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Food & Wine Mayo 2020

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#QUÉDATEENCASA

COMFORT FOOD

Una comida

en familia con

Mercedes

Bernal y

Rodney Cusic

COCINA PARA SENTIRSE BIEN

MAYO 2020

FOODANDWINEESPANOL.COM

MÉXICO EDICIÓN GRATUITA


CASA MADERO


CASA MADERO,

LEGADO QUE TRASCIENDE

VINOS CUIDADOSAMENTE ELABORADOS DESDE 1597.

VALLE DE PARRAS, COAH. MÉXICO

WWW.MADERO.COM

EL ABUSO EN EL CONSUMO DE ESTE PRODUCTO ES NOCIVO PARA LA SALUD

183300519X2816


24

Oda al caldo

de pollo

Un homenaje a la sopa

que, cuando se trata de

alivio, es tan eficaz

como un abrazo.

76

Dale un upgrade

a tu cena

Un arsenal de

recetas para darle

un ascenso a tu

menú de la semana.

FOOD & WINE EN ESPAÑOL

Mayo

58

70

Tijuanera

Entre churros, chilaquiles

rojos y tacos, la chef

Claudette Zepeda ofrece

un relato desde

la frontera.

Agüitas, botanical

wisdom

Un ensayo en imágenes

sobre la sabiduría

botánica que habita en

nuestras alacenas.

90

110

El nuevo arte

del sake

La revolución se avecina

entre los productores

de esta bebida

tradicional japonesa.

Café escencial

Una guía, de la mano de

un experto, para preparar

la taza perfecta en casa.

36

30

48

Comfort food

Los chefs de Meroma, Mercedes

Bernal y Rodney Cusic,

comparten un recetario

para levantar el ánimo.

Hecho en casa

La cocina casera está

marcada por eventos

sociales, inventos y

platos reconfortantes.

Aquí una radiografía

de 1920 a 2020.

Family meals

Así es como tres familias

de restauranteros,

dedicados al servicio de

otros, se nutren entre ellos.

Foto de portada: Juan Pablo Tavera.


CARTA

EDITORIAL

Nos lo merecemos

Todos los días, justo a la media tarde, un antojo

viene a mi cabeza. A veces es pasajero, a veces

irresistible. A veces es inventado, un ejercicio

creativo, la respuesta a qué puedo cocinar hoy

con lo que tengo a la mano.

Trabajando desde casa, como millones de

personas en el mundo, empecé a experimentar

con estos antojos. A verlos menos como un

tormento —sin reparar mucho en las calorías— y

más como una inspiración, un motivo de

entretenimiento. Cada antojo se convirtió en

una oportunidad: de cocinar algo nuevo, de

comer algo que me quita el sueño o de animar a

otros a meterse sin miedo a la cocina.

Un trozo de chocolate con centro de caramelo

y un puntito de sal. El panqué húmedo de

ricotta con zarzamora de la Panadería Rosetta;

un sorbo a una copa de riesling, cítrica,

brillante. Una galleta de naranja; un bocado de

piccata de pollo con limón y alcaparras.

Calabacitas tiernas, tallos de apio crujiente,

champiñones; un plato de macarrones con

queso, otro plato de macarrones con queso. El

pescado a la talla de Agua y Sal. Migas con

huevo, migas de pan, una naranja muy dulce,

un bowl de palomitas, pepinos con chile y

limón, rebanadas de queso Oaxaca, más

riesling, etcétera.

Una lista de todo lo que como —cocino o pido

a domiclio— durante el distanciamiento. Una

foto que se ensancha con cada día de resguardo, una enumeración de platos que

me brindan cobijo. Platos que me ayudan a ponerle una pausa al día. Platos a los

que agradezco porque me ayudan a ver en la mesa un espacio de bienestar. Un

merecido descanso. Uno que, si me preguntan, todos necesitamos.

Esta edición está dedicada a la lista —escrita, mental o documentada en Instagram—

que todos tenemos. A la cocina de confort anclada a los recuerdos (un

testimonio fiel está en el artículo ‘Comidas familiares’, página 48) o que consumimos

como recompensa porque sabemos que nos dará un levantón.

No estamos hablando de platos hipercalóricos, ni bañados en fuentes de queso

(o bueno, no solamente) sino de los vínculos emocionales que se forman en la

mesa. Estamos hablando de una oda al caldo de pollo (un tónico casero con

propiedades restaurativas), de la alegría de un ritual alrededor de una taza de

café, de platos con acidez y ensaladas que son un vuelve a la vida, de tragos que

con nombrarlos nos producen alegría —hola, querida Margarita—, de recetas

que son el combustible para rendir en la semana, de antojos que son estimulantes

como un abrazo; ese que, tras semanas de distanciamiento e incertidumbre,

nos merecemos todos.

MARIANA CAMACHO

MCAMACHO@FOODANDWINE.MX

6

MAYO 2020


¿Qué cocinas para

sentirte bien?

MAYO 2020 NÚMERO 28

FOOD & WINE EN ESPAÑOL

DIRECTORA EDITORIAL Mariana Camacho mcamacho@foodandwine.mx

EDITORA ADJUNTA Mary Gaby Hubard

EDITORA SR. Fernanda Castro

EDITORIA JR Paulina Gutiérrez

COMMUNITY MANAGER Loredana Flores

“Tortellini in brodo.”

DIRECTORA DE ARTE Griselle Montejo

EDITOR DE FOTOGRAFÍA Juan Pablo Tavera

EDITOR DE VIDEO Pablo Angulo

PRODUCTOR JR. | F&W TABLE Mariana Rojas

SOUS CHEF | F&W TABLE Antonio Garrido

CHEF ASESOR Sergio Camacho

“Chiles rellenos.”

TRADUCCIONES

Ana Dávila Cook

PORTAFOLIO

Espacio Crudo

CORRECCIÓN DE ESTILO

Daniel Sánchez Poitevin

DIRECTOR DE FINANZAS Sebastián Castro

PUBLISHER Alejandro Ortiz

DIRECTORA COMERCIAL PRINT Diana De Ramery dramery@foodandwine.mx

DIRECTORA COMERCIAL EVENTOS Elisa Cadenas ecadenas@foodandwine.mx

COORDINADOR COMERCIAL PRINT Manuel Nava mnava@foodandwine.mx

COORDINADOR COMERCIAL WEB Erika Gómez egomez@foodandwine.mx

FOOD & WINE USA

EDITOR-IN-CHIEF Hunter Lewis

DEPUTY EDITOR Melanie Hansche

CREATIVE DIRECTOR Winslow Taft

PHOTO DIRECTOR Tori Katherman

MEREDITH PARTNERSHIPS, LICENSING & SYNDICATION

“Caldo de pollo

VICE PRESIDENT, BUSINESS AFFAIRS – Tom Rowland.

y chilaquiles.”

EXECUTIVE DIRECTOR, LICENSING OPERATIONS – Paul Ordonez

SENIOR DIRECTOR, BUSINESS DEVELOPMENT – Wendy Zhang

MANAGER, BUSINESS DEVELOPMENT – Nicholas Arnold

ASSISTANT MANAGER, BUSINESS DEVELOPMENT – Thomas D. Rodriguez

MEREDITH

CHAIRMAN & CEO – Tom Harty

CHIEF FINANCIAL OFFICER – Joseph Ceryanec

CHIEF DEVELOPMENT OFFICER – John Zieser

“Tortilla española.”

GERENTES COMERCIALES Y DE PROYECTOS ESPECIALES

Antuanet Lajud, Paola Fernández, Héctor Segura, Gwendolyne Morales

GERENTES COMERCIALES DIGITALES

Bárbara Galindo, Karla Zavala, Verónica Meza,

GERENTE DE TRÁFICO Y PROGRAMMATIC Iván Romero

VENTAS PROGRAMMATIC Diana Rico

DISEÑADORAS COMERCIALES Ana Cecilia Pérez, Tania De la Mora

DIRECTORA DE MARKETING Y RELACIONES PÚBLICAS María Escrivá de Balaguer

DIRECTOR DE EVENTOS Y NUEVOS NEGOCIOS Alejandro Rodríguez

DIRECTORA DE ADMINISTRACIÓN Mary Carmen Velázquez

DIRECTORA DE CIRCULACIÓN Eréndira Sánchez

DIRECTORA DE PRODUCCIÓN Laura Vega

PRESIDENTE PARA AMÉRICA LATINA Mariano Menéndez

PRESIDENTE PARA MÉXICO Y CENTROAMÉRICA Marco Landucci Lerdo de Tejada

FOOD AND WINE EN ESPAÑOL: Año 3, No. 28 mayo 2020; es una publicación mensual editada distribuida y publicada por Media

Business Generators, S.A de C.V: con domicilio en Boulevard Manuel Ávila Camacho #126 Piso 8 Lomas de Chapultepec, CP 11000, Ciudad

de México, por contrato y bajo licencia de Time INC. Affluent Media Group, con domicilio en 225 Liberty St, New York, NY 10281, EE.UU.

Editor responsable, Mariana Camacho. Certificado de Reserva de Derechos al Uso Exclusivo 04-2017-110812012600-102 y Certificado

de Licitud de Titulo y Contenido otorgado por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de

Gobernación en trámite. Suscripciones: suscripciones@foodandwine.mx, o al teléfono: (52 55) 5520-0044. El contenido y las opiniones

expresadas en los artículos de la publicación son responsabilidad exclusiva de sus autores, por lo que no necesariamente reflejan la

opinión de Business Generators y/o del editor responsable de la publicación. El contenido y alcance de la publicidad de la publicación son

responsabilidad exclusiva de sus anunciantes, en consecuencia Business Generators no es responsable de su cumplimiento. Todos los

FOOD & WINE EN ESPAÑOL

Media Business Generators, SA de CV

Bajo licencia de Time Inc. Affluent Media Group

Vigencia: septiembre 2019-agosto 2020

derechos reservados. Se encuentra totalmente prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio de esta publicación sin previa autorización de Business

Generators. © 2012 MEDIA BUSINESS GENERATORS, SA de CV.© 2012 FOOD AND WINE, todos los materiales publicados en la edición de Food and Wine Estados

Unidos. Todos los Derechos Reservados.

8

MAYO 2020


ADVERTORIAL

D

etrás de cada taza de café hay

una historia, una que cuenta el

lugar de origen de los granos,

el cuidado que involucra procesos de

cultivo, secado y tostado.

SF Bay Coffee trabaja con pequeños

productores en México y alrededor

del mundo, por eso que puede ofrecer

cafés de especialidad, de las mejores

cosechas del mundo, con orígenes diversos

como Ruanda, Etiopía, Kenia,

Tanzania, Hawaii, Panamá, Colombia,

Nicaragua, Honduras y por supuesto

Chiapas, México.

Estos cafés, que provienen de micro

lotes que solo producen un número

limitado de kilos, pasan por procesos

muy particulares desde la cosecha

hasta el tostado y son catados por

asociaciones certificadas de catadores

Q. Los catadores califican el

aroma, acidez, el cuerpo, el sabor y

retrogusto del café, si la calificación

es suficientemente alta puede considerarse

como ‘taza perfecta’.

DE LA PLANTA A LA TAZA

El origen

Cada lugar tiene una longitud y latitud

diferente, dos factores que influyen en

la calidad y las propiedades del café.

La temperatura, la humedad, la luz,

la sombra y el suelo son otros factores

a tomar en cuenta. Un fruto cosechado

en Hawaii no será el mismo que

uno cosechado en los altos cafetales

de Chiapas o de Boquete en Panamá.

El fruto perfecto

Durante la cosecha SF Bay Coffee

selecciona manualmente el fruto en la

maduración perfecta para garantizar

la calidad del grano.

El secado

Existen diversos procesos de secado.

SF Bay Coffee usa el método de

acuerdo al tipo y características del

grano. Otro factor que determina el

proceso para el secado, es el uso de

agua y energía. Antes de llegar al tostador,

el café de esta gran marca es

estrictamente seleccionado y evaluado

con base al tamaño, dimensión,

peso y color del grano. Estos procesos

les asegura que todo el café que se

van a tostar tenga los estándares de

calidad perfectos.

El tostado

Este punto del proceso le da vida a

todas las notas, sabores y cualidades

del grano. “Es un arte y una ciencia”

dicen los expertos. Los tostados de todos

los cafés de SF Bay Coffee tienen

un tostado artesanal para resaltar las

mejores notas de los granos de acuerdo

a su origen y características.

Tostado claro: son de cuerpo suave

y tienen mayor acidez, resaltan notas

cítricas, brillantes y frutales.

Puntos de Venta: Costco ,Chedraui Rappi, Cornershop, Tiendas Super Aki.

(Quintana Roo, Campeche y Yucatán)

Tostado oscuro: resaltan notas más

dulces, chocolatosas, tienen un retrogusto

más prolongado y cuerpo más

cremoso.

El método de preparación

El café en grano preserva todas las

cualidades y frescura del café, sin oxidaciones.

El tipo de molido se puede

personalizar a la preferencia y tipo

de cafetera que tengas en casa: una

prensa francesa, un sifón japonés, en

cápsula, una chemex, una cafetera

espresso o tradicional. Si no tienes

como moler el café, SF Bay Coffee

también cuenta con presentaciones de

café molido.

El café 100% arábica es de mejor

calidad. Durante 40 años SF Bay Coffee

ha trabajadopara brindar café 100%

arábica garantizando la mejor calidad y

sabor en cada una de las presentaciones

de café de especialidad y gourmet

a sus consumidores.

COMERCIO

JUSTO

SF Bay Coffee trabaja en México con más de

1,000 pequeños productores, a los que brindan

capacitaciones, recursos y un pago justo.

A través de su fundación han podido construir

escuelas, clínicas, guarderías y cocinas

comunitarias, siempre con la mira de romper

con el ciclo de pobreza y mejorar la calidad

de vida de las comunidades.

Comparte la taza perfecta

@SF Bay Coffee @SFBayCoffee SFBayCoffee


CLUB

HAMBRIENTO

ACTRIZ

La actriz e influencer más fit, Bárbara de Regil, nos

confiensa que a veces fuera del set hay más que

proteína, pepinos y zanahorias en su dieta.

ANTOJOS DENTRO Y FUERA DEL SET

Lo que más me gusta en el set son verduras:

zanahoria, jícama, pepinos. Pero lo que más

como es zanahoria. Afuera me gusta el sushi.

Todo lo que sean rollos me encanta, sobre todo

de Ryoshi y Nobu.

COMIDA EMOCIONAL

Cuando estoy triste me gusta comer pizza. La pido de puro

queso o también las típicas estilo Chicago.

DOTES CULINARIOS

Las hamburguesas me quedan wow, porque les

pongo triple queso. También hago chilaquiles

light. La verdad es que todo me queda rico.

EN EL CARRITO DEL SÚPER

Siempre hay proteínas: pollo, pescado, así como pan integral,

avena. Hay mucha fruta porque la amo.

MECAS GASTRONÓMICAS

Cuando viajo lo hago para comer. Me gusta ir

a los restaurantes. Mis favoritos de la ciudad

son Ryoshi, Nobu, Mochomos, Sylvestre

y claro, mi casa.

DULCE O SALADO

Toda la vida, dulce. Sobre todo cualquier cosa que tenga

que ver con cajeta y helado de vainilla.

TU RECUERDO DE LA INFANCIA

Yo creo que la pancita. Mi papá la preparaba

y yo la amaba.

pasta: juan pablo tavera / retrato: cortesía / picarones: renzo vallejo.

10

MAYO 2020


OBSESIONES

LA VIE AU

EL CHOCOLATE ES

LA MATERIA QUE DA

FORMA Y FONDO A

CREACIONES QUE NOS

ALEGRAN LA VIDA EN

UNA SOLA MORDIDA.

CHOCOLATE

SEGÚN EL ESCRITOR HAROLD MCGEE, los indígenas

utilizaban el cacao para hacer una bebida espumosa

que los españoles llegados a México definían como

‘exótica’. El cacao se cultivaba en la península de

Yucatán –y algunos lugares de Centroamérica– y se

lo vendían a los aztecas, quienes lo tostaban y

molían para convertirlo en su bebida ritual. Era tan

importante, que incluso se consideraba como

moneda de cambio. Los españoles lo introdujeron en

Europa en el siglo xvi y con ello vinieron una serie

de cambios —agregaron leche, azúcar y algunas

especias— que convirtieron al cacao en lo que ahora

conocemos como chocolate. Durante el reinado de

Luis xvi, el chocolate era considerado un producto

de lujo y se servía durante las extravagantes fiestas

en Versalles.

El holandés Conrad Van Houten fue el pionero del

cacao en polvo y la prensa de manteca de cacao. Esto

después se convirtió en los redondos y perfectos

bombones que vemos hoy en las cajas de chocolate.

En 1828, las brillosas mezclas de chocolate sólido ya

se hacían presentes en las chocolaterías de Holanda

e Inglaterra.

¿DE DÓNDE VIENEN LAS CAJAS?

Aunque no hay un registro oficial, la popularización

y creación de las cajas de chocolate se le atribuyen a

Richard Cadbury, en Inglaterra, quien comenzó a

venderlas en esta presentación para subir las ventas

durante los festejos de San Valetín. Actualmente se

venden más de 36 millones de cajas de chocolate

en esta fecha.

¿POR QUÉ SON TAN RECONFORTANTES?

La física especializada en medicina, Katya Vázquez,

explica que el chocolate en esas coloridas cajas nos

hace sentir bien porque libera serotonina: la

hormona de la felicidad. La emoción de abrir una

caja es real y hay mucho placer en descubrir las

variantes de los chocolates en ella: los hay de

rellenos crujientes o untuosos, como el caramelo.

12

MAYO 2020


NUESTRAS CAJAS FAVORITAS

Con estos cofres del tesoro nada puede salir mal,

porque sea cual sea el chocolate que escojas, todos

saben bien.

“Mi mamá me

dijo: ‘la vida es

una caja de

chocolates:

nunca sabes

qué te

va a tocar’.” -

TOUT

CHOCOLAT

La chocolatería

mexicana tiene

un sinfín de

mezclas, pero

la consentida

es la de

chocolate con

caramelo y

flor de sal.

GUYLIAN

Los pequeños

bombones de

chocolate de

leche y chocolate

blanco

tienen forma de

conchas

de mar.

BACI

PERUGINA

Dentro del

papel azul

metálico hay un

pequeño papel

con frases de

personajes

famosos y un

bombón relleno

de avellanas.

Forrest Gump

PREPARA TUS PROPIAS TRUFAS

Tiempo: 45 min. Porciones: 20

Hay millones de bombones de chocolate

que puedes poner en una caja, pero unos

de los más sencillos y de felicidad

inmediata son las trufas.

½ taza de harina de trigo

¼ de cocoa en polvo

½ cucharadita de polvo para hornear

½ taza de azúcar glass

2 cucharadas de mantequilla

1 huevo batido con un ½ cucharadita

de crema para batir

Cocoa o azúcar glass al gusto para

cubrir

1. En un bowl grande mezcla la harina, la

cocoa, el polvo para hornear y el azúcar.

2. Incorpora la mantequilla con tus dedos.

Se verán como grumos de arena.

3. Incorpora el huevo batido con una pala

de silicón, hasta que esté bien integrado.

Deja reposar por 15 minutos en

el refrigerador.

PARA ACOMPAÑARLOS

1. Vinos tintos:

pruébalos con chocolates

amargos o con frutos

rojos, como la cereza.

2. Vinos espumosos:

resaltan las notas frutales

y la textura untuosa

de un chocolate.

3. Vinos dulces:

pruébalos para resaltar

el dulzor del chocolate.

4. Retira del refrigerador y

dale forma en pequeñas

bolitas uniformes.

5. Cubre las bolitas con la cocoa y

hornea por 10 minutos en una charola

con papel encerado en un

horno precalentado a 180 °C.

6. En un bowl coloca la cocoa para

poner un extra.

7. Deja enfriar y sirve en una caja

de metal con papel de china.

MAYO 2020 13


OBSESIONES

LA REINA

HA VUELTO

UN TROZO DE MANTEQUILLA PUEDE MOVER

PASIONES Y LLEVAR AL ANTOJO A LA

MÁS FÉRREA DE LAS VOLUNTADES.

¿QUÉ ES LA

MANTEQUILLA?

Básicamente es el producto

que se obtiene al batir nata

de leche de cabra, vaca

u oveja. En este proceso

sucede una emulsión de

agua en materia grasa, esta

última es la que aporta el

sabor la textura untuosa

y el aroma. Su contenido

vitamínico depende de la

alimentación del animal.

Se necesitan de 22 a 27

litros de leche para producir

1 kg de mantequilla.

PANEL DE EXPERTOS: EL DEBER

SER DE LA MANTEQUILLA.

“Mientras más pasto se le dé a los

rumiantes, habrá más contenido

de ácidos grasos en la leche que

se convertirá en mantequilla.”

–Bonfilio Domínguez, de rancho Cuatro Encinos.

“Para identificar una mantequilla

de calidad, debes observar el

contenido del empaque: cuanto

menos ingredientes, el producto

será más natural.” –Emilio Arizpe Navarro,

fundador de Villa de Patos.

14

MAYO 2020


TODO SABE MEJOR con mantequilla. Este cubo

dorado es más que un básico, es el responsable de

la textura y sabor de muchas preparaciones. No sólo

agrega un sabor increíble, tiene propiedades que

ayudan a integrar platillos dulces y salados. ¿Qué

sería de unas galletas con chispas de chocolate y sal

de mar sin mantequilla? Va bien con proteínas, es

indispensable en repostería, insustituible en la

panadería. ¿No están convencidos? Toma lo primero

que encuentres en tu cocina. ¿Es un durazno? ¿Un

brócoli? Llévalo a una sartén y agrega un pedacito de

mantequilla, deja que ambos ingredientes se fusionen

con el calor, que se vuelvan uno mismo. Huele bien,

¿cierto? Ahora llévalo a la boca. El ingrediente elegido

viajará en tu paladar y el brillo de la mantequilla

reposará en tus labios e incitará a comer otro bocado.

VIAJE EN EL TIEMPO

Su aparición se dio poco después de la domesticación

de los animales. De acuerdo a la escritora

gastronómica Elaine Khosrova, un pastor hizo el

primer lote por accidente: ató una bolsa de leche de

oveja a su caballo y después de un día de mucho

caminar, descubrió que se había solidificado. Esta

persona hizo historia sin saberlo.

La primera civilización documentada que elaboró

mantequilla fue la mongol. Ellos batían la nata

dentro de pieles de animal hasta obtener esta mezcla

amarilla que hoy conocemos como mantequilla.

A lo largo de la historia, este producto lácteo ha

ocupado un lugar privilegiado en distintas culturas.

En Roma era considerada medicinal. En la India

ofrecían grandes cantidades al Señor Krishna a

manera de sacrificio. Y en la Biblia la mantequilla se

consideraba un alimento de celebración.

Pero la Gran Depresión y la Segunda Guerra

Mundial desafiaron nuestra historia de amor con la

mantequilla. La información falsa hacía creer que

era un producto dañino para la salud. La margarina

hecha con aceite vegetal y colorante se convirtió en

una opción más barata y el consumo de mantequilla

cayó en picada. Ahora, la mantequilla está de

regreso, lista para el siguiente volumen de

una emocionante historia.

HAY MANTEQUILLAS

PARA TODOS

IRLANDESA:

su porcentaje de grasa

es mayor, por lo tanto su

textura es más cremosa.

CLARIFICADA (GHEE):

se obtiene al calentar

la mantequilla, dejando

que los componentes se

separen por densidad.

Por ello es considerada

más pura.

CULTIVADA:

contiene más ácidos

grasos y nutrientes.

Puede ser adicionada

con otros ingredientes

o aditivos

DE LIBRE PASTOREO:

significa que las vacas

únicamente consumieron

pasto. El amarillo se

obtiene del caroteno

de las plantas.

SUS MEJORES AMIGOS

Julia Child tenía razón: nunca se

puede tener demasiada mantequilla.

Aquí los ingredientes

con los que mejor se lleva.

Huevos: más allá

del antojo, hablemos

de ciencia. La

lecitina emulsiona

el huevo, que al

estar en contacto

con la mantequilla,

se torna más

aterciopelado.

Vegetales:

porque todo

en la vida es

balance.

CON SAL:

mantequilla de vaca adicionada

con sal.

Suele usarse en pastas,

verduras y proteínas.

SIN SAL:

mantequilla de vaca

hecha con leche fresca

utilizada para repostería.

Pastas: ¿para

qué complicarnos

la vida con

más de tres

ingredientes?

Pasta fresca,

mantequilla

y sal. Uno no

necesita más.

LIBROS PARA

ENAMORARSE DE

LA MANTEQUILLA

+

Carne: recién salida de

la plancha, bien caliente,

con un cubo de mantequilla

que se derrite

lentamente. ¿Ya están

salivando?

Galletas: saladas o

dulces, sin mantequilla,

estas delicias son

difíciles de imaginar.

Pan: brioche,

croissants, bisquets,

pan de

masa madre. Los

carbohidratos y la

mantequilla son un

match made

in heaven.

Butter: A Rich History, de

Elaine Khosrova.

Baking bible, de Rose

Levy Beranbaum.

Julia’s Kitchen Wisdom,

de Julia Child.

MAYO 2020 15


OBSESIONES

Una sartén especial: forma y función se

unen en esta sofisticada sartén

de alma filantrópica.

suelo comparar las ollas y sartenes que pelean

por un lugar en mi pequeña cocina en Nueva

York, con los personajes de El señor de las

moscas: como en el libro, casi siempre alguien

sale lastimado (dígase: relegado a la pila de

donaciones). La sartén Always Pan (USD

$145, fromourplace.com) se gana su sitio

gracias a la facilidad con que se transforma

de wok para saltear, a una vaporera para

dumplings, a sartén para carnes. El mango

con espacio para reposar la espátula me

evita ensuciar la cocina y la boquilla

en la orilla permite servir el curry

cuando no tengo un cucharón a la

mano. Lo mejor de todo es que Our

Place, creada por la cofundadora

de la Fundación Malala, Shiza

Shahid, celebra las tradiciones

gastronómicas culturales a través

de lanzamientos de edición

especial en distintos colores de

temporada, tanto de la Always

Pan como de otras piezas. Para

el Ramadán, la sartén es verde, y

para el Año Nuevo chino, es de color

rojo vibrante, al igual que un cuchillo

de carnicero, platón de servicio y

vaporera de bambú de edición limitada.

No quiero decir que los otros utensilios

de mi cocina deberían preocuparse, pero

definitivamente se enfrentarán a una

dura competencia. –oset babur

food styling: Emily Nabors Hall; prop styling: Claire Spollen.

16

MAYO 2020

foto VICTOR PROTASIO.


¿QUÉ ESTÁ IN?

EN

BOGA

A T U

E L B A R

S E M U D A

S A L A

DISFRUTA DE UN COCTEL DE TU

BAR FAVORITO… SIN TENER QUE

QUITARTE LA PIJAMA.

DICEN POR AHÍ QUE ‘NO hay mal que por

bien no venga’. Así, de la cuarentena por la

crisis sanitaria que nos tiene en casa,

sacamos algunas notas positivas, prácticas

que surgieron como una solución temporal

para los negocios y que nos encantaría

adoptarlas como algo más permanente.

Imaginen un mundo post COVID-19, en

el que nos podemos reunir con amigos, y

un servicio a domicilio instaurado por

bares que entregan tragos perfectos a la

puerta de tu casa.

La esperanza es que esto sobreviva a

la cuarentena. Porque si pensamos en

grande, este formato resuelve un tema

fundamental cuando la fiesta se pone

buena y hay más de dos invitados. Tu

armas un fiestón, abres el refri y cuentas

con un gran stock de cocteles listos para

que los sirvas sobre un vaso con hielos,

les pongas una garnitura y sorprendas a

tus invitados.

Esta tendencia comenzó en Japón,

luego migró a Estados Unidos —en Nueva

York causó un gran impacto— y finalmente

llegó a la Ciudad de México. Bares

especializados en coctelería ahora

empacan sus mezclas al alto vacío.

Basta con un mensaje directo en sus

redes sociales, o una simple llamada,

para que sus elixires lleguen a ti.

¿DÓNDE PEDIRLOS?

Maison Artemisia (@maisonartemisiamx)

Sazerac. Un clásico para los amantes del whisky

que buscan un extra kick: un poco de absynth.

Limantour (@limantourmx)

La margarita al pastor: es un trago fresco, pegador

y con un final dulce. Lo que cualquier psicólogo

recomienda en días como estos.

Wikiki Tiki Room (@waikikitikiroom)

Maitai. La combinación de ron con cítricos, orgeat

y licor de naranja te hará sentir en la playa.

Hanky Panky (@hankypankydf)

Negroni. Porque aquí no te puedes equivocar con

los clásicos: gin, vermouth con spirulina y bitters.

Fairchild 1869 (@fairchild.mx)

La propuesta de este lugar es del mixólogo

Richard Sandoval. En la foto está su trago: The

Kampong Kombucha con Maker’s Mark, St.

