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EL ARTE
INDÍGENA
PUERTORRIQUEÑO
Y
CULTURA TAÍNA
DE
María Antonia
ROMÁN PRADO
CONTENIDO
EL ARTE INDÍGENA PUERTORRIQUEÑO Y CULTURA TAÍNA
DE María Antonia ROMÁN PRADO
PREFACIO
ANTECEDENRES
ARTE TAÍNO
CAPÍTULO I
INTRODUCCIÓN
CAPÍTULO II
ORIGEN DE LOS INDIOS. TEORÍAS
CAPÍTULO III
ESTUDIOS ARQUEOLÓGICOS
ETNOLOGÍA TAÍNA DE BORIQUEN-
LAS ANTILLAS Y EL ARTE TAÍNO
CAPÍTULO IV
LAS MIGRACCIONES PROCEDENTES DE SURAMÉRICA
CAPÍTULO V
ARTE CONTEMPORANEO, TAÍNO PUERTORRIQUEÑO. LOS SIGNOS
GEOMÉTRICOS
- MUESTRAS de la CULTURA TAÍNA (Imágenes)
- EPÍLOGO
- BIBLIOGAFÍA
2
CAPÍTULO I
INTRODUCCIÓN
La CULTURA es el conjunto de conocimientos, y las
realizaciones del espíritu humano, que en último término remiten
a una reflexión sobre el hombre, considerado no sólo
en su hacer sino en su hacerse.
Es el conjunto de ideas, ciencias, artes y costumbres
que caracterizan a un grupo social. El núcleo cultural
que cada pueblo desarrolla según unos patrones de pensamiento
y de conducta que se transmiten de generación a generación,
con cambios y adiciones.
"Todo complejo que incluye los conocimientos, las
creencias, el arte, la moral, las leyes, las costumbres y
otras disposiciones, y hábitos adquiridos por el hombre en
tanto que miembro de una sociedad". De esta definición propuesta
en 1871 por Tylor en Primitive Culture (Cultura Primitiva)
se pueden destacar cuatro puntos:
── la CULTURA es aquello que en el medio, es debido al
hombre;
── la CULTURA es un fenómeno social que no puede reducirse
a un hecho de orden individual;
── la NOCIÓN DE CULTURA es una abstracción que nos remite
a una multiplicidad de culturas históricas;
── la CULTURA es un fenómeno universal.
No existe ningún grupo humano que no posea un sistema
económico de producción y de distribución, un sistema
de parentesco y una institución familiar; una organización
política y religiosa, una reglamentación de la vida cotidiana,
un sistema moral y jurídico, un lenguaje, una producción
mítica, filosófica y artística.
3
Por estas razones, los antecedentes de la prehistoria
puertorriqueña, vinculado con la cultura Taína, son
orígenes de la cultura actual, porque todo en su conjunto es
la cultura puertorriqueña.
No obstante, si se quiere profundizar en esta primera
constatación, se encuentran problemas, del que el menor
no es la paradoja existente entre la universalidad del hecho
cultural y la multiplicidad, la extrema diversidad de
culturas a través del espacio y del tiempo.
Considerarla como accesoria y secundaria, implica
correr el riesgo de generalizaciones engañosas y caer en lo
que Claude Lévi Strauss 1 llama el etnocentrismo: la imposibilidad
de concebir la originalidad radical de las costumbres
y hábitos que son extraños. Para darnos cuenta de la
identidad de algunos hechos (culto solar, organización dualista
de la sociedad, técnicas de alfarerías, de tejido,
etc.) en culturas diferentes y alejadas en el tiempo y en el
espacio, algunos antropólogos han superpuesto la existencia
de un estado cultural mínimo que sería a la vez el fundamento
histórico de la cultura y la base de todas las evoluciones y
transformaciones ulteriores. Esta hipótesis "evolucionista"
1 Lévi Strauss, Claude (n. Bruselas, 1908). Etnólogo y filósofo francés de
origen belga. Creador de la antropología estructural y uno de los inspiradores de
la filosofía estructuralista contemporánea. Se ha orientado hacia la etnología a
raíz de hallarse desempeñando la cátedra de sociología en la Universidad de São
Paulo y estudió los indígenas del Mato Grosso y del Amazonas. En Tristes tropiques (1955)
relata su vocación. Al empezar la II Guerra Mundial regresó a Francia, pero en
1941 emigró a los EE. UU.; donde experimentó la influencia de la escuela
lingüística de Jakobson, cuyo método estructuralista decidió usar en etnología.
L'analyse structurale en linguistique et en anthropologie (1945) contiene la primera formulación teórica del
nuevo método, así como La vie familiale et sociale des indiens Nambikwara (1948). Les structures élementaires de la parenté
(1949) constituye su primera aplicación concreta, que continuaría en los trabajos
recogidos en Anthropologie structurale (1958). Titular desde 1959 hasta 1982 de la cátedra de
antropología social en el College de France de París, siguió publicando una serie
de obras importantes: Le totémisme aujourd'hui (1962); La pensée sauvage (1962); los cuatro volúmenes de Mythologiques:
I. Le cru et le cuit (1964), II. Du miel aux cendres (1967), III. L'origine des manieres de table (1968), IV. L'homme nu (1971);
Anthropologie structurale II (1973); La voie des masques (1975); Le regard eloigné (1983). En 1973 fue elegido miembro
de la Academia Francesa.
4
la han sostenido L.W. Morgan, G. Frazer 2 E.B. Tylor 3 , E.
Westermarck 4 , etc. Otros autores, orientados con anterioridad
2 Frazer, James George (Glasgow, 1854-Cambridge, 1941). Antropólogo e
historiador de las religiones británicas. Estudió en el Universidad de Glasgow
(1869-74) y enseñó en las de Liverpool y Cambridge. Considerado uno de los
representantes del evolucionismo comparativo. Su principal aportación radicó en
el análisis y la interpretación de la religión y la magia, que trató en su obra
más importante, The Golden Bough (La rama dorada), 2 Vols. 1890; la magia presenta como objetivo
la conquista de la naturaleza y posee unas características metodológicas
empíricas; en cambio la religión no es más que una relación de los humanos con
los espíritus. De hecho, Frazer reproduce a nivel antropológico social la teoría
evolucionista que distingue tres etapas en el desarrollo de la mente humana:
pensamiento mágico, pensamiento religioso y pensamiento científico. Su influencia
en los estudios antropológicos posteriores se limita exclusivamente a las
aportaciones que hizo en el campo de la metodología, al introducir la comparación.
Para Malinowski su obra, monumental y minuciosa, es excesivamente rígida,
determinista y sistemática, tiende a ignorar la dimensión social del fenómeno
religioso y abusa de las analogías. Otras obras importantes: Totemism and Exogamy (Totemismo
y exogamia), 1910; Folklore in the Old Testament (El folklore en el Antiguo Testamento), 1918, Myths of the Origin of Fire (Mitos acerca
del origen del fuego), 1930; y The Fear of the Dead in Primitive Religion (La creencia en los muertos en la religión primitiva) 1933-1936.
3 Tylor, Edward Burnett (Camberwell, 1832-Wellington, 1917). Antropólogo
británico, considerado uno de los fundadores de la antropología. Fue a partir de
su estancia en México, en 1857 cuando se sintió interesado por el estudio de las
antiguas culturas desarrolladas en dicho país. En 1883 asumió la dirección del
Museo de la Universidad de Oxford, en la que ocupó también la cátedra de
antropología. En 1921 ingresó en la Royal Society. Su obra más importante es Primitive
Culture (Cultura primitiva), publicada en 1871; en ella, a pesar de no utilizar el
concepto "evolución", expone su criterio acerca de la existencia de diversas
etapas en el desarrollo de la cultura humana, señalando que el objetivo de la
ciencia antropológica debe ser el estudio de las mismas, siguiendo cuatro
lineamientos: el arte, el condicionamiento científico, la religión y la
organización sociopolítica. Entre sus aportaciones más destacables figura su
teoría sobre el animismo, según la cual la experiencia del sueño es en la vida de
los primitivos, fuente de creencias en factores sobrenaturales. Esta
fundamentación del origen de la religión en los sueños suscitó posteriormente
apasionados debates y la oposición de sociólogos como E. Durkheim, que la
consideraban demasiado simplista. De su etapa mexicana cabe destacar: Anahuac, or
Mexico and the Mexicans (Anahuac o México y los mexicanos), 1859; y Researchs into the Early History of Mankind
(Investigaciones sobre la historia primitiva de la humanidad), 1865. Obras posteriores, de carácter más
teórico fueron: Researchs into the Development of Mithology, Philosophy, Religion, Languaje, Art and Customs
(Investigaciones sobre el desarrollo de la mitología, la filosofía, la religión,
la lengua, el arte y las costumbres), 1871, y Anthropology (Antropología), 1881.
De hecho la influencia de Tylor en el desarrollo de la antropología se prolongó
prácticamente hasta la aparición de la escuela funcionalista, que recogió de su
obra los elementos más estáticos y el empleo de las técnicas estadísticas.
4 Westermarck, Edward Alexander. Sociólogo y etnólogo finlandés, n. en
Helsinki (1862-1939). Estudió en su ciudad natal y fue profesor de filosofía moral
en Londres desde 1907 a 1930, y después hasta 1935, en su patria. Estudió
especialmente los orígenes del primitivo matrimonio y su evolución, así como sus
fundamentos éticos. Westermarck es autoridad en materia de sociología y pertenece
a la escuela positivista. Entre sus obras destacan: The Origin of human marriage (1889); The
history of human marriage (1891, 2 vols.); The origin and development of the moral ideas (1906, 2 vols.); Marriage
ceremonies in morocco (1914); Ritual and belief in morocco (1926); The goodness of gods (1926); Reminiscences (1927);
The future of marriage in western civilization (1936).
5
hacia la historia, han estudiado los fenómenos de difusión
cultural a partir de un foco determinado; algunos de ellos
(William James Perry, Sir Grafton, Eliott Smith) han expresado
la idea de que la cultura universal se ha derivado en su
totalidad de un centro único. Los trabajos sobre aculturación,
es decir, sobre el conjunto de fenómenos que resultan
del contacto entre dos civilizaciones, han permitido superar
los conflictos teóricos y comprender mejor los mecanismos del
préstamo y de las transmisiones culturales.
Surge una segunda serie de cuestiones
cuando se considera ya no la relación de diversas culturas
entre ellas, sino la especificidad del hecho cultural en
relación a los datos naturales de la vida animal. El problema
de la naturaleza del hecho cultural, de la relación de la
cultura con su propio fundamento no deja de ser importante.
Mucho antes de que existiera una antropología científica, los
filósofos se preguntaban sobre la relación existente entre
la cultura y la naturaleza, (por caso la cultura Taína
Puertorriqueña,), y la cimentaban ya fuera sobre la historia,
suponiéndola como un estadio precultural y salvaje del
desarrollo, ya fuera en una disposición particular del ser
humano. Para algunos científicos como Malinowski 5 , la cultura
5 Malinowski, Bronislaw (Cracovia, 1884-New Haven, 1942). Antropólogo
británico, de origen polaco. Fue uno de los fundadores del funcionalismo. Estudió
física y matemáticas en la Universidad de Cracovia, doctorándose en 1908, luego
psicología y economía en la Universidad de Leipzig y, desde 1910, en la London
School of Economics. La lectura de las obras de Frazer le decidió a dedicarse a
la antropología cultural, disciplina que enseñó en la London School of Economics
desde 1913, y como catedrático titular desde 1927 hasta 1938, y en la Universidad
estadounidense de Yale (1939-42). Su primera obra fue The Family among Australian Aborigines,
1913. Realizó importantes trabajos de campo en Nueva Guinea (1914-15), en las
islas de Trobiand (1915-16 y 1917-18), en los países africanos de dominación
británica, y desde 1926 en las culturas americanas. Sus principales monografías
son: Argonauts of the Western Pacific, 1922, y The Sexual Life of Savages in Northwestern Melanesia, 1929. Con estas
obras descriptivas, Malinowski inició el interés de los antropólogos en el trabajo
de investigación sobre el terreno. Además escribio una serie de obras de carácter
teórico: Crime and Custom in Savage Society , 1926; Sex and Repression in Savage Society, 1927, y su obra
fundamental publicada postumamente, A Scientific Theory of Culture, 1944, en la que desarrolló
el enfoque propiamente funcionalista, frecuentes en la antropología y sociología
posteriores. Según él cada institución desempeña una función social, es decir,
satisface una necesidad social reconocida. La cultura sería el conjunto de tales
instituciones, pues la cultura intenta, ante todo, satisfacer las necesidades
humanas básicas. En oposición al evolucionismo y al difusionismo, los
planteamientos de Malinowski se apoyan en una concepción de cada cultura como
6
posee una función universal determinada por las necesidades.
Es la óptica estructuralista de Lévi-Strauss, la cultura
proviene, de un corte de la realidad natural, según las leyes
de la mente humana de una "proyección" de la lógica
inconsciente. La Cultura no está ni en la naturaleza ni fuera
de ella, sino que participa de una estructura de conjunto en
la que el hombre, como sujeto y como referencia absolutos,
está excluido.
El hecho cultural de la Cultura Taína ha de
apoyarse en las investigaciones arqueológicas y en los
estudios antropológicos, así como también en los
etnográficos, de igual modo que la historiografía utiliza los
mismos soportes para narrar los primeros asentamientos
caribeños (precolombinos) al carecer estas culturas formas
de escritura o simbología afín.
Por “transformaciones culturales" hay que entender
tanto los cambios acaecidos en el tiempo en el seno de una
cultura, como también las variaciones en el espacio, es
responder a la cuestión que plantea la definición mínima de
cultura, tan diversas y presentar tal cantidad de semejanzas.
Los partidarios del evolucionismo consideran las
transformaciones y los cambios culturales como las fases de
un inmenso proceso evolutivo que a partir de "elementos
mínimos" (Tylor), iría hacia formas cada ves más complejas y
cada vez más sintéticas, la evolución social y cultural,
tiene la particularidad de ser progresiva y sintética; lo que
da una especificidad a una costumbre o a una institución es
el lugar que éstas ocupan en una sociedad y la significación
que éstas revisten en la cultura global.
sistema cerrado, del que hay que conocer cada uno de sus particulares elementos,
y a la vez en una afirmación de lo universal del hombre, de modo que lo fundamental
para la antropología es el estudio comparado de las diversas cultura, que implica
el de sus diversas instituciones, costumbres, normas y valores, y el de los
comportamientos y mentalidades que sirven de soporte a la práctica sociocultural.
7
No es posible explicar las transformaciones
culturales por una evolución intrínseca a partir de un tipo
primitivo, la aculturación, es decir, el conjunto de
fenómenos que resultan del contacto directo y continuo entre
grupos de individuos de cultura diferente, y a los cambios
subsiguientes en los tipos culturales de uno o de los dos
grupos; un pueblo sometido por un invasor poderoso, o
trasplantado a otro territorio, conserva aquellas costumbres
que le pertenecen originariamente y que él transforma en
otras propias de su nuevo medio.
La observación de los rasgos culturales en diversos
grupos no permite ni la reconstitución histórica ni la
generalización teórica; el origen único de la cultura es
difícilmente aceptable, porque no tiene en cuenta el genio
inventivo de las culturas; porque establece relaciones de
identidad o de equivalencia entre hechos de los que no se ha
probado que exista entre ellos la menor semejanza, por
ejemplo, las pirámides egipcias, sepulturas reales, y las
construcciones Mayas, que eran templos. (O el caso de Puerto
Rico a la llegada de los colonizadores españoles, los cuales
trajeron a su vez africanos como esclavos)
Wissler ha estudiado los grupos culturales en
relación con la ecología, la geografía, el clima, la
distribución de los recursos naturales y ha puesto de
manifiesto la influencia del hábitat físico sobre la cultura.
Al establecer las relaciones internas que mantienen diversos
rasgos culturales entre sí y con el medio natural, se llega
a la noción de complejo cultural, utilizando aquí, para
designar una estructura coherente y no un conjunto de hechos
dispares. Wissler denomina área cultural el lugar geográfico
de un complejo; ha enumerado las áreas culturales y ha
elaborado el mapa de éstas, ofreciendo de este modo un marco
real y riguroso al estudio de la aculturación.
Los trabajos de Boas son los que aportan la
contribución más rica a las investigaciones de la transmisión
8
cultural. los trabajos de aculturación sólo tienen sentido
en el marco de un área cultural con fronteras definidas; una
encuesta rigurosa exige que se examinen los rasgos
culturales, que se suponen difundidos o transmitidos por otro
proceso, en función de sus relaciones internas y no como
fenómenos dispersos y arbitrariamente aislados por el
científico; conviene considerar la aculturación no como un
mecanismo inevitablemente ligado al contacto entre dos
pueblos, sino como un fenómeno dependiente de factores
psicológicos inconscientes. Franz Boas, ha podido establecer,
con un elevado coeficiente de probabilidad, la identidad
cultural de los pueblos que habitaban el Estrecho de Bering
y la realidad de una transmisión cultural.
Es la relación de la cultura, como
"superestructura”, con la naturaleza, que ella recorta,
interpreta y simboliza, la que se convierte en el objeto de
la investigación teórica y de las encuestas etnológicas.
La cultura es, pues, un nexo entre lo que fue y lo
que es. Así, la cultura puertorriqueña permite vicular lo
ancestral con lo más actual, del arte Taíno.
La “cultura puertorriqueña” es una modalidad de la
cultura latinoamericana, en la cual la mayoría de los
ingredientes (organización familiar, costumbres, religión,
etc.), vinieron de Europa a través de la conquista y
colonización de estos países por los españoles y portugueses.
La cultura de Puerto Rico hoy es muy distinta a la cultura
autóctona de los indios Taínos que poblaron la Isla hasta el
Siglo XVI.
La cultura puertorriqueña no es estática, sino que
sigue un curso dinámico ya que continuamente se producen
innovaciones, reajustes y pérdidas. Entre los elementos
originales que le dan carácter está el aporte del indio Taíno
en el cultivo de ciertas plantas, en la gastronomía
(preparación de comidas criollas), en el uso del güiro, la
hamaca, el tabaco, y particularmente en el léxico. Se conocen
9
y se conservan vivas muchas palabras indígenas incorporadas
al lenguaje cotidiano. Asimismo, es notable la contribución
negro-africana, sobre todo en el campo del folklore 6 y la
música popular.
Lo que se ha desarrollado es una cultura boricua,
los elementos retenidos de origen español, taíno y africano
se han fundido y se han ajustado a la cambiante realidad
insular. El concepto de la familia y de las relaciones
familiares es europeo, pero los hábitos de trabajo, de
alimentación y de diversión son criollos; se han consolidado
de un modo especial por influjo del ambiente físico y de la
trabazón social antillana. Como latino, el boricua tiene un
alto concepto del honor, respeto a la dignidad del ser humano
y un fuerte apego a sus tradiciones. La cultura borícua es,
pues, una mezcla de normas y patrones diversos. Mezcla que
pasa en el presente por un proceso de modernización y quizá
de transculturación.
Manifestaciones claras de la identidad cultural
boricua pueden verse en la lengua, el periodismo, la
literatura y el arte. Desde abril de 1991, el español es
idioma oficial de la isla.
6 Folklore es el nombre genérico que se usa para designar aquellas creencias,
supersticiones, comportamientos y costumbres tradicionales del pueblo que
sobreviven de generaciones anteriores a generaciones posteriores y que en forma
fragmentada, modificada y relativamente sin cambios morfológicos fundamentales,
persisten hasta el presente fuera del patrón aceptado de conocimientos y religión
en el momento. Los cuentos, los romances, las canciones y los refranes
tradicionales sólo caen bajo esta definición.
W.S. Thoms, bajo el seudónimo de Ambrose Merton, acuñó el término en el
idioma inglés en una carta pública en el Ateneo de agosto de 1846. Decía en dicha
carta que: "la palabra compuesta por las dos raíces anglosajonas Folk-Lore, podía
utilizarse con propiedad para describir lo que en Inglatera llaman con el nombre
de 'antigüedades populares' o 'literatura popular'..." La sugerencia de la
creación del nuevo término se hizo sólo de pasada en la carta, ya que el objetivo
principal era hacer arreglos para lograr que se publicaran en el Ateneo artículos
sobre creencias, supersticiones, costumbres, romances, refranes y cualquier otra
forma de supervivencias tradicionales de "los viejos tiempos", que persistieran
todavía en Inglaterra. La palabra, que fue acuñada incidentalmente, fue adoptada
rápidamente y ha pasado a formar parte del vocabulario tanto de las diferentes
lenguas europeas como de las americanas, donde se estudia el folklore como ciencia.
10
CAPÍTULO II
ORIGEN DE LOS INDIOS. TEORÍAS
Conocer el origen de la población indígena implica
el análisis histórico-arqueológico, que importa por la
cronología, pero también interesa el concepto históricocultural
y el medio natural que van conformando las
civilizaciones, no son simples costumbres, comportamientos
religiosos o actitudes animistas u otro hecho cualquiera, van
dando forma y contribuyendo a un comportamiento cultural,
propio de la sociedad o comunidad donde se manifiesta. De ahí
la importancia de conocer el origen indígena y su evolución.
Sólo a fines del siglo XVI, pudo empezar a
estabilizarse el poder colonizador de los conquistadores. De
modo principal en Nueva España y en Perú, las
interpretaciones acerca de los más diversos temas suscitados
por el descubrimiento del Nuevo Mundo tuvieron un despliegue
realmente asombroso: son abundantes las crónicas, las
primeras indagaciones de orden filológico, las coloridas
historias naturales. Y las teorías sobre el origen de la
población americana. Fray Gre 7 rio García 8 fue uno de los
autores que con mayor ahínco se dedicó a investigar, con los
instrumentos intelectuales de su época y de su condición, la
inquietante procedencia de los americanos: su Origen de los
Indios del Nuevo Mundo es obra precursora en su género, en
el despuntar del siglo XVII, cuando el poder colonial ha
comenzado a consolidarse definitivamente. El extenso y
erudito Estudio Preliminar de Franklin Pease G. Y. da noticia
de las circunstancias en que se escribió el texto de fray
Gregorio García; ilumina contextos, y proporciona el aparato
7
8 Fray Gregorio García. Religioso domínico español nació en Cozar, Toledo
(1554-1627). Enviado a las misiones del Perú y Méjico, donde residió durante doce
años. Se dedicó a predicar el Evangelio y estudiar las civilizaciones americanas.
Escribió interesantes obras: Origen de los Indios del Nuevo Mundo. Predicación
del Evangelio en el Nuevo Mundo, y Monarquía de los Incas del Perú, la cual dejó
inédita.
11
documental suficiente para entender el carácter de una obra
como el Origen de los Indios en el Nuevo Mundo.
En opiniones de Gregorio García, en su tratado
titulado Origen de los indios del Nuevo Mundo e Indias
Occidentales, pretende probar la procedencia de estos indios,
a través de los cinco Libros que lo componen. Sin duda que
el descubrimiento de América y su colonización tuvieron
hondas repercusiones sociales, económicas e ideológicas en
el mundo europeo. Los humanistas del Viejo Continente
recurrieron a las fuentes clásicas de la erudición
científica: los textos griegos, latinos y bíblicos. A este
grupo de escritores pertenece el fraile español Gregorio
García. El tema principal su tratado, Origen de los indios
es el de los orígenes de América, determinar si la realidad
americana participaba o no de la misma naturaleza que el
resto de las cosas y las criaturas existentes; es decir, se
trataba de determinar las diferencias o similitudes del Nuevo
Continente con el mundo conocido. El tratamiento de este
argumento llevó a fray Gregorio García a ocuparse de la
procedencia de los indios americanos, para lo cual tuvo que
revisar las diversas teorías y cronistas generales de Indias
contemporáneos o que le precedieron históricamente. Lo que
no pudo establecerse desde las crónicas se hizo mediante el
recurso de las teorías.
Las “Teorías científicas”. ── Que no quiere decir
que sean acertadas, sino que tienen un planteamiento
correcto, y se fundamentan en argumentos con pruebas. Basando
sus postulados en los orígenes de las corrientes migratorias,
así, según esta postura puede establecerse lo siguiente:
a) Origen norasiático: Defendido especialmente
por Ales Hardlicka, pese al fracaso en el hallazgo de huellas
precerámicas en su expedición de 1926-38.
b) Origen australiano: Paso de habitantes desde
Australia a Suramérica, en la época del último maximum
12
glaciar (4.000 a 5.000 años a. de J.C.) ( Gusinde, Sergi y
Méndes Correia).
c) Origen melano-polinesio: Los melanesios,
conocedores de la navegación, pasarían a Suramérica, con
elementos culturales polinesios. Pruebas arqueológicas y
antropológicas (Sugerida por Quatrefagues y Ten Kate, y
sostenida por Rivet, Vernau, Eickstaedt y Nordenskild).
Según el arqueólogo Ricardo E. Alegría, los indios
que habitaban el nuevo mundo, cuando se realizó su descubrimiento
por Cristóbal Colón, tuvieron su origen en pueblos
procedente de Asia que hace más o menos veinte mil años
llegaron a América. En el curso de los siglos estos pueblos
se fueron extendiendo por el continente americano, llegando
a ocupar casi toda la extensión del Norte, Centro y Sud
América. Los datos antropológicos apoyan un mayoritario
origen asiático del hombre americano. Según los autores Paul
Rivet (1943) y Luis Pericot (1960), puede admitirse un
poblamiento múltiple del continente americano: a) 9 asia a
través de las Aleutianas y el estrecho de Bering, b)
australiano, quizás por vía de la Antártida, y c) melanopolinesio,
en embarcaciones de flotador lateral primitivas,
por la isla de Rapa-Nui, hoy de Pascua.
Estos datos antropológicos sirven para aclarar las
diferencias que entre los indígenas existen, no hay
uniformidad de los diversos grupos étnicos aborígenes. Contra
esta postura se coloca Ales Hardlicka, que defiende la
«unidad» étnica del indio americano, que evolucionó en el
Continente a partir de su base estrictamente mongólica. Es
decir, las desemejanzas estarían explicadas no por varios
9 Bering, estrecho del N. del océano Pacífico, que separa Asia y América. De
escasa profundidad, tiene unos 90 kilómetros entre el cabo Oriental (Desney) en
Siberia y el cabo Príncipe de Gales en Alaska. Establece la comunicación entre el
mar de Bering y el de Chukots, y una corriente S-N impide el paso de los hielos
flotantes; está totalmente helado de octubre a junio, permitiendo el paso entre
los dos continentes. En el centro-E. del estrecho se hallan las islas Diomedes,
divididas por la frontera perteneciente una a Rusia y la otra a los EE. UU.
13
orígenes, sino por miles de años de vida en medios muy
distintos, que dieron paso a las transformaciones que distingue
a unos indios de otros.
El arqueólogo Ricardo E. Alegría, sostiene que las
Antillas fueron una de las últimas áreas de América en ser
pobladas. La teoría de que vinieron de América del Norte se
presenta como la más aceptable.
Amplias áreas del hemisferio septentrional
estuvieron cubiertas de masivas capas de hielo a finales del
Pleistoceno, cuando los primeros humanos entraron en el Nuevo
Mundo. El agua condensada en hielo hizo que el nivel del mar
descendiera drásticamente, dejando al descubierto una amplia
franja de tierra sin hielos entre Siberia y Alaska.
aproximadamente 10.000 años a. de C. Otros piensan que no hay
pruebas definitivas sobre la existencia de un corredor en esa
época y que los antepasados de los indios americanos ya habían
alcanzado latitudes más bajas antes de que se fundieran las
capas de hielo de la Cordillera y Laurenciana hacia 18.000
a. de C.
Los indios de Puerto Rico que habitaban la isla
estuvieron integrados por distintos tipos de gentes desde
varios siglos anteriores al descubrimiento y a la conquista.
Estas diferencias empiezan a aclararse en elxx
siglo mediante los métodos de la arqueología moderna, a
través XX de los cuales se hacen distinciones basadas en el
estudio del trabajo y los estilos de la cerámica y los niveles
de profundidad en que se encuentra este material.
No teniendo conocimiento de los nombres de estas
culturas, histórica y arqueológicamente se han denominado a
base de signos que las distinguen. Por ejemplo, los primeros
habitantes fueron denominados arcaicos, pueblo pre-agrícola
o pre-cerámico. La procedencia de los indios de Puerto Rico
es también un tanto incierta, la mayor parte de las au-
14
toridades están de acuerdo en que, por lo menos, los Taínos
provienen del continente suramericano.
Felipe Pichardo Moya expresa en su libro Aborígenes
de las Antillas que los arqueólogos estiman que los pobladores
de esta área al momento del descubrimiento procedían del
Sur de América y afirma que el conjunto de las circunstancias
geográficas facilitan esa posible emigración desde el norte
de Venezuela hasta Cuba.
Además de las teorías arqueológicas sobre la población
de las Antillas tenemos el relato de la leyenda por Fray
Román Pané sobre el origen de los indios de las Antillas. En
ésta se dice que en una de las provincias de Haití llamada
Caanan, en la Montaña Canta, existían dos cuevas conocidas
como Caci-Bajiagua y Amaiauva. Los nativos de la isla creían
que sus antepasados emergían de la primera de estas cavernas,
pero que todavía existían otras gentes en la otra caverna,
la cual era custodiada por un personaje imaginario denominado
Marocael. En una ocasión este guardián fue sorprendido por
el sol que cerró la entrada a la caverna y convirtió a éste
en piedra. También se decía que la gente que había salido de
esta caverna habían sido transformados por el sol en árboles
y en muchas clases de animales.
La clasificación etnológica principal de las Antillas
se ha establecido a base de unos grupos de hombres que
desconocían la agricultura, la alfarería y la piedra pulida
y otros grupos de agricultores y ceramistas.
Se habla de la división política de los indios de
Puerto Rico como Cacicazgos, pero por los restos hallados en
los cayucos deben considerarse lo que sociológicamente se
denomina como grupos familiares. Los caciques o jefes de
grupos imponían las cargas y destinaban sus súbditos a la
caza, pesca y ocupaciones que ocurrían a su arbitrio. Los
cacicazgos estaban divididos en pequeñas provincias que, por
lo general, sólo comprendía los habitantes de un valle, pero
15
los más dependían de un cacique mayor que mandaba como jefe,
siendo los otros como tenientes suyos que hacían cumplir en
sus respectivos distritos las órdenes de aquél. Arqueológicamente
se ha comprobado que los indios vivían en grupos
pequeños independientes unos de otros a través de toda la
isla. La falta de un lenguaje escrito por parte de los indios
ha entorpecido grandemente el estudio y conocimiento los
primeros habitantes.
Cristóbal Colón nos habla de una raza principal en
las Antillas, pero a base de los hallazgos arqueológicos se
ha demostrado que en realidad existían varios subtipos o
clasificaciones. Estos subtipos, o clasificaciones o estilos,
como los ha designado Rouse se han diferenciado a base de los
trabajos en cerámica principalmente. El estilo Cuevas, llamado
por Rainey Crab Culture, se encuentra en el período Número
II a y b de la tabla cronológica de antigüedad creada por el
Dr. Irving Rouse, de la Universidad de Yale. Este estilo está
subdividido a base de las diferencias del estilo a distintos
niveles de profundidad (El estilo Cuevas fue descubierto por
Montalvo Guenard en el barrio Cañas de Ponce). El estilo
Cuevas presenta como su principal característica la pintura
blanca en rojo aplicada en los trabajos de cerámica por los
indios. El trabajo en cerámica de este estilo está bien terminado,
es de una textura fina y dura y las agarraderas son
comúnmente en forma de «D». Otras características típicas de
la cerámica de este período son que la parte más gruesa es,
por lo regular, debajo del labio del borde en vez de la parte
superior o del centro, y que la parte de mayor diámetro de
las vasijas ocurre en su boca a diferencia de los otros
estilos de períodos posteriores.
La decoración de la cerámica es por lo regular,
estructural de superficie o de diseños decorativos. En la
primera, las modificaciones ocurren en la forma de la vasija;
en la segunda, las modificaciones son en la superficie, ya
sea por pintura o por pulido, y en la tercera los motivos son
16
pintados, incisos o aplicados en puntos particulares y no a
través de toda la superficie del objeto.
La decoración de Cuevas es primordialmente del tipo
de superficie. A eso se debe que la forma más fácil de identificar
el estilo Cuevas sea a base de su decoración superficial,
que consiste principalmente en pintura roja, contrario
a todos los otros estilos en que la pintura rara vez cubre
toda la superficie del objeto. Los trabajos incisos y de
diseños policromados ocurren casi mientras en su totalidad
en la subdivisión a del período II que los diseños -
monocromados aparecen con más frecuencia en la subdivisión
b.
El próximo estilo es el conocido como Ostiones.
Este corresponde a lo denominado por Rainey como Shell Culture
y en la tabla cronológica al período III. La textura de
la cerámica de Ostiones es fina y dura, pero no tan bien
hecha como la de Cuevas. Las superficies son suaves y bien
terminadas. Aproximadamente la mitad de los fragmentos de
Ostiones encontrados son decorados. La decoración en este
estilo es principalmente estructural. Se cree que el estilo
Ostiones fue un derivado del estilo Cuevas.
Otro estilo es el de Santa Elena, que forma parte
del período III b de la tabla cronológica. El material de
este estilo es crudo, grueso y blando. La superficie, que a
veces aparece suave, es comúnmente irregular y aparenta como
si no hubiere terminado de pulir. Los fragmentos de este
estilo son los más gruesos que aparecen de todos los otros
estilos. En contraste con la cerámica de Ostiones, la de
Santa Elena está mejor redondeada. La decoración no es tan
común como en los otros estilos, y cuando hay decoración es
sencilla. Se le considera como el más inferior de todos los
estilos.
El próximo nivel, el número IV en la escala cronológica,
se compone del estilo Capá y Esperanza. El estilo
17
Capá forma parte geográficamente del Oeste de Puerto Rico.
El trabajo, es el más burdo de todos los estilos en las
Antillas. Muchas de las muestras están altamente impregnadas
de arena que surge de las fracturas y de las superficies
desintegradas del objeto. Los fragmentos de este estilo
parecidos a los de Ostiones, tienden a ser planos, angulares
y mal proporcionados. Todas las vasijas de Capá son
básicamente hemisféricas en forma. La cerámica de Capá es la
más frecuentemente decorada de todos los estilos. Esta
consiste mayormente en diseños. La decoración estructural es
rara y hay muy poco material de decoración de superficie. El
diseño característico de este estilo es la incisión. Las
líneas son finas y relativamente profundas y están esparcidas
más juntas las unas de las otras por la estrechez del área
en que están situadas, lo que da una apariencia
característica de complejidad. Este estilo es muy parecido
al de Boca Chica, pero ciertos detalles de la técnica de
construcción y de diseño las diferencia la una de la otra.
El último estilo de Puerto Rico es Esperanza y está
geográficamente identificado con el Este de Puerto Rico. El
nombre se deriva del sitio de Esperanza en Vieques. Este
estilo se compone de un material intermedio entre Boca Chica
y Capá; aunque no tan bien hecho como el primero, no sufre
las tendencias de desintegración como el segundo. La
decoración de este estilo consiste primordialmente en -
diseños, la mayor parte relativamente simples. La decoración
estructural y de superficie en el material no es común. Las
agarraderas en este estilo son hechas de cabecitas
decorativas.
El estilo Boca Chica que no es de Puerto Rico, pero
que por su influencia es necesario describir para tener un
cuadro completo del arte y las habilidades de los indígenas
de la Antillas.
La cerámica Boca Chica es la mejor construida y la
más elaborada de todos los estilos de las Antillas, es ca-
18
racterístico de la República Dominicana y solamente se conoce
su aparición fuera de ese país en Villón, cerca de Coamo; en
Puerto Rico, en Cayitos, Santa Isabel y en el Sardinero en
la Isla de Mona. Los sitios principales en la República
Dominicana en donde se conoce este estilo es en la Isla Saona,
en San Pedro de Macoriz, en Boca Chica y la Caleta.
El material de Boca Chica está muy bien terminado,
las agarraderas surgen en forma de cabecitas modeladas a la
vez que las agarraderas en forma de trabillas (strap handles)
son casi inexistentes. La mayor parte de esta cerámica está
decorada, siendo la decoración en forma de diseños contrario
a los estilos previamente descritos. La decoración estructural
se le da importancia secundaria y las decoraciones de
superficie resultan mínimas. La pulimentación es más común
en las superficies que la pintura y en todo caso la pulimentación
o la pintura es sobre toda el área superficial de la
pieza, ya sea en la faz interior, exterior o en ambos lados
de las paredes del objeto. Para la pintura, el rojo es el
color predominante.
Los diseños usados en esta cerámica son parecidos
a los de Ostiones, excepto que son mucho más elaborados. Los
diseños incluyen cabezas de murciélagos, caras, extremidades,
líneas arcos, incisiones y la mayor parte de los diseños
ocurren en la superficie exterior en vez de la parte interior
del borde, que es la posición favorita de los artesanos de
ostiones.
La representación de Boca Chica fuera de la República
Dominicana es una consecuencia aparentemente de canje
o de emigración en pequeña escala a Puerto Rico y se cree de
la cerámica puertorriqueña es posterior. Boca Chica
representa el estilo por excelencia en el desarrollo del
trabajo de cerámica, siendo esto reflejado en los vasos
efigies y postizas encontrados en los sitios arqueológicos
excavados, representativos de este estilo. Sin embargo, este
19
refinamiento en la cerámica no se extiende a la piedra y
otras materias primas usadas por los artistas de esa época.
Estas clasificaciones de estilos y los períodos
anteriormente mencionados sirvieron de base al Dr. Rouse para
efectuar ciertas conclusiones sobre los movimientos de población
y la extensión de los distintos períodos. Este cree, sin
concluir definitivamente, que los aborígenes llegaron a Puerto
Rico durante el período I y aparentemente se asentaron en
los sitios más favorables y accesibles de la Costa Oeste, la
Costa Sur y la Isla de Vieques. Durante el período II se
extendieron hacia el resto de las costas con excepción de la
Isla de Mona. Durante el período II (b) los aborígenes empezaron
a penetrar hacia el interior montañoso de la Isla,
estableciéndose en los valles de los ríos más grandes. Durante
el período III (a) no se nota ninguna expansión, pero
durante el período III (b) la gente se esparce sobre el resto
del interior montañoso de la Isla. Finalmente, durante el
período IV (a) es que se habita la Isla de Mona por primera
vez.
Utilizando las conclusiones de los estilos y las
culturas a que se ha hecho referencia, Rouse dice que los
indios precerámicos del período I (Corozo), si existieron,
eran probablemente cazadores y pescadores parecidos a los
indios siboneyes de Española y Cuba y se presume que llegaron
a Puerto Rico desde la Española habitando solamente aquellas
partes de la costa en que las condiciones eran favorables
para su modo de vida.
Los estudios han de hacerse sobre dos tipos de
fuentes: las arqueológicas y las históricas. Las primeras 10 ,
mediante la paciente labor de excavadores y clasificadores,
extraen de los testimonios antiguos, hallados en tumbas y
ruinas, así como de los restos humanos encontrados, conclu-
10 Vease en la Bibliografía los títulos de las obras de Ricardo E. Alegría, Fewkes,
Stahl, Rouse, Hostos, Coll y Toste y Fernández Méndez.
20
siones acerca del modo de vida y apariencia física de los
primitivos pobladores. La ciencia arqueológica, aunque
moderna, ha contribuido en forma notable al conocimiento de
la vida aborigen de Puerto Rico y ha devuelto al acervo
cultural de la Isla, con sabia reconstrucción, algún
importante monumento como el centro ceremonial del Barrio
Caguanas de Utuado. Las fuentes históricas consisten en los
relatos de personas de finales del siglo XV y del siglo XVI,
que vieron a los indios en medio de su cultura, desarrollando
sus costumbres, y aún creyendo en sus antiguos mitos. Estas
fuentes a veces son más informativas que los mismos objetos
sacados de la tierra por el arqueólogo. Gonzalo Fernández de
Oviedo y fray Bartolomé de las Casas son los principales
escritores contemporáneos de aquella época.
Los estudios más recientes aceptan la posibilidad
de varios orígenes de los indígenas de América, estando todos
los autores conformes de que no son autóctonos, sino que
entraron en tiempos muy remotos por el norte (origen portomongol),
o por el océano Pacífico (origen melano-polinesio),
o por el sur (origen australiano). Este desplazamiento o
venida al continente americano de grupos poblacionales, debió
verificarse en épocas tan remotas Esto significa que el
desarrollo de la cultura en América tiene como punto de
partida un escalón muy bajo, desde el cual van evolucionando
las colectividades primitivas, que de hordas de cazadores se
convierten en comunidades sedentarias de plantadores y de
esta etapa pasan a formas agrícolas y sociales más complejas,
naciendo, como consecuencia de esto, la ciudad, la organización
política, la estratificación social, la religión y el
sacerdocio. Y también el arte. La clasificación cultural de
los amerindios presentaba, a fines del siglo XV (época en que
los navegantes españoles toman contacto con los indios de
Puerto Rico), una amplia gama, que iba desde los cazadores
nómadas hasta las llamadas "altas culturas", cuyos exponentes
máximos fueron los mayas, los aztecas y los incas. Los
estadios intermedios estaban constituidos por plantadores
sedentarios o casi sedentarios y por semi-bárbaros, que ya
21
son verdaderos agricultores. Los habitantes de Puerto Rico
no pertenecieron a ninguna de las altas culturas, pero tampoco
estaban incluidos en la escala inferior del desarrollo.
Viviendo en un medio óptimo, crearon una sociedad digna, de
vida tranquila, dentro de una economía de subsistencia, sin
más preocupación que la de defenderse de los ataques de sus
inveterados enemigos, los caribes.
Finalmente, para ubicar a los indígenas de Puerto
Rico hay que recordar la situación geográfica de la Isla.
Esta es la avanzada insular más oriental del mar de las
Antillas y por no estar lejos de la península de Florida, ni
de la inmediata isla de Haití (La Española de los castellanos),
es acequible fácilmente por pueblos que dispongan de
piraguas (canoas es la palabra utilizada por ellos y que pasa
rápidamente a la lengua castellana desde los tiempos mismos
de Colón) o de balsas. Situada, pues, Boriquén entre las
Grandes Antillas, pudo ser alcanzada por gente que venían de
la Florida, o por emigrantes procedentes de Suramérica,
llegados por la vía del arco antillano.
Como no se puede aislar el estudio de los boriqueños
11 del fenómeno edad étnica, cultural e histórica, es necesario
que el problema de los orígenes se plantee en conjunto.
Antes, no obstante, conviene precisar el nombre que la Isla
tuvo entre los nativos, pues se le han dado diversas denominaciones,
por deformación del nombre primitivo original. Lo
correcto es usar Boriquén y es esta la forma más aceptada al
de Borinquen, prevalece el nombre de Boriquén y patronímico
boriqueño.
