09.05.2020 Views

Revista

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Revista

Lince


Futuro en los plásticos

Emmanuel T. Carballo Gutiérrez

Uno de los mayores desafíos que enfrentamos los arquitectos e ingenieros hoy día es alcanzar un equilibrio

entre las necesidades de construcción de una población global creciente y la protección del ambiente y la salud

humana. Los materiales plásticos, que forman parte de los polímeros, no sólo hacen posible dicho equilibrio,

sino que son además el material idóneo para alcanzar un equilibrio económico y ambiental, y cumplir al mismo

tiempo con las necesidades de diseño funcional y planeamiento creativo.

Los polímeros (del griego poly, muchos, y meros, parte, segmento) se producen por la unión de cientos de miles

de moléculas pequeñas denominadas monómeros que forman enormes cadenas de las formas más diversas.

Existen polímeros naturales como el algodón, formado por fibras de celulosas, material que se encuentra en la

madera y en los tallos de muchas plantas, y se emplean para hacer telas y papel. La seda y la lana son también

polímeros, al igual que el hule de los árboles del caucho y los arbustos de guayule.

Sin embargo, la mayor parte de los polímeros que usamos en nuestra vida diaria son materiales sintéticos con

propiedades y aplicaciones variadas. Lo que distingue a los polímeros de los materiales constituidos por

moléculas de tamaño normal son sus propiedades mecánicas, ya que en general tienen una excelente resistencia

mecá­nica debido a que las grandes cadenas poliméricas se atraen —su fuerza de atracción intermolecular

depende de la composición química del polí­mero, por lo que puede ser de varias clases.

Las moléculas de los polímeros son, por lo menos aproximadamente, múltiplos de unidades de bajo peso

molecular llamadas monómeros. Si el polímero es rigurosamente uniforme en peso molecular y estructura

molecular, su grado de polimerización es entonces indicado por un numeral griego, que depende del número de

unidades de monómero que contiene —así, hablamos de dímeros, trímeros, tetrá­mero, pentámero y sucesivos,

con polímero se designa una combinación de un número no especificado de unidades, y si el número de

unidades es muy grande, se usa la expresión de “gran polí­mero”. Las moléculas individuales de un polímero

pueden ser distintas en peso molecular, composición química y estructura molecular. Ciertamente, hay

polímeros naturales como ciertas proteínas globulares y policarbohidratos, cuyas moléculas individuales tienen

el mismo peso molecular y la misma estructura molecular, pero la gran mayoría de los polímeros sintéticos y

naturales importantes son mezcla de componentes poliméricos homólogos. La pequeña variabilidad en la

composición química y en la estructura molecular es el resultado de la presencia de grupos finales, ramas

ocasionales, variaciones en la orientación de los monómeros y la irregularidad en el orden en que se suceden los

diferentes tipos de esas unidades en los copolímeros. Estas variedades en general no suelen afectar las

propiedades del producto final, aunque se ha descubierto que en ciertos casos hay variaciones en copolímeros y

en polímeros cristalinos.

El comportamiento mecánico de los materiales poliméricos depende en forma muy especial de la temperatura y

la duración de los esfuerzos está­ticos o la frecuencia de los dinámicos. En la teoría del comportamiento

viscoelástico se describen los procesos de modificación de las materias polimé­ricas en donde participan las

deformaciones forzadas de las macromoléculas y su deslizamiento mutuo, como una superposición de las

modificaciones de cuerpos de Hooke que actúan como resortes y de la fluidez viscosa del lí­quido newtoniano

que actúa como amortiguador. Así, resortes y amortiguadores actúan conjuntamente, como si estuvieran

conectados.

Es por esto que al aumentar la temperatura, los resortes se hacen menos rígidos y los líquidos amortiguadores

menos viscosos, al igual que ocurre cuando aumenta el tiempo de actuación de una tensión —aunque hay


polí­meros de alta flexibilidad, como el pvc, y plásticos rígidos armados mediante insertos reforzantes que

presentan altos valores de resistencia sobre un intervalo de temperaturas considerables. Actualmente, para todos

los plásticos que se utilizan en construcción se dispone de diagramas de líneas de alargamiento y de tensión en

función del tiempo y del intervalo de temperaturas de aplicación.

Pasado y presente

En la década de los setentas se produce una transformación vertiginosa en la aplicación del plástico, en la cual

se pasa de las iniciales connotaciones limitantes del plástico al trabajo de exploración para el futuro de las

jóvenes generaciones, que desemboca en el comienzo del desarrollo efectivo de las aplicaciones reales del

plástico en la construcción, y se cierra de forma repentina con la crisis del petróleo de principios de esta década.