Germain, miel, limón y kombucha.

HAZLO TÚ MISMO

Además de los cocteles listos para

servir, varios de estos bares están

dando clases de mixología en línea.

Te recomendamos seguirlos en sus

redes sociales, para no perderles la

pista y refinar tus habilidades de

mixólogo durante estos días.

18

MAYO 2020


ADVERTORIAL

AMOR A PRIMER

BOCADO

La marca Savant Oils llega a México para cuidar tu salud

y consentir a tu paladar con aceite de salvado de arroz.

E

l aceite de arroz es reconocido por tener propiedades que resaltan el sabor y

textura de los alimentos. Durante años ha sido el favorito en países asiáticos

como Bangladesh, Japón, India y China. Sus nutrientes lo hacen ideal para el

uso en el hogar y en la industria.

El aceite de arroz Savant Oils se produce en Estados Unidos con el arroz que se

cosecha en la cuenca del río Mississippi. Viene en presentaciones de 250 y 500 ml.

Es ideal para hacer frituras, coberturas, alimentos a la parrilla, horneados. salsas,

tempuras, salteados, para aliñar ensaladas o hasta en postres.

SUS BENEFICIOS

• Resalta los sabores: es neutro y

no compite con los sabores de los

alimentos.

• Capacidad de calentamiento:

el punto de humo es de 254°C,

ideal para saltear y freír alimentos

sin que absorban demasiada

grasa, dejándoles una sensación

crocante y fresca. Gracias a esta

resistencia térmica, no pierde sus

propiedades nutritivas.

• Es ‘non GMO’: proviene de granos

de arroz que no han sido modificados

genéticamente.

• No contiene conservadores ni

aditivos sintéticos: Su contenido

natural de Oryzanol, antioxidante

natural, mantiene la estabilidad

del aceite.

• Es libre de grasas trans: y rico

en grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas,

en Omega 3 y 6.

• Es duradero: su alto contenido

de antioxidantes naturales, contribuye

a una vida más larga en el

anaquel y a una vida útil prolongada

del producto.

• Está certificado: es apto para

la alimentación kosher y no es

alérgeno.

• Sus propiedades: el aceite

también es rico en vitamina E

—amiga del sistema inmune—;

antioxidantes de fácil absorción

como el escualeno y altos índices

de fitosteroles y tocotrienol, que

ayudan a reducir el nivel de absorción

del colesterol en el torrente

sanguíneo.

No te quedes sin probar y descubrir

todos los beneficios de Savant Oils para tu cocina.

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RESTAURANTES

PARA LLEVAR (Y USAR)

HOY MÁS QUE NUNCA TENEMOS

GANAS DE TENER UN PEDACITO

DE NUESTROS RESTAURANTES

MÁS QUERIDOS EN CASA.

EL CARIÑO QUE UNO LE PUEDE tomar a un

restaurante no termina en una bolsa de papel

de estraza y empaques biodegradables. Trasciende

e igual puede tomar la forma de tote

bags y t-shirts, que de termos, pines, tazas,

stickers o loncheras. Todo para llevar… y usar.

La merch restaurantera es la forma más sabrosa

de llevar contigo una parte de tu lugar favorito.

El merchandising sirve

para conectar con el

comensal en un nivel más

profundo. El objetivo es

convertir a los clientes

habituales en fanáticos

no sólo de la comida,

sino también del

ADN de la marca.

HARD ROCK

CAFÉ

Peter Morton e

Isaac Tigrett establecieron

el primer

Hard Rock Café,

en 1971, y fueron

los pioneros en el

merchandising

con el logo de

su marca.

CDMX

Tote bag,

de Salón Cero

También llamado

miscelánea gráfica, este

lugar pone a disposición

sus kits ‘pan-demia’ con

productos como pósters,

cuadernillos y bolsas

brandeadas con el

logotipo del lugar.

El envío es gratuito.

Instagram: @saloncero

Pines decorativos,

de Loup Bar

¿Vinos naturales y pines

decorativos? ¡Claro que sí!

Ponlos en tu chamarra,

bolsa, blusa o pantalones.

Escríbeles directo a su

Instagram para más

información de pagos

y envíos. Instagram:

@loupwinebar

Jabón y crema de

manos Niddo

Sus productos para baño

tienen notas a mandarina,

naranja, nuez moscada,

cardamomo y jazmín.

Puedes recogerlos en

la tienda o elegir el

envío a domicilio.

niddocontigo.com

Posavasos,

de Pinto Bar

El lugar se encuentra

cerrado debido a la

contingencia sanitaria,

pero una manera de

ayudarlos es comprando

la mercancía disponible en

su cuenta de Instagram.

Los envíos se hacen a toda

la República Mexicana.

Instagram: @pinto.bar

NUEVA YORK

T-shirt, de Four

Horsemen

James Murphy, de LCD

Soundsystem, abrió su

wine bar especializado

en vinos naturales y sus

playeras son más bonitas

que cualquier band t-shirt.

Ordena la que más te

guste para estrenarla al

día siguiente. (El costo

de envío es de $30 USD)

fourhorsemenbk.com

LOS ÁNGELES

Gorra, de

Uncle Paulie’s

El lugar especializado en

sándwiches italoamericanos

tiene su tienda en

línea con gorras, hoodies y

playeras. Ordena alguno

de sus items y en cinco

días llegará a la puerta

de tu casa.

unclepauliesdeli.com

20

MAYO 2020


CLUB PRIVADO DE EXPERIENCIAS

GASTRONÓMICAS

PARA MÁS INFORMACIÓN LLAMA A

PLATINUM LIFESTYLE SERVICES

01 800 716 11 03 OPCIÓN 2

Esta invitación es exclusiva para los Tarjetahabientes Titulares de la Tarjeta The Platinum Card®

foodandwinetable.mx


EL ANFITRIÓN

José N.

Iturriaga

de la

Fuente

UN HISTORIADOR DEL

BUEN COMER.

LA VIDA ACADÉMICA DE ESTE PERSONAJE está

ligada a la economía y la historia, un camino

que tras estudios de posgrado, decantó en el

estudio antropológico de la cocina y,

específicamente, de la gastronomía mexicana.

José N. Iturriaga es considerado uno de los

máximos investigadores en nuestro país. Su

pasión y experiencia –junto con la de muchos

otros– ha impulsado a que la cocina tradicional

mexicana sea considerada hoy Patrimonio

Cultural de la Humanidad.

EN NÚMEROS

HA RECIBIDO:

3

premios importantes a

lo largo de su carrera.

1988

Premio Internacional Malcolm Lowry.

2003

Premio Internacional Slow Food.

2008

Premio José C. Valadés.

HA ESCRITO

UN TOTAL DE:

68

libros de historia e

investigación. Entre

ellos, 14 libros

de gastronomía.

Colaboración en:

38

libros de diversos

autores.

150

artículos en México

desconocido.

ES PARTE DEL SALÓN DE LA FAMA GASTRONÓMICA

DEL MUSEO AMPARO, EN PUEBLA.

ÉL RECOMIENDA

LEER:

• Historia gastronómica

de la Ciudad de México,

de Salvador Novo.

• Memorias de cocina

y bodega, de

Alfonso Reyes.

ANTOJO DE

MADRUGADA:

Me preparo una sopa de

fideos o luego me pongo

a hacer un sashimi y un

arroz al vapor. Pero

según lo que haya, me

pongo ingenioso a

hacer algo rico.

EN EL REFRIGERA-

DOR NUNCA FALTAN:

- Jitomates.

- Cebolla.

- Chile serrano.

- Tortillas.

SU OBRA CONSENTIDA:

Confieso que he comido: de fondas, zaguanes, mercados

y banquetas, publicado en 2011.

LOS TAMALES DE LA URSS

“Vivíamos en Moscú, mi padre era el embajador de

México en la Unión Soviética. Aunque yo vivía en

México, por la universidad, estuve un año allá. Los

diplomáticos en general tiene un acceso fácil a

diversos platillos y a cosas que mandaban de México

para allá. Habían unos catálogos y en ellos una buena

cantidad de productos. Así descubrí unos tamales en

lata de Clemente Jack’s. Pedimos una caja de 24 latas

de litro, que traía unos 5 tamalitos delgados, verdes

(que eran los únicos que había). Para mi sorpresa,

francamente, estaban muy buenos. Sacaba de apuros

y de antojos.”

22

MAYO 2020


“MI MAMÁ ERA UNA GRAN

COCINERA. ERA UNA COCI-

NERA A LA ANTIGUA, DE

AQUELLAS EXTRAORDINA-

RIAS MUJERES DE LA COCI-

NA MEXICANA; Y YO AHÍ

FUE DONDE ME CRIÉ Y DES-

DE MUY PEQUEÑO APRECIÉ

LA COMIDA.”

foto: antonio cruz

TIMELINE DE ACONTECIMIENTOS Y CARGOS

Jurado del Premio Nacional

de Investigación

de Alimentos.

Presidente de la sección de

Alimentación de la Sociedad

Mexicana de Geografía

y Estadística.

Jurado del Premio Nacional

de Ciencias y Artes

(2003 y 2009).

1990 2000 2010

Presidente de la Sociedad Mexicana

de Gastronomía y Enología,

durante dos períodos.

Es vicepresidente del Conservatorio

de la Cultura Gastronómica

Mexicana, desde su fundación en

2001, hasta la fecha.

MAYO 2020 23


ODA AL

Oda al caldo

de pollo

24

MAYO 2020


¿EXISTE UNA RECETA MÁS ELEMENTAL? ¿MÁS RELACIONADA

CON EL HOGAR, EL ABRAZO Y EL BIENESTAR? ¿UN TÓNICO DE

BENEFICIOS RESTAURATIVOS? NO, NO LO CREO (Y LA

CIENCIA ME RESPALDA).

por mariana camacho | fotos juan pablo tavera

TITA RECUPERA EL HABLA después de probar un par de

cucharadas del caldo de ‘Chencha’, su cómplice en la

cocina de casa y una mujer más afectuosa que su propia

madre. Nada había resultado efectivo hasta entonces.

Con una sopa, ‘Tita’ había recuperado la voz y la

cordura perdidas por seis largos meses.

Pienso de inmediato en esta escena de Cómo agua

para chocolate, cuando me toca escribir una oda al

caldo de pollo. Aunque, en honor a la transparencia, la

receta mágica del libro es con colita de res, la uso de

referencia porque resume una idea que llevamos

anclada desde nuestra infancia, esa que atribuye

poderes curativos —más efectivos que la medicina, en

este caso hiperbólico y ficticio— a un caldo de pollo.

En el imaginario colectivo, nutrido por escenas de

películas y libros que recetan caldo de pollo para el

alma, ha quedado dicho que esta sopa es el arma blanca

de las madres para derretir corazones, para aliviar

resfriados y a la que recurrimos con constancia no

para aliviar el hambre sino los malos ánimos.

Esta idea es tan popular en occidente como en oriente.

Lo que tal vez varía son las recetas: unas van con fideos,

otras con vermicelli o bolas de matzá, otra con un toque

de limón o verduras como el bok choy. Pero el principio

es el mismo: el caldo de pollo es, en muchos idiomas,

sinónimo de bienestar, apapacho y satisfacción.

La ciencia, que se dedica a observar y estudiar esos

comportamientos curiosos que solemos tener los

bípedos, ha proporcionado los fundamentos de esta

creencia que opera, en primera, como un efecto

placebo. Una dosis, bien recetada, de sabiduría popular

que el cuerpo interpreta como señal de bienestar

—porque un resfriado quién es como para meterse con

los remedios caseros de las abuelas—.

Lo que dicen también algunos estudios es que el

caldo de pollo —y muchas sopas, de hecho— es un alivio

para el cuerpo deshidratado a causa de los síntomas del

resfriado común y otros malestares —yo recurro a él a

menudo para traer a mi cuerpo a tierra después de un

largo viaje—. Los ingredientes que componen a un caldo

de pollo —digamos los más básicos, como cebollas y

ajos— también juegan un rol en su manifestación de

tónico restaurativo. En su conjunto, son ricos en

fitonutrientes, que tienen un rol en un sistema

inmunológico sano.

Cuando era niña me aterrorizaba un poco la imagen

de una olla de caldo con las patitas de pollo con piel. Y

la sensación solo crecía cuando alguna —en ese juego

eterno de ruleta rusa que es la vida— aterrizaba en mi

plato, junto con la condición

—bajo la que crecimos

muchos niños en los años

tardíos de la década de los

80— de acabar con todo

para poder levantarme de

la mesa. Y ni hablar, el

sacrificio se hacía.

Casi como un oxímoron,

encontraba en aquel

entonces —y, que les digo,

hasta la fecha— más apetito

en las vísceras, podía comer

higaditos y estar en paz con

la textura chiclosa de los

corazones. En mi cabeza,

comer caldo con

menudencias era un acto de

madurez y de niña grande, el

pase ritual para sentarse en

la mesa de los adultos.

Además del casero

—acompañado siempre con

tortillas y aguacate— soy poseedora de una lista

En mi cabeza,

comer caldo con

menudencias

era un acto

de madurez y de

niña grande, el

pase ritual para

sentarse en

la mesa de

los adultos.

sustancial de caldos de pollo memorables, pero hay dos,

en particular, que rondan mi cabeza con más

persistencia. Uno es el caldo del Merendero Biarritz, un

MAYO 2020 25


negocio en la colonia Doctores que abrió sus puertas en

1956. Una joya del barrio que recuerdo por sus platos

copiosos y las mesas blancas en las que alguna vez tuve

una cita con un amor del pasado, aunque ya no sé

si el corazón del hombre era mejor que el del

pollo desmenuzado.

El segundo es más reciente. Un serendipity. El plato

de un restaurante griego que se cruzó en mi camino en

medio de un aguacero —inserten aquí la escena de

mujer sin paraguas en el verano de la Ciudad de México,

un clásico—. El restaurante era Mythos y el caldo un

avgolemono: una sopa con pollo desmenuzado, huevo y

limón, una receta que, de acuerdo a los historiadores, es

una herencia del siglo ii a. C., no de los griegos, sino

de los judíos sefardíes.

No apreciaba la historia en el momento de

conocernos, sino los delgados hilos de huevo en mi

plato y el punto perfecto de acidez. Una, dos, tres

cucharadas y estaba de vuelta en el cliché: la sopa

de pollo es para el alma.

AVGOLEMONO

TIEMPO TOTAL: 30 min. PORCIONES: 4

4 tazas de caldo de pollo

Sal

Pimienta

2 tazas de arroz cocido, caliente

2 yemas de huevo

¼ de taza, más dos cucharadas de jugo de limón

1 pollo de rosticería desmenuzado y sin huesos

¼ de taza de eneldo fresco, picado

En una olla grande a fuego lento vierte el caldo de pollo y

sazona con sal y pimienta al gusto. Transfiere 1 taza del caldo

caliente a una licuadora. Agrega 1 /2 taza de arroz, las yemas

de huevo y el jugo de limón y licúa hasta tener puré suave.

Revuelve el puré en el caldo hirviendo junto con el pollo y las 1

1

/2 tazas de arroz restantes y cocina a fuego lento hasta que

espese un poco, por 10 minutos.

26

MAYO 2020


¡BOLETOS YA

A LA VENTA!

7 y 8 de noviembre

Centro Ecuestre Sedena. CDMX


EL SECRETO

DE LA

PANADERÍA

ADVERTORIAL


Guy Santoro

César Prado

E

Las levaduras aromáticas de

Florapan le otorgan atributos

únicos a las creaciones

de un panadero.

n estas últimas décadas los

panaderos han acentuado el refinamiento

de los productos que

salen de sus hornos a partir de cada

componente: costra, miga y aromas

exhiben el carácter especial que les

dan los procedimientos concebidos

para cada caso. Los consumidores son

los guardianes de estas mejoras, pues

cada día son más exigentes y vigilantes.

Valoran la novedad, la variedad, la

naturalidad y el sabor. La búsqueda

de calidad y precios competitivos es

constante.

Las levaduras aromáticas Florapan

son las herramientas imprescindibles

para hacer frente a estos desafíos,

que forman parte de la labor cotidiana

de los panaderos. Su objetivo es

obtener panes con atributos únicos.

Para lograrlo Florapan utiliza cepas

de levaduras con diferentes orígenes,

incluidas aquellas que provienen de

la elaboración del vino y la cerveza y

que, por tanto, proveen cualidades

organolépticas originadas en estas

bebidas.

Una vez seleccionadas por sus

características sensoriales, estas levaduras

pasan por el proceso que las

convertirá en levaduras secas activas.

El maestro panadero las somete

a una fase de pre fermentación o de

fermentación prolongada, con el fin

de potenciar los aromas del pan a la

salida de los hornos.

Las levaduras aromáticas Florapan

suelen fermentar más lentamente

que las levaduras convencionales

de panificación y agregan así más

complejidad en los sabores. También

esa complejidad se acentúa al combinarlas

con cultivos de las demás

bacterias y levaduras del catálogo

de Florapan.

Para más información

VISITA ESTE LINK


UNA HISTORIA HECHA EN CASA

¿CÓMO ES POSIBLE QUE SIN IMPORTAR LA ÉPOCA O EL LUGAR DONDE PROVENGA, LA COCINA

DE MAMÁ SIEMPRE NOS HACE SENTIR BIEN? NO IMPORTA SI ES UN GUISO DE 48 HORAS DE

COCCIÓN O UNA SOPA DE LATA ‘CON SU PROPIO TOQUE’, LO QUE LAS MAMÁS LLEVAN

A LA MESA ALIMENTA MÁS QUE NUESTRO ESTÓMAGO.


CONSTRUIMOS UNA LÍNEA DEL TIEMPO,

ENTRE 1920 A 2020. CIEN AÑOS QUE

CUENTAN CÓMO HA CAMBIADO LA

COCINA CASERA (UN REFLEJO DEL

ESPÍRITU DE CADA ÉPOCA Y DE CAMBIOS

SOCIALES, POLÍTICOS Y CULTURALES).

CIEN AÑOS DE COSTUMBRES QUE

CAMBIAN, AUNQUE VOLVAMOS SIEMPRE

A BUSCAR EN CASA, EN LA ‘COCINA DE

MAMÁ’, LA COMIDA DE CONFORT.

1920

-

1940

DEL HUERTO

A LA MESA

¿QUÉ ESTABA SUCEDIENDO?

Las frutas, verduras y animales de granja no modificados

eran parte de la dieta de 1920. Aunque la revolución

industrial trajo a la mesa alimentos enlatados y

empaquetados que entonces empezaban a asomarse en

los anaqueles de los recién nacidos supermercados.

Los frutos más palpables fueron productos creados

para el consumo a nivel masivo y de precios bajos como

el Wonder Bread (1921), el Kool Aid (1927), la popularización

de los cereales Kellogs (1922) y la Coca Cola (1915).

Todos estos productos, que eran sinónimo de

modernidad, eran accesibles para la mujeres norteamericanas

de la época. Pero en México la situación era

distinta, estaba enmarcada por el fase final de la

Revolución Mexicana —y la presencia de conflictos

armados y políticos–, así que los panes rebanados y

refrigerios fríos no llegaban con facilidad a nuestro país.

Para el mexicano promedio, la alimentación era una

cuestión anclada a la supervivencia. El menú se

planeaba con lo que había al día.

DE VIVA VOZ

Concepción Ríos vivía en Reynosa,

Tamaulipas, en 1930. Ella estaba a

cargo de toda su familia que, como

muchas otras, tenía recursos económicos

muy limitados. Ella cocinaba en

estufa de leña lo que había en el

mercado: un poco de carne y tortillas

de harina; le echaba más agua a los

frijoles para que rindieran. A pesar de

estar muy cerca de Estados Unidos, y

sus verduras o frutas sólo aparecían

como regalo por parte de los familiares

que vivían en La Huasteca.“De

chiquilla me cruzaba el Río Bravo

nadando y me robaba las sandías de

los huertos americanos, eran muy

grandes y frescas,” relata Rosa Martha,

su hija. Con esa fruta y la que les

regalaban hacían conservas de

durazno, manzana y ciruela. Además,

Concepción hacía carne seca, chorizo

y panes de sal. Todos los animales se

aprovechaban y absolutamente nada

se podía desperdiciar.

Ya para los años 40, Guadalupe —el

hermano de Concepción— inspirado en

los primeros refrigeradores que llegaban

a México, ponía una caja de madera con

lámina y un bloque de hielo para

conservar los básicos: leche y carne.

Los que tenían los recursos viajaban a

McAllen a comprar pan rebanado, Coca

Cola y jamón Virginia. Pero para la

población general la milpa y la

ganadería eran el sustento de su

alimentación. Las clases sociales

estaban muy marcadas. En el libro

Historia Gastronómica de la Ciudad de

México, Salvador Novo cuenta que, en

1940, a pesar de que se mantenía el

consumo de huertas y chinampas para

la comida de diario, los cafés y centros

de diversión ya servían otro tipo de

platillos y bebidas alcohólicas.

Mientras tanto, en el Reynosa de la

década de los 40, ‘El Market’ era una

tienda de abarrotes, donde las mujeres

conseguían frutas, verduras y algunos

empaquetados.

Concepción, como muchas mamás

de la época, cocinaba lo que estaba

disponible con productos frescos y

orgánicos. Si acaso se colaba una Coca

Cola en la mezcla. El fin era alimentar

a las familias con guisos ricos y que

rindieran para todos.


1941

-

1960

A COMER EN CASA

¿QUÉ ESTABA SUCEDIENDO?

Estaba terminando la Segunda Guerra

Mundial. A principios de los 40 lo que

había en casa eran enlatados y mucha

incertidumbre. La recesión económica

a nivel global era brutal, muchas rutas

de transporte estaban fracturadas y

obtener ingredientes en el supermercado

era cosa complicada —independientemente

de la clase social o el

poder adquisitivo—. En esta poca

disponibilidad se tradujo en gestos

creativos que trajeron a la mesa

platillos innovadores como las

ensaladas en gelatina o preparaciones

sustanciosas con salsas cremosas.

Aunque la abundancia se recuperó

con el tiempo, la intención de nutrir a

los hijos y no desperdiciar la comida

prevaleció en el espíritu de las amas de

casa. Y así, conforme se acercaban los

años 50, reinó la era de las comidas

familiares, donde mandatos como: “no

me importa si no te gusta, te lo

comes”, o “no te paras de la mesa hasta

que te termines tu plato”, se escuchaban

con frecuencia. La función de la

comida casera era alimentar y nutrir.

Si a los niños no les apetecía un

higadito de pollo en la sopa, a las

mamás les tenía sin cuidado.

DE VIVA VOZ

Este fue el momento de los estofados,

las cacerolas y guisados, de las salsas

pesadas. Todo hecho en casa. Bertha

María Díaz de Vega nació en 1941 en el

puerto de Veracruz y recuerda con

claridad: “antes, ver una salsa de frasco

era impensable. Si querías hacer unos

chilaquiles, había que hacer los

totopos y la salsa. No salían de una caja

y un frasco. No estoy segura de que

antes comiéramos más sano, tal vez no

cuidábamos tanto las calorías, pero

cuando yo era niña sin duda todo

era más natural”.

Por ejemplo, un guisado era un gran obsequio de

agradecimiento, porque implicaba una cantidad

importante de tiempo y esfuerzo el confeccionarlo: “a

mi esposo —era doctor— por ejemplo, le traían a regalar

chilorio de Sinaloa, pero hecho en casa. No como ahora

que vas al súper y lo compras en bolsa de La Chata: ¿te

imaginas que alguien regalara eso?”

El manejo de lácteos implicaba un esfuerzo por parte

de quienes querían consumirlos. Esto iba mucho más

allá de tomar un empaque del refrigerador y ponerlo en

el carrito de súper: “el yogurt mucha gente lo hacía

en casa con unas pastillas de cuajo que comprabas en la

droguería y luego lo colabas en una manta de cielo. La

leche bronca te la vendían en botellas de un litro,

directito del rancho. Tenías que hervirla y salía muy

buena nata. Hacías panqués, mantecadas, galletas”.

En la era de lo hecho en casa, el rol de la mujer estaba

muy apegado al espacio doméstico y la cocina era una

forma de complacer a sus cónyuges —en esa época un

hombre que guisaba para su familia era una rareza—.

Tampoco había tantos restaurantes, así que el aspecto

social de la mesa se cubría desde los hogares. La visita a

un restaurante era reservada para ocasiones especiales.

1961

-

1980

PROCESOS

MÁS SIMPLES

¿QUÉ ESTABA SUCEDIENDO?

Apertura, revolución y cambio fueron las notas que

marcaron el ritmo de México entre 1961 y 1980. En el

mundo, los 60 marcaron la revolución de la juventud y

el inicio del feminismo, movimiento cuya cadencia

traería cambios importantes en los hogares mexicanos

durante los 70, cuando las mujeres comenzaron a

integrarse a universidades y sitios laborales.

La nouvelle cuisine, de Paul Bocuse, afianzaba a la

gastronomía francesa en las mesas del mundo y figuras

femeninas como Jackie Kennedy —con su elección del

francés René Verdon como chef oficial de la Casa

Blanca— y Julia Child con sus crepes Suzette y salsa

madre, elevaron esta concepción.

La economía florecía y con ella el consumo de carne,

aunque en México venían acompañadas de los clásicos

frijoles de la olla y arroz; los vegetales no eran tomados

en cuenta. Las mamás preparaban comida sustanciosa,

casi siempre, al gusto de su marido.


ALACENAS DE

DISTINTAS LATITUDES

CDMX

Mónica Uriarte, 54 años.

Siempre en la alacena:

Lo que nunca falta en la alacena

es pasta seca, especias (pimienta,

orégano y sal con ajo) y a mí me

encantan los frutos secos como las

pepitas, ajonjolí y arándanos, para

sazonar con un puñito mis platillos.

En el carrito de súper:

Puré de jitomate para mis pastas

y picadillos.

Platillo más popular:

La cochinita pibil, es algo que le

gusta a mi familia y también mis

tortitas de carne en salsa verde.

Las devoran.

NUEVO LEÓN

Berenice, 37 años.

Siempre en la alacena:

Arroz, frijol y avena.

En el carrito de súper:

Frutas, verduras, específicamente

manzanas, papaya, espinaca, brócoli

y jitomate.

Platillo más popular:

Panqué de avena, plátano y cocoa.

LA BAJA

Mónica de la Fuente, 49 años.

Siempre en la alacena:

Tortillas de harina, yogurt y queso.

En el carrito de súper:

Fruta, frijoles, queso, huevo,

tortillas, yogurt, té, pescado.

Platillo más popular:

Burritos de frijol con queso.

DE VIVA VOZ

Rosy Andrade vivió su juventud

durante los 60 en la Ciudad de México.

Recuerda que a pesar de que Rosita, su

mamá, trabajaba en la clínica de su

padre, siempre supervisaba el menú y

decidía lo que se cocinaría en la

semana. La comida que hacían en casa

de Rosy tenía mucho que ver con lo

que su papá quisiera comer. Esto

incluía sopa aguada, a veces de

municiones o a veces coditos, un

guisado, como el cuete de res con

papas y zanahorias, todo hervido en

una olla exprés. “Las meriendas eran

muy sencillas en la mayoría de las

casas.” Rosy recuerda que las otras

familias casi siempre comían algún

pan y café con leche, aunque en su

casa eran más comunes los antojitos

mexicanos como los sopecitos y

las enchiladas.

Regina Vázquez, que tenía 26 años

en aquel entonces, recuerda que a

inicios de los 70 hacía la papilla para

sus hijos con lo que se ocurriera:

papas, espinacas, chícharo y a veces

hasta una puntita de chile verde.

Cuando crecieron, ella les cocinaba

con gusto, pero no les daba a escoger.

“Aquí no es restaurante”, sentenciaba

al que pedía algo que no estaba en

su menú.

Ella no dedicaba largas horas a

preparaciones complejas. Sus guisos se

volvieron platillos más sencillos como

picadillo, tortitas de carne o entomatadas.

De su madre, María, heredó una

máxima: la de nunca comprar salsas o

sopas de lata —a la fecha sigue sin

utilizarlas—, eso había que prepararlo

desde cero.

La comida para llevar o preparada

no era muy común, “ni mi mamá ni yo

compramos comida preparada a

nuestro hijos, todo lo preparábamos

en casa”. Los ingredientes aún se

conseguían en los mercados, “aunque

ya existían los supermercados, sólo

habían unos cuantos, estaban lejos y

en el mercado tenía marchantes”.


1981

-

2000

LA DIETA

GLOBAL

¿QUÉ ESTABA PASANDO?

Las dos décadas entre los años 80 y los

dosmiles fueron de agitación, con

movimientos que marcaron la entrada

al cambio de milenio. En los albores

de los 80 surgía un sentimiento

nacionalista en la cocina al tiempo que

se abría la primera sucursal de

McDonald’s, en la Ciudad de México

—era 1985 y el barrio era el Pedregal—.