Tres son las cuestiones que se suscitan para dar
contestación a la pregunta general relativa al origen de los
habitantes de Puerto Rico:
11 Como Puerto Rico es el nombre español que prevaleció, ya que primitivamente
se le llamó "Isla de Sanct Johan", sería impropio hablar de una población
"puertorriqueña" anterior al Descubrimiento, y por ello emplearemos
preferentemente la palabra Boriquén.
22
1ª ¿De dónde vienen los pobladores de las Antillas? ¿del
norte o del sur?
2ª ¿Son estos comunes a todas las islas antillanas?
3ª ¿Son los indios una raza única que arribó al archipiélago
de una sola vez, o son varias razas, que llegaron
en épocas distintas?
El antropólogo dominicano Veloz Maggiolo 12 que escribió
que hay que considerar "el fenómeno antillano como una
unidad". Esto significa que, para conocer la vida, organización
y clasificación étnica de los pobladores de Boriquén,
son de gran utilidad los datos aportados por la Antropología
y la Arqueología de todas las islas de la zona del Caribe.
la primera cuestión planteada, se tenía sobre la
procedencia de los boriqueños la idea clara de que habían
venido de afuera, pero en forma disyuntiva: o procedían del
norte o procedían del sur. Unos, como Bristock, creían que
las tribus de Biminí (Florida) hostigadas por pueblos más
fuertes, habían abandonado aquellas tierras y pasado a la
Gran Bahama, extendiéndose luego por Cuba, Jamaica, Santo
Domingo (Haití), Puerto Rico y algunas Antillas Menores.
Otros, por el contrario, suponen un poblamiento exclusivo
suramericano, de tribus arahuacas 13 y caribes, que
penetrarían en el arco antillano a través de la isla de
Trinidad, dispersándose posteriormente hasta las Bahamas o
Lucayas. Estas tribus suramericanas, que habían habitado las
regiones de los grandes ríos Amazonas y Orinoco (donde aún
perviven sus descendientes y hermanos de raza y lengua) eran
ya navegantes, usaban de la canoa, y por esta razón no tuvieron
grandes dificultades al enfrentarse con las dilatadas
extensiones marinas del Caribe.
12 Veloz Maggiolo, Marcio, Arqueología Prehitórica de Santo Domingo, p. VIII,
1972.
13 Aparece el nombre de todos estos pueblos, aunque en el fondo significa lo
mismo, en las siguientes formas: aruaco, arauaco, arawak y arahuaco.
23
Irvin Rouse 14 , admite la posibilidad de influencias
centro y mesoamericanas, dada la proximidad de Centroamérica
y Yucatán a las Antillas. Pero, en todo caso, se trataría de
esto, de "influencias", pero no de poblamiento, manifestadas
por algunos rasgos culturales, como el juego de pelota. Esta
hipótesis la suscribe el antropólogo puertorriqueño Dr.
Ricardo E. Alegría.
Los progresos de las excavaciones, el intercambio
de los estudios y la comprobación de los resultados, por
parte de los investigadores del área antillana, concilian
ambas posturas extremas, ya que, si es evidente la existencia
de una gran masa étnica suramericana, como capa ocupante de
las Antillas a la llegada de los españoles, está también
clara la presencia de gentes más antiguas, procedente quizás
de la península de la Florida.
Por lo dicho, con un carácter antropólogico-histórico
(es decir, de secuencias culturales cronológicas), podrían
establecerse tres grupos: a) arcaico, b) arahuaco, c)
caribe.
Quedan, pues, contestados los puntos 2º y 3º. Los
pobladores de Boriquén son los mismos que los de otras grandes
islas del mar de las Antillas, y sin embargo, en el tiempo
no fueron uno, sino varios grupos étnicos, llegados en o-
leadas sucesivas y de distinto origen.
Se llama "arcaicos" a los que integran la primera
etapa cultural del archipiélago. Son aborígenes muy antiguos,
llevaban una vida rudimentaria, pre-cerámica y pre-agrícola,
es decir que no cultivaban la tierra ni sabían fabricar
vasijas de barro. Antropológicamente se les clasifica como
recolectores y pescadores. Recolector, en términos etnológico,
designa a aquél que recoge simplemente los frutos que
ofrece espontáneamente la flora, sin intervenir en su culti-
14 Rouse, Irvin, Mesoamerica and the Eastern Caribbean Area, Handbook of de
Middle American Indiana, Texas, 1966.
24
vo. Aunque no se descarta la posibilidad de la caza, los
restos permiten creer que una importante base de su
alimentación estaba constituida por la pesca.
Llevaban estos arcaicos una vida nómada (no demasiado
intensa, por la relativamente pequeña extensión de las
islas, incluso las mayores), estableciendo sus paraderos en
los lugares de la costa donde era fácil la pesca, alimentándose
de ésta y de los moluscos que arrojaba el mar o arrancaban
de las rocas. También comían la jutía, o conejillo de
Indias, el perro mudo de sabrosa carne, del que dice el Padre
las Casas que "era tan bueno o mejor de comer, que conejos o
liebres". Igualmente se alimentaban de megalognus, que es un
animal extinto, cuyos huesos se han hallado, lo que es una
prueba más de la remota presencia de los arcaicos en aquellas
regiones.
Lo rudimentario de su cultura no les permite tener
una industria muy desarrollada, que se limita a instrumentos
y armas de sílex y de concha, habiendo probablemente usado
también la madera, aunque de ella no han quedado restos, por
la naturaleza del clima y la antigüedad del asiento de los
arcaicos en las Antillas. Como no pulimentaban la piedra y
empleaban los huesos del megalognus podría decirse que los
arcaicos vivían en el estadio cultural que se llama
paleolítico 15 , arqueológica y antropológicamente hablando.
El antropólogo se vale de los más tenues indicios
para deducir conclusiones, y así como los indios de la época
del Descubrimiento no guardan memoria de los arcaicos, y, por
lo tanto, nada nos dicen las fuentes escritas sobre el mundo
espiritual, cabe pensar por los hallazgos que tenían una idea
de la vida de ultratumba, ya que enterraban a sus difuntos
15 Paleolítico, perteneciente o relativo a la primitiva edad de la piedra, o
sea de la piedra tallada. Período arqueológico que se inicia con la aparición del
hombre y con la fabricación de los primeros útiles por éste; se extiende durante
la mayor parte de la época glacial, hasta la regresión final de los hielos, hacia
── 8.300. El término fue creado por J. Lubbock en 1865 para designar "la edad de
la piedra tallada", en contraposición al término neolítico "edad de la piedra
pulimentada".
25
en cuevas. Es interesante destacar que no practicaban la
deformación cráneana, lo que sólo suele producirse en pueblos
más adelantados que ellos como los Taínos. Aunque es evidente
que tuvieron que llegar a las islas por el camino del mar ──
pasando de una tierra a otra en almadías que es la forma más
rudimentaria de navegación ── no parece que fueran los arcaicos
un pueblo navegante.
Siguiendo la pauta de las cuestiones planteadas en
el párrafo anterior, la presencia de los arcaicos en las
Antillas, contestaría, en parte, la 1ª pregunta, pues hay
rasgos culturales que parecen indicar que ellos procedían del
norte, a través de la Florida, por la similitud de sus industrias
con las encontradas allí por Griffin 16 .
En cuanto a su antigüedad puede afirmarse, con
pruebas arqueológicas, su estancia en las islas, desde fines
del siglo III antes de Jesucristo, hasta poco después del
comienzo de la Era Cristiana. Gracias a la datación
radiocarbónica de los restos de la cueva de María de la Cruz
(barrio de la Cuevas de Loiza, en el noreste de Puesto Rico),
Ricardo E. Alegría ha fijado la fecha más moderna de su
permanencia en Boriquén, en el siglo I después de Jesucristo.
En todas las superposiciones étnicas y culturales
suele darse el fenómeno de la pervivencia. En general, queda,
lógicamente, la vieja población incorporada a la vencedora,
pero como excepción bastante común, permanecen núcleos marginados
que subsisten con sus viejas costumbres y formas de
vida, como manifestaciones reminiscentes de otras épocas. Un
rezago de los arcaicos podrían ser, en opinión de algunos
investigadores, los guanahatabeyes, que según fray Bartolomé
de las Casas, eran diferentes de los restantes indígenas
encontrados en Cuba por Cristóbal Colón, en su viaje de 1494.
La cultura de los arcaicos es la que Harrington llamó en Cuba
Ciboney o Siboney.
16 Griffin, John W., The Florida Indians and their Neighbours, Winter Park,
1949.
26
Surge como necesaria la comparación con los
micénicos (Primera civilización europea 1600-1100 a.c) con
los Taínos, por la analogía que existe entre ambas culturas.
Dujo o Duho, era un asiento de piedra o de madera
de tres patas, utilizado por los indios Taínos para descansar
en cuclillas o agachados. Eran labrados o esculpidos según
el caso y primorosamente decorados, imitando la forma de un
animal en algunas ocasiones.
... y al cacique y hombres principales poniánles
unos banquillos de palo, muy bien labrados, de lindas
maderas, y con muchas labores de relieve y concavadas,
entalladas y esculpidas en ellos, a los quales bancos o
escabeles llaman duho.
FERNÁNDEZ DE OVIEDO: Historia General, tomo I,
libro VI, cap. II, pág. 297 (Ver Ture).
La comparación que se hace a través de las
fotografías del Dujo o Duho, con el trono de tres patas (de
la cultura micénica), con un alto respaldo terminado en dos
salientes en punta. La figura que está sentada es una estatuilla
femenina. Se distingue la parte superior del cuerpo
y sobre todo la cabeza, que sobresale por encima del trono.
El trono y la figura están cubiertas por una decoración de
líneas rectas y onduladas en color marrón oscuro, y puntos
sin un dibujo concreto. Este objeto encierra dos símbolos de
la religión micénica: el tronco de tres patas, coronado por
los cuernos de la consagración, y la estatuilla. La presencia
de estos símbolos nos dice que esta figura de barro no es
simplemente una réplica de un mueble, sino que se trata de
una representación con significado religioso, es decir, la
epifanía de la divinidad entronizada.
Además, su aparición en una tumba muestra que los
micénicos acostumbraban a colocar en las tumbas objetos de
27
significado religioso como protección de los difuntos. Cosa
que también los indios Taínos de Puerto Rico, acostumbraban
a hacer.
La comparación del Dujo o Duho de los indios Taínos
con el trono de tres patas, de la cultura micénica, por su
parecido, lleva a pensar que el origen de los indios Taínos
puede proceder de los micénicos.
Por Época Micénica conocemos los cinco siglos de
la primera civilización griega, desde el 1600 al 1100 a. C.
Su nombre se debe a la ciudadela de Micenas en la Argólide,
donde H. Schliemann sacó a la luz en 1876 los primeros
hallazgos que causaron un gran impacto.
El recuerdo heroico de Micenas y su civilización
pervive en el mito griego y en los cantos de Homero, en la
Iliada y en la Odisea, dos de las obras maestras de la poesía
mundial.
La micénica fue la primera civilización avanzada
en el continente europeo, indoeuropeos con los logros de las
culturas orientales Mesopotamia y Asia Menor. Los primeros
micénicos desarrollaron la escritura europea más antigua
hasta hoy descifrada. Por ella sabemos que hablaban y
escribían en griego, una lengua que se sigue hoy utilizando
sin solución de continuidad. La Grecia Micénica creó en su
entorno europeo un modelo cultural y generó impulsos sociales
y espirituales que motivaron cambios en casi toda Europa.
Dentro de la civilización micénica Europa adquirió por vez
primera su propia fisonomía y sus rasgos comunes.
La civilización micénica se extiende por todo el
Mediterráneo (S. XIV y XIII a. C.) La comunicación comercial
y cultural con los países del Próximo Oriente y Egipto se
confirma igualmente por los objetos de procedencia levantina
y egipcia hallados en Grecia, como sellos cilíndricos (éstos
pueden ser comparados con las pintaderas, los sellos de los
28
indios Taínos, de Puerto Rico), ánforas cananeas, vasos
egipcios de piedra y fayensa con cartuchos escarabeos, etc.
El estudio de un virus confirma el origen asiático
de los primeros nativos americanos. Los primeros habitantes
de américa fueron asiáticos que llegaron hasta el nuevo
continente hace más de doce mil años, atravesando el entonces
helado estrecho de Bering. La similitud genética entre la
cepa prevalente en los nativos americanos y los asiático
modernos sugiere que este virus ha sufrido muy pocos cambios
desde que se produjo esta clave migración humana.
29
CAPITÚLO III
ESTUDIOS ARQUEOLÓGICOS
El Dr. Ricardo E. Alegría 17 refiere: que la
Arqueología es la rama de la Antropología que se dedica al
estudio se las culturas desaparecidas, realiza el estudio con
los restos de materiales de la cultura que se han conservado,
se estudian las ruinas de sus edificaciones, de sus poblados,
sus enterramientos y restos alimenticios, así como los
grabados, pinturas y esculturas que dejaron en paredes y
piedras.
17 RICARDO E. ALEGRIA
Antropólogo, historiador y educador, nacido en San Juan de Puerto
Rico en 1921, hijo de José S. Alegría y fallecido en la misma ciudad en 2011.
Obtuvo el grado de bachiller (lo que equivale en España a la licenciatura) en la
Universidad de Puerto Rico, y el de maestro, con especialización en Antropología,
en la de Chicago (1947). Becado por la fundación Guggenheim se doctoró en la de
Harvard dentro del mismo campo. Fue catedrático de la Universidad de Puerto Rico
(1945-1976), fundador y director del Centro de Investigaciones Arqueológicas y
Etnológicas (1947-1955), director y reorganizador del Museo de Antropología,
Historia y Arte de la U.P.R., organizador y director del Instituto de Cultura
Puertorriqueña (1955-1973), fundador y director de la Revista del Instituto de
Cultura Puertorriqueña (1958), director de la oficina de Asuntos Culturales del
E.L.A., de Puerto Rico (1973-1976), y desde 1977 preside el Centro de Estudios
Avanzados de Puerto Rico y el Caribe. Ha realizado excavaciones arqueológicas,
dirigió el Programa de Restauración de Monumentos y Zonas Históricas y fundó
varios museos. Fundó y organizó la Escuela y los Talleres de Artes Plásticas, e
inició las Bienales del Grabado Latinoamericano. Ha publicado numerosos artículos
sobre Arqueología, Historia, Folklore y Arte en revistas y periódicos, ha publicado
las siguientes obras: Historia de Nuestros Indios; La Fiesta de Santiago
Apóstol en Loíza; Descubrimiento, Conquista y Colonización de Puerto Rico; El
Fuerte de San Jerónimo del Boquerón; El Instituto de Cultura Puertorriqueña (1955-
1960); Cuentos Folklóricos de Puerto Rico; The Three Wishes; Antología: El Tema
del Café en la Literatura Puertorriqueña; Las Primeras Representaciones Gráficas
del Indio Americano; La Vida de Jesucristo según el Santero Florencio Cabán; ha
escrito un extenso prólogo a Crónicas Francesas de los Indios Caribes; y Ball
Courts and Ceremonial Plazas in the West Indies, publicado por el departamento de
Antropología de la Universidad de Yale en 1983. Ha sido honrado con el título de
Doctor Honoris Causa por la Universidades Católica de Puerto Rico; la de Nueva
York y la de Puerto Rico. Es miembro de las Academias Puertorriqeñas la Lengua,
de la Historia y de Artes y Ciencias, de la Academia de Bellas Artes de San Jorge,
Barcelona, y de la Sociedad Defensores de los Castillos de España; de la Fraternidad
Alfa Beta Chi, y Fellow, de la Asociación Antropológica Americana.
Se expuso aquí una idea general de todo lo que el Dr. Alegría ha
aportado al pueblo de Puerto Rico, dedicando toda una vida al bienestar de su
cultura.
30
En Puerto Rico los estudios arqueológicos abarcan
las diversas culturas aborígenes que la poblaron. También se
puede estudiar, como Arqueología Histórica, los restos
materiales que nos dejaron los conquistadores y colonizadores
europeos, como los negros africanos que desde las primeras
décadas del siglo XVI poblaron Puerto Rico.
No ha de ser hasta mediados del siglo XIX, en pleno
período romántico, cuando comienza a surgir el interés por
el estudio de los antiguos habitantes de Puerto Rico y
empiezan a atesorarse sus restos arqueológicos. En el 1854
se celebra la primera exposición de piezas las "Reliquias
de Nuestros Indios" 18 .
Agustín Stahl, primer naturalista puertorriqueño,
el prócer José Julián Acosta 19 y Jorge Látimer 20 , comerciante
norteamericano radicado en Puerto Rico, habrán de ser tres
de los primeros coleccionistas de objetos arqueológicos de
los aborígenes. En 1889 Stahl ha publicado libro Los indios
boriqueños 21 y efectuado una impotante contribución a los
estudios arqueológicos en las Antillas, al establecer por
primera vez el vínculo existente entre los restos arqueológicos,
de los bateyes o "juegos de indios" que abundaban en
los campos, y el juego de pelota, descrito por los cronistas,
que practicaban los indios Taínos. Para entonces, tanto en
Puerto Rico como en las otras islas, se desconocía el hecho
de que las Antillas habían sido pobladas por diferentes
culturas aborígenes y que los Taínos que encontraron los
18 Ricardo E. Alegría, "La Primera exposición y el Primer Museo de Arqueología
en Puerto Rico". Revista del Instituto de Cultura Puertorriqueña, Núm. 64 (San
Juan Puerto Rico, 1974).
19 Fray Iñigo Abbad. Historia Natural, Geográfica y Civil de Puerto Rico.
Edición y notas de José Julián Acosta (San Juan 1866).
20 Otis T. Mason, "The Latimer Collection of Antiquities from Puerto Rico in
the National Museum at Washington, D.C.", Annual Report Smithsonian Institution
(Washington, D.C. 1876).
21 Agustín Stahl, Los Indios Boriqueños, Estudios Etnográficos (Puerto Rico,
1889).
31
conquistadores españoles sólo eran sus más recientes pobladores.
Durante los primeros años del siglo XX visitan al
país los arqueólogos, entre los que destacan J. Walter Fewkes
22 , J. Alden Mason 23 , Samuel K. Lothrop 24 y Herbert Spinden.
Estos científicos hacen importantes contribuciones al conocimiento
de los aborígenes.
En Puerto Rico historiadores y estudiosos de las
culturas autóctonas como Cayetano Coll y Toste 25 , Adolfo de
Hostos 26 , el Padre Nazario 27 y J.L. Montalvo Guenard 28 , hacen
también importantes aportaciones al estudio de la población
indígena a la vez que forman valiosas colecciones
arqueológicas que hoy enriquecen los museos puertorriqueños.
En la década de 1930, los estudios arqueológicos
en Puerto Rico han de sufrir un gran impacto gracias a las
investigaciones realizadas por los doctores Froelich Rainey 29
e Irving Rouse 30 . Se establece científicamente la estratificación
de las culturas aborígenes en la isla y se verifica
la existencia de la cultura igneri (Saladoide) en Puerto
Rico. El estudio de los estilos cerámicos del doctor Rouse,
22 J. Walter Fewkes. The Aborigines of Porto Rico and Neighboring Islands",
25th Annual Report (Bureau of American Ethnology, Washington, 1907). Porto Rico:
Nombre que le fue oficialmente impuesto a la isla de Puerto Rico en 1899 por el
gobierno militar norteamericano, por razones idiomáticas. Se mantuvo vigente hasta
el 17 de Mayo de 1932, fecha en que el Congreso aprobó una ley restituyéndole el
nombre de Puerto Rico.
23 J. Alden Mason, A large archaeological site at Capá, Utuado... Scientific
Survey of Puerto Rico, and the V. Islands, Vol. 18, Pt. 2 (N.Y. Academy of Sciences
N.Y, 1941)
24 Samuel K. Lothrop. "Porto Rican Collars and Elbow stones". Man. Vol. 27.
No. 10 (Londres, 1927). El Dr. Lothrop también hizo una lista de los sitios
arqueológicos de la Isla.
25 Cayetano Coll y Toste, Prehistoria de Puerto Rico (San Juan, 1907).
26 Adolfo de Hostos, Anthropological Papers (Office of the Historian, San
Juan, 1941).
27 Padre José Nazario, Guayanilla y la historia de Puerto Rico (Ponce, 1893).
28 J.L. Montalvo Guenard, Rectificaciones históricas... (Ponce, 1933).
29 Froelich Rainey, Puerto Rican Archaeology. Scientific Survey of P.R. and
the V. Islands. Vol. 18, Pt 1, N.Y. Academy of Sciences (N.Y., 1940).
30 Irving Rouse, Porto Rican Prehistory. Scientific Survey of P.R. and the V.
Islands. Vol. 18, Pt. 3-4, N.Y. Academy of Sciences (N.Y., 1952). Este destacado
investigador ha publicado numerosos artículos sobre la arqueología antillana.
32
contribuyen a establecer una periodificación cultural y cronológica.
En el año 1946 se crea el Centro de Investigaciones
Arqueológicas, en la Universidad de Puerto Rico, bajo la
dirección de Ricardo E. Alegría, y se realizan excavaciones
en Luquillo, Loíza, Ponce y Utuado. En la cueva de María la
Cruz, Loíza, se descubre un yacimiento de indios (arcaicos)
pre-agrícolas y pre-cerámicos, que establece definitivamente
la presencia de este grupo indígena en la isla 31 . En Hacienda
Grande, Loíza se descubre la existencia de la primera fase
de la cultura igneri 32 .
Durante estos años (1947) se reorganiza el Museo
de la Universidad, que había fundado poco antes el profesor
Rafael W. Ramírez, y en él se establece una importante exposición
permanente sobre las culturas aborígenes del país. Es
entonces cuando el Museo de Antropología, Historia y Arte de
la Universidad se enriquece notablemente con la adquisición
de importantes colecciones privadas (Montalvo-Guenard,
Masso, Limón de Arce, Fernández García, Matienzo, de Castro,
Ferré, Hostos, etc.)
En 1955 se crea el Instituto de Cultura Puertorriqueña,
que al iniciar un redescubrimiento sistemático del
patrimonio cultural, logra despertar un gran interés en la
cultura indígena.
Junto a estos restos arqueológicos se establece el
primer Museo del Indio de Puerto Rico. El Instituto rescata
para el país la importante colección arqueológica de Robert
Junghanns. Los diseños artísticos de los indios,
especialmente los conservados en los petroglifos, se
difundieron entre los pintores, grabadores y escultores, con
31 Ricardo E. Alegría, Gordon Willey and Henry Nicholson, "The Archaic
Tradition in Puerto Rico", American Antiquity, Vol. 21, No. 2 (Salt Lake City,
1955, pp. 113-221).
32 Ricardo E. Alegría, "On Puerto Rican Archaeology", American Antiquity, Vol.
31, No. 2 (Salt Lake City, 1965), pp. 246-249.
33
el fin de estimularlos a usarlos como fuente de inspiración.
Reproducciones de piezas arqueológicas como joyería y
adornos, fueron distribuidas desde el Centro de Artes
Populares, a fin, de generar un mayor interés en el
conocimiento de la cultura aborigen.
Héctor Moya, Walter Murray, Diana López Sotomayor
y Ovidio Dávila, han realizado importantes investigaciones
en Vieques 33 y Morovis 34 . Al igual que el arqueólogo cubano
Alfredo Figueredo 35 , realiza excavaciones en un depósito precerámico.
Visitan al país destacados arqueólogos como Gordon
Willey, José Cruxent, Stephen Williams, J. Brew, M. García
Arévalo, Marcio Veloz Maggiolo, Irving Rouse, Betty Meggers,
Clifford Evans y otros.
En 1962 los profesores Irving Rouse y Ricardo Alegría
establecieron en Puerto Rico la primera cronología de
las culturas aborígenes que se hizo en las Antillas a base
de carbón 14 36 .
En Ponce, surge la Sociedad Guaynía que, con la
cooperación del Instituto de Cultura, establece dos museos
de Arqueología, uno en la Universidad Católica y otro en el
pueblo de Santa Isabel.
El arqueólogo dominicano Luis Chanlatte, del
Centro de Investigaciones Arqueológicas de la Universidad de
Puerto Rico, ha realizado investigaciones en un antiguo de-
33 Diana López Sotomayor, "Vieques, un momento de su historia". Tesis
presentada a la Escuela Nacional de Antropología e Historia, México. D.F. 1975.
34 Ovidio Dávila. "La Cueva de los Gemelos", tesis sometida al Centro de
Estudios Avanzado de Puerto Rico y el Caribe.
35 Alfredo E. Figueredo. "Caño Hondo, un residuario Pre-cerámico en la isla
de Vieques".
36 Irving Rouse and Ricardo E. Alegría. "Radiocarbón Dates From the West
Indies". Trabajo leído en la reunión de la Society for American Archaeology,
Boulder Colorado, 1963. Revista/Review Interamericana, Vol. VIII, No. 3 (San Juan:
Inter American University Press., 1978).
34
pósito de la cultura igneri en Guayanilla y en Vieques, donde
ha descubierto yacimientos con una gran riqueza de objetos
de adorno personal y de cerámica.
En el año 1962 se realiza por el Dr. Ricardo E.
Alegría e Irving Rouse, el primer esquema cronológico de las
fases, estilos y series de las culturas aborígenes de Puerto
Rico, vino a ser la primera cronología de las culturas aborígenes
que se hizo en Las Antillas.
FASES Estilos Series Cronología
Taína Capa Esperanza 1508 A.D.
Sub-Taína
Saladoide
o
Igneri
Ostiones
Santa Elena
Cuevas
Hacienda Grande
1200 A.D.
600 A.D.
500 A.D.
120 A.D.
200 A. de C.
Tradición
Arcaica
Cayo Cofresi
Vieques
300 A. de C.
ETNOLOGÍA TAÍNA DE BORIQUÉN
Algunos cronistas, sostienen que los primitivos
habitantes de las Antillas Mayores y Menores y las Bahamas
35
tuvieron una cultura pre-agrícola comprobada estratigráficamente
37 , y los únicos de sus sobrevivientes, llamados guanahatabey
y siboney subsistían únicamente en el occidente de Cuba
y la península de Guacayarima en Haití. Ya a fines del Siglo
XV la población general estaba constituida por dos grupos
étnicos agrícolas, el principal arahuaco o araguaco, Taíno o
lokono y el otro caribe, que era el de más reciente arribo
desde Suramérica a través de las Antillas Menores. El grupo
más desarrollado era el Taíno, neolítico, distinguido por sus
piedras tricornes o semís, 38 collares de piedra y cerámica en
Puerto Rico, La Española, algunas de las Islas Vírgenes y el
extremo oriental de Cuba. Existía un grupo pre-taíno menos
desarrollado que ocupaba el extremo occidental de Cuba,
Jamaica y las Bahamas, aunque ambos eran aparentemente
contemporáneos. Aún puede diferenciarse otro grupo anterior
también de origen arahuaco, llamado Iñeri, que había sido ya
exterminado por los Taínos y los caribes en las Antillas
Menores y parte de Puerto Rico. Entre las Antillas Menores
se incluyen las Islas Vírgenes, aunque pertenecen a las
37 Estratigrafía, parte de la geología que estudia las capas de la corteza
terrestres, es decir, las rocas, desde el punto de vista de la sucesión cronológica
y del reparto geográfico de las mismas. Estudio de los estratos arqueológicos,
históricos, lingüísticos, sociales, etc. El término estratigrafía no apareció
hasta 1865. A mediados del s. XIX esta ciencia se codificó y estableció la
terminología que aún mantiene.
La estratigrafía alcanza plena madurez con el tratado de Grabau (1913),
obra clásica de consulta constante aún en la actualidad. Nacen los métodos de
datación radiactiva (geocronología). La interpretación de los sedimentos,
aplicando el principio del actualismo, da paso a la nueva rama llamada
sedimentología. Surgen el estudio de las estructuras sedimentarias orgánicas e
inorgánicas para determinar, junto con la petrología sedimentaria, el ambiente de
depósito; el estudio de las llamadas "microfaces", de los suelos (edafología),
etc. Se da nueva dimensión a la geología histórica, en cierto modo desgajada de
la estratigrafía, y diversificada en paleogeografía, paleoclimatología,
paleobiología etc. Nuevas técnicas y nuevos campos vienen en auxilio de la
estratigrafía; así se tiene la micropaleontología (foramíniferos, esporas, polen,
ostrácodos, conodontos, etc.)
38
Cemí o zemí es un concepto taíno que designa tanto a una deidad o
espíritu ancestral como a ciertos objetos esculturales que alojan a
dichos espíritus. 1 Los materiales con los que se confeccionaban los
cemíes eran variados; algunos eran de madera, cerámica y otros incluso
eran elaborados con fibras textiles. Ciertos cemíes contenían restos
humanos o algunos objetos que estaban asociados con el espíritu que
representaban. El culto a los cemíes también está documentado entre
algunas tribus caribes y ciertas zonas de América del Sur
36
Mayores junto a algunas de las Menores, por su origen
geológico en la plataforma submarina de las Antillas Mayores.
Labraban ídolos que llamaban semí, de algodón, yuca,
barro y guanín, una aleación de oro y cobre, y piedra o
madera. Los asientos ceremoniales de los caciques llamados
ture, dujos o duchi los labraban de madera o piedra. Hacían
carátulas de guanín y medallones y zarcillos colgantes del
mismo material. Cocían al fuego cántaros, ánforas, ollas o
doada y burenes muy artísticos.
Cultivaban la tierra con la coa o azada de madera
endurecida al fuego. Sembraban en dos formas, de semilla y
de estaca. De semilla sembraban el maíz, y de estaca la yuca,
la yautía, el ñame y otras raíces y tubérculos.
Sus bojíos eran ovalados y cuadrados, de muchos
tamaños desde el guariquitén o jubo que era muy pequeño hasta
el baqueque o bojío cónico ordinario, el bajaré o bojío grande
y el caney que era muy grande en forma de largo pabellón,
pero sus materiales no pudieron resistir el transcurso de los
siglos por lo que nadie puede saber a ciencia cierta como
eran. Todos se construían de maderas rollizas y se techaban
con cobija de bijao o guano y yaguas de palma, las que tejían
por medio del arique o tira de yagua, el bejuco, baigua o
bayabe y la cabuya o curricán que era un cordel o hilo menos
grueso hecho de algodón, sorovei o maguey y majagua. Algunos
bojíos principales se distinguían por una forma de balcón
exterior que se usaba como almacén y se llamaba barbacoa
frente al batey o plazoleta barrida y limpia. Las mujeres
tejían en algodón, como de maguey y yagua, no sólo las casas
y los techos de los bojíos, sino sus camas colgantes llamadas,
jamacas, las naguas, las redes de pescar, y las jabas o cestas
que también llamaban catauro, jabuco, macuto, guacal y sebucan,
de acuerdo con su forma y su tamaño. A veces usaban
camas llamadas también coy o barbacoas hechas de caña o madera
y cubiertas con esteras, camatas o petates de hojas. Tenían
37
mesas con cuatro patas y cubierta con una estera o petate
llamada matuto.
Usaban bebidas alcohólicas fermentadas, llamadas a
veces chicha y cusubí, hechas de la yuca, el maíz y la cáscara
del mabí, y fumaban una planta que llamaban cojiba en túbanos
o por medio de una pipa llamada tabaco, la que era de dos
clases distintas. Una era un sencillo canuto y la otra era
hecha de una caña hueca de una sola pieza con dos ramificaciones.
Tomaban antes de fumar y después aspiraban el humo
de la cojiba por la boca por medio del canutillo o por la
nariz si usaban el tabaco o pipa doble en forma de y (i
griega), hasta quedar inconscientes o aletargados bajo la
influencia de cusubi y la cojiba. Se cree que le agregaban a
la cojiba en polvo algunos extractos de otras plantas que
aumentaba su efecto hipnótico lo que les permitía a los bohiques
acercarse al semí para improvisar mensajes espirituales,
inspirados en sus conocimientos de la psicología individual
y colectiva.
Los indios apreciaban mucho las baratijas de los
europeos y no le daban gran valor al guanín 39 , una aleación
de oro, plata y cobre que se apreciaba por la intensidad de
su penetrante color distintivo.
Según Aurelio Tió, aparentemente existían en Puerto
Rico tantas tribus como caciques, de los cuales se han descubierto
los nombres de unos cincuenta, pues el Presbítero Juan
Troche Ponce de León 40 declaró que en cada valle de la isla
39
Ant., P. Rico, R. Dom., y Colom. Entre los colonizadores de América, oro de baja ley fabricado por los indios. Los
indios taínos apreciaban este metal por su color dorado-rojizo y brillantez al pulirlo, y por esto lo asociaban con el poder
mundano y sobrenatural.
40 Juan Troche Ponce de León. Nieto del conquistador de Puerto Rico; hijo
de García Troche alcaide, de La Fortaleza y de Juana Ponce de León, hija mayor de
Juan Ponce de León. Se cree que nació en San Germán alrededor de 1525. Murió en
San Juan en 1590. A la muerte de su tío Luis y luego de su padre, heredó los
cargos de contador y tesorero de Puerto Rico, alcaide de La Fortaleza, capitán
del regimiento de San Juan y regidor del consejo municipal de San Juan. Fue
gobernador interino de Puerto Rico de 1579 a 1580. Para 1545 se casó con la hija
del gobernador de Puerto Rico Iñigo López Cervantes de Laiza, Isabel. Cumpliendo
órdenes del Rey Felipe II y por encargo del gobernador Juan López de Melgarejo,
junto al abogado Antonio de Santa Clara redactó una Memoria y descripción de la
38
había un cacique o quebán con su aldea, y a las órdenes de
cada cacique o guare había varios nitaínos o subjefes y los
caciques se hacían aliados o guatiaos 41 entre sí. Los naborias
eran la clase comunal o masa popular, los que desempeñaban
los oficios de labrador, cazador y pescador y los baquías
eran los guerreros en las guasábaras.
Los bejiques o buitios 42 intervenían en las
ceremonias o areytos 43 y en los juegos de pelota o batos
celebrados en bateyes o plazas rectangulares cercadas con
bloques de piedra de un tamaño considerable, las que siempre
estaban cerca de algún río o quebrada, ya que los indios eran
muy pulcros y se bañaban con frecuencia.
Los instrumentos musicales eran el tambor de madera
o magüey, el güicharo o güiro, la maraca, la trompeta, fotuto
o guamo de caracol y la flauta de caña o hueso. El tambor
ceremonial se hacía de un tronco de árbol. Tenían especies
de ocarinas de caracol, la trompeta de caña que resonaba
dentro de una botija de barro, y un instrumento de cuerdas,
especie de tarimba o bao, parecido a la bordonúa y llamado
jabao.
De los bailes o areytos se usaban las palabras
cariaco cuando éste era desorganizado, areyto cuando era
Isla de Puerto Rico (1582), más conocida como Memoria de Melgarejo, que fue publicada en
Madrid en 1864; en 1914 Cayeta Coll y Toste la reprodujo en su Boletín Histórico
de Puerto Rico. Años antes de morir cedió a su hijo mayor sus cargos y privilegios
e ingresó en un convento; llegó a ser ordenado sacerdote.
41
El guaitiao, en la cultura taina, en un bonito juramento que se
hacen dos personas y que consolidan intercambiandose sus nombres.
42 El behique, bohique o buhitío era un personaje necesario en toda la tribu, y ocupaba un
puesto privilegiado en la pirámide social después del cacique y los nitaínos. “Ellos representaban
el nivel de desarrollo social y religioso de los taínos” 1 . Los behiques poseían un “poder
sobrenatural” que los convertía en personas respetables y temidas. Al igual que la generalidad
de shamanes, no eran sacerdotes, sino fundamentalmente médicos-hechiceros, aunque,
también ejercían el papel de teólogos, adivinos y profetas. Para convertirse en Behique, se
requería un aprendizaje muy extenso y muchos días de ayuno, prácticamente absoluto. “El
ayuno que algunos hacían principalmente los behíques o sacerdotes o hechiceros… Ayunaban
cuatro meses y más continuos, sin comer cosa alguna, sino solo cierto zumo de yerba o yerbas,
que solamente para sustentarlos, que no muriesen, bastaba”
43
Los areytos se realizaban ante los sucesos importantes de la
comunidad: bodas, nacimientos, funerales, buena cosecha, salud,
festejos de victorias, eventos del pasado, o agasajo a visitantes.
39
ordenado y guateque o guataca si era bullicioso, derivado
deguata u oreja, de la cual quizá se derivó también guaracha
o guiro.
Las mismas personas participaban en los juegos
llamados batos usando una pelota redonda de copey o -
gomoresinas vegetales, esponjosa pero pesada, y cocida al
fuego, las que se extraían de árboles sapotáceos como el
guao, caimito y los parecidos al caaoucho o la castilloa. Las
mujeres también jugaban. Los jueces de campo se sentaban en
dujos y marcaban una línea en el medio del batey. Los bandos
contrarios tenían que lanzar la pelota fuera de dicha línea,
pasándosela de uno a otro sin tocarla con las manos y dándole
únicamente con la cabeza, 0el hombro, las caderas, las
rodillas y los codos. El bando que la pasaba primero sobre
la línea vencía y se marcaba una raya en donde quedaba la
pelota parada, empezando de nuevo el juego, implicándose que
se tenía algún sistema de sumar las distancias para
determinar el vencedor.
No toleraban el incesto ni el adulterio, aunque
aparentemente toleraban la sodomía, y el robo lo castigaban
con la muerte por el hambre o el empalamiento. Sus vicios
mayores eran la lujuria y la indolencia, sobre todo en las
partes donde estaban protegidos de los ataques de sus
enemigos y el terreno era fértil, por lo que no tenían que
activarse mucho dentro de su favorecido medio ambiente.
La organización tribal era sencilla con el cacique
o quebán al frente, nitaynos por sub-jefes, baquías por guerreros
y naborías por obreros. Cada aldea consistía comúnmente
desde 5 a 50 bojíos con unos 300 indios en promedio.
Existía un gran cacicazgo en Puerto Rico bajo el mando supremo
del Cacique Guaybana con alianzas intertribales que se debilitaban
en proporción directa a su distancia de la sede del
cacique máximo. Cuando llegó la primera expedición de don
Juan Ponce de León 44 en 1508, los indios de Guaorabo les
44 Ponce de León, Juan (Santervás de Campos, 1460? - Cuba, 1521).
40
dijeron que estaban en guasábaras o guerras con los del norte
de la isla (se referían a los caribes). Alrededor de la bahía
cerca de la que se fundó Caparra.
Los números se limitaban a los dedos de las manos
o los pies, o sea, hasta diez, pero se sabe que usaban
piedras, varillas y nudos en sus cabuyas hicos o curricanes
para contar cantidades mayores. Llevaban cierta cronología
por medio de piedras dentro de un calabazo hueco en el que
echaban una por cada día, y las cantidades grandes las
expresaban simbólicamente con arena o cabellos, calculando
las distancias de acuerdo con el número de noches empleadas
en el viaje.
El principio de cada año lo determinaban por la
aparición en el occidente de las Siete Estrellas o Pléyades
y lo dividían en estaciones siguiendo el curso de las estrellas
o el florecimiento de ciertas plantas, y el del sol o
guey y la luna o caraya.
Aunque se han encontrado algunos petroglifos en
rocas y cuevas, aparentemente no tenían forma apreciable de
escritura, aunque usaban sellos labrados, cilíndricos y
redondos con signos que no han podido ser descifrados.
En Puerto Rico y parte de la Española se desarrolló
el pulimento y la talla de la piedra o ciba a un extremo de
Conquistador español. Pasó con Ovando a La Española en 1502. En 1508 emprendió la
conquista de Puerto Rico (Boriquén) y ejerció el cargo de gobernador. Asimismo,
emprendió la colonización y fundó varias ciudades, pero los indígenas, que en
principio le habían acogido bien, se sublevaron repetidas veces por la
implantación de las encomiendas y la dureza del régimen a que fueron sometidos.
Hubo una fuerte represión y Ponce de León fue destituido (1511). En febrero de
1512 obtuvo una capitulación para buscar la isla de Bimini, al Norte de Cuba,
donde una leyenda india suituaba la "fuente de la juventud". Llegó a la Península
que bautizo de Florida, por ser tiempo pascual (marzo 1513), cuya existencia
constaba ya en varios mapas de los primeros años del s. XVI. En 1514 se le concedió
el cargo de capitán general de Puerto Rico (1514-19). En 1521, con una nueva
capitulación, emprendió la segunda expedición a la Florida. Desembarcó en la costa
occidental, pero fue herido por los indios y regresó a Cuba donde murió. Sus
restos fueron trasladados a San Juan y sepultados en la Iglesia de Santo Tomás.
41
perfección que no fue igualado en Suramérica, de donde
procedían, e igualada sólo en Mesoamérica. Eran alfareros de
gran arte y habilidad y trabajaban la madera del guayacán y
la caoba, la concha y el hueso de una manera muy desarrollada
que evocan los de Centro América y México, sobre todo en los
dujos, metates, máscaras, adornos y las espátulas de ciba o
hueso para vomitar y purificarse.
Los semís tricornes, según Las Casas y Román Pané
«eran de tres maneras que cada una estimaban tener su virtud;
la de la una que favorecía sus sementeras, la de la segunda
para que las mujeres tuviesen buena dicha en parir, la virtud
de la tercera para que tuviesen agua y buenos temporales
cuando los había de menester».
LAS ANTILLAS Y EL ARTE TAÍNO
Las Antillas, primeras tierras americanas descubiertas
por Colón (1492), estaban habitadas por dos pueblos,
vinieron del continente suramericano: Arawak y Carib, o
Caribes. Estos últimos instalados en las Pequeñas Antillas
donde habían exterminado en parte a la antigua población
arawak. La civilización Taína de las Grandes Antillas había
sufrido, en época reciente, la influencia de Méjico: todavía
existían relaciones marítimas, en la época del descubrimiento,
entre las islas y Yucatán. Sin embargo, como en América
Central ── fuera del dominio maya ──, no hay arquitectura en
piedra.
La denominación Taíno no es aborigen, sino que
designa a los grupos de lengua arawak en las Antillas Mayores,
para distinguirlos de los grupos de la misma lengua del continente.
Se cree que las islas del Caribe fueron pobladas
desde Suramérica. Los pobladores más antiguos del área, los
cazadores de mamíferos Paleo-Indios, anteriores al 5000 a.C.,
se han localizado solamente en tierra firme y no será hasta
el período llamado Meso-Indio (5000 -1000 a.C.), cuando
42
aparezcan los primeros pobladores en las islas. Son
pescadores y recolectores de mariscos que se localizaran en
las Antillas Mayores estos grupos, de la lengua Ciboney y
denominados marginales, permanecieron durante siglos, pero
empujados a lugares muy concretos del oeste de Cuba y pequeñas
islas cercanas y de la península suroeste de Haití por pueblos
más tardíos de economía agrícola.