El alza sú­bita de los precios del crudo provocó la crisis completa de los valores que habían impulsado el

optimismo de la dé­cada anterior, y la responsabilidad en el gasto energético, la eficiencia de los sistemas y la

necesidad de pensar a largo plazo provocaron que la escasa durabilidad del plástico, su origen en los

combustibles fósiles y su relación con el mundo del consumo, lo carguen de connotaciones negativas. La gráfica

se invierte, el plástico deja de ser un material positivo y optimista que parece acercar el futuro a nuestras vidas,

y su utilización se percibe como irresponsable. Sin embargo, su desarrollo industrial no cesa, y paralelamente a

su desaparición como material de elementos vitales, los sistemas constructivos renuevan sus elementos

auxiliares utilizando fundamentalmente polímeros.

Su utilización se hace frecuente e incluso comienza a competir con materiales tradicionales, en conducción,

aligeramientos, adhesivos, pinturas, pavimentos e impermeabilizantes entre otros. Pero donde su utilización se

hace casi universal, gracias a la colaboración estatal indirecta bajo la forma de la normatividad, es en el campo

de los aislantes. Como consecuencia de la crisis energética, en buena parte de los países occidentales se regula

por ley el coeficiente de transmisión térmica de los aislantes, y los plásticos encuentran un campo fértil a sus

propiedades.

Treinta años después, la época oscura parece haber concluido; la ciencia sigue produciendo nuevos materiales

de síntesis cada vez más especializados y de mayores prestaciones, a la vez que el aura negativa del plástico

parece haberse disipado, al mismo tiempo que se incrementa el interés por su reciclabilidad. La determinación

tridimensional digital de la forma y los sistemas de control numérico han abierto nuevas perspectivas en los

últimos años en el análisis estático, la fabricación de moldes y la compatibilidad entre la seriación de las piezas

y la construcción de formas complejas. Si en los setentas la responsabilidad en el uso de los recursos

disponibles llevó a la desaparición de los plásticos de la escena, ahora los arquitectos desvían su mirada hacia

campos marginales en donde la utilización de polímeros es frecuente para llevar a cabo una arquitectura

económica, inmediata y libre de toda sofisticación innecesaria.

El mundo de la producción agrícola intensiva se ha convertido en un campo al cual recurrir en pos de la

incorporación de las técnicas e imagen del plástico. La llamada Casa Latapie, construida en Francia en 1993,

utiliza directamente una piel de plástico ondulado y transparente, originalmente de pvc y que se sustituiría

posteriormente por policarbonato, para acondicionar climáticamente y ampliar un nú­cleo revestido de

contrachapado. La Casa Barak, de 2001, o la Casa Coutras, de 2000, también en Francia, emplean la imagen y

los sistemas materiales de los invernaderos para proponer una arquitectura positivamente efímera que acepta la

escasa durabilidad del material como equilibrio añadido a su costo y propiedades.

Por otra parte, el desarrollo del pet como material transparente de alta reciclabilidad —realizado en 1973 entre

Pepsi Cola y DuPont— abrió la puerta al de plásticos que incorporan su propia reciclabilidad como condición

de diseño y, por extensión, al diseño de materiales de reciclado que pudieran utilizar el desperdicio de los

residuos plásticos como material de base.


En este paisaje cada vez más amplio y plural de las aplicaciones de los materiales de síntesis y sus

implicaciones arquitectónicas, también tiene lugar la “nostalgia del futuro” y la recuperación de ciertos

beneficios de la arquitectura de la década de los setentas. Acompañados en algunos casos del desarrollo de las

familias de los fluorados —que ya había permitido anteriormente la popularización de las cubiertas de grandes

claros, ligeras y translucidas con revestimientos de teflón—, así como de geometrías complejas que han hecho

posibles las técnicas de modelado digital.

La creciente amplitud en la aplicación de estos materiales ha hecho que entren en la paleta de todo un grupo de

arquitectos preocupados por cualidades visuales y perceptivas de los materiales más que de desarrollos

tecnoló­gicos específicos o de una utilización comprometida o ejemplar. La utilización de páneles de

policarbonato celular machihembrados en el almacén Ricola en Mulhouse en 1993 por Herzog & de Meuron,

que en su momento supuso la apertura a este material de un buen número de prácticas en Europa, los más

recientes cerramientos de etfe del Allianz Arena en Munich en 2005, también con la pareja suiza, y la

incorporación de páneles moldeados y serigrafiados del cerramiento de la tienda de Christian Dior en

Omotesando, en Tokio en 2003, efectuados por sanaa, abren la puerta a la amplia aceptación de las cualidades

de los materiales poliméricos de síntesis artificial.

