07.12.2020 Views

Libro Relatos de la Revuelta

Este libro recoge las vivencias de quienes formaron parte de este proceso histórico. Las historias recopiladas no están en un orden cronológico y se desarrollaron a lo largo del país y en el extranjero. Las emociones plasma- das en cada línea son el reflejo del sentimiento colectivo. Un sentimiento de cambio y justicia social.

Este libro recoge las vivencias de quienes formaron parte de este proceso histórico. Las historias recopiladas no están en un orden cronológico y se desarrollaron a lo largo del país y en el extranjero. Las emociones plasma- das en cada línea son el reflejo del sentimiento colectivo. Un sentimiento de cambio y justicia social.

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

17 de enero, Layne

Ya oscurecido en dignidad y alrededores, la resistencia seguía

imponiéndose en la calle Ramón Corvalán, estuvimos aguantando

horas, como empezó a ser la tónica de los viernes. Yo con mi escudo,

parado, junto a otros escudos resistiendo el guanaco, ya varias

veces me tocó encararlo de frente y salí airoso, miedo es lo que

me faltaba, obviamente, o ellos creían que lo tendría, en medio de

esa calle, orilla izquierda, estábamos parapetados, preparados

para seguir avanzando, cuando el guanaco se acerca demasiado a

nosotros, más de diez metros no nos separaban de él, por alguna

razón no retrocedimos, y ahí comenzó una masacre con el chorro a

nuestros escudos, empezó a botar a varios, los recuerdo. Llegó mi

turno, como muchas veces sentí una fuerza tremenda en mi escudo,

más frontal que nunca y más cerca que ninguna ocasión, no tenía

soporte atrás esta vez, y yo parado, afirmé el escudo con mi izquierda

enganchada y la derecha de soporte abajo, resistí la primera oleada,

inmediatamente vino la segunda, más de cinco segundos no aguanté

y sentí que se hundió de golpe hacia mi brazo, desde ese momento

me descolocó, no logré sostenerlo más y me dio vuelta, y con eso volé

hacia atrás, realmente volé, o yo sentí eso, caigo en una calle plagada

de camotes, un compa agarró el escudo de mi brazo, se puso delante

mío haciendo el aguante, traté de pararme, pero ya mis compañeros

me tenían de pié antes de pensarlo, todo fue rápido, me dan ánimos,

me preguntan cómo estaba, yo empapado dije “sigamos no más”,

me devuelven el escudo, estaba dispuesto a seguir y me señalan

el brazo, mi codo derecho sangrando profusamente, me colgaba la

carne, una herida profunda. Llegó salud y tuve que abandonar, la

adrenalina bajó y el dolor empezó a llegar. Cojeando, entre vítores y

aplausos, por alguna razón levanto mi puño ensangrentado.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!