A partir del 1000 a.C., con el comienzo del período
Neo-Indio, hace su aparición en el área la agricultura de la
mandioca y la cerámica, sin antecedentes conocidos y aparentemente
traída por movimientos de población a lo largo de la
costa de Venezuela y hacia las Antillas Menores y Mayores.
En las islas, las diversas oleadas colonizadoras se
identificarán por distintas tradiciones cerámicas, todas
claramente suramericanas. Desde el Neo-Indio II (300 d.C.),
se reconocen cerámicas saladoides en Puerto Rico y la
Española y para el 700-900 d.C., grupos subtaínos, con
cerámicas ostionoides aparecen en la Española, Cuba y
Jamaica. La fecha más temprana de la cerámica de la Cultura
Taína, conocida como chicoide, es la de 850 d.C. en la
República Dominicana, llegando hasta la época del contacto.
los pueblos de lengua Caribe, localizados en todas
las Antillas Menores, agricultores y ceramistas, de cultura
menos compleja, de gran tradición guerrera, que habían
conquistado a los arawak de las islas menores, matando a los
hombres y uniéndose con sus mujeres y que estaban siendo
absorbidos y sometidos por la cultura superior arawak.
Los Taínos representan el desarrollo cultural más
completo en las Antillas y de toda el área circuncaribe. Su
economía tenía una fuerte incidencia en la agricultura,
destacando el cultivo de la yuca (mandioca dulce), con la que
elaboraban el cazabe, o torta de harina que se tostaba sobre
un burén. Cultivaron también el maíz, la batata, el maní y
la piña, y recolectaban frutas silvestres entre las que
destacamos el mamey, la guanábana, la papaya, o la guayaba.
43
La agricultura se practicaba con el sistema de rosa (tala y
quema) y también de camellones, o levantamiento de amontonamientos
circulares de tierra para facilitar el cultivo de los
tubérculos. La pesca, en el mar o en agua dulce por varios
procedimientos, la recolección de crustáceos y moluscos y la
caza, practicada con arco y flecha o con dardos y propulsores,
fueron importantes complementos para la subsistencia.
Los asentamientos variaban en su composición, desde
una sola casa multifamiliar hasta poblados compuestos por
unas mil. Los poblados disponían de una o más áreas ceremoniales.
La residencia del cacique se situaba en uno de los
lados de esa área era denominada el caney, con una marquesina
frontal de recibo, y que podía hacer las veces de templo
donde se guardaban los cemíes, los ídolos más importantes del
poblado. El bohío era la vivienda de la gente común, que como
el caney era una residencia multifamiliar.
La organización sociopolítica era el cacicazgo ──
la palabra cacique procede precisamente de la lengua arawak
──, o más precisamente una confederación de jefaturas, en las
que un cacique principal gobernaba una especie de provincia,
dividida a modo de distritos, gobernados cada uno por un
jefe, de carácter mágico-religioso.
El arte y la religión se encuentran estrechamente
unidos entre los Taínos. Según Fray Román Pané, que realizó
una serie de observaciones sobre la cultura de los Taínos
entre 1494 y 1498 por lo que puede considerarse el primer
etnógrafo del Nuevo Mundo y cuyo libro fue el primero escrito
en español en América, su religión se centraba en el culto
de unas divinidades llamadas cemíes. El principal de ellos
era Yúcahu Bágua Maórocoti, especie de principio inmortal, y
había otros muchos dedicados a la agricultura, a los fenómenos
meteorológicos o a los antepasados. La palabra cemí se
aplica también a la representación de esos dioses tanto en
piedra como en madera, en un muestrario de variada escultura,
44
que además conforma una serie de objetos en los que se mezclan
las funciones mágicas utilitarias.
La ceremonia religiosa principal era la inhalación
de la cohoba, o polvos alucinógenos, por parte de los caciques
y behiques o sacerdotes para ponerse en comunicación con los
cemíes. Pero parece que también la acción de tallar un cemí
se relacionaba con la inhalación de la cohoba, ya que era el
behique quien tras realizar la ceremonia de la cohoba a un
tronco determinado, dictaba la forma de cómo debía ser
tallado, ya que en el propio árbol manifestaba el cemí que
debía representarse.
MANIFESTACIONES ARTÍSTICAS
Entre las manifestaciones artísticas relacionadas más estrechamente
con la inhalación de la cohoba se encuentran los
llamados propiamente cemíes, figuras antropomorfas en
posición sedente o arrodillada sobre las que se proyecta una
especie de plataforma o bandeja. En esa bandeja se colocaban
los polvos que iban a ser inhalados. Sobre brazos o piernas,
desproporcionadamente largos, aparecen motivos grabados.
Los yugos o aros monolíticos, de forma general oval
y decorados con diseños geométricos y cefalomorfos
La producción cerámica Taína fue importante y de
gran variedad, generalmente inclinada hacia la decoración
incisa y sobre todo modelada, aunque no se desdeñaba la pintura
que se ha perdido dado su carácter vegetal que se decoran
con una faja de diseños geométricos incisos cerca del borde
y modelados de caras de carácter antropomorfo o zoomorfo.
Pero destacan sobre todos los vasosefigie, con
representaciones zoomorfas, antropomorfas, o mixtas,
generalmente tipos humaniodes de formas un tanto grotescas,
45
incluso con deformaciones corporales, como jorobados,
personajes que aparecen en la mitología Taína y que parecen
volver a poner en relación estas figuras con los
omnipresentes cemíes.
46
CAPÍTULO IV
LAS MIGRACCIONES PROCEDENTES DE
SURAMÉRICA
Los antropólogos y arqueólogos, al intercambiar
información, es la de reconstruir la historia de los "pueblos
sin historia", no han dejado testimonio escrito. Esta historia
sólo puede conocerse con la ayuda de las excavaciones,
pero también con el auxilio de la Etnología (estudio de
costumbres, tradiciones y hábitos) y de la Lingüística. Los
grandes movimientos étnicos del Viejo Mundo podemos
conocerlos porque las gentes que se mueven desde el oriente
asiático hacia el occidente actúan sobre pueblos civilizados,
que guardan memoria escrita o tradicional de los hechos. En
América, sin embargo, no tenemos este tipo de caudal
informativo, y por ello la Ciencia ha de usar de los
expedientes auxiliares de la Historia.
La lucha entre caribes y arahuacos pudo empujar a
éstos a un salto arriesgado sobre las rutas marítimas. De
todas las emigraciones suramericanas importantes, las de los
arahuacos y caribes, que aunque emparentados entre sí, los
futurólogos han diferenciado por la época de su arribo a las
islas. Estos grupos que hacen acto de presencia en las
Antillas y, por lo tanto, en Boriquén, son los siguientes:
a) igneri, b) Taínos (subtaínos y taínos, propiamente dicho)
y c) caribes.
Los IGNERI, a este complejo étnico y cultural,
también llamado iñeri y eyeri, ha sido identificado por el
Dr. Ricardo Alegría, quién supone sea la primera oleada
pobladora arahuaca procedente de Suramérica, y que llegó
desde la Venezuela actual hasta Boriquén y el oriente de La
Española, tropezando con la masa residente de los arcaicos,
de antiguo asentamiento en esas islas. Los datos cronológicos
situarían esta invasión en los primeros siglos de la Era
Cristiana, entre el siglo segundo y cuarto. Su cultura supe-
47
rior les haría imponerse sobre la rudimentaria ── precerámica
y pre-agrícola ── de los arcaicos. Disponían
asimismo de un mayor dinamismo y de un armamento superior
aparte que los pueblos en movimiento son en general muy
agresivos y por esta razón consiguen vencer a los ya
establecidos.
Los siglos transcurridos desde que sus antecesores, los
arcaicos, se instalaran en las islas antillanas, habían
permitido a los igneri subir varios escalones en el proceso
cultural, llegando a fabricar una bella cerámica de barro
seleccionado, que pintaban en blanco y rojo y decoraban artísticamente.
Además, conocían los secretos de la agricultura.
Todo ello permite convertir a los arcaicos a una
nueva economía y forma de vida, por absorción y asimilación
a una cultura superior. Abandonan la ingestión masiva de
moluscos, introduciendo el cultivo de la tierra (agricultura)
y la alimentación de cangrejos de tierra (jueyes)
Esta gran evolución cultural promovida por los igneri,
representa la introducción de la Cultura Taína en las
Antillas, habiéndose producido la mutación probablemente en
Boriquén. Al período de la transformación lo han designado
los antropólogos con el nombre de sub-taíno, lo cual no es
muy exacto, pues "sub" supondría una situación debajo de lo
Taíno, pero no necesariamente Taína, por lo cual sería más
apropiado llamarlo proto-taíno, son los arahuacos quienes la
producen y arahuacos también quienes la desarrollan
posteriormente, en la llamada "Cultura Taína".
Los TAÍNOS, cuando llegaron los castellanos al Mar
de las Antillas, encontraron una población difundida por
todas las islas, con una misma lengua y una misma manera de
vivir. Les maravilló su sencilla organización que hoy
definiríamos como de tipo neolítico, pues eran labradores,
ceramistas y pulimentadores de la piedra, y a todos ellos los
llamaron Taínos Parece derivado de nitayno, "el principal",
o "el bueno". Hernández Aquino 45 reproduce el párrafo del Dr.
45 Voz: taíno este vocablo es también de los primeros que pasan al castellano.
48
Diego Álvarez Chanca, que refiere que "...andaban por la
playa muchos hombres e mujeres mirando la flota (de Colón) e
maravillándose de tanta cosa nueva, e llegándose alguna barca
a tierra a hablar con ellos, diciéndoles tayno - tayno, que
quiere decir bueno...". La palabra hizo fortuna y así la
lengua de las gentes de las Antillas Mayores se llamó Taína,
y, por extensión, denominamos igualmente su cultura.
Los antropólogos y los historiadores se han planteado
acerca de la cultura hallada por los descubridores las
siguientes posibilidades:
a) Que la Cultura Taína sea una evolución normal de los
cambios introducidos por los igneri sobre una capa poblacional
arcaica, de distinto origen, pasando por un
período de transición sub-taíno o proto-taíno.
b) Que la Cultura Taína sea el resultado de una nueva oleada
arahuaca, más avanzada culturalmente, pero procedente
también de Suramérica.
La distinción entre sub-taínos y Taínos es más bien
una diferenciación acordada por los arqueólogos que una verdadera
y radical distinción. Yacimientos con cultura similar
a la Taína, pero más rudimentaria (la sub-taína), se hallan
en algunos lugares de la Española, Cuba y Puerto Rico, y
parece que ésta estaba viva en la época del Descubrimiento,
en el centro y oeste de Cuba, en Jamaica y las Bahamas. Que
existía una identidad cultural entre todos fue patente a los
primeros europeos que con ellos tuvieron contacto en las
Antillas Mayores y en las Lucayas. Cristóbal Colón escribía
en su carta a los Reyes Católicos que:
"En todas estas islas no vide mucha diversidad en
la fechura de la gente, ni en las costumbres, ni en la lengua,
salvo que todos de entienden..."
Hernández Aquino, Luis, Diccionario de Voces Indígenas de Puerto Rico, Bilbao,
1969, P. 311.
49
Y en efecto así sucedía, pues el castellano Juan
González, que aprendió a hablar taíno en la Española, sirvió
de faraute o intérprete en Boriquén, Vieques y hasta en las
Islas Vírgenes. De igual modo, el indio lucayo, que el Almirante
bautizara con el nombre de su hijo Diego, comprendía
el idioma de los habitantes de Cuba.
Todos ellos eran arahuacos y procedían de América
del Sur, pero en las Antillas desenvuelven nuevas y
diferentes formas de vida y cultura, ── debidas en gran parte
a su adaptación al habitat insular ── de las de sus hermanos
continentales, por lo cual es justo llamarlos "Taínos", para
personalizar los rasgos que los separan de sus parientes de
las selvas y cuencas de los grandes ríos suramericanos.
Los CARIBES, feroces indígenas ── al decir de los
descubridores ── parecen ser la última oleada de procedencia
meridional, y constituirían la tercera y última penetración
de este origen. Aún se hallaban en el continente en épocas
históricas e incluso es posible localizar parientes y descendientes
suyos en nuestro tiempo, en las Antillas. Para clasificarlos
debidamente, se ha dado a estos últimos el nombre
de caribes insulares.
Las investigaciones arqueológicas, especialmente
de Irving Rouse, tienden a demostrar que esta llegada final
de gentes suramericanas a Puerto Rico es muy poco tiempo
anterior al Descubrimiento, ya que los datos radiocarbónicos
de Naguabo (asiento de Las Cuevas) dan fechas del siglo XV.
Colón supo de los caribes por referencia, ya en su primer
viaje, y luego se iría comprobando que habían pasado éstos
del continente a las Antillas Menores, desde las cuales
habían organizado el ataque a las Mayores, encontrándose más
a gusto con los residuos de los igneris ── rudos y de menor
cultura y, por lo tanto, más parecidos a ellos ── con los que
se cruzaron. Practicaban la piratería en canoas y hacían
50
estragos con sus largos arcos y flechas en los yucayeques o
poblados de los sedentarios y pacíficos Taínos. Aprisionaban
a las mujeres, con fines de reproducción, y por ello en sus
comunidades se hablaban dos idiomas, el caribe y el materno
de los hijos de las Taínas, lo cual ya sorprendió a los
colonizadores, que se asombraban de que en un pueblo, según
hablara un hombre o una mujer, se designara a una misma cosa
con palabras diferentes. La artesanía caribe tiene una gran
semejanza con la Taína, sobre todo la cerámica, de lo cual
no debe extrañar ya que tal actividad es generalmente femenina
entre los pueblos primitivos, y quienes fabricaban los
cacharros eran las forzadas "esposas" arahuacas de los caribes.
Muchos autores, siguiendo a Colón y las versiones
que de sus informantes ofreció Pedro Mártir de Anglería,
identificaron como caribes a los ciguayos, porque usaban
grandes flechas y arcos, pero Alegría afirma que eran arahuacos.
La limitación de conocimientos no significa rudeza,
pues precisamente los indios de Boriquén, y parte de la
Española, llevaron el arte del pulimento de la piedra a una
perfección y refinamiento no alcanzados por sociedades más
complejas y adelantadas.
A continuación, el cuadro cronológico más aceptado
del asentamiento de los pueblos aborígenes de Puerto Rico.
1.Arcaicos
(Cueva María de la Cruz.
Loiza)
40 D. de JC.
2.Igneri (Hacienda Grande. Loiza) 370 D. de JC.
3.Arahuacos A) Sub-Taínos:
Monserrate
710 D. de
JC.
51
Ostiones
B) Taínos: Santa Elena
Capá (Utuado)
1050 D. de
JC.
1210 D. de
JC.
JC.
1270 D. de
4.Caribes Daguao (Naguabo) 1400 D. de JC.
Los primitivos habitantes de las Antillas, cuando
tuvo lugar el Descubrimiento, pertenecían a dos grandes familias
étnicas y lingüísticas: eran arahuacos 46 o caribes. Los
primeros se extienden aún hoy por gran parte de Sudamérica;
los segundos se encuentran más localizados, sus tribus radican
en la Amazonía.
Esos primitivos habitantes de las islas han
desaparecido; hoy son sólo objeto de estudio de la
Antropología. En cambio, en el continente suramericano,
algunas tribus superviven, aunque en su mayoría se han mezclado
con el resto de la población y pasado a formar parte
del numeroso mestizaje. Sólo conservan su tradicional forma
de vida y cultura aquellos que han ido trasladándose con la
frontera entre la selva y la civilización y se mantienen
ocultos o desconocidos, sufriendo una constante reducción en
el número de sus miembros amenazados de extinción. Así ocurre
con los yarumas y los apalais, que son menos de cien, o con
los paumaris, que son menos de doscientos, todos en Brasil.
46 Arahuacos (arhuacos o arawaks). Moradores primitivos de las Antillas y
parte del Continente radicados en Puerto Rico al momento de ocurrir el
Descubrimiento, incorrectamente llamados indios por Cristóbal Colón, en la
creencia de que había llegado a la India. Este pueblo se extendía desde las costas
del Perú, al oeste, y el Alto Paraguay, hacia el sur, hasta las Grandes Antillas.
Los taínos eran parte de estos aborígenes. Arahuaco es el término aceptado por la
Academia de Puerto Rico.
52
Tales tribus dispersas tienen para los antillanos
de hoy especial significado. Entre aquellos que han conservado
sus rasgos culturales encontramos muchos que corresponden
a las descripciones que hicieron los Cronistas de
Indias, españoles, italianos, y franceses de los pobladores
de las Antillas del siglo XVI.
Tanto los arahuacos como los caribes son hoy agricultores,
pescadores, cazadores, tejedores y ceramistas. Son
constructores de canoas; unos vacían un tronco, otros dan
forma a cortezas de árbol. Una excepción es la de los caribes
ararás, que a pesar de vivir en la proximidad de grandes ríos
(en el Pará, Brasil), no saben navegar. Muy pocos se
distinguen como ganaderos (los guajiros), comerciantes (los
cumanás y los macusis), y menos aún trabajan metales.
Fray Román Pané 47 estudió a sociedad Taína de la
Isla Española. Los testimonios de los cronistas y las
investigaciones arqueológicas demuestran la semejanza de los
Taínos de dicha isla con los boricanos, por lo que debemos
aceptar que la descripción que hizo Pané en 1505 de la
religión de los primeros se ajusta a los aborígenes de Puerto
Rico.
Creen que hay en el cielo un ser inmortal, y que
nadie puede verlo, y que tiene madre, más no tiene principio.
A éste le llaman Yocahú Vagua Maorocotí, y a su madre llaman
Atabex, Yermaoguacar, Apito y Zuimaco, que son cinco nombres.
Estos de los que escribo son de la isla Española; porque de
47 Fray Román Pané. Sacerdote español del siglo XV. Acompañó a Cristóbal
Colón en su segundo viaje a América (1493-1494) y fue el primer europeo que habló
una lengua indígena del Nuevo Mundo, la taína, y estudió las costumbres religiosas
y artísticas de los indios de Santo Domingo.
...de otro cemí, que se llamaba Opiyelguovirán y lo tenía un hombre
principal que se llamaba Cavavanivavá, que tenía muchos vasallos bajo su mando.
El cual cemí, Opiyelguavirán dicen que tiene cuatro pies, como perro, y es de
madera, y que muchas veces por la noche salía de casa y se iba a la selva. Allí
iban a buscarlo, y vuelta casa lo ataban con cuerdas; pero el se volvía a las
selvas. Y cuando los cristianos llegaron a dicha isla Española, dicen que este
huyó y se fue a una laguna; y que lo siguieron hasta allí por sus huellas, pero
nunca más lo vieron ni saben nada de él. Como lo compré así lo vendo.
53
las demás islas no sé cosa alguna, pues no las he visto nunca.
También saben de qué parte vinieron, y de dónde tuvieron su
origen el sol y la luna, y cómo de hizo el mar y adónde van
los muertos. Creen que los muertos se les aparecen por los
caminos cuando alguno va solo; porque cuando van muchos
juntos no se les aparecen. Todo esto les han hecho creer sus
antepasados; porque ellos no saben leer, ni contar hasta más
de diez".
Recorriendo la historia y según la cronología,
Cristóbal Colón descubrió Puerto Rico, el 19 de noviembre de
1493, isla a la que llamó San Juan Bautista, en su segundo
viaje y anexó la Isla a la Corona de España. Se aprovisionaron
de agua dulce las naves, y recogieron abundante pesca,
alimento principal de los indios Taínos. Había sábalos, sardinas
y muchas lisas en el mar y los ríos.
Después Visitaron la Isla Vicente Yañez Pinzón en
1500, Antonio de Torres en 1502 y García Alonso-Cansino en
1505, llegando a ese puerto, único conocido por los españoles,
y dejaron allí cabros, cerdos y posiblemente vacas. En
este mismo año Vicente Yañez Pinzón fue designado capitán
corregidor de la isla, designación hecha por el Rey Fernando
el Católico, y le encomienda conquistar Boriquén. Pero éste
no llevó acabo la empresa en los dos años señalados por la
concesión y entonces Nicolás de Ovando, Gobernador de La
Española (Santo Domingo), encargó de su conquista a Juan
Ponce de León que había sido compañero de Colón en sus dos
primeros viajes. Algunas muestras de oro recogidas por Pinzón
contribuyeron al interés de Ponce de León en esta empresa.
La colonización dio comienzo en 1508.
Se aprovisionaron de agua dulce las naves, y
recogieron abundante pesca, alimento principal de los indios
Taínos. Había sábalos, sardinas y muchas lisas en el mar y
los ríos.
54
Después Visitaron la Isla Vicente Yañez Pinzón en
1500, Antonio de Torres en 1502 y García Alonso-Cansino en
1505, llegando a ese puerto, único conocido por los españoles,
y dejaron allí cabros, cerdos y posiblemente vacas. En
este mismo año Vicente Yañez Pinzón fue designado capitán
corregidor de la isla, designación hecha por el Rey Fernando
el Católico, y le encomienda conquistar Boriquén. Pero éste
no llevó acabo la empresa en los dos años señalados por la
concesión y entonces Nicolás de Ovando, Gobernador de La
Española (Santo Domingo), encargó de su conquista a Juan
Ponce de León que había sido compañero de Colón en sus dos
primeros viajes. Algunas muestras de oro recogidas por Pinzón
contribuyeron al interés de Ponce de León en esta empresa.
La colonización dio comienzo en 1508.
Con el comienzo de la colonización del Perú en
1529, la cual terminó en 1531, empezó un rápido proceso de
despoblamiento de la isla. Este proceso fue drásticamente
atajado por el gobernador Francisco Manuel de Lando, bajo
cuyo mandato se hizo el primer censo poblacional. En 1570 se
declaró, oficialmente, el agotamiento de las minas de oro. A
partir de ese momento, la economía girará en torno al tratamiento
de cueros y al cultivo del jengibre. Se desarrolló
también el cultivo de la caña de azúcar.
La creación, como institución, de la Capitanía
General de Puerto Rico se produjo en 1582, y en 1586 España
estableció, para la isla, una ayuda económica, sistemática y
consistente, denominada «el situado mexicano».
En el año 1703 empezó, en cierto modo, un
aperturismo comercial y, por tanto, económico. España de
hecho, declaró abiertos los puertos del Caribe a los barcos
neutrales, y comenzaron las relaciones comerciales legales
de Puerto Rico con los Estados Unidos de América.
55
A mediados del siglo XVIII ocurrió algo cuya importancia,
tanto histórico-comercial como cultural, resultaba
imprevisible en aquel momento: la introducción del café como
cultivo, por el gobernador Felipe Ramírez de Estenóz en 1737,
según unos y en 1755, según otros.
Con la llegada, en 1803, de la vacuna contra la
viruela, comenzó el siglo XIX considerado por prácticamente
todos los historiadores como el Siglo de Oro. Los grandes
sucesos se precipitarán uno tras otro desde el principio de
este Siglo de Oro y no pararán hasta el gran trauma de 1898.
Así en 1806 se estableció la primera imprenta; en 1809, la
Junta Central Suprema Gubernamental de España y las Indias
elevó, mediante decreto, las colonias ultramarinas a la
categoría de Provincias del Reino, autorizando, de paso, a
sus ciudades a elegir representantes ante el Gobierno
español; en 1810, Puerto Rico eligió su primer diputado a las
Cortes, Ramón Power y Giral. En el año 1813 se fundó la Real
Sociedad Económica de Amigos del País. En 1815, por
decreto, Fernando VII concedió la Real Cédula de Gracias por
la cual se liberó plenamente el comercio y se propulsaron las
grandes inmigraciones.
Dos sucesos de gran significación se dieron en
1832: la fundación del Seminario Conciliar de San Ildefonso
y el establecimiento de la Real Audiencia. En el primero,
donde se instituyeron programas para laicos, se educó la
mayoría de los prohombres de la época. La segunda, por su
parte, estableció por vez primera un Tribunal de Apelaciones
en Puerto Rico.
En 1843, con la publicación del Aguinaldo Puertorriqueño,
se inició, históricamente, la literatura puertorriqueña.
El Gíbaro, obra costumbrista de Manuel Alonso, vio la
luz en 1849.
En 1868 estalló la insurrección de Lares, inspirada
y fraguada por Ramón Emeterio Betances, el más grande de los
56
líderes separatistas del siglo XIX. El Grito de Lares fue un
levantamiento revolucionario con profundas motivaciones
sociales para conseguir la independencia. De hecho, consiguió
la proclamación de la Primera República.
Del 1870 al 1871 se fundaron los partidos políticos
Reformistas y Conservador, y en 1873 se dio el gran logro de
la abolición de la esclavitud.
La fundación del Partido Autonomista ocurrió en
1887, año llamado «terrible» por la persecución de separatistas
y liberales (conocida como «el componte») desatada por
el capitán General Romualdo Palacio, finalmente destituido.
En 1896 fue a Madrid la Comisión de Autonomistas.
La autonomía fue obtenida en 1897 pero, desgraciadamente,
llegó demasiado tarde. Con la Guerra Hispanoamericana, España
perdió sus últimas posesiones americanas, Cuba y Puerto Rico;
así como sus últimos territorios en el océano Pacífico, las
islas Filipinas.
Las fuentes llamadas arqueológicas, lingüísticas y
antropológicas, aunque muchos de sus cultivadores creen que
nada tienen que ver con la Historia, porque conciben a ésta
como un hilvanado de fechas, de nombres y de acontecimientos,
son en verdad el mayor auxiliar que tiene el historiador para
los períodos más antiguos, de los que nada conserva la memoria
de las generaciones posteriores, como no sea en una forma
mítica y poco aprovechable para una verdadera reconstrucción
del pasado de la Humanidad, que es, en rigor, el último fin
de la Historia.
La Arqueología, cuyos métodos han llegado a una
extraordinaria precisión en la excavación y establecimiento
de niveles y, por lo tanto puede fijar términos ante quem y
post quem, es también inapreciable en la posterior clasificación
de los objetos extraídos, en el inventariado de las
formas y en la ordenación de los procesos evolutivos de la
57
confección de instrumentos, vasijas, utensilios y armas, así
como de edificaciones. Brinda por otra parte, al historiador
los objetos mismos que fueron de uso en épocas pasadas,
informándole igualmente, de sus conocimientos tecnológicos,
del progreso de sus industrias, y también del aspecto y
contenido, finalidad y estructura, de sus costumbres y, en
muchas ocasiones, de su sociedad. Para las «épocas sin
documentos» existe el «documento» material, objetivo, que
proporciona la Arqueología.
La Antropología, concebida en su dimensión total,
como se va entendiendo hoy (es decir, Antropología física y
Etnografía y Etnología, juntas) presenta al historiador, en
primer lugar, al protagonista de la Historia, al hombre, no
«como fue», en un sentido comparativo, sino en su realidad
in se. Este documento, que fue vivo, es inapreciable para el
historiador, en sí mismo como base para saber al grupo étnico
a que correspondía el habitante de la tierra que historia,
en un momento determinado. Revelan los restos humanos las
enfermedades que padecían, las subalimentaciones, los usos
«embellecedores», las deformaciones a que muchas veces se
sometieron voluntaria o involutariamente. Pero la Antropología,
estudiando en conjunto los restos que el arqueólogo le
ha ofrecido, reconstruye para el historiador el panorama
completo de la vida antigua, y le da una interpretación, y
una ubicación en niveles culturales.
La Lingüística, por último, al estudiar las hablas
de los grupos primitivos supervivientes, los testimonios de
quienes en tiempos pasados fueron contemporáneos suyos, o,
en casos desesperados, la tiponimia, llega a establecer
filiaciones, entronques y relaciones entre las gentes que
ocuparon un territorio con otras que viven, o vivieron,
lejos, pudiendo así no sólo establecer este parentesco, sino
formar una verdadera reconstrucción histórica, al fijar
cuáles lenguas son matrices de otras, cuáles son dialectos
derivados, etc. En el caso concreto de los pobladores
58
antillanos, la aportación de la Lingüística ha sido
definitiva, tanto para los arahuacos, como para los caribes.
A fines del Siglo XV la isla de Boriquén, antiguo
nombre de la isla de Puerto Rico, se hallaba poblada, como
Cuba y Santo Domingo, por indios Taínos (arahuacos de Tierra
Firme de donde emigraron en el milenio - I), según una de las
teorías de los investigadores. Otros como Bristock, creían
que las tribus de Bimini (Florida) hostigadas por pueblos más
fuertes, habían abandonado aquellas tierras y pasando a la
gran Bahama, extendiéndose luego por Cuba, Jamaica, Santo
Domingo (Haití), Puerto Rico y algunas Antillas Menores. La
teoría mas acertada sobre sus orígenes es la de que fueron
asiáticos que emigraron y pasaron por el estrecho de Bering,
descendiendo hasta Canadá, América del Norte, Florida y seguidamente
hasta las Antillas. Indios caribes amazónicos llegados
a las Antillas Menores (desde el continente), cazadores,
guerreros y antropófagos, venían hostigando en las últimas
décadas del siglo XV a los boriqueños asolando con sus
incursiones la costa oriental de la Isla.
En cuanto a la antigüedad de los primeros pobladores
que llegaron a las islas. Puede afirmarse, con pruebas
arqueológicas, que su estancia data desde fines del siglo III
antes de Jesucristo, hasta poco después de la Era Cristiana.
Estos eran los llamados arcaicos, permaneciendo casi quince
siglos en la Isla y luego se extinguen, pues en tiempo del
Descubrimiento ya los habían desalojado los arahuacos,
quedando sólo unos restos ── acorralados ── en otras islas 48 ;
según los investigadores son los primeros pobladores, éstos
afirman que algo de su cultura se transmitió a los invasores
arahuacos. En términos culturales-industriales los podríamos
llamar paleolíticos, por ser la talla la forma más antigua
de trabajo de piedra. Eran pues, talladores de la piedra,
pero no la pulimentaban como los Taínos.
48 Así lo informan Gonzalo Fernández de Oviedo y Pedro Mártir de Anglería.
59
El hoy genéricamente llamado amerindio llegó a las
Antillas, en general, y a Puerto Rico en particular, tardiamente.
En Cuba fueron, según la tradición y nomenclatura
cubanas, los siboneyes 49 , que eran en realidad, arcaicos.
Sabemos, además, que a los que Fray Bartolomé de las Casas
llamó siboneyes fueron, de hecho, los sub-taínos. En Puerto
Rico, el complejo cultural arcaico, definidor del quehacer
de los que primeramente llegaron, señala sin lugar a dudas
que fueron cazadores, pescadores, recolectores de semillas,
raíces y frutas silvestres. Vivían por lo general en la costa.
Con un modo de vida que era simultáneamente semi-nómada y
semi-sedentario, suplementaban su dieta recogiendo caracoles
en áreas pantanosas. Desconocían tanto la agricultura como
el arte de la cerámica. Se trataba por tanto, de una cultura
muy sencilla, en la que los artefactos, rústicos, consistían
en cuchillos de piedra, guijarros del río (con los que
trituraban las semillas silvestres) y gubias, hechas de
caracol, para tallar la madera.
Aunque se discuten, en los estudios arqueológicos,
los lugares continentales de procedencia. En lo que concierne
a Puerto Rico, una de las teorías es la de que, a través de
la cadena de las Antillas Menores, vinieron de las costas de
Venezuela, desde América del Sur.
Las Antillas fueron invadidas por otros indios,
denominados culturalmente por los estudiosos, como el complejo
cultural arahuaco. Se trata de los famosos arawaks, tan
admirablemente descritos por Sir Walter Raleigh. Por medio
de la aplicación del procedimiento radioactivo del carbono
14, se calcula la presencia de los arahuacos, en Puerto Rico.
Alrededor del 710 d. de J.C. al 1050 d. de J.C. Era de hecho,
49 Siboneyes o ciboneyes. Científicamente el hallazgo de esta antiquísima
capa poblacional y cultural se debe al arqueólogo Mark R. Harrington (1921). Las
manifestaciones pre-agrícolas encontradas por él fueron bautizadas con el nombre
de «cultura Siboney o Ciboney».
60
lengua arahuaca la que hablaban los indios (llamados por los
españoles Taínos) encontrados por Colón en Puerto Rico.
Una de las teorías de los investigadores, era que
los arahuacos procedían de las costas de Venezuela y llegaron
a Puerto Rico por vía de Trinidad, su primera parada, y las
restantes Antillas Menores. Eran indios agricultores y ceramistas,
que trabajaban muy bien el barro, Poseían una cultura
más compleja que la de los arcaicos.
Los indios del complejo cultural arahuaco son clasificados
por los estudiosos en varias fases, que responden
tanto a consideraciones cronológicas como a características
culturales.
A la más antigua de estas fases se la denomina
saladoide o igneri (en función del yacimiento arqueológico
Salado, en las costas de Venezuela). Se caracterizan los
saladoides, por ser los mejores ceramistas de las Antillas.
Su cerámica es de cocción a altas temperaturas, y decoraban
los recipientes con vistosos diseños pintados en blanco sobre
rojo, llegando, a veces, al uso de tres colores. Usaban
igualmente, los diseños incisos y modelado.
En lo que a Puerto Rico respecta, a donde llegaron,
aproximadamente, del 400 al 300 d.C., el yacimiento con los
artefactos más viejos encontrados fue el de la Hacienda Grande,
en Loíza. Se descubrieron, de hecho, ollas incisas con
líneas entrecruzadas; también piedras semipreciosas (tales
como la amatista, la cornelina, el ágata y el cuarzo lechoso)
en formas de adornos personales. En el lugar denominado La
Hueca de Vieques, se descubrió un extraordinario yacimiento
de objetos indígenas.
Hacia el 600 d.C., los indios saladoides, forjadores
de la llamada «cultura del cangrejo» (utilización de
jueyes, cobos, etc.), sufrieron una gran transformación, que
giró, fundamentalmente, en torno a la tecnología del barro.
61
Abandonan la pintura en sus recipientes y ollas, y cambian
tanto las formas como las decoraciones de los mismos.
Estos cambios obligan a los estudiosos a acuñar un
nuevo nombre para dicha expresión de los habitantes de las
Antillas: ostionoides, en virtud de Punta Ostiones, en Cabo
Rojo, Puerto Rico.
Es este el momento en que se introduce, probablemente,
el maíz. Con los ostionoides crece la población y,
además, empieza el poblamiento del interior. La piedra se
trabaja más y surge el mortero para la molienda del maíz.
Aparecen, además y por primera vez, los bateyes y las plazas
para el juego de pelota; por cierto, ésta de goma. También
surgen los cemíes (ídolos de tres puntas) grandes y comienza
el desarrollo de la institución del cacicazgo.
Hacia el 1.000 d.C., los ostionoides se empezaron
a mover hacia La Española, primero, y Cuba luego; tierras a
las cuales jamás llegaron los saladoides, como tampoco a
Jamaica.
Los ostionoides, en el momento de dicha gran migración,
habían alcanzado un florecimiento tal en su organización
social y en la evolución de la tecnología de la piedra,
que obligó a los estudiosos a darles otra denominación. Estamos
ante los Taínos, de los que da cuenta Colón.
Desde el siglo XIX, el término Taíno (que en lengua
arahuaca hace referencia a «los buenos», «los selectos», «los
nobles») ha sido utilizado para denominar a los indios en las
Antillas Mayores, en el momento del Descubrimiento o Encuentro.
El idioma Taíno, genéticamente arahuaco, ha aportado
infinidad de palabras al español (tales como, entre otras,
cacique, canoa, huracán, tabaco, maíz, sábana y hamaca), así
como la toponimia puertorriqueña (Caguas, Humacao, Areribo,
Orocovis, Utuado, Toa, etc.).
62
El Puerto Rico indígena, en tiempos del Descubrimiento,
consistía de 24 yucayeques (aldeas), cada uno bajo
la autoridad de un cacique. Había, pues, 24 caciques y un
cacique máximo, general para toda la isla, llamado Agüeybana,
era este cacique y con él se enfrentó Juan Ponce de León,
colonizador de Puerto Rico y primer gobernador.
En aquel momento existía una perfecta división de
clases. En primer lugar, la clase caciquil conjuntamente con
los nitaynos (eran los ancianos y guerreros). En segundo
lugar los bohíques (o sacerdotes). En tercer y último lugar,
los naborias (indios comunes trabajadores, carentes de derechos
o privilegios).
Uno de los más fascinantes y controvertidos problemas
teóricos con respecto al Puerto Rico pre-hispánico es el
de la magnitud total de su población. Dos tesis fundamentales
existen: la de que era relativamente pequeña y la de que era,
decididamente, grande. Los seguidores de la primera se fundamentan
en los tipos de cultivos y de economía, y en hechos
históricos. Los de la segunda, en torno a atestiguamientos
de cronistas y a especulaciones resultantes de modelos
analíticos, geográficos y demográficos modernos.
Vázquez Calzada, demógrafo puertorriqueño, sitúa
la población indígena de Puerto Rico, en tiempos del Descubrimiento,
entre 100.000 y 600.000. Estas cifras definen una
posición teórica intermedia. Alegría, por su parte, pensando
mayormente en el cultivo de la yuca como medio principalísimo
de subsistencia y, más tarde, en el del maíz, importado de
América del Sur, cree hoy que no pasaban de unos 30.000
Taínos.
Watlington, investigador geográfico-cultural puertorriqueño,
postula, por su parte una población fluctuante
entre el millón y los tres millones. Curiosamente, no es la
población indígena lo que le interesa, sino probar que con
las tierras de labranza que posee Puerto Rico podría, fácil-
63
mente, ser en lo fundamental autosuficiente. Coincide con
Vázquez Calzada, sin embargo, en que, a sólo una generación
de la llegada de los españoles, la población indígena se
mostraba notablemente disminuida.
Cuentan las crónicas que tras volver a España a
dar cuenta del descubrimiento de las Indias a los Reyes Católicos,
éstos acordaron continuar las expediciones y establecerse
en los nuevos lugares.
En este segundo viaje ya no se precisaban favores
ni coacciones, ni había que echar mano de las rentas de la
Hermandad que Santángel administraba, ni habría que recurrir
a la requisa de naves o al indulto de algún delincuente. La
presión se ejercía ahora más bien en sentido inverso: para
evitar que embarcaran cuantos querían hacerlo. Se había limitado
a un millar el número de expedicionarios; pero alrededor
de trescientos más harían la travesía por su cuenta.
Los indios les guiaron hasta Boriquén. Se asume
que Colón viajó hacia Puerto Rico por la ruta Sur, desde
Santa Cruz y que una de sus carabelas exploró las Islas
Vírgenes, porque sólo las de poco calado podían llegar hasta
allí. Tuvieron vientos violentos en el viaje. El 19 de
noviembre llegaron a Boriquén por la costa occidental,
desembarcando cerca de un poblado indio que denominaban la
"AGUADA". Allí Colón anexó la isla a la Corona de España.
Cuando éste vio sus costas le dio el nombre de San Juan
Bautista, en homenaje al hijo de los Reyes Fernando e Isabel,
y se acercó a reconocerla.
Se aprovisionaron de agua dulce las naves y recogieron
abundante pesca, alimento principal de los indios. La
primera impresión de los españoles fue de sorpresa. Las muchas
especies de pescados que nadaban bajo sus aguas transparentes;
la frondosidad de su vegetación y fertilidad de su
tierra; la disposición de sus bohios en torno a una gran
plaza en el centro del poblado, y muchas otras cosas que
vieron, la abandonaron el 22 de noviembre, dejándola
64
postergada hasta el año 1508 en que Juan Ponce de León volvió
a reconocerla.
La razón de este largo olvido estriba en los problemas
que tuvo el almirante Colón con los indios y sus
hombres. Al llegar a Santo Domingo, tras descubrir la isla
de Puerto Rico, encontró a sus hombres muertos y su fuerte
(Navidad) incendiado por los indios. Colón trató de fortificarse
de nuevo, pero el clima de la isla, la falta de víveres
y el excesivo trabajo, hizo enfermar y morir a muchos de sus
hombres. Los que quedaron con él le perdieron el respeto y
obediencia.
Más adelante visitaron la Isla de Boriquén, Vicente
Yañes Pinzón 50 en 1500, Antonio de Torres en 1502 y García-
Alonso Cansino en 1505, llegando a ese puerto, único conocido
por los españoles.
En 1505 el Rey Fernando el Católico dio a Vicente
Yáñez Pinzón la encomienda de conquistar Boriquén. En el año
1508 gobernaba Santo Domingo el Comendador Mayor de la Orden
de Alcántara, Nicolás de Ovando, y su Teniente en la Villa
de Salvaleón, el capitán Juan Ponce de León, que iba con
Colón cuando descubrió la Isla.
Desembarcó en Puerto Rico el día 12 de julio del
mismo año. Y fue muy bien recibido por el cacique Agüeybaná,
quien le enseñó la Isla, mostrándole los ríos que contenían
oro, la fertilidad de la tierra y la variedad de sus productos.
Ponce de León comprobó que eran muchos los indios que
la habitaban y su buena disposición hacia los españoles.
50 Yañez Pinzón, Vicente. Navegante español que vivió entre la segunda mitad
del Siglo XV y la primera del XVI. Como sus hermanos Francisco Martín y Martín
Alonso, fue amigo y compañero de Cristóbal Colón en el viaje del Descubrimiento
de América (1942). Vicente vino al frente de la carabela La Niña. En 1500 descubrió
las bocas del río Marañón (Amazonas); al regreso de este viaje hizo escala en
Puerto Rico, donde observó muestras de oro. Impresionado por ello solicitó
autorización para la conquista y colonización de la isla, que obtuvo en 1505,
junto al título de capitán poblador de la isla de San Juan y a una suma de 10.000
maravedíes, antigua moneda española; al año siguiente vendió el cargo y los
beneficios a Martín García de Salazar, quien tampoco hizo uso de ellos.
65
Siguiendo a Brau 51 , se supone que tuvo lugar una
entrevista entre Juan Ponce de León y Agüeybaná, en la que
aquél ofreció ayuda al cacique en su lucha contra los caribes,
y Agüeybaná prometió levantar un conuco al Rey de España,
dejando que los españoles se asentaran en la Isla, pero sin
que pensase darles ninguna soberanía sobre ésta. Lo que sería
una explicación del buen recibimiento que tuvieron.
Diego Colón, hijo del Almirante, fue nombrado
virrey interino de las Indias. Al llegar Diego Colón a La
Española, nombró gobernador de Puerto Rico a Juan Cerón 52 , y
a Miguel Díaz 53 como Alguacil Mayor. Ponce de León quedó sin
ningún cargo.
Cerón llegó a la isla de Boriquén en 1509 con 200
españoles, entre ellos Juan Ponce de León y su familia, siendo
bien recibidos por el cacique Agüeybaná. Los españoles vivieron
entonces mezclados con los indios Taínos. Se dedicaron
a las granjerías de ganado, caña de azúcar, jengibre y otras
especias que habían traído de Santo Domingo.
Ponce de León no aceptó el nombramiento de Cerón
como gobernador de la Isla, por creer que le correspondía a
él tal gobierno, por ser el primero que la había reconocido.