Su futuro

Actualmente se apunta a los polímeros como una de las áreas prioritarias de desarrollo mundial. Entre las líneas

de investigación más destacadas se hallan las siguientes: 1) diseños en la estructura molecular para que puedan

elegirse y combinarse propiedades y funciones diversas; 2) materiales biocompatibles en el ámbito de la

traumatología, odontología, cirugía, etcétera; 3) procesos de reciclado de plásticos que reduzcan su impacto

ambiental; 4) materiales reforzados con una alta resistencia mecánica combinada con otras propiedades y

funciones como los nanotubos de carbono —elementos de dimensiones extraordinariamente pequeñas cuya

resistencia es cien veces superior a la del acero; 5) control de la degradación al ser sometidos a condiciones

ambientales severas de humedad, temperatura o resistencia al fuego; 6) los plásticos, por ser materiales

maleables y de baja densidad, se emplean en campos muy diversos, como aeronáutica (convenientemente

reforzados con fibras de vidrio o de carbono), automoción, telecomunicaciones (fibras ópticas), etcétera. En el

campo de la medicina las aplicaciones son también enormes: implantes, ortopedia, fármacos, fabricación de

plasma artificial e incluso hay proteínas necesarias para el cuerpo humano que también se pueden sintetizar

artificialmente.

Según su uso, se pueden distinguir tres clases: a) polímeros de

uso general, como pvc, ps, poliacrilatos y metacrilatos, resinas

epoxi, etcétera; b) polímeros técnicos o de ingeniería, que

preservan sus propiedades por debajo de 0 ºC y a más de 100

ºC, como policarbonatos, poliamidas, polisulfonas, etcétera; c)

polímeros especiales, de elevado precio, con altas prestaciones

en cuanto a sus propiedades térmicas y mecánicas,

normalmente con aplicaciones muy específicas. Es aquí donde

se están realizando los avances más sobresalientes: polímeros

fluorados como el teflón, muy resistentes incluso a altas

temperaturas, cristales lí­quidos empleados en las pantallas planas e cualquier pantalla o televisor, polí­meros

electroactivos que conducen electricidad en lugar de servir como aislantes, polímeros fotosensibles o

biopolímeros, cada vez más empleados en cirugía y prótesis.

Buscando una solución a los problemas que conlleva el uso de los plásticos, científicos e ingenieros vienen

desarrollando plásticos biodegradables obtenidos a partir de fuentes renovables, como las plantas. Un material

es biodegradable cuando puede ser degradado a sustancias más simples por la acción de organismos vivos, y de


esta manera ser eliminado del ambiente. La razón por la cual los plásticos tradicionales no son biodegradables

es porque son polímeros demasiado largos y compactos como para ser atacados y degradados por los

organismos descomponedores. Pero los plásticos basados en polímeros de plantas tienen una estructura que

puede ser destruida por los microorganismos.

El almidón es un polímero natural, un gran hidrato de carbono que la planta sintetiza durante la fotosíntesis y le

sirve como reserva de energía. Los cereales, como el maíz, contienen gran cantidad de almidón. El almidón

puede ser procesado y convertido en plástico, pero como es soluble en agua, se ablanda y deforma cuando entra

en contacto con la humedad, limitando su uso. Este problema puede ser solucionado modificando el almidón.

Primero, el almidón se extrae del maíz, luego los microorganismos los transforman en una molécula más

pequeña (un monómero), el ácido láctico. Después, este ácido láctico es tratado quí­micamente de manera que

forme cadenas o polímeros con una estructura molecular parecida a la de los de origen petroquímico, que se

unen entre sí para formar el plástico llamado ácido poliláctico (pla por sus siglas en inglés). Otra manera de

hacer polímeros biodegradables es empleando bacterias que fabrican gránulos de un plástico llamado

polihidroxialcanoato (pha). Las bacterias pueden crecer en cultivo y el plástico ser extraído fácilmente.

En Japón buscan independizarse del petróleo, y la respuesta está en el maíz. Los principales avances con los

motores de hidrógeno tienen el sello nipón, y la energía solar ha conocido sus mayores avances en aquél país.

Fueron los primeros en eliminar los metales pesados en la fabricación de las computadoras, y en estos avances

ha pesado mucho la ecología. No en vano el gobierno de Tokio cuenta con la legislación medioambiental más

exigente y predica con el ejemplo. Para participar en cualquier concurso de suministros informáticos para el

Estado, las computadoras deben cumplir una serie de requisitos que minimicen su impacto contra el medio

ambiente. A este escenario se le sumó el alza del petróleo.

Preservar los escasos recursos petrolíferos y prevenir el calentamiento global de la Tierra son los argumentos

que alegan Nec, Fujitsu, Sanyo, Pioneer y Sony para sus ensayos con plásticos obtenidos de los vegetales. Pero

es el maíz el candidato mejor situado para quitarle a los ordenadores su olor a petróleo. Sanyo, uno de los

impulsores del pla, estimó en su momento que se necesitaban 85 granos de maíz para hacer un disco compacto,

una mazorca para diez discos, y el año pasado fue de los primeros en anunciar la fabricación un de cd a base de

maíz, MildDisc, aunque postergó su lanzamiento hasta tener más pruebas de resistencia térmica.

