br />

punta a punta y eso que tu favorito, Keith<br />

Hernán<strong>de</strong>z todavía no está caliente como él<br />

acostumbra .<br />

Con<strong>de</strong>sa, tú sabes que me está preocupando<br />

seriamente la situación social y política<br />

nuestra. Yo sé que tú me dirías, “¿ No<br />

querían a Balaguer? “Ahora chúpense ese caj<br />

u i l i t o”. Pero <strong>de</strong> verdad estamos también<br />

preocupados como siempre lo estuviste,<br />

queriendo que este pueblo viviera en mejores<br />

condiciones. Sinceramente estamos<br />

atrapados en un callejón sin salida. Ahora<br />

Muchacha peinándose (Maria moñitos), Óleo sobre tela. 101 x 77 cms. 1987.<br />

que estamos hablando <strong>de</strong> problemas sociales<br />

y políticos, <strong>de</strong>bes haber visitado el módulo<br />

<strong>de</strong> los genios en esa materia. Cuéntame<br />

Con<strong>de</strong>, <strong>de</strong> las divergencias tácticas entre<br />

Mao, Ho Chi Min, Lenin y el Che. ¿Qué dices?<br />

¿Qué opinan <strong>de</strong> Stalin? Supongo que hay<br />

muchas vertientes <strong>de</strong> opiniones no congruentes.<br />

Espero que Lenin <strong>de</strong>be tener mucho<br />

afecto por los lí<strong>de</strong>res revolucionarios latinoamericanos.<br />

Trata <strong>de</strong> averiguar si Sandino<br />

y Manolo se visitan y si los ves, enséñale<br />

a los dos que el Che tiene el alma más pura<br />

<strong>de</strong> todos los muertos y todos los vivos. Nosotros<br />

lo sabemos, pues tuvimos el privilegio<br />

<strong>de</strong> conocerle.<br />

Tus cuadros, como siempre suce<strong>de</strong>, han<br />

tomado un gran valor económico, si vuelves<br />

lo compararás y sé que te reirás <strong>de</strong> esa actitud<br />

<strong>de</strong> las personas vivas. Los que te queremos<br />

mucho, mantenemos vivo el recuerdo<br />

<strong>de</strong> tu presencia.<br />

Esa actitud <strong>de</strong> joven viejo sabio, filósofo,<br />

sobrio, <strong>de</strong> un solo vestir y calzar, con la ca<strong>de</strong>ncia<br />

heroica inconfundible que <strong>de</strong>notaba<br />

tan inmensa personalidad, diferente, única.<br />

Con<strong>de</strong>, hay veces que la tristeza me embargo<br />

cuando amanezco con el inmenso <strong>de</strong>seo<br />

<strong>de</strong> compartir un poco <strong>de</strong> bohemia intelectual<br />

contigo.<br />

De Wagner a Vivaldi o Abimioni y <strong>de</strong> repente<br />

me disparabas al confuso Brahms que<br />

tú digerías con un buen vino <strong>de</strong> cabecera y<br />

terminábamos traduciéndome La Tierra<br />

Baldía, que tú me ayudaste a compren<strong>de</strong>r, ya<br />

con una variante musical diferente, escuchando<br />

a Beni Moré y a Serrat. ¡Qué buenos<br />

tiempos Con<strong>de</strong>!<br />

Eres un sin vergüenza, como siempre con<br />

tus cosas raras, te fuiste sin <strong>de</strong>círmelo, ya me<br />

la pagarás, geniecillo, cuando nos encontrem<br />

o s.<br />

Cuéntame, ¿todavía te peinas como el<br />

Emperador? Estoy seguro que sí, porque serás<br />

genio y figura hasta el final <strong>de</strong> los siglos.<br />

Mechi, mi esposa, tú gran amiga, siempre<br />

recuerda cuando iba al mercado a comprarte<br />

los berros que tanto te gustaban y <strong>de</strong> veras<br />

tiene el gran <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> que te vuelvas a pasar<br />

aquellos inolvidables días en casa. ¿Todavía<br />

te sigues levantando <strong>de</strong> madrugada?, como<br />

aquella vez en la casa <strong>de</strong> Juan Dolio, en la<br />

playa, que se escuchaba el crujir <strong>de</strong> tus pasos<br />

prusianos acelerados por el taconeo <strong>de</strong> tus<br />

eternas botas, cuando el sol empezaba a <strong>de</strong>cirnos<br />

los buenos días y te ibas a tomar notas<br />

<strong>de</strong>l paisaje marino en tu cua<strong>de</strong>rno <strong>de</strong> escolar.<br />

Lo más extraño <strong>de</strong> todo era que todos<br />

esos apuntes que hacías lo convertías en<br />

musas neoclásicas con el mar como entorno,<br />

que si yo las tuviera en el mismo lugar<br />

don<strong>de</strong> las dibujaste, Picasso las hubiera querido<br />

para él.<br />

Tu autorretrato <strong>de</strong>dicado, me saluda todas<br />

las mañanas y cada día se parece más a<br />

ti, y en él reconfirmo cada vez, todo el concepto<br />

formal goyesco con que lo realizaste.<br />

Bueno Con<strong>de</strong>, por favor contéstame, todavía<br />

vivo en el mismo lugar, tu casa, <strong>de</strong>más<br />

está <strong>de</strong>círtelo.<br />

De todos en el Mesón <strong>de</strong> Bari, un fuerte<br />

abrazo. La juerga <strong>de</strong> hoy va por ti, amigo <strong>de</strong>l<br />

alma.<br />

Te prometo escuchar La Novena más a<br />

menudo y releer a Proust y Elliot que en el<br />

1968 me regalaste.<br />

Como <strong>de</strong> costumbre, amigo mío, con todo<br />

el afecto y el cariño <strong>de</strong> quien siempre creyó,<br />

cree y creerá que fuiste el más culto y conceptual<br />

artista que pasó como un rayo <strong>de</strong> luz<br />

y fuego abrasador por este pedazo <strong>de</strong> tierra.<br />

Hasta la próxima, Con<strong>de</strong>,<br />

Te quiere,<br />

Miñín<br />

P. D.<br />

Se me había olvidado recordarte cuando<br />

hablábamos hace tiempo sobre la <strong>de</strong>finición<br />

<strong>de</strong>l arte, que escogimos que el arte “es algo<br />

extraño que se siente en la mente”. Así <strong>de</strong><br />

repente me da por pensar que eso mismo<br />

sentías tú, ese extrañó sentir en la mente.<br />

Hasta luego.<br />

A.S.

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