Por ello escribió a su protector Ovando, a la sazón en la
Corte de España, para que presentase al Rey su derecho al
gobierno de Puerto Rico. La carta tuvo efecto y Ovando le
consiguió el gobierno de la Isla en el año 1510, a la llegada
de Cristóbal de Sotomayor 54 , hijo del conde de Camiña, a la
51 Salvador Brau es uno de los principales historiadores puertorriqueños, que
completó la obra de Fray Iñigo Abbad, Puerto Rico y su historia (1894).
52 Juan Cerón, gobernador de Puerto Rico en dos ocaciones, en 1509 y de 1511
a 1512.
53 Miguel Díaz, colonizador expañol que arribó a Puerto Rico en 1510,
procedente de España. Nombrado por Diego Colón, como alguacil en sustitución de
Martín Cerón, hermano de Juan Cerón.
54 Cristóbal de Sotomayor, colonizador español; arribó a Puerto Rico en 1509.
Era oriundo de Galicia y había sido secretario de Felipe I, el Hermoso, casado
con la Reina Juana la Loca, hija de los Reyes Católicos. Fundó un poblado en las
66
Isla ── primer español importante que pisó Puerto Rico ──,
con una cédula en la que se encomendaba al cacique principal
(el principal cacique de la Isla, Agüeybaná, y sus indios,
fueron puesto al servicio del noble gallego), ya que el gobierno
lo había dado el Rey a Ponce de León; éste, el recibir
la carta real, la retuvo diez días y fue Sotomayor quien le
influyó en el cambio de poder. Cerón se resistió y fue
encarcelado y enviado a España.
Fue Juan Ponce de León quien con cincuenta compañeros
desembarcaron el 12 de agosto de 1508, inició la colonización,
fundó la ciudad de San Juan de Puerto Rico (1509),
empezó las obras de construcción de la primera fortaleza y
la primera catedral (1512). Durante su gobierno (1508-13),
Diego Colón, Gobernador de la Española, (1513-26) trató de
reemplazarlo por Juan Cerón, pero los colonos de San Juan no
reconocieron la autoridad de Diego y el Rey concedió a Ponce
de León el cargo de Capitán General de Puerto Rico en 1514.
Siendo ya gobernador de Puerto Rico, lo primero
que decidió Ponce de León fue establecer un poblado español
separado de los indios Taínos. Eligió sitio cerca de las
minas y lo llamó Caparra. Estaba situado en el norte de la
Isla, frente a la actual San Juan. Por las fechas (1510), don
Cristóbal de Sotomayor, que había aceptado el cargo de
Teniente de Ponce de León, estableció, con algunos españoles,
otro poblado junto a la bahía de Guánica (al cual llamaron
Villa de Tavora en honor a su madre, Beatriz de Tavora), al
suroeste de la Isla.
proximidades de Guánica, que bautizó Villa de Tavora en honor a su madre, Beatriz
de Tavora. Juan Ponce de León lo nombró alcalde mayor de Puerto Rico. Que significa
ser jefe judicial, administrativo y político de una circunscripción, generalmente
una ciudad y su distrito. Presidía el cabildo y estaba encargado de ejecutar sus
acuerdos y atender a los servicios locales, al fomento de la economía, al buen
trato a los indios encomendados o no, así como a la admismtración de justicia.
Sus funciones eran muy semejantes a las de un gobernador, pero la ejercía sobre
un territorio menor. El alcalde mayor no podía ser vecino del lugar, ni
encomendero, ni propietario de tierras o minas en su jurisdicción.
67
Cuando ya estaba en paz y envejeciendo, Juan Ponce
de León se fue a buscar, en la legendaria Biminí, de lo que
hoy es Florida, la fuente de la eterna juventud. Ponce de
León no regresó rejuvenecido sino muerto y ahora descansa en
paz, en la iglesia de San José, en el Viejo San Juan de Puerto
Rico.
Hasta aquí diversos aspectos históricos que
constituyen la aculturación de los pueblos indígenas.
"Cultura o civilización, desde el punto de vista etnográfico,
es un complejo que incluye el conocimiento, las creencias,
la moral, las leyes, las costumbres, el arte y toda otra
capacidad o hábito adquirido por el hombre como miembro de
una sociedad". Sirve esta definición para dejar sentado que
todo hombre en sociedad posee una cultura. Que ésta es un
patrimonio y ha de cultivarla, pero antes que nada comprenderla.
Toda historia del arte americano se remonta a los
primeros habitantes que conocemos los indios: época
precolombina.
La filosofía de la cultura afirma que el carácter
diferencial de esta frente a la naturaleza consiste en que
no es mera presencia, sino objeto o proceso al cual está
incorporado, un valor. Los objetos de la cultura son objetos
transformados por el espíritu, aunque no les es esencial
estar representados a través de una entidad natural: mitos,
leyendas, etc. Asimismo, la cultura no es solamente lo creado
o transformado, sino también el acto de esta transformación.
Entre los principales filósofos de la cultura cabe citar a
Hegel, Nietzsche, Diltney, Windelban, Simmel, Spengler,
Spranger, N. Hartmann y Ortega.
Según Luis Muñoz Marín, ── destacado político,
gobernador y fundador del Estado Libre Asociado de Puerto
Rico, cultura, en su sentido más amplio, es la actitud hacia
la vida y maneras de vivir de una comunidad ── actitud buena
o mala, inteligente o torpe, pero real y espontánea
desarrollada por esa comunidad en el proceso de su formación
68
como tal y en los antecedentes que precedieron a la iniciación
de ese proceso. La comunidad indígena, más concretamente la
comunidad Taína, vivió un proceso de aculturación.
Es de hacer notar, dentro de su cultura, el aspecto
físico del nativo. El indio boricua tenía el color cobrizo,
el pelo negro y lacio, los pómulos salientes y los ojos
ligeramente oblicuos. Andaban desnudos y se pintaban el
cuerpo con sustancias resinosas a base de achote, lo que
servía para alejar los mosquitos. Sólo las mujeres casadas
usaban una falda pequeña llamada naguas. Para adorno de la
cabeza empleaban plumas de pájaros; en el cuello y los brazos
usaban collares y pulseras hechas de caracoles o de piedras
de colores. También se colgaban del cuello figuritas con
forma de dioses o animales.
Estos indios tenían un idioma que hoy denominamos
Taíno, perteneciente a la gran familia lingüística arawaka
que se extendía desde Florida hasta Paraguay y de la cual se
conocen cerca de 100 lenguas y dialectos. El Taíno se hablaba
en Jamaica, Haití, Santo Domingo, Puerto Rico y la parte
oriental de Cuba. Los indios de Santo Domingo se entendían
con los de Puerto Rico, tenían buenas relaciones.
Los indios boricuas-vivían en bohíos y yucayeques.
El yucayeque era un caserío generalmente situado cerca de la
playa o de un río; en su centro había una gran plaza llamada
batey, donde se reunían para celebrar las ceremonias colectivas
y las fiestas. Tenemos conocimiento de algunos yucayeques
importantes como el de Aymaco, el de Guainía, el de Otuao,
el de Turabo, el de Yagüeca. Cada yucayeque estaba regido por
un cacique: Agüeybana, Caguax, Urayoán, etc. El cacique se
distinguía porque usaba adornos de oro y especialmente un
disco grande de oro que se colgaba al pecho ── el guanín ──.
En caso de peligro el cacique reunía a los nitaínos o guerreros
y consultaba a los dioses. El cacicato era hereditario,
pero los nitaínos elegían entre ellos un nuevo cacique cuando
no había heredero directo.
69
Otro personaje importante en el yucayeque era el
bohique, que era el médico o curandero encargado de aliviar
a los enfermos con yerbas y brujerías para alejar a los malos
espíritus, causantes de la dolencia. Medicina, magia y religión
estaban mezcladas.
Una de las razones por las cuales los indios apenas
trabajaban era debida a la riqueza de la Isla y al clima
tropical. No conocían el dinero y la tierra era de propiedad
comunal, como en el resto de América. Cultivaban la tierra
dividida en conucos, en los que sembraban batata, maíz, maní,
tabaco, yautía, yuca, etc. Además de los frutos agrícolas
comían pescados y caracoles, careyes, cotorras, jueyes,
lagartos y tortugas. La jutía, un animalito montés parecido
al ratón, pero ya desaparecido, era también comestible. Para
la cacería usaban flechas y trampas.
Había dos diversiones principales. Una era el areyto
(pronunciada antes esta palabra con acento en la y). Una
fiesta de música, baile y cánticos con que se conmemoraban
ciertos acontecimientos y particularmente los triunfos guerreros
de la tribu. El areyto, celebrado en el batey, estaba
dirigido por el cacique; mujeres y hombres bailaban en parejas
o separados; los instrumentos musicales que usaban eran
el güiro o güícharo, hecho con la cáscara de la calabaza, la
maraca y el tambor, hecho del tronco ahuecado de un árbol.
Durante el areyto se comía y se bebía en gran cantidad. Otra
diversión favorita, también en el batey, era el juego de
pelota, la cual se hacía de raíces de árboles cubiertas con
una resina. Participaban dos equipos contrarios, formado cada
uno por veinte o más personas; a la bola se le podía dar con
la cabeza, los hombros, los codos, las caderas o las rodillas,
pero no con las manos; el equipo que dejaba caer la bola
mayor número de veces perdía el juego. Como en el areyto,
tanto las mujeres como los hombres participaban del juego de
pelota.
70
Respecto a la religión, los Taínos creían en dos
seres superiores e invisibles: uno naturalmente bueno y otro
como enemigo del hombre, productor de las desgracias, trabajos
y calamidades. Creían también en dioses menores a los que
llamaban cemís. Al cemí lo representaban con figuras hechas
de piedra, barro, madera y oro y destinadas a contrarrestar
el poder de los espíritus malignos. El cemí se ponía en la
casa o se llevaba cerca del cuello. En las paredes de las
cuevas que usaban para sus ceremonias se pintaban o tallaban
cemís. Por otra parte, para consultar a los dioses, el cacique
ayunaba durante un número de días a fin de purificar su
cuerpo. El humo del tabaco aspirado por la nariz formaba
parte de la ceremonia, ya que según ellos esto permitía ver
y oír a los dioses. Desde luego creían en una vida ultraterrenal
y al morir un indio depositaban junto al cadáver alimentos,
agua y las armas, adornos y utensilios del muerto.
Si se trataba de un cacique, la mujer preferida de éste se
enterraba viva en la misma sepultura.
Los indios puertorriqueños tenían una cultura rica,
trabada y suficiente. Distinta a la cultura cristianoeuropea,
de los conquistadores españoles, pero no inferior
puesto que no eran un pueblo atrasado ni primitivo.
De la cultura material Taína queda mucho: cemís,
vasijas, duhos o dujos, hachas y otros objetos de piedra
como collares y codos, privativos de los indios boricuas.
Más importante que eso son los elementos vivos incorporados
a la cultura puertorriqueña desde hace siglos. Se refiere a
objetos como la hamaca, el güiro y la costumbre de utilizar
como alimentos la batata, el lerén, el maíz, el maní, la
piña, la yautía, la yuca y otros productos autóctonos de
Puerto Rico. De igual estimación son no sólo las palabras
Taínas con que se designan muchos de los objetos y productos
mencionados, sino las palabras de idéntico origen Taíno
empleadas para nombrar animales y lugares de la Isla (pueblos,
barrios, ríos, montes, etc.). Todos esos vocablos
forman parte de la lengua de Puerto Rico.
71
0La raza que primitivamente poblaba Puerto Rico era
una rama del grupo indígena que incluía a los arahuacos y a
los Taínos. Los de Boriquén procedían de Venezuela y las
Guayanas, siendo esta una de las teorías de los
investigadores. Boriquén (según estos investigadores), entre
las Grandes Antillas, pudo ser alcanzada por gente que venía
de la Florida, o por emigrantes procedentes de Suramérica,
llegados por vía del arco antillano. La Isla era una zona
fronteriza entre los arahuacos que habitaban las Antillas
Mayores y los feroces caribes que ocupaban las Menores. Físicamente
Taínos y caribes eran parecidos, pero su carácter y
costumbres eran muy diferentes.
Los Taínos eran bondadosos, pacíficos y poco inclinados
a guerrear, excepto para la defensa, pero eran capases
de repeler las agresiones con gran energía, como, por
ejemplo, con los indios caribes. Como he comentado anteriormente,
los Taínos vivían agrupados en "yucayeques" o poblados
constituidos por cabañas agrupadas que estaban diseminadas
por toda la Isla, siempre sobre los ríos o en la costa marítima,
lo que les permitía recorrer las aguas en canoas, además
de utilizarlas para sus necesidades. Las aldeas estaban
gobernadas por un jefe llamado "cacique", quien solía habitar
en el "caney", construcción rectangular de mayor tamaño que
el "bohío" siendo este redondo, donde vivían los demás. Todas
sus habitaciones eran de cañas y estaban techadas con pencas
de palma, material que también servía para los suelos. Un
poco en avanzada de los poblados, construían sobre horcones
la "barbacoa" o puesto de vigilancia. En todas estas aldeas
las casas estaban situadas en torno de un espacio libre
llamado "batey" donde se reunían para organizar sus combates
y celebrar fiestas o "areytos", bailes y cantos formando coro
mientras bebían y se embriagaban hasta caer en tierra.
Su civilización corresponde al período que se caracteriza
por la piedra pulimentada, es decir el neolítico 55 ,
55 Neolítico. (De neo-, nuevo, y -lítico, de piedra). Perteneciente o relativo
a la segunda edad de piedra, o sea la de la piedra pulimentada, que se desarrolló,
entre los años 5.000 y 2.000 a.C. Dentro del complejo neolítico, los antillanos
72
aunque también conservan utensilios más primitivos de piedra
tallada. De piedras hacían sus hachas, cuchillos y figuras
de ídolos llamadas "cemíes", y máscaras que representan a sus
antepasados. Trabajan también la madera, a veces tallando
primitivas esculturas y hacían recipientes de barro cocido,
los que con conchas marinas contistuían su menaje. Tejen
fibras de diversas plantas entre ellas el algodón, para hacer
sus "hamacas" o camas colgantes, redes o nasas para pescar y
sus "naguas", enaguas o cortos taparrabos que es el único
vestido con que se cubren, completándolo con collares multicolores.
El cacique lleva colgado al cuello un disco de oro
llamado "Guanín", que es su símbolo de autoridad. Llevan
plumas en la cabeza, especialmente para la guerra. Pintan
cara y cuerpo con azul de añil, silvestre amarillo de bija y
negro de jagua.
Obtienen el fuego haciendo girar rápidamente entre
sus manos una fina varilla de madera contra dos troncos secos
fuertemente unidos. Sus armas son flechas, no emponzoñadas,
como las de los caribes, que lanzan con arcos hechos de ramas
flexibles y bejucos, y las "macanas", mazas de madera dura.
Cazan con macanas, flechas y piedras y los niños se dedican
a la caza de pájaros, especialmente la cotorra cuya carne
encuentran agradable, También comen murciélagos.
Vivían de la caza, la pesca y la agricultura. Como
ya he comentado anteriormente, cultivaban la tierra en pequeños
plantíos llamados "conucos" para obtener plantas alide
Puerto Rico y parte de La Española llevaron el arte de la talla y pulimento de
la piedra a alturas no alcanzadas en otros lugares de América indígena, salvo
quizás Mesoamérica. Apareció esta cultura en Europa, ya formada y procedente de
Asia o de Africa, y penetró en el continente por las tierras del centro y sur.
Durante el neolítico fueron inventados algunos de los elementos básicos de nuestra
civilización, como la agricultura, la ganadería, los comienzos de la metalurgia,
la rueda, el urbanismo, grandes inventos que fueron complementados con otros de
no menos interés, como el tejido, el pulimento de la piedra, y la cerámica, este
último de gran valor para la arqueología, pues proporciona materiales duraderos
que permiten fechar los diferentes estratos cronológicos. Así como su origen es
bastante seguro, no lo es el cómo y cuándo llegó al continente europeo, ni qué
gentes lo trajeron, ni si se introdujo de una manera violenta. Lo único cierto es
que originó un verdadero cambio en el género de vida del hombre prehistórico.
(Para más información, mirar apéndice).
73
menticias y medicinales, utilizando un único instrumento de
labranza, la "coa" que es un palo aguzado en la punta; con
él abrían hoyos donde introducían semillas o raíces. Era este
trabajo de mujeres a las que dirigía el cacique. Sus principales
alimentos eran el maíz y la yuca, de las que hacían
unas tortas o pan llamado "casabe". La "cobija" era una planta
que fumaban en una pipa llamada "tabaco", cuyos humos servían
además como medicina y para ritos religiosos, y con él se
embriagaban y cuando el cacique caía en tierra, sus mujeres
lo tendían en la hamaca.
Pescaban con redes desde las canoas y con anzuelos
hechos de espinas de pescados y dientes de manatí desde las
orillas del agua. Sus canoas consistían en troncos de árbol
desbastados que ahuecaban por dentro con fuego. Eran de fondo
bastante plano, largas, estrechas y muy livianas. Algunas
eran bastante grandes para llevar hasta 100 hombres. En otras
navegaban sólo dos o tres. Las movían por medio de «nahes»
(palas o remos) y en las grandes solían utilizar velas.
Practicaban como deporte el juego de pelota, las
hacían con resina y yerbas, organizando partidos entre dos
bandos. En sus fiestas bailaban y cantaban formando rueda
hombres y mujeres al son de los tamboriles de madera (maguey),
maracas y el "güiro". En el centro del círculo el "bohique"
o sacerdote declamaba y recitaba pasajes de la vida tribal
que así se transmitían de generación en generación. Estas
fiestas eran los areytos, designadas con este nombre por los
Taínos, y de las cuales ya he comentado anteriormente.
Los Taínos adoraban el dios del bien, "Yuquiyu" y
temían a "Juracán", el dios del mal productor de los huracanes
que azotaban a la isla, en cuya dirección venían también los
asaltos de los temidos caribes.
Se dividían en tres castas: los nitaínos, de donde
procedían los caciques, "los bohiques", que eran sacerdotes,
médicos y sabios a la vez, y los "naborias" o trabajadores.
74
Los "buhiti", agoreros o adivinos, eran grandes herbolarios.
Curaban con plantas, hierbas y cortezas de árboles, uniendo
la medicina y la magia. Siempre cargaban un cemí o ídolo.
Enemigos naturales de los Taínos de Boriquén eran
los caribes, procedentes de las pequeñas islas al Sur y al
Este de Puerto Rico, tribus belicosas de antropófagos. Cuando
atacaban a los "yucayeques" Taínos de la Isla solían llevarse
a las mujeres y matar al resto de la población, comiéndose a
los guerreros vencidos. Cuando llegaron los españoles los
caribes estaban establecidos al Este de la Isla y crearon
grandes dificultades a los colonizadores.
También hay que hacer notar que los investigadores,
han comprobado que existe un hecho histórico-cronológico evidente,
sobre el que hay que hacer el necesario énfasis. Que
el área antillana, y por lo tanto, el Boriquén antiguo, no
tenía propiamente una población autóctona 56 y que por ello
nos hallamos siempre, desde el comienzo de la ocupación
humana de las islas, frente a un fenómeno de emigraciones
foráneas que llegaron a ellas con tradiciones culturales a
veces de origen muy distante, como ocurre con los Taínos.
En el caso boriqueño, en concreto, hay una
observación complementaría, y es que si se acepta que Puerto
Rico fue el punto de choque entre igneris y arcaicos, aunque
los primitivos pobladores vienen de afuera, desarrollan una
cultura propia, en la que se amalgaman las tradiciones originarias
con la creación puramente autóctona. Esta se
desarrolla debido al nuevo medio o hábitat en que se radican,
produciendo unas formas culturales completamente personalizadas
y diferentes de las tradiciones importadas. Ello
permite hablar de una cultura arahuaca insular ── Taína ── y
de una cultura boriqueña primitiva, o como se dice hoy,
boricua.
56 El término "autóctono" significa población y cultura nacidas y desarrolladas
insitu (en el lugar), que no es el caso que nos ocupa.
75
Los exploradores españoles encontraron en el
archipiélago antillano una sociedad organizada y claramente
definida en sus estructuras, lo que les impresionó en gran
medida. Seguramente, ella es la primera que causó el impacto
de lo novísimo en el mundo europeo, haciendo nacer la idea
de que este estado "natural" del hombre era el perfecto, el
modelo de lo que pudo ser el paraíso terrenal después de la
caída de los llamados "primeros padres". La presencia, pues,
del mundo Taíno en la historia de los comienzos del pensamiento
moderno tiene una repercusión que no se debe silenciar,
pues de ella arranca, hasta el siglo XVIII, el concepto
de la simplicidad de los pueblos naturales y la imagen del
bon sauvage.
Como una interpretación antropológica-cultural,
cabe destacar que el indio boriqueño había establecido su
propia economía, que se fundamentaba en sus posibilidades
ecológicas, a las que se había adecuado con una prodigiosa
habilidad y sencillez (difícil logro de la mayoría de las
sociedades de consumo, siempre exigentes y alejadas de la
realidad), que le hacía perfectamente feliz. Esto era así
inclusive en medio del asedio caribe, que contribuía, por el
peligro que significaba para su supervivencia, a fortalecer
la unión entre las gentes de la misma raza y a la cooperación
entre los diferentes caciques y poblaciones de los yucayeques.
Se trata, De un pueblo aborigen, el Taíno, de
procedencia arahuaca continental, a los pocos siglos de
haberse instalado en las islas antillanas, les había dado
vida, las había convertido en los jardines o vergeles de que
nos habla en el siglo XVIII Fray Iñigo Abbad 57 . Pueblo indus-
57 Fray Iñigo Abbad y Lassierra (1745-1813). Nació en Estadilla, Lérida,
Cataluña (España). De joven estudió en la Universidad de Zaragoza, graduándose en
Filosofía. Entró a la Orden Benedictina e hizo su noviciado en Nájera (Navarra).
Después continuó los estudios eclesiásticos en San Juan del Poyo (Galicia) y luego
en la Universidad de Hirache. Se licenció en Filosofía y completó el doctorado en
Teología. A todo esto unió el estudio de las Humanidades, parte integrante de los
estudios eclesiásticos.
En 1772 pasó a Puerto Rico, como secretario y asesor del recién nombrado
76
trioso y creador, había compuesto su forma de vida no sólo
en sentido material, sino también en el campo espiritual,
habiendo hallado fórmulas y soluciones culturales, con las
que vivía dentro de un orden y disciplina social, intelectual
y anímica.
Están presentes igualmente consideraciones de
índole demográfica, que nos prueban que las decenas de miles
de habitantes que había en el Boriquén de la época del Descubrimiento,
eran, lógicamente, muy superiores a los contingentes
humanos que llegaron a la isla en el tiempo de la
emigraciones. Esta situación poblacional de entonces era el
resultado de un crecimiento vegetativo que viene a corroborar
de manera fehaciente el éxito de su modo de organizarse y de
vivir en las islas.
Todo lo expuesto en los párrafos precedentes
constituye lo que es el acervo cultural de lo que se conoce
cómo “Cultura Taína”.
Distinguidos profesores como Tomás Navarro y Luís
Hernández Aquino, éste último en su Diccionario de Voces
Indígenas de Puerto Rico, han puesto de relieve la gran
importancia que en el habla actual de los hispanos-parlantes
de la Isla tienen no sólo los topónimos indígenas, sino la
Obispo de la Isla, Rymo. D. Fray Manuel Jiménez Pérez, monje también benedictino.
Su labor fue eminentemente pastoral y religiosa, aunque, como compañero del Obispo
Jiménez, quién visitó toda la Isla y envió al gobierno una relación de sus
parroquias, Fray Iñigo Abbad fue un observador diligente de las costumbres de los
moradores de la Isla, así como un recopilador fiel de sus datos históricos allá
por donde iba.
En 1777, el Gobernador José Dufresne, impelido por ciertos rumores y
calumnias, acusó a Fray Iñigo de una serie de irregularidades y por tal motivo le
envió desterrado a España. Después de un accidentado viaje, llegó a la Península
y allí se le absolvió de todas las acusaciones. Es más llegó a ganarse la voluntad
de los Reyes de España y Carlos IV le nombró obispo de Barbastro, en parte por la
amistad que unía al Padre Abbad con el Conde de Floridablanca, válido del monarca
Carlos III.
Su mayor mérito, y por lo cual Puerto Rico le estará eternamente agradecido,
fue el haber escrito la primera historia completa de la Isla: Historia Geográfica
Civil y Natural de la Isla de San Juan Bautista de Puerto Rico, Madrid, 1788.
Fray Iñigo murió en Valencia, España, en 1813.
77
denominación de plantas, frutos, animales, peces, aves y
muchos otros objetos de uso cotidiano.
El Taíno Puertorriqueño aportó la creación astística
de su escultura, pues, es lo que perdura hasta nuestros
días. La pintura es poca y se puede encontrar en las cuevas
y en las cavernas. Esta escultura es pura "simplicidad de la
forma", esto no significa necesariamente una simplicidad de
la vivencia artística, puesto que las formas unificadas no
reducen las relaciones, sino que las ordenan.
La Escultura Taína Puertorriqueña ha tenido su influencia
en los escultores de vanguardia de este país:
"... si bien la Cultura Taína, como sucede siempre
con una cultura en estado de desarrollo, fue superada por la
presencia de otra más evolucionada (la europea), no murió del
todo, no es una sombra en el pasado, sino que es una herencia
viva en la actualidad, con la tenacidad que tienen dentro del
proceso humano, las cosas originales, que poseen fuerza interior
y que, además, están justificadas por su largo arraigo
en la misma tierra las que les sucedieron otras formas de
vida" 58 .
Según Agamemnón Gus Pantel la Cultura Taína está
constituida geográficamente por las islas de Puerto Rico,
Hispaniola y el este de Cuba y con algunas expansiones hasta
las islas adyacentes hacia el Oeste y el Este. Esta cultura
estaba caracterizada por una estratificación social de cacicazgos.
Grandes aldeas, centros ceremoniales y artefactos
elaborados en piedra tallada son algunos de los aspectos más
destacados de los yacimientos Taínos.
58 Gómez Acevedo, Labor y Ballesteros Gaibrois, Manuel. Cultura indígena de
Puerto Rico, Madrid, 1975, p. 196.
78
Se asume como premisa primordial, que había algún
tipo de interacción entre los varios grupos colonizadores de
las Antillas Mayores desde sus primeras migraciones. Además,
estas interacciones resultaron eventualmente en la cultura
reconocida como Taína. Una discusión de los antecedentes
agro-alfareros suramericanos de los Taínos entre los investigadores
del Caribe, del siglo XX y se encuentra ampliamente
en la literatura (Rouse 59 1948, 1952). El enfoque teorético
aquí expuesto es hacia la difusión cultural entre los grupos
preceramistas y ceramistas. Se asume una secuencia cultural
de desarrollo a través del tiempo, que fue nutrida por varias
migraciones. Es decir que se considera que, aunque los grupos
agro-alfareros emigraron 60 a las Antillas desde Suramérica
con una cultura desarrollada, su formación cultural luego fue
influenciada a un grado menor o mayor por los grupos antecesores
precerámicos de cazadores, pescadores y recolectores.
De todas las posibles rutas de emigración temprana
la más posible, hasta ahora, parece ser la de Suramérica
oriental hacia las Antillas Mayores. Hasta la fecha no hay
evidencia contundente para demostrar migración 61 sustancial
de la Florida hacia las Antillas. Existen algunas evidencias,
basadas en similitudes morfológicas de artefactos, que
sugieren estudiar el contacto entre Colombia, Centroamérica
o Yucatán y las Antillas, según Veloz Maggiolo (Veloz
Maggiolo, 1981, comunicación personal al Sr. Agamemnón Gus
Pantel). El potencial para una emigración temprana desde
Venezuela hacia las Antillas está basado en las rutas posteriores
de grupos agro-alfareros y requiere abundar más en la
investigación.
59
Rouse, Irving A.: The West Indies, in Handbook of South American
Indians. Bulletin of American Ethnology, núm. 143, vol. 4. Julián H.
Steward, editor. Washington D.C. 1948.
──── : 1952, Porto Rican Prehistory. Scientific Survey of Puerto
Rico and the Virgin Island, vol 18, parts 3 y 4, Nueva York.
60 Emigración. Conjunto de habitantes de un país que trasladan su domicilio
a otro por tiempo ilimitado o, en ocaciones, temporalmente.
61 Migración. Acción y efecto de pasar de un país a otro para establecerse
en él. Se usa hablando de las históricas que han hecho las razas o los pueblos
enteros.
79
Se encuentraron artefactos de piedra lascada en un
yacimiento arqueológico, éste debe necesariamente representar
un grupo arcáico o precerámico (es decir, un grupo
nomádico de cazadores, pescadores y recolectores). Si esta
clase de material se encontraba en un yacimiento agroalfarero
(ceramista), se suponía que el material demostraba
pertencer a un grupo de componente preceramista.
En la década, de los años 70, los investigadores
han empezado a reconocer que los implementos de piedra
lascada eran utilizados por grupos preceramistas y ceramistas.
Históricamente, el énfasis en la arqueología caribeña,
ha sido primordialmente el análisis de cerámica para
establecer o reconfirmar secuencias culturales y movimientos
de poblaciones. Se ha reconocidopor investigadores como Veloz
Maggiolo (Veloz Maggiolo 62 , 1976, 1980, 1981), Sanoja
Obediente (Sanoja Obediente 63 , 1980), Agamemnón Gus Pantel 64 ,
(Pantel, 1976, 1977, 1980) y otros.
62 Veloz Maggiolo, Marcio (1976): Medio Ambiente y Adaptación Humana en la
Prehistoria de Santo Domingo, tomo I, Colección Historia y Sociedad, núm. 24,
Universidad Autónoma de Santo Domingo, República Dominicana.
──── (1980): Las Sociedades Arcaicas de Santo Domingo, Museo del Hombre
Dominicano, Serie Investigaciones Antropológicas, núm. 16, Fundación García
Arévalo, Inc., Serie Investigaciones, núm. 12, Santo Domingo, República
Dominicana.
──── (1981): Los Modos de Vida Meillacoide y sus posibles orígenes
(un estudio interpretativo). Museo del Hombre. Santo Domingo, República
Dominicana.
63
Sanoja Obediente, Mario (1980): Los Recolectores Tempranos del
Golfo de Paria, Estado de Sucre, Venezuela, VIII International Congress
for the Study of Precolombian Cultures of The Lesser Antilles, Suzanne
M. Lewenstein, editor, Athropological Research Papers, 22. Arizona State
University.
64
Agamemnón Gus Pantel (1976): Cerrillo Complex: An Aceramic Site-
Southwestern Coast of Puerto Rico: Progress Report, Actas del XLI Congreso
Internacional de Americanistas 3, México D.F., México.
──── (1977): Progress Report and Analysis: Barrera-Mordán Complex,
Azua, Dominican Republic. Revista Dominicana de Antropología e Historia
5 (5-7): 161-187. Universidad Autónoma de Santo Domingo, Facultad de
Humanidades. Santo Domingo, República Dominicana.
80
Los problemas metodológicos de campo deben ser tratados
con unas técnicas de excavación y análisis muy controladas.
Como ejemplo, los yacimientos claves del período precerámico
(Levisa I y Barrera Mordán), han presentado problemas
metodológicos y cronológicos para los investigadores Kozlowski,
Veloz, Cruxent y Pantel. Kozlowski publicó en sus
investigaciones del yacimiento Levisa I, en Cuba, que él
encontró una disminución en la producción de cuchillos
lascados entre el período preceramista y el período ceramista.
Él atribuye esta disminución de producción de cuchillos
a un cambio del modo de subsistencia, de caza y recolección
de animales y comestibles terrestres, hacia la
explotación de las zonas litorales y la pesca.
En los enfoques teoréticos de los orígenes de los
Taínos, es muy improbableque haya existido un movimiento unilineal
(es decir, «unidireccional»), sino que debió haber
sido un movimiento que tenía innumerables contactos en todas
las direcciones. La difusión cultural junto con factores
determinados por la geografía «medio ambiente», como lo describe
Veloz Maggiolo en su concepto de «Hibridización», debe
ser tomada en cuenta en cualquier discusión de desarrollo
cultural (Veloz Maggiolo 65 , 1976).
Actualmente, los investigadores asumen que en la
arqueología del Caribe hubo un movimiento inicial de inmigración
de seres humanos hacia las islas de las Antillas
Mayores inhabitadas, tan temprano como el cuarto milenio
──── (1978): (MS) An Assessment of the Preceramic: Where Do We Stand?
Presented at the Symposium on Caribean Archeology. Universidad Católica.
Ponce, Puerto Rico.
──── (1980): Cueva Canejas Site Excavation. In Procedings of the
VIII International Congress for the Study of Precolombian Cultures of the
Lesser Antilles. Suzanne M. Lewenstein, editor, Anthropological Research
Papers, 22 Arizona State University.
──── (1981): MS) Analysis of the Lithic Component of the Site of
Monserrate, Puerto Rico, Paper presented at the IX International Congress
for the Study of Precolombian Culture of the Lesser Antilles, Santo
Domingo, República Dominicana.
65
Op. Cit., Nota ¡Error! Marcador no definido.58.
81
antes de Cristo. Y también asumen, que estos grupos perduraron
en las islas por generaciones y que algunos perduraron
como cazadores y recolectores hasta 1492 d. C.
También pueden substanciar, arqueológicamente, un
movimiento mayor de inmigración desde Suramérica (Venezuela
específicamente), hacia las Antillas Mayores, de grupos sedentarios
de agro-alfareros, alrededor del principio de la
era cristiana en adelante.
Preguntas como las siguientes tienen que ser estudiadas para
llenar las lagunas en los conocimientos prehistóricos:
Antillas?
1) ¿Porqué emigraron los primeros grupos hacia las
2) ¿Qué ocurrió entre los grupos nomádicos de cazadores,
pescadores y recolectores y los grupos agro-alfareros,
cuando se encontraron? ¿Hubo una interrelación armónica y
simbiótica, o violento choque territorial?
3) ¿Existió una asimilación de los grupos de cazadores,
pescadores y recolectores y la cultura sedentaria a-
gro-alfarera?, y si esto ocurrió, ¿se produjo en un período
más tardío en el oeste de las Antillas que en el este?
4) ¿Dado el desconocimiento de los grupos indígenas
de fabricar herramientas en metal hasta el período europeo,
tenían los grupos agro-alfareros de las Antillas herramientas
tradicionales o similares a las de grupos precerámicos o
distintas a éstos?
5) ¿Qué parte fue importada directamente en su estado
original?, ¿y qué parte fue producto de su medio ambiente
(determinismo geográfico)?
Trabajos realizados alrededor de los últimos
quince años, en la República Dominicana, Haití y Puerto Rico
han llevado a una pista de investigación para seguir los
aspectos tecnológicos de herramientas de piedra lascada que
82
diferencian los grupos agro-alfareros de los grupos nomádicos
de cazadores, pescadores y recolectores.
Los hallazgos, en Haití por el arqueólogo puertorriqueño
Ortiz Aquilú han producido un yacimiento arqueológico
agro-alfarero tardío que contiene un abundante y diversificado
complejo de artefactos de piedra lascada.
Se han analizado yacimientos agro-alfareros con
artefactos de piedra lascada que resultaron en unas conclusiones
interesantes. Por ejemplo, el análisis del yacimiento
de Monserrate, Puerto Rico, en 1981 (Pantel 66 , 1981), resultó
en el descubrimiento de un patrón cultural en el cual los
grupos agro-alfareros aparentemente reutilizaron sus
herramientas de piedra lascada continuamente, en vez de descartarlas
cuando se gastaron. La ocurrencia de «lascas
refabricadas» en las cuales se eliminó un filo gastado para
reusarlo, podía ser una economía en la producción de herramientas
por falta de material para la producción de nuevas
herramientas. En la República Dominicana, en el sitio Meillacoide,
El Pleicito, a poca distancia de Barrera-Mordán,
artefactos precerámicos fueron reutilizados hacia el año 1130
d. C. por pobladores agro-alfareros.
El complejo desarrollo de la Cultura Taína y una
explicación más clara de la conformación ergológica de esta
cultura al momento del Descubrimiento pueden encontrarse en
las respuestas a las preguntas claves expuestas.
Según Marcio Veloz Maggiolo es entre los
historiadores y algunos arqueólogos ha sido una costumbre
llamar «Cultura Taína» al producto material y superestructural
de las sociedades aborígenes que habitaron parte de
Puerto Rico, Cuba y la isla de Santo Domingo. Los llamados
«Taínos» han sido considerados como un grupo homogéneo, con
pocas diferencias, portador de una expresión artística con
relativo alto grado de desarrollo.
66
Op. Cit., Nota ¡Error! Marcador no definido.60.
83
La palabra «tayno», cuyo contenido según Mártir y
el propio Álvarez Chancá 67 , significó «noble», «bueno», fue
escuchada en la costa norte de la isla de Santo Domingo, y
era posiblemente parte del lenguaje arawak de grupos indígenas
que estarían bajo el mando del cacique Guacanagarix. El
propio fray Román Pané, al relatar sus experiencias en el
Macorix de Abajo ── hoy parte noroeste de la República Dominicana
en conlindancia con la República de Haití ── aporta un
dato de gran interés cuando señala que había aprendido la
lengua de los macorijes antes de aprender la del valle del
Cibao, tierra del cacique de Magua, conocido como Guarionex 68 .
La isla de Santo Domingo estaba habitada por varias
culturas. Los Taínos han sido identificados ── y en este
aspecto la bibliografía es bastante amplia ── con grupos
indígenas relacionables con la cerámica Boca Chica, ubicada
por Irving Rouse en el sitio Carrier, de Haití 69 , pero también
en toda la costa sureste de la isla de Santo Domingo, en la
occidental de Puerto Rico y en la oriental de Cuba. Los
historiadores han confundido muchas veces el término «Taíno»
aplicándolo a todas las manifestaciones culturales
antillanas. Un ejemplo típico es el que es citado a continuación
por este investigador: «La Cultura Taína, comprendía
la gran mayoría de pobladores aborígenes de las Antillas en
el período histórico anterior a la llegada de los europeos».
Esta frase del investigador Roberto Cassá 70 , delata la Cultura
Taína hacia todo el arco antillano, aunque luego vuelve sobre
sus pasos para señalar con bastante incertidumbre que ocupaban
la totalidad de Puerto Rico, la isla de Cuba, a excepción
67 Mártir de Anglería, Pedro José, Décadas del Nuevo Mundo, Porras e Hijos
Sucs.; México, 1964, 2 volúmenes; Alvarez Chanca, Diego, Carta al Cabildo de
Sevilla.
68 Pané, fray Román, Relación Acerca de las Antigüedades de los Indios,
Edición de J. J. Arrom, Editorial Siglo XXI, México, 1974.
69 Rouse, Irving, Culture of Fort Liberté Region Haití, Yale University Pub.
in Anthropology, num 24, New Haven, Conn, 1940: Prehistory in the West Indies,
Science, vol. 144 num 3.618, 49-513 1964.
70 Cassá, Roberto, Los Taínos de la Española, Editora Alfa y Omega, Santo
Domingo, República Dominicana, 1974.
84
de su extremo occidental, la isla de Jamaica y las Bahamas.
Señala que en la Española, además de Taínos, había los
ciguayos y macorijes.
La información arqueológica obtenida por los investigadores
hasta el momento señala que la Cultura Taína, si
se entiende por Taíno todo lo que representa la expresión
chicoide, no fue total ni en Jamaica, ni en Cuba, tampoco en
Puerto Rico, en donde es evidente un predominio del Taíno
hacia el occidente y las zonas cordilleranas centrales. No
hubo, pues, un solo momento en el cual la Cultura Taína
dominara todas las Antillas. Se puede decir que los Taínos
ocuparon y desarrollaron grandes parcelas culturales, y que,
por tanto, compartieron las islas, con grupos de diferentes
modos de vida.
La idea de la Cultura Taína dominando todo el arco
antillano, o el grupo de las Antillas Mayores, les parece
errática a los investigadores. Los Taínos fueron, eso sí, los
que con mayor éxito conjugaron experiencias y formas culturales
muchas veces no generadas por ellos.
Sven Loven 71 fue quien con su Origens of the Tainian
Culture, West Indies, difundió la concepción de lo Taíno como
un todo arqueológico que tuvo gran culminación en la isla de
Santo Domingo, pero que abarcó gran parte del archipiélago
mayor.
Las investigaciones de campo revelan:
1º Que la cultura relacionable con las expresiones
arqueológicas que Rouse ha denominado como «chicoides» no es
del todo homogénea.
2º Que los sitios «meillacoides», cuya primera
aproximación la llevó a cabo I. Rouse en 1939 72 , abundaban
71 Loven Sven, Origins of the Tainian Culture, West Indies. Elanders, Goteburg,
1935.
72 Rouse. Ibidem, 1940.
85
notablemente en todo el norte del valle del Cibao, y en Haití,
Bahamas, Jamaica y parte de Cuba, lo que quiere decir que
expresiones «no chicoides» fueron muy importantes en la
prehistoria de las Antillas Mayores.
3º Que la cultura ostionoide alcanzó en algunos
sitios de la República Dominicana, como es el caso de Juan
Pedro, en la costa este, y varios sitios de Puerto Rico, una
convivencia con gentes de la Cultura Taína o «chicoide».
4º Que los hallazgos aislados de piezas arqueológicas
de carácter lítico, óseo. o de otro tipo de material,
cuando han alcanzado grados estéticos importantes, han sido
etiquetados como formando parte de la Cultura Taína, sin que
hasta el momento exista prueba de ello. Esto se aplica a la
mayoría de las colecciones privadas que a partir del siglo
XIX fueron concentradas en las Antillas Mayores.