A pesar de que quedaba la memoria,

y fotos en los diarios, de gestos

patrióticos —como el de Margarita de

Echeverría sirviendo pambacitos y

agua de jamaica en Palacio Nacional en

1977— en el aire reinaba todavía un

aroma afrancesado, aunque ya se

registraban giros —como la pasta

primavera de Le Cirque, en Nueva

York, que terminaría por convertirse

en un plato casero— que apuntaban

hacia la dieta mediterránea, y la

estacionalidad, vía Italia.

La cocina casera era una postal de

estas contradicciones: el lugar donde

cabía la olla exprés con los frijoles y las

tortillas estaban en la mesa al lado

de un refresco de cola. Donde había

espacio para el microondas —un

electrodoméstico que en México se

democratizó en estas décadas— y

recetas, de nuevo afrancesadas, que

se reservaban para los días de fiesta

—digan hola a los mousses, las cremas

y a los soufflés—. Por aquel entonces,

en 1980, Knorr lanzó una serie de

recetas en cartones con platos como la

ternera Belle Époque y la sopa de

cebolla París, que son un buen espejo

y reflejo del espíritu de época.

DE VIVA VOZ

En casa de Rossana González, nacida

en 1985, el espagueti era una receta

reservada para los días de fiesta como

la Navidad, “con mucho queso

amarillo y mantequilla”, recuerda.

Aunque en el recetario de su mamá también había

“tamales norteños, chiquitos y rellenos de carne de

puerco enchilada, sopa caldosa y huevos con frijoles

que eran básicos para el desayuno y bocoles”, añade.

En 1994, con la firma del Tratado de Libre Comercio,

la dieta de los mexicanos cambió drásticamente: “las

exportaciones de frutas y verduras mexicanas aumentaron,

mientras que cantidades cada vez mayores de los

ingredientes de los alimentos procesados fluían en

dirección contraria”, apunta una investigación del New

York Times sobre el impacto de esta relación comercial

sobre la alimentación en México —dominada por

productos como la carne, el maíz y la soya— y sobre el

incremento de los índices de obesidad.

“A mi mamá le importaba que tuviéramos comida en

la panza”, apunta González, quien aprendió el concepto

‘comida balanceada’ mucho más tarde, ya entrada en la

segunda década de los dosmiles, “me lo enseñó la

nutrióloga de mis bebés, el platito del buen comer, que

una comida tiene que tener verduras, carne y algo de

cereal”. Un principio que permearía en adelante.

2000

-

2020

ALIMENTACIÓN DE CONTRASTES

¿QUÉ ESTABA Y QUÉ ESTÁ PASANDO?

Los inicios del nuevo milenio estuvieron llenos de

contrastes, de grandes avances tecnológicos y graves

tensiones políticas. Un año estábamos hablando del

atentado a las Torres Gemelas, en Nueva York, y luego

de la primera generación del iPhone. En Estados Unidos

eligieron al primer presidente afroamericano y en

México el PRI perdió unas elecciones.

En los primeros años del 2000 hubo conflictos

provocados por el hombre aunque los problemas más

graves fueron consecuencia de desastres naturales:

temblores, huracanes, incendios y una pandemia que

nos tiene distanciados socialemente.

Los avances tecnológicos trajeron como consecuencia

acceso inmediato a la información. Y con ello apertura

ideológica y cuestionamientos. Las conversaciones

sobre el impacto de nuestras acciones en el planeta

o sobre la sobreexplotación del campo cobraron

relevancia y con ellas vinieron cambios en la alimentación.

Una época de mirar con recelo lo ultra procesado

y con buenos ojos a los alimentos orgánicos y los

superfoods. Una época incluso de crear polémicas

con carnes hechas en laboratorio.


Los contrastes persisten en la

fotografía de la década más reciente.

Las dietas keto, paleo y atkins se

disputan la cima de la popularidad.

Mientras en el otro lado de la balanza

hay malteadas híper calóricas,

cupcakes, torres de waffles y hamburguesas

XXL. Los avo toast y los acai

bowls se adueñaron de las cafeterías

hipsters y los omakases de tacos de

los restaurantes fine dining.

DE VIVA VOZ

Paloma, de 29 años, vive en la Ciudad

de México con su esposo y sus dos

hijos. Ella se preocupa por mantener el

balance en los alimentos de su familia:

siempre verdura, proteína y carbohidrato.

Pero recuerda que cuando vivía

con sus papás —a principios del

2000— las cosas eran distintas. “En

casa de mis papás era otra historia, nos

daban sopa de pasta y luego milanesa

con arroz; pero eso sí, de postre mi

mamá sacaba las barritas light.”

Conforme los dosmiles avanzaron,

la presencia de los empaques y

alimentos procesados disminuyó en

las alacenas del hogar. Su lugar lo

ocuparon los frutos secos, las nueces,

la quinoa y el aceite de coco.

Las frutas y verduras, perfectamente

brillosas e idénticas de los supermercados,

pasaron de ser atractivas a

provocar miedo en las mamás. “Yo sé

que puede ser más caro y más tardado

comprar cosas a pequeños productores

o escoger las verduras orgánicas en vez

de las del súper. Pero la verdad es que

me da pavor la cantidad de cosas que

le meten a la comida ahora. Por eso

prefiero invertir y más si se trata de

mis hijos.”

35% DEL GASTO COTIDIANO DE LOS

MEXICANOS ESTÁ DESTINADO A

ALIMENTOS Y BEBIDAS. LOS PRODUCTOS

QUE MÁS SE CONSUMEN EN EL HOGAR

SON CARNE, CEREALES Y VERDURAS.

ALACENAS DE

DISTINTAS LATITUDES

YUCATÁN

Nelli Silveira, 82 años.

Siempre en la alacena:

Frijoles, carne y fruta.

En el carrito de súper:

Verduras y mucha fruta (todos los

martes compro en el mercado).

Platillo más popular:

Chilmole, souffle de chayote

y dulce de papaya.

VERACRUZ

Margarita Rodríguez, 58 años.

Siempre en la alacena:

Aceite de oliva, especias y

chiles secos

En el carrito de súper:

Pasta para hacer mole y

queso panela.

Platillo más popular:

Pescado al cilantro.

OAXACA

Rossana, 35 años.

Siempre en la alacena:

Leche, pastas, arroz y quesillo

(muero si no hay quesillo).

En el carrito de súper:

Frijoles, carnes frías (jamón y

salchicha), huevos. Las verduras

y frutas las compro en el mercado

(tomate, cebolla, calabacitas,

mango, papaya, melón, sandía

o manzanas).

Platillo más popular:

Enfrijoladas con tasajo y burritos

de frijol con queso.


COMFORT

ATRÁS QUEDARON LOS

DÍAS DE LOS

MACARRONES CON

QUESO COMO SINÓNIMO

ÚLTIMO DE COMFORT

FOOD. LOS CHEFS DEL

RESTAURANTE MEROMA,

MERCEDES BERNAL Y

RODNEY CUSIC, PONEN EN

LA MESA LOS NUEVOS

PUNTOS SOBRE LAS ÍES Y

RECETAS —CON MÁS

COLORES, TEXTURAS Y

VEGETALES—, PARA UNA

COMIDA QUE NOS

HAGA SENTIR BIEN.

fotos JUAN PABLO TAVERA

COME FOR


FOOD,

ME


El término

comfort food —

que tomamos

prestado del inglés—

ha estado rumiando por las páginas de revistas y

diarios desde 1966. Un concepto que el Post

Beach Daily usó para describir la asociación

entre las emociones y la comida, un vínculo

considerado, en aquel entonces, como un puente

perfecto para la obesidad. Los adultos en

situaciones de estrés, explicaba el Post, recurren

“a lo que podría llamarse comfort food, la

comida asociada con la seguridad de la infancia”.

En menos de una década, el término ingresó

al diccionario de Oxford y a la curiosidad

científica, dispuesta a explicar con más

precisión por qué la comida —no

necesariamente calórica— nos hace sentir bien

o, en el otro extremo, cuestionar y descartar

por completo la validez del término.

Abundan estudios al respecto.

Shira Gabriel, profesora asociada de

psicología en la Universidad de Buffalo,

publicó en Appetite un estudio que asocia el

término comfort con nuestra capacidad de

formar vínculos sociales —sólidos, duraderos,

que generen sentido de pertenencia— más

que con las calorías de un plato. “Si eres un

niño pequeño y tus cuidadores primarios te

dan ciertos alimentos, estos alimentos

comienzan a asociarse con la sensación de

ser atendidos. Y luego, cuando creces, los

alimentos en sí son suficientes para revivir

esa sensación de pertenencia”, explica.

Cuando hicimos este artículo, planteamos esta

relación entre comida y bienestar a los chefs del

restaurante Meroma, Mercedes Bernal y Rodney

Cusic, una pareja joven y emprendedora que,

como muchos restauranteros en el mundo,

hacen frente a una crisis que dejó vacías las

mesas de sus locales.

Mercedes y Rodney son además una pareja

sentimental y binacional —ella mexicana, él

estadounidense—, un factor que distingue las

referencias de cada uno para definir los platos

y las recetas que entran en el cajón del comfort

food, de lo que les genera alivio, consuelo o

refuerza su sentido de pertenencia. Para ella

“no tienen que ser [recetas] muy llenadoras, ni

carbohidratos, ni lácteos, sino lo que te hace

sentir bien o te sientes cómodo comiendo”,

como cosas picantes o platos de cocina

libanesa, en su caso.

Para Rodney, el concepto oscila entre esos

platos “que comía de chiquitito” —inserten aquí

la pasta con queso o el meatloaf— y las que lo

arropan en su vida adulta, platos “con mucha

acidez, soya, comida asiática como el ramen”,

esa sopa que se ha colado por las fronteras para

convertirse en una suerte de caldo de pollo

para el alma de la generación millenial, nutrida

también por referencias de la cultura pop y la

eficiencia de los sistemas de entrega de comida

a domicilio o para llevar.

Mercedes y Rodney hicieron un menú con

recetas “fáciles, que puedes hacer en 10

minutos”, dice él, “cosas que aunque sean

pesadas o estén fritas, se sienten ligeras porque

se acompañan con mucha verdura, hierbas,

cítricos y encurtidos”, agrega ella. Son recetas

que son también fáciles de compartir, para

reforzar ese sentido de pertenencia anclado a la

mesa y recetas para construir buenos recuerdos

alrededor de ella. - MARIANA CAMACHO

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Receta página 44.

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ENSALADA DE HINOJO CON

VINAGRETA DE ANCHOA

Y PARMESANO

Tiempo activo: 5 min. Tiempo total: 15 min

Porciones: 2

1 lata chica de anchoas

1 limón amarillo grande, el jugo

100 g de queso parmesano, 3 cucharadas

y un poco más para servir

Pimienta negra

Sal de mar

1 pieza de bulbo de hinojo

1 pieza de apio con hojas, solo el centro

(1 taza aprox)

1 taza de lechugas amargas limpias

como: frisée, endivia o radicchio.

½ taza de aceite de oliva extra virgen

½ taza de aceite neutro (de semilla

de girasol o pepita de uva)

Migas de pan tostado, para servir

Alcaparras, picadas (opcional)

1. Prepara la vinagreta. En un mortero o un

tazón hondo y cerrado, agrega 3 filetes de

anchoa y machaca muy bien. Agrega el jugo

de limón y mezcla hasta formar una consistencia

pastosa. Agrega 3 cucharadas de

queso parmesano rallado muy fino, una

cucharadita de pimienta negra y una pizca

de sal. Mezcla muy bien para que los ingredientes

se incorporen.

2. En un recipiente mezcla las dos medias

tazas de los diferentes tipos de aceite.

Agrega, en hilo, poco a poco, a la mezcla de

anchoa y sigue mezclando con un globo o con

el pistilo del mortero. La idea es hacer una

emulsión con el aceite para que la vinagreta

quede cremosa. Prueba el resultado y

agrega sal si es necesario.

3. Prepara la ensalada. Corta el hinojo en

cuatro partes sin dejar que las capas se

suelten. Con una mandolina rebana el hinojo

en ‘plumas’ de 1 cm aproximadamente, de

grosor. Cuando esté rebanado pásalo a un

tazón con agua muy fría (o con hielo) y

déjalo remojar mientras cortas el resto de

los ingredientes.

4. Corta todas las hojas del apio (entre más

amarillas, mejor: son más ricas y más

suaves). Pásalas al tazón de agua con el

hinojo y, aparte, sobre una tabla para picar,

corta los tallos del apio muy fino, en forma de

arcos. Si lo prefieres, usa la mandolina para

hacer los cortes. Agrega los trozos de apio

al tazón de agua fría.

5. Limpia las lechugas amargas y córtalas del

tamaño del hinojo. Pásalas al tazón de agua

fría y deja que todo se remoje durante 5

minutos. Retira el agua y el hielo. Seca todo

en un centrifugador de lechuga o sobre

servilletas de tela. Los ingredientes deben

quedar muy secos para que el exceso de

agua no disuelva la vinagreta.

6. Justo antes de servir, coloca toda la

verdura en un tazón, agrega dos cucharadas

de vinagreta y mezcla bien. Prueba y rectifica

la cantidad de sal y pimienta si es necesario.

En un plato extendido, pon una cucharadita

de vinagreta y encima un puño de la ensalada,

trata de hacer volumen para que no esté

plana. Agrega migas de pan tostado y un

poco de queso parmesano. Añade encima un

puño de ensalada para crear más volumen y

un poco más de migas y parmesano. Agrega

las alcaparras y sirve de inmediato.

RIGATONI AMATRICIANA

Tiempo activo: 10 min. Tiempo total: 15

min. Porciones: 2

1 cucharada de aceite de oliva

extra virgen

170 g de guanciale, cortado en tiras

de 3 cm por 5 cm*

½ cebolla morada cortada en plumas

de 3 cm aprox.

1 pizca de chile seco

1

/4 taza (60 ml) de vino blanco seco

1 lata (794 g) de tomates enteros

pelados, triturados a mano

Sal de mar

Pimienta negra recién molida

450 g de rigatoni

30 g de queso pecorino romano rallado,

y un poco más para servir

1. En una sartén grande, calienta el aceite

de oliva a fuego medio-alto. Agrega el guanciale

y cocina, revolviendo, hasta que las

tiras estén ligeramente doradas, aproximadamente

5 minutos. Retira el guanciale y

en el mismo aceite agrega el chile seco y la

cebolla. Cocina por unos dos minutos a

fuego bajo. Agrega el vino y cocínalo

raspando los pedazos dorados en el fondo

de la sartén, hasta que se evapore, aproximadamente

3 minutos. Agrega los tomates

y cocina a fuego lento. Condimenta con

sal y pimienta.

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2. Mientras tanto, hierve la pasta en agua con

sal hasta que esté casi al dente, aproximadamente

1 minuto menos que lo que indican las

instrucciones en el paquete. Usando pinzas,

transfiere la pasta a la salsa, junto con 1 /4 taza

del agua en la que se cocinó la pasta. Cocina a

fuego alto revolviendo rápidamente, hasta

que la pasta esté al dente y la salsa se haya

espesado y comience a cubrir el rigatoni.

Retira del fuego, agrega el queso y revuelve

rápidamente para incorporar. Sazona al gusto

con más sal y pimienta. Sirve de inmediato

y agregar más queso en la mesa.

* De venta en Cornershop o City Market.

COLIFLOR ROSTIZADA CON SALSA

MACHA Y JOCOQUE

Tiempo activo: 10 min. Tiempo total: 20 min

Porciones: 3

4 cucharadas de jocoque

½ taza se aceite de oliva, 1 cucharadita

para el jocoque y el resto para

la coliflor

2 limones verdes, el jugo

1 cabeza de coliflor pequeña

2 cucharadas de aceite neutro (de

semilla de girasol o pepita de uva)

3 dientes de ajo, sin pelar

2 ramitas de romero fresco

3 cucharadas de salsa macha

Sal

Pimienta

1 puño de cilantro (puedes usar perejil

o albahaca o una combinación de

los tres)

1. Prepara el jocoque. En un tazón bate y

sazona el jocoque con una cucharadita de

aceite, unas gotas de limón y una pizca

de sal y pimienta. Reserva.

2. Precalienta el horno a 200 o C.

3. Rostiza la coliflor. Corta la coliflor en gajos

(si es pequeña, córtala en seis partes).

Procura no desprender los gajos del centro

para que no se deshagan en la sartén.

Sazona por ambos lados con sal y pimienta.

4. Calienta una sartén, con mango de metal,

a fuego medio alto y agrega el aceite neutro y

los dientes de ajo. Agrega la coliflor y sella

muy bien por ambos lados. Rostiza a fuego

medio. No dejes que el aceite se queme, si se

calienta demasiado apágalo un minuto y

agrega un poquito de aceite frío.

5. Cuando los gajos de coliflor estén dorados

por ambos lados, agrega la salsa macha.

Cubre por completo con la salsa, puedes usar

una brocha para pintarlas bien. Transfiere al

horno. Si no tienes una sartén con mango de

metal, transfiere todo a un recipiente para

hornear. Hornea por 8 minutos. Usa un cuchillo

pequeño para revisar que el centro tenga

resistencia pero esté suave. Retira las coliflores

del horno y deja enfriar por unos minutos.

6. Para servir, coloca dos cucharadas de

jocoque sobre un plato trinche y distribúyelo

para formar una base. Agrega 3 piezas de

coliflor y un poco del aceite sobrante en la

sartén. Rocía ¼ de jugo de limón y un poco

de ralladura. Termina con hojas de cilantro.

SCHNITZEL DE CERDO Y ENSALADA

DE MOSTAZA

Tiempo activo: 15 min. Tiempo total: 45 min

Porciones: 2

2 chuletas de cerdo aplanadas (a 1 cm

de grosor)

1 litro de agua fría

2 cucharadas de sal

1 taza de panko

½ taza de pan rallado bimbo

3 huevos batidos

½ taza harina blanca

1 taza aceite vegetal para freír

1 cucharada mostaza antigua

1 cucharada echalote picado y lavado

1 taza pepinillos picados

½ taza aceite de oliva

1 cucharada de limón amarillo, el jugo

1 cucharada de vinagre de vino blanco

1 taza de arúgula

½ taza de hojas de perejil

1. Prepara la salmuera. En un recipiente,

mezcla el agua fría y la sal hasta que se

disuelva por completo. En un contenedor pon

las chuletas y cubre con la mezcla de agua y

sal. Refrigera por 30 minutos. Cuando transcurra

el tiempo saca las chuletas de la salmuera

y seca con una servitoalla.

2. Usa tres platos trinche para repartir los

ingredientes del empanizado. En uno coloca

una mezcla de ambos panes, en otro el

huevo y la harina en el tercero. Primero baña

las chuletas con harina, procurando que

estén cubiertas por completo pero sin

exceso. Pásalas por el huevo batido y luego

por el pan. No deben quedar partes de

la carne sin cubrir. Procura no aplicar presión

sobre la carne para que el resultado

tenga una textura ligera.

3. Calienta a fuego medio alto un coludo con

aceite vegetal a 200 o C. El aceite debe cubrir

4 cm de profundidad. Si no tienes un termómetro,

calienta el aceite hasta se que formen

pequeñas ondas, echa un trocito de pan y

espera a que suba a la superficie. Sabrás que

el aceite está en su punto cuando se formen

pequeñas burbujas alrededor del pan.

4. Coloca lentamente una chuleta en el aceite

y fríe por un minuto o hasta que tenga un

tono dorado y la consistencia sea crujiente.

Voltea lentamente y fríe por un minuto más

hasta que el otro lado también esté dorado y

la temperatura interna de la chuleta sea de

60 o C. Agrega un poco de sal, retira del aceite

y deja enfriar unos minutos antes de servir.

5. Prepara la ensalada. En un tazón mezcla

todos los ingredientes y sazona con sal y

pimienta. La vinagreta debe estar cortada y

no es necesario emulsionar. En otro recipiente

mezcla la arúgula con el perejil y vierte la vinagreta

justo antes de servir con la milanesa.

PANNA COTTA DE MIEL CON

COMPOTA DE UCHUVA

Tiempo activo: 35 min. Tiempo total : 1 h

Porciones: 2

1 taza de crema para batir

¼ taza de yogurt griego

2 cucharadas de miel de abeja

1 cucharada de azúcar blanca

1 paquete de grenetina en polvo (7 g

aprox.) disuelta en un taza de agua fría.

2 tazones para moldear

2 tazas de uchuva (puedes reemplazar

por moras azules, zarzamoras

o frambuesas)

¼ taza de azúcar

¼ taza de miel

1 pizca de sal

2 cucharadas de vinagre balsámico

(entre más añejo mejor)

1. Prepara la panna cotta. En una olla

mediana mezcla a fuego lento el yogurt, la

miel, el azúcar y la crema. Deja que la mezcla

hierva por un minuto y agrega la grenetina

hidratada y revuelve hasta incorporar,

puedes utilizar una batidora de mano

para este paso.

2. Retira la mezcla del fuego y pásala por una

coladera fina en los moldes para servir la

panna cotta. Refrigera por lo menos cuatro

horas o, de preferencia, la noche anterior.

3. Prepara la compota. En un coludo chico a

fuego lento hierve la fruta, el azúcar, la miel y

una pizca de sal hasta obtener una consistencia

parecida a la mermelada, aproximadamente

20 minutos. Retira del fuego y deja

reposar durante 15 minutos. Agrega el aceite

balsámico y guarda en el refrigerador.

4. Para servir, vierte un poco de la compota

sobre la panna cota.

Prepara con antelación. Puedes adelantar

el paso de la compota y tenerla refrigerada

al menos dos días antes.

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arriba: Los primos Josh Russ Tupper (izquierda) y Niki Russ

Federman de Russ & Daughters en la ciudad de Nueva York

abajo, desde la izquierda: Los hermanos Bricia, Fernando

Jr. y Paulina Lopez de Guelaguetza en Los Ángeles

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COMIDAS

FAMILIARES

arriba: Los hermanos Van (izquierda) y Vanvisa Nolintha

de Bida Manda en Raleigh, Carolina del Norte

p o r NINA FRIEND

f oto THE INGALLS

Para las familias que poseen y

operan restaurantes, el enfoque

está siempre en nutrir a los

demás. Así es como tres de estas

familias se nutren entre ellos

y ponen alegría a las comidas

diarias en casa.

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LAS REALIDADES DE

DIRIGIR UN RESTAURANTE

DIFUMINABAN LAS

LÍNEAS ENTRE EL

TRABAJO Y LA VIDA

FUERA DEL TRABAJO.

PADRES que querían una mejor vida para sus hijos y de familias

que se mudaron al otro lado del mundo buscando una

oportunidad. En Estados Unidos, estas familias se ganaron

la vida cocinando para otros. Para los Russ de Polonia, eso

se traducía en bagels y salmón encurtido. Para los López de

México, en tlayudas y tamales. Para los Nolintha de Laos, en

ensalada de papayas y congee. Aunque sus negocios –Russ

& Daughters en Nueva York, Guelaguetza en Los Ángeles y

Vida Manda en Raleigh, Carolina del Norte– estaban ligados

a la necesidad financiera, eran importantes también de otra

manera: para que cada familia llevara el sabor de casa a su

hogar adoptivo.

Conforme las familias iban ganando reconocimiento

por su comida y sus negocios se expandían, la demanda de

su tiempo crecía. Las realidades de dirigir un restaurante

difuminaban las líneas entre el trabajo y la vida fuera del

trabajo. Hoy, cada familia se enfrenta a la negociación entre

trabajo y casa de una forma distinta, pero se aseguran de

pasar tiempo juntos lejos del restaurante, cocinando y

comiendo los alimentos que más les gustan.

Para los actuales propietarios de Russ & Daughters, los

primos Niki Russ Federman y Josh Russ Tupper, las fiestas y

las reuniones familiares son la oportunidad para alejarse del

trabajo. Niki y Josh son la cuarta generación de propietarios

de Russ & Daughters. En 1907, Joel Russ emigró a los Estados

Unidos y vendió arenque schmaltz a los judíos en el Lower

East Side. Hizo suficiente dinero para comprar una carretilla,

después un caballo y una carreta, después una tienda. En

1920, Joel cambió su tienda a Houston Street y más tarde le

cambió el nombre por sus hijas, Hattie, Ida y Anne. Las hijas

se encargaron de la tienda hasta que el hijo de Anne, Mark,

quedó a cargo. Niki, la hija de Mark y Josh, el sobrino de

Mark, lo sucedieron en 2009.

Los primos han expandido el negocio familiar a tres otras

locaciones en Nueva York, y han aprendido que la clave del

éxito es respetar el tiempo libre del otro. “Si es el día libre de

Josh, me encargo yo”, asegura Niki. “Y viceversa”.

Para los hermanos López, de Guelaguetza, en Los Ángeles,

la disposición de separar casa y trabajo ha crecido conforme

se han acomodado en la dirección del restaurante.

Su padre, Fernando, llegó a Los Ángeles con visa

de turista en 1993. Iba de puerta en puerta vendiendo

productos oaxaqueños que no estaban disponibles

en Estados Unidos, como pasta de mole.

Un año después, Fernando abrió Guelaguetza

en Koreatown, y el resto de la familia emigró al

país. El negocio se mantuvo estable hasta la crisis

financiera de 2008, cuando Fernando y su esposa,

María, perdieron su casa, sus coches y sus otros

restaurantes. Iban a vender Guelaguetza cuando

sus tres hijos mayores, Bricia, Fernando hijo y

Paulina, pidieron comprárselos. Como los hermanos

no tenían el dinero en ese momento, pagaron

con un pagaré a cinco años.

“Me acuerdo que, cuando acabábamos de tomar

el negocio, pasaron tres días en los que no se paró

ni un cliente”, cuenta Fernando hijo. Eso cambió

con el tiempo, en parte gracias a una reseña de

Jonathan Gold en 2010, donde llamó a Guelaguetza

uno de los mejores restaurantes oaxaqueños

de Estados Unidos. Una base constante de clientes trajo

oportunidades de crecimiento, como la publicación de un

libro y el inicio de un negocio de venta directa de mole marca

Guelaguetza y mix para micheladas. Y con la expansión

vino un deseo más urgente de pasar tiempo juntos, no como

socios, sino como familia.

“Podíamos tener algún desencuentro en el trabajo y más

tarde ir a cenar juntos”, relata Paulina. “Intentamos alejarnos

del trabajo para conectar y simplemente ser nosotros”. Ya sea

que esto signifique comer juntos en alguna casa o viajar en

grupo, la comida siempre está involucrada. “Estar juntos alrededor

de los alimentos nos es natural”, dice Fernando hijo:

“La comida es nuestro lenguaje de amor”.

Los hermanos Van y Vanvisa Nolintha, dueños de Bida

Manda en Raleigh, no sólo trabajan juntos, también viven

juntos. La casa que comparten es el primer lugar al que han

llamado hogar desde que se mudaron de Laos de niños. Sus

padres los mandaron a Greensboro, Carolina del Norte. A Van

en 1998, cuando tenía 12 años. Vanvisa, dos años menor, en

1999. Los hermanos fueron recibidos por la misma familia

anfitriona. Compartían un cuarto y llenaban su refrigerador

con ingredientes que extrañaban de su país: salsa de pescado

y chiles tailandeses.

Después de casi dos décadas viviendo lejos de su familia,

los hermanos viajaron de vuelta a Laos. Fue entonces que

decidieron abrir un restaurante en honor a sus padres. Lo

llamaron Bida Manda, que significa ‘padre madre’, en sánscrito

ceremonial.

Sus horarios en el restaurante son opuestos, así que pocas

veces se sientan a cenar juntos. En cambio, uno cocina y deja

un poco de lo que preparó en la estufa, como una forma de

cuidar del otro. “Van me cuidó desde el primer día aquí”,

cuenta Vanvisa, “ahora siento que puedo devolverle el

favor cocinando para él”.

A continuación, las tres familias comparten recetas que

hablan de sus culturas y su cocina, cada plato es una representación

de lo que cada familia ama comer cuando pasan

tiempo juntos lejos del restaurante: una celebración de

su hogar.

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Josh Russ Tupper y su esposa,

Denise Porcaro (centro), la

anfitriona Niki Russ Federman y

su esposo, Christopher Meehan,

durante un brunch de bagels en

su departamento en Queens,

Nueva York

FLORES DE: DENISE PORCARO, FLOWER GIRL.

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El huevo en centro de bagel (receta

en pág. 56) va muy bien con los

cocteles shrub de betabel (p.57).

DERECHA, DESDE LA IZQUIERDA:

Christopher Meehan, Niki Russ

Federman, Denise Porcaro y Josh

Russ Tupper.

LA FAMILIA RUSS

RUSS & DAUGHTERS

Nueva York

SON LAS TRES DE LA TARDE y a Niki Russ Federman se le

olvidó comer el lunch. Come un bocado de latke y toma

un trago de limonada. Mientras come algunos bagel chips

con queso que su primo y socio, Josh Russ Tupper, trajo de

Holanda, Niki platica: “Esa es la ironía de trabajar en restuarantes:

estás rodeado de comida todo el tiempo, pero se

te olvida sentarte a comer”.