NEC, que ya usa al pla en algunas placas madre, pretende que, para 2010, 10% del material que lleven sus

ordenadores proceda del maíz. Fujitsu ya comercializa pc hechos con bioplásticos. Se trata de los portátiles fmv

Biblo y Lifebook, y el ordenador de sobremesa Deskpower. Ambos equipos sólo se venden en Japón y en la

franja oriental de Asia. Pioneer anunció este año el primer disco óptico Blu-Ray, la próxima generación de

discos dvd hechos de maíz. El disco, sin fecha para su comercialización, tiene 87% de polímero de ácido

poliláctico (pla), es biodegradable, puede ser destruido con facilidad sin emitir gases tóxicos, y su capacidad es

de 25 Gigas. Las empresas Sony y DoCoMo de

Japón crearon conjuntamente el primer

teléfono celular hecho de plástico vegetal. En

Estados Unidos, las empresas químicas y

agrícolas tejen alianzas para hacer desde

envases hasta ropa con materiales derivados del

maíz y otras plantas. En una planta de

Nebraska, una alianza entre Cargill Inc. y la

química Dow está fabricando un material

plástico extraído del maíz, llamado Ingeo. Con

el material y la fibra se hacen frazadas y

envases de alimentos.


Plásticos que se autodestruyen: el futuro de

los polímeros

Por Xiaozhi Lim

Adam Feinberg se tardó más en fabricar una

delgada hoja de plástico de color amarillo brillante

que en destruirla en pequeños pedazos. Eligió un

molde en forma de “I” para el logo de la

Universidad de Illinois en Urbana-Champaign en

donde trabaja como químico. Después, lo llenó

con partes de plástico y lo metió a un horno.

“Abrí el molde y ahí estaba esta hermosa ‘I’

amarilla”, recuerda. Su nuevo plástico pasó la

primera prueba —se podía moldear a través del

calor como el plástico regular—. Sin embargo,

faltaba otro paso importante en la reformulación

del mundo de los plásticos.

Feinberg colocó la I bajo una luz blanca y, cinco

minutos después, solo quedaba la mitad. La otra

mitad había caído al piso. Al juntar ambas partes,

la I tenía un agujero en la mitad compuesto por

una sustancia pegajosa amarilla.

El plástico no simplemente se derritió. Su

estructura, los polímeros sintéticos en su interior,

habían regresado a sus unidades moleculares. “Fue

una sensación fenomenal”, dijo sobre el exitoso

experimento.

La mayoría de los polímeros sintéticos no fueron

diseñados para desintegrarse o desaparecer. Por el

contrario, fueron creados para durar tanto como

sea posible cuando comiencen a remplazar al

metal y al vidrio en objetos de larga duración

como automóviles y aviones.

No obstante, los polímeros sintéticos se volvieron

tan populares y adaptables que, décadas después,

son la raíz del problema global de miles de

millones de toneladas de desperdicio plástico. Los

más recientes villanos en las campañas a favor del

medioambiente son los productos desechables de

plástico elaborados con polímeros sintéticos —

popotes, filtros de cigarrillos, tapas de tazas de

café, etcétera—.

Durante las décadas pasadas, esta diferencia entre

la vida material y la vida útil del producto ha

causado la acumulación de desperdicio plástico en

tiraderos de basura y ambientes naturales, parte de

él ha estado a la deriva en océanos hasta que

montones y montones han llegado a los confines

del mundo y partes pequeñas han sido ingeridas

por la vida marina. Es muy poca la cantidad que se

recicla; de hecho, algunos cálculos estiman que

solo un 10 por ciento de todos los plásticos son

reciclados cada año.

Los efectos de la acumulación de esos materiales

para el medioambiente y el declive de su

popularidad han ayudado a estimular a los

químicos en la misión de fabricar nuevos

materiales con dos requerimientos que entran en

conflicto entre sí: deben ser durables, pero

degradables cuando sea necesario. En resumen,

los científicos están en busca de polímeros o

plásticos con un mecanismo de autodestrucción

incorporado.

“Son dos criterios diametralmente opuestos que

estamos tratando de conciliar”, dijo Feinberg y

comentó que es más fácil moldear un plástico

fuerte sin destruirlo pero, al mismo tiempo, no

debería durar para siempre.

“El verdadero truco es hacerlos estables cuando

los estás usando e inestables cuando no quieres

usarlos”, dijo Marc Hillmyer, quien dirige el

Centro de Polímeros Sustentables en la

Universidad de Minnesota.


Plásticos que se autodestruyen: el futuro de

los polímeros

Por Xiaozhi Lim

Desde el punto de vista económico, remplazar los

polímeros más ampliamente usados como el

polietileno (bolsas del supermercado),

polipropileno (redes de pescar) o politereftalato

(botellas de un solo uso) con polímeros que se

desmantelan no es viable.