A no ser por la cerámica chicoide, y ciertas expresiones
como las piezas de tres puntas finamente decoradas,
muchas de las obras del llamado Taíno pueden ser realmente
confundidas con obras de otros grupos. Se consideran como
expresiones comunes a varios grupos no taínos, los amuletos,
cuentas, colgantes diversos, vasos livatorios y espátulas,
que son atribuidos a la Cultura Taína. Un análisis etnológico
paleoetnológico de las culturas arawacas venezolanas y luego
antillano-menores, revelan que el dujo, por ejemplo, banquillo
del cacique, era común entre los aborígenes venezolanos
y de la isla de Trinidad, lo mismo que en numerosos pueblos
amazónicos. Carlos Angulo Valdéz reportó un ídolo de tres
puntas, de barro (trigonoceramo) en la fase Malambo de
Colombia hacia el siglo IV antes de Cristo 73 . En Guadalupe
los ídolos de tres puntas, según Clerc, se presentan desde
el siglo III de nuestra era y en Puerto Rico están presentes
en los sitios tempranos de Sorcé y Tecla, trabajados por el
arqueológo dominicano Luis Chanlatte. Numerosas cuentas de
barro, piedra y piezas de oro mejor logradas que las Taínas
han sido informadas para el siglo IV en Puerto Rico, por
73 Angulo, Carlos, Malambo, Banco de la República, Bogotá, Colombia, 1981.
86
Chanlatte. El uso del cibucán, el burén, los polvos alucinógenos,
son en verdad una respuesta prehistórica orinocoamazónica
a la temática religioso tribal, que pasa a las
Antillas con los primeros pobladores insulares de cerámica
comparables a ciertas fases de Barranca o Saladero 74 . También
dice que la posición acuclillada de los ídolos Taínos es la
misma de los ídolos venezolanos y colombianos del área del
Caribe, y es similar, luego a las formas acuclilladas encontradas
en las culturas meillacoides. Visto así, en términos
muy globales del tema, los investigadores, incluyendo a
Marcio Veloz Maggiolo, están convencidos de que es la cerámica
del tipo Boca Chica la que ha tipificado los yacimientos
que se consideran Taínos. Esto es importante, porque algunos
investigadores han llegado a la conclusión de que Taíno significa
homogeneidad, similitud cultural, similar de desarrollo
socioeconómico, como lo apunta Cassá, dominio igual
del medio, y manejo idéntico de las fuerzas productivas y de
los medios de producción. La Cultura Taína sería así un compacto
modelo económico en la cima de una pirámide social con
grupos menos desarrollados debajo, como serían por ejemplo,
los llamados sub-taínos, cuya cerámica, ahora, revela profunda
relación con el área de los llamados macorijes, tal como
lo demostró Marcio Veloz Maggiolo en su libro: Los Modos de
Vida Meillacoides 75 .
Junto a la cerámica del tipo Boca Chica se han
encontrado notables piezas ornamentales. Es en esta fase de
ocupación dentro de la cual se revela por vez primera una
tendencia al modelado-inciso con decoraciones del tipo laberíntico,
que aparece no con tanta frecuencia en las cerámicas
saladoides insulares más temprana, pero bajo el sistema de
pintura bicolor y a veces polícroma. Otros elementos que
distinguen ciertas expresiones de las fases de ocupación con
cerámica Boca Chica son las plazas de pelota, que si para
74 Sanoja, Mario y Vargas, Iraida, Antiguas Formaciones y Modos de Producción
venezolanos, Monte Avila Editores, Caracas, 1974.
75 Veloz Maggiolo, Marcio; Ortega, Elpidio, y Caba, Angel, Los Modos de Vida
Meillacoides, Ediciones del Museo del Hombre Dominicano, Santo Domingo, República
Dominicana 1981.
87
muchos fueron típicas de la Cultura Taína, son hoy una muestra
arqueológica común a fases ostionoides en Puerto Rico, como
acontece con las plazas del Barrio Las Flores, en el área sur
de la isla, y con el complejo de plazas de Villa de Taní. Con
esto quiere decir el investigador Marcio Veloz Maggiolo que,
al parecer, las plazas de pelota son más antiguas que la
Cultura Taína y que los chicoides no hicieron otra cosa que
recoger una tradición que ya hacia el siglo IX fue común a
pueblos centroamericanos, como acontece con algunos hallazgos
localizables en Costa Rica. Otro elemento que se consideró
como muy típico de la Cultura Taína fue el montículo agrícola.
Las crónicas fueron bastantes amplias en lo relativo a su
descripción: el Padre Las Casas 76 ── sin hacer diferencias
étnicas y englobando sin dudas el todo cultural de la isla
Española en su momento ── destacó la importancia del montículo
agrícola. Sin embargo, arqueológicamente, el montículo
agrícola no es el producto final de un sistema de cultivo
típicamente Taíno. En Puerto Rico, y cerca de la actual ciudad
de Ponce, está el sitio de Collores, con montículos agrícolas
relacionables con grupos ostionoides, y acontece que en El
Carril, noroeste de la República Dominicana, lo mismo que en
el sitio de la costa norte denominado El Choco, el uso de los
montículos agrícolas por los grupos meillacoides fue bastante
común al parecer a partir del año 930. Los montículos de
Collores se ubican en el siglo IX.
Esta información lleva a los investigadores, hacia
una versión diferente del concepto de Taíno. Al parecer está
frente a grupos con una cerámica modeladoincisa que desarrollaron
grandemente sus mecanismos de adaptación a partir del
siglo XIII de nuestra era. Según este investigador, hay
momentos de la prehistória antillana mayor en los cuales
meillacoides y Taínos están a un mismo nivel productivo.
Hay dos sitios chicoides que son típicamente clásicos
del proceso que señala, El Soco y Punta de Garza. Uno
76 Las Casas, fray Bartolomé, de Historia de Indias, Edición de A. Millares
Carlos, prólogo de I. Hanke, Fondo de Cultura Económica, México 1965, 3 volúmenes.
88
en la desembocadura del río Soco, y el otro en la desembocadura
del río Higuamo. Ambos sitios tienen cerámica típicamente
chicoide; y que habría que incluirlos, por su modelo
cerámico, dentro de la Cultura Taína.
Ambos sitios ── y principalmente El Soco ── se ubican dentro
de un ecosistema de sabana, con suelos pobres en nutrientes,
lluvia oscilante entre los 1.300 y 1.000 milímetros al año,
y pocos recursos de recolección vegetal. El manglar rico, en
fauna, sostiene el proceso económico. Siendo dos sitios
chicoides tienen diferencias profundas en cuanto a la
cerámica. El Soco es rico en formas modelados, y su variedad
de representaciones animales y humanas contrasta con la monorrítmica
expresión del sitio Punta de Garza, con inicios
hacia el siglo IX, lo mismo que El Soco. Punta de Garza
presenta una interesante gama de rostros y fases simiescas,
una ausencia de complicación en las formas de vasijas y modelados
y una clara tendencia a decorar con la incisión sin
combinarla mucho con los modelados. Evidentemente Punta de
Garza es un sitio chicoide de pobre expresión estética; El
Soco mantiene sus formas y expresiones superestructurales en
una cerámica rica en modelos y modelados. Y que ninguno de
los dos sitios es lugar de gran desarrollo agrícola. Los
habitantes de El Soco provienen, al parecer, del este de la
isla de Santo Domingo, y tienen alguna relación con el sitio
de El Atajadizo 77 , algo más temprano, muy vecino de la isla
de Puerto Rico y la isla Mona, en donde han sido encontradas
cerámicas chicoides relacionables con Atajadizo y el propio
Soco. Estas disidencias entre expresiones ceramistas del mismo
estilo, son reveladoras de que aún la permanencia de cierto
sistema de creencia y modelos superestructurales muchas veces
está distorsionada o alejada de la base económica, y que en
ocasiones la base económica ha cambiado, para las ideas, las
ideologías y formas expresivas de ésta, permanecen mucho
tiempo. Para los investigadores el caso de los sitios chi-
77 Veloz Maggiolo, Marcio; Vargas, Iraida; Sanoja, Mario, y Luna Calderón,
Fernando, Arqueología de Yuma, República Dominicana, Editora Taller. Santo
Domingo, República Dominicana, 1976.
89
coides señalados revela, además, que no todos los Taínos
realizaron el mismo tipo de actividad económica, sí usaron
los mismos patrones de asentamiento. Lograron, eso sí un
dominio formal de la técnica de la cerámica, el trabajo en
madera, el trabajo en hueso, y en sus momentos de mayor
esplendor y desarrollo, los grupos más avanzados de la serie
chicoide crearon importantes obras de arte. No quiere decir,
es claro, que toda la cultura con cerámica del tipo chicoide
alcanzara el mismo grado de desarrollo.
Es importante señalar que a partir del siglo IX de
nuestra era, y ya hacia el año 830 y 840, cerámicas meillacoides
habían aparecido en la zona central del Valle del
Cibao 78 . El modelo meillacoide del valle del Cibao es el único
modelo que no fue practicado por el poblador chicoide. Los
sitios de Cutupú, Río Verde, Amina y otros de la ribera
septentrional del río Yaque del Norte, utilizaron el sistema
de várzea para el logro de su agricultura. En algunos lugares
de la costa norte, como Buen Hombre, por ejemplo, el manglar
fue explotado, pero nunca fue la primordial fuente de recursos.
Siempre, entre los meillacoides, la recolección
pareció ser una fuente complementaria de la agricultura. El
desbordamiento de los ríos y su posterior descenso fue
aprovechado para sembrar en los depósitos aluviales, como se
demuestra en Cutupú. Hubo, además, entre los meillacoides
sistemas explotativos basados en el montículo. La cerámica
meillacoide, una vez analizada, revela una gran cantidad de
formas y modelos decorativos; aunque no es más artística que
la Taína o chicoide, es más complicada en su sistema de
combinaciones y secuencias; los aplicados son permanentes,
las formas pequeñas y finas revelan un alfarero muy
especializado, en contraste con las cerámicas de paredes
gruesas de la mayoría de los sitios chicoides.
Hasta qué punto la parte culminante de las Culturas
Taínas que llegaron a un climax son un formidable resumen de
78 Veloz Maggiolo, Marcio; Ortega, Elpidio, y Caba, Angel, Los Modos de vida
meillacoides, Ibidem 1981.
90
las experiencias generales de todos los grupos antillanos,
sería un caso de interesante estudio. Grandes civilizaciones,
como la incaica, deben mucho a las culturas predecesoras,
como la Nazca, la Chimú, y la Chavín. Estos son comunes en
la historia universal. Los grupos mejor organizados
socialmente, caso de la parte culminante de la expresión
Taína, dominan mejor los hallazgos de culturas simultáneas o
anteriores.
Posiblemente los Taínos no son la excepción. Que
todos los recursos que ellos maximizaron fueron antes
maximizados por otros grupos, o por lo menos utilizados con
éxito. Sus dioses fueron antes dioses antillanos menores; sus
sistemas de cultivo (montículo, rosa) con todas las combinaciones,
parecen haber estado presente en las Antillas
antes, o quizás introducidos por otros grupos como los
ostionoides en el caso del montículo. Camellones, comunes en
la zona sabanera de Venezuela, aparecen ya con expresiones
meillacoides en el sitio La Cacique, hacia el 1000 de nuestra
era; las plazas de Utuado, Puerto Rico, fueron precedidas por
las de Las Flores, Villa de Taní y otros lugares. Poblados
circulares, con camellones y plaza central, han sido detectados
en relación con cerámica ostionoides a partir del
980 en Juan Pedro, provincia de San Pedro de Macorís.
Los lugares de Sorcé y Tecla, en Puerto Rico, son
ricos en expresión lapidaria y en el dominio de la talla
pétrea.
La Cultura Taína no fue un todo carismático y homogéneo,
sino un conjunto de expresiones que en momentos
cronológicos tuvo grandes síntesis. Los coleccionistas, los
arqueólogos, ciertos aficionados, se han dejado llevar a
veces por la tentación del ídolo bien labrado o del objeto
finamente ornamentado. Sin embargo se olvidan elementos
básicos como serían la composición social, y las formas y
modos de vida, que definen precisamente el desarrollo social
de un grupo humano. El descubrimiento de los macorijes, como
91
grupo con expresión meillacoide, pone a los investigadores
en camino de estudiar una nueva modalidad cultural más
profundamente. Los sitios resumidos por los investigadores,
parecen revelar que también los meillacoides habían arribado
a la forma cacical de gobierno, y que tal era esa realidad
que en los «repartimientos», macorijes y Taínos fueron repartidos
igualmente, siguiendo la filiación tribal, lo que indica
que no había diferencia en la organización social y que
el cacicazgo era una forma aceptada por la organización
social de Taínos y macorijes.
Las culturas antillanas mayores, presentan importantes
momentos de hibridación cultural y social. La influencia
de la costa norte dominicana en Las Bahamas parece ser
evidente. La mezcla de elementos chicoides (Taínos) y meillacoides
(macorijes) en el oriente de Cuba, inquieta y parece
ser evidente. Lo mismo puede decirse de algunos sitios
dominicanos. Al revés de estos contactos sería posible abrir
camino a la interpretación arqueológica. La ausencia de
trigonolito en los sitios dominados por la cerámica meillacoide
es básica para entender que son grupos culturales diferentes.
La ubicación de los grupos meillacoides al norte
del río Yaque del Norte: la secuencia de fechas que va desde
el 830/40 al 1470, son elementos reveladores de que no hubo
en muchos siglos una verdadera mezcla cultural en la isla de
Santo Domingo, y de que sólo hacia el occidente de la misma
(Cuba, Jamaica, Bahamas), se inició un proceso de hibridación
cultural que muchos han denominado como sub-taíno, y que no
sería otra cosa que la presencia de modelos nuevos en relación
con acuerdos étnicos entre grupos de lengua y filiación
cultural diferentes.
La ausencia del trigonolito en Cuba y Jamaica, o
su escasez, son importantes elementos que revelan el predominio
y superestructuras diferentes en los grupos cubanos y
jamaicanos. El mantenimiento de las formas ostionoides,
comunes al meillacoides del Valle del Cibao, en Cuba y Jamaica,
y la presencia de cerámica tan comunes a la serie
92
chicoide de Banes, por ejemplo, revelan que pudo haber contactos,
y que posiblemente a diferencia de lo que aconteció
en la isla de Santo Domingo, Taínos y macorijes terminaron
mezclándose culturalmente, en una acción que había sido sólo
detectada en un sitio arqueológico, El Pleicito en la provincia
de Azua, en donde la fecha de radiocarbono señala una
relación aislada hacia el 1.200 de nuestra era.
Según Irnving Rouse y otros investigadores, exponen
que la lengua de los Taínos pertenece a la familia arahuaca.
Las investigaciones lingüísticas han determinado que dicha
familia es oriunda de la cuenca del Amazonas (Stark Ms., fig.
2). Extendiéndose hacia el norte por el río Negro, afluente
del Amazonas, esta familia atravesó el canal natural de
Casiquiare hasta la cuenca del Orinoco, y descendió este río
llegando a las costas de Venezuela, y las Guayanas. Desde
allí prosiguió su difusión hacia las Antillas, reemplazando
en su paso las lenguas existentes en todas partes menos el
tercio occidental de Cuba (fig. 1).
Según Noble (1964: 11) y Taylor (1977 a: 18), la
lengua Taína no está estrechamente relacionada con las otras
lenguas arahuacas. Noble (1965: 10-11, 108) la clasifica como
una subfamilia separada, y la coloca en una rama distinta,
haciéndola desdender directamente de la proto-arahuaca (fig.
2, a). Taylor (1.977 b: 60) es más prudente; él agrupa la
lengua Taína en la subfamilia maipure, «si no en la división
norteña» de esa subfamilia (fig 2, b). Explica que no puede
ser más definitivo porque sólo pudo aprovecharse de 60 cognados
79 con otras lenguas arahuacas como base para su clasificación.
Según Irving Rouse, su colega José Juan Arrom le dijo
(en comunicación personal) que sería posible hallar otros
cognados en la literatura escrita en español.
Aceptando la clasificación de Taylor como hipótesis
de trabajo, se puede decir que la Taína podría haber sido una
de las primeras lenguas arahuacas que llegó a las Antillas.
79 Cognados. Semejante, parecido. Pariente por cognación.
93
Podría sobrevivir allí debido a su situación aislada. Fue
sucedida en las Antillas Menores, más próximo a la América
del Sur, por la lengua caribe-insular, la cual pertenecía a
la división norteña de la subfamilia maipure (fig. 2). En la
costa guayanesa, la cuenca del Orinoco, y posiblemente en la
isla de Trinidad, cerca de la boca del Orinoco, había otras
lenguas norteñas (Taylor 1977 a: 13-28).
La ruta de difusión de estas lenguas son la cuenca
del Orinoco, la costa por cada lado de su boca, y las Antillas
(fig. 1). Ha enfocado en la migración de los arahuaco-parlantes
por esta ruta y, particularmente, en la frontera donde
ellos confrontaron los no-arahuaco-parlantes. Él ha trazado
el movimiento de aquella frontera desde tierra firme hasta
las Antillas.
Al momento del descubrimiento, la frontera había
alcanzado una posición un poco al este de la ciudad de La
Habana (fig. 1). Al oeste de ese borde vivían los indios
ciboneyes o guanahatabeyes. Ellos hablaban una lengua noarahuaca,
carecían de cerámica y de agricultura, y estaban
organizados en bandas pequeñas e independientes. Al este de
la frontera vivían los Taínos. Ellos hablaban una lengua
arahuaca, tenían cerámica y agricultura, estaban organizados
en cacicazgos, y veneraban deidades que llamaban cemíes
(Rouse, 1948, mapa 1).
Los etnólogos dividen los Taínos en dos grupos:
uno, los Taínos clásicos, centrados en las islas de
Hispaniola y Puerto Rico y extendiéndose al oeste hasta Cuba
oriental y, al este hasta las Islas Vírgenes; y dos los
subtaínos, quienes vivían en la parte central de Cuba y, por
una extensión del uso original de su nombre, también en
Jamaica y las Bahamas (fig. 1). Por tanto, los subtaínos eran
periféricos a los Taínos clásicos.
Los subtaínos eran además gente fronteriza. Vivían
en la zona entre un pueblo bien desarrollado, los Taínos
94
clásicos, y un grupo retrasado, los ciboneyes. Como otras
gentes fronterizas, los subtaínos eran más sencillos que la
población retirada de la frontera, es decir, los Taínos
clásicos. Tenían cerámica y agricultura más simples, cacicazgos
menos jerárquicos y cemíes menos elaborados (Rouse,
1948: 542-544).
Los grupos mencionados, no sirven para seguir la
frontera Taína hacia épocas prehistóricas, puesto que la
evidencia lingüística y etnológica que utilizan los investigadores
para identificar esa frontera se limita a épocas
históricas. Cuando estos investigadores entran en la prehistória,
se apoyan en los hallazgos arqueológicos y redefinir
la frontera según los resultados. En términos arqueológicos,
los Taínos y subtaínos vivían en la edad ceramista o formativa
y los ciboneyes en la edad arcaica. Por tanto, al referirse
los investigadores (incluyendo a Irving Rouse) a la frontera
tienen que sustituir la palabra «ceramista» por «Taína».
Los indios Taínos se caracterizan arqueológicamente
por una serie de estilos cerámicos que los investigadores
llaman chicoides; y los subtaínos por una serie denominada
meillacoide, excepto en las Bahamas donde ellos hicieron
cerámica del tipo palmetto. Hay que sustituir «chicoides»
por «Taínos» y «meillacoides» por «subtaínos» en todos
lugares excepto las Bahamas, donde los habitantes históricos
se convirtieron en «palmettos» (Rouse, 1982).
Los indios ceramistas se detuvieron en tres
fronteras prehistóricas antes de llegar a su frontera
histórica:
1. En la boca del río Orinoco.
2. En la entrada a la isla de Hispaniola.
3. En la entrada a la isla de Cuba (fig. 7).
Se puede dividir la frontera 1 en dos etapas, que
ha sido designada como sigue: 1a y 1b. La frontera 3 tiene
95
tres etapas, 3a, 3b, 3c, siendo esta última la frontera
histórica de los Taínos.
La frontera 1a. El borde entre las poblaciones
ceramistas y arcaicas se situó a la cabeza del delta del río
Orinoco durante el segundo milenio antes de Cristo (figs. 3,
7). A la gente que vivió arriba del delta en esta época los
denominados saladoides, porque hicieron cerámica parecida a
la que se descubrió al fondo del yacimiento de Saladero, en
la entrada al delta. El delta mismo, la costa, y las Antillas
eran habitadas en ese tiempo únicamente por pueblos arcaicos.
Sus habitantes tuvieron una cultura más sencilla
que la gente más arriba del Orinoco. Su cerámica así lo
indica. Las vasijas tienen formas más simples y decoración
más limitada que la cerámica saladoide del Orinoco Medio.
La frontera 1b. La parte occidental de la frontera
permaneció fija durante el primer milenio antes de Cristo.
El delta, de la isla de Trinidad en su frente, y la costa de
Venezuela o su oeste seguían en posesión de los indios
arcaicos, según la información arqueológica.
Hay una razón buena para suponer el abandono del
asiento de Saladero por sus habitantes y su migración por el
río Grande hacia la costa.
La frontera 2. Esta hipótesis también es necesaria
para explicar lo que sucedió en la costa en el primer milenio
después de Cristo. Poco antes de la época de Cristo, los
saladoides aparentemente se expandieron al oeste, pasando el
delta y dejando a sus habitantes en la edad arcaica (figs.
3, 4). Los emigrantes tomaron posesión de la isla de Trinidad
de sus pobladores arcaicos y siguieron hacia la costa de
Venezuela. Otros saladoides se movieron al norte por las
Antillas Menores hacia Puerto Rico y la entrada en la isla
de Hispaniola, también sumergiendo sus aborígenes arcaicos
(figs. 4, 5). Este movimiento hacia las Antillas fue tan
96
rápido que la frontera ceramista se desplazó en dos siglos
desde la tierra firme hasta el comienzo de la Hispaniola.
Hasta ahora los investigadores, incluyendo a Irving
Rouse, han asumido que los saladoides que invadieron las
Antillas vinieron de la parte occidental de la región
costera, o sea, de Trinidad o la costa de Venezuela estas
áreas fueron ocupadas como parte de una extensión desde las
Guayanas en el este, incluyendo la invasión de las Antillas.
Repetidas búsquedas en Trinidad y la costa de Venezuela no
han logrado encontrar restos suficientemente antiguos que
puedan servir como indicación del movimiento hacia las
Antillas (por ejemplo, Vargas Arenas, 1979). Además, los
invasores de las Antillas tenían patrones de asentamiento y
subsistencia muy diferentes de los patrones en Trinidad y la
costa de Venezuela.
Al principio, los alfareros saladoides que establecieron
la frontera 2 en Puerto Rico e Hispaniola, hicieron
vasijas bastante complicadas y bien ornamentadas con diseños
pintados blanco sobre rojo y modelados-incisos, como los que
caracterizan su expansión hacia otras partes del mar Caribe
(Chanlatte Baik, 1976, illus., en pp. 16, 116 ff.). También
tenían preciosos amuletos tallados en piedra y concha, vasijas
con dos tubos para inhalar cohoba ritualmente, y cemíes
en la forma de trigonolitos (Chanlatte Baik, 1979, Rouse y
Alegría). Con el paso del tiempo, su cerámica se hizo más
simple y sus otros artefactos más pobres, como corresponde a
un pueblo fronterizo, periférico al centro cultural en ese
tiempo en las Antillas Menores (Bullen, 1976).
La frontera 3a. La tendencia hacia la sencillez
culminó ca. 600 d.C. en el abandono de la pintura blanco
sobre rojo, que es diagnóstico de la cerámica saladoide, y
en el desarrollo de una nueva serie cerámica que se llama
ostionoide. Al principio, la nueva serie se caracterizó por
cerámicas casi sin ornamentación que los arqueólogos de
Jamaica llaman loza roja. Al mismo tiempo, las representacio-
97
nes de los cemíes desaparecieron casi totalmente de las
cerámicas. No obstante, había una expansión de los patrones
de asentamiento y subsistencia para incluir sitios en las
costas y en el interior, recolección de mariscos en la costa,
y agricultura más intensiva en el interior.
Ayudados por estos desarrollos, los ostionoides
podrían resumir el avance saladoide dentro del territorio
arcaico. Ellos se extendieron por la costa sur de Hispaniola
hacia Jamaica y por los valles norteños hacia la entrada en
Cuba (fig. 6). En la parte oriental de Cuba establecieron la
frontera 3a, que duró desde 600 hasta 900 d.C. (fig. 7).
La población detrás de esta frontera desarrolló
varias innovaciones que nunca alcanzaron la misma. Incluyen
juegos de bola, o pelota, el uso de cuevas para templetes y
otras evidencias del renacimiento del culto de los cemíes
(Rouse, 1982).
La frontera 3b. En la zona fronteriza, los alfareros
ostionoides mantuvieron sus materiales y formas tradicionales,
pero desarrollaron una nueva clase de ornamentación,
y por eso pasaron desde la serie ostionoide hasta una nueva
serie meillacoide, convirtiéndose en la gente fronteriza
encontrada por Colón. Parece que ellos adoptaron los diseños
incisos rectilíneos con que los artesanos arcaicos previos
habían ornamentado sus vasijas de piedra, y también copiaron
las representaciones de los cemíes que hicieron sus vecinos
ostionoides más al este, usando la misma técnica de
aplicación para hacerlo (Veloz Maggiolo et al., illus. en pp.
42-137, 221-223).
Los meillacoides se expandieron hacia Cuba central,
dejando solamente la parte occidental de la isla de Cuba y
las islas Bahamas y Turcas y Caicos en las manos de los indios
arcaicos (fig. 6). Cuba central y oriental y la parte occidental
de Hispaniola formaron la zona frontera en este tiempo,
desde 900 hasta 1200 de C. (fig.7).
98
Detrás de la frontera, los alfareros ostionoides,
quienes sobrevivieron en Hispaniola oriental, desarrollaron
diseños incisos curvilineales y adornos modelados-incisos,
los cuales caracterizan la cerámica histórica llamada chicoide.
En el proceso hubo un renacimiento de varios motivos
de la alfarería original saladoide. Juegos de bola, o pelota
y las representaciones de los cemíes se hacen más frecuentes
y mas complicadas (Alegría, 1983, pgs. 1-6).
La frontera 3c. Ca. 1200 d.C., los meillacoides
invadieron las Bahamas y las islas Turcas y Caicos, donde
desarrollaron la cerámica del tipo palmetto. Así la frontera
ceramista alcanzó su posición histórica (fig. 7). Detrás de
la frontera, la producción de la cerámica chicoide se
difundió a los pueblos que vivían alrededor del Paso de los
Vientos, entre Cuba e Hispaniola, y de la Sonda de Vieques,
entre Puerto Rico y las Islas Vírgenes (fig. 6). Como resultado,
los chicoides finalmente alcanzaron la posición en
que Colón los encontró. El territorio chicoide reemplazó las
Antillas Menores como el centro de desarrollo cultural
(Bullen, 1976).
Según Irving Rouse se puede concluir que los antepasados
de los Taínos se detuvieron en tres fronteras prehistóricas
durante su viaje hacia las Antillas. En cada
frontera su progreso era impedido por una masa grande de
tierra ── el delta del Orinoco en el caso de la frontera 1,
Hispaniola en el caso de la frontera 2, y Cuba en el caso de
la frontera 3 ──. Como los migrantes viajaban en canoa, este
investigador supone que no podrían andar fácilmente por la
tierra (Rouse, 1982). Es posible que su avance fuera también
impedido por la cantidad de indios arcaicos, en las masas de
tierra.
Es evidente que los emigrantes se detuvieron suficiente
tiempo en cada masa de tierra para envolverse en una
cultura más simple del tipo fronterizo. También había tiempo
99
para tener interacción con los indios arcaicos quienes ocuparon
las fronteras antes de ellos. Se ha visto que los alfareros
meillacoides copiaron los diseños grabados en vasijas de
piedra por sus predecesores arcaicos. Por otro lado, parece
que unos grupos arcaicos viviendo en la frontera 2 adoptaron
cerámica de los invasores saladoides (Veloz Maggiolo, 1980:
73-92). Parece también que los saladoides recibieron influencias
del grupo barrancoide que los siguieron. Al igual que
las otras culturas del mundo, la cultura Taína no era pura;
contenía una mezcla de rasgos arcaicos, saladoides y barrancoides
de acuerdo con el proceso que Fernando Ortiz (1947:
97-103) llamó transculturación 80 .
Según Mario Sanoja y demás investigadores, señalan
que el origen de las poblaciones Taínas de las Grandes Antillas
ha sido ubicado por distintos autores en las sociedades
indígenas precolombinas del norte de Suramérica, particularmente
en el área del Bajo Orinoco, extremo noreste de
Venezuela, aunque las investigaciones arqueológicas en dicha
región han llevado a plantear (a investigadores como Mario
Sanoja Obediente) también relaciones con aquellas poblaciones
más antiguas que se asocian con el llamado Formativo suramericano,
particularmente en lo que se refiere a determinados
patrones estilísticos de la decoración alfarera, asumiendo
que los mismos plantean un cierto sentido de unidad en cuanto
a la expresión de elementos simbólicos e ideológicos.
Desde el punto de vista lingüístico, los Taínos han
sido generalmente considerados como pertenecientes al stock
arawak y por ese mismo hecho ligado a los grupos humanos de
filiación similar que habitaban el norte de Suramérica.
La profusa y variada información etnohistórica que
produjeron las observaciones de los cronistas europeos sobre
las costumbres y el modo de vida en general de las poblaciones
80 Tranculturación. Recepción por un pueblo o grupo social de formas de
cultura procedentes de otro, que substituye de un modo más o menos completo a las
propias.
100
antillanas, para el siglo XV los Taínos constituían una etnia
bastante homogénea cuyos individuos habían llegado a
controlar gran parte de la isla de Quisqueya o Haití, hoy día
asiento físico de las repúblicas Dominicana y de Haití, así
como las de Puerto Rico, Cuba y diversos otros grupos de
pequeñas islas localizadas en torno a las Grandes Antillas.
De acuerdo con los trabajos de los investigadores,
entre ellos Mario Sanoja Obediente, al respecto, los antecedentes
más inmediatos de la sociedad Taína o de su expresión
arqueológica, la Tradición Bocachica de la República Dominicana,
podrían hallarse, en lo que toca a las formas de decoración
alfarera y posiblemente en algunos aspectos de su
estructura social, en la Tradición Barrancas del Bajo Orinoco,
la cual, al mismo tiempo, parece tener nexos estilísticos
con las culturas formativas del occidente de Suramérica,
particularmente Puerto Hormiga, Monagrillo, Valdivia y
Kotosh, así como con otros complejos alfareros posteriores,
tales como Tutrishcayno, localizado en la región del Alto
Amazonas.
El Problema parece plantearse en términos del desarrollo
espacial de una extensa tradición alfarera, cuyas raíces
podrían estar en aquellas antiguas culturas del Noroeste
de Suramérica y la cual se distinguiría particularmente por
una concepción del decorado de las vasijas fundamentada en
el empleo de técnicas plásticas, tales como la incisión
curvilínea ancha y profunda terminada en puntos, el modelado
inciso, el empleo de la pintura roja global o zonificada y
atributos formales de las vasijas, tales como bases anulares
o cóncavas, el borde en pestaña, vasijas con reborde o de
perfil en «T», etc.
Al analizar los rasgos estilísticos que al parecer
caracterizan las manifestaciones estéticas o ideológicas
plasmadas sobre la superficie de las vasijas, se forman
regionalmente patrones coherentes de asociación, al mismo
tiempo que se observan convergencias en la utilización de los
101
distintos elementos decorativos. También comenta este
investigador, que sin embargo, a medida que los
investigadores se alejan tanto cronológica como espacialmente
de aquellas antiguas culturas y complejos arqueológicos del
noroeste de Suramérica, los elementos o rasgos que antes se
hallaban combinados coherentemente dentro de cada contexto
parecen comenzar a combinarse y recombinarse entre sí y con
los de otras tradiciones alfareras suramericanas como la del
Blanco sobre Rojo, dando como resultado nuevos modelos de
asociaciones de elementos alfareros, tanto decorativos como
de forma, que si bien se asemejan a los ancestrales, considerados
particularmente, constituyen una reinterpretación de
aquellas antiguas pautas alfareras. Ese proceso se puede
observar también entre las tradiciones Barrancas y Ronquín
del Bajo y Medio Orinoco, regiones que constituirían como una
especie de eslabón intermendio dentro de ese proceso de cambio
espacio temporal, al mismo tiempo que puntos nodales de
donde partieron las poblaciones y/o ideas que estimularon la
formación de aldeas ceramistas estables en la región
antillana, ligadas tanto al Saladoide Insular de las Pequeñas
Antillas, como a la Tradición Bocachica de las Grandes Antillas.
(Sanoja, 1976. 1979; Vargas 1976, 1979a, 1979b, 1981;
Sanoja y Vargas, 1976, 1978a, 1978b, 1983; Vargas y Sanoja,
1978).
La Tradición Barrancas del Bajo Orinoco, que
pertenece al Formativo Suramaricano, lo mismo que el Medio
Orinoco, parece haber florecido entre 900-600 a.C. y el Siglo
XVI de nuestra era, puede ser dividida, según los investigadores,
en tres grandes períodos (Sanoja, 1979; Sanoja y
Vargas, 1978):
El Preclásico (900-600 a.C. - 100 d.C.) caracterizado
por decoración de las vasijas hechas principalmente con
motivos incisos anchos y profundos, adornos modelados-incisos
de pequeño tamaño. Predominio de la alfarería pintada
globalmente de rojo o de paredes finas con superficies de
color negro muy bruñidas.
102
El Clásico (100-200 d.C. - 700 d.C.) caracterizado por
decoración de las vasijas con motivos incisos y modelados
incisos más complejos. Mayor variedad de formas de vasijas.
Se hace presente la decoración zonificada pintada rojo y
negro, la pintura de grafito, el pulido zonificado, el
desgrasante de esteatita; aparecen posibles cerámicas de comercio
de la Tradición Ronquín del Orinoco Medio pintados
blanco sobre rojo, rojo y blanco sobre naranja, rojo sobre
blanco, etc.
El Post-clásico (700 d.C. - 1600 a 1700 d.C.)
Decaen las pautas alfareras barranqueñas y son suplantadas
por la Fase Macapaima, posiblemente conectada con las que
ocupaban para esa época el Orinoco Medio, los recién
llegados, quienes utilizan como desgrasante la espícula de
esponjas de agua dulce y una decoración muy simple basada en
el punteado y la incisión. Aunque esta alfarería comienza a
infiltrarse en el Bajo Orinoco desde los inicios del Clásico,
marcando la separación cronológica en el Preclásico, es ahora
cuando se convierte en el elemento alfarero dominante. Los
investigadores, entre ellos Mario Sanoja Obediente, asocian
este elemento con etnias de filiación caribe, ya que todos
los yacimientos arqueológicos tardíos del Bajo Orinoco señalados
como habitados por poblaciones caribes durante el
período de contacto, presentan generalmente alfarería desgrasada
con espículas de esponja de agua dulce (Parmula batesíi).
Relaciones estilísticas entre Barrancas y el
Formativo Suramericano.
2000 a.C.):
Con la Fase Valdivia y la Fase Machalilla (3050 -
Motivos incisos del Clásico que ya aparecen en el
Valdivia Inciso (Evans, Meggers y Estrada, 1965): incisión
ancha y profunda terminada en puntos; líneas incisas cortas,
103
sencillas o dobles paralelas encerradas dentro de un área
rectangular zonificada por incisión; rectángulos
concéntricos similares a los motivos 4 y 9 de Barrancas Inciso
e Inciso en Zonas.
Machalilla Inciso: motivos integrados por tres líneas
cortas incisas, oblícuas, paralelas, que forman una greca
similar al motivo 12 de Barrancas Inciso.
Jorobas modeladas sobre las paredes de las vasijas,
reminiscentes del motivo 6 de Barrancas Modelado y Modelado
Inciso.
Valdivia Rojo Inciso: motivo de la «T» alternada que
aparece en Barrancas y subsecuentemente en las Grandes
Antillas. Motivo de la «H» con brazos terminados en puntos o
sin ellos, que aparece luego tanto en Barrancas como en las
Grandes Antillas.
Formas de vasijas: Mario Sanoja Obediente, y otros
investigadores han hallado en Machalilla y Barrancas vasijas
globulares con doble vertedero y puente, boles con base plana
y hombro angular con perfil en «T». De igual manera estos
investigadores han hallado en Valdivia y Barrancas las bases
cóncavas.
Decoración pintada: los investigadores, incluyendo
a Mario Sanoja Obediente, también hallan tanto en Valdivia
como en el Preclásico de Barrancas la pintura roja global
(sobre todo el cuerpo de la vasija). En el último caso,
constituye una de las técnicas más importantes.
(3090 - 2552 a.C.):
Con Puerto Hormiga (Reichel, Dolmatoff, 1965),
Patrón decorativo basado en la incisión curvilínea
ancha y profunda, la excisión, la incisión rellena con
pigmento rojo, el punteado zonificado, el modelado inciso y
104
la pintura roja. Comparten las líneas incisas cortas
terminadas en puntos, depresiones circulares practicadas
sobre las paredes de las vasijas; motivos en forma de herradura
cuyos extremos terminan en mamelones punteados; adornos
zoomorfos modelados incisos. Todos dichos elementos se hallan
presentes en el Preclásico y el Clásico de Barrancas.
Con Monagrillo, costa pacífica de Panamá, 2140 a.C.
(Willey y Mc Gimsey, 1954):
Comparte con Barrancas un patrón decorativo caracterizado
por la incisión curvilínea ancha y profunda, la
excisión, la pintura roja y las líneas incisas terminadas en
puntos.
Con Kotosh, piedemonte oriental de los Andes peruanos,
1800 a.C. (Izumi y Sono, 1960):
Con Kotosh, la Tradición Barrancas comparte el
mayor número de rasgos estilísticos: la incisión ancha y
profunda, la incisión pulida, las jorobas modeladas, el pulido
en zonas, la pintura roja zonificada, el raspado
zonificado, la pintura de grafito, la pintura roja, y negra
zonificada, las líneas incisas terminadas en puntos y
asociadas con círculos concéntricos (motivos que se repiten
hasta el Taíno cubano, Rodríguez Cullel, 1978), líneas incisas
paralelamente zonificadas dentro de un área rectangular,
espirales concéntricas interconectadas. Comparten
asimismo la decoración modelada incisa, particularmente
representación felinoides como las que se hallarán
posteriormente en Chavín. Algunos de los motivos decorativos
comunes a Barrancas y Kotosh, particularmente las jorobas
modeladas y la incisión ancha, se remontan hasta el período
Waira-Jirka (1850 ± 110 a. C.), en tanto que las líneas
terminadas en puntos, los círculos concéntricos, etc., son
diagnósticos de Kotosh, Sajarapatac, y San Blas (± 200 a.C.)
y muy cercanos cronológicamente al Barrancas Clásico (0-100
a. C.).
105
1958 - 1970):
Con Tutishcayno Temprano 1000 - 1800 a.C. (Lathrap,
Comparte con Barrancas la incisión terminada en
puntos zonificada. En períodos posteriores como Tutishcayno
Tardío, Shakimú y Nazaratequi, Mario Sanoja Obediente, y
otros investigadores hallan la persistencia de la decoración
elaborada con incisión ancha, la pintura roja zonificada, las
vasijas con reborde, el borde en pestaña y las vasijas globulares
con doble vertedero.
La existencia de una extensa tradición formativa
temprana ha sido ya puesta de manifiesto por autores como
Willey y Mc Gimsey (1954), Ford (1969), Meggers y Evans
(1969), Coe (1969) y otros.
Las comparaciones anotadas anteriormente no agotan
las similitudes existentes entre la alfarería de la Tradición
Barrancas y los representantes de la tradición del Formativo
en el centro y en el noroeste de Suramérica. Ellas son suficientes,
sin embargo, para indicar que comparten muchos
elementos. Dichas semejanzas implican que Barrancas es un
desarrollo que surgió de un substrato formativo temprano,
iniciado con Valdivia y Puerto Hormiga.
De manera similar, Vargas (1977a y 1981; Sanoja y
Vargas 1983), ha elaborado en base a sus investigaciones en
el Orinoco Medio una cronología para la Tradición Ronquín,
caracterizada por una alfarería decorada con pintura blanco
sobre rojo, blanco y rojo, rojo sobre superficie sin pin
tar, blanco sobre superficie sin pintar combinada con rojo y
blanco sobre naranja y negro y blanco sobre superficie sin
pintar. Asociada con ésta, se encuentra una decoración
plástica que incluye la incisión ancha y llana, modelado,
incisión, punteado en zonas, punteado e incisión y técnicas
menos comunes como acanalado, estampado, inciso cruzado en
zonas e incisión fina.
106
El substratum cultural del cual parten las poblaciones
ceramistas agricultoras que migran posteriormente
hacia las pequeñas y grandes Antillas, se halla ligado al
desarrollo y expansión de las antiguas sociedades formativas
suramericanas y que ── por otra parte ── tanto la Tradición
Barrancas como las tradiciones Ronquín y Saladoide Costero
se convirtieron a su vez en centros generadores de
influencias culturales que estimularon el desarrollo aldeano
en la región del Caribe oriental.
Esta hibridación de los elementos de las tradiciones
Ronquín y Barrancas lo que pasa a las Pequeñas Antillas
originando en ellas lo que se denomina el Saladoide Insular.
La difusión de los elementos alfareros de la Tradición
Barrancas hacia las Antillas Mayores y su posible llegada
al territorio de la actual República Dominicana, parece
haberse producido alrededor de 200 a. C., como lo evidencian
los hallazgos hechos en el sitio de El Caimito (Veloz Maggiolo,
Ortega y Pina, 1974) donde se presenta la alfarería decorada
con incisión ancha curvilínea y la incisión ancha terminada
en puntos dentro de un contexto que sugiere la presencia
de actividades de recolección de conchas marinas y el procesamiento
de la raíz de la «guayiga» (Zamia integrifolia) y
los frutos del corozo (Acrocomia sclerocarpa). En los sitios
Bocachica de la República Dominicana o en los de Cuba (Guarch,
1970; Rodríguez Cullel, 1978), están presentes las líneas
incisas terminadas en puntos, sencillas o múltiples
paralelas, los círculos concéntricos incisos, el motivo
inciso en forma de «T», la línea incisa terminada en puntos
zonificada dentro de un rectángulo inciso, las grecas
formadas por motivos alternos constituidos por el motivo de
la «T», cuyos brazos terminan en puntos y están zonificadas
con líneas incisas, las espirales, entrelazadas, los apéndices
zoomorfos modelados incisos con decoración laberíntica,
que reproducen de una manera muy estilizada lo que los
alfareros de Barrancas creaban con un enfoque naturalista,
107
etc. las formas de vasijas de la Tradición Bocachica
representan un elemento distinto al que existe en la Tradición
Barrancas e incluso en el Saladoide Insular, evidenciándose
a este respecto un fuerte desarrollo regional que
asimila algunos temas que ya estaban presentes en la Tradición
Ostiones tales como la vasija naviforme que, por otra
parte, contituye una forma bastante común en diversos sitios
del norte de Suramérica.
Igual podría decirse de elementos ceremoniales, tales como
los juegos de pelota, de objetos asociados al parecer con los
mismos; codos y yugos de piedra, que presentan afinidades muy
marcadas con las sociedades indígenas mesoamericanas. Hay que
decir, también que el juego de pelota como actividad ceremonial
ya estaba también presente ── al menos para el Siglo XVI
── entre los otomacos del Orinoco.