Niki se llama a sí misma una ‘niña de tienda’. Aunque

no comía salmón ahumado y caviar en cada comida,

creció ayudando a sus papás en Russ & Daughters. Sin

embargo para Josh, quien creció en un áshram al norte del

estado de Nueva York y no estuvo tan expuesto a la tienda,

los arenques encurtidos y el Gaspé Nova eran comida para

ocasiones especiales. Cuando era niño, a Josh le emocionaban

tanto las reuniones familiares que armaba su bagel

con todos los tipos de pescado y con cada sabor de queso

crema posibles.

Ahora Niki y Josh usan el tiempo libre de las fiestas para

soñar con nuevos platillos, como pan francés de babka o

huevo en centro de bagel, que implica freír un huevo en

medio de medio bagel a la plancha. Se ha vuelto tan popular

en su familia que Niki y Josh consideran agregarlo a su

menú en Russ & Daughters Cafe (ver receta en pág. 56).

Niki y Josh cuidan de Russ & Daughters como si se tratara

de un miembro de su familia. “Te sacrificas por él”,

dice Nikki, “quieres asegurar su futuro”. También consideran

familia a la comunidad que rodea a Russ & Daughters

y entienden el significado de su tienda. “Russ & Daughters

se vuelve su casa”, comenta Niki, “cuando este bebé nació,

cuando esta persona se casó. La comida es el vehículo de

su recuerdo”.

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La colección de mezcales de

Fernando López hijo, que ha

traído de sus viajes a Oaxaca.

abajo, desde la izquierda:

Fernando hijo, Bricia y Paulina

López, con su perro Xoco.

LA FAMILIA LÓPEZ

GUELAGUETZA

Los Ángeles

HAY UN PLATO QUE LLEVA a los tres hermanos López de

vuelta a su infancia en Oaxaca: las enfrijoladas. Esta simple

enchilada de frijol negro hecha con chile de árbol, hojas

de aguacate, epazote y queso fresco “grita Oaxaca”, dice Paulina.

“Nunca he comido enfrijoladas en ningún otro lado.

Ese sabor a frijoles es parte de quien soy”. (A la derecha, ver

receta en pág. 57.)

Paulina hace enfrijoladas todo el tiempo, y a sus tres

hijas les encantan. No importa qué tan ocupada esté en

Guelaguetza, Paulina siempre regresa a casa para cenar

con su familia. “A veces no cocino yo”, dice, “pero al

menos nos sentamos juntos y platicamos de nuestro día”.

Para Bricia, cocinar en casa tiene que ser relajante.

“Cuando cocino fuera de casa, aunque me encanta, siempre

es trabajo”, confiesa. “Pero cuando estoy en casa, es algo

hermoso”.

A diferencia de sus hermanas mayores, Fernando hijo

no tiene hijos, pero le encanta cocinar en casa con su

esposa. Acaban de comprar una máquina de sous vide y

les encanta experimentar juntos. “Escogemos una receta

y la hacemos cinco veces seguidas para perfeccionarla”,

cuenta. “Después encontramos otra.”.

Aunque los hermanos viven separados ahora, el lazo

que formaron de niños se ha quedado con ellos. Cuando

los López se mudaron a Los Ángeles, ambos padres y sus

cuatro hijos dormían en una sola habitación. “Mi hermano

siempre dice que nos obligaron a estar juntos”, cuenta

Bricia. “Ahora, como adultos, con un negocio juntos, nos

damos cuenta que no hay nada más allá de la familia.”

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página anterior los coloridos

ingredientes del Khao Soi (receta

pág. 56), el plato más solicitado

de los hermanos Nolintha. a la

derecha Vancisa

y Van como anfitriones de

una fiesta.

“Amo pensar que hay ciertos

platos que no se preparan en

porciones pequeñas”, dice Van

“y nunca haces khao soi para

dos”. Ellos lo comparten con

colegas y amigos.

LA FAMILIA

NOLINTHA

BIDA MANDA

Raleigh, Carolina del Norte

CUANDO LOS HERMANOS NOLINTHA abrieron Bida Manda,

no existía un modelo de cómo debería ser un restaurante

laosiano en Estados Unidos. Van y Vanvisa sintieron la responsabilidad

de asrgurarse que su versión de comida de Laos

honrara su memoria de Luang Prabang, así que se preguntaron:

¿qué comemos cuando extrañamos nuestra casa? Comen

mok pa, robalo cocido en hojas de plátano, y khao soi, una

sopa de tallarines de arroz (Receta en pág. 56).

En la comunidad campesina donde Van y Vanvisa crecieron,

la tierra se pasa tradicionalmente de una generación a

otra. Los hermanos pidieron a sus padres, Amphone y Sompheng,

que consideraran regalarles una parte de sus tierras

para que fuera el capital semilla de Bida Manda. Accedieron:

“De alguna forma, estamos cuidando su tierra”, dice Van.

“Sólo que es desde Moore Square en Raleigh, a 13,000 kilómetros

de distancia.”

Les tomó 17 años a Amphone y a Sompheng obtener la visa

para visitar a sus hijos en Raleigh. Y aunque no estaban presentes

físicamente, siempre estuvieron en espíritu. Una fotografía

en blanco y negro de Amphone y Sompheng, tomada el

día de su boda, permanece en la pared de Bida Manda, dando

la bienvenida a quienes entran. “Es un gesto simbólico de bienvenida

a esta cocina extranjera”, señala Van, “es un momento

de humanidad”.

La primera vez que sus padres fueron a Bida Manda, lo

más natural –después de años de esperar el momento– era

sentarse a cenar juntos. “Cocinaron para nosotros, y nosotros

para ellos”, comenta Van: “Eso se convirtió en una forma

de conexión”.

MAYO 2020 57


Khao soi laosiano

TIEMPO ACTIVO: 35 MIN. TIEMPO TOTAL: 55

MIN. PORCIONES: 8

La familia Nolintha omite la leche de coco en

su versión de este cálido platillo de cerdo

enchilado sobre tallarines de arroz, en un

caldo aromático y lleno de sabor. Este khao

soi ligero se come tradicionalmente a la hora

del desayuno pero funciona también para

la cena.

5 chiles tailandeses secos

1 taza de agua caliente

3 cucharadas de aceite de canola

3 dientes de ajo medianos, machacados

450 g de cerdo molido

2 jitomates pequeños, picados

¼ taza de pasta de frijol de soya

2 cucharadas de salsa de pescado,

divididas

1 cucharada de azúcar granulado

1 cucharadita de paprika

1 manojo de cilantro fresco

8 tazas de caldo de pollo bajo en sodio

400 g de tallarines de arroz para banh pho,

sin cocer

2 tazas de calabaza italiana rallada en

listones, sin semillas (opcional)

2 tazas de col china picada (opcional)

½ taza menta fresca picada

Pimienta negra, para decorar

Gajos de limón, para servir

1. Usando guantes, desmorona los chiles tailandeses

sobre un tazón mediano resistente

al calor. Agrega 1 taza de agua caliente; deja

reposar por 15 minutos. Escurre los chiles y

tira el líquido. Procesa los chiles, el aceite y

el ajo en un procesador de alimentos pequeños

hasta que los chiles estén picados finamente,

por 30 segundos, deteniéndote a

limpiar con una espátula los lados del tazón,

si es necesario.

2. Calienta una sartén grande a fuego medio.

Agrega la mezcla de chiles; cocina,

moviendo constantemente, hasta que suelten

su aroma, por 1 minuto. Agrega el cerdo;

cocina, moviendo constantemente para desmoronar

el cerdo en pedazos pequeños,

hasta que se dore, de 6 a 8 minutos. Agrega

los jitomates, la pasta de frijol de soya, 1

cucharada de salsa de pescado, el azúcar y

la paprika. Cocina, moviendo ocasionalmente,

hasta que los jitomates se deshagan,

de 8 a 10 minutos. Reduce el fuego; cocina,

moviendo ocasionalmente, hasta que el

líquido se haya reducido y el cerdo esté

cubierto con salsa, de 8 a 10 minutos.

3. Mientras tanto, separa las hojas de los

tallos de cilantro; ata los tallos con hilo de

cocina. Pica las hojas hasta obtener ½ taza;

reserva para decorar. Mezcla el caldo de

pollo, los tallos de cilantro y la cucharada

restante de salsa de pescado en una sartén

mediana. Cubre y hierve a fuego lento. Destapa;

retira y tira los tallos de cilantro. Cubre

el caldo; manténlo caliente a fuego

medio-bajo.

4. Prepara los tallarines de arroz de acuerdo

con las instrucciones del empaque. Escúrrelos

y divídelos entre los 8 platos de servicio

(aproximadamente 2 /3 taza en cada uno). Si

así lo deseas, agrega los listones de calabaza

y la col al caldo caliente; cocina a fuego

medio-bajo hasta que estén tiernos, de 30

segundos a 1 minuto. Usando pinzas, retira

los vegetales del caldo, y divídelos entre los

platos de servicio (aproximadamente ½ taza

en cada uno). Coloca encima de cada tazón

¼ taza de carne de cerdo y 1 taza de caldo

caliente. Espolvorea cilantro y menta sobre

los tazones. Decora con pimienta negra y

sirve con gajos de limón. –VAN Y VANVISA

NOLINTHA, BIDA MANDA

PREPARA CON ANTELACIÓN. Los tallarines

pueden hacerse hasta 4 horas antes y

conservarse en agua fría. El caldo puede

hacerse hasta 4 horas antes. La mezcla de

cerdo puede cocinarse y guardarse en un

recipiente hermético hasta 3 días antes.

VINO. Un riesling australiano alimonado.

NOTA. Compra los chiles tailandeses, la

pasta de frijol de soya y los tallarines banh

pho en tu supermercado asiático local.

Huevo en centro de bagel

TIEMPO TOTAL: 10 MIN. PORCIONES: 2

El uso ideal para las bagels sobrantes. Esta

versión de toad in the hole sube de nivel con

sazonador everything spice, salmón ahumado

y cucharadas de caviar o de aguacate

rebanado. Agrega agua a la sartén para cocinar

los huevos de forma uniforme, sin quemar

las mitades de bagel, y así quedará

ligeramente tostada alrededor de una yema

perfectamente líquida.

1 bagel (con sazonador everything

spice)

2 cucharadas de mantequilla sin

sal, suavizada

2 huevos grandes

1 cucharada de agua

Sal kosher, al gusto

Pimienta negra, al gusto

60 g de salmón ahumado en frío,

para servir

Caviar o aguacate rebanado, para servir

1. Si lo requiere, ensancha los centros de las

mitades del bagel hasta 4.5 cm, usando un

cuchillo. Unta mantequilla en cada lado de

las dos mitades. Calienta una sartén de 30

cm a fuego medio. Coloca las mitades de

bagel en la sartén, con los cortes hacia

arriba. Cocina hasta que estén doradas,

de 2 a 3 minutos.

2. Da la vuelta a las mitades del bagel. Baja

el fuego; estrella los huevos y coloca cada

uno sobre cada centro del bagel. Vierte 1

cucharada de agua cerca de la orilla de la

sartén y de inmediato tápala. Cocina hasta

que las claras de huevo estén listas y las

yemas estén cocidas al gusto, de 5 a 8

minutos. Transfiere las mitades del bagel

a un plato, sazona con sal y pimienta.

Sirve con salmón ahumado y caviar

o aguacate rebanado.

–NIKI RUSS FEDERMAN Y JOSH RUSS TUPPER,

RUSS & DAUGHTERS

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MAYO 2020


Shrub de betabel y limón

TIEMPO TOTAL: 20 MIN, MÁS 2 DÍAS DE

REFRIGERACIÓN. PORCIONES: 14 COCTELES

El shrub es un vinagre endulzado y saborizado

que funciona como una refrescante

base para hacer cocteles. Empieza a prepararlo

días antes de servir; este tiempo es

necesario para que los ingredientes se

mezclen uno con otro. El jugo fresco de

betabel es clave, cómpralo en un juice bar

o hazlo en casa, pues el embotellado no

tendrá el mismo sabor o color vibrante.

Mézclalo con un poco de vodka y un poco

de agua mineral, después sirve este coctel

bajo en alcohol: es perfecto para el brunch.

shrub

5 tazas de agua, divididas

½ taza de azúcar granulara

2 cucharadas de vinagre blanco

destilado

1 taza de jugo de betabel fresco

1 taza de jugo de limón fresco

coctel

2 cucharadas de vodka (opcional)

Agua mineral fría

1 rodaja de limón, para decorar

1. Prepara el shrub: mezcla 1 taza de agua, el

azúcar y el vinagre en un tazón grande hasta

que el azúcar se disuelva. Agrega el jugo de

betabel, el jugo de limón y las 4 tazas restantes

de agua. Cubre y refrigera durante

al menos 2 días o hasta por 1 semana.

2. Haz un coctel. Combina ½ taza de

shrub de de betabel y vodka, si deseas utilizarlo,

en un vaso mezclador. Llena el vaso

con hielo y mezcla hasta que esté helado.

Cuela sobre una copa de vino. Añade un

poco de agua mineral y decora con la

rodaja de limón. – NIKI RUSS FEDERMAN

Y JOSH RUSS TUPPER, RUSS & DAUGHTERS

PREPARA CON ANTELACIÓN El shrub

puede cubrirse y guardarse en

refrigeración hasta por 1 semana.

Enfrijoladas

TIEMPO TOTAL: 2 H 10 MIN, MÁS 8 H PARA

SUMERGIR, PORCIONES: 4

Un puré cremoso y lleno de sabor empapa

las tortillas en este sustancioso plato vegetariano.

Estas instrucciones sugieren cocinar

los frijoles desde cero, porque el líquido

de cocción es necesario para lograr la textura

adecuada de la salsa. Mezcla los frijoles

restantes en sopas, o sírvelos como

guarnición de las hojas rellenas de picadillo.

Las hojas de aguacate tienen un propósito

similar al de las hojas de laurel, brindando

un sabor profundo antes de ser retiradas

antes de servir, dejando un ligero sabor a

hinojo. Si no

puedes conseguir las hojas de aguacate,

usa semillas de hinojo.

frijoles negros

450 g de frijoles negros

5 tazas de agua, y adicional para

sumergir los frijoles

1 cebolla pequeña, pelada

3 dientes de ajo medianos,

machacados

2 hojas secas de aguacate o 1 /8

cucharadita de orégano seco

1 cucharada de sal de mar fina

enfrijoladas

1 chile de árbol, desvenado y tostado

½ taza más 1 cucharada de aceite

vegetal, dividido

12 tortillas de maíz blanco

Sal de mar fina, al gusto

230 g de queso Oaxaca o mozzarella de

baja humedad, deshebrado

60 g de queso fresco, desmoronado

(aproximadamente ½ taza)

Cebolla blanca finamente rebanada

Perejil picado, para decorar

1. Haz los frijoles negros. Coloca los frijoles

en una olla grande; agrega el agua para

cubrirlos por al menos 5 cm. Sumérgelos

por al menos 8 horas o durante toda la

noche. Escúrrelos.

2. Combina los frijoles escurridos con 5

tazas de agua, la cebolla, el ajo y las hojas

de aguacate en una olla grande; hierve a

fuego medio. Cubre y reduce el fuego a

medio-bajo; cocina a fuego lento,

moviendo ocasionalmente, hasta que los

frijoles estén tiernos y cremosos, de 1 hora

y 30 minutos a 2 horas. Retira del fuego.

Retira y tira la cebolla, el ajo y las hojas

de aguacate.

3. Haz las enfrijoladas. Combina el chile, 2

tazas de frijoles cocidos, y 2 ½ tazas del

líquido de cocción de los frijoles en una

licuadora. (Reserva las 4 tazas de frijoles

restantes y el líquido restante de cocción

para otro uso.) Procesa la mezcla hasta que

esté uniforme, por 30 segundos. Reserva.

4. Calienta ½ taza de aceite en una sartén

grande a fuego medio. Fríe las tortillas, 1 a

la vez, hasta que estén suaves y flexibles,

de 10 a 20 segundos por lado; transfiere a

una charola para hornear forrada con toallas

de papel para absorber el aceite.

Retira.

5. Calienta la cucharada restante de aceite

en una sartén mediana a fuego medio.

Agrega la mezcla de frijoles; cocina,

moviendo constantemente, hasta que

hierva a fuego lento, de 4 a 5 minutos. (La

consistencia debe ser similar a la de la

crema para batir; agrega un poco de agua o

líquido de cocción adicional, ¼ de taza a la

vez, para aligerarlo). Retira del calor; sazona

con sal al gusto.

6. Coloca 1 tortilla en la mezcla de frijoles

caliente en la sartén; deja que se suavicen,

por unos 15 minutos por lado. Coloca la

tortilla con un plato de servicio, y dóblala a

la mitad. Repite el proceso con las 11 tortillas

restantes, colocando 3 tortillas por

cada uno de los 4 platos.

7. Vierte la mezcla de frijoles sobre las tortillas

(aproximadamente 1 /3 de taza en cada

uno). Espolvorea con queso Oaxaca y

queso fresco; decora con cebolla rebanada

y perejil picado. –DE OAXACA: HOME COO-

KING FROM THE HEART OF MEXICO POR BRICIA

LÓPEZ Y LA FAMILIA LÓPEZ, CON JAVIER

CABRAL, GUELAGUETZA, LOS ÁNGELES

PREPARA CON ANTELACIÓN. Los frijoles

negros pueden cocerse hasta 4 días antes;

el puré de frijoles puede hacerse hasta 2

días antes. Cubre y refrigera ambos;

aligera el puré de frijoles con un poco de

agua si hace falta. Las tortillas pueden

freírse hasta 4 horas antes.

NOTA. Las hojas de aguacate y el epazote

pueden comprarse en el mercado

o por Internet.

CERVEZA. Una lager mexicana ligera

en malta: Modelo Especial.

MAYO 2020 59


UN RELATO DE LA FRONTERA MÉXICO-ESTADOS UNIDOS

CON LA CHEF QUE LA CONOCE MEJOR: CLAUDETTE ZEPEDA

POR

JORDANA ROTHMAN

RETRATO DE

TAWNI BANNISTER

FOTO GASTRONÓMICA

GREG DUPREE


SON ALTOS Y RETORCIDOS, CALIENTES AL

TACTO, EMPACADOS EN PAPEL DE ESTRAZA

OSCURECIDO POR EL ACEITE QUE BRILLAN

CONFORME SUS CRISTALES DE AZÚCAR

ATRAPAN Y REFRACTAN LA LUZ DE LA TARDE.

LA CHEF CLAUDETTE ZEPEDA le pasa un billete al vendedor por la

ventanilla del conductor y saca un churro, liberando una pequeña

y celestial nube de canela en polvo. “Los churros de la frontera

son los mejores”, dice, “hay algo en su textura”.

Estamos en Tijuana, México, a pocos metros de la puerta

de entrada de San Ysidro, uno de los cruces fronterizos más

concurridos del mundo. Para cientos de miles de los 4.9 millones

de personas que viven en la región de San Diego-Tijuana en

ambos países, atravesar la frontera México-Estados Unidos –ya

sea por trabajo, para visitar a la familia, para hacer un mandado–

es parte del ritmo diario de la vida. Pero es julio de 2019, y la

atmósfera se siente tensa al conocerse que, después de ser

aprehendidos, al menos seis niños murieron bajo la custodia de

la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos

en los recientes 10 meses. Encrispando aún más los nervios, sólo

un día antes, un ciudadano norteamericano de 18 años había

sido liberado del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas

en Texas después de 23 días de detención injustificada. Había

perdido 13 kilos y no se había bañado en más de tres semanas.

El miedo en el aire es tangible entre los vendedores callejeros

que se entretejen en las largas filas de tráfico. Pero para Zepeda, el

cruce es también algo familiar, una realidad cotidiana de la vida

desde que tiene memoria. “En preparatoria nos íbamos de pinta

y veníamos a TJ. Era un tope, no una frontera”, cuenta la chef.

Zepeda nació en San Diego –su madre cruzó la frontera dos

semanas antes de dar a luz para asegurarse de que su hija tenga

la ciudadanía estadounidense. Días después de su nacimiento,

las dos volvieron a Tijuana, donde Zepeda pasó su infancia,

aprendiendo inglés con Plaza Sésamo y viendo repeticiones de

The French Chef, de Julia Child. La familia se mudó a San Diego

en los 90, y Zepeda aún vive ahí, pero su relación con ambas

ciudades es fluida. Hace viajes semanales a Tijuana para comprar

quesos mexicanos imposibles de enontrar en Estados Unidos,

botellitas de chamoy de jamaica para preparar vinagretas y cajas

de callo de hacha, las vieiras dulces y firmes con forma de media

luna originarias del Mar de Cortés, que se esponjan tanto en el

aguachile que pereciera que van a explotar, salpicando riachuelos

de tomatillo y limón.

La acompaño en uno de estos viajes, y nos dirigimos hacia el

sur por la interestatal 5 hasta que llegamos al Mercado Hidalgo:

el corazón de Tijuana, según Zepeda. Antes de ir de compras

paramos en Tacos Fritos, un puesto legendario de birria en

una orilla del mercado, donde vemos a un taquero sumergir

tortillas en aceite de chiles color carmesí, asarlas en una parrila

y doblarlas alrededor de carne deshebrada. Comemos tacos

de birria y sorbemos caldo mientras Zepeda me lleva por la

aventura que fue para ella entrar al mundo de la cocina. Trabajó

en San Diego, para Javier Plascencia, en Bracero, y para Gavin

Kaysen en El Bizcocho. Compitió en Top Chef México, lo que

describe como una de las experiencias más significativas de su

vida; tiene el sentimiento opuesto sobre su participación en la

temporada 15 de la versión estadounidense: “Fui la mexicana

enojada”, dice al respecto, aunque la exposición le ayudó a abrir

su propio restaurante, El Jardín, en Liberty Station, en San Diego.

(Dejó el proyecto en el verano de 2019. Se espera que su próximo

restaurante abra el próximo invierno.)

En el recuento, Zepeda aparece como una madre tierra,

intentando curar el trauma generacional. “Como mujeres,

llevamos en el vientre la carga, el dolor y el sufrimiento de

nuestros ancestros”, cuenta, hablando de su experiencia como

madre soltera de dos niños antes de cumplir 21 años, o recordando

a su abuela, que sabía sólo dos frases en inglés: “bien” y “también

te quiero”. Pero unos segundos después, cambia de velociad: “Hay

ciertos puentes que me vale madres quemar”, revela, acordándose

de un compañero de trabajo tóxico en particular, o de las veces

en que ha sido minimizada, olvidada. Uno empieza a entender

que el don de Zepeda está en habitar los dos roles: el de madre

y el de militante, el de la empatía y la fortaleza, el de protectora

y el de vengadora. Es parte de su encanto.

En el Mercado Hidalgo nos adentramos en sus 80 puestos,

pausando para probar tamarindo fresco o para comprar piñones,

queso Ramonetti y chiltepines, y

para ver cómo los vendedores

libran y pierden su infinita batalla

en contra de las abejas que se

apiñan en los conos de piloncillo.

Los churros de azúcar y

canela de Zepeda rinden

homenaje a los sabores

de Tijuana.

FOOD STYLING: CHELSEA ZIMMER; PROP STYLING: THOM DRIVER; PEINADO Y MAQUIILLAJE: ELIZABETH ROOT.

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MAYO 2020


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64

MAYO 2020


“LOS CHILAQUILES SON

UNO DE LOS PLATOS QUE

HAGO EXACTAMENTE COMO LO

HACÍAMOS CUANDO ERA NIÑA.

LOS TOTOPOS TIENEN QUE ESTAR

EXTRA CRUJIENTES.”

–CLAUDETTE ZEPEDA

Picamos un poco de las pilas cristalinas de dátiles,

piñas y mangos caramelizados y buscamos

nopales y chayotes. Lo empacamos todo en la

cajuela y nos adentramos en TJ.

Que la ensalada César haya sido creada no en

Italia sino en un restaurante de hotel en Tijuana,

en los años 20, es un dato curioso razonablemente

documentado, así que nos detuvimos en el lugar

de su creación, en Avenida Revolución, a rendirle

tributo. Se prepara a pie de mesa, con la yema, la

salsa Worcestershire y la mostaza Grey Poupon

–esto es importante, asegura Zepeda– y largas

piezas de lechuga romana. Después de comer

en el Hotel Caesars, vemos desde el coche un

bar llamado Adelita. “Adelita es el nombre de

las soldados que participaron en la Revolución

Mexicana”, me cuenta. Es una historia de orgullo

sobre mujeres valientes, cuyas historias viven en

muchos corridos, las baladas folclóricas mexicanas. “Sin embargo,

en Tijuana”, aclara, “Adelita es un burdel”.

Exaltar y también reconciliar el rol espiritual y el carácter

de la mujer mexicana están en el centro del trabajo de Zepeda.

Antes de salir del proyecto de El Jardín, el restaurante llevaba ese

mensaje en cada detalle –el menú hacía guiños a las antecesoras

de Zepeda, los guardianes literales y figurados y los ministros de

la cultura mexicana; los textiles tejidos por mujeres artesanas

de Oaxaca; los baños abastecidos con tampones de la marca

Cora, una compañía que ofrece productos gratuitos y educación

reproductiva para mujeres de países en desarrollo.

“Las mujeres son la magia que hace que México gire. Son la

fuente de poder”, me dice Zepeda en Erizo, una cevichería en el

barrio de Chapultepec. Comemos aguachile de callo de hacha

–llamado así por la forma de sus conchas– y tomamos un jugoso

Pet Mex de Bichi, de Tecate, el epicentro mexicano del vino

natural. La compañía pertenece

izquierda: los chilaquiles

rojos de Zepeda. arriba:

Zepeda en Tacos El Gordo,

en San Diego.

a Jair Téllez, uno de los chefs más

notorios del Valle de Guadalupe,

quien lo dirige de la mano de su

madre y hermano. Pero, asegura

Zepeda, también está Natalia Badan, “la Alice Waters de la región”,

hija de inmigrantes europeos que han cultivado vides en el

Valle de Guadalupe desde hace décadas y pionera en la mejor

administración del terreno en la región. Y así sucede con Zepeda:

detrás de cada narrativa, en la punta de su lengua está una mujer.

Salimos de la ciudad, de vuelta a la frontera, hacia esos churros,

jugándonosla con una fila corta de tráfico sólo para darnos cuenta

de que nos lleva a dar una vuelta y nos deja exactamente en el

centro. Volvemos a intentarlo, corriendo a lo largo de Paseo de los

Héroes, pasando monumentos del general Ignacio Zaragoza, de

Cuauhtémoc, el último emperador azteca, y de Abraham Lincoln.

(Lincoln fue gran amigo de México y apoyó la política progresista

de Benito Juárez.)

Pero Zepeda no se detiene por ninguno. Su favorito está una

avenida después, en Paseo del Centenario: la Diana Cazadora,

diosa de la caza, protectora de madres e hijos. Es puro músculo

y pelo largo, con el arco inclinado y la aljaba llena. Está lista para

dejar su flecha volar.

MAYO 2020 65


“LOS TACOS DE BIRRIA ME RECUERDAN A

MI INFANCIA. ME ACUERDO DE MI MAMÁ

PREPARÁNDOLA TODO EL DÍA Y DE TENER

QUE ESPERAR HASTA EL DÍA SIGUIENTE

PARA PROBARLA.” – CLAUDETTE ZEPEDA

Zepeda (receta a la derecha) pero también

es un excelente marinado para hacer fajitas.

Cuando compres los chiles secos, elige

aquellos que se doblan con facilidad y no se

rompen. Tostar los chiles secos antes de

hervirlos revive su sabor y ayuda a infusionarlos

aún más en el adobo final. Cuando los

hiervas, coloca los pedazos de cebolla arriba

para mantener los chiles sumergidos.

TACOS DE BIRRIA

TIEMPO ACTIVO: 35 MIN. TIEMPO TOTAL: 8 H

55 MIN. PORCIONES: 16 TACOS

Las tortillas se sumergen en un caldo lleno

de sabor, se calientan a la plancha y después

se doblan con un relleno de carne

cocida y servida con caldo para sumergir o

para probar como acompañamiento de los

tacos. Usa dos tortillas por taco si son

recién hechas, y sólo una si son tortillas

empacadas, más resistentes. La combinación

de dos cortes de carne –diezmillo y

tira de costilla– crea el mejor balance de

sabor y textura en el platillo. Si tienes

tiempo, prepárala un día antes de servirla:

el sabor de la carne cocida se vuelve más

delicioso mientras más reposa.

