Edicion 24 de junio 2020
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12 Viernes 24 de julio de 2020
Opinión
Diario Co Latino
Editorial
Solo hay un presidente Bukele
Aún y cuando no estamos de
acuerdo con la forma en
el que el presidente Nayib
Bukele se dirige hacia la oposición
política, empresarial y periodística y
al cabo, decimos, es su estilo y hasta
hoy no le ha afectado en su imagen.
Es más, da la impresión de que sus
seguidores valoran eso del mandatario.
Son los que creen que, entre
más enfrentamiento, garantizan la
gobernabilidad. Habrá que esperar
si este estilo durará el quinquenio o
en algún momento tendrá que dar
giros.
De quienes no estamos de acuerdo
que asuman el estilo del presidente
Bukele, primero porque no les
luce, segundo porque les puede traer
consecuencias jurídicas, es a algunos
ministros, que seguramente tampoco
son de la simpatía de quienes siguen
al presidente Bukele. Escuchar
a algunos funcionarios de Gobierno
queriendo asumir poses del presidente
Bukele, incluso, hasta con
malcriadeces contra diputados, principalmente,
no deja de ser chocante.
Presidente:
Nelson López
Director General:
Francisco Elías Valencia
Jefa de Información:
Gabriela Castellón Fajardo
Coordinadora de Prensa: Patricia Meza
Teléfonos: 2222-1009, 2271-0671, 2271,0971 Fax: 2271-0822
128 AÑOS INFORMÁNDOTE CON CREDIBILIDAD
Creemos que todo funcionario debe
respetar a sus contrincantes, sobre
todo a los funcionarios de los otros órganos
del Estado. Ser funcionario del
presidente Bukele, quien ganó la presidencia
de forma abrumadora con respecto
a los resultados de los otros contrincantes,
no les da derecho a asumir
que también ellos tienen ese apoyo popular.
Solo vea el ejemplo en el expresidente
del FONAES, Jorge Aguilar,
quien fue despedido por el presidente
Bukele, luego de que se hiciera público
un negocio irregular con el Ministerio
de Salud, caso que está en investigación
en el Tribunal de Ética y del resultado
de la investigación, incluso, podría
ser tema de la Fiscalía General de
la República.
Lo que queremos expresar con este
ejemplo, que, por mucho que quiso
adoptar el estilo del presidente en
su año como funcionario, no le valió
para mantenerse después de un desliz.
Tampoco los seguidores del presidente
salieron a defender al exfuncionario
Aguilar, quien, incluso, fue pasado
de lado por sus bases en Santa Te-
didato
a alcalde por la ciudad de las
Colinas.
Todos los funcionarios del Gobierno
del presidente Bukele deberían comenzar
a verse en esos espejos, pues si
aumentan su volumen a sus malcriadeces
contra otros funcionarios de otros
órganos del Estado, hasta los mismos
seguidores del presidente volverán la
mirada a un lado si llegaran a entrar en
desgracia. Por otro lado, ser funcionario
público también debería cumplir
un nuevo requisito, más allá de los que
estipula la ley o la Constitución: actuar
con honorabilidad, con decoro.
Esas dos virtudes les hacen falta
a varios de los funcionarios de este
Gobierno y denota malacrianza.
La población salvadoreña, que por
años ha valorado las buenas conductas
de las personas, debería exigir
eso de los funcionarios de Gobierno.
Es cierto que hay funcionarios
de gran calidad y decoro, sin lugar
a duda, pero hay tres o cuatro
que les faltan el respeto a todos.
A estos funcionarios, que la po-
cer
daño a la imagen del presidente
Bukele.
Sería bueno, por supuesto, que el
presidente Bukele también evitara a
sus emuladores, porque no lo hacen
bien ni con el estilo que todo buen
emulador lo hace, pues, lo hay, pero
no en este Gobierno. La censura pública
contra funcionarios que atropellan
verbalmente a otros, a través
de los medios sociales, incluidas las
redes sociales, debería ser tema también
de la Ética Gubernamental, y
de todas aquellas personas y entidades
que luchan por un El Salvador
tolerante y respetuoso en tanto sociedad
democrática.
Nos preguntamos si de estos funcionarios
son lo que quieren que
aprendan los niños y las niñas, los
jóvenes que están siempre en las redes
sociales. Si es esto lo que buscan,
lo están haciendo muy mal, porque
van a crear una nueva generación
de jóvenes irrespetuosos e intole-
quen
por su bien y el bien de la con-
ta
en este país.