Otro aspecto lo constituyen los idiomas que
reflejan y a la vez moldean la manera de pensar del pueblo
que los habla. En el caso del idioma de los Taínos, olvidado
hace más de cinco siglos y apenas estuiado desde entonces,
es muy poco lo que de él se conserva. Pero aún así, haciendo
un esfuerzo por reunir y analizar sus dispersas huellas,
acaso todavía se vislumbran algunos de los procesos mentales
de los aborígenes antillanos a través de las palabras que han
dejado. Es decir, según José Juan Arrom y otros, valernos de
ellas como testimonios del modo en que captaban la realidad
por medio del lenguaje. Y de ese proceso inferir cómo se
veían a sí mismos y a sus semejantes, cómo identificaban las
islas a donde llegaban y nombraban los accidentes geográficos
que en ellas descubrían, cómo se situaban ante su
organización social y cómo percibían y caracterizaban la
flora y la fauna que les rodeaban. A ese efecto los
investigadores han escogido algunos términos relativos a
distintas actividades y han procurado analizar su estructura
108
para dar con los significados implícitos que les ha auxiliado
en esta tarea.
Por la manera en que se veían a sí y a sus semejantes.
Varios cronistas atestiguan que era con no disimulado
orgullo que se referían a sí mismos como Taínos. Pedro Mártir
de Anglería relata: «Les salió al encuentro un hombre de
arrugada frente y altiva mirada, acompañado de otros cientos,
los cuales... gritaban que eran Taínos, o sea nobles, no
caníbales» 81 . Y así, es en efecto. C. H. de Goeje ha registrado
en lokono o arahuaco legítimo la raíz taí con el
sentido de «noble, prudente», y el sufijo no como signo del
plural masculino 82 . Taí-no equivale, por consiguiente, a
«nobles, prudentes». A los de su misma lengua y estirpe les
designaban de modo igualmente encomiástico. Los que habitaban
en las Bahamas eran nombrados lucayos, de lukku «persona, ser
humano» y cay, caíri «isla», o sea «gente de los cayos». Y
sus hermanos del continente aún hoy se llaman lokono, término
formado por la misma base lukku y el sufijo pluralizador
masculino no es decir, «seres humanos». No así a los de otras
lenguas y culturas. A los que vivían en estado seminómada en
las cavernas y refugios rocosos de Guacayarima y otras apartadas
regiones de las Antillas les llamaban ciboney, la ciba
«piedra» e igneri, igney «hombre», o como diríamos hoy, hombre
en un estudio de cultura lítica, preceramista y preagrícola.
Macorix y cyguayo también conllevan significados despectivos.
Según Las Casas «macorix quiere decir como lenguaje
extraño, cuasi bárbaro» 83 . Y a los del segundo grupo los
«llamaban cyguayos porque traían todos los cabellos muy luen-
81 Pedro Mártir de Anglería, Décadas del Nuevo Mundo, Déc. la; lib. 11, cap.
5. En la edición de Buenos Aires, 1944, p. 23.
82 C. H. de Goeje, The Arawak Language of Guiana, Amsterdam, 1.928. Según
José Juan Arrom, el lector hallará las voces arahuacas mencionadas en el presente
trabajo en dicha obra. Tenga asimismo en cuenta que como el idioma que Goeje
analiza es en realidad el llamado arahuaco legítimo o lokono, con frecuencia se
emplea este último término para diferenciarlo del guajiro, otra lengua arahuaca,
cuya fuente de información se consigue en la nota ¡Error! Marcador no
definido.¡Error! Marcador no definido...
83 Bartolomé de Las Casas, Apologética Historia de las Indias, cap. 3. En la
edición de Madrid, 1909, p. 9, col. 1.
109
gos, como en nuestra Castilla las mujeres» 84 . Hasta en un mito
etiológico, para explicar la presencia en las islas de gentes
de costumbres y lenguas distintas a las suyas, les inventaron
un origen separado. Ellos, los nobles, los sensatos, aparecieron
por una gruta llamada Cacibajagua o «Cacimba de Jagua».
Los demás salieron de otra cueva, más pequeña, llamada
Amayaúna, voz formada por el prefijo privativo ma «sin, carente
de» y la base iaúna, ioúna «precio, valor, mérito», o
sea los otros, los «sin importancia, o sin mérito» 85 .
Por la manera en que se veían a sí y a sus semejantes.
Varios cronistas atestiguan que era con no disimulado
orgullo que se referían a sí mismos como Taínos. Pedro Mártir
de Anglería relata: «Les salió al encuentro un hombre de
arrugada frente y altiva mirada, acompañado de otros cientos,
los cuales... gritaban que eran Taínos, o sea nobles, no
caníbales» 86 . Y así, es en efecto. C. H. de Goeje ha registrado
en lokono o arahuaco legítimo la raíz taí con el
sentido de «noble, prudente», y el sufijo no como signo del
plural masculino 87 . Taí-no equivale, por consiguiente, a
«nobles, prudentes». A los de su misma lengua y estirpe les
designaban de modo igualmente encomiástico. Los que habitaban
en las Bahamas eran nombrados lucayos, de lukku «persona, ser
humano» y cay, caíri «isla», o sea «gente de los cayos». Y
sus hermanos del continente aún hoy se llaman lokono, término
formado por la misma base lukku y el sufijo pluralizador
masculino no es decir, «seres humanos». No así a los de otras
84 Bartolomé de Las Casas, Historia de las Indias, lib. I, cap. 67. En la
edición de México, 1965, vol. 1, 304.
85 Véase el artículo de José Juan Arrom, «De cómo se poblaron Las Antillas:
glosas etnolingüísticas a un ciclo mítico taíno», en Revista del Instituto de
Cultura Puertorriqueña, Año XV, núm. 57, octubre-diciembre 1972, 1-8.
86 Pedro Mártir de Anglería, Décadas del Nuevo Mundo, Déc. la; lib. 11, cap.
5. En la edición de Buenos Aires, 1944, p. 23.
87 C. H. de Goeje, The Arawak Language of Guiana, Amsterdam, 1.928. Según
José Juan Arrom, el lector hallará las voces arahuacas mencionadas en el presente
trabajo en dicha obra. Tenga asimismo en cuenta que como el idioma que Goeje
analiza es en realidad el llamado arahuaco legítimo o lokono, con frecuencia se
emplea este último término para diferenciarlo del guajiro, otra lengua arahuaca,
cuya fuente de información se consigue en la nota ¡Error! Marcador no
definido.¡Error! Marcador no definido...
110
lenguas y culturas. A los que vivían en estado seminómada en
las cavernas y refugios rocosos de Guacayarima y otras apartadas
regiones de las Antillas les llamaban ciboney, la ciba
«piedra» e igneri, igney «hombre», o como diríamos hoy, hombre
en un estudio de cultura lítica, preceramista y preagrícola.
Macorix y cyguayo también conllevan significados despectivos.
Según Las Casas «macorix quiere decir como lenguaje
extraño, cuasi bárbaro» 88 . Y a los del segundo grupo los
«llamaban cyguayos porque traían todos los cabellos muy luengos,
como en nuestra Castilla las mujeres» 89 . Hasta en un mito
etiológico, para explicar la presencia en las islas de gentes
de costumbres y lenguas distintas a las suyas, les inventaron
un origen separado. Ellos, los nobles, los sensatos, aparecieron
por una gruta llamada Cacibajagua o «Cacimba de Jagua».
Los demás salieron de otra cueva, más pequeña, llamada
Amayaúna, voz formada por el prefijo privativo ma «sin, carente
de» y la base iaúna, ioúna «precio, valor, mérito», o
sea los otros, los «sin importancia, o sin mérito» 90 .
Raymond Breton, misionero, convivió con los caribes
y en 1665 escribió un excelente diccionario de su lengua,
transcribió el gentilicio tal como todavía se escribe en
francés; caraïbe. Y Jean de Léry, quien estudió a los tupinambos
del Brasil en 1556, explica que éstos aplicaban el
término caraïbe a los principales sacerdotes o profetas, para
diferenciarlos de los simples médicos o curanderos, a quienes
llamaban pagés 91 . Así escrito, caraïbe corresponde a dos términos
registrados en tupi-guaraní: carí «señor» y be «poderoso
o fuerte». Lo cual, no sólo proporciona el probable
étimo del gentilicio, según el investigador José Juan Arrón,
88 Bartolomé de Las Casas, Apologética Historia de las Indias, cap. 3. En la
edición de Madrid, 1909, p. 9, col. 1.
89 Bartolomé de Las Casas, Historia de las Indias, lib. I, cap. 67. En la
edición de México, 1965, vol. 1, 304.
90 Véase el artículo de José Juan Arrom, «De cómo se poblaron Las Antillas:
glosas etnolingüísticas a un ciclo mítico taíno», en Revista del Instituto de
Cultura Puertorriqueña, Año XV, núm. 57, octubre-diciembre 1972, 1-8.
91 Jean de Léry, Histoire d'un voyage fait en la terre du Bresil..., caps.
XVI y XIX. En la edición príncipe (La Rochelle), 1578, pp. 268-269 y 332. En
Paraguay, Uruguay y Argentina al brujo todavía se le llama payé.
111
sino que vendría a confirmar el sentido del proverbial grito
de guerra caribe: Ana carine rote, traducido por «Sólo nosotros
somos gente» 92 . Taínos y caribes, como otros pueblos del
universo, se sintieron superiores a los demás.
El análisis de las estructuras significativas del
lenguaje ha servido de vía de acceso al mundo interior de los
Taínos. Andar esa vía ha sido como acompañarlos por los
senderos mentales que recorrían al plasmar su visión de la
naturaleza, de su sociedad y de ellos mismos. Dice este
investigador José Juan Arrom, que la ruta, empero, apenas ha
quedado trazada en estas investigaciones.
En el caso del idioma de los Taínos, olvidado hace
más de cinco siglos y apenas estudiado desde entonces, es muy
poco lo que de él se conserva. Pero aún así, haciendo un
esfuerzo por reunir y analizar sus dispersas huellas, acaso
todavía se vislumbran algunos de los procesos mentales de los
aborígenes antillanos a través de las palabras que nos han
dejado. Es decir, según este investigador, valernos de ellas
como testimonios del modo en que captaban la realidad por
medio del lenguaje, por la manera en que se veían a sí y a
sus semejantes.
Con no disimulado orgullo que se referían a sí
mismos como Taínos. Pedro Mártir de Anglería relata: «Les
salió al encuentro un hombre de arrugada frente y altiva
mirada, acompañado de otros cientos, los cuales... gritaban
que eran Taínos, o sea nobles, no caníbales» 93 . Taí-no equivale
a «nobles, prudentes». Otras apartadas regiones de las
Antillas les llamaban ciboney, la ciba «piedra» e igneri,
igney «hombre», o como diríamos hoy, hombre en un estudio de
92 José Gumilla registró la frase en el siguiente contexto: «Preguntados
éstos de dónde salieron sus mayores, no saben dar otra respuesta que ésta: Ana
carina rote. Esto es: «Nosotros solamente somos gente». Y esta respuesta nace de
la soberbia con que miran al resto de aquellas naciones». El Orinoco ilustrado,
Madrid, 1741, p. 52.
93 Pedro Mártir de Anglería, Décadas del Nuevo Mundo, Déc. la; lib. 11, cap.
5. En la edición de Buenos Aires, 1944, p. 23.
112
cultura lítica, preceramista y preagrícola. Macorix y cyguayo
también conllevan significados despectivos. Según Las Casas
«macorix quiere decir como lenguaje extraño, cuasi bárbaro»
94 . Y a los del segundo grupo los «llamaban cyguayos
porque traían todos los cabellos muy luengos, como en nuestra
Castilla las mujeres» 95 .
El alto concepto que los Taínos se tenían a sí
mismos en relación a los demás pueblos antillanos. La excepción
serían los caribes. Pero no es excepción, sino
confirmación de la regla, cuando se sabe que no fueron los
Taínos los que dieron tal nombre a los caribes, sino los
caribes los que se dieron su propio nombre y lo impusieron
luego por la fuerza.
El pueblo Taíno, es un pueblo sosegado y afable,
esas cualidades definen su organización social: una
organización articulada de modo que aúna el disfrute de los
fundamentales valores humanos y las jerarquías inherentes a
un sistema social estructurado para vivir en orden y paz.
Cada caserío contaba con una autoridad local que decidía las
cuestiones de beneficio público. A esa autoridad se le
llamaba, como es sabido, cacique.
Junto al cacique, estaban los nitaínos, "nobles y
principales"» 96 . Al otro extremo de la escala estaban los
naborías. Douglas Taylor, tratando de explicar la etimología
de esta voz escribe, lo que, traducido al español, lee así:
«A uno le gustaría hallar el significado del Taíno naboría,
que se dice designaba la casta o clase más baja; y si el
lokono budía, glosado por de Goeje como «residuo pequeño»,
puede traducirse por «el resto, lo que queda», parece que no
sería improbable que esta palabra taína contenga la raíz afín
a la del lokono, junto con el guajiro y lokono na "ellos, de
94 Bartolomé de Las Casas, Apologética Historia de las Indias, cap. 3. En la
edición de Madrid, 1909, p. 9, col. 1.
95 Bartolomé de Las Casas, Historia de las Indias, lib. I, cap. 67. En la
edición de México, 1965, vol. 1, 304.
96 Las Casas, Apologética historia de las Indias, lib. III, cap. 197; p. 516.
113
ellos, a ellos"» 97 . La explicación según la cual el lokono
nabudía taíno na-boría equivalen a «el resto de ellos».
Se examinarán sólo algunos términos que sirven para
ir de la palabra al proceso mental con que captaban,
describían y ordenaban la flora y la fauna. El primero el
vocablo maíz. Es sabido que el maíz se cultivaba en toda
América antes de 1492. De lo que sí había dudas era en cuanto
al lugar de origen, la época en que fue domesticado y, en
relación a este trabajo, si la voz es o no Taína. A partir
de 1954 se han hecho descubrimientos que definitivamente
esclarecen dos de estas cuestiones: hace unos 80.000 años que
ya existía en México un tipo de maíz silvestre, antecesor del
actual, y 5.600 años que ese primitivo maíz fue domesticado
y paulatinamente mejorado en el valle de Tehuacán por hibridación
con otras gramíneas mexicanas 98 . Precisados el
lugar de origen y la fecha de su inicial domesticación, es
evidente que luego se extendió por todo el continente, desde
el valle del San Lorenzo, en Canadá, hasta las tierras
australes de Chile. La base isi, conservada en las
transcripciones del término lokono, significa «semilla». Y
aparece modificada por ma man «todo, totalidad, enteramente».
Si mah-isi alude a todas las semillas de la mazorca, el
indígena se hallaría en la necesidad de formar otro término,
o combinación de términos, para designar a un solo grano. Y
en efecto, así fue. Igual que en español hablamos de un diente
de ajo, en las lenguas arahuacas se dice, como ha documentado
Goeje, marisi-arí «diente de maíz» 99 .
Tomando a la estricta indagación lingüística se
examina el fitónimo güira. Esta voz contiene los morfemas iwi
«fruta» y era eda «cáscara». De modo que iwira o iwera descri-
97 Douglas Taylor, «Some Remarks on the Spelling and Formation of Taíno
Works», International Journal of American Linguistics, XXVI, 1960, 348.
98 Richard S. MacNeish «The Origins of the New World Civilization», Scientific
American, vol. 211, núm. 5, noviembre 1964, 29-37; y Alan Linn, «Corn, the New
World's Secret Weapon and the Builder of its Civilizations», Smithsonian, Agosto
1973, 58-65.
99 Goeje, p 264.
114
be al fruto cuyo elemento caracterizador es su recia corteza.
Elemento caracterizador y, además, material aprovechable en
la fabricación de instrumentos mágico-religiosos, como fueron
originalmente las maracas 100 , y de vasijas de uso doméstico.
Porque ahora resulta evidente que güira y jigüera o higüera
constituyen un doblete, es decir, dos palabras que tienen el
mismo origen etimológico y adquieren después forma y sentidos
diferentes. En el caso de higüera o jigüera, con la grafía
hibuera pasó a México con Cortés y su gente, y sirvió para
designar al Golfo de las Hibueras y luego al sitio donde se
libró el encuentro conocido por la Batalla de las Hibueras.
Ahora bien, el término correspondiente en nahualt, xícalli,
aunque momentáneamente desplazado por la voz Taína, se impuso
nuevamente y a su vez penetró en el español general bajo la
forma jícara, usado también en las Antillas en relación a las
mismas vasijas 101 .
La palabra higüera hace pensar en otro fitónimo de
igual raíz: hicaco. Explicado ya el morfema iwi «fruta»,
despejando el sentido del resto. José Juan Arron, cree que
caco se compone del atributo ka «con» y la base ako «ojo».
En conjunto hik(a)-ako sería como decir «fruta-de-ojo», o
mejor traducido, «fruta en forma de ojo». Y como así es la
fruta, resulta otro ejemplo de fitónimo en que el indígena
se desentiende de toda carga innecesaria para fijar el rasgo
expresivo esencial. Por consiguiente, es otra palabra con que
el Taíno nos pinta la realidad nominada y a la vez su propia
fisonomía mental.
Para terminar, a continuación, se destacan algunos
ejemplos de zoonimia 102 . Comienza por vocablos formados con
raíces que ya son conocidas. Con el mismo morfema man «todo,
100 Las maracas fueron los instrumentos que los behíques, igual que sus
colegas del continente, usaban para invocar a sus dioses. La palabra maraca,
empero es un préstamo que les llegó a los taínos de sus lejanas relaciones con
los guaraníes. En guaraní es voz compuesta de maira y aca «cabeza de ser
sobrenatural». Véase Marcos A. Morínigo. ob. cit., sub. voce.
101 Puede añadirse que la voz correspondiente en caribe totum, es la que se
ha impuesto en el español de Venezuela y partes de Colombia bajo la forma totuma.
102 Zoonimía. Ciencia de las leyes que rigen la vida animal.
115
totalidad», que se ha visto en la palabra maíz, se forman las
voces manxuá y manxuá-ken registradas en el ya mencionado
Vocabulario con el sentido de «mucho» y «muchísimo». Y
aparece, asimismo, en lokono, transcrita como manswa «ser
excesivamente». Pues bien, para este investigador hay unos
diminutos pececitos, que se congregan en bandadas muy
numerosas, a los cuales en Cuba se les llama, como voz indígena
muy apropiada, manjúas. Y de manjúa «mucho» y arí
«diente» se forma el nombre de otro pez que maravilla a los
ictiólogos porque es un eslabón entre el pez y el reptil, que
respira por branquias y también por pulmones. Pero lo que
impresionó especialmente al Taíno fue que está dotado de una
doble hilera de dientes agudos y fuertes. Por consiguiente,
lo llamó manjuarí «muchos dientes», «dentudo» o, como diría
nuestro pueblo, con expresivo neologismo, «dientuso». No se
deja de mencionar entre los peces al domesticable y utilísimo
guaicán. A este pececito los cronistas dieron en llamarlo
«peje reverso» y «pez cazador» debido a que tiene un disco
membranoso, con unas láminas óseas que sirven de ventosas
para pegarse al cuerpo de tortugas y de otros peces mayores.
Y el Taíno, siempre sagaz observador, aprovechó esa característica
para pescar con él, atándole una larga cuerda a la
cola, de la cual, tiraba suavemente después que el guaicán
se había adherido a la presa 103 . En arahuaco, aikan significa
«casarse», «unirse» 104 . De modo que w-aiikan equivale a
«nuestro-unidor».
Pasando del pez al reptil, se hace un análisis del
astuto y peligroso caimán, Kaimahan, se ha registrado en
arahuaco como «acción de ser hostil, o de comportarse
hostilmente» 105 . Y en lokono el sintagma ka-aima-ken (en el
cual ken es el mismo sufijo intensificativo que vimos en
103 Según José Juan Arrom, este género de pesca ha sido bien explicado por
Anglería (Déc. 1ª; lib. III, p. 37); Oviedo (Historia general, lib. XIII, cap.
IX, pp. 435-436), y Las Casas (Historia de las Indias, lib. I, cap. XCV, pp. 387-
388, y lib. III, cap. XXII, p. 513).
104 Arawakish-Deutches Worterbuchm, p. 81.
105 Ibíd, p. 80.
116
Burén-ken), se traduce por «el-muy-malo» 106 . O sea, que al
caimán el indígena lo llamaba simplemente «el que es malo u
hostil» 107 .
Ascendiendo del pez al reptil, y del reptil al ave,
hay un pájaro de preciosos colores al cual en Cuba se le
llama tocororo o tocoloro. Como se recordará, en las lenguas
arahuacas «flor» es totororo o totocolo. De modo que el nombre
del pájaro parece haber sido una metáfora lexicalizada que
apunta hacia una exquisita imagen poética: la de un ave que
hiende el aire como un relámpago multicolor para posarse en
una rama y florecer en pétalos de un verde brillante, azul
metálico, suaves grises y rojo bermellón 108 .
Por último, compartiendo el agua y el aire vive el
lejano pariente del elefante al cual se le llama manatí. Esta
vez se trata de un préstamo del caribe, pero para el caso da
igual: ésa era la voz que usaba el Taíno, y demuestra de
nuevo el proceso de observar, escoger y definir con insuperable
precisión. Según ha documentado en otro estudio este
investigador, los cronistas nos han dejado una bella
colección de dislates al describir al manatí. Colón,
encandilaba su imaginación por la luz de los trópicos y la
euforia de su hazaña, creyó que los manatíes eran sirenas,
aunque agrega que «no eran tan hermosas como las pintan».
Anglería, igualmente deslumbrado por la extrañeza de un
relato que le cuentan sobre un manatí, da rienda suelta a su
fantasía y piensa que se trata de un animal fabuloso, «una
especie de monstruo desconocido en nuestros mares». Y para
Oviedo (con frecuencia el más equivocado de todos), era un
pez que, por tener dos manos cerca de la cabeza, «los cristianos
le llamaron manatí». El aborigen, en total contraste,
106 Goeje, p. 92, parráfo 48, d., 3.
107 Para José Juan Arrom, se añade, que la voz Kaimahan, es el probable étimo
de los dobletes criollos, camajan (Cuba, Panamá) y caimacán (Venezuela), que se
aplican en el habla familiar a un hombre astuto, holgazán y vividor, es decir, a
un caimán antisocial, de esos que se arrastran en dos pies.
108 Sobre las vacilaciones en la escritura de tocororo y la descripción del
pájaro, véase Esteban Rodríguez Herreá, Léxico mayor de Cuba, 11, La Habana, 1959,
sub voce.
117
lo vio como en realidad es: un mamífero que vive en el agua
y por eso la hembra saca el pecho sobre la superficie para
lactar a sus hijuelos. Y de ahí que escogiendo el término más
significativo, lo llamara con voz caribe manatí, que significa
«pecho, ubre» 109 .
En conclusión, el análisis de las estructuras significativas
de estos términos les ha servido de vía de acceso
al mundo interior de los Taínos. Andar esa vía ha sido como
acompañarlos por los senderos mentales que recorrían al
plasmar su visión de la naturaleza, de su sociedad y de ellos
mismos. Dice este investigador, que la ruta, empero, apenas
ha quedado trazada en estas investigaciones. Con la esperanza
de que futuros investigadores logren ensancharla y dar una
imagen más completa de la cosmovisión de quienes no sólo nos
precedieron en estas islas, sino que en parte sobreviven,
lingüística, cultural y a veces biológicamente, entre
nosotros y dentro de nosotros 110 .
En un trabajo sobre el Arte Taíno (Alcina, 1982:
105), planteaba una cuestión que retoma para tratar de profundizar
en ella: la de que la tipificación de la sociedad
Taína como jefatura requiere, quizá, una matización en el
sentido de que, en algún aspecto al menos, se halla más cerca
de la sociedad tribal que de la sociedad de clases de carácter
estatal. Detalles proporcionados por Colón (1982: 141-142)
sugieren que ellos eran esencialmente aldeanos agrícolas».
Por último, Hermes Tovar, al analizar su Modo de Producción
Precolombino, viene a definir la «comunidad compuesta» como
un nivel intermedio entre lo que se podría llamar sociedad
tribal y la sociedad de jefaturas o señoríos, en el esquema
de Service (Tovar, 1974: 29 y siguientes). Por otra parte,
como señala Dreyfus (1981: 239), «el concepto de jefatura es,
en antropología, uno de los peor definidos. Sahlins ── sigue
109 «Manatí: el testimonio de los cronistas y la cuestión de su etimología»,
Estudios... pp. 63-71.
110 Según José Juan Arrom, el lector hallará otros aspectos de la cosmovisión
taína, acaso más importantes aún por lo que representan como legado cultural, en
el citado libro Mitología y artes prehispánicas de las Antillas, México, 1975.
118
diciendo S. Dreyfus ── había considerado esta forma social
como "la expresión más desarrollada de la cultura tribal",
un tipo intermedio entre ella y el Estado del que anticiparía
las complejidades».
El modo de producción tropical se caracteriza, por
la tendencia ampliamente extendida al cultivo de rosa...»
(Veloz, 1977: 57-58).
El modo de producción proto-teocrático se halla
perfectamente definido en los establecimientos Taínos, así
como entre los macorijes o meillacoides y vendría a ser el
equivalente antillano del modo de producción tropical definido
por Sanoja y Vargas para la Tierra Firme (Veloz-Ortega-
Caba, 1981: 371).
Para Hermes Tovar lo que ocurre en lo que él llama
«comunidad compuesta» y que los investigadores, identifican
con la sociedad transicional Taína que estos estan estudiando,
es que el «carácter comunitario de apropiación no va
a variar (...) aunque aparecen varios poseedores de la misma
(...). Dentro de este tipo de comunidad, la tierra, viene a
ser apropiada fundamentalmente por la comunidad dominante.
Ésta, a su vez, permite a las comunidades dominadas el derecho
a seguir usufructuando la tierra. Igualmente otorga derecho
a los individuos de recibir la tierra de la comunidad dominada.
la división en cacicazgos y regiones que aportan
tanto Fernández de Oviedo (1851), como Pedro Mártir de Anglería
(1964), fray Bartolomé de las Casas (1958) y el mismo
Andrés Morales (Frati, 1929) apuntan a la existencia de una
organización política típica de las jefaturas (Vega, 1980),
ya que cada una de las «regiones», que se distinguen como
subdivisiones en cada cacicazgo, deben corresponder a subunidades
políticas, sean o no linajes o clanes, dependientes
de la jefatura centralizada.
119
En lo que se refiere a la estructura «urbana» o
«semiurbana» que cabría esperar de los centros de poder,
donde residía el señor, la sociedad Taína no responde a los
patrones que se supone definen a las jefaturas, o al menos
no corresponden en términos absolutos.
En el patrón de asentamiento Taíno, los
investigadores se han encontrado con un alto grado de
ambigüedad acerca del patrón de asentamiento Taíno. Es
difícil distinguir el carácter tribal o señorial de la casa
de un cacique por su puro aspecto exterior. Otro tanto cabe
decir de la existencia de casas de carácter comunal o ceremonial,
como aquella de Jaragua a la que hace referencia Anglería,
al decir que tenían «una casa ... construida de manera
de teatro» (Anglería, 1964, I: 154), o los juegos de pelota
que se situaban, aparentemente, junto al la casa del jefe
(Steward-Faron, 1959: 248, y Dreyfus, 1981: 240) *.
Aunque en la estructura social tribal el sistema
más destacable es la asociación familiar, es posible llegar
a definir «estratos diferenciados que, a primera vista, no
son reconocibles (Tovar, 1974: 18); en el que las variaciones
de rango con los privilegios y obligaciones asociados es la
técnica primaria de integración social» (Sanders-Price, 1968:
43).
La sociedad Taína se halla a medio camino entre
esas dos formulaciones de la estructura social local. La
figura del cacique que, obviamente, ha superado al jefe
tribal en muchos aspectos no alcanza, sin embargo, al grado
de complejidad de los jefes de una sociedad de rangos que «no
son sólo de origen noble, sino que habitualmente son de origen
divino» (Flannery, 1975: 16; véase también: Sanders-Marino,
1973: 15).
Según Manuel García Arévalo, el isomorfismo 111
entre el hombre y los animales fue utilizado frecuentemente
111 Isomorfismo. 1- Semejanza de estructura. 2- Término lingüístico propuesto
por J. Kurylowickz para designar la correspondencia de planteamientos teóricos
que se establece entre los dos planos de la lengua: el de la expresión y el del
120
por los Taínos como un recurso mitológico para explicar
ancestrales interrogantes en torno a la creación humana, la
cosmología y la vida sobrenatural.
La interacción de ciertos animales y los personajes
mitológicos que intervinieron en las creencias mágico-religiosas
sustentadas por estos aborígenes antillanos, condiciona
una afiliación a la noción mítica que se expresa ampliamente
a través del Arte Taíno ya que, entre los pueblos
primitivos, la religiosidad y el arte ofrecen, en cierta
manera, gran identidad de contenido y de forma.
En el Arte Taíno la imagen, sea abstracta o naturalista,
del murciélago se presenta con marcada frecuencia en
la ornamentación de múltiples objetos, tanto de uso cotidiano
como ceremonial, principalmente en las asas de las vasijas y
en los amuletos o fetiches de uso corporal 112 .
Las vasijas taínas lucen en muchos casos asas
arqueadas, de acentuado tamaño en relación con el cuerpo del
recipiente, que denotan claramente la intención de resaltar
la figura en ellas representadas (ver fig. 1).
En los recipientes más planos, como platos o bandejas,
debido a la forma longitudinal de esta tipología cerámica,
las asas arqueadas y erguidas sobre el borde no son tan
cotenido. Algunos lingüistas han criticado tanto el planteamiento teórico como la
denominación de isomorfismo, que conlleva connotaciones de la ciencia matemática,
ajenas totalmente a esta concepción.
112 La imagen del murciélago, especialmente las asas en forma de cabezas o
«caritas», están ya presentes en los estilos cerámicos subtaínos (estilo
ostionoide). Estos elementos decorativos pasan a la cultura taína (estilo
chicoide), donde luego las asas con formas de murciélagos evolucionan en varias
modalidades estilísticas. Este dato ofrece una idea de la antigüedad de las
creencias antillanas y de su posible continuidad en el tiempo. En los yacimientos
subtaínos (estilo ostionoide) de la costa sureste de la isla de Santo Domingo se
han obtenido dataciones con el método de radiocarbono de 505, 645, 720, 830, 860,
870, 960, 970, 1040 y 1130 d.C. Entre los fechados de radiocarbono más tempranos
que han obtenido los investigadores en esta misma zona geográfica para los
yacimientos arqueológicos taínos, están las dataciones de 1245 ± 85 y 1300 ± 90
d.C. Se considera que el período taíno se inicia entre los siglos XII Y XIII de
nuestra era y dura hasta la llegada de los europeos cuando comienza el período
histórico o indohispano.
121
comunes, pero en cambio proliferan, adosados a los extremos,
apéndices tabulares donde se produce, igualmente, una abundante
gama de motivos quiropteriformes, que van desde la
forma realista o figurativa del animal con la membrana alar
extendida.
En opinión de Herrera Fritot 113 (1946: 74), «en este
tipo quiroptético, con todas sus modalidades, es donde puede
apreciarse bien el exquisito arte alfarero Taíno y ver hasta
dónde puede llegar en la estilización de los motivos que
captó a la naturaleza».
Otra forma de reproducir total o parcialmente al
murciélago en los modelados cerámicos taínos son las peculiares
cabezas o «caritas» aplicadas que, a manera de asas o
agarraderas, muestran varios tipos de recipientes.
Notable frecuencia de aparición del murciélago en
los objetos culturales taínos, junto a su significativa
presencia en las combinaciones céfalo-antropozoomorfas muy
abundantes y características en sus expresiones plásticas,
no puede menos que denotar la estrecha relación de parentesco
o asociación de este animal con la tribu, que por considerarlo
un ser mítico lo trata de un modo tan peculiar. A la vez,
constituye un claro reflejo del insomorfismo mitológico que
los Taínos manifiestan elocuentemente a través de su arte
para representar así la coexistencia del espíritu humano y
el animal que lo encarna. En este caso, las opías con el
murciélago.
El murciélago ocupa un destacado lugar en las
creencias religiosas, el arte y el folklore de los pueblos
aborígenes americanos, y para muchos estudiosos constituyen
113
Herrera Fritot, René y Ley YOUMANS, Charles: La Caleta: Joya
Arqueológica Antillana, La Habana, 1946.
122
una notable deidad que se asocia a insospechados ritos
(Allen 114 , 1939; Villa 115 , R., 1966).
El mito antillano no alude directamente al
murciélago, pero sí a las opías, los sobredichos muertos no
se le aparecen de día, sino siempre de noche. La sangre no
está presente en el mito taíno. De ahí que las opías al
adoptar la forma de murciélago en el medio insular, se adapten
también a su ecología nutriéndose ahora de guayabas; la
creencia taína en torno a los muertos que carecen de ombligo
está aún presente en el folklore dominicano.
El murciélago, constituía para los Taínos una de
las formas visibles que durante las noches adoptaban las
opías o espíritu de los muertos. Características del Arte
Taíno, donde el murciélago se presenta indisolublemente
confundido con los rasgos del hombre.
Existieron también elementos importantes de la
Cultura Taína que habrían de ser asimilados por los colonizadores
españoles para poder subsistir en el Nuevo Mundo
y muchos de los cuales contribuyeron a transformar el mundo
occidental.
Fueron indios Taínos de las Antillas Mayores los
primeros aborígenes del Nuevo Mundo en establecer contacto
con los conquistadores y colonizadores españoles.
Los taínismos como canoa, huracán, maíz, cacique,
hamaca y muchos otros los primeros americanismos que
enriquecieron el castellano y otras lenguas de Europa.
La cultura de los indios Taínos de las Antillas
Mayores, especialmente la de aquellos que poblaban Boriquén
(hoy Puerto Rico) y la región este de Quisqueya (hoy República
114 Allen, Glover Morrill: Bats (copyright, 1939), Nueva York, Dover
Publications, Inc., 1967.
115 Villa R., Bernardo: Los Murciélagos de México, México, U.N.A. M.,
1966.
123
Dominicana) estaba en pleno florecimiento a la llegada de los
conquistadores españoles. Esta, sin embargo, no puede
apreciarse adecuadamente con las someras descripciones que
nos ofrecen los primeros exploradores, conquistadores,
misioneros y cronistas, se quiere redescubrir distintos
aspectos de la cultura material de los Taínos a base de la
información que aparece desparramada en documentos oficiales
de la conquista, que no tenían el propósito de describir
algún aspecto de la Cultura Taína, sino meramente ofrecer
datos de interés económico, de pura contabilidad. Esta
documentación etnohistórica de los primeros años de la
conquista y colonización europea en las Antillas Mayores. La
riqueza artística y ornamental que se desprende del estudio
cuidadoso de toda esta documentación etnohistórica contradice
y corrige la visión de la pobreza material que ha identificado
la cultura de los indios Taínos de las Antillas Mayores.
La interpretación de la lista de los objetos etnográficos
recogidos por Colón, de la mencionada cultura, proporciona
a los investigadores una nueva visión que la arqueología
no ha podido ofrecer.
Entre las 45 guayzas (caras o figuras, para ponerse
sobre la cabeza de los señores y reyes) recogidas por Colón
se incluyen máscaras hechas de algodón tejido o de madera,
enriquecidas con adornos de concha de caracol y láminas de
oro. Veintiséis máscaras tenían adornos de hoja de oro.
Los característicos trigonolitos o «ídolos de tres
puntas» de Puerto Rico y la región este de la República
Dominicana, conocidos tradicionalmente como «cemís» en Puerto
Rico, muestran depresiones que eran rellenas con incrustaciones
de oro y concha de caracol (fig. 4).
Otro interesante objeto etnográfico del tesoro es
una espátula vómica, instrumento usado por los caciques y
chamanes para purificarse, provocándose el vómito antes de
inhalar el polvo alucinógeno de la cohoba.
124
En las investigaciones arqueológicas se han encontrado
bellas espátulas vómicas, artísticamente talladas en
hueso de manatí, concha de caracol y madera. En algunos casos
las espátulas están decoradas con de concha de caracol, al
parecer estaban enriquecidas con incrustaciones de oro;
perfumadores de narices con once pintas de oro». Estos «perfumadores»
no eran otra cosa que inhaladores de la cohoba.
El tesoro Taíno recogido por Colón incluía además
doce «cañutos» o «cautillos» (canutillos), que es el término
usado para describir delgadas cuentas tubulares «de hoja de
oro». Uno de los cinturones de algodón tenía ocho cañutos
«de hoja de oro». Estos cañutos también debieron ser usados
por collares, así como para coserlos a los cinturones y
naguas de algodón. Algunos de estos cañutos también pudieron
haber sido utilizados para inhalar la cohoba. los Taínos de
La Española trabajaban esta resina fósil y lo cual ya ha
corroborado la arqueología en la República Dominicana.
El inventario del rico tesoro de los indios también
incluye 63 «hojas de oro». Los Taínos, que desconocían el
arte de fundir los metales, trabajaban las pepitas de oro,
que recogían en los ríos con pesados martillos de piedra
hasta convertirlas en delgadas hojas o láminas. A éstas daban
entonces la forma deseada.
Estas hojas o láminas de oro que los artífices
Taínos cortaban las incrustaciones con que decoraban los
dujos o asientos ceremoniales, los ídolos y otros objetos de
culto mágico-religioso.
El inventario menciona una rana que había sido
tallada en una pepita de oro. La misma se describe como «un
grano de oro fecho una rana» que «podía pesar una onza e
media». Este objeto es de gran interés, pues demuestra que
en su desconocimiento del arte de fundir el oro, en algunas
ocaciones los Taínos tallaban las pepitas de oro como si
fueran piedras, dándole la forma que deseaban. Es esta rana
125
la única Escultura Taína hecha de oro macizo de que se tienen
noticias.
Algunos de los objetos usados por los aborígenes
en las diversas regiones de América estimularon su interés y
curiosidad a los españoles y también los llevaron consigo o
enviaron a España y otros países de Europa. Las relaciones
de estos objetos también nos ofrecen información importante
sobre la cultura de los indios Taínos en el momento del
Descubrimiento.
Han de ser los intelectuales italianos que habían
reunido los Reyes Católicos en su corte, los primeros en
interesarse por los ídolos que adoraban los indios Taínos de
las Antillas Mayores (fig. 11)
Entre estos objetos se encontraba la primera pelota
de goma que vieron los europeos. Se trataba de pelotas usadas
por los indios Taínos de las Antillas Mayores en el juego que
ellos denominaban batey.
Los taínismos son un elemento sobresaliente de la
cultura nacional boricua. El puertorriqueño aprecia esa
herencia y su deseo es conservarla, conformando un acervo
cultural propio. El Taíno es el más antiguo idioma de Puerto
Rico, pues, era la lengua que hablaban los indios cuando los
españoles pisaron la tierra de Boriquen. Pertenecía a la gran
familia lingüística arawaka o arahuaca que se extendía desde
Florida hasta Paraguay y desde la costa del Perú hasta la
desembocadura del Río Amazonas compuesta por cerca de 100
lenguas y dialectos. El Taíno era la variedad que se hablaba
en Jamaica, Haití, Santo Domingo, Puerto Rico y la parte
oriental de Cuba. Algunos testimonios históricos indican que
era bastante uniforme y que los indios de Santo Domingo se
entendían sin dificultad con los de, Puerto Rico.
126
Lo que queda del Taíno son numerosas palabras, a
las que llamamos taínismos y que están íntimamente relacionadas
con la cultura actual de Puerto Rico. Los taínismos
constituyen el substrato fundamental de las Antillas; en
forma alguna pueden considerarse préstamos, porque no son
aquí palabras extranjeras sino las más antiguas y las más
representativas del léxico boricua.
De uso común interamericano, pero originarios de
las Antillas, son los siguientes taínismos: ají, batata, bohío,
cacique, caoba, carey cayo, ceiba, enagua, guanábana,
guayaba, guayacán, güiro (o güícharo), hamaca, huracán, jobo,
macana, mamey, mangle, maní, maíz, sabana, yuca, etc. De uso
antillano, no difundidos o poco difundidos en otros países,
son: ausubo, batey, capá, cupey (o copey), dajao, leren (o
lleren), yagrumo (o yarumo, yagruma), yautía.
La toponímia antillana tiene taínismos. En el caso
de Puerto Rico son Taínos los nombres de muchos pueblos y
ciudades: Aguadilla, Aibonito, Arecibo, Bayamón, Caguas, Camuy,
Canóvanas, Ceiba, Coamo, Guánica, Guayama, Guayanilla,
Guaynabo, Gurabo, Humacao, Loíza, Luquillo, Maricao, Maunabo,
Mayagüez, Morovis, Naguabo, Orocovis, Sabana Grande, Toa Alta,
Toa Baja, Utuado, Vieques, Yabucoa y Yauco. Son 30 municipios
de un total de 78. Barrios con nombres Taínos son
Bairoa, Caonillas, Cupey, Guavate, Tanamá, etc. Y nombres de
ríos: Arecibo, Camuy, Guajataca, Guanajibo, Jacaguas, Sibuco,
Turabo, Yagüez, etc.
El nombre Boriquén es desde luego autóctono: Escrito
de diferentes maneras en el pasado (Boriquen, Boriquén,
Boricua, etc.), no se sabe qué puede haber significado inicialmente
para los indios.
De uso aparentemente peculiar de Puerto Rico son
los ejemplos que siguen: boricua, buruquena (o bruquena),
cocolía, dunguey, guajana, guares, guareto, güimo, maga,
127
marunguey, múcaro, pitahaya, quenepa, tabonuco, tibey tigüero,
tirigüibi.
El español de Puerto Rico conserva alrededor de
500 taínismos, aceptados plenamente en todas las clases sociales.
Las palabras Taínas están perfectamente engranadas
en la cultura puertorriqueña.
no podríamos pensar la idea de Puerto Rico
prescindiendo de todo lo que dicen y evocan las palabras
Aibonito, Arecibo, Caguas, Guayama, Jayuya, Loíza. Luquillo,
Maricao, Mayagüez, y Yauco, para no poner más ejemplos.
Si la lengua Taína, de procedencia arahuaca predominó
en Puerto Rico, al igual que en Santo Domingo, Cuba y
Jamaica, lo cierto es que dicha lengua contaba, aportaciones
lingüísticas diversas, y presentaba variantes dialectales en
las diferentes islas de las Antillas Mayores. Las diferencias
lingüísticas no eran mayor impedimento para que los naturales
de ellas se entendieran entre sí con facilidad. Queda
comprobado en el diario intercambio de los indios del Higüey
dominicano con los de Boriquén, a través del pasaje de la
isla de la Mona, así como en la observación de fray Bartolomé
de las Casas en el sentido de que «todas estas islas hablaban
una sola lengua»; y en el hecho que el Adelantado don Juan
Ponce de León usara con éxito en la conquista y colonización
de la Isla intérpretes como Juan González y Juan de León,
conocedores de la lengua Taína de Santo Domingo. En este
orden es de interés reseñar las relaciones entre ciertos
caciques de Santo Domingo y Boriquén, demostrativo de una
afinidad lingüística y parentesco étnico, como es el caso de
los Agüeybana dominicanos y los Agüeybana boriqueños, o el
de los homónimos Guarionex, de Boriquén, y Quisqueya, de
ascendencia caribe.