900 g de diezmillo de res sin hueso

(de unos 6 cm de ancho)

900 g de tira de costilla

2 cucharadas más ¼ cucharadita

de sal kosher, divididas, y adicional

al gusto

Adobo (receta a continuación)

8 tazas de agua

1 taza de cebolla blanca finamente

picada, enjuagada

1

/3 taza de cilantro fresco picado

Aceite de canola, para engrasar

32 tortillas de maíz recién hechas o 16

tortillas de maíz empacadas

Gajos de limón, para servir

1. Espolvorea 2 cucharadas de sal sobre el

diezmillo y la costilla. Combina el diezmillo,

la costilla y el adobo en un tazón de material

no reactivo (acero inoxidable, cerámica,

vidrio o metal esmaltado); mueve para que

se cubran bien. Cubre y refrigera por al

menos 4 horas o hasta por 24 horas.

2. Precalienta el horno a 150 ºC. Transfiere

la mezcla de adobo a una olla resistente al

horno (de 9 l); agrega 8 tazas de agua.

Hierve a fuego lento, sin cubrir, moviendo

ocasionalmente. Tápala y colócala en el

horno precalentado. Hornea hasta que

la carne esté tierna y se deshebre

fácilmente, por 4 horas.

3. Retira el diezmillo y la costilla del caldo

de cocción y transfiérelos a un tazón

grande; cubre con papel alumino para

mantenerlos calientes. Regresa el caldo a

la estufa y calienta a fuego medio. Cocina,

sin cubrir, retirando la grasa conforme se

requiera, hasta que reduzca a 8 tazas, de

15 a 20 minutos. Sazona el caldo con sal al

gusto. Deshebra la carne y tira los huesos.

Mezcla la carne con 1 ½ tazas del caldo.

4. Mezcla la cebolla, el cilantro y el ¼ de

cucharadita restante de sal en un tazón

pequeño. Reserva.

5. Calienta una plancha eléctrica antiadherente

a 200 ºC o una sartén de hierro

colado de 25 cm de diámetro a fuego

medio-alto. Usando una toalla de papel

sumergida ligeramente en aceite de

canola, engrasa la plancha. Si usas tortillas

recién hechas, acomoda una tortilla

encima de la otra y usa pinzas para sumergirlas

juntas en el caldo de adobo. (Si usas

tortillas de paquete, sumerge 1 tortilla por

taco.) Coloca las tortillas una sobre la otra

en la plancha; coloca encima ¼ de taza de

carne. Repite con todas las torres de tortillas

que quepan cómodamente en la

parrilla. Cocina hasta que la tortilla esté

ligeramente dorada y crujiente, de 1 a 2

minutos. Dobla los tacos a la mitad, presionando

suavemente con una espátula.

Transfiere a un platón de servicio. Repite

el proceso con el aceite, el caldo de adobo,

las tortillas y la carne restantes.

6. Sirve los tacos junto a la mezcla de

cebolla y cilantro, los gajos de limón y el

caldo de adobo restante, para sumergir

o sorber.

prepara con antelación. El adobo puede

prepararse hasta 3 días antes. La carne

puede cocerse hasta 2 días antes y recalentarse

en el caldo antes de deshebrarse

y de reducir el caldo.

vino. Un rosé espumoso y ligero: NV Iron

Horse Brut Rosé.

ADOBO

TIEMPO ACTIVO: 20 MIN. TIEMPO TOTAL: 1 H

25 MIN. PORCIONES: 5 TAZAS APORX.

Este adobo da sabor a los tacos de birria de

6 chiles guajillo secos, sin tallo

y desvenados

4 chiles ancho secos, sin tallo

y desvenados

4 chiles cascabel secos, sin tallo

y desvenados

1 cebolla blanca grande, cortada

en gajos de 2.5 cm

10 dientes de ajo

2 cucharadas de jengibre pelado,

picado

8 tazas de agua, divididas

2 cucharadas de vinagre blanco

1 cucharada de sal kosher

1 ½ cucharaditas de pimienta negra

1 ½ cucharaditas de orégano

deshidratado

½ cucharadita de comino molido

½ cucharadita de canela molida

¼ cucharadita de clavo de olor molido

1 ramitas de tomillo

1 hojas de laurel deshidratadas

1. Calienta una sartén de hierro colado

grande a fuego medio. Agrega los chiles a

la sartén y cocínalos, moviéndolos ocasionalmente,

hasta que suelten su aroma, de

4 a 5 minutos. Transfiérelos a una sartén

grande; agrega la cebolla, el ajo, el jengibre

y 6 tazas de agua. Hierve a fuego medioalto.

Cocina, sin tapar, moviendo ocasionalmente,

hasta que los chiles se suavicen,

por unos 8 minutos. Escurre la mezcla de

chiles y tira el líquido de cocción.

2. Combina la mezcla de chiles, el vinagre,

la sal, la pimienta negra, el orégano, el

comino, la canela, el clavo de olor, el tomillo,

las hojas de laurel y las 2 tazas restantes

de agua en una licuadora. Tápala bien y

retira la pieza del centro de la tapa para

permitir que escape el vapor. Coloca una

toalla limpia en la abertura. Procesa hasta

obtener una mezcla uniforme, por unos 45

segundos. Déjalo enfriar hasta que

alcance la temperatura ambiente durante

una hora. Cubre y refrigera hasta que

estés listo para usarlo.

prepara con antelación. El adobo puede

refrigerarse en un contenedor hermético

hasta por 3 días.


MAYO 2020 67


“NO LE DI GRAN

IMPORTANCIA

A LA ENSALADA

CÉSAR HASTA QUE

TRABAJÉ CON JAVIER

PLASCENCIA, EN

BRACERO. P A S A R

POR LA ‘ACADEMIA

CÉSAR’ FUE UNA

GRAN LECCIÓN DE

VIDA PARA MÍ: FUE

UNA PRÁCTICA DE

DISCIPLINA

Y PERFECCIÓN.”

– CLAUDETTE ZEPEDA

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68

MAYO 2020


ENSALADA CÉSAR

ESTILO BAJA

TIEMPO TOTAL: 15 MIN. PORCIONES: 4

Un topping de crujientes chicharrones de

cerdo y queso Cotija de la mejor calidad

son los secretos de Zepeda para lograr su

versión de esta clásica ensalada. Si no

encuentras Cotija maduro –salado y lleno

de umami parecido al del parmesano–,

deja secar el Cotija de mejor calidad que

encuentres en una rejilla del refrigerador

hasta que se endurezca, de 1 a 2 días,

antes de rallarlo.

2 dientes de ajo medianos, finamente

picados

4 filetes de anchoa en aceite (como los

Ortiz), finamente picados

1 yema de huevo pasteurizadao

1 cucharada de mostaza de Dijon

1 cucharadita de pimienta negra

½ cucharadita de sal kosher

2 cucharadas de jugo de limón fresco

1 cucharada de salsa Worcerstershire

(salsa inglesa)

¾ taza de aceite de semilla de uva

30 g de queso Cotija maduro de alta

calidad (como Don Froylan Queso

Cotija Añejo) finamente rallado

(alrededor de 2 /3 taza), dividido

4 corazones de lechuga romana,

partidos a la mitad a lo largo

30 g de chicharones fritos troceados

1. Bate el ajo, las anchoas, la yema de huevo,

la mostaza de Dijon, la pimienta y la sal en

un tazón mediano. Agrega el jugo de limón y

la salsa inglesa. Batiendo constantemente,

gradualmente agrega el aceite hasta que

todo el aceite se haya incorporado y el

aderezo sea espeso y cremoso. Agrega

dos cucharadas del Cotija rallado.

2. Divide las mitades de corazón

de lechuga en 4 platos y coloca encima de

cada uno ¼ de taza de aderezo, ½ taza de

chicharrones troceados y 2 cucharadas

de Cotija rallado.

prepara con antelación. El aderezo puede

hacerse hasta 3 días antes y guardarse en

el refrigerador. Si lo requiere, aligéralo con

algunas cucharaditas de agua antes

de servir.

vino. Una mezcla de blancos californianos:

Donkey & Goat Eliza 2017.

AGUACHILE VERDE

DE COCO Y VIEIRAS

Foto en pág. 68

TIEMPO ACTIVO: 25 MIN. TIEMPO TOTAL:

35 MIN. PORCIONES: 4

El coco fresco y joven tiene una pulpa tierna

que se separa fácilmente de la cáscara; si

no tienes acceso a ellos, sustitúyelos por

agua de coco enlatada o de botella y pulpa

de coco fresca o congelada. Cuando se cortan

y exprimen, las limas dedo sueltan

esferas cítricas que explotan como caviar;

puede sustituirse con gajos de limón.

1 coco fresco (de alrededor de 1 kg) o

¼ taza de pulpa fresca o congelada

de coco y 1 taza de agua de coco

1 cebolla morada pequeña

2 pepinos persas medianos

1 taza de tomatillos frescos troceados

½ taza de jugo de limón fresco

¼ taza de cilantro fresco picado

1 chile serrano mediano, sin tallo,

desvenado y picado

1

/8 cucharadita de chiltepín, chile de

árbol seco desmoronado o chile

tailandés fresco picado

½ cucharadita de sal de mar gruesa, y

adicional al gusto

540 g de vieiras ecológicas (alrededor de

5 vieiras), cortadas en círculos de .5

cm de diámetro

540 g de camarones crudos medianos

pelados, desvenados y partidos a

la mitad a lo largo

Limas dedo o gajos de limón, para

decorar

Totopos o tostadas, para servir

1. Usando un cuchillo de carnicero, retira la

parte puntiaguda del coco. Escúrrelo

reservando 1 taza de agua de coco. Con

precaución, rompe el coco en trozos

grandes. Usando tu mano o una cuchara,

separa la pulpa del coco de la cáscara; tira

la cáscara. Corta la pulpa en tiras de 3.8 x

.3 cm hasta obtener una taza. Retira.

Reserva la pulpa de coco restante para

otro uso.

2. Pica la cebolla hasta obtener 1 cucharada.

Rebana finamente la cebolla restante

hasta obtener ½ taza. Reserva. Reserva la

Los vinos favoritos de Claudette

CALIFORNIA

MÉXICO

POPULIS LICORNE

MECHANTE SPARKLING

ROSÉ 2016 (USD $23)

Los viticultores y propietarios

de Populis, Diego

Roig y Shaunt Oungoulian,

buscan viñedos orgánicos

en todo el norte de

California para hacer

sus exuberantes vinos

de cero intervención. El

nombresignifica ‘unicornio

perverso’. Es un vibrante

rosé espumoso hecho de

la varietal carignan.

MARTHA STOUMEN

WINES POST

FLIRTATION RED 2018

(USD $26)

El estilo de viticultivo

orientado hacia lo natural

de Stoumen, viene de su

experiencia trabajando en

viñedos en la Toscana. Su

mezcla en partes iguales

de zinfandel y carignan es

California puro, lleno de

flor de jamaica, granada

y notas de chaparral.

GONZALEZ WINE CO.

CEDAR LANE VINEYARD

SYRAH-GRENACHE 2016

(USD $30)

Cristina González, la nieta

de campesinos mexicanos

inmigrantes, obtiene uvas

de California, Oregon y

Washington para hacer

sus vinos. Este tinto

apimentado color granate

viene del condado

de Monterey.

MONTE XANIC

GRENACHE ROSÉ 2017

(USD $19)

Establecida a finales de los

80, Monte Xanic es una de

las bodegas más antiguas

en la región del Valle de

Guadalupe. Fresco y seco,

este rosé de grenache

sin guarda en barricas

sugiere moras rojas y

pimienta rosa.

BICHI FLAMA ROJA 2017

(USD $29)

Jair Téllez, aclamado chef

del restaurante Laja, y su

hermano Noel, comenzaron

este proyecto vinícola

en el Valle de Guadalupe

en 2014, enfocándose en

métodos tradicionales y

mínima intervención. Esta

vívida mezcla de tintos

de cuerpo medio viene de

los viñedos de su casa en

Tecate, Baja California.

MAYO 2020 69


cebolla sobrante para otro uso. Rebana

finamente un pepino a lo ancho hasta

obtener ¼ de taza. Reserva. Pica el

pepino restante y el segundo pepino.

3. Combina el pepino picado, la cebolla

picada, la taza de agua de coco reservada,

los tomatillos, el jugo de limón, el cilantro,

el serrano picado, el chile chiltepín y la sal

en una licuadora. Procesa hasta obtener

una mezcla uniforme, por 20 segundos.

Vierte la mezcla a través de un colador fino

sobre un tazón; retira los sólidos.

4. Combina las vieiras, los camarones, y

la mezcla de los tomates en un tazón

mediano. Deja que la mezcla repose a temperatura

ambiente hasta que las vieiras

estén casi opacas, por unos 10 minutos.

Divide la mezcla de mariscos entre los platos

de servicio (alrededor de 2 /3 de taza por

tazón). Sazona con sal al gusto. Coloca

encima de cada uno con los trozos de

coco, rebanadas de cebolla y rebanadas de

pepino. Decora con la pulpa de lima dedo o

con los gajos de limón y sirve con totopos

o tostadas.

prepara con antelación. El aguachile

puede prepararse hasta el paso 3 con

hasta 4 horas de anticipación; cubre

y refrigera los componentes

individualmente.

vino. Un blanco ligero y cítrico: Birichino

Malvasia Bianca 2018.

nota. Puedes encontrar los chiltepines

en el mercado o en amazon.com.

TACOS DE FIDEOS SECOS

TIEMPO ACTIVO: 40 MIN. TIEMPO TOTAL: 1 H

40 MIN. RINDE: 14 TACOS

Estos tacos a la plancha están rellenos

de fideos secos cocinados en una salsa de

tomate con un poco de chiles. Si quieres

Aguachile verde de coco y

vieiras (receta en pág. 67).

preparar una versión vegetariana, omite

el chorizo y sustitúyelo por hongos o

tofu firme desmoronado.

base de chile

2 chiles guajillo secos, sin tallo

y desvenados

1 chile chipotle seco, sin tallo

y desvenado

1 ½ taza de agua hirviendo

1 ¼ taza de salsa de tomate

¼ taza de hojas y tallos de

cilantro fresco

2 cucharadas de sal kosher

relleno de fideo

1 cucharada de aceite de semilla

de uva

225 g de chorizo, sin su revestimiento

225 g de fideo sin cocer

2 cucharaditas de ajo finamente

picado

1 hoja de laurel fresca o deshidratada

2 cucharadas de cilantro fresco

picado, y adicional para decorar

85 g de queso Monterrey Jack rallado

(alrededor de ¾ taza)

14 tortillas de maíz recién hechas

1 taza de crema

1 aguacate grande (de alrededor

de 225 g), rebanado

150 g de queso fresco, desmoronado

(alrededor de 1 ¼ taza)

1. Haz la base de chiles. Calienta una sartén

grande de hierro colado (de 30 cm de

diámetro) a fuego medio. Agrega los chiles;

cocínalos, dándoles vuelta ocasionalmente,

hasta que suelten su aroma y estén

ligeramente tostados, por 4 minutos.

Transfiere los chiles a la licuadora y agrega

1 ½ tazas de agua hirviendo. Deja la mezcla

reposar por 30 minutos. Agrega la

salsa de tomate, el cilantro y la sal. Procesa

hasta que la mezcla esté uniforme,

por unos 20 segundos. Reserva.

2. Haz el relleno de fideos. Calienta

aceite en una sartén grande de hierro

colado a fuego medio-alto. Agrega el chorizo

y cocina, moviendo ocasionalmente,

hasta que se desmorone y se dore, por

unos 6 minutos. Agrega el fideo, el ajo, la

hoja de laurel y el chile de árbol. Cocina,

moviendo ocasionalmente, hasta que el

fideo esté ligeramente tostado y se esté

volviendo opaco, de 4 a 5 minutos. Agrega

la base de chiles. Reduce el fuego, cubre y

cocina hasta que los fideos estén tiernos y

el líquido se absorba por completo, de 15 a

70

MAYO 2020


20 minutos, moviéndolos sólo una vez, pasados

8 minutos. Retira y tira la hoja de laurel y

el chile de árbol. Transfiere la mezcla a un

tazón mediano y añade el cilantro. Déjalo

enfriar por 20 minutos. Agrega el queso

Monterrey Jack.

3. Coloca encima de cada tortilla 1 /3 taza del

relleno de fideos, doblando cada tortilla a la

mitad, presionando suavemente. Calienta

una sartén grande de hierro colado o una

plancha a fuego medio-alto. Trabajando en

tandas, tuesta los tacos hasta que la tortilla

esté ligeramente tatemada y el relleno esté

caliente, de 2 a 3 minutos por lado. Agrega a

los tacos la crema, las rebanadas de

aguacate y el queso fresco desmoronado.

Decora con cilantro.

Sirve inmediatamente.

prepara con antelación. La base

de chiles puede hacerse hasta 3

días antes.

vino. Un syrah especiado y apimentado:

Ramey Sonoma Coast 2014.

nota. Usa tortillas frescas, es

más difícil que se rompan cuando

las estás dorando.

“ESTOS TACOS ME

RECUERDAN A MI ABUELA

Y A LA CREATIVIDAD

DE LOS MEXICANOS:

HACER ALGO DELICIOSO

DE LAS SOBRAS.

CONVERTIR UN PLATO EN

OTRO COMPLETAMENTE

DIFERENTE.”

–CLAUDETTE ZEPEDA

MAYO 2020 71


AGÜITAS

UN ENSAYO EN IMÁGENES SOBRE LA

SABIDURÍA BOTÁNICA QUE HABITA EN

NUESTRAS ALACENAS. UNA MEZCLA

DE AGUA, HIERBAS Y FRUTAS QUE SON

REMEDIOS CASEROS PARA ALIVIAR EL

CUERPO Y EL ALMA. por ESPACIO CRUDO

72

MAYO 2020


Abuelas y mamás son

las primeras médicas a las

que acudimos en días fríos

o cuando algún dolor nos

atormenta. Las cocinas de nuestras

casas son una farmacia natural donde

se almacenan años de conocimientos.

Agüitas, o Botanical Wisdom, nace en

honor al conocimiento ancestral de las

matronas de las familias y su ritual

donde agua, hierbas y frutas son

meticulosamente mezcladas para

curar todas nuestras dolencias, incluso

un corazón roto. Los visuales trasmiten

nostalgia al situar las preparaciones en

un escenario atemporal donde la luz

juega un papel importante. Sus rayos

atraviesan una capa espesa de plantas

antes de llegar a este espacio austero

que gana complejidad con las sombras.

izquierda: para el malestar general: agua

de jengibre, naranja y hierbabuena.

derecha: para eliminar toxinas: agua

de flor de jamaica, carambolo y menta.

MAYO 2020 73


izquierda: para

la gripa, agua

de panela con

limón y sauco.

derecha: para

los cólicos,

agua de canela

y caléndula.

74

MAYO 2020


MAYO 2020 75


izquierda: para

descansar

como Dios

manda, agua

de manzana

verde y manzanilla.

derecha:

para perder

peso, agua de

piña y apio.

76

MAYO 2020


ESPACIO CRUDO

Estudio de diseño y fotografía

compuesto por un fotógrafo, una

directora de arte y una food stylist,

enfocado en la conceptualización

y el desarrollo de contenido

gastronómico a través de

fotos y videos.

MAYO 2020 77


COCINA PARA TODOS

ARSENAL

DE RECETAS

Házte a un lado,

California Roll:

los wappa

bowls emplean

técnicas japonesas

para resaltar

los sabores.

78

MAYO 2020

producido por MARY-FRANCES HECK

foto VICTOR PROTASIO


CALIFORNIA BOWLS

food styling: Chelsea Zimmer; prop styling: Audrey Davis. ilustraciones: rachel carney.

AUNQUE EL CLÁSICO CALIFORNIA ROLL de

sushi se mantiene como un eterno

popular, a Takuya Umeda, el chef y

propietario de Umeda, en Los Ángeles, le

encanta un formato diferenta para

presentar la clásica combinación de arroz,

alga, aguacate y cangrejo: el wappa meshi,

un platillo que se originó ya sea en la

prefectura Niigata o Fukushima. (El arroz

de mayor calidad en Japón pertenece a

Fukushima.) En la versión de Umeda, el

arroz de origen californiano se cocina

primero en una arrocera con dashi, sake,

sal de mar y agua de jengibre, después se

le agrega cangrejo y aguacate, antes de

cocinarlo al vapor en una cesta de cedro

que infusiona al arroz con el aroma de la

madera (ver abajo). Decorado con hueva,

nori, pepino y semillas de ajonjolí, es un

plato que celebra los ingredientes californianos

a través de la lente japonesa del

washoku, una forma tradicional de

cocinar que enfatiza la armonía y el

paso de las temporadas. Umeda pasó dos

décadas aprendiendo del icónico chef

Nobu Matsuhisa, y aunque su receta –al

mismo tiempo un rollo de sushi deconstruido

y un bowl de granos moderno– requiere

porciones y técnica perfectas, es

realmente reconfortante, delicioso y muy

fácil de hacer en casa. –MARY-FRANCES HECK

Las wappa son canastas

delgadas de cedro o ciprés

que se usan para la

preparación de alimentos

en Japón, como este platillo

de arroz al vapor. También se

usan trdicionalmente como

cajas bento.

El arroz tamanishiki, cultivado

en el Valle de Sacramento, es

un arroz blanco de grano

corto, altamente pulido,

conocido por su profundidad

de sabor y su textura firme

pero esponjosa. (Encuéntralo

en supermercados asiáticos

o en amazon.com.)

Los donabe son ollas de barro

japonesas que cocinan el arroz

de forma uniforme, lo que da

como resultado granos de

textura perfecta.

1 2

ENJUAGA EL ARROZ

Mueve el arroz con la mano en varias tandas

de agua fría hasta que el agua salga limpia.

Escúrrelo.

3

COCINA LOS GRANOS DE FORMA UNIFORME

Hornea el arroz para que termine de cocerse,

depués déjalo reposar para asegurarte de

obtener la mejor textura.

5

ARMA LOS WAPPA BOWLS

Divide el arroz en canastas para wappa;

coloca por encima el cangrejo y el aguacate,

cubre y cocina al vapor para calentarlo.

SAZONA EL ARROZ

Agrega líquido al arroz en un donabe u olla

mediana, hierve en la estufa.

4

PREPARA LOS TOPPINGS

Mientras el arroz reposa, corta los toppings

en piezas precisas –y bonitas–.

6

DECORA Y SIRVE

Coloca encima la hueva, los pepinos,

el nori y las semillas de ajonjolí.

Sirve inmediatamente.

MAYO 2020 79


Wappa bowl California

TIEMPO ACTIVO: 20 MIN. TIEMPO TOTAL:

45 MIN. PORCIONES: 2

Las canastas wappa infusionan el arroz con

un delicioso aroma; si preparas este platillo

sin ellas, sirve el arroz en bowls tibios.

Mientras que usar un donabe (ver recuadro

anterior) es la forma tradicional de cocinar el

arroz de estilo japonés, una olla con tapa o

una arrocera pueden usarse en su lugar.

2 tazas de agua fría, divididas

1 pieza de kombu de 12 x 8 cm

¼ taza de katsuobushi (hojuelas secas

de bonito)

¼ taza de jengibre pelado picado más

1 cucharadita de jengibre pelado

rallado, divididas

2 tazas de arroz tamanishiki u otro

arroz para sushi sin cocer, enjuagado

½ taza de sake

2 ¼ cucharaditas de sal kosher

2

/3 taza azúcar moreno

½ taza salsa de soya

1 diente de ajo rallado

2 tazas de carne de pata de cangrejo

de nieve al vapor

1 aguacate, finamente rebanado

1 pepino persa o inglés, sin semillas

y en cubos

Hueva de eperlano o tobiko, nori

finamente rebanado y semillas de

ajonjolí tostadas y machacadas,

para servir

1. Coloca 1 ½ tazas de agua fría y kombu en

una olla pequeña; calienta a fuego alto hasta

que empiece a evaporarse. Retira del fuego;

espolvorea el katsuobushi sobre el caldo y

déjalo remojar por 3 minutos. Cuela el dashi

sobre un tazón. Retira los sólidos.

2. Procesa la ½ taza de agua restante en el

jengibre picado en una licuadora hasta que

esté uniforme, durante 1 minuto. Vierte el

agua de jengibre a través de un colador de

red. Retira los sólidos.

3. Precalienta el horno a 230 ºC. Combina el

arroz enjuagado, 1 taza de dashi, el agua de

jengibre, el sake y la sal en un donabe de 3

litros o en una olla con tapa y cubre. Cocina

a fuego lento durante 8 minutos, hasta que

comience a hervir. Cocina, revisando el arroz

frecuentemente, hasta que el líquido esté

hirviendo uniformemente en toda la superficie,

por unos 7 minutos. Inmediatamente

coloca el donabe en el horno precalentado y

hornea hasta que el arroz esté tierno, por

unos 15 minutos. Retira del horno y déjalo

reposar, cubierto, por 5 minutos.

4. Mientras tanto, hierve en una olla pequeña

el azúcar moreno, la salsa de soya, el ajo y el

jengibre rallado a fuego medio-bajo. Hierve

hasta que la salsa reduzca y espese con

consistencia de jarabe, por 5 minutos.

Déjala enfriar y reserva.

5. Coloca ¼ parte del arroz cocido (alrededor

de una taza) en cada una de las 4 canastas

de cedro (wappa). Coloca encima

el cangrejo y el aguacate. Trabajando con

una canasta a la vez, colócala sobre el agua

hirviendo; cúbrela y cocina hasta que el

arroz y los toppings se hayan calentado, por

unos 4 minutos. Retira del calor. (Alternativamente,

divide el arroz entre los bowls

calientes, y cubre con el cangrejo y el aguacate.)

Coloca encima el pepino, la hueva, el

nori y las semillas de ajonjolí, y sirve inmediatamente

con el glaseado de soya dulce.

–TAKUYA UMEDA, UMEDA.

VINO. Un chardonnay de California cítrico y

amelonado: Flowers Sonoma Coast 2016.

80

MAYO 2020


INSPIRADO POR LOS CHEFS

Cocina al estilo

California: recetas

sencillas de temporada

de nuestros chefs

favoritos del Golden State.

food styling: Torie Cox; prop styling: Thom Driver.

Ensalada de aguacate tatemado

con mayonesa de cilantro

TIEMPO ACTIVO: 30 MIN. TIEMPO TOTAL:

40 MIN. PORCIONES: 4

Sellar un aguacate maduro pero firme a las

brasas lo hace extra cremoso con un toque

carbonizado. Un platillo esencial en el menú

de los chefs Christopher Kostow –ganador

del premio Best New Chef de F&W, en 2009—

y David Guilloty, en The Charter Oak, en St.

Helena, es la sustanciosa pieza estrella de

esta ensalada.

1 ¼ tazas más dos cucharaditas de aceite

de semilla de uva, divididas

1 taza de hojas de cilantro fresco,

con sus tallos

2

/3 taza de hojas de perejil fresco, con

sus tallos

1 yema de huevo pasteurizado, grande

5 ½ cucharaditas de jugo de limón fresco,

divididas

¼ cucharadita de sal kosher, y adicional

al gusto

2 aguacates grandes, maduros y firmes,

con cáscara, partidos a la mitad,

sin hueso

2 tazas de brotes verdes

Sal gris, al gusto

1. Procesa 1 taza de aceite de semilla de uva,

cilantro y perejil en una licuadora hasta que

se calienten, por 2 minutos. Forra un colador

de red con una doble capa de estopilla

húmeda. Vierte la mezcla de aceite a través

de este colador sobre un tazón; tira los sólidos.

Reserva el aceite de cilantro.

2. Mezcla la yema de huevo y 1 ½ cucharaditas

de jugo de limón en un tazón mediano.

Batiendo constantemente, vierte con lentitud

¼ taza de aceite de semilla de uva hasta

que se integre por completo y la mezcla esté

cremosa y ligeramente espesa. Batiendo

constantemente, vierte con lentitud ¼ taza

de aceite de cilantro hasta que se incorpore

bien y la mezcla esté espesa y cremosa.

Añade la sal kosher.

3. Calienta una sartén de hierro colado

grande a fuego medio-alto. Haz cortes de .6

cm en un patrón cruzado en la parte interior

de las mitades de aguacate; barnízalas

uniformemente con las 2 cucharaditas de

aceite de semilla de uva restante. Colócalas

en la sartén, con la parte interior hacia abajo,

y séllalas hasta que se carbonicen, por 4

minutos. Retíralos de la sartén y déjalos

enfriar por completo, durante 15 minutos.

Corta cada aguacate a la mitad a lo largo.

Con cuidado pélalos y tira la cáscara.

4. Coloca ½ taza de brotes verdes en cada

uno de los 4 platos de servicio. Sobre cada

uno coloca 2 cuartos de aguacate. Vierte las

4 cucharaditas de jugo de limón restantes y

espolvoréalas con sal gris. Coloca pequeñas

cucharadas (alrededor de 1 ½ por plato) de

la mayonesa de cilantro en los brotes alrededor

del aguacate. Vierte 2 cucharaditas

de aceite de cilantro en cada plato.