Aunque no es la panacea para el problema del

desperdicio, los plásticos que se autodestruyen

podrían brindar nuevas aplicaciones para

suministrar medicamentos, materiales de

autocuración e incluso en componentes

electrónicos.

El punto de inicio requiere elegir polímeros que

son inherentemente inestables y a menudo

ignorados por su fragilidad. Al poder elegir, sus

unidades permanecerían como pequeñas

moléculas. Lo que los científicos hacen es forzar

esas moléculas para conectar cadenas más largas y

entonces atrapar a los polímeros resultantes.

“Podemos tener un gran cambio de propiedades o

degradación completa del polímero solo a partir de

un evento”, dijo Elizabeth Gillies, una química de

la Universidad Western en Londres, Ontario.

Gillies afirma que la rápida desintegración le da a

los polímeros que se desmantelan una ventaja

sobre los biodegradables, afirma ella, porque la

biodegradación es lenta y difícil de controlar.

En teoría, estos polímeros de siguiente generación

podrían ayudar a mitigar los problemas de

contaminación asociados con los productos

plásticos. Si las unidades son recolectadas después

de desmantelarse para hacer nuevos polímeros,

eso conduciría al reciclaje químico. La mayoría

del reciclaje hecho actualmente simplemente

involucra derretir el plástico y volver a moldearlo.

“Desde mi punto

de vista tiene

gran potencial, el

problema es

hacerlo barato y

lograr que sus

propiedades sean

lo

suficientemente

competitivas para que sea útil y tenga penetración

en el mercado para el consumidor”, dijo Hillmyer.

Usar materiales reciclables químicamente se

podría volver práctico especialmente si las

compañías comienzan a asumir responsabilidades

por sus productos después de la vida útil, dijo

Hillmyer. Él cofundó la empresa emergente

Valerian Materials para comercializar el

poliuretano reciclable. Si las compañías

automotoras tienen que recibir de regreso un auto

usado, por ejemplo, podría cobrar sentido tener un

sistema interno de reciclaje químico para hacer

nuevos materiales a partir de los viejos, dijo.

Contar con polímeros que se desmantelen y

productos totalmente reciclables es un avance,

pero los consumidores todavía necesitarían hacer

su reciclaje de la manera adecuada. “La

contaminación existe porque el material no fue

recolectado”, dijo Steve Alexander, quien preside

la Asociación de Recicladores de Plástico. “Si no

los puedes separar apropiadamente, no importa lo

que sea, solo es basura”. Recolectarlo y separarlo

es actualmente uno de los más grandes problemas

para los recicladores, afirma.


BIOPOLÍMEROS NATURALES USADOS

EN EMPAQUESBIODEGRADABLES

Por Héctor S. Villada, Harold A. Acosta y Reinado J. Velasco

La prioridad principal de los empaques es la

preservación y protección de todo tipo de

productos, siendo los alimentos y las materias

primas el campo de mayor prioridad. Estos

productos requieren atención dada la

contaminación generada por micro organismos

(bacterias, esporas, hongos, etc.) durante la

manipulación. La protección se hace a través

de los empaques, los cuales generalmente se

elaboran a partir de polímeros sintéticos. No

obstante, el uso indiscriminado de empaques

sintéticos ha generado serios problemas

ecológicos contribuyendo a la contaminación

ambiental provocada por desechos sólidos de

baja degradabilidad, lo que ha impulsado a la

búsqueda de biopolímeros naturales. El

aprovechar los recursos naturales como fuente

de conservación y reciclaje se convierte en una

excelente opción e innovación en el desarrollo de

nuevos productos biodegradables. Su total

biodegradación en productos como CO2, aguay

posteriormente en abono orgánico es una gran

ventaja frente a los sintéticos. El objetivo de esta

revisión es conocer los diferentes biopolímeros

obtenidos de diversas fuentes de recursos

naturales usados en empaques biodegradables.

MATERIALES NATURALES PARA

EMPAQUES BIODEGRADABLES

El reemplazo total de los plásticos sintéticos

por materiales biodegradables para la

elaboración de empaques no se ha logrado

hasta el presente, no obstante si se han

sustituido algunos polímeros sintéticos por

otros naturales, en aplicaciones específicas.

Tales reemplazos han permitido el desarrollo de

productos con características específicas

relacionadas con las propiedades de barrera,

mecánicas y térmicas en determinados

empaques como películas, protectores espumas,

envolturas, platos, tasas, cucharas, bolsas, etc.

Los biopolímeros naturales provienen de cuatro

grandes fuentes: origen animal

(colágeno/gelatina), origen marino

(quitina/quitosan),origen agrícola (lípidos y grasas

e hidrocoloides: proteínas y polisacáridos) y

origen microbiano(ácido poliláctico (PLA) y

polihidroxialcanoatos(PHA)).