Las fuentes para la creación de este léxico han
sido varias. En primer lugar, las fuentes primitivas de los
cronistas de Indias, historiadores y memorialistas de los
128
siglos XVI al XVIII, entre los que figuran fray Bartolomé de
las Casas, Gonzalo Fernández de Oviedo, Pedro Mártir de Anglería,
Juan Ponce de León, Hernando Colón, los autores de
la Memoria de Melgarejo, don Diego de Torres Vargas, don
Alexandro O'Reylly, fray Iñigo Abbad y Lasierra, André Pierre
Ledru y otros del siglo XIX, así como numerosos historiadores
contemporáneos.
En segundo lugar, fueron fuente inapreciable los
mapas y textos geográficos antiguos y modernos, útiles para
el descubrimiento de voces toponímicas y geográficas desconocidas
y para la confrontación de nombres y lugares correspondientes
a diferentes épocas a través de los tiempos.
Asimismo, en el orden científico, fueron de gran valor las
obras botánicas de Little, Wardsworth y Marrero, y de José
I. Toro y otros científicos notables.
Las obras literarias y vocabularios distintos, de
autores nativos antillanos y otros países de habla española,
también permitieron el confrontamiento de los nuevos hallazgos
y la conciencia de que muchísimas nuevas voces no estaban
registradas ni en unos ni en otros, siendo de urgencia recogerlas.
Quizás la fuente más importante, lo fue la gente
del pueblo en diferentes zonas de las Isla, urbanas y rurales,
que durante muchos años permitió a los investigadores, entrar
en contacto con aquellos elementos lingüísticos indígenas,
que en una forma u otra circulan en la lengua popular de
Puerto Rico, fuera de los vocabularios impresos y de las
obras literarias.
Encontrará en este vocabulario voces Taínas,
muchas de las cuales son comunes en Santo Domingo, tanto en
la toponimia, la fauna y la flora, así como en el habla
diaria; voces Taínas de origen arahuaco; voces indígenas de
origen caribe, procedentes de las Antillas Menores y de la
lengua cumanagota de los indios de Venezuela; algunas
129
palabras quichuas y guaraníes y varios nahuatlismos
procedente de Méjico, que circulan desde muy antiguo en Puerto
Rico.
Quince años después del descubrimiento se inició
la colonización de Puerto Rico, hacia el año 1508, estableciéndose
la comunicación lingüística entre españoles e
indios. Los españoles procedentes de la Isla de Santo Domingo,
centro colonizador, tenían algún conocimiento de la
lengua Taína de aquella isla, por lo cual se les hizo
bastante fácil comunicarse con los indios boriqueños. Igual
que, en Santo Domingo, adoptaron nombres indígenas de las
cosas en su vida diaria y también admitieron nombres españoles
Muchos indios aprendieron la lengua española
durante el maridaje étnico y el trato diario. Al mestizaje
étnico siguió el mestizaje lingüístico. No se sabe
exactamente cuándo se extinguió la lengua Taína, absorbida
por la española.
Por no avenirse con los españoles, los indios
desampararon la Isla, pasándose a las islas circunvecinas de
Mona, Monito y la Isla de Vieques e islotes costeros, no
pudiendo subsistir allí pidieron tierras en Puerto Rico a-
signándoseles las sierras de Añasco y San Germán, conocidas
contemporáneamente como las Indieras, donde vivieron separados
de los españoles hasta principios del siglo XVIII, en
cuya fecha empezaron a casarse con españoles y negros.
El historiador don Salvador Brau también cita, en
su Historia de Puerto Rico, el censo realizado hacia el año
1787, casi a finales del siglo, que arrojaba la cifra de unos
2.302 indios habitantes de la parte occidental de Puerto
Rico, donde figuran precisamente los barrios de las Indieras.
Es de suponer que el mayor acervo lingüístico indígena
figurara en esta parte de la Isla.
130
La influencia indígena en la toponimia general de
Puerto Rico se hace evidente en el conjunto de nombres de
lugar de la geografía isleña de ríos, montes, pueblos, bahías
y puertos, como en la menor comprensiva de quebradas, cuchillas,
puntas marítimas y calles, llevan nombres indios que
no han cambiado con el transcurso de los años. Se da el caso
de que una combinación de vocablos, uno español y otro
indígena den base a un topónimo combinado, como lo son Toa
Alta, Sabana Hoyos, Hoconuco Bajo, Jayuya Abajo, etc.
Las voces indígenas más abundantes, después de los
topónimos, son las que corresponden a la fauna y la flora.
La fauna ornitológica, una vez numerosa, fue desapareciendo
con el tiempo. Todavía en el siglo XVIII, viajeros como André
Pierre Ledru y su expedición científica registraron especímenes
de la fauna marina y terrestre que llevaban nombres indígenas.
De la fauna marina quedan muchos con sus nombres aborígenes
en la actualidad, pero de la terrestre, especialmente
la ornitológica y herpetológica, han desaparecido casi todos.
Por estas razones supuso el doctor Alexander Wetmore
que, de las ochenta y tres especies de aves informadas por
André Pierre Ledru, nunca existieron en Puerto Rico muchas
de ellas, y lo mismo pensó el naturalista norteamericano
doctor George N. Wolcott, quien manifestó que solamente pudo
identificar diez de las cuarenta y seis clases de insectos
mencionados por el científico francés.
Poca atención se ha dado, si alguna, a los nombres
y apellidos de los caciques boriqueños. Desde el momento en
que el cacique Agüeybana se guatió (hizo intercambio de nombres
para afirmar amistad y unión, que practicaban los indios
Taínos de Puerto Rico con los españoles), con don Juan Ponce
de León y se dio inicio a la colonización de la Isla, la
onomástica indígena entró en vías de ser elemento importante
en la historia colonizadora, máxime cuando la cristianización
de los indios les confería nombres cristianos que iban en
maridaje con sus nombres aborígenes.
131
Los trabajos del paleógrafo argentino don Aurelio
Tanodi, ex profesor de la Universidad de Puerto Rico, y los
historiadores don Vicente Murga Sanz y don Aurelio Tió Nazario,
son aportaciones de importancia al revelar nombres y
apellidos de caciques, nitaínos y naborías indígenas, desconocidos
en el pasado.
El vocabulario, además de recoger los taínismos
puros que circulan por la historia, la geografía, la literatura
y la lengua, hay que prestar atención a la creación de
nuevas formas en que se utilizaron vocablos aborígenes, lo
que de hecho vitalizó al español de Puerto Rico y explica su
diferencia del de España. Esto explica el nombre de ciertos
árboles, Igualmente se procedió a la creación de sustantivos
con terminaciones en ar y al, o la terminación en azo. Se
crearon adjetivos con terminaciones españolas, aumentativos
y diminutivos. La creación de gentilicios a base de los
nombres de los pueblos de denominación indígena también
siguió la fórmula española, dando nuevas voces, como
guayamés, mayagüezano, maricaeño, arecibeño, gurabeño,
patillense, bayamonés, yaucano, etc.
Se tiene conciencia gracias a los meritorios
trabajos de don Agustín Stahl, Cayetano Coll y Toste, Pablo
Morales Cabrera, Augusto Malaret, Juan Augusto y Salvador
Perea, Tomás Navarro Tomás, Eliezer Narváez Santos, Luis Hernández
Aquino y Monseñor Vicente Murga Sanz, se ha podido
recopilar todo el vocabulario indígena.
132
CAPÍTULO V
OBJETOS ESCULTÓRICOS PLÁSTICOS TAÍNOS
El Arte Taíno 116 como Formas Plásticas y
Escultóricas, es un tema inédito, puesto que este se ha
investigado desde un punto de vista arqueológico, no plástico,
la inclinación plástica que tenían los Taínos era
específicamente la escultórica, ya que estos artistas han
sido fundamentalmente escultores más que pintores.
El Arte, ha sido el elemento fundamental en la
sociedad de los taínos, este Arte Taíno Plástico de obedecía
a los imperativos de sus creencias mágico-religiosas,
inspirándose en sus ideas animistas y totémicas, y en su
entorno de la naturaleza. Sus realizaciones plásticas poseen
una sorprendente fuerza expresiva, con gran dominio del
simbolismo y de la abstracción figurativa.
Entre los Objetos Escultóricos más destacados del
Arte Taíno están los destinados al culto de los cemíes, como
ídolos tallados en piedra, madera y otros materiales (como
por ejemplo el barro y el algodón), los artefactos rituales
de la cohoba, como también los Collares de Piedra, entre
otros.
Según la autora, María Antonia Román Prado, todos
pueden ser Objetos Escultóricos de Vanguardias.
Esculpían su arte, figuras y símbolos, en los
peñones de los ríos y de las quebradas, en las cuevas, en las
pétreas lajas con que circundaban los parques ceremoniales
de los poblados y de los troncos de árboles.
116
Taíno: Ver Taínismos en la Primera Parte de la Tesis Doctoral.
133
Las esculturas pétreas de los Taínos, revelan una
habilidad técnica superior a la manifestada por las culturas
de la costa andina-caribe de sur América.
El pulimento que el Taíno da a la piedra es de tan
depurada calidad, que figura junto a las más importantes
culturas meso-americanas, tales como la Olmeca, Mixteca,
Maya, Tolteca, Totonaca, Huetar, Teotihuacana y Azteca. Para
destacar lo antes afirmado, es preciso señalar que no existe
en todo el litoral sudamericano una sola de las grandes culturas
prehispánicas que supere a la taína, en el particular
aspecto de la pulimentación lítica.
Tallaban tanto la madera como la piedra madera
(debido al clima húmedo de Puerto Rico, favoreció se pudran),
abundan los ejemplares de piedra pintada, tallada o con
inscripciones.
Los Taínos fueron artistas adelantados de su
tiempo. Ejemplos de estas creaciones se exponen a
continuación.
MONOLÍTICOS. Una de las Formas en que trabajaban
la piedra era en cortes monolíticos, de distintos tamaños y
formas, que usaban para cerrar sus "bateyes", o sea, las
plazas donde hacían sus juegos de pelota, los areytos y
reuniones en masa. Estas piedras las tallaban en grandes
bloques lisos, aunque a veces tienen inscripciones, y
formaban con estas esculturas un muro alrededor de la
plazoleta, esto podría tener comparación o relación con el
Arte Minimal en donde los artistas ponen todo por los
suelos.
GRABADOS EN PIEDRA. Los Grabados En Piedra se
encuentran, por lo general, en los bordes de los ríos y
otras corrientes de agua. Según los arqueólogo7s, estos
grabados en piedra son quizás el testimonio de las primeras
migraciones arawak (Aruaco o arahuaco y arauaco). El cuidado
134
con que las tallaban demuestra la trascendental importancia
que le atribuían. Los motivos representados eran los dioses
de la tierra y el cielo y otras deidades subalternas
representadas en formas estilizadas, es lo que llamamos hoy
Arte Ambiental.
LOS CEMÍES. Los Cemíes eran ídolos, fetiches o
amuletos (según los arqueólogos) de los Creadores Taínos
Plásticos de Boriquén (el nombre que le daban estos a la
Isla de Puerto Rico), que tallaban con gran destreza en
piedra, madera, barro y otros materiales (como, por ejemplo,
el algodón).
Lo más importante e interesante de estas Obras
Escultóricas Taínas, es que solamente se encuentran en
Puerto Rico, lo que demuestra que fue un Arte de los
Creadores Taínos de la Isla. Don Adolfo de Hostos nos
describe estas Obras de la siguiente forma:
... De aquí que la parte principal del fetiche de
la fertilidad de Boriquen... era una proyección conoide,
generalmente de admirable talla, que parecía un brote
vegetal grandemente amplificado y por razón de este
exagerado tamaño recordaba la forma de un pecho femenino...
Aunque no han llegado hasta la actualidad, existen
razones para creer que algunos de estos Objetos fueron
exornados con incrustaciones de oro y piedras semipreciosas.
A las que se refiere en su descripción sobre el cemí, Don
Adolfo de Hostos, es un ejemplo de la Riqueza Creativa De
Los Artistas Taínos.
Su Obra Artística está Creada con diversidad de
materiales. A través de esta investigación he descubier-to,
que estos Creadores Taínos hacían Incrustaciones de adornos
de Oro en los ídolos (Las Esculturas) de piedra, madera,
barro, huesos de manatí(pescado), algodón y el ámbar.
135
También, muchas veces, cubrían con Oro las Escul-turas
hechas de los materiales antes mencionados.
Otros materiales que utilizaban eran la concha de
caracol, nácar, piedra de variedad de colores, hueso, ámbar
y madre perla.
PINTURA. Una de las Formas en que los Creadores
Taínos Plásticos usaban la pintura era para decorar sus
cuerpos, creando así Diseños Geométricos, Abstractos.
Lo cual hace pensar en la relación que existe con
el Body Art, y la costumbre que tenían los Taínos de pintarse
su cuerpo desnudo con pintura roja, blanca, negra y otros
colores, que obtenían de las plantas y minerales y con un
pigmento llamado achiote. Creando el Body Art. Arte Corporal
queda definido por el hecho de que el cuerpo humano, por lo
general el cuerpo se emplea como Medio Artístico. Los
Diseños Geométricos los aplicaban al cuerpo con moldes
hechos de barro que tenían el dibujo deseado.
El Arte Taíno, como Formas Plásticas y
Escultóricas. Ya que estas Obras Taínas son Obras de valor
Estético por su Fortaleza Escultórica y su Originalidad.
Sus cemíes (Esculturas), que a su vez eran dioses, eran
creados por estos Artistas Taínos Plásticos, también para
espantar los malos espíritus. Creando así el Arte de
Provocación. Que la escultora María Antonia Román Prado
denomina con el nombre de «Collages y Objetos Escultóricos
Plásticos Taínos».
Los Taínos provenían del tronco arahuaco (o
Aruaco, Arauaco) se asentaron, además de Puerto Rico, en La
Española (Haití y la República Dominicana), Jamaica, la
parte oriental de Cuba y las Islas Bahamas. Fue, no
obstante, en Puerto Rico y en La Española donde culminó su
cultura. Los Artistas Taínos Plásticos trajeron consigo una
forma de religión animista y un alto grado de artesanía.
136
Esculpían las piedras y tallaban la madera, moldeaban
vasijas y platillos de barros, grababan dibujos en el
granito, labraban amuletos (según los arqueólogos,
esculturas para la autora) en conchas, piedras, barro y
hueso. Gran parte de su obra escultórica se inspiraba en
las creencias religiosas, originadas en sus íntimos nexos
con la naturaleza.
Junto a las Obras Escultóricas Plásticas, de
cemíes, los Collares son una muestra significativa de la
destreza con los que los Creadores Taínos Plásticos
trabajaban la piedra. Como no tenían instrumentos de metal
Tallaban Piedra Contra Piedra.
Gran parte de la Obra Artística Taína se inspiraba
en creencias religiosas, originadas en sus íntimos nexos
con la naturaleza, aprendieron a vivir en armonía con las
fuerzas elementales de la naturaleza y con ellos mismos.
Los Creadores Taínos tenían la concepción del Arte
Como Proceso Espiritual y Místico. Tenían una doctrina
religiosa y filosofía que les enseñaba la comunicación
inmediata y directa entre el hombre y la divinidad y, era
en la visión intuitiva o en el éxtasis cuando Creaban sus
Obras Artísticas.
Según Wassily Vasilievich Kandinsky todas las
manifestaciones artísticas del pasado están pletóricas de
sentido en la medida en que proceden de la necesidad
interior, en el modo en que fueron creadas en virtud de la
«fuerza espiritual» por la que se ve impulsado todo artista.
Kandinsky en el Arte «Abstracto» no excluye la
unión de la naturaleza, sino que, esta unión es mayor y más
íntima La Obra de Kandinsky persigue un ideal a la vez
Lírico, Plástico Y Espiritual, alzado a menudo hasta una
religiosidad.
137
La Obra de Arte y El Artista, del ensayo De Lo
Espiritual En El Arte, y del tema Sobre la Cuestión De la
Forma, escritos también por Wassily Vasilievich Kan-dinsky,
la relación que existe entre el Proceso Espiritual de la
Obra de este Creador, del mismo modo puede hacerse una
relación del proceso espiritual de los Creadores Taínos.
ESCULTURA. Según los diccionarios de arte, la
escultura es el arte de representar en un material duro ──
piedras, mármol, madera, bronce, etc. ── temas en relieve.
Desde los tiempos prehistóricos, el hombre, con
sus manos, realizó unas simples figurillas, que para él
tenían carácter mágico. Con el transcurrir del tiempo, estas
figuras perdieron tal finalidad y nació el arte de la
escultura.
La Escultura es la rama de las Artes
Plásticas que se ocupa de la creación de formas artísticas
en tres dimensiones, con muy diversos materiales y técnicas.
La escultura cubre el plurimilenario arco del
tiempo que va desde la prehistoria hasta el día de hoy, como
obra del hombre para comunicarse con los hombres.
La existencia, en Puerto Rico y en su zona de
influencia, de Piedras Labradas era conocida desde la
antigüedad, su sentido ha desafiado cualquier explicación.
La insatisfacción ha ido en aumento ante este punto oscuro
del Arte y del Pensamiento de los Creadores Taínos Plásticos
Puertorriqueños, llegando así a dejar formas figurativas
propiamente dichas, para tender al abstracto.
Según criterios de la autora, esas simples Piedras
Labradas, (llamadas así por los Conquistadores y Cronistas),
son esculturas, que con todos los fundamentos son de
vanguardias. ¿Por qué no se divulga la existencia de estas
138
Obras Escultóricas Taínas como de Vanguardias a Nivel
Internacional?
Por ejemplo, el rescate que la estética occidental
hizo del Arte Africano a principio de nuestro siglo. Las
barreras que separaban "primitivismo" de modernidad fueron
derribadas, y la pintura, en especial, se enriqueció con
nuevas expresiones. La búsqueda no fue más allá y no alcanzó
al Arte de los Creadores Taínos siguen la estética
contemporánea que alimenta las imágenes literales de un Arte
de Vanguardias.
La Escultura de estos Creadores
constituía caso particular de la Arqueología. Relieves
netamente Geométricos, rocas esculpidas in situ, etc., etc.,
no eran, precisamente, el tipo de Manifestación Artística
que podía cautivar la mirada de los primeros Cronistas
Españoles, del Descubrimiento de América. De todas maneras,
el sentido icónico del Arte de Occidente en el siglo XVI,
cuyos ejemplos eran en aquel entonces la Pieta de Miguel
Ángel o la Virgen de la Silla de Rafael, Manifestaciones
Artísticas totalmente opuestas a las Obras Creativas de los
Taínos, y que los Cronistas no percibían, ni estaban
sensibilizados ni acostumbrados con la naturaleza
escultórica de esos Trabajos Abstractos de nuestros
Creadores Taínos Plásticos. Así quedó sellada la suerte de
las Obras Escultóricas de la Cultura de nuestros Creadores
Taínos Plásticos. No hubo Indagaciones acerca de su
simbolismo, ni de su función en la sociedad, en los años
del Descubrimiento de América, En Específico, en caso de
Las Antillas Mayores, Pero en el día de hoy el sentido final
de las Obras de los Creadores Taínos Plásticos de
Vanguardias, Tenían una doctrina religiosa y filosófica que
les enseñaba la comunicación inmediata y directa entre el
hombre y la divinidad y la naturaleza, en la visión
intuitiva o en el éxtasis cuando creaban sus obras
artísticas.
139
Muchas formas escultóricas expresivas del labrado
de las piedras encontradas en las superficies de las cuevas
y de las rocas, son verdaderas obras escultóricas. Estas
creaciones talladas por estos Creadores Taínos parecen
identificarse con la naturaleza, creando así sus propias
formas, entre ellas "las Formas del Paisaje". Estas obras
son "expresivas" de la lítica Taína. Sin embargo, existe la
inhibición conceptual de llamarlas por su nombre:
"Esculturas". El culto de las rocas "en estado natural o
modificadas de múltiples maneras por el trabajador y Creador
Taíno de las Piedras", criterio decisivo para entender las
Obras. Pero, como se observa, persiste la reticencia a
llamarlas "Esculturas", y al que las realiza, "Escultor".
Si para el estudioso tradicional la tectónica de
la Escultura, constituía una manifestación esquiva,
inclasificables, para el Artista o el Teórico del Arte
Contemporáneo, la ausencia de representación de Formas
Naturales pareciera conferirle un rápido estatus de
"Modernidad". Es que desde la perspectiva Etnocéntrica se
tiende a ver el Arte no Figurativo de las Sociedades
Antiguas o no Europeas ── como el Arte de África, por
ejemplo, o el Arte Taíno ── como expresiones tentativas,
balbuceantes, el mero inicio de una evolución cuya apoteosis
sería la Abstracción Geométrica de nuestro siglo. Esta
proposición, resultado de vagas consideraciones formalista
y generalmente despreocupada de los sistemas de valores que
informan al "Arte Geométrico", podría ser de gran utilidad
para apreciar las cualidades estéticas de las Obras
Escultóricas Taínas.
Esto parece como la inevitable consecuencia de
nuestra evolución hacia la estética. Como puntualiza Hauser:
Los griegos fueron los primeros en completar esta
transición de lo instrumental a las formas de actividades
"autónomas", ya sea en ciencia, arte o moral. Antes de ellos
no existía [...] el arte como lo entendemos nosotros ── como
140
una actividad cuyas creaciones siempre pueden ser
consideradas y gozadas como formas puras ── [...] En los
siglos V VI a.C., los griegos de Jonia [...] crearon las
primeras obras de arte puras, carentes de todo otro
propósito las primeras sugestiones del l'art puort d l'art
.
Esa evolución culmina recién hacia finales de la
Edad Media los medios neutros, recipientes de la actividad
artística "pura" dando lugar al "Objeto Artístico", Pintura
o Escultura.
El "sistema único de metáforas" no es
otro que el universo de significados que informa el sistema
de valores de un grupo social: aún en nuestras sociedades,
el Arte no podría existir fuera de un sistema de valores.
La unidad de funciones, que fuera de Occidente se
experimenta como una "entidad sin suturas", incluye
precisamente lo estético, que es así inseparable de las
necesidades simbólicas o utilitarias. Más concretamente: en
el contexto de la Cultura Taína, es decir, en las Antillas
Mayores, Santo Domingo, Puerto Rico, Haití y Cuba no se
conocía la Experiencia Estética “Pura”.
“Pura” en el sentido de que casi toda
la producción Artística de nuestros Creadores Taínos
Plásticos de Vanguardias, "Consiste en Objetos de Uso"; así,
"Todas las Obras que Creaban pueden ser tratadas como parte
de la Escultura o la Pintura. Los tejidos son Pinturas en
Soportes Flexibles, la mayoría de las Cerámicas son Formas
Esculturales o Pinturas en Superficies Curvas". Se pueden
incluir también las Esculturas en Piedras y otros materiales
a diferencia de Occidente, los medios para la Actividad
Artística "Pura" nunca llegaron a desarrollarse en la
Cultura Taína, lo cual es otra manera de verificar que la
Experiencia Estética Pura era ajena al habitante Taíno en
la lengua de los Taínos no existía un vocablo que expresara
141
lo que, a través de un proceso Histórico específicamente
occidental, se nombra como "Arte”.
De esta manera, al eliminar la categoría
"decoración" del estudio del Arte Prehistórico, del Arte
Taíno, se accede a la metodología más adecuada: cada
centímetro de evidencia visual adquiere una manifiesta
intensidad significante ya que es parte de un sistema
metafórico único. Si no se puede develar el sentido de los
Diseños Geométricos de las Cerámicas ello no implica que
carezcan de Significado: en todo caso este hecho apunta a
que se ha perdido el nexo con los códigos culturales que
los informaban.
Al proponer la erradicación de "decoración" u
"ornamento" del discurso del Arte Antiguo (en este caso de
nuestros Creadores Taínos Plásticos de Vanguardias), ya que
por su inevitable connotación de "embellecimiento
superficial" desnaturalizan el sentido con que aquél fue
concebido, pienso en una terminología más adecuada: dibujo,
pintura o escultura y, cuando se haga imprescindible,
diseño; en este sentido, es perfectamente aplicable dentro
del contexto teórico del Arte.
Las categorías "decoración" u "ornamento"
son sólo pertinentes dentro del contexto de nuestra cultura,
la del Occidente moderno. De este modo se abre la vía más
correcta para aproximarnos al sentido de las herméticas
Formas de la Escultura: Será, necesariamente, una evaluación
de dichas Obras a la Luz de los Valores Culturales de la
Sociedad. Para ello, según Ortega y Gasset, debemos "dilatar
nuestra perspicacia hasta entender el sentido de lo que para
nosotros no tiene sentido". Debemos arribar a una interpretación
en los términos que nos proponen dichas obras. Ya
Riegl 117 había advertido que "es un error medir la obra de
117 Riegl. (Alois), historiador del arte austriaco (Linz 1858-Viena 1905).
Estuvo adscrito como técnico a los museos de Viena, en cuya universidad fue
profesor (1897). Investigó las aportaciones orientales al arte antiguo y las del
142
arte de épocas pretéritas con un criterio que no parta de las
intenciones que rigieron su creación.
La religión era el factor primordial de cohesión
social o, para expresarlo con palabras más cercanas al pensamiento
secular actual, era la "ideología" aglutinante de la
sociedad, y como tal, era el mayor determinante de los contenidos
Artísticos. En ausencia del lenguaje escrito, las Artes
proveían los medios para visualizar las elaboraciones simbólicas.
De lo posible, la arqueología ha venido indagando
la iconografía o las técnicas de las Cerámicas y Textiles
para trazar una historia de la Cultura de los Taínos,
inseparable de un "sistema único de metáforas", eran también
significantes de contenidos Simbólicos.
La vigorosa petricidad de las Obras Escultóricas
Taínas Plásticas se plasman, en forma de una intimidante
iconografía, netamente volumétrica: la fascinación que aún
hoy ejerce, un hechizo en el que se confunden la admiración
y la repulsión, la perplejidad y el horror, es el inmejorable
testimonio de su eficacia comunicativa. En esta Obra
Escultórica Taína: la piedra parece representarse a sí misma,
podría decirse, que la piedra extrae su propia esencia hacia
el exterior.
Los rasgos fundamentales de las Iconografías Taínas
Plásticas son reconocibles en las cerámicas, en tallas en
piedras, huesos o conchas, recobrados en diversos territorios
de Puerto Rico.
En estas Esculturas Taínas Plásticas de Vanguardias
lo religioso y la naturaleza estaba por encima de todas las
cosas, realmente era un Arte Religioso envuelto en esa natuclasicismo
al arte medieval de Europa occidental. Sus puntos de vista han influido
profundamente en la evolución posterior de la historiografía y la crítica del
arte. Obras principales: Cuestiones sobre los estilos, fundamentos de una historia
del arte ornamental (1893), Los orígenes del estilo barroco en Roma (1908),
Miscelánea (1929).
143
raleza mágica de Boriquén de los tiempos precolombinos. La
escultura tribal africana ── otro arte transido de religiosidad
── Este arte tuvo una notable influencia en la gestación
del Cubismo de Picasso y Braque.
El arribo a un lenguaje Taíno Artístico de
reductivas formas geométricas ha enriquecido de tal manera
la percepción contemporánea que aunque el significado literal
nos siga eludiendo, es posible apreciar el Arte; al aceptar
la indisoluble realidad de estas imágenes metafóricas se
puede discernir que las permutaciones y recombinaciones de
las formas naturales, así como las reducciones geométricas a
que eran sometidas, servían al propósito de destilar e
intensificar los significados simbólicos de índole religiosa
o mítica.
Esta tradición escultórica parece remontarse al año
1200 de nuestra era, En general, estas Obras Escultóricas
Taínas Plásticas, representan generosas formas humanas o
abstractas, resueltas en planos redondeados, que difieren de
los monolitos "columnares", con finas incisiones en
bajorrelieves. También existen bajorrelieves de concepciones
geométricas y abstractas, aunque algunos caracteres zoomorfos
sean discernibles. existen unos agudos paralelismos entre
estas Obras Taínas y el lenguaje abstracto. Lo cual no impide
que estas Creaciones Taínas Plásticas se les pueda comparar
o relacionar con las Manifestaciones Artísticas de
Vanguardias, del Minimal Art y el Land Art.
Lo más fascinante es que estas sorprendentes secuencias
geométricas, realizadas posiblemente entre los siglos
XII y XIII, parecen anticipar un proceso al arte de Occidente.
Una observación importante es que los Escultores
Taínos Plásticos tenían el culto "de la honestidad hacia los
materiales". Estas Obras Esculturas Taínas, a las que en
algunas ocasiones se les aplicó pintura, fue verdaderamente
fiel a la "petricidad de la piedra". Nuestros Creadores
144
Taínos Creaban Símbolos. Crearon la Fortaleza del Arte Taíno
Plástico de Vanguardias, expone la autorara de este texto.
El Símbolo, La primera acepción proviene de E.
Cassirer y su filosofía de las formas simbólicas, cultiva la
inmanencia del significado al significante, lo que se ha
denominado «forma significante». Siguiendo los términos e
ideas de Langer, el portavoz más autorizado de esta
interpretación, el símbolo se contrapone al signo. Los
símbolos «son vehículos para la concepción de objetos...; los
símbolos significan directamente la concepción no las cosas»
o «los signos anuncian sus objetos al sujeto, mientras los
símbolos le conducen a concebir sus objetos» (S. Langer).
El símbolo entra a formar parte del signo
constitutivo, cuya función consiste en representar o hacer
las veces de algo. Su propiedad característica es la
representación por un objeto ideal, de una noción abstracta.
Desde esta acepción abandona su inmanencia y posee un
carácter convencional, social, histórico.
Las Obras Taínas Plásticas, su funcionalidad es
indisociable de su naturaleza simbólica religiosa o mítica.
Puede comprobarse que el Arte tenía un carácter sagrado,
unido a la naturaleza.
Las relaciones que las Obras Escultóricas Taínas
Plásticas, es uno de sus rasgos más relevantes de esta Cultura
Taína.
Los pueblos de los Creadores Taínos Plásticos
veneraban ancestralmente la altura, la montaña, cuevas o
rocas singulares, ríos o manantiales a los que se creía
residencias de energías trascendentes. Así, la predominante
adhesión físicacon los accidentes naturales, estaba
indudablemente cargada de significados míticos y religiosos.
145
Pero éste era sólo un aspecto de la intención simbólica del
Escultor y Creador Taíno. Sus Esculturas se erigían, además
en conformidad con las necesidades ceremoniales.
La "naturaleza de una escultura orgánica crece desde
su propio sitio, sale del terreno hacia la luz". Siendo esto
el fundamento principal en la Obra de los Creadores Taínos
Plásticos de Vanguardias.
Una escultura de sólidas masas monumentales que
articulan espacios abiertos, configuraciones lineales y
grafismos realizados en una escala que sólo los hace legibles
desde cierta distancia. Una escultura de formas tectónicas,
que puede ser transitables de elementos plásticos, declaran
de inmediato, su inconfundible prosapia de nuestros Creadores
Taínos Plásticos de Vanguardias. Creando así la Fortaleza de
Vanguardias Plásticas Taínas.
La Piedra en sí tenía una poderosa significación en
el contexto Taíno Plástico en donde manifestaban lo sagrado.
El culto a lo sagrado parece haber adquirido un
sesgo peculiar entre los Creadores Taínos Si bien muchas
rocas, cerros y cuevas eran adorados en su estado natural,
ciertas formaciones rocosas fueron modificadas
escultóricamente con el propósito aparente de distinguir el
espacio sagrado del ámbito profano, indominado. En otras
palabras, las Obras Escultóricas designa formalmente a lo
"sagrado", la exterioriza.
En el área de Puerto Rico estas plazas ceremoniales
son únicas: si bien en una dimensión menor. La naturaleza era
el dilatado medio físico en que se desarrollaban. La técnica
utilizada es el milenario desbastado, tallado y pulido. Son
escasas las representaciones de formas naturales, lo cual no
significa que no existan.
146
En Puerto Rico las plazas aparecen localizadas
exclusivamente en la región del centro de la Isla. En la
costa no se han encontrado evidencia alguna de la existencia
de estas plazas ceremoniales.
En Puerto Rico las plazas localizadas aparecen
diseminadas principalmente en la región montañosa del centro
de la Isla, la mayor parte de ellas en la jurisdicción de
Utuado.
En el año 1949 el Centro de Investigaciones
Arqueológicas de la Universidad de Puerto Rico, excavaron en
casi toda el área, especialmente la plaza central y sus
alrededores. Esta plaza ceremonial (principal) de forma
rectangular mide 50 metros de largo por 37 metros de ancho.
Sus lados más largos corren de norte a sur y están limitados
por grandes bloques o menhires de piedra. Algunos de estos
monolitos de granito miden mas de 2 metros de altura y su
peso debe ser mayor de una tonelada. Es realmente sorprendente
la forma en que estos grandes monolitos han sido
enterrados verticalmente hasta formar una especie de muro de
menhires o monolitos de más de 30 metros de largo.
Estas Obras Escultóricas Plásticas de Vanguardias
de nuestros Creadores Taínos se pueden comparar o relacionar
perfectamente con obras de Richard Long, Robert Smithson, Eva
Lootz, Ulrich Rückriem y Eduardo Chillida, entre muchos más.
La diferencia que existe es que nuestro Creadores
Taínos Plásticas de Vanguardias fueron adelantados a su
tiempo y fueron los pioneros ya que estas plazas ceremoniales
tienen una antigüedad de alrededor de 1300 años. La
antigüedad del centro ceremonial Caguana de nuestros
Creadores Taínos, se remonta el año 1300 de muestra era,
según se desprende del análisis radioactivo de una muestra
de carbón obtenida en el lugar. Lo que evidencia y demuestra
147
que los Creadores Taínos fueron los primeros en estas
Creaciones Escultóricas Plásticas de Vanguardias.
Volviendo al tema de las plazas ceremoniales de
nuestros Creadores Taínos, especialmente las de Caguana, este
lugar parece haber sido el más importante de la cultura Taína
en el área antillana.
Durante años el Instituto de Cultura Puertorriqueña,
del Estado Libre Asociado de Puerto Rico ha trabajado en la
excavación sistemática de toda el área en la restauración de
las plazas. En esta labor han trabajado el Sr. Héctor Moya,
Walter Murray Chiesa y el Dr. Ricardo E. Alegría.
Algunos de estos grandes monolitos, se descubrió que
tenían grabadas figuras mitológicas en las caras que miraban
hacia la plaza.
La restauración se completó mediante la colocación
de piedras para reemplazar las que faltaban en las hileras
de monolitos y en el empedrado de los caminos.
Según los arqueólogos creen haber encontrado
suficiente evidencia para poder establecer una asociación
entre las plazas y los llamados “Collares de Piedras”, tan
característicos de la Arqueología Puertorriqueña. Hasta ahora
los “Collares de Piedras” han sido un enigma de la arqueología
antillana.
Con relación a estos “Collares de Piedras”, la
escultora y autora de estos textos, comenta la relación que
existe con la obra escultórica anillo mágico del año 1970 del
escultor Isamu Noguchi y estos “Collares de Piedras”Lo que
hace pensar que La Fuente de Inspiración de Isamu Noguchi
pudieron ser estos “Collares de Piedras” de nuestros
Creadores Taínos. Que también fueron fuente de Inspiración a
otros escultores y pintores de Vanguardias.
148
La asociación de plazas encontradas en el barrio
Caguana de Utuado parece indicar la existencia de un centro
religioso. Es este el único lugar donde se han hallado un
grupo tan importante de plazas de diferentes tamaños y formas
en Puerto Rico. Esta agrupación de plazas en un mismo sitio
revela la existencia de grandes y complejas ceremonias socioreligiosas
entre las cuales el juego de pelota parece haber
sido una de las más trascendentales.
Estas Obras Escultóricas Taínas no figurativas
"marcan la presencia del hombre sin representarlo en imagen".
Lo cual proscribe implícitamente, la relevancia de una Escultura
que no represente formas humanas; sin embargo, la
obstinada recurrencia de las formas tectónicas, no figurativas,
esprueba decisiva de una intención significante que no
puede pasar desapercibida, Algunos de los desarrollos
artístico más recientes han hecho posible una lectura más
clara de la intencionalidad, del sentido de estas Creaciones
Esculturales. Un creciente número de Artistas han tomado "la
naturaleza como la gran escala" de Sus Obras y han escapado
del confinamiento de las Galerías o Museos. Con demarcaciones,
excavaciones, construcciones, acumulaciones de tierra
o recorridos, abandonaron, en suma, la tradicional verticalidad
antropomórfica para asumir la horizontalidad de la
tierra, haciéndonos conscientes de una nueva dimensión de la
obra artística. Cosa que ya hicieron nuestros Creadores
Taínos Plásticos de Vanguardias, que se adelantaron a su
tiempo.
La designación escultórica de la naturaleza constituye,
a mi parecer, el primer esbozo, muchas veces rudimentario
y crudo de un vocabulario, que habría de alcanzar su
apogeo gracias al ímpetu que las técnicas constructivas
adquieren durante el período de la expansión territorial.
Precisamente esta secuencia temporal básica ── el paso del
asentamiento regional puertorriqueño al vasto predominio en
el área Taína ── permite establecer una secuencia correlativa
en el desarrollo formal de la Escultura. Que ha tenido su
149
fuente de inspiración creativa en la Obra de nuestros
Creadores Taínos Plásticos de Vanguardias. Que han Creado la
Fortaleza de Vanguardias Taínas Plásticas. Estas Creaciones
Taínas Plásticas de Vanguardias, a las cuales llevo a la
autora llamar con el nombre de los «Collajes y Objetos
Escultóricos Plásticos de Vanguardias».
150
ARTE CONTEMPORANEO, TAÍNO PUERTORRIQUEÑO.
LOS SIGNOS GEOMÉTRICOS
El Arte de la antigüedad era parte de un "sistema
único de metáforas": la homogénea unidad de funciones religiosas,
éticas y estéticas que ese sistema entonces representaba
era indisoluble. La cultura Taína, se desarrolló
separando esas funciones. El arte, no podía escapar a esa
fragmentación de la experiencia: hoy es una expresión
altamente especializada recibida también en un contexto
particular.
Que las Obras Escultóricas Taínas, en específico
las plazas de centros ceremoniales, se anticiparon largamente
a las esculturas "minimalistas" que artistas neoyorquinos,
realizaron en la década de 1960 118 .
El signo, es el grafismo que contiene un valor
semántico, por sí solo o en unión de otros. Establece el nexo
de unión entre el mundo conceptual y lingüístico y el mundo
de la expresión gráfica y artística ── En Arte Rupestre,
cualquier grafismo al que se atribuye una intención
simbólica. Se denominan también, tecniformes e ideomorfos.
Según Ramón Llull, «la significación es la revelación de los
118 Jack Bumham, en Beyond Modern Sculpture, George Braziller, Nueva York,
1968, p. 122, dice claramente que en el museo experimental que Goeritz creó en
México (1953), llamado el "El eco", "hay una construcción volumétrica,
verdaderamente profética, con todas las características de la obra producida más
de una década después en Inglaterra y Estados Unidos"; concretamente Bumahm cita
la obra de Goeritz como uno de los antecedentes de los Cubi de David Smith,
considerado como el fundador del modernismo escultórico en Estados Unidos. Véase
en sentido coincidente, Bárbara Rose, "The Politics of Arts", Parte III, en
Artforum, mayo de 1969, mientras que Gregory Battcock, Minimal Art: A critical
Anthology, Dutton, Nueva York, 1968, un chauvinismo mucho más característico de
esos años, se resiste a admitir la obra de Goeritz como antecedente del
"minimalismo neoyorquino".
Sobre la arquitectura de Barragán, véase de Emiliano Ambasz, The
Architecture of Luis Barragán, The Museum of Modern Art, Nueva York, 1976, de
Juan Acha, "Los espacios transitables de Luis Barragán", en La semana de bellas
artes, núm. 137, México, 16 de Julio de 1980. Con referencia el Espacio
Escultórico, del mismo Acha, "Otra escultura transitable" en El Universal, México,
8 de Julio de 1979 y Jorge Manrique, "Espacio Escultórico obra abierta", México
en el Arte, núm. 4, INBA, México 1984, Juan Acha, Arte y Sociedad: Latinoamérica,
el Producto Artístico y su Estructura, Fondo de Cultura Económica, México 1979,
p. 285.
151
secretos que son mostrados con el signo», en cambio para
Stanislas de Guaita (Essais de Sciences Maudites, II. París.
1915) el signo es el «punto de apoyo que requiere la voluntad
(o la conciencia) para proyectarse hacia un objetivo
prefijado». La discusión sobre el signo posee una larga
tradición que atraviesa la historia filosófica de occidente.
Se puede observar, que los europeos del siglo XV o
XVI no pudo haber, identificado entre los Taínos, un sistema
prealfabético, porque fue hasta el año 1822 que Champollion
comenzó a descifrar los jeroglíficos egipcios y sólo a partir
de ese momento se empezó a considerar seriamente a los sistemas
semánticos no alfabéticos. Se podría decir que los
Taínos "suplían la falta de escritura y letras, con las esculturas
y demás artes.
Existen simetrías internas de principios procesles
tectónicos (cambios estructurales profundos) entre la
producción escultórica andina y Taína y la del movimiento
Constructivista originado en los primeros años de la
revolución rusa, ya que ambas esculturas fueron el resultado
de la aplicación de técnicas constructivas de cada época.,
nada podría ser tan diferente entre sí como la pesada volumetría
de la escultura inca y las estructuras de los rusos,
(fabricadas con varillas y planchas de metal atornillado, que
también podían incluir vidrio o celuloide.)
La obvia ── y abismal ── disparidad de contextos
culturales ── sobre todo ideológicos ── entre la sociedad
Taína y el fenómeno occidental de la revolución socialista
en Rusia, descompensa drásticamente las simetrías propuestas.
De estos encuentros, más concretamente de la canibalística
apropiación de las formas del "arte primitivo", de la peripecia
europea, surgieron no pocos elementos plásticos que ──
como el caso del Cubismo ── incidieron notablemente en la
instrumentación de cambios radicales en la estética de
Occidente.
152
En 1984, la exposición "Primitivismo en el arte del
siglo XX", mencionada en la nota, presentó un impresionante
resumen crítico de una relación de dependencia estética. A
la sazón se expusieron en el Museum of Modern Art de Nueva
York destacados ejemplos de esculturas modernas, confrontadas,
en cada caso con objetos del arte africano) y posibilitó
de este modo un cotejo de la calidad estética de las obras.
Desde esta exposición, que marcó una época, la opinión
pública interesada en el arte sospechó que la relación
de la estética moderna con el Arte de Afrecha no queda descrita
con justeza mediante el término de "descubrimiento". No
han sido los artistas europeos quienes han "descubierto" el
arte africano, sino por el contrario, el Arte de Afrecha ha
producido directamente la renovación estética de las formas
en Europa. Para todo visitante de la exposición puso en
evidencia que los artistas europeos trabajaron en sus obras
con el lenguaje formal de Afrecha, lo imitaron o adaptaron a
sus propios experimentos. Muy raras ocasiones, sin embargo,
alcanzaron el vigor intacto y el aura de esta Arte Africano.