Sirve inmediatamente.

PREPARA CON ANTELACIÓN. El aceite y la

mayonesa de cilantro pueden hacerse hasta

3 días antes y reservarse en contenedores

herméticos dentro del refrigerador.

VINO. Un rosé fresco con base de grenache:

Halter Ranch Paso Robles 2018.

MAYO 2020 81

photography by VICTOR PROTASIO.


Salmón real a la parrilla

con salsa de limón Meyer

TIEMPO ACTIVO: 20 MIN. PORCIONES: 6

Una salsa fresca y salada de limón Meyer

saca el sabor a mantequilla de este

salmón real del Pacífico de la chef

Suzanne Goin, del restaurante Caldo

Verde, en Los Ángeles. Es lo suficientemente

carnoso para resistir la parrilla y

se vuelve más tierno mientras se cocina.

1 cucharadita de ralladura de limón

Meyer más ½ taza de gajos de

limón Meyer picados, divididos

¼ taza taza de echalote finamente

picado

2 ½ cucharaditas de sal kosher,

divididas

½ cucharadita de azúcar granulado

1

/3 tazas más 2 cucharadas de aceite

de oliva extra virgen, divididas

¼ taza de alcaparras escurridas,

picadas

¼ taza de aceitunas Castelvetrano

sin hueso, picadas

3 cucharadas de perejil fresco

picado, divididas

1

/2 cucharadita de pimienta de Aleppo

o ¼ cucharadita de peperoncino

Una pizca de pimienta de Cayena

6 filetes de salmón real (140 g c/u)

2 cucharaditas de tomillo fresco

¼ cucharadita de pimienta negra

1. Combina los trozos de limón, el echalote,

1 cucharada de sal y el azúcar en

un tazón mediano. Con cuidado mezcla 1 /3

taza de aceite de oliva; añade las alcaparras,

las aceitunas, 2 cucharadas de perejil,

la pimienta de Aleppo y la pimienta

de cayena. Reserva.

2. Precalienta la parrilla a temperatura

alta (250 ºC). Barniza el salmón con las

dos cucharadas restantes de aceite de

oliva; sazona con tomillo, pimienta, ralladura

de limón, la cucharada restante de

perejil y las 1 ½ cucharaditas restantes

de sal. Cocina el salmón a la parrilla con

la piel hacia abajo, cubierto, hasta que la

piel esté dorada y crujiente, por unos 3

minutos. Dale la vuelta al pescado y cocínalo,

sin cubrir, hasta el punto deseado

de cocción, de 2 a 3 minutos para

término medio.

3. Transfiere los filetes a platones de

servicio y cúbrelos con la salsa de limón.

VINO. Un Carneros Chardonnay

alimonado.

82

MAYO 2020


Papas crujientes con salsa

de aguacate

TIEMPO ACTIVO: 25 MIN. TIEMPO TOTAL: 1 H

10 MIN. PORCIONES: 4

En Broken Spanish, en Los Ángeles, el chef

Ray Garcia sirve papas crujientes e hirvientes

con una fresca salsa de aguacate cremosa.

En casa, asar las papas machacadas

en un horno caliente logra un resultado

dorado sin necesidad de freírlas. Esta mezcla

con jalapeños encurtidos y queso Cotija es

una sustanciosa guarnición que te dejará

con ganas de más.

700 g de papas fingerling

6 cucharadas de aceite de oliva,

divididas

3 ½ cucharaditas de sal kosher, divididas

1

/1 taza de cebolla amarilla picada

1

/3 taza de agua fría, más la adicional

que se requiera

1 chile serrano mediano sin tallo,

desvenado (si se desea) y picado

¾ taza de hojas de cilantro fresco, y

sus tallos, dividida

2 cucharadas de jugo de limón fresco

1 aguacate pequeño sin hueso

½ taza de rebanadas de jalapeños en

escabeche más 1 ½ cucharadas

del escabeche

60 g de queso Cotija, rallado fino

(alrededor de ½ taza)

1. Precalienta el horno a 175 ºC. Mezcla las

papas, 2 cucharadas de aceite y 1 cucharadita

de sal en una charola con bordes altos

y acomoda las papas en una sola capa.

Hornea en un horno precalentado hasta

que estén tiernas, de 30 a 40 minutos.

Retira del horno.

2. Aumenta la temperatura del horno a 260

ºC. Usando el fondo de una taza medidora

vacía, aplasta las papas hasta que tengan

una altura de 1.2 cm (asegúrate que las

papas machacadas permanezcan en una

sola capa). Vierte 3 cucharadas de aceite;

espolvoréalas con 1 cucharadita de sal.

Hornéalas a 260 ºC hasta que su parte inferior

esté dorada, de 15 a 20 minutos. Dales

la vuelta, vierte la cucharada de aceite restante

sobre ellas y espolvoréalas con ¼

cucharadita de sal. Hornea hasta que las

orillas estén doradas y crujientes, de 8 a

12 minutos.

3. Mientras las papas se hornean, procesa

la cebolla, 1 /3 taza de agua, el chile serrano,

3 cucharadas de cilantro, el jugo de limón y

la 1 ¼ cucharadita restante de sal en una

licuadora hasta que la mezcla esté uniforme,

por unos 20 segundos. Agrega el

aguacate y procesa hasta que la mezcla

sea uniforme, por unos 10 segundos. Si

ésta lo necesita, agrega agua fría y licúa, 1

cucharada a la vez, para alcanzar una consistencia

espesa pero que pueda vertirse.

4. Transfiere las papas calientes a un tazón

grande; agrega las rebanadas de jalapeño y

el escabeche, el queso Cotija y ½ taza de

cilantro; mezcla para combinar bien.

Coloca la salsa de aguacate en 4 tazones

pequeños; sirve en cada uno la mezcla

de papas y espolvorea la cucharada restante

de cilantro. Sirve inmediatamente.

PREPARA CON ANTELACIÓN. Las papas

asadas pueden refrigerarse hasta por 3 días.

MAYO 2020 83


Halibut curado en aderezo

de chile y limón

TIEMPO ACTIVO: 25 MIN. TIEMPO TOTAL: 35

MIN. PORCIONES: 4

En su restaurante Nyum Bai, en Oakland, Nite

Yun, ganadora del premio Best New Chef

2019 de F&W, sirve comida callejera clásica de

Camboya como este fresco halibut en hojas

de lechuga. Los chiles rojos tailandeses, a

diferencia de los verdes, dan al marinado de

limón –que hace las veces de aderezo– un

toque frutal sutil y un picor más directo. Si el

pescado aderezado te parece demasiado

ligero, un toque de aceite de oliva justo antes

de servirlo le dará suntuosidad y balance.

¼ taza de jugo de limón fresco

1 ½ cucharadas de galangal pelado y

rebanado finamente o 2 cucharadas

de jengibre pelado y finamente

rebanado

3 dientes de ajo medianos machacados

1 cucharadita de sal kosher, dividida, y

adicional al gusto

230 g de filetes de pescado blanco firme

sin piel (como halibut o huachinango),

cortados en piezas de .5 x 2.5 cm, o

camarones pochados en cubos

1 a 2 cucharaditas de azúcar granulado

½ taza de pimiento rojo finamente

rebanado, cortado en piezas de 2.5

cm de largo

1 echalote mediano, partido a la mitad a

lo largo y finamente rebanado a lo

ancho en medias lunas

1 pieza de 2.5 cm de zacate limón

partida a la mitad a lo largo y

finamente rebanada a lo ancho

en medias lunas

1 chile tailandés rojo finamente picado

¼ taza de cacahuates tostados picados

1 cucharadas de cilantro fresco picado

60 g de germinado fresco (alrededor de

¾ taza) (opcional)

1 a 2 cucharaditas de aceite de oliva extra

virgen (opcional)

Hojas de lechuga francesa, para servir

1. Mezcla el jugo de limón, el galangal, el ajo

y ¼ cucharadita de sal en un tazón mediano.

Agrega el pescado y remuévelo con cuidado

para que se cubra de la mezcla. Cubre y

refrigera hasta que el pescado esté opaco,

durante 20 minutos, moviéndolo una sola

vez después de los 10 minutos.

2. Escurre el pescado, reservando el

marinado. Retira el galangal y el ajo; reserva

el pescado. Transfiere el marinado a una

pequeña sartén; agrega 1 cucharadita de

azúcar y las ¾ cucharaditas de sal restantes.

Hierve a fuego lento. Mueve constantemente

hasta que se disuelva el azúcar. Retira del

fuego. Prueba la mezcla y, si lo deseas,

agrega hasta una cucharadita más de azúcar.

(El aderezo debe ser fresco, dulce y

salado. Si sabe demasiado ácido, agrega

azúcar para suavizarlo.) Deja que el aderezo

se enfríe por completo durante 20 minutos.

3. Mientras tanto, mezcla en un tazón el

pimiento rojo, el echalote, el zacate limón, el

chile, los cacahuates, el cilantro y, si lo

deseas, el germinado. Agrega el pescado y el

aderezo al tazón y mézclalo bien para combinar.

Sazona con sal al gusto. Vierte de 1 a 2

cucharaditas de aceite de oliva, si lo deseas,

y sirve sobre las hojas de lechuga.

VINO Un sauvignon blanc ligeramente herbal

y atoronjado.

84

MAYO 2020


Omelet de Boursin

TIEMPO ACTIVO: 20 MIN. PORCIONES: 1

En este omelet –el silencioso hit del menú

del chef Michael Tusk en Verjus, en San

Francisco– el queso untable de ajo y hierbas

se derrite sobre las cebollas caramelizadas

y los huevos tiernos. Aunque es un

delicioso y sustancioso desayuno, sabe

mejor junto a una crujiente baguette, una

ensalada fresca y una copa de vino espumoso

californiano.

2 cucharadas más 1 cucharadita de

mantequilla sin sal, divididas

1 taza de cebolla amarilla finamente

picada

1 cucharadas de agua

¼ cucharadita de sal kosher, dividida,

y adicional al gusto

2 huevos grandes

1 cucharadita de crema para batir

1 cucharada de queso untable de ajo

y hierbas (como el Boursin), a

temperatura ambiente

½ cucharadita de cebollín finamente

picado

1. Calienta 1 cucharada de mantequilla en

una sartén antiadherente de 20 cm de

diámetro a fuego medio-alto. Agrega la

cebolla y acomódala en una sola capa.

Déjala cocer, sin tocarla, hasta que las

cebollas comiencen a dorarse, por 4

minutos. Agrega 2 cucharadas de agua y

1

/8 cucharadita de sal; cocina, moviendo

constantemente, hasta que las cebollas

tengan un color dorado y estén suaves,

de 8 a 10 minutos. Transfiere las cebollas

a un tazón. Limpia la sartén con una

toalla de papel.

2. Usando un tenedor, mezcla los huevos,

la crema y la 1 /8 cucharadita restante de

sal en un tazón mediano hasta que se

combinen bien, con cuidado de no

incorporar demasiado aire.

3. Calienta la misma sartén a fuego

medio-alto. Agrega 1 cucharada de mantequilla

(debe derretirse casi de inmediato);

muévela en círculos para que el

fondo de la sartén se cubra uniformemente.

Apenas la mantequilla deje de burbujear

pero antes de que se dore, agrega

la mezcla de huevo toda a la vez. Cocina,

moviendo constantemente con una espátula

de plástico resistente al calor, hasta

que la mezcla espese ligeramente y se

convierta en huevos revueltos muy tiernos,

de 10 a 20 segundos. Con cuidado,

agita la sartén para formar una sola capa

de huevo en el fondo de la sartén.

4. Reduce el fuego. Desmorona el

queso sobre el huevo. Espolvorea 1

cucharada de cebollas caramelizadas

en una línea recta, separando la primera

parte de un tercio del omelet de las

otras dos. (Reserva la cebolla sobrante

para otro uso.) Cocina el omelet, sin

tocarlo, hasta que el relleno se caliente

y el queso se derrita, por 1 minuto.

Usando una espátula y comenzando

con el tercio superior, dobla el omelet

cuidadosamente, solo cubriendo el

relleno. Comenzando en la parte superior

del lado doblado, enrolla el omelet

entero. Apaga el fuego y déjalo reposar

por 10 segundos. Transfiere a un plato

tibio, y unta el omelet con la cucharadita

restante de mantequilla. Espolvorea con

el cebollín y agrega sal al gusto. Sirve

inmediatamente.

PREPARA CON ANTELACIÓN. La cebolla

restante puede guardarse y refrigerarse

hasta por 5 días.

VINO. Un espumoso californiano.

MAYO 2020 85


INSPIRADO POR LOS CHEFS

Home runs: nuevas versiones

de los favoritos de la semana,

inspiradas por chefs preferidos.

Un upgrade al menú de la semana.

por Kelsey Youngman

Ensalada de lechuga y camarón

con pan molido sazonado

y aderezo de salsa picante

TIEMPO TOTAL: 20 MIN. Porciones: 4

Siguiendo el ejemplo de la chef Nina

Compton, de Bywater American Bistro,

en Nueva Orleans, agregamos un aderezo

de salsa picante Crystal a esta mezcla

de ensalada de lechuga y po’boy.

Tostar el pan molido en aceite infusionado

con sazonador Old Bay, resalta el

sabor a camarón.

1 cucharada de aceite vegetal

20 camarones crudos grandes, pelados

y desvenados (aprox. 500 g)

½ cucharadita de sal kosher

1

/8 cucharadita de pimienta negra

1 ¼ tazas de pan molido fresco

½ cucharadita de sazonador Old Bay

½ taza de mayonesa

2 cucharadas de leche entera

4 cucharadas de salsa picante

(como Crystal)

1 lechuga iceberg de 500 g, partida

en cuartos

Alcaparras, para decorar

1. Calienta el aceite en una sartén antiadherente

de 30 cm a fuego medio-alto.

Agrega los camarones; cocínalos hasta

que estén rosas y bien cocidos, de 1 a 2

minutos por lado. Espolvorea con sal y

pimienta. Retira de la sartén y reserva.

2. Agrega el pan molido y el sazonador

Old Bay a la sartén; cocina a fuego medio,

moviendo ocasionalmente, hasta que

estén dorados, por unos 4 minutos.

Retira del fuego y reserva.

3. Mezcla la mayonesa, la leche y la salsa

picante en un tazón pequeño hasta

obtener una mezcla uniforme.

4. Acomoda los cuartos de lechuga en

un platón. Coloca encima los camarones,

el aderezo y el pan molido. Decora

con alcaparras.

PREPARA CON ANTELACIÓN. Prepara la

receta hasta el paso 3 hasta 2 días antes.

Guarda cuartos de lechuga, los

camarones y el aderezo en contenedores

separados en el refrigerador. Guarda el

pan molido en un contenedor hermético a

temperatura ambiente. Monta la ensalada

completa justo antes de servir.

VINO. Un sauvignon blanc californiano:

Duckhorn Vineyards Napa Valley 2018.

food styling: Torie Cox; prop styling: Claire Spollen.

86

MAYO 2020

foto GREG DUPREE


Ensalada de calabaza asada

con sumac y aderezo italiano

TIEMPO ACTIVO: 10 MIN. TIEMPO TOTAL: 50

MIN. PORCIONES: 4

Pétalos de cebolla morada, calabaza bellota

y pimientos encurtidos mezclados con un

cremoso aderezo italiano conforman una

guarnición sustanciosa pero ligera. Inspirada

por las papas dulces crujientes del chef

Scott Tacinelli en Don Angie, en Nueva York,

agregamos sumac para darle a la ensalada

un toque alimonado.

1 calabaza bellota de 680 g, partida a la

mitad longitudinalmente, sin semillas,

cortada en gajos de 2.5 cm

3 cebollas moradas pequeñas, cortadas

en gajos de 2.5 cm

7 cucharadas de aceite de oliva extravirgen,

divididas

1 ½ cucharaditas de sal kosher, divididas

½ cucharadita de pimienta negra,

dividida

9 guindillas o pimientos encurtidos

de frasco

2 cucharadas de yogurt natural de

leche entera

2 cucharadas de vinagre de vino tinto

1 cucharada de miel

½ cucharadita de orégano seco

Queso Parmigiano-Reggiano recién

rallado y sumac molido, para decorar

1. Precalienta el horno a 220 ºC. Combina la

calabaza, las cebollas, 1 cucharada de

aceite, 1 cucharadita de sal y ¼ cucharadita

de pimienta negra en una charola para

hornear; colócalas en una sola capa. Asa las

verduras en el horno precalentado por 25

minutos. Da la vuelta a la calabaza y las

cebollas; agrega las guindillas. Continúa

asando hasta que la calabaza y las cebollas

comiencen a dorarse, por 15 minutos.

2. Mientras tanto, mezcla el yogurt,

el vinagre, la miel, el orégano, las 6 cucharadas

restantes de aceite, la ½ cucharadita

restante de sal y el ¼ de cucharadita

restante de pimienta negra en un

tazón pequeño.

3. Transfiere la mezcla de calabaza asada a

un platón de servicio y adereza. Decora con

el queso rallado y el sumac.

PREPARA CON ANTELACIÓN. La mezcla de

las calabazas puede permanecer a temperatura

ambiente hasta por 3 horas. Sirve a

temperatura ambiente o recalienta en un

horno a 220 ºC hasta que se calienten,

por 5 minutos. La mezcla de yogurt

puede prepararse hasta 2 días antes y

guardarse en un contenedor hermético

en el refrigerador.


Salchicha e hinojo cocidos con

especias tostadas

TIEMPO ACTIVO: 25 MIN. TIEMPO TOTAL: 55

MIN. PORCIONES: 4

Con granos enteros de pimienta rosa y

semillas de hinojo, este sencillo estofado se

perfuma ligeramente de los sabores frescos

de primavera inspirados por el hinojo cocido

de Red Hook Tavern en Brooklyn, de la chef

Allison Plummer. Usa una salchicha fresca y

especiada para dar juego al cremoso puré de

garbanzo y al hinojo dulce.

¼ taza de aceite de oliva extra-virgen,

dividido

6 salchichas italianas dulces,

pinchadas con un tenedor

2 bulbos de hinojo, cortados a la mitad

longitudinalmente, cortados en gajos

de 2.5 cm (reservar hojas)

2 cucharadas de semillas de hinojo

4 cucharaditas pimienta rosa en grano

2 tazas de caldo de pollo o caldo de

pollo bajo en sodio

¼ cucharadita de sal kosher

1 taza de hummus

Ralladura de limón y gajos de limón,

para decorar

1. Calienta 2 cucharadas de aceite en una

sartén recta de 35 cm a fuego medio-alto.

Agrega las salchichas; cocínalas, dandóles

vuelta ocasionalmente, hasta que estén

doradas uniformemente, por unos 5 minutos.

Transfiere las salchichas a un plato.

Agrega los gajos de hinojo, con la parte

interna hacia abajo, a la sartén; cocínalos

hasta que estén dorados por ambos lados,

por 2 minutos y medio por lado.

Transfiérelos al plato de las salchichas.

2. Agrega las semillas de hinojo, la pimienta

en grano y las 2 cucharadas restantes de

aceite a la sartén; cocina a fuego medioalto,

moviendo constantemente, hasta que

estén tostadas y fragantes, de 30 segundos

a 1 minuto. Retira la mitad de la mezcla

de especias de la sartén y reserva para

decorar al final.

3. Agrega el caldo a la sartén, moviendo y

raspando con una espátula el fondo de la

sartén para retirar lo quemado. Hierve a

fuego medio. Devuelve las salchichas y los

gajos de hinojo a la sartén; cubre y baja el

fuego. Cocina hasta que las piezas de hinojo

estén tiernas, por unos 30 minutos.

Espolvorea con sal.

4. Unta el hummus en un platón. Coloca

encima las salchichas y los gajos de hinojo;

Vierte la salsa de la sartén con una cuchara

sobre el platillo. Decora con ralladura de

limón, gajos de limón, las hojas de hinojo y

la mezcla de especias apartada.

VINO. Un tinto terroso mediterráneo.


Piccata de rape

TIEMPO TOTAL: 30 MIN. PORCIONES: 4

El rape, con su textura tierna y mullida parecida

a la de la langosta, es lo suficientemente firme y

dulce para enfrentarse a esta salsa de mantequilla

alimonada, enriquecida con miso blanco.

½ taza más 1 cucharada de mantequilla sin

sal, dividida

12 dientes de ajo finamente rebanados más

2 dientes de ajo machacados, divididos

1 taza de caldo de pollo sin sal

¼ taza de miso blanco

2 cucharadas de jugo de limón fresco más 1

limón en rodajas delgadas

½ taza de harina instantánea (como

Wondra)

¾ cucharadita de ajo granulado

4 filetes de rape de 200 g

1 cucharadita de sal kosher

3 cucharadas de aceite de canola, divididas

2 ramitas de tomillo, divididas

14 alcaparrones completos o en mitades

1 cucharada de alcaparras escurridas

Hojas de perejil, para decorar

1. Cocina ½ taza de mantequilla en una sartén

mediana a fuego medio-alto, moviendo constantemente,

hasta que se dore, por unos 5

minutos. Agrega el ajo rebanado; cocina por

1 minuto. Añade el caldo y el miso hasta que se

combinen. Hierve; cocina hasta que reduzca a

aproximadamente 1 taza, de 10 a 12 minutos.

Transfiere a una licuadora; retira la pieza central

de la tapa para permitir que salga el vapor.

Coloca una toalla de cocina sobre la abertura.

Procesa hasta obtener una mezcla uniforme,

por 1 minuto. Agrega el jugo de limón y reserva.

LOS MÁS DESEADOS

Pescando sabor: una piccata marina

de una muy querida chef bostoniana.

RECETA DE

ORFANO

BOSTON,

CHEF TIFFANI FAISON

MIENTRAS PLANEABA EL MENÚ PARA ORFANO, la chef Tiffani

Faison sabía que quería un platillo de rapo que pudiera

ganarse su lugar en el alegre menú italoestadounidense.

“Me encanta lo versátil del rape local”, cuenta Faison. Suntuoso

y carnoso, este pescado de carne blanca, conocido

localmente como ‘langosta de pobre’, hace frente a una

ligera salsa de limón y alcaparrones que Faison enriquece

con miso. “Agrega textura sin que la salsa se vuelva demasiado

pesada, permitiendo que los cítricos resalten”. Para

prepararlo en casa, sigue el ejemplo de Faison: primero

mezcla unos martinis helados y sírvelos con una botana

de aceitunas y pan de ajo tostado. La salsa se puede hacer

por adelantado, así que apenas se acaben los cocteles, asa

el pescado, termina la salsa, y la cena está servida. –MARY-

FRANCES HECK

2. Mezcla la harina y el ajo granulado en un

plato. Espolvorea el pescado con sal; enharínalo

en la mezcla de harina sazonada. Calienta 1

cucharada de aceite en una sartén grande a

fuego alto hasta que comience a humear.

Agrega las rebanadas de limón y cocínalas

hasta que comiencen a dorarse, durante 1

minuto por lado. Limpia la sartén con una

toalla de papel.

3. Calienta 1 cucharada de aceite en la misma

sartén a fuego medio-alto. Agrega 2 filetes;

cocínalos hasta que estén dorados, de 4 a 5

minutos por lado. Durante el último minuto de

cocción, agrega 1 ½ cucharadas de mantequilla,

1 diente de ajo y 1 ramita de tomillo a la sartén;

con una cuchara baña el pescado con la mezcla.

Tira el ajo y el tomillo; transfiere el pescado a un

platón y manténlo caliente. Repite con el aceite,

pescado, mantequilla, ajo machacado y tomillo

restantes. Agrega los alcaparrones, las alcaparras

y las rebanadas de limón a la sartén; mezcla

hasta que se calienten, por 1 minuto. Para

servir, vierte la salsa caliente en 4 platos; coloca

encima el pescado. Agrega los alcaparrones,

las alcaparras y el limón sobre cada filete.

Decora con perejil.

VINO. Un vibrante y cítrico chardonnay de

Sonoma Coast: Chalk Hill 2017.


DESCORCHE

90

MAYO 2020


EL

NUEVO

ARTE DEL

SAKE

Entre los productores

de sake en Japón, una

deliciosa revolución

se avecina.

p o r Betsy Andrews

MAYO 2020 91


ACABABA DE

LLOVER EN

LOS CAMPOS

DE ARROZ,

DORADOS

POR EL

INVIERNO,

de la llanura de Kanto, en Japón, 160 kilómetros al

norte de Tokio. Era justo después del Año Nuevo

Lunar, un tiempo propicio para las ceremonias. Nos

amontonamos bajo algunos paraguas mientras un

sacerdote sintoísta recitaba frente a un santuario

repleto de ofrendas: zanahorias, naranjas, galletas

de arroz, un pescado entero. Pedía éxito en el futuro

proyecto de Tentaka Brewery, que era sobre la producción

de sake.

De las 1 200 productoras de sake que hay en Japón,

aproximadamente, Tentaka es una de las menos de

cinco que produce sake certificado orgánico por la

USDA, la Unión Europea y Japón. Munenori Ozaki,

su presidente de tercera generación, pone gran atención

al arroz, que se muele ahí mismo. Me enseñó la

máquina, dentro de la cual una piedra que zumba

limpia la proteína y la grasa de los granos de arroz,

dejando perlas traslúcidas de almidón que luego

serán lavadas, vaporizadas y fermentadas para hacer

la pulpa que se prensa, se filtra y se mezcla para

convertirse en sake.

Recientemente, Ozaki había ayudado a introducir

un nuevo arroz, el Yumesasara, creado para el

clima y la tierra de la prefectura de Tochigi, donde

su productora se encuentra en el delta de un río alimentado

por un manantial del vecino Monte Nasu.

Veintisiete de los productores de la región hicieron

cada uno un sake con el arroz. Ozaki sirvió el suyo.

Tenía un final exuberante y agridulce que recordaba

a fresas con crema.

arriba: el sake

se clasifica en

parte por qué

tan pulido es el

arroz. Para los

sakes junmai,

70% del grano

permanece

(abajo, a la

izquierda); para

los sakes

daiginjo, sólo el

50% (abajo, a la

derecha). página

anterior: un

tempo en Ono,

la ciudad donde

se ubica

Manaturu

Brewery.

FOTO: PRODUCTORA DE TENTAKA, PREFECTURA DE TOCHIGI;

(PÁGINA ANTERIOR) PRODUCTORA MANATURU, PREFECTURA DE FUKUI.

92

MAYO 2020


FOTO: PRODUCTORA MIOYA, PREFECTURA DE ISHIKAWA

Era completamente diferente al sake Tentaka que

había probado en Nueva York. Esa botella sencilla,

llamada Hawk in the Heavens, sabía a hongos shiitake

y a nueces de castilla. La diferencia entre los dos

me recordó a la variedad de cervezas que una

cervecería artesanal podría producir para sus fanáticos

aventureros.

En efecto, me cuenta Ozaki, aunque la tendencia

va hacia los sakes más ligeros y secos, los bebedores

jóvenes en Japón se muestran receptivos hacia nuevos

estilos. “Hay más diversidad en sakes que nunca”,

asegura, “creo que seguirá expandiéndose”.

Esas eran buenas noticias, pues venía a Japón a

explorar el lado más salvaje del sake. Mi aventura

había comenzado meses antes en un festival en

Manhattan llamado The Joy of Sake. Ahí, entre

mesas repletas de botellas premium permanecí

indiferente. La mayoría de los sakes disponibles eran

daiginjo: hechos de arroz pulido al menos al 50%

de su tamaño original (casi siempre de la variedad

yamada nishiki, de sabor delicado) y con un toque

de alcohol destilado en su mezcla, el daiginjo es considerado

el sake en su máxima expresión. A mí me

parecía aburrido. Había poco en su carácter suave

que atraparía la atención del paladar de esta amante

del vino. El ácido de un vino blanco de clima frío, el

sabor a tierra de un Borgoña… ¿dónde podría encontrar

tanto estilo en un sake?

Alguien me dirigió a una mesa casi al frente. Ahí

descubrí a los ‘bichos raros’: sakes junmai más

Para comenzar

el proceso de

producción, los

trabajadores de

Mioya Brewery,

en Hakui,

mezclan agua,

arroz koji al

vapor, y cultivo

de levadura.

ricos, más suntuosos, hechos sin alcohol añadido

y con el arroz molido al 70%; que resultan de técnicas

antiguas que acentúan las notas de umami;

añejados, parecidos al jerez; hechos con diferentes

tipos de arroz y levadura para lograr texturas más

ricas y sabores más atrevidos. Disfrutando de este

interesante abanico de posibilidades, me enganché.

Cuando la temporada de producción de invierno

llegó, me dirigí a visitar a los productores de las

botellas de las que me había enamorado.

Pronto descubrí que muchos de ellos son

aficionados al vino. “Amo el Auslese Riesling y el

Chablis”, me contó Shunichi Sato. “Me gusta añejar el

sake como el vino”.