POLISACÁRIDOS

Los polisacáridos son conocidos por su

estructura compleja y diversidad funcional. La

estructura líneal de algunos de estos

polisacáridos es, por ejemplo, la celulosa (1,4-

b-D– glucano), la amilosa (un componente del

almidón 1, 4-a-D– glucano) y el quitósan (1, 4-b-

D– polímero de glúcidos), le proporcionan a

algunas películas dureza, flexibilidad y

transparencia; las películas son resistentes a las

grasas y aceites. El entrelazamiento, por

ejemplo, del quitósan con aldehídos hace la

película más dura, insoluble en agua y le

proporciona una alta resistencia. El celofán, es

una película regenerada de celulosa que se hace

por un proceso viscoso. La celulosa de éter

aniónico y la carboximetilcelulosa (CMC), se

solubilizan enagua siendo compatibles con otro

tipo de biomoléculas, mejorando las

propiedades mecánicas y de barrera en las

películas elaboradas. La CMC es una película

capaz de absorber el aceite recogido en los

alimentos sometidos a proceso de fritura

profunda. Películas elaboradas de bagazo de

yuca, CMC y residuos de papel Kraft han

mostrado una alta resistencia, importante

propiedad para la fabricación de panales de

huevo, empaques para frutas y verduras.

El almidón es otra materia prima en abundancia,

específicamente el que proviene del maíz, tiene

propiedades termoplásticas cuando se realiza la

disrupción estructural a nivel molecular. La

presencia de amilosa en un 70% en almidones de

amilo-maíz da una estructura fuerte y más

flexible a la película. La estructura ramificada

de la amilopectina generalmente le da a la

película pobres propiedades mecánicas.


BIOPOLÍMEROS NATURALES USADOS

EN EMPAQUESBIODEGRADABLES

Por Héctor S. Villada, Harold A. Acosta y Reinado J. Velasco

Los compuestos de los almidones

hidroxipropilados son usados para la

preservación de caramelos, pasas, nueces y

dátiles para evitar la rancidez oxidativa. La

síntesis de la copolimerización e injertación de

monómeros tales como acrilonitrilo (AN),

generan un precursor de fibras acrílicas

utilizadas en la preparación de compuestos de

almidón más polímero (almidón–injerto–PAN),

los cuales son también biodegradables Las

investigaciones en plásticos biodegradables

basadas en almidón se iniciaron desde 1970y

continúan actualmente en varios laboratorios

del mundo. Las tecnologías que aún se

siguen desarrollando, están relacionadas con la

incorporación del gránulo de almidón o almidón

en forma gelatinizada a las formulaciones de las

películas fabricadas en procesos de compresión,

extrusión soplado, extrusión de un sólo tornillo o

doble tornillo y moldeo por inyección. El

problema que han presentado las películas

fabricadas con almidón es la sensibilidad a la

humedad, la cual se ha reducido utilizando en

las formulaciones polivinilalcohol

(PVA),glicerina, sorbitol, bases nitrogenadas,

etc. La plastificación del gránulo de almidón

nativo o almidón hidrolizado se obtiene por la

disrupción estructural que resulta de una

disminución de los cristales durante el proceso

de extrusión y la acción del plastificante,

emergiendo un nuevo tipo de material

conocido como almidón termoplástico (TPS)

(Acosta et al., 2005;Villada, 2005). Igualmente,

se han realizado estudios en TPS hechos a partir

de amilosa y amilopectina; en éstos se

analizaron las propiedades de barrera, las cuales

mostraron una alta permeabilidad al O2 y

disminución al vapor de agua en TPS de amilosa

comparados con los elaborados a partir de

amilopectinas. La adición de polímeros

naturales como el almidón al interior del

polietileno (polímero sintético), en forma

granular entre un 6 y el 30%, es otra

aproximación en la fabricación de los

empaques biodegradables.

Las películas de almidón y polietileno de baja

densidad (LDPE) contienen hasta un 30% de

almidón, mostrándose como un material

parcialmente biodegradable. Otra aplicación del

almidón es la combinación en forma

gelatinizada en proporciones entre el 30 y el70%

mezclado con polímeros sintéticos igualmente

gelatinizados, como el caso de polivinilalcohol

en proporciones variando entre 10% y 20%.

Existen en el mercado diferentes productos

hechos de polímeros sintéticos y almidón

gelatinizado comercializados por Mater-Bi®.