La comparación que se propuso establecer la exposición de
Nueva York terminó con una victoria de los africanos
desconocidos. Desde la exposición neoyorquina sobre el arte
primitivo pudo registrarse un incremento de la atención hacia
el arte del Continente negro.
PRIMITIVISMO. Tardíamente valorado por la cultura
occidental gracias a artistas como Paul Gauguin o Pablo
Picasso, el llamado arte primitivo ha despertado el interés
de antropólogos e historiadores por sus similitudes con el
arte prehistórico y, en especial, por la íntima relación
entre las formas artísticas y los ritos de carácter mágico.
El arte primitivo es el propio de aquellos pueblos
que se han mantenido a lo largo de los tiempos en una forma
primaria de civilización, Se trata de un conjunto de formas
artísticas de enorme originalidad, en el caso de Puerto Rico,
la riqueza de sus cemíes, y demás esculturas.
La estética primitiva combina elementos figurativos
y abstractos que representan elementos materiales o fuerzas
espirituales, cuya relación con el realismo es casi nula,
pues responden a la concepción que estos pueblos tienen del
mundo.
153
Otro rasgo es la inalterabilidad estética a lo largo
de los siglos, debida a la persistencia de las costumbres y
los ritos y a la necesidad que han tenido los artistas de
utilizar unas formas comprensibles para la comunidad.
Una faceta artística es la decoración del propio
cuerpo humano con tatuajes o cicatrices, como hacían los
indios Taínos Puertorriqueños. Esta ornamentación personal
se completa con todo tipo de collares, tocados, brazaletes,
etc., realizados con distintos elementos o materiales como
conchas, plumas o semillas. Los motivos decorativos eran casi
siempre lineales, de gran sencillez y contenido simbólico.
La decoración cromática y simbólica aplicada a sus
cuerpos también se destina a objetos de culto, como sus cemíes
(representaciones figuradas del espíritu protector y bienhechor
de un clan o tribu, asociado por lo general a un
animal), e incluso a una serie de instrumentos de carácter
más utilitario, por ejemplo, cerámicas, armas, embarcaciones
y vestidos.
La atracción que el arte primitivo ejerció sobre
algunos artistas europeos (el polinesio sobre Gauguin y el
africano sobre Picasso o los expresionistas alemanes), por
su ausencia de realismo y su alto valor conceptual y simbólico,
permitió que estas formas artísticas.
Estos artistas puros, intentaron reflejar en sus
obras solamente lo esencial; la renuncia a la contingencia
externa surgió por sí misma.
Primitivismo es en sentido amplio, acercamiento a
las culturas menos avanzadas en orden social y tecnológico.
Hacia los dos últimos decenios del siglo XIX empieza a
detectarse el cambio de enfoque, a la vez que el arte y
pensamiento orientales producen sus primeros efectos
destacables sobre la plástica occidental. En sentido
154
estricto, el Primitivismo constituye el primer momento de las
vanguardias rusas.
La idiosincrasia de la Escultura Taína se manifiesta,
más que nada, en esa suerte de petricidad en abstracto,
responde a causas más profundas: la piedra parece representarse
a sí misma, a su propia esencia, porque era, por sobre
todas las cosas, un material trascendente, significativo en
sí mismo, turgente de potencial simbólico. A diferencia de
los materiales neutros, estériles, con que trabaja el artista
de Occidente.
Desde tiempo inmemorial la piedra ha sido
contemplada como la estructura íntima, el fundamento mismo
del universo y ha tenido, en diferentes culturas, referencias
cargadas de sentido. Una de ellas sería la de la piedra como
antítesis de la materia biológica, sujeta al cambio los
"Jardines de la Longevidad" en China y en Japón, son el
epítome de ese sentido de la perennidad cósmica del mineral.
Mientras que en China las rocas eran elegidas por su forma
fantástica, espectral, en Japón los maestros zen de Kioto
sumaron, hacia el siglo XIV, las composiciones con rocas a
las otras formas de enseñanza del zen, la caligrafía y la
pintura de paisaje. El referente analógico más cercano a esa
consubstanciación con la piedra que se encuentra en la Cultura
Taína. Este lenguaje, caracteriza por la armonía entre
escultura y naturaleza, lo utilizaban los Taínos Escultores
Boriqueños.
Los Taínos escultóricos están impregnados de
significaciones. Aunque éstas puedan diferir en los contextos
culturales particulares, ya no esapropiado considerarlas
"ornamentales" porque implicaría perpetuar esa
desnaturalización inducida por la arqueología o la historiografía
de prosapia clásica. Habrán de verse como lejanos
presagios de la evolución artística moderna.
155
El respeto es una condición vital en la relación de
los Artistas Taínos con la naturaleza. No trataban la
naturaleza como algo que hay que conquistar sino como a un
amigo, cuyo ser interior era semejante al suyo, demostraban
humildad y delicadeza en su actitud frente a la naturaleza.
La naturaleza tenía más efecto sobre ellos, que ellos sobre
esta. Respetaron y siguieron las disciplinas de la naturaleza.
Consiguieron percibir los significados de sus procesos.
Tanto los Creadores Taínos como la naturaleza tienen
su libertad de movimiento y libertad de expresión y así es
como, según ellos, encontraban la belleza.
Estos Creadores Taínos Plásticos se sintieron claramente fascinados
por el movimiento relativo de las cosas en el espacio
y en el tiempo. El movimiento, el tiempo y la medida, de
manera que dependen de la sustancia y de la percepción sensorial,
se mueven en armonía inexplicable en la Obra Taína.
Pasaron por su camino indivisible dejando sólo la evidencia
de su buena voluntad para demostrar, el contacto entre el
hombre y la naturaleza. Ellos veían al hombre a través de la
esta. Eran capaces de revelar ideas sobre la naturaleza y las
pautas de vida. Tenían una disciplina y una intuición magnífica,
así como una extraordinaria visión panorámica de la
vida. Hacían que los lugares revelasen su esencia.
El Arte Taíno Plástico se refiere a las sobrecogedoras
bellezas de la naturaleza desde el más amplio punto
de vista de la pura sensación desde el color y la textura del
barro, desde lo monumental de un monolito. Cada elemento de
cada Escultura o cada Obra tiene su carácter distintivo. Al
revelar mediante estos simples procedimientos la índole de
la Obra y el espacio que estas piezas ocupan, los Creadores
Taínos parecen devolver al elegante reino para ser
inspeccionado dentro de la tradición poética. Es con eso
demostrar al mundo actual que la Ciencia, el Arte y la
Naturaleza han sido compañeros en aquella época. La Obra de
estos Creadores Taínos Plásticos de Vanguardias es "Arte
Abstracto extendido por los espacios naturales de Puerto
156
Rico". El Arte Taíno Plástico penetra a través de la
tranquilidad poniendo al todo en relación con la esfera más
amplia de la realidad. Su Arte es Puro, la tranquilidad, los
aspectos espirituales o metafísicos hicieron Arte partiendo
de la nada. Tuvieron el Espíritu de Verdadera y Pura
Autenticidad.
Estos Creadores Plásticos fueron más místicos que
racionalistas, "llegaron de un salto a conclusiones que la
lógica no puede alcanzar". Han estado más próximos a la
naturaleza intuitiva que al planteamiento discursivo y
lógico. La fuente de inspiración de los Creadores Taínos
Plásticos lo fue su madre naturaleza, junto al misticismo. Y
es hoy en día lo que tiende a coincidir con la expresión de
nuevas ideas revolucionarias en el Arte de Vanguardias.
Kandinsky como los Taínos, tenían una doctrina religiosa y
filosófica que les enseñaba la comunicación inmediata y
directa entre el hombre y la divinidad, en la visión intuitiva
o en el éxtasis cuando creaban sus obras artísticas.
Kandinsky en la pintura y los Taínos en la escultura.
Las manifestaciones artísticas del pasado, para
Kandinsky, están pletóricas de sentido en la medida en que
proceden de la necesidad interior, la «fuerza espiritual» por
la que se ve impulsado todo artista.
La obra creadora de Kandinsky persigue un ideal a
la vez lírico, plástico y espiritual, alzado a menudo hasta
una religiosidad.
La Verdadera Obra de Arte nace del artista por vía
mística. Separada de él adquiere vida propia, se convierte
en una personalidad, un sujeto independiente y que tiene una
vida material real. La Obra de Arte vive y actúa, colabora
en la creación de la atmósfera espiritual. La fuerza que
impulsa al espíritu humano hacia adelante y hacia lo alto es
el espíritu abstracto. Naturalmente es preciso que el
157
espíritu abstracto resuene y pueda hacerse oír. El llamado
debe ser posible. Ésa es la condición interior.
Dos elementos constituyen la Obra de Arte: el elemento
interior y el elemento exterior. Es la emoción del alma
del artista. Esa emoción posee la capacidad de suscitar una
emoción fundamentalmente análoga en el alma del espectador.
El elemento interior de la obra es su contenido.
Para que el contenido, que primero vive "abstractamente",
se convierta en obra, hace falta el segundo elemento
── el elemento exterior ── que sirve para materializarlo. Por
eso el contenido aspira a un medio de expresión, a una forma
"material".
La obra es pues la fusión inevitable e indisoluble
del elemento interior y del elemento exterior, es decir, del
contenido y de la forma. El contenido es el que determina la
forma: la forma es la expresión material del contenido
abstracto.
La fase Taína, es el último grupo cultural
prehispánico de las Antillas. El vocablo Taíno, según el Dr.
Chanca, significa "bueno". El Taíno se extiende
aproximadamente desde el año 1.000 de nuestra era hasta su
extinción como unidad social en el siglo XVI.
La Cultura Taína se extenderá por todas las Antillas
Mayores, formando así un área geográfica culturalmente homogénea,
lenguaje, costumbres y creencias respecta. Boriquén
poseía unos 24 caciques, los cuales estaban distribuidos
geográficamente por toda la isla. Estos caciques gobernaban
políticamente a Boriquén, subordinados a una autoridad
superior, a manera de confederación político-militar y muy
probablemente, religioso también. Todos los instrumentos de
producción Taínos son testimonios de un desarrollo superior
socio-económico con relación a todas las culturas anteriores.
158
Pero donde verdaderamente se destacarán nuestros
Escultores Taínos será en los trabajos de talla escultórica,
pulida. Son ejemplos de estas grandes creaciones artísticas
la confección de grandes Dujos (asientos en donde se sentaban),
los Cemíes de tres puntas (trigonolitos) y los enigmáticos
collares o aros de piedra. En estos los Taínos manifestaron
una maestría y una gran excelencia como artistas que
tienen pocas contrapartes en nuestra América prehispánica.
La elaboración o creación artística de un aro lítico o collar
de piedra, constituye una verdadera filigrana y hazaña
escultórica. Es un verdadero ejemplo artístico de originalidad.
Original y único en la arqueología americana, sobre este
instrumento aún no se conoce cual fue su uso. Los cronistas
ni siquiera lo mencionan. Don Ricardo E. Alegría, arqueólogo
puertorriqueño, nos dice sobre éste que pudo haber estado
asociado al juego de la pelota, por haberlos encontrado en
las zonas destinadas para este juego y por la cantidad de
fragmentos y en ocasiones collares enteros que han aparecido
dentro y en los alrededores de los bateyes y plazas ceremoniales,
donde se celebraban los mismos (bayetes, donde se
reunían). También los Taínos tallaban, morteros de todos los
tipos, hachas petaloides, ídolos, amuletos, según los
arqueólogos, los cuales yo considero verdaderas esculturas,
y cuentas de collar.
El Taíno daba a la piedra un tipo de pulimento de
tan depurada calidad que figura junto a las más importantes
culturas mesoamericanas tales como la Maya, Huetar, Azteca,
Olmeca, Totonaca, Mixteca, Tolteca y Teotihuacana. En todo
el litoral de Suramérica no existe una sola de las grandes
culturas prehispánicas que supere a la Taína en la
particularidad de la pulimentación lítica. En esta perfección
ni los Nazcas, Chancays, Chibchas, Chimús, Quimbayas, Incas,
Muíscas, Muzos y otras muchas culturas alcanzaron con
relación al Taíno tal perfección, los trabajos en oro
demuestran un importante avance tecnológico, el cual llevaban
159
a cabo mediante la técnica del martillado. Los grabados en
piedra (petroglifos) alcanzan un nivel de excelencia y
abundancia, que tan sólo en Santo Domingo pueden ser igualados
por los dibujos en piedra. Se suma la gran producción de
textiles, pues también hilaban el algodón y el maguey para
tejer las naguas o faldas de mujeres, telas mortuorias, chinchorros,
cinturones, las mantas, hamacas, tarrayas, sogas e
ídolos.
Los Taínos prefirieron sucumbir como pueblo antes
de despersonalizarse integrándose a una cultura opresora y
extraña. Su legado más importante a la posteridad lo recibimos
en el ejemplo de su sabiduría y coraje en la defensa
del suelo patrio.
Para poder comprender las creaciones artísticas de
un país tenemos que remontarnos al estadio de sus bases
culturales. En el caso de Puerto Rico, los primeros conocimientos
que se posee de los naturales del país han sido por
medio de los conquistadores españoles que llegaron a la isla
en el año 1508, para colonizarla.
A través de los años de investigación, por medio de
la arqueología, que estudia los restos de civilizaciones desaparecidas.
Estos investigadores han podido reconstruir el
ambiente cultural de los primitivos habitantes de nuestra
Isla, en aquella época.
Otra fuente de información ha sido el estudio de
los indígenas del norte de Suramérica. Estos descienden de
los habitantes de las Antillas en la época de la conquista.
Esta raza, llamada arahuacos o aruacos, y sus enemigos, los
caribes, emigraron del Orinoco por Trinidad, pasando por las
Antillas Menores, hasta llegar a la isla de Boriquén, nombre
original de la isla de Puerto Rico. A finales del siglo XVI
regresan al norte de Suramérica, alrededor de la desembocadura
del río Orinoco, y llegan allí llevando nuevas
características culturales cuyas fuentes las habían asimilado
160
en su proceso de adaptación del nuevo ambiente isleño.
Procedente de Norteamérica, bajaron por la Florida hasta las
Antillas Mayores. Por desconocer su nombre auténtico, los
arqueólogos han denominado este grupo como Arcaicos.
En Puerto Rico, el grupo arahuaco o aruaco es el
predominante. Este a su vez se dividió en dos fases, la igneri
y la Taína. Las dos culturas tenían conocimiento de la
artesanía, trabajaban en oro, en aquel entonces abundaba en
los ríos de isla.
Para estudiar el nivel cultural de un país o de cada
civilización, la cerámica es lo que ha utilizado tradicionalmente,
en las investigaciones arqueológicas. La cerámica
que haya sido más elaborada indica, que mayor será el desarrollo
cultural de ese pueblo.
Los arqueólogos, al hacer investigaciones sobre la
alfarería arahuaca o aruaca, han descubierto que en la fase
igneri, que es la fase más antigua, la alfarería tiene mayor
nivel de elaboración que en la fase Taína, que es la más
reciente. Las vasijas de los igneris son más duras, a pesar
de la textura que es más delgada, lo que demuestra un refinamiento
en la técnica, pues estas vasijas de consistencia
delgada requieren mayor cuidado por ser más delicadas y
frágiles para trabajarlas y cocerlas al fuego. Al ser más
estilizadas, la decoración de estas también demuestra mayor
desarrollo y mayor nivel. La decoración de estas cerámicas
es fundamentalmente basado en figuras geométricas y más
variadas, en colores, por lo general, el verde, el rojo y
blanco.
La cerámica de la fase Taína, es de menor desarrollo
e inferior calidad artística, y es poco práctica. Las piezas
de esta cerámica las cuecen rápidamente y sin el menor
cuidado, y por esto lleva como resultado, que tengan poca
consistencia de su textura las piezas de esta cerámica. El
decorado casi no existe, se dejan las piezas en el color
161
natural del barro y apenas trazan algunas líneas en círculo
como motivo decorativo.
El barro en la isla de Puerto Rico siempre ha sido
de muy buena calidad, la deficiencia en la consistencia de
los objetos tiene que haber sido técnica.
En donde nuestros Creadores Taínos realmente
demostraron su ingenio fue en el Arte de la Talla. Estos
Artistas dominaban perfectamente la materia. Tallaban tanto
la piedra como la madera.
La forma más simple en que los arahuacos trabajaban
la piedra era en cortes monolíticos, de distintos tamaños y
formas, que usaban para cerrar sus "bateyes", o sea, las
plazas donde hacían sus juegos de pelotas, los areytos y
reuniones en masa. Estas piedras las tallaban en grandes
bloques, los cuales generalmente les hacían incisiones
grabadas en la superficie de la piedra.
Los ídolos, amuletos o fetiches de los indios de
Boriquén eran llamados Cemíes. Estos eran tallados con gran
destreza en piedra. Su mayor característica por la cual se
distinguen es por su forma triangular en cuyas terminaciones
se representa: una cara, de hombre o animal; las extremidades,
y la tercera terminación en forma de cono. Han
mirado el aspecto mitológico 119 , y no el artístico de estas
talladas escultóricas.
119 Mitología, historia de los fabulosos dioses y héroes de la gentilidad,
constituida por un conjunto de mitos, más o menos estructurados entre sí, que
condensan las creencias de un pueblo y sus ideas acerca del origen de los astros,
de la Tierra y de los seres que la pueblan y, especialmente, del hombre. Los mitos
o fábulas de la antigüedad y de los pueblos de civilización atrasada se refieren
a estas cuestiones fundamentalmente: a) Creencia sobre el origen del mundo;
b)Creencia en seres divino o sobrenaturales, de los que se cuentan genealogía,
vida y hazañas y a los que se atribuye la creación del mundo, de la humanidad, de
la tribu o de la familia, o que las gobiernan o protegen, o a las que son hostiles
(dioses propicios o adversos); c) Creencia en héroes, casi siempre considerados
como seres semidivinos, que defendieron y ampararon a la humanidad, o le otorgaron
grandes beneficios, o soportaron por ellas penas y sufrimientos, e invenciones
beneficiosos para el hombre; ch) Culto rendido a dioses y héroes. Algunos autores
han extremado la distinción entre mitología y religión, negando al conjunto de
los mitos, o a la mitología de los pueblos inferiores, todo carácter religioso,
162
La razón principal que demuestra que estas tallas
fue un Arte Primitivo, auténtico de los indios de la Isla.
Es que estas piezas sólo se encuentran en Puerto Rico. Tienen
un gran sentido expresionista de acuerdo con su función religiosa.
Estas piezas son muy ricas por la multitud de formas.
El lado decorado, tiene algún cemí en forma humana
o de animal, muy bien tallado al relieve y de él parten
motivos geométricos o estilizaciones de extremidades del ser
representado.
El dujo era como una especie de asiento. Este era
muy bajo con un espaldar alto y sostenido por cuatro patas
pequeñas. Los «dujos» eran otros asientos estaban destinados
para que lo utilizaran los caciques. Eran tronos ceremoniales.
Estos "dujos" estaban tallados en piedra o madera.
Los objetos pequeños de uso ceremonial o práctico, eran otras
tallas comunes entre los arahuacos, pendientes y cuentas de
piedra, adornos tallados de concha y hueso, bastones de
mando, etc.
El arte rupestre prehispánico de Puerto Rico, está
basado en su mayoría en investigaciones y estudios en el
campo. La evidencia arqueológica, permite asociar las diferentes
manifestaciones del arte rupestre a los grupos neoindios
o agroalfareros pertenecientes a las culturas ostiones
y Taínas (Franssetto, 1960: 381).
como los filólogos alemanes del s. XIX y el inglés Max Müller. Según aquéllos, la
mitología es un conjunto de fábulas sobre los dioses, mientras que la religión
representa la confianza en un ser omnisciente, omnipotente y eterno; y Max Müller
quiere relegar al dominio de la mitología todas las leyendas relacionadas con los
falsos dioses. No parece prudente tan acentuado radicalismo y así Robertson Smith
opina que la mitología no constituía una parte esencial de la religión antigua,
pues no tenía ninguna sanción sagrada, ni ejercía una gran fuerza coactiva sobre
el orador; por otra parte, la creencia en ciertos mitos no era obligatoria pero
sí la realización de determinados actos sagrados prescritos por la tradición
religiosa. En la mayor parte de las religiones históricas, las creencias
naturalistas se ven amalgamadas con toda una serie de nociones muy depuradas, y
esta amalgama origina un sistema complejo de mitos, cosmogonías, genealogías,
etc., ... Con los seres que participaban en cierto modo de los atributos soberanos.
(Para el conocimiento de las mitologías particulares).
163
Los trabajos del Dr. Enrique Dumont (1876) y de L.
Krüg (1876) son las más tempranas referencias bibliográficas,
que se tiene sobre el arte rupestre de Puerto Rico.
Este material pictográfico hace de Puerto Rico, a-
demás, el territorio antillano más rico en este tipo de manifestaciones
de arte rupestre. Las pictografías, los pictoglifos
y los petroglifos son las tres manifestaciones de arte
rupestre más comunes en Puerto Rico. Particularmente, el más
conocido y popular lo es el petroglifo. Las relaciones de
estos objetos también nos ofrecen información importante
sobre la cultura de los indios Taínos en el momento del
Descubrimiento.
El Padre Las Casas (1957, I: 233), al referirse a
las cosas que Cristóbal Colón llevó a los Reyes Católicos a
su regreso del viaje del Descubrimiento, nos dice:
«Llevó papagayos verdes, muy hermosos y colorados, y
guaizás, que eran unas carátulas hechas de pedrería de
huesos de pescado, a manera puesto de aljófar y oro, y
unos cintos de lo mismo fabricado por artificio
admirable, con mucha cantidad y muestras de oro finísimo
y otras muchas cosas, nunca antes vistas en España ni
oídas».
También dice el Dr. Ricardo E. Alegría, que entre
estos objetos se encontraba la primera pelota de goma que
vieron los europeos. Se trataba de pelotas usadas por los
indios Taínos de las Antillas Mayores en el juego que ellos
denominaban batey. Fue Mártir de Anglería uno de los primeros
en comprender el significado que tenía el Descubrimiento y
quien por primera vez se refiere a las tierras recién descubiertas
como un Nuevo Mundo.
los particulares caracteres formales del Arte Taíno: su
impronta no puramente figurativa, sino sugestiva y
sugestionadora; la libre, violenta y arrolladora fuerza de
164
la fantasía que ── exenta de límites de verosimilitud y de
proporción ── no ante la más arbitrarias transfiguraciones,
ante las más inauditas metamorfosis; una tensión expresiva,
o mejor expresionista, que es llevada al máximo de la
sugestión y de la agresividad; un intrínseco vitalismo, sea
en la invención, sea en la realización que se afirma como
fuerza liberadora y reactiva con la voluntad de contrastar y
dominar las concretas y ocultas fuerzas adversas; una total
adecuación al fin plástico perseguido, que lleva a un
lenguaje fantástico ciertamente, pero hermético, seco,
sintético, que atañe a su eficacia, aun cuando la forma se
torne complicada e insólita estructura.
Bernard Berenson 120 estimó que el llamado arte
popular era siempre una derivación del arte profesional. La
delimitación del arte popular es muy problemática, especialmente
dentro de las sociedades modernas. Si bien es cierto
que la espontaneidad puede convivir en la mayor parte de los
casos con fórmulas repetitivas, también resulta obvio que las
influencias entre lo culto y lo popular son a menudo
recíprocas.
A través de todas las investigaciones y excavaciones
arqueológicas, han revelado la existencia de una cultura que
desapareció hace siglos, pero no se ha extinguido.
Los Artistas Taínos tenían su percepción por la
naturaleza, muy desarrollada y para ellos tenía sentido
mágico, y sus creencias religiosas los inspiró para crear
ídolos representativos de sus dioses, los cuales llamaban
cemíes, temas eran las figuras de los animales, como también
humanas, flores, pájaros, el ondear del agua y símbolos
120 Bernardo Berenson, historiador de arte norteamericano, originario de
Lituania (cerca de Vilna 1865-Florencia 1959). Estudió en Boston y en Harvard con
William James, y luego en Berlín y en París. En 1920, se instaló en Florencia. Su
labor se centró en la pintura italiana primitiva y del renacimiento, sobre la
cual publicó estudios de conjunto y monográficos (Pintores venecianos del
Renacimiento [1894], Lorenzo Lotto [1895, 1955], Los pintores italianos del
Renacimiento [1931], Sassetta [1946]. Las grandes líneas de su concepción
hitoricotrítica del arte (de la cual es famosa su fórmula de los «valores
táctiles») fueron expuestas en sus libros bosquejo para un autorretrato y método
y atribuciones (1947).
165
(algunos universales como el sol) en forma naturalista o
estilizada. Es admirable la capacidad que éstos tenían de su
destreza, teniendo en consideración que estos artistas no
tenían posibilidad alguna de los instrumentos o herramientas
de hoy en día, ni del equipo que se hace indispensable para
realizar la reproducción de estas piezas.
Toda su alfarería y la creación de enseres para el
uso diario aunaban la utilidad requerida para hacerlos funcionales
con todo el embellecimiento de diseños y tallas
ejecutando así obras de valor artístico por su equilibrio,
proporción y ritmo en el movimiento de los trazos.
No se han encontrado pruebas de que existiera en la
Cultura Taína ninguna forma de escritura codificada. Pero se
tiene la certeza de que en todos los petroglifos existentes
tanto como en las pictografías visibles, en piedras, al borde
de los ríos, y todas las obras artísticas rescatadas en las
excavaciones arqueológicas, hay un mensaje muy claro: Los
habitantes originales de esta tierra tenían la riqueza de
tener sensibilidad, talento artístico y destreza y han dejado
huellas que mantienen viva la realidad de su existencia, de
un estilismo y creaciones tan puras, que estas podrían ser
comparadas perfectamente con Diseños o Pinturas de Artistas
actuales. Estos diseños, algunos geométricos, podrían
compararse con el Arte Geométrico actual.
Las Corrientes Artísticas Puertorriqueñas están
Relacionadas con los Taínos. Puerto Rico es parte integral
de los procesos de producción económica y cultural y no mero
importador, que el arte de civilizaciones primitivas: "Cuevas
de Altamira", los Taínos u otros reflejan un gran nivel de
abstracción. Es decir que los movimientos artísticos de París
y Nueva York "importaron" (si se desea usar la terminología
simplista) un gran número de influencias, elementos y
sujetos.
166
La producción de Arte en Puerto Rico no es "
importación" sino el resultado de una "producción y consumo
real". Por ejemplo, hay "galerías", hay "críticos de arte",
hay bancos e industrias que compran pinturas, hay una
burguesía puertorriqueña y una pequeña burguesía que también
adquieren obras de arte, existen becas y empleos para estudiar
o producir cultura. También existen en el país escuelas
que enseñan arte y otorgan certificados y títulos académicos.
La escala pequeña y su abundancia es muy reducida si la
comparamos con los centros europeos o de Estados Unidos. El
Arte en Puerto Rico refleja el desarrollo alcanzado de su
propia sociedad, de producción interna. La teoría del Arte
Abstracto es transformada al implementarse en la práctica
bajo condiciones nacionales diferentes. A su vez, que la
teoría del Arte Abstracto no fue la creación pura “Nacional”
de Europa o de los Estados Unidos.
La teoría del Arte Abstracto, ha bebido de muchas
fuentes, por ejemplo, del Arte Africano primitivo, del indígena
de América y también de Creadores Taínos Plásticos, que
es donde permanece la raíz, es decir, el origen del Arte de
Vanguardias de Puerto Rico.
Puerto Rico ha participado genuinamente en la producción
económica y cultural. El Arte Puertorriqueño: un reflejo del
modo y medios de producción de su propia formación social.
Naturalmente, aunque todo hombre o mujer hacen su historia,
suelen no poder hacerla como la desean. Si bien el Taíno
desaparece como grupo étnico, es palpable que algún Escultor
Puertorriqueño en su Obra Actual plasma rasgos del Arte
Taíno; ello es evidente en Tallas Escultóricas de Tomás
Batista, en alguna Obra de Aire Totémico de Hernández Cruz,
en piezas de Rafael López del Campo, en las Esculturas de
María Antonia Román Prado, entre otros Escultores. Como
ocurre con el arte Barí, el Baluba, el Nigeriano, el Dan, el
Bamum, al Ashanti, el Baule, el de Bambara, el Bakuba y tantos
más. Se supone que en un principio reproducirán en Puerto
Rico lo concebido en los lugares de sus orígenes de donde
fueron sacados de forma forzosa; poco a poco irían transfor-
167
mando su arte para llegar a una influencia muy alta de la
sociedad dominante. Consecuencia la deliciosa, sincera y
profunda imaginería popular jíbara, policromada y tallada con
las maderas nacionales, dándole ya un fuerte matiz borícua
al mostrar, en ocasiones, rasgos faciales del campesino. Su
creador será el típico y entrañable santero, que influirá en
otros artistas contemporáneos que parten de su hacer, pero
transformándolo en algo más intelectual. Este sentir
religioso manifestado, rozando lo escultórico, que señala la
amplitud de expresiones artísticas hechas en Puerto Rico.
Todas las formas de expresión eran y son un auténtico vivero
de vocaciones. Es decir, que la sociedad puertorriqueña
siempre fue rica en facetas espirituales, humanísticas e
intelectuales,
Se necesitaba un "bohique", brujo del cincel que
sometiera a la resurrección el canto primigenio. El Escultor
Taíno Puertorriqueño, hizo de su arte un medio de expresión
para materializar las preocupaciones y las emociones
espirituales, y realizó de este modo obras de una extraña
belleza y un poder excepcional porque añadió una gran
profundidad. Este arte se funde armoniosamente con la naturaleza.
Otorga a ésta, en todas sus manifestaciones, pensamientos
y sentimientos. Este amor por la naturaleza es amor por
sus bosques, sus ríos, sus cascadas, sus pájaros, dan lugar
a un poderoso simbolismo. El Arte Taíno es un arte sagrado,
religioso, metafísico y su fin es místico, puramente espiritual.
Siempre se tendrá la tentación de buscar a la forma
otro sentido del que tiene por sí misma y de confundir la
noción de forma con la de imagen ── que implica la
representación de un objeto ── y, sobre todo, con la del
signo. El signo significa, mientras que la forma se significa
la forma es estricta definición del espacio, pero también
sugerencia de otras formas. Asimilar forma y signo es admitir
implícitamente la distinción convencional entre el fondo y
168
la forma, que expone a la confusión, si se olvida que el
contenido fundamental de la forma es un contenido formal.
El espacio que penetra los huecos de la masa y que
se deja invadir por el acrecentamiento de sus relieves se
convierte en movilidad, la escultura de movimiento participa
del viento, de la llama y de la luz, se mueve en un espacio
fluido.
Los volúmenes exteriores, sin duda, y sus perfiles
introducen un elemento nuevo y humanísimo en el horizonte de
las formas naturales, a las que su conformidad y su acorde
mejor calculados añaden siempre algo inesperado. Lo más singular
consiste en haber creado y concebido un reverso del
espacio. La luz está tratada en la escultura, no como un
elemento inerte, sino como un elemento vivo, susceptible de
entrar en el ciclo de las metamorfosis y de secundarlas. No
ilumina sólo la masa interior, sino que colabora con la
escultura para darle su forma. El escultor no envuelve el
vacío, sino cierta morada de las formas y, al trabajar el
espacio, lo configura por fuera y por dentro. Es geómetra
cuando traza los planos, pintor cuando distribuye los
efectos, escultor cuando trata las masas, mecánico cuando
combina la estructura. Lo es sucesivamente, más o menos,
según las exigencias de su espíritu y el estado del estilo.
En fin, si el modelado puede interpretarse como la
vida de las superficies, los diversos planos que lo componen
no forman el revestimiento del vacío, sino el encuentro
llamado masa interna y del espacio. Considerados
separadamente, los ejes informan de la dirección de los movimientos,
los perfiles de la multiplicidad de los contornos,
las proporciones de la relación de las partes, el modelado
de la topografía de la luz, pero ninguno de estos elementos
reunidos pueden sustituir al volumen, y sólo teniendo en
cuenta esta noción es posible determinar, en sus diversos
aspectos, el espacio y la forma en escultura. El artista
desarrolla la técnica misma del espíritu, ofrece un molde de
169
aquello que se puede ver y tocar. No fabrica una colección
de sólidos para un laboratorio de psicología, sino que crea
un mundo, complejo, coherente, concreto, el cual, al ser de
este mundo, está en el espacio y la materia, sus medidas y
sus leyes no son sólo las del espíritu en general, sino
medidas y leyes particulares. Quizás seamos todos, en el
fondo secreto de nosotros mismos, una especie de artistas sin
manos, pero lo propio del artista es tenerlas, y en él la
forma está siempre en lucha con ellas. La forma es siempre,
no el deseo de la acción, sino la acción. Todos son sueños.
Se inventan sueños, no sólo un encadenamiento de
circunstancias, una dialéctica del acontecimiento, sino
seres, una naturaleza, imágenes y recuerdos se bastan a sí
mismos, se componen según artes desconocidas que están
únicamente en el espíritu, las formas transfiguran las aptitudes
y los movimientos del espíritu más que las especializan,
la forma, por el juego de las metamorfosis, va perpetuamente
de la necesidad a la libertad.
El arte Taíno abarca todo lo anterior, expresándose
en las formas y en los espacios, proyectándose en un arte
utilitario, también animista, a la vez que se ilustra en la
naturaleza y en la que se inspira para sus creaciones.
170
..
Opiyelguobiràn - El
Guardian de
Muertos
Vasija Taína
Yucayeque - Plaza Ceremonial
171
Dibujos Taínos
Caracol tallado con
dentadura caniforme
Abuelo Mayor de los Taínos
172
Dibujos Taìnos en una Cueva
Zemies Taìnos: En Piedra para Cohoba, Algogón y Máscara
173
Petroglifo taíno -
Fauna autóctona: Ave: El Garzón
Urna
Funeraria
Taína
Vasija de
Cerámica Taína
CEMÍ Taíno
174
Vasija de Arcilla Doble
Duho o Asiento Ceremonial
Inhalador de Cohoba
Inhalador
175
Aro Lítico
Majadores o Manos de
Mortero
176
EPÍLOGO
La Cultura Taína se refiere a las diferentes tribus de
pueblos precolombinos. Llegaron a ubicarse en las Bahamas,
Antillas Mayores y la parte Norte de las Antillas Menores.
Además, formaron parte de las culturas americanas, siendo
estas las primeras civilizaciones.
Para el momento de la llegada de Cristóbal Colón en el
año 1942, existían 5 cacicazgos taínos en todo el territorio
de la Española (Haití y República Dominicana) La lengua Taína
se extendió desde el Continente de Suramérica hasta el Mar
Caribe. Ésta pertenecía a la familia lingüística Macro
Arahuacana.
Los Taínos fueron diestros agricultores, su técnica de
cultivo era mediante el uso del montón (conucos) y terrazas
agrícolas. Sus cultivos principales fueron el maíz, maní,
ajíes y algunos tubérculos como la yautía, batata y yuca, con
la que elaboraban el pan de casabe.
Otra fuente de alimento fue la caza de animales, entre
los que se encuentran la jutía, la iguana y el manatí. Los
Taínos criaban algunos animales como el güimo o conejillo de
indias, perros y algunas aves. Las comunidades cercanas al
mar explotaban el litoral costero, donde conseguían pescado,
jueyes, entre otras especies.
Un aspecto de esta cultura es la cerámica taína con
técnica decorativa mediante incisiones, con figuras
circulares y lineales; también el punteado y el modelado
zoomorfas y antropomorfas. Hay predominio de las formas
redondas en ollas y vasijas, sus paredes son convexas y
carecen de patas y muestran una ausencia casi total de
pintura.
Los taínos se distinguieron por su excelente técnica
para el tallado en piedra, y un buen ejemplo de esto son los
aros líticos. De acuerdo con analogías etnográficas con
Mesoamérica, se ha postulado que estaban asociados con
ciertos rituales relacionados al juego de pelota, pero lo
cierto es que hasta el momento no se conoce su uso específico.
Algunos investigadores establecen la hipótesis de que son
símbolos distintivos de clanes o jerarquía social.
Los taínos vivían en la metrópolis llamada yucayeques,
que variaban en tamaño dependiendo de la localización, siendo
las de Puerto Rico y La Española (República Dominicana y
Haití) el más grande y los de las Bahamas es el más pequeño.
177
En el centro de un pueblo típico había una plaza que era
utilizada para diversas actividades sociales, tales como
juegos, fiestas, ritos religiosos y ceremonias públicas.
Estas plazas tenían muchas formas, incluyendo rectangular,
ovalada, o estrecha y alargada. Se celebraban las hazañas de
los antepasados, llamados areitos, se realizaron aquí. A
menudo, la población en general vivía en grandes edificios
circulares (bohíos), construida con postes de madera, paja
tejida y hojas de palma. Estas casas que rodean la plaza
central, y podían tener entre 10-15 familias. El cacique y
su familia vivían en edificios rectangulares (llamados caney)
de estructura similar, con pórticos de madera. Los muebles
taínos para el hogar incluían hamacas de algodón (Hamaca),
esteras de palma, sillas de madera (o dujo) con asientos de
tela, plataformas y cunas para los niños.
Se cree que muchas de las figuras de los cemíes estaban
inspiradas en sus ancestros o antepasados, las
representaciones zoomorfas más importantes y que se repiten
en la iconografía taína, están animales como el murciélago,
la lechuza, serpientes y las ranas. Se distinguen las
representaciones de los grabados en piedra o petrograbados,
con figuras más elaboradas, como las de pájaros, peces y
formas humanas.
De acuerdo con las Crónicas, los bateyes tenían una
función social importante: por un lado, fueron utilizados
para el juego de pelota de carácter recreativo, y, por otro
lado, en ellos se llevaban a cabo actividades políticas y
religiosas, como los areitos, un tipo de festividad que
incluía bailes, cantos, comida y bebida, y que se celebraban
para enaltecer y perpetuar la grandeza del cacique y su
linaje, así como para transmitir su historia y creencias.
La organización política y social de los Taínos fue
mediante Cacicazgos. La formación del cacicazgo representa
una etapa de transición de una sociedad tribal a la sociedad
caracterizada por estratificación social. Asimismo, en Puerto
Rico se establecieron gobiernos cacicales principales y otros
subordinados a manera de confederaciones de carácter
político-militar. Esta división era encabezada por el Jefe o
cacique, el cual ejercía su domino en el territorio. Seguido
por el bohíque o chamán, que se encargaba de los conceptos
religiosos y contribuía a transmitir sistemas de creencias,
ritos y magia, y que también poseía el conocimiento de la
herbolaria y su poder medicinal. Le seguían en importancia
los nitaínos, que eran los guerreros y finalmente, los
naborías, que eran la gente común.
178
Es evidente la riqueza cultural que lograron desarrollar
los taínos, que se vio mermada durante el proceso de conquista
y colonización, debido a las enfermedades, los trabajos
forzados y la desintegración de su organización social. A
pesar de ello, es claro el legado cultural que dejaron y que
aún se encuentra presente en muchos de los vocablos
utilizados en Puerto Rico, así como en nombres de pueblos o
barrios, en la alimentación y en los rasgos físicos de muchos
boriqueños. Poco a poco la arqueología se ha ido encargando
de recuperar el legado material e ir desentrañando sus
misterios, a fin de completar la historia de las culturas
precolombinas de Puerto Rico.
En 1511, varios caciques en Puerto Rico, tales como
Agüeybaná, Urayoán, Guarionex, y Orocobix, aliado con los
caribes trataron de expulsar a los españoles de sus
territorios. La revuelta indígena fue pacificada por las
fuerzas españolas del gobernador Juan Ponce de León. Hatuey,
un cacique taíno que había huido de la isla La Española hacia
Cuba con 400 nativos para unirse a los aborígenes cubanos fue
quemado en la hoguera el 02 de febrero, 1512.
En la isla La Española, un cacique taíno llamado
Enriquillo movilizó a más de 3.000 taínos en una rebelión
exitosa en la década de 1520. El pueblo Taíno obtuvo derechos
sobre las tierras y su libertad. Esto se debió a un retroceso
de colonización militar en el caribe debido a que los
conquistadores europeos se enfocaron en gran manera en los
ricos territorios aztecas e incas. A cambio de un salario y
la enseñanza del idioma y de la religión católica, los taínos
estaban obligados a trabajar para los propietarios de tierras
españolas; estos servicios forman parte de un sistema llamado
la encomienda.
Las primeras estimaciones de la población de La
Española, probablemente la isla más poblada y habitada por
los indios taínos, estaba en el rango de 100.000 a 1.000.000
de personas. Las estimaciones máximas de Jamaica y Puerto
Rico son de 600.000 personas. El sacerdote español Bartolomé
de Las Casas (que vivía en la República Dominicana en ese
momento) escribió en el año 1561 su crónica Historia de las
Indias.
En el momento de la llegada española, los mayores
centros de población de los taínos pudieron haber albergado
179
a más de 3.000 personas. Los taínos eran tradicionalmente
rivales de las tribus caribes, otro grupo con orígenes en
América del Sur, que vivían principalmente en las Antillas
Menores. Los españoles que llegaron por primera vez a tierras
americanas: las Bahamas, Cuba y La Española en 1492, y más
tarde al actual Puerto Rico, no llevaron consigo a sus
mujeres, por tanto, se produjo una gran población fruto del
mestisaje.
La terminología, lo expuesto es solo un resumen de la
cultura taína, esta cultura no es solamente la escultura
lítica y pulimentada sino por el contrario, la organización
social, el lenguaje, La cultura taína, han sido clasificados
por algunos estudiosos como pertenecientes a la familia de
los arahuacos. De hecho, Daniel Garrison Brinton
etnohistoriador llamo al espacio donde vivían ese grupo de
personas como "Isla de los Arawak" de la palabra "arawak" que
significa harina de yuca, un alimento básico de esas
personas. De esto, el lenguaje y el pueblo se denominó
"Arawak". Sin embargo, los estudiosos modernos consideran
esto un error. Las personas que se llamaban Arawak vivían
sólo en Guyana y Trinidad y su lengua y cultura es diferente
de las de los indios taínos. Los Taínos hablaban una lengua
macro-arahuacana que carecía de un lenguaje escrito. Algunas
de las palabras utilizadas por ellos como la barbacoa
("barbacoa"), hamaca ("hamaca"), Kanoa ("canoa"), tabaco
("tabaco"), yuca, batata ("papa dulce"), y Juracán
("huracán") se han incorporado en los idiomas español e
inglés, otros integran el patrimonio lingüístico de Puerto
Rico, nombres geográficos, de barrios, de pueblos
(localidades), etc.
180
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