Sato es propietario de quinta generación de Kaetsu

Brewery, que dirige con su esposa, Yoshiko, en la prefectura

arrocera de Niigata, entre montañas de picos

blancos y el Mar de Japón. La nieve se apila sobre los

techos. Dentro de la productora, podía ver mi aliento.

“Esta región es buena para el sake porque los inviernos

fríos hacen más lenta la fermentación”, asegura

Sato. A la levadura le da tiempo para desarrollar aromas

complejos. El área también es conocida por su

agua suave, ideal para las sutilezas de la producción

de sake. “El sake de Niigata es famoso por ser limpio,

ligero y seco”, señala, “pero para quien prefiere más

umami o fragancia, hacemos Kanbara”.

Kanbara es el sake junmai que Sato añeja a temperatura

ambiente en la productora. Puede hacerlo

porque es inusualmente alto en ácido y cargado de

MAYO 2020 93


un ingrediente clave: el koji. Aspergillus oryzae, el

hongo llamado koji, contiene las enzimas para convertir

el almidón de arroz en el azúcar que la levadura

come para hacer alcohol.

Sato me dirigió a una habitación recubierta en

cedro donde el arroz espolvoreado con koji se volvía

opaco de fermentación. Tibia y húmeda, la habitación

estaba bañada en un aroma a castañas que señalaba

la presencia de aminoácidos, los elementos proteicos

que imparten el umami. Envuelto en tela, el arroz

reposa por 55 horas. Su temperatura sube hasta a 42

o

C gracias a la fermentación con koji.

En la mayoría de los sakes, el koji representa 20%

de todo el arroz en la producción. Pero como es más

acídico que el arroz al vapor convencional, la pulpa

de Sato requiere 99% arroz koji. Y hay más: para

comenzar la fermentación principal, los productores

mezclan agua, arroz koji, arroz al vapor y cultivo de

levadura para crear un poco de masa madre. Para

protegerla de las bacterias mientras la levadura se

reproduce, los productores modernos agregan ácido

láctico. Pero Sato usa un método antiguo llamado

yamahai: calentar el agua de la masa madre para

que el ácido láctico aparezca naturalmente. Esto

tiene como resultado una fermentación más lenta

con un ácido láctico generado naturalmente,

además de las bacterial que le dan notas

silvestres antes de desaparecer.

Sato sacó varios vintages para probarlos: el 2018

tenía un olor a caramelo, como un cheddar casero.

Una mezcla de 12 años llamada Ancient Treasure

había adquirido un aroma a hongos caramelizados y

una riqueza similar a la de un Madeira. Con 18 años,

el sake daba un golpe de chocolate oscuro, fresas y

nueces. Envejecía como un vino fortificado.

“Aminoácidos…”, dijo Sato: “Soya, carne, miso,

dashi, salmón: los sabores de la cocina japonesa son

excelentes para este sake”.

Vaya que sí. Cenamos esa noche en mi ryokan, un

hotel tradicional japonés. El mesero trajo un salmón

cereza a la sal en brochetas de hierro. En Nueva York

probé el Ancient Treasure con postres. Pero junto

al pescado rústico, el sake mostró su lado salino, de

umami, un maridaje revelador.

AL DÍA SIGUIENTE, ESTABA recorriendo con nuevos

amigos la península de Noto, a lo largo del Mar de

Japón, mientras oíamos a Nina Simonie en el coche.

Toshiaki Yokomich manejaba. Es el maestro elaborador

de sake en Mioya Brewery, propiedad de Miho

Fujita, que iba en el asiento de atrás. Acabábamos de

visitar su casa de sake e íbamos a un izakaya

para deleitarnos con cangrejos araña, lecha, una

variedad de pepinillos… comida exótica que hacía

juego con los potentes sakes de Mioya.

La ubicación de la productora, Hakui, es famosa

Los arrozales en

terraza de

Shiroyone

Senmaida, uno

de los campos

de arroz más

grandes de

Japón, ubicados

en la prefectura

de Ishikawa.

por sus avistamientos de ovnis, y como su pueblo, la

visión de Fujita es fuera de lo común. Solía ser ejecutiva

en Mattel y heredó la productora de su padre,

quien la había comprado años atrás. Nunca esperó

a convertirse en productora de sake, y es una mujer

en una industria de hombres. No se siente atada por

las normas: “La gente de Tokio aprecia el sake limpio,

afrutado, frío”, señala, “pero me gustan mis sakes

servidos a la temperatura del vino tinto para que

resalte su umami, y esto va mejor con la comida”.

Para maximizar su sabor, Yokomichi deja al koji

trabajar cerca de 60 horas, y los varietales de arroz

que utiliza también brindan umami. Fujita usa un

método de masa madre más antiguo aun que el

yamahai. Su nombre es kimoto: requiere batir la

masa madre con una vara para motivar la formación

de ácido láctico. Históricamente, los productores

cantaban para mantener un ritmo, pero Fujita lo bate

con música pop, y a veces optimiza el proceso con

un mezclador de cemento de mano. Hierbas, miso

blanco, un final de estilo tánico: su junmai añejado

Yuho Rhythm of the Centuries, es complejo.

Otros de sus sakes son igual de exuberantes, saben

a melón encurtido o a chícharos recién cosechados.

Yuho Eternal Emberse tiene el umami de los hongos

enoki. Aún el daiginjo de Yuho muestra una enérgica

frescura.

Yokomichi me dio a probar la pulpa del tanque,

donde había reposado por 22 días. “Para los concursos,

esta cantidad de acidez no es buena”, dijo, “pero para

94

MAYO 2020


Mar de Japón

AGA-MACHI

LOS SAKES A PROBAR

A menos de que se mencione lo

contrario, los precios corresponden

a botellas de 720 mililitros.

HAKUI

ONO

Kioto

NASUSHIOBARA

Tokio

FOTOS: SHUTTERSTOCK..

MAPA: WINSLOW TAFT.

añejar sí lo es, y los concursos no nos importan”.

Es un sentimiento que comparte con Keisuke

Izumi, el propietario de quinta generación de la

pequeña Manaturu Brewery en Ono, en el interior

de la costa oeste central. Izumi produce un tanque

a la semana y lo embotella sin mezclarlo, filtrarlo o

diluirlo. Es el equivalente en sake a un whisky de

un solo barril, del cual Izumi es fan.

“Parte del encanto es la variedad de un tanque a

otro”, señala. Como bebedor de whisky, Izumi ha

construido una biblioteca de sakes añejos. Un sake

de 22 años era de color de ajonjolí tostado y sabía a

deliciosas castañas caramelizadas y humo.

Con sus nuevos lanzamientos, Izumi es un experimentador

inquieto. Hace sake en barricas de jerez;

ácido como fresas con koji blanco, en lugar del típico

amarillo; uno aduraznado y gomoso hecho con

ácido málico; otro fermentado con levadura local

con aroma a rosas. Y muchas de sus masas madre

son yamahai, para estimular el umami. Lleno de

aminoácidos, su Mana 1751 True Vision tiene sabor

a yogurt y carne, con un carisma apimentado. Tiene

poco en común con esos suaves daiginjos que probé

en The Joy of Sake. Para Izume, ese era justo el punto:

“Cuando comencé a producir, a todos les gustaba el

sake fresco y elegante que sabía a agua. Esos me aburren”,

declara: “No quiero ser el mejor en hacer sake,

como el resto de ellos. Quiero hacer el sake que nadie

más hace”.

CHORYO YOSHINOSUGI

NO TARU SAKE

Esta belleza añejada en cedro

ofrece pimienta negra en nariz y

un sabor amaderado y a almizcle.

TENGUMAI YAMAHAI JUNMAI

Una fermentación que se vale del

método tradicional yamahai y dos

años de añejamiento, que dan como

resultado notas a caramelo salado

y queso cheddar tradicional. Fuerte

pero con suficiente ácido, va muy

bien con pescado a al parrilla.

YUHO ETERNAL EMBERS

Notas sutiles de hongos enoki y una

textura suntuosa caracterizan a

este junmai de Mioya Brewery. Es

lo suficientemente versátil para

acompañar cualquier tiempo.

MENTENSEI STAR-FILLED SKY

Cuando la tarjeta de presentación

del director de la empresa dice “disfruta

investigar hongos”, sabes que

el sake será rico en umami. Este de

Suwa Brewery balancea lo exótico

con un final limpio y seco.

TENTAKA HAWK IN

THE HEAVENS

Desde su aroma a hongos encurtidos

a sus sabores a hierba y a

nueces de castilla, este junmai

de Tentaka Brewery ofrece un

carisma enraizado.

YUHO RHYTHM OF

THECENTURIES

Bien batido y de largo añejamiento,

el junmai de kimoto ofrece sabores

a levadura y vainilla con un

final cautivador.

MANA 1751 TRUE VISION

Fermentado con una cantidad

inusual de levadura, el sake súper

láctico de Manaturu Brewery pisa

fuerte con sabores a yogurt

agridulce y a pimienta negra.

KANBARA ANCIENT TREASURE

Hecho con 99% arroz koji y añejado

por 12 años, el sake color melocotón

de Kaetsu Brewery, tiene una

nariz de allium caramelizada, sabor

a hongos negros cocidos y un final

similar al del jerez.

JAPÓN, SAKE

POR SAKE

JAPÓN

Toma el tren Narita Express

de JR-East, del aeropuerto

Narita a Tokyo Station, de

donde salen trenes a todos los

puntos de Japón. Planea tu

ruta en hyperdia.com/en/sp.

Antes de dejar Tokio prueba

sakes en Ginza Kimijimaya,

una caja de cristal que es bar

y tienda de licores, cerca de

la estación. (facebook.com/

ginza.kimijimaya)

Kioto tiene más de un bar de

sake que sirve curiosidades

añejas. Asakura (sakebarasakura.shopinfo.jp)

está escondido

en un callejón. Yoramu

(sakebar-yoramu.com) abre

por las noches en el espacio

que, de día, es Teuchi

Toru Soba.

Agenda un tour en Tentaka

Brewery, en Otawara, enviando

un email a shiga@tentaka.

co.jp. Reserva una estancia de

lujo en el ryokan cercano, Nasu

Onsen Sanraku. (sanraku.premierhotel-group.com/nasu/en).

Para visitar Mioya Brewery, en

Ishikawa, contacta a mioya@

sky.plala.or.jp, y mientras estás

en la zona, come en Kabuna

(miraicorp.co.jp/kabuna),

un izakaya cuya especialidad

son los mariscos, en el

cercano Kanazawa.

Para conocer Manaturu Brewery,

en Ono, y Kaetsu Brewery

en el pueblo de Niigata de

Aga-Machi, hogar también del

maravilloso Fukusen Ryokan

(kanose-biyori.com/en),

reserva un tour privado con

Sake Tours (saketours.com).

MAYO 2020 95


EL DESPERTAR

DE SANTA

BÁRBARA

LA JOVEN Y EXPERIMENTAL

TIERRA DEL VINO EN

CALIFORNIA, YA CRECIÓ.

p o r GEORGIA FREEDMAN

f o t o g r a f í a AUBRIE PICK

96

MAYO 2020


MAYO 2020 97


en sentido de las manecillas del reloj, desde abajo, izq: paisajes del

condado de Santa Bárbara; horno de leña; los propietarios

Janet y Jeff Olson; chardonnay servido por garrafa en

Industrial Eats en Buellton. páginas anteriores: las colinas del

condado de Santa Bárbara; Felicia Medina, sous chef en

el restaurante Loquita, en Santa Bárbara.

E

N UN PEQUEÑO LOCAL

que parece bodega, sobre

una calle cualquiera en

Buellton, California, cerca

de dos decenas de personas

están formadas frente a un

restaurante llamado Industrial Eats. La concurrencia está

compuesta por una mezcla de rancheros en polvosas botas

baqueras y chamarras Carhartt, familias locales y turistas

en tenis caros y gorras de franela de estilo hipster que han

manejado aquí desde Los Ángeles.

El interior de Eats (como los locales lo llaman) es casual, el

servicio es en mostrador y los comensales se sientan en mesas

altas compartidas. El menú, escrito en rollos de papel kraft,

parece encapsular los mejores elementos de la escena culinaria

de la costa central californiana: hay mejillones locales al vapor

con curry tailandés, ostiones repletos de erizo fresco o aguacate

rebanado, conejo braseado en vino blanco con aceitunas y

una variedad de novedosas ensaladas y sándwiches. Mi plato

–una ensalada César picante y camarones en salsa de ajo y

mantequilla– es uno de los mejores que he comido en todo

California. Si viviera relativamente cerca de este lugar, vendría

cada fin de semana para probar estos platillos.

Este no es el tipo de comida –o el tipo de gente– que esperé

encontrar en Buellton. Pasé mi infancia y adolescencia en la

cercana ciudad de Santa Bárbara, y para mí, Buellton era el

lugar a donde ibas a comprar equipo de cultivo o alimentación

animal. El gran hit culinario del pueblo solía ser Pea Soup

Andersen’s, un restaurante de aspecto kitsch en un local

de falso estilo danés que ha servido su sopa homónima

desde 1924.

Ahora, Buellton es el corazón de la tierra del vino del

condado de Santa Bárbara. Y aunque el pueblo en sí todavía

se siente rural y de clase trabajadora, el área que lo rodea

está cambiando rápidamente. Es emblema de una evolución

amplia en la región. Durante los pasados 16 años, desde que

la película Entre copas pusiera a esta joven región vinícola en

el mapa, el área ha crecido tremendamente: ahora es hogar

de casi 100 bodegas. En los años recientes, la afluencia de

restaurantes de gran calidad y hoteles de lujo la han llevado

de ser un lugar donde aficionados del vino venían a probar

botellas únicas a un merecedor destino de fin de semana. La

tierra del vino de Santa Bárbara ha madurado.

Doug Margerum ha sido parte de esta industria vinícola

desde hace décadas, en un principio como propietario de

Wine Cask, un restaurante y tienda de vinos en el centro

98

MAYO 2020


en sentido de las manecillas del reloj, desde abajo, izq: un brindis y pan

Bagnat (receta en pág. 105) en Industrial Eats. S.Y. Kitchen, en Santa

Ynez; Pico, un restaurante y bar de vinos en Los Alamos General Store;

spaghetti de azafrán con gambas de Santa Bárbara, en S.Y. Kitchen

(receta en pág. 105).

de Santa Bárbara –el primero en apoyar a las bodegas de

la región cuando apenas comenzaban–, y ahora como

viticultor. Su bodega, Margerum Wine Company, está a

sólo unos pasos de Eats. El enoturismo ha transformado la

economía aquí, me cuenta Margerum, principalmente

en la ciudad de Santa Bárbara, donde las bodegas han abierto

docenas de salas de catas en el área del centro, a pocas

cuadras de las redes de volleyball, las palmeras y las arenas

doradas en algunas de las playas más populares de Estados

Unidos. Pero esa energía y el tráfico de turistas también han

alcanzado a las partes rurales del condado. “Hubo un punto

de inflexión donde de pronto la gente entendió que el área es

uno de los lugares perfectos en California para hacer vino”,

explica Margerum.

Los valles del condado de Santa Bárbara, pegados a la

costa, llevan aire fresco del Pacífico al interior, formando

los distintivos climas de sus seis Áreas Viticulturales

Americanas (AVAs). El área de viticultivo más al norte, el

AVA del Valle de Santa María, es uno de los más fríos y secos

de California, con condiciones de las que se obtienen vinos

acídios y menos alcohólicos. Al sureste, a pocos kilómetros de

distancia, Valle de Santa Ynez tiene cuatro sub-AVAs, que son

progresivamente más cálidas conforme te adentras en ellas:

Colinas de Santa Rita, Ballard Canyon, Distrito de Los Olivos y

Happy Canyon, en Santa Bárbara.

Colinas de Santa Rita es la región más conocida del condado

de Santa Bárbara. Este fresco lugar a 16 kilómetros de la

costa es famoso por sus pinot noir y chardonnay elegantes

y estructurados. Al manejar hacia allá a través de montañas

doradas, veo laderas punteadas con flores silvestres y robles

retorcidos en pastizales donde se alimentan animales. Es

un recordatorio visual de que el condado de Santa Bárbara

es un condado ganadero. Así ha sido desde principios del siglo

xviii, cuando los españoles establecieron aquí los primeros

ranchos. La industria del vino actual es relativamente nueva:

los primeros viñedos modernos comerciales se establecieron

en los años 60, y aunque ahora el condado cuente con más de 8

mil hectáreas de uvas de vino, los pequeños ranchos familiares

todavía dominan el panorama.

“Hay una masa crítica de grandes vinos que provienen

de Santa Rita Hills”, me cuenta Bryan Babcock, de Babcock

Winery, en su enorme sala de cata, decorada con mobiliario

vintage y portadas de discos enmarcadas. Babcock ha hecho

vino en Colinas de Santa Rita desde los 80 y ha visto de primera

mano el crecimiento y el cambio. Aunque el AVA ha emergido

como una de las regiones líderes en pinot noir y chardonnay

MAYO 2020 99


desde la izquierda: Un pan de larga fermentación en Bob’s Well

Bread Bakery. Bryan Babcock y Lisa Boisset Babcock con su

perro, Dakota, en Babcock Winery. página opuesta: La paella de

vegetales mixtos en Loquita (receta en pág. 104).

(atrayendo a nombres importantes como al sommelier Rajat

Parr, quien se mudó aquí para abrir Domaine de la Côte junto

a Sashi Moorman), los viticultores locales siguen abordándolo

de forma experimental, señala Babcock. “Todavía tiene esa

sensación del Viejo Oeste; Santa Bárbara es disidente. Aquí

pareciera que ‘todo vale’.”

Dado que el área es aún rural, es difícil para las bodegas

abrir salas de cata grandes en sus viñedos. Muchas carreteras

aún no están hechas para sostener un aumento en el tráfico,

y los habitantes frecuentemente bloquean el desarrollo. Para

los productores más pequeños, una sala de cata en el centro

de alguno de los pueblos es una opción más fácil y rentable.

Para tener la oportunidad de probar una amplia variedad de los

vinos que se producen en el condado me dirijo a Los Olivos, un

pequeño poblado lleno de edificios al estilo del Viejo Oeste que

ha sido transformado por completo gracias al turismo vinícola:

el centro, con tres cuadras de largo por dos de ancho, es hogar

de alrededor de 30 salas de cata.

Me quedé en el pequeño Fess Parker Wine Country Inn. El

hotel es parte del Fess Parker Winery & Vineyard, un negocio

familiar que ha hecho vinos aquí desde 1988. “Existen estos

pequeños pueblos en el condado de Santa Bárbara que le dan

al área un carácter especial”, asegura Tim Snider, el presidente

de la bodega. Snider compara a la región –un lugar rural

con diferentes áreas de cultivo y un tráfico de turistas en

aumento– con Sonoma hace 20 años.

Los vinos Fess Parker ofrecen un buen vistazo general a

lo que el condado produce, de granche blanc a ligeros pinot

noir o a brut rosé espumoso. Las otras bodegas en el pueblo

cierran la pinza: sobre la misma calle se encuentra la sala de

cata de Stolpman, donde encuentro grenache, sangiovese

y una mezcla llamada La Cuadrilla, hecha por y para los

trabajadores de los viñedos y fue diseñada, según me dicen,

para maridarse con carne asada. Entre las salas de cata hay

boutiques y galerías de arte, evidencia de que la influencia

de turistas con poder económico está logrando un boom no

sólo en la parte vinícola. (Me da gusto ver, sin embargo, que

no todos los negocios locales han sido desplazados; Jedlicka’s,

el lugar preferido en todo el condado para comprar botas

vaqueras y Wranglers, sigue ofreciendo sus servicios

a rancheros y granjeros.)

Esta actividad económica también está ayudando a la

escena gastronómica. A pocos kilómetros de ahí, en el

pequeño poblado de Los Alamos, comí muy bien en Bob’s

Well Bread Bakery. El restaurante, ubicado en una antigua

estación de gasolina, ofrece desayunos como Egg-in-a-Jar,

el cual combina puré de papa morada, queso Gruyère y

un huevo pochado, acompañado por deliciosos panecillos

100

MAYO 2020


MAYO 2020 101


desde la izquierda: la propiedad de 80 hectáreas de Presqu’ile

Winery, incluye un gran patio exterior, el lugar perfecto para una

cata de vinos; en Jonata Winery, el viticultor Matt Dees camina

entre las viñas.

“ÉSTA ES UNA REGIÓN JOVEN Y LAS

REGLAS AÚN NO SE ESCRIBEN”, CUENTA

MATT DEES, DE JONATA WINERY: “Y ESO

ES LO QUE NOS EMOCIONA”.

hojaldrados. Estos panes de lenta fermentación también forman

parte del menú en Bell’s, un bistro francés en la misma calle

abierto por Daisy y Grag Ryan, antiguos cocineros en Per Se.

En Solvang –un pueblo conocido por sus casas de estilo danés

y tiendas de chucherías–, el ganador de James Beard Award,

David Cecchini, sirve pizzas a la leña en Cecco Ristorante. Un

pueblo después, en Santa Ynez, el chef Luca Crestanelli, de S.Y.

Kitchen, prepara platillos italianos modernos como gigli (pasta

con forma de cono y orillas onduladas), hecho a mano con

salchicha, pancetta, tomate y suficientes pimientos asados para

elevar el sabor del plato y hacerlo sentir fresco y veraniego.

Conforme entra más dinero a la región, el modelo de

enoturismo cambia, y algunos de los nuevos integrantes se las

arreglan para construir salas de cata más elaboradas en sus

viñedos. Presqu’ile Winery, cerca de la ciudad de Santa María,

es una estructura de piedra y vidrio moderna y espectacular.

Una tarde de sábado cualquiera suele estar

repleta de docenas de personas disfrutando

copas de pinot noir, syrah y chardonnay

de pequeños lotes. La atmósfera es más

parecida a la de un bar exclusivo que a la de

una sala de cata tradicional, y todos parecen

disfrutar el día en el enorme patio con vista

al campo. Media hora más al sur, Jonata Winery abrirá una sala

de cata igual de impresionante para mostrar sus codiciados

vinos y los de sus otras marcas: The Hilt y The Paring. Ubicado

en los límites de Colinas de Santa Rita, el espacio está diseñado

para parecerse a un granero antiguo, aunque actulizado

con paredes de cristal: una estética elegante pero campestre.

Jonata es de los mismos propietarios de Screaming Eagle, en

el Valle de Napa, y en un principio había mucha especulación

con respecto a que planeaban producir otro vino de culto

aquí. Pero el vinicultor Matt Dees está respetando el espíritu

emergente de Santa Bárbara. “Esta es una región joven, el

concreto aún no se seca y las reglas aún no se escriben”,

asegura, “y eso es lo que nos emociona: formar parte de esta

primera ola con estas increíbles bodegas jóvenes, ayudando

a construir el comienzo de la definición de una región”.

102

MAYO 2020


Santa Barbara (y un poco más)

Para una rápida y fácil introducción a la escena gastronómica y enológica de la región,

comienza en la ciudad de Santa Bárbara, donde docenas de salas de cata y restaurantes

han transformado el área del centro en un paraíso epicúreo. Explora la Funk Zone, un

área industrial a pocas cuadras de la playa, donde bodegas y restaurantes comparten

espacio con tiendas de surf y galerías de arte, o descubre los lugares favoritos de la

antigua residente, Julia Child, incluyendo puestos de tacos, cafés y mercados.

Encuentra un mapa interactivo en sbce.events/julia-child-map.

MAPA: WINSLOW TAFT

DÓNDE CATAR

BABCOCK WINERY

En una de las bodegas más

antiguas de la zona, Bryan Babcock

y su esposa, Lisa Boisset

Babcock, ofrecen degustaciones

en un granero convertido en una

ecléctica tienda y sala de cata.

babcockwinery.com

JAFFURS WINE CELLARS

Pasa por su pequeña sala de

cata en un área poco conocida,

aún rodeada de vendedores

de autopartes, y disfruta de

sus aromáticos viogniers

y exuberantes pinot noirs.

jaffurswine.com

JONATA WINERY

Pronto estará lista la increíble

sala de cata de esta reconocida

bodega; se espera que abra sus

puertas a principios de 2021.

jonata.com

MARGERUM WINE COMPANY

Doug Margerum abrió recientemente

esta elegante sala de cata

en la planta baja del nuevo Hotel

Californian, una propiedad boutique

en un edificio de estilo neocolonial

español a dos cuadras

de la playa. margerumwines.com

PRESQU’ILE WINERY

Prueba los pinot noir producidos

a pequeña escala del viticultor

Dieter Cronje en una sala de cata

moderna y fresca al sur de Santa

María. presquilewinery.com

SANGUIS

Esta sala de cata no tiene señalización

exterior; la mayoría de

los locales ni siquiera saben

que está ahí. Pero las mezclas

de grenache y syrah y blancos

estilo Ródano, del propietario

Matthias Pippig, se están convir

tien do en p ro duc tos de culto.

sanguiswine.com

SANTA BARBARA WINE

COLLECTIVE

Esta sala de cata en la Funk Zone

presenta bodegas de todo el país

y te permite diseñar tus propias

degustaciones: enfócate en un

varietal, conoce una bodega a

profundidad o ahonda en una de

las sub-AVAs del condado. santabarbarawinecollective.com

DÓNDE COMER

BELL’S

El menú de bistro simple pero

elevado de Daisy Ryan (imagina

un pastel de crepas con crème

fraîche, erizo y caviar) y una lista

de vinos en su mayoría local son

razones suficientes para visitar

Los Álamos. bellsrestaurant.com

BOB’S WELL BREAD BAKERY

Siempre hay fila para entrar a

esta panadería –uno de los lugares

preferidos de los locales– en

una antigua estación de gasolina

reconvertida. bobswellbread.com

INDUSTRIAL EATS

Prueba los eternamente populares

camarones salteados con

mucho ajo en este favorito de

Buellton. industrialeats.com

THE LARK

Este restaurante que solo abre

durante la cena es un lugar esencial

en la Funk Zone, con platillos

como crujientes de piel de pollo

acompañados de dip de cebolla

ahumada. thelarksb.com

LOQUITA

La propiedad hermana de The

Lark, Loquita, sirve clásicos

españoles reinventados, con

una lista de gin tonics a la par.

loquitasb.com

S.Y. KITCHEN

En el restaurante italiano del chef

Luca Crestanelli, en Santa Ynez,

no puedes perderte el spaghetti

de azafrán hecho a mano con

gambas. sykitchen.com

SANTA MARIA

LOS ÁLAMOS

DÓNDE QUEDARSE

Definitivamente, el mejor lugar

para quedarse en la región es

Skyview Los Alamos. Este

motel de carretera de la era de

los 50 convertido en hotel boutique

tiene áreas de fogata, bicicletas

Linus que puedes llevarte

al pueblo y excelentes cocteles

en su restaurante, Norman –llamado

así por Norman Bates de

Psicosis–. Pero no te preocupes,

la vibra es relajada y no creepy.

(Desde USD $159, skyviewlosalamos.com).

En Los Olivos,

el Fess Parker Wine Country

Inn está a pocos pasos de 30

salas de cata (Desde USD $404,

fessparkerinn.com).

BUELLTON

SOLVANG

LOS OLIVOS

SANTA YNEZ

CONDADO

DE SANTA

BARBARA

SANTA BARBARA

En The Lark (arriba), el primer

restaurante en abrir en la

Funk Zone, un comensal

(abajo) disfruta de una copa de

vino en el patio.

REGIONES VINÍCOLAS

SANTA MARIA VALLEY

SANTA YNEZ VALLEY

STA. RITA HILLS

BALLARD CANYON

LOS OLIVOS DISTRICT

HAPPY CANYON OF

SANTA BARBARA

MAYO 2020 103


1

brillar. Agrega las calabazas y los hongos;

deja que se cocinen, sin tocarlos, hasta que

se doren por un lado, durante unos 3 minutos.

Continúa cocinando, moviéndolos constantemente,

hasta que se doren por todos

lados, durante 3 minutos. Transfiérelos a

un tazón pequeño. Reserva.

PAELLA DE VEGETALES MIXTOS

TIEMPO ACTIVO: 1 H 10 MIN. TIEMPO TOTAL: 1 H

30 MIN. PORCIONES: 4

Para generar el socarrat –la orilla crujiente

del arroz–, esencial en la paella clásica,

revisa las orillas con una cuchara o espátula

conforme se va cocinando. Una vez que el

arroz absorba el caldo casi por completo,

comienza a revisar más frecuentemente;

puede ir de dorado a quemado en segundos.

Haz caso al chef Peter Lee y sirve la paella

con gajos de limón y un racimo de

jitomates cherry.