Sin embargo, hoy ambos tipos de material no se

pueden considerar como compuestos

completamente biodegradables. Los envases

plásticos de almidón formados a partir de espumas

por mezclas de almidón con ácido poliláctico son

usados como material de relleno que amortigua

y protege contra golpes y vibraciones durante

el transporte. Los productos derivados del

almidón tales como dextrinas o glucosa son

extensamente usados como materias primas de

medios fermentativos. La glucosa puede ser

fermentada y convertida a ácido láctico, el

cual puede ser polimerizado a un polímero de alto

peso molecular como es el ácido poliláctico (PLA)

e igualmente copolimerizado. Su uso como

plástico biodegradable es de considerable interés

y demanda. La conversión del ácido láctico a

sudímero deshidratado (láctido), permite el

proceso de polimerización siempre y cuando se

utilice el adecuado catalizador. El láctido está

seguido por el rompimiento de un anillo que se

abre a la polimerización de varios polímeros

de alto peso molecular a una posterior reacción

de copolimerización con caprolactona dando

como resultado una película que se usa para

empaques de alimentos.

La pectina, es un complejo aniónico

polisacárido compuesto de b-1,4-D– ácido

galacturónico residual, ésta puede ser pectina de

alto metoxilo (HMP) o pectina de bajo

metoxilo (LMP); la HMP forma excelentes

películas. La mezcla de plastificante


BIOPOLÍMEROS NATURALES USADOS

EN EMPAQUESBIODEGRADABLES

Por Héctor S. Villada, Harold A. Acosta y Reinado J. Velasco

depectina cítrica y almidón de alta amilosa dan

estabilidad y flexibilidad a la película, la cuales

térmicamente estable sobre 180 °C. La pectina

es también miscible en polivinilalcohol o

en glicerina en todas las proporciones, puede

usarse en la elaboración de películas por proceso

de extrusión, compresión y/o otras operaciones

térmicas; es soluble en agua e igualmente es

usada en la fabricación de bolsas y en

diversos sistemas médicos. Las películas que

resultan de las mezclas de pectina y quitósan

junto con cualquier plastificante y PLA,

generan buenas propiedades mecánicas y de

barrera según el porcentaje de los componentes

y la relación con el material alimenticio en

estudio. Las películas también son preparadas

desde el quitósan y sus derivados; las

propiedades mecánicas, de barrera y su

biodegradación son características estudiadas. Es

antifúngico y antimicrobiano, las películas a partir

de quitosan prolongan la vida de los alimentos

en las estanterías o en los anaqueles como en

el caso del banano, el mango y la pera.

Productos como Nutri–Suve®, basados en

derivados del quitósan son trabajados

extensamente para alargar la vida en anaquel

de frutas como la manzana, las peras,

granadillas, etc. Se han realizado estudios en

películas de quitósan-almidón y quitósan-PLA

las cuales han mostrado una alta permeabilidad a

gases y un aumento en las propiedades

mecánicas. Hidrocoloides, lípidos/grasas Dos

tipos de biomoléculas son usados en la

preparación de empaques biodegradables de

película, los hidrocoloides y los lípidos.

Individualmente, tienen una escasa integridad

estructural y características funcionales; por

ejemplo, los hidrocoloides no son una buena

barrera contra la humedad, en cambio los

lípidos, sí. Algunas formulaciones de las

películas se han adaptado a necesidades

específicas de comercialización; por ejemplo, las

naranjas tienen una cáscara gruesa que está

expuesta a condiciones anaeróbicas generando

fácilmente el ciclo de senescencia y putrefacción,

de tal manera que estas películas ricas en

lípidos pueden retardar este efecto. El uso de

cera para cubrir las frutas por inmersión es uno

de los métodos más antiguos, practicado desde

principios del siglo XII. Se practicó en China,

con el propósito de retardar la transpiración en

limones, naranjas y se sigue utilizando en

pimentones, manzanas, peras, etc. La

preservación de frutas frescas y secas se realiza

con estas ceras y se practica desde tiempos

inmemorables. El cubrimiento con ceras

naturales fundidas en la superficie de frutas y

vegetales ayudan aprevenir la disminución de

la humedad, específicamente durante los

cambios de estación. La cera, las ceras

parafinadas, la cera de candelilla (un aceite

exudado de la planta de candelilla, originaria de

USA y México), son algunas de las ceras

preparadas y usadas en tales aplicaciones; ellas

también son usadas como agentes de

microencapsulación, específicamente para

sustancias con olores y sabores a condimento.

Las lacas también son usadas en la

preparación de algunos compuestos, pero se

debe tener cuidado en su selección, dado que el

tipo de ácido hidraciclico de composición puede

ser cadena corta o larga, lo cual puede incidir en la

formulación y concentración dela mezcla usada

en ciertas aplicaciones específicas. Las

formulaciones preparadas po rmezclas

compuestas de hidrocoloides, emulsificantes y

lípidos se muestran como promisorias para

prologar la vida del alimento durante el

almacenamiento. Del insecto Candida oleophila

se obtiene un ácido hidrocíclico que se utiliza

solo o mezclado con soluciones salinas para el

control de ácaros u otros microorganismos en

hortalizas, frutas y verduras. El método de

bañar las frutas, los vegetales y los productos

cárnicos, es el más común y las diferentes

formulaciones están directamente relacionadas

con el tipo de alimento. Los baños atacan el

crecimiento de microorganismos sobre la

superficie, mientras que la tierra y los

desperdicios son eliminados.


Aleaciones amorfas, metales que pueden fluir

Por Ruben Apaza

Los metales son uno de los materiales más

utilizados en la construcción del mundo moderno,

se encuentra en todo, desde edificios hasta

aviones y teléfonos inteligentes. Si bien la

mayoría de los metales se extraen de la tierra, los

científicos crearon una nueva generación de

metales en el laboratorio, el metal amorfo. Estos

llamados vidrios metálicos o metales vítreos,

tienen propiedades únicas. Son más fuertes y más

duros que los metales convencionales, pero se

pueden formar como plásticos, tienen buena

resistencia a la corrosión y buena ductilidad. Esto

suena asombroso. ¿Qué hay detrás de sus

características especiales?

A simple vista, estos materiales hechos en

laboratorio se parecen a los metales comunes,

pero son más lisos y brillantes. Están hechos de

múltiples componentes, incluyendo circonio,

cobre, níquel, aluminio, platino, hierro hasta oro

según de la Universidad de Tohoku y el Instituto

de Tecnología de California (Caltech). Exhiben

una resistencia muy alta. Es tan fuerte que

deformarlo permanentemente es muy difícil.

Puede almacenar mucha más energía de

deformación que cualquier otro metal, por lo que

es un material de resorte ideal.

Pero lo que hace que los vidrios metálicos sean

únicos, es que su gran fuerza se combina con la

capacidad de fluir como un líquido espeso cuando

se encuentra en un estado líquido que los metales

normales no pueden alcanzar. Cuando se calientan

a un cierto rango de temperatura, fluyen como un

líquido viscoso. Esto hace posible moldear estos

metales especiales mediante un proceso de

formación en caliente que se utiliza normalmente

para los vasos y plásticos tradicionales. En

principio, incluso puede soplar los metales como lo

haría con el soplo de las botellas.

Todos los metales en la naturaleza tienen una

disposición regular y repetitiva de átomos, donde

los átomos se apilan casi uniformemente en una

red tridimensional. Por el contrario, estos vidrios

metálicos fabricados en laboratorio tienen una

disposición atómica más o menos aleatoria. Esto se

debe a que se fabrican enfriando material líquido

calentado tan rápido que los átomos están

"congelados", esto se hace con el método de

enfriamiento rápido, en la que el enfriamiento es

tan rápido que no se permite la formación de

cristales y el material entonces queda "atrapado" en

estado vítreo.


Aleaciones amorfas, metales que pueden fluir

Por Ruben Apaza

Pero lo que es realmente inusual en los vidrios

metálicos, es su capacidad de fluir como un

líquido espeso en su estado líquido superenfriado,

un estado único en el que pueden permanecer de

forma bastante estable, mientras que es casi

imposible que alcancen los metales

convencionales. Para obtener la fluidez del vidrio

metálico, se calienta a un cierto rango de

temperatura antes de su punto de fusión. La

temperatura ascendente descongela los átomos

para que puedan moverse. Se comportan como un

líquido, pero muy denso y lento. Haciendo uso de

esta región de flujo viscoso especial, los

científicos pueden formar y dar formas

geométricas en formas complejas, por ejemplo,

moldeo por soplado. Se ha demostrado que los

vidrios metálicos pueden moldearse en escalas

extremadamente pequeñas.

En cuanto a las aplicaciones, Caltech y

Liquidmetal desarrollaron una aleación amorfa

comercial, el Vitreloy 1 (41.2% Zr, 13.8% Ti,

12.5% Cu, 10% Ni, 22.5% Be) en la fabricación

de palos de golf por su elasticidad, es probable

que la aleación Ti40Cu36Pd14Zr10 no sea

cancerígena, más resistente que el titanio, y su

elasticidad se aproxima al de los huesos. tiene una

alta resistencia al desgaste y no produce polvo por

abrasión, las aplicaciones son prometedores en el

campo de la salud.

Pero, las propiedades especiales del vidrio metálico

son más atractivas para aplicaciones de electrónicas,

como en la fabricación de teléfonos móviles,

computadoras, relojes y otros, porque los fabricantes

están valorando su fuerza y pueden moldearlos en

formas complejas precisas para componentes

pequeños, en el futuro podríamos adaptar las

propiedades deseadas mediante la ingeniería de

estructuras a escala atómica en esta nueva

generación de metales, con aplicaciones en la

nanotecnología, como la nanoimpresión o los

nanomoldes porque los nanomoldes de vidrio

metálico resultan ser más fáciles de fabricar y más

duraderos.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!