5 cucharadas de aceite de oliva extra

virgen, divididas

350 g de calabaza italiana o calabaza

amarilla, partida en cuartos a lo largo

y cortada en rebanadas de 1.2 cm

1 taza de hongos Maitake sin tallo

taza de cebolla amarilla picada

1 ½ cucharaditas de sal kosher, dividida

2 dientes de ajo medianos, finamente

picados

½ taza de tomates en cubos enlatados, o

jitomates muy maduros picados

2 cucharadas de pasta de tomate

1 l de agua o caldo de verduras

Una pizca de filamentos de azafrán

¼ taza de acelgas rebanadas finamente

1 taza de arroz Bomba sin cocer (como

Santo Tomás) (ver nota)

Agua caliente, la necesaria

½ limón Eureka mediano

¼ taza de aioli de limón (receta a

continuación)

1. Calienta 2 cucharadas de aceite en una

paellera de acero al carbono de 40 cm de

diámetro a fuego alto hasta que comience a

2. Reduce el fuego a medio-bajo; agrega la

cebolla, el pimiento, ½ cucharadita de sal, y

las 3 cucharadas de aceite restante. Cocina,

moviendo constantemente, hasta que la

cebolla se oscurezca en las orillas, después

de unos 15 minutos, agregando el ajo en el

minuto final de esta cocción.

3. Añade los jitomates en cubos y la pasta de

tomate a la mezcla, removiendo las partes

quemadas del fondo de la paellera con una

cuchara de madera. Cocina, moviendo constantemente,

hasta que el líquido se evapore

y la pasta de tomate chisporrotee, de 3 a 5

minutos. Agrega el caldo de vegetales, el

azafrán y la cucharadita de sal restante.

Sube el fuego y deja que hierva. Agrega las

acelgas y la mezcla de calabazas. Espolvorea

el arroz sobre la mezcla, moviendo con

cuidado para dispersarlo de forma uniforme.

4. Vuelve a hervir la mezcla a fuego medioalto.

Hierve hasta que los granos de arroz

estén apenas por encima del caldo, por 10

minutos.

5. Reduce el fuego a medio-bajo; hierve a

fuego lento, reposicionando la paellera

sobre el calor cada ciertos minutos, girándola

90 grados para redistribuir el calor,

hasta que el arroz esté tierno, haya absorbido

todo el líquido y comience a dorarse el

fondo, por unos 20 minutos. (Usa una

cuchara pequeña para levantar un poco de

arroz del fondo con cuidado y revisar que

esté dorado.) Si el líquido se ha cocinado

demasiado rápido y el arroz todavía está

al dente, agrega un poco de agua caliente ( 1 /4

taza a la vez) hasta que el arroz esté tierno.

6. Retira la paellera del fuego; cúbrela holgadamente

con papel aluminio o con una toalla

de cocina limpia, y déjala reposar por 10

minutos. Descubre y exprime el jugo de

medio limón sobre la paella; añade algunas

cucharadas de aioli de limón. –peter lee,

loquita, santa bárbara.

nota. El arroz bomba es un arroz de grano

corto que puede absorber gran cantidad de

líqudo sin romperse o hacerse pastoso.

Encuéntralo en tiendas de especialidad o

en amazon.com.

104

MAYO 2020


AIOLI DE LIMÓN

TIEMPO TOTAL: 5 MIN. RINDE: ½ TAZA

Tiene el balance ideal de cremoso y ácido:

este aioli rápido de limón y ajo es el complemento

perfecto de la paella.

½ taza de mayonesa

½ cucharadita de ralladura de limón más

½ cucharadita de jugo de limón

¼ cucharadita de ajo rallado

Mezcla todos los ingredientes en un tazón

pequeño. Guárdalos en un recipiente hermético

en el refrigerador hasta por una

semana. –peter lee, loquita, santa bárbara

PAN BAGNAT

Foto en pág. 99

TIEMPO ACTIVO: 35 MIN. TIEMPO TOTAL: 2 H 35

MIN. PORCIONES: 4

Prensar este sándwich de ventresca de atún

curado en aceite de oliva, tomates deshidratados

al sol y arúgula, permite que la vinagreta

lo sazone y suavice el pan crujiente. Es

mejor cuando se le deja reposar dos horas

enteras antes de servirse, haciéndolo ideal

para un pícnic.

4 huevos grandes

Sal kosher, al gusto

Pimienta negra, al gusto

1

/3 taza de aceite de oliva extra virgen

1

/3 taza de aceite de salvado de arroz

o cualquier aceite neutro

¼ taza de vinagre de arroz sazonado

¼ taza de tomillo fresco picado

2 cucharadas de echalote finamente

picado

¾ cucharadita de azúcar granulado

2 latas (de 100 g) de filetes de ventresca

de atún en aceite de oliva (como los de

Conservas Ortiz Ventresca),

escurridos y deshebrados

110 g de boquerones marinados

2

/3 taza de jitomates deshidratados al sol

en aceite (110 g)

3 tazas de arúgula

1 baguette crujiente, partida a la mitad

a lo largo

1. Hierve una olla grande de agua. Cuidadosamente

coloca los huevos en el fondo de la

olla y hiérvelos por 8 minutos. Retíralos del

agua y sumérgelos en un tazón lleno de agua

helada; déjalos reposar por 5 minutos. Escúrrelos

y pélalos. Córtalos a lo largo en tercios.

Sazona con sal y pimienta al gusto.

Reserva.

2. Mezcla el aceite de oliva, el aceite de salvado

de arroz, el vinagre de arroz, el tomillo,

el echalote y el azúcar en un tazón pequeño

hasta que se combinen bien. Sazona con sal

y pimienta al gusto. Reserva.

3. Coloca el atún, los boquerones, los jitomates,

los huevos y la arúgula en la parte

inferior de la baguette. Vierte un poco de

vinagreta sobre el lado interno de la tapa de

la baguette y cubre la parte inferior.

4. Corta el sándwich a la mitad por lo ancho.

Coloca las dos mitades, una junto a la otra,

en una charola para hornear. Coloca otra

charola para hornear sobre los sándwiches y

coloca encima una sartén de hierro colado o

varias latas pesadas. Déjala reposar a temperatura

ambiente por 2 horas. Corta cada

sándwich por la mitad y reserva. –jeff y janet

olsson, industrial eats, buellton

prepara con antelación. La vinagreta

puede conservarse en un recipiente

hermético hasta por 5 días.

vino. Un espumoso vibrante y cítrico: Riverbench

Blanc de Blancs Sparlinkg 2017.

SPAGHETTI DE AZAFRÁN

CON GAMBAS

Foto en pág. 99

TIEMPO TOTAL: 40 MIN. PORCIONES: DE 4 A 6

Las gambas son increíblemente dulces, con

colas tiernas y esponjadas que se parecen a

las de la langosta. Asegúrate de retirar las

gambas de la sartén antes de terminar la

salsa, para que no se cuezan en exceso.

1

/8 cucharadita de filamentos de azafrán

2 cucharadas de agua caliente

Sal kosher

450 g de espárragos frescos, cortados

en tiras de 10 cm

450 g de spaghetti sin cocoer

¼ taza aceite de oliva

1 cucharada de echalote finamente

picado

1 cucharadita de ajo finamente picado

¼ cucharadita de peperoncino

450 g de gambas de Santa Bárbara, con

cola y cabeza (aprox. 12 gambas)

1 taza de vermouth seco o vino blanco

seco

¼ taza de mantequilla fría sin sal,

cortada en pedazos

3 cucharadas de perejil fresco picado

1 cucharada de estragón fresco picado

1 cucharada de cebollín fresco picado

1. Coloca los filamentos de azafrán en una

sartén pequeña; cocínalos a fuego bajo,

moviendo la sartén constantemente, hasta

que los filamentos estén secos y tostados,

por 1 minuto y 30 segundos. Desmorona el

azafrán tostado en un tazón pequeño;

agrega 2 cucharadas de agua caliente y

mezcla. Déjalos en remojo por 10 minutos.

2. Hierve una olla grande de agua salada.

Agrega los espárragos; cocínalos, moviendo

constantemente, hasta que tengan un color

verde vibrante, por 1 minuto. Usando una

cuchara ranurada, retira los espárragos y

sumérgelos en un tazón de agua helada;

déjalos ahí por 3 minutos. Escúrrelos y

reserva. Agrega el spaghetti a la olla de agua

hirviendo; cocina, moviendo ocasionalmente,

hasta que esté apenas al dente (más

o menos 2 minutos menos de lo que dice en

las indicaciones del empaque). Escurre

y reserva 1 taza del líquido de cocción

de la pasta.

3. Mientras el spaghetti se cocina, calienta

aceite en una sartén grande y profunda a

fuego medio hasta que comience a brillar.

Agrega el echalote, el ajo y el peperoncino;

cocina, moviendo constantemente, hasta

que se suavicen ligeramente, de 1 a 2 minutos.

Agrega los espárragos, las gambas y la

mezcla se agua y azafrán; cocina, dando la

vuelta a las gambas ocasionalmente con cuidado

hasta que algunas partes sean de color

rosa claro, por 2 minutos. Agrega el vermouth;

deja que hierva. Transfiere las gambas

a un plato usando una cuchara

ranurada; continua hirviendo la mezcla en la

sartén, sin tocarla, hasta que el líquido haya

reducido ligeramente y el sabor a alcohol

desaparezca, de 3 a 4 minutos.

4. Agrega el spaghetti cocido a la mezcla de

espárragos en la sartén; con ayuda de una

pinza múevelos para que se cubran bien.

Devuelve las gambas a la sartén; agrega la

mantequilla, el perejil, el estragón y el

cebollín. Aumenta el fuego a medio-alto;

cocina, moviendo la sartén constantemente,

agregando el líquido de cocción reservado

conforme se requiera ( 1 /4 de taza a la vez)

hasta que se forme una salsa cremosa que

cubra la pasta, por 3 minutos. Sazona

con sal al gusto. Sir ve inmediatamente.

–luca crestanelli, s.y. kitchen, santa ynez.

nota. La temporada de gambas va de

febrero a octubre. Si no las consigues, sustitúyelas

por camarosnes jumbo blancos de

la costa del Golfo.

MAYO 2020 105


DESDE EL

ORIGEN

GRANDES CRUS

DEL CAFÉ, EN

ANTIGUA

por SHADIA ASENCIO

fotos FRANCO ASSENZA

106

MAYO 2020


MÁS QUE BRINDARLE UN DESPERTAR AL CUERPO, EL CAFÉ GUATEMALTECO

HA PUESTO DE PIE A LA ECONOMÍA Y TURISMO LOCALES A TRAVÉS DE SU

PERFIL DE SABOR CON DENOMINACIÓN DE ORIGEN.

TITO OTZOY, DUEÑO de la cafetería Fat Cat, en

Antigua, me preparó esta infusión que bebo de

a poco para que no se acabe. El método, un

sifón japonés; el grano, uno de proceso lavado

de Finca Pastores. El café me obliga a hacer una

exploración al cuerpo, un viaje interior. Su

humo me lleva en turbo a un jardín de flores

blancas, al desayuno en una terraza con cerezas

y miel. Freno. Todas mis conexiones son

interrumpidas por la acidez: una justa medida

que hace que cada cosa ocupe su lugar.

Allá afuera, Antigua es una maqueta bien

puesta de las inclemencias del tiempo. Lo que

queda de pie son edificaciones barrocas

resquebrajadas por los movimientos telúricos

de sus volcanes activos y las inundaciones del

río. Paralelamente a esas catástrofes, la tierra

–el terroir, para darle una connotación especial

al producto que crece en ella– no ha quedado

impune. Los minerales volcánicos son el

diamante de cada taza.

A través del festival La Cosecha Guatemala, es

que he podido ver de cerca el Volcán de Agua, el

de Acatengano y el de Fuego, que por las noches

me silba con pirotécnica que este es su territorio.

Durante tres días con sus noches he disfrutado

de la gastronomía local y he conocido a

productores como Adrián Cabrera y Sebastián

Falla de San Miguel Coffees; Luis Pedro Celaya

de Bella Vista Coffee o con Hans Masch, de Finca

Pastores. Por mi taza han pasado toda clase de

cafés de altura: de los cultivados a 1 500 metros

sobre el nivel del mar hasta los 3 000 y de

variedades tradicionales como caturra o borbón,

y las no tan tradicionales como geisha. Con una

de esas en mano, Jorge Chanis, director de La

Cosecha, me hizo entender que “una taza de

café puede ser tan compleja y contrastante

como una copa de vino”.

El terroir

Guatemala es un accidente topográfico tras

otro. El regalo es una variedad de microclimas

que ascienden a los 300. Cada uno, en una

mezcla específica, termina en 4.5 millones de

quintales de calidad que se exportan a Estados

Unidos, Canadá y Japón, principalmente. Sólo

de 200 000 a 400 000 sacos se quedan para el

consumo local, pero ojo: algunos son dignos

de una taza de excelencia como las que elabora

Tito en Fat Cat, o las de Artista Café, en la

ciudad de Antigua.

Según me cuenta Hans Masch de Finca

Pastores, un saber hacer de esta calidad no

surge de la noche a la mañana. Como en el

resto de América, las primeras plantas

cafetaleras fueron traídas a la región por los

jesuitas. Durante la segunda mitad del siglo xix,

el café se fue convirtiendo en un producto

agrícola de relevancia económica hasta llegar a

compararse con las remesas actuales.

El desarrollo primordial surgió con la migración

de familas alemanas, como la de Hans,

que compraron parcelas y las pusieron a

trabajar. Todavía en los años 60, la gran

mayoría de los productores locales sembraba

en la costa. Los agricultores experimentados no

tardaron en darse cuenta de que en las alturas

se podría lograr un mejor café –uno de

especialidad, con mejor precio a la venta– así

que empacaron y se mudaron a las faldas de los

volcanes. El boom sucedió en 1994 y con él la

creación de organizaciones como la Asociación

Nacional del Café (Anacafé) cuya labor es

regular los precios del café, darle promoción

al trabajo de los productores y ofrecerles

asistencia técnica.

Las cifras de Lulú Glaesel, de Anacafé, me

impactaron: 97% de los productores de

Guatemala son pequeños productores. Por ello

la apuesta es por el consumo de café local y la

estrategia, una regionalización inspirada en los

grand crus y terroirs del mundo de los vinos.

Cuando entro a Finca Pastores, realmente me

vienen a la mente los grandes chateaux de

Burdeos: esto es un palacio campestre.

El abuelo de la familia de Hans Masch

comenzó en Coatepec vendiendo y comprando

café. En los empaques de la marca El Cafetalito

aún puede leerse que fue fundada por su madre

en 1964. De ese sueño al de hoy hay 1 500

quintales al año de diferencia y una producción

que termina en varias esquinas del planeta.

Lo que ofrecen al consumidor final es técnica

LA COSECHA

El festival es un producto

turístico alrededor del

café creado por el

comunicador gastronómico

panameño Jorge

Chanis. La fiesta, que

dura tres días con

actividades alrededor del

café y otros productos

locales, se ha celebrado

en tres ocasiones en

Panamá y una más en

Guatemala. Para él, La

Cosecha “enaltece todo

el trabajo que hay

alrededor de la cosecha

de un grano para generar

un impacto sustentable a

lo largo de la cadena de

valor del café”.

MAYO 2020 107


“Cuando empoderas

a los indígenas y

campesinos que

producen café, tanto

esas personas como

las generaciones

que le siguen van a

querer hacer uno de

mejor calidad. Así

logramos que la

cadena se vaya

enriqueciendo y que

beneficie a todos.”

en el campo, fermentaciones tradicionales y

anaeróbicas y un sistema de selección manual

heredada de abuelas, a madres, a nietas, en el

que se aseguran que todo el café tiene el mismo

color, la misma forma y el mismo tamaño para

que el proceso de tostado sea parejo. En el patio

central pruebo toda clase de cafés que vienen

divididos por regiones: Cobán, Antigua,

Huehuetenango, Atitlán. Cada uno es un mapa

sensorial de su tierra.

Lulú Glaesel me cuenta que como país

empezaron a trabajar hace 25 años

identificando las regiones. “Lo hicimos para

apreciar e identificar las características propias

del territorio de donde viene ese café.

Actualmente existen ocho regiones de café,

cada una con perfiles de sabor únicos, pero

sólo Antigua y Acatenango tiene la certificación

de denominación de origen”.

Los chateaux

El café es la actividad económica que mayor

puestos de trabajo genera y un producto de

gran riqueza y bienestar para los guatemaltecos.

Sin embargo, debido a las crisis del café los

108

MAYO 2020


Como en el resto de América, las primeras plantas cafetaleras llegaron a Guatemala

con las órdenes jesuitas. Durante la segunda mitad del siglo xix , el café se convirtió

en un producto agrícola de relevancia económica.

precios fluctúan constantemente y son

afectados incluso por el precio del petróleo y

las especulaciones financieras. Por su calidad,

el costo de la producción promedio oscila entre

$2 y $2.2 dólares, mientras que la bolsa de

Nueva York ha mantenido sus precios alrededor

de $1. Los compradores a nivel mundial usan

dicho precio de referencia para abaratar el

trabajo del campo. Al final, la ecuación tiene la

sombra de la injusticia: “Diría que el productor

recibe 20 centavos de dólar o menos. Muchas

veces incluso hasta 10 centavos de dólar por

cada taza de café negro”, confirma Lulú.

En lugar de una compleja cadena de intermediarios

que va mermando las ganancias, una

relación directa entre el productor y el comprador,

beneficia a todos. Para empresas como San

Miguel Coffees, que representa a varias fincas de

pequeños productores de Antigua, lo importante

es la trazabilidad. De esa forma la historia de

cada productor es lo que termina en la taza que

compra el consumidor. En un atardecer frente al

Volcán de Fuego, Adrián Cabrera, quinta

generación de la finca, me cuenta que en su

compañía han optado por “crecer despacio

pero correctamente. Preferimos decirle ‘no’ a

alguien si eso resulta perjudicial para los

productores. Con el Triple Win, la filosofía de

la empresa, el pequeño productor, el cliente y

nosotros ganamos al mismo tiempo. Eso nos

alinea en valores, eso nos beneficia a todos”. Su

sistema de trabajo aporta las condiciones

necesarias para que el productor pueda

desarrollarse: desde una escuela técnica

establecida en una parte de la propiedad, hasta

orientación agrícola sobre el cuidado de la

planta y el suelo y otras técnicas de producción.

Para la finca Bella Vista Coffee, el foco es el

origen y la forma en que cada familia se

entiende con sus plantas. Doroteo Gómez y sus

cinco hermanos procesan sus parcelas contiguas

con técnicas que varían de hermano a hermano,

de metro a metro. Cada uno ha experimentado

en su parcela con distintas variedades, formas

de plantación, podado y cuidados. Eso en la taza

son seis historias, seis perfiles de grano y un

mundo de sensaciones. Yo pude comprobarlo de

viva nariz y boca de la mano de Dulce Barreda,

tres veces campeona de catación a nivel

nacional, cuarto lugar mundial y parte de la

plana de Bella Vista Coffee.

Estoy en Fat Cat, junto a Tito. Pido la segunda

y última taza de café porque a mi edad ya no se

juega con el insomnio y mi avión sale en dos

horas. En su molino manual tritura un grano

finísimo de proceso honey que infusiona en

V60. Ni la he probado pero ya veo la taza

medio vacía. La última taza en Antigua sólo

puede verse así.

MAYO 2020 109


En manos

de expertos

ALBERTO RIVERA, DEL PROYECTO

BUNA, NOS GUIÓ EN UN PASO A

PASO PARA LOGRAR UNA TAZA

DE CAFÉ COMO LO HACEN LOS BA-

RISTAS MÁS EXPERIMENTADOS.

NUESTRA RUTINA HA CAMBIADO. Las

visitas que hacíamos a cafeterías,

restaurantes, bares y heladerías se

mudaron a nuestra sala, cocina y

comedor. Lo que permanece son los

antojos y en algunos casos, la imperiosa

necesidad de consumir ciertos

ingredientes. En este caso, el café.

EL GRANO

La arábica y robusta son las dos

especies más utilizadas para preparar

café. La arábica es más frutal y más

dulce; En México los tres tipos de

arábica más populares son caturras,

borbones y mundo novo.

La robusta puede crecer en terrenos

más salvajes, aguanta más plagas y

cambios de temperatura. Su sabor es

más amargo y se usa mucho en

mezclas italianas.

EL EXPERTO DICE:

“La verdad es difícil predecir cómo van

a saber los granos de una cosecha a

otra. Todo cambia acorde a las

condiciones climatológicas, los

cuidados y las prácticas de nutrición

—caldos minerales y compostas— que

implementan los agricultores.”

TIP EN CASA:

Si quieres experimentar, en Buna

tienen tres blends distintos: dalia,

pajaritos y alebrije. Pruébalos en ese

orden —la intensidad va aumentando—.

No uses azúcar ni leche y mantente

alerta de los sabores y aromas que te

agradan de cada uno. Probar es la

única forma de descubrir el perfil

de sabor que te gusta.

EL TOSTADO

Los tuestes medios o claros resaltan

las características del grano de café,

hacen más evidentes sus aromas y

sabores. El tueste oscuro puede llegar

a ocultar las características del grano

de café.

EL EXPERTO DICE:

“Históricamente el café se ha tostado

muy oscuro para igualar sabor. Si yo

tuesto mucho un café bueno y uno

malo, llega un momento en el que su

sabor es similar, sin importar en gran

parte la calidad del café. La idea del

tueste —cuando hay un buen grano

— es respetar su perfil de sabor.”

110

MAYO 2020


“HISTÓRICAMENTE EL CAFÉ SE

HA TOSTADO MUY OSCURO

PARA IGUALAR SABOR. SI YO

TUESTO MUCHO UN CAFÉ

BUENO Y UNO MALO, LLEGA UN

MOMENTO EN EL QUE SU

SABOR ES SIMILAR, SIN

IMPORTAR EN GRAN PARTE LA

CALIDAD DEL CAFÉ. LA IDEA

DEL TUESTE —CUANDO HAY UN

BUEN GRANO— ES RESPETAR

SU PERFIL DE SABOR.”

LA PREPARACIÓN

Lo que determina un buen café con

cualquier método de preparación es

la relación adecuada entre cantidad

de café y cantidad de agua.

EL EXPERTO DICE:

“En los métodos que tenemos en casa,

la relación debe ser 1 a 15. Por cada

gramo de café, uso 15 de agua. Si voy a

preparar 20 gramos de café —suficientes

para dos tazas—, se necesitan 300

ml de agua.”

TIPS EN CASA:

Prensa francesa

Primero hay que echar un poco de agua,

luego el café. Lo mueves un poquito y

después echas el resto. Lo dejas

descansar y después bajas la prensa.

La cantidad de agua que usas en

un principio nunca acaba en tu

taza. El café absorbe el doble de su

peso en agua mientras se extrae.

Entonces, 20 gramos de café,

absorben 40 ml de agua.

EL MOLIDO

El agua es lo que le extrae el sabor

al café. La molienda es importante,

porque determina la cantidad

de tiempo que el agua va a

interactuar con él.

foto: juan pablo tavera.

EL EXPERTO DICE:

“Imaginemos dos cubetas. Una llena de

piedras y una de arena. Le viertes agua

a las dos. A través de la cubeta de las

piedras va a pasar más rápido el agua,

porque hay más espacio entre una y

otra. Pero en la de arena, como los

granos son más compactos, hacen más

difícil que pase el agua. Eso es lo que

pasa con el café y sus moliendas.

Entre más grueso molemos, el

agua pasa más rápido.”

TIP EN CASA

El café que venden molido en el súper

es muy grueso —para cualquier tipo de

cafetera—. Compra el café en grano que

más te guste y busca un tipo de molido

medio, que se lleva bien con la mayoría

de las cafeteras caseras.

Cafetera italiana

Lo mejor es usar una molienda más

fina, para que no se filtre el agua con

tanta facilidad. De lo contrario, el café

no se extrae de la manera correcta.

Cafetera por goteo

El agua de esta cafetera se calienta a

través de un tubito. Cuando cae sólo

moja ciertas partes del café y porciones

del café se quedan secas. Una vez que

caiga un poco de agua desde el tubito,

hay que abrir la compuerta de arriba y

darle una sacudida con una cuchara,

para que todo el café se moje parejo.

Las elecciones que tomemos

en torno a nuestra taza de café

serán determinantes para el sabor

final. De principio a fin —desde la

elección del grano hasta la extracción—,

cada decisión cuenta.

Cuando lo prepares en casa,

cambia las variables, experimenta

y ajusta hasta lograr la taza de café

perfecta para ti.

MAYO 2020 111


PromoFW

lo último

NOTICIAS, EVENTOS Y PROMOCIONES

ALTRUISMO EN

TIEMPOS DIFÍCILES

El brote de COVID-19 ha orillado a cientos de negocios a cerrar su operación

para evitar la propagación del virus. Esta crisis afecta a millones de personas,

pero también se ha convertido en una oportunidad para demostrar la solidaridad

con quienes más lo necesitan. Vail Resorts, por ejemplo, donó 50,000

libras de alimentos que tenían en sus restaurantes para evitar el desperdicio

y ayudar a personas en situaciones vulnerables. Las escuelas, organizaciones

comunitarias y bancos de acopio –que se extienden desde la Columbia Británica

hasta Colorado y New Hampshire–, fueron los elegidos para recibir las

donaciones de frutas, verduras, quesos, jugos y barras de granola.

A esta iniciativa fue acompañada por una donación de $2.5 millones de

dólares que hizo Rob KAtz, el CEO de Vail Resorts, para apoyar a sus empleados

y comunidades de la montaña que ahora se ven afectados por la falta de

afluencia turística en la región.

EL LADO MÁS

FRESCO DEL TEQUILA

En la compleja discusión sobre cómo se

debería tomar el tequila, están de un lado

los extremistas, que afirman que se toma

derecho. Sin limón, sin sal, sin nada. Del otro

lado están los más flexibles y aventureros —y

probablemente más sabios— que saben que

la forma correcta de tomarlo, es como a cada

quién le sepa más sabroso.

Para los segundos tenemos una receta de

mixología con Herradura Ultra: un tequila

tonic, un destilado cristalino con un toque

de licor de agave que lo convierte en un

excelente candidato para mezclar. Es fácil de

preparar en casa y es refrescante. Es todo lo

que necesitamos para alegrarnos las tardes.

Ingredientes:

1.5 oz de Herradura Ultra

Hielo

Agua tónica

Limón verde (el jugo y la cáscara)

3 hojas de albahaca

1. Enfría un vaso con hielo y vierte 1.5 oz

de Herradura Ultra.

2. Llénalo con agua tónica y agrega gotas

de limón verde.

3. Mezcla los ingredientes y coloca la albaha

ca y el limón como garnitura.

NUEVA IMAGEN,

MISMO SABOR

A 133 años de su fundación, Glenfiddich no deja

de reinventarse. Su más reciente innovación está

en la imagen de la marca –hecha en mancuerna

con la firma HERE design– y creada para

modernizar el lenguaje visual de la firma en sus

ediciones de 12 y 15 años. El diseño, que lleva

una V cortada en la parte frontal de la botella,

es un homenaje a la cuna de este single malt:

el Valle de los Ciervos en Speyside, Escocia. La

nueva imagen de sus botellas viene acompañada

del cambio de nombre de cada una de sus variantes.

El Glenfiddich que conocíamos como ‘12

años’, ahora es Our Original Twelve. Este es un

whisky madurado en barricas de roble de jerez y

bourbon durante 12 años. Glenfiddich 15 años

ahora lleva el nombre Our Solera Fifteen, una

celebracion del sistema solera que utilizaron por

primera vez en 1998.

112

MAYO 2020


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ADIÓS, MAYO

LA ÚLTIMA

CENA

En 2019 regresó a su

natal San Sebastián

para abrir Gatxupa,

un botanero donde

mezcla su paso

por México con

ingredientes y

preparaciones vascas.

BRUNO OTEIZA

“Me gustaría estar en nuestro restaurante, desde

la cocina, con mis seres queridos, familiares,

amigos, mis hijos, mi mujer, padres, hermanos,

compañeros y socios. Con gente a la que quiero

un montón y también con gente que a lo mejor no

conozco. Quisiera abrirles las puertas de nuestro

restaurante para que nos lo comamos y bebamos

juntos. Seguro que habría un ole toro de nuestro

Sibau y una lamprea a la bordelesa, que es el plato

que más me gusta en todo el mundo, chiles picantes

y mezcal. Me gustaría abrir las puertas para

compartir esos momentos finales con todo aquel

que no supiera a dónde ir.”

¿QUIÉN ES?

Nacido en San Sebastián, España, comenzó

a cocinar desde muy joven. Su paso por

grandes cocinas como Akelarre y Kokotxa

marcaron su singular estilo vasco. Más

tarde llegó a la CDMX, donde abrió Tezka,

D. O. y Biko —que estuvo dentro de la lista

World’s 50 Best Restaurants, entre 2011 y

2016—. Con su experiencia en México abrió

Gatxupa, una taquería en San Sebastián.

Ahora divide su tiempo entre su ciudad

natal y Monterrey, donde lleva el mando

de la cocina de Sibau.

RESTAURANTES

Sibau y Gatxupa.

CIUDADES

Monterrey y

San Sebastián.

114

MAYO